Desde mediados de los años ’80, el ISE (Istanbul Stock Exchange) es la única sociedad autorizada para los intercambios de acciones de las 320 compañías que cotizan en el índice de la bolsa turca. El índice de referencia, el IKMB (Istanbul Menkul Kiymetler Borsasi), ha registrado en los últimos años una evolución muy fluctuante, en correlación directa con la inestable política interna, pero, a pesar de las frecuentes tensiones que han afectado en el curso de los últimos años a Turquía, la bolsa de Estambul ha resultado ser el quinto índice mundial por rendimiento a finales de 2007.
Los momentos de crisis y las conexiones con la política interna
El 30 de abril de 2007 tuvo lugar una de las crisis más serias en la bolsa de Estambul. Turquía pasaba por un momento institucional muy delicado, con las fuerzas armadas y gran parte de la opinión pública enfrentada al gobierno pro-islámico. Las distintas partes no lograban ponerse de acuerdo para el nombramiento del nuevo presidente de la República y la posibilidad de un golpe militar estaba cada vez más cercana, por lo que los mercados bursátiles reaccionaron con mucho nerviosismo. La mañana del 30 de abril, la lira turca perdió un 4% respecto al euro y al dólar y sólo la intervención del Banco Central turco consiguió detener las pérdidas. El índice de referencia del mercado bursátil abrió con pérdidas del 8% a 43.116,1 puntos, para después recuperarse parcialmente y cerrar al -4%. En el mercado de obligaciones, se dio una fuerte subida de los rendimientos, consecuencia a su vez de la caída de los precios de los bonos. En tres días se perdió alrededor del 10% y sólo cuando se anunciaron las elecciones anticipadas, la bolsa y la divisa turca pudieron volver a la normalidad.
El 2008 también ha comenzado marcado por la inestabilidad. El pasado 4 de enero la bolsa ganó alrededor de 300 puntos, pero a los tres días ya los había perdido y llegaba al signo negativo. La tendencia desfavorable continuó durante algunos días: el 11 de enero, el índice IMKB cerró la jornada con una bajada del 0,8% hasta los 51.920 puntos, en línea con las señales negativas de los mercados globales. En esa jornada, contribuyeron de manera especialmente negativa los títulos bancarios, con las caídas de Garanti Bank y Akbank, que perdieron el 4,2% y el 1,8% respectivamente. El 16 de enero, la bolsa abrió ya con una fuerte bajada, perdiendo unos 1.200 puntos, hasta llegar a los 49.177. Esta vez, las grandes pérdidas registradas en Wall Street fueron las que contribuyeron al descenso. Finalmente, el 18 de enero se pudo observar una recuperación, con una subida de 50 puntos del ISE hasta los 48.950. Fue determinante, una vez más, la intervención del Banco Central turco, que cortó las tasas de puntos base. Pero, para confirmar su irregularidad crónica, apenas 4 días después, el índice turco cerró con un fuerte descenso, del 6,4%, que lo llevó a los 45.544,08 puntos, causado por los temores de una recesión de la economía estadounidense. El 23 de enero, el índice IMKB volvió a subir 900 puntos hasta los 45.500, gracias a las medidas de la Fed (Federal Reserve System) de recortar las tasas en 75 puntos base y a la consiguiente recuperación de los mercados globales, en especial de los asiáticos.
Turquía es pues un mercado en fuerte aumento y con un gran potencial, pero que presenta un alto riesgo. La política interna se enfrenta a crisis cíclicas: el problema kurdo, la cuestión de Chipre, el extremismo islamista; todos ellos factores que determinan variables importantes que el empresario no puede infravalorar. Una de ellas es el riesgo de cambio. Hay que tener en cuenta que la lira turca tiene un comportamiento general caracterizado por fuertes oscilaciones. De 2002 hasta hoy ha ganado respecto al dólar y al euro, pero en un año como 2006 sufrió una devaluación del 23% en sólo 6 meses. El siguiente gráfico, relativo al año 2007, supone una clara demostración de lo volátil que es la evolución de esta divisa:
Los momentos de crisis y las conexiones con la política interna
El 30 de abril de 2007 tuvo lugar una de las crisis más serias en la bolsa de Estambul. Turquía pasaba por un momento institucional muy delicado, con las fuerzas armadas y gran parte de la opinión pública enfrentada al gobierno pro-islámico. Las distintas partes no lograban ponerse de acuerdo para el nombramiento del nuevo presidente de la República y la posibilidad de un golpe militar estaba cada vez más cercana, por lo que los mercados bursátiles reaccionaron con mucho nerviosismo. La mañana del 30 de abril, la lira turca perdió un 4% respecto al euro y al dólar y sólo la intervención del Banco Central turco consiguió detener las pérdidas. El índice de referencia del mercado bursátil abrió con pérdidas del 8% a 43.116,1 puntos, para después recuperarse parcialmente y cerrar al -4%. En el mercado de obligaciones, se dio una fuerte subida de los rendimientos, consecuencia a su vez de la caída de los precios de los bonos. En tres días se perdió alrededor del 10% y sólo cuando se anunciaron las elecciones anticipadas, la bolsa y la divisa turca pudieron volver a la normalidad.
El 2008 también ha comenzado marcado por la inestabilidad. El pasado 4 de enero la bolsa ganó alrededor de 300 puntos, pero a los tres días ya los había perdido y llegaba al signo negativo. La tendencia desfavorable continuó durante algunos días: el 11 de enero, el índice IMKB cerró la jornada con una bajada del 0,8% hasta los 51.920 puntos, en línea con las señales negativas de los mercados globales. En esa jornada, contribuyeron de manera especialmente negativa los títulos bancarios, con las caídas de Garanti Bank y Akbank, que perdieron el 4,2% y el 1,8% respectivamente. El 16 de enero, la bolsa abrió ya con una fuerte bajada, perdiendo unos 1.200 puntos, hasta llegar a los 49.177. Esta vez, las grandes pérdidas registradas en Wall Street fueron las que contribuyeron al descenso. Finalmente, el 18 de enero se pudo observar una recuperación, con una subida de 50 puntos del ISE hasta los 48.950. Fue determinante, una vez más, la intervención del Banco Central turco, que cortó las tasas de puntos base. Pero, para confirmar su irregularidad crónica, apenas 4 días después, el índice turco cerró con un fuerte descenso, del 6,4%, que lo llevó a los 45.544,08 puntos, causado por los temores de una recesión de la economía estadounidense. El 23 de enero, el índice IMKB volvió a subir 900 puntos hasta los 45.500, gracias a las medidas de la Fed (Federal Reserve System) de recortar las tasas en 75 puntos base y a la consiguiente recuperación de los mercados globales, en especial de los asiáticos.
Turquía es pues un mercado en fuerte aumento y con un gran potencial, pero que presenta un alto riesgo. La política interna se enfrenta a crisis cíclicas: el problema kurdo, la cuestión de Chipre, el extremismo islamista; todos ellos factores que determinan variables importantes que el empresario no puede infravalorar. Una de ellas es el riesgo de cambio. Hay que tener en cuenta que la lira turca tiene un comportamiento general caracterizado por fuertes oscilaciones. De 2002 hasta hoy ha ganado respecto al dólar y al euro, pero en un año como 2006 sufrió una devaluación del 23% en sólo 6 meses. El siguiente gráfico, relativo al año 2007, supone una clara demostración de lo volátil que es la evolución de esta divisa:
Fuente: Euroinvestor
La bolsa de Estambul, quinta del mundo en rendimiento en 2007
A pesar de las crisis de una política interna inestable, en el año 2007 la bolsa turca fue la quinta del mundo en rendimiento anual, con unos beneficios del 42,38%. La evolución de la nueva lira turca, en vigor desde 2005, ha sido excelente, ganando el 21% respecto al dólar durante el año, lo que supone el mayor valor de entre todos los de los mercados emergentes. El Banco Central turco ha mantenido la tasa de referencia en el 17,25% hasta septiembre de 2007, para después ir reduciéndola progresivamente un 1,5% hasta el actual 15,75% contra el 4,25% de la FED. De esta manera, se ha hecho más atractiva la divisa turca a operaciones especulativas de tipo carry trade, que consisten en tomar prestado dinero en países con tipos de interés más bajos para después cambiarlo en la divisa de países con un mayor rendimiento de las inversiones. Con esta maniobra, es posible tanto devolver la deuda contraída como obtener un beneficio con la propia operación financiera. El resultado obtenido en 2007 es sólo la confirmación de una tendencia positiva que se está registrando desde hace años.
El volumen de negocios diario (Trade Daily Average Volume) ha registrado un crecimiento constante y sostenido. El año de oro de 2007 ha llegado también a los ETF turcos, y también a los que cotizan en otras bolsas europeas. Según los analistas internacionales, 2007 ha sido un año récord también para las transacciones exteriores: los operadores extranjeros han movido capitales por un total de 144.200 millones de dólares (con un aumento del 62,8%) con compras netas añadidas equivalentes a 4.500 millones de dólares (+309%), lo que supone un aumento del 733% desde 2003 y del 63% respecto a 2005. Las principales operaciones han afectado al sector bancario turco. El ministerio de Economía sigue con su política financiera, dirigida a atraer cada vez más capitales desde otros países, en especial de los ricos emiratos del Golfo Pérsico, con el objetivo de atraer más de 10 mil millones de dólares en los próximos 3 años, sobre todo en los sectores inmobiliario, turístico, sanitario, petroquímico y financiero.
Las inversiones de futuro
Después de un difícil 2006, Ankara ha retomado su camino. Los inversores, creyendo en la recuperación del país, obtuvieron grandes beneficios a pesar de haberse enfrentado a numerosos riesgos. A pesar de todo, Turquía sigue siendo un mercado atractivo y con excelentes perspectivas de desarrollo a medio plazo. Los bancos parecen ser un sector en el que invertir con una cierta seguridad: sus cotizaciones contenidas, su buena gestión, las previsiones de una mayor reducción de sus tasas y el gran interés que despierta en parte de los grandes inversores extranjeros, son todos ellos elementos que les han permitido registrar unos muy buenos resultados. En una visión más general, las perspectivas de futuro de la economía turca parecen halagüeñas: la inflación está en descenso, aproximándose a niveles de una sola cifra, el gobierno parece orientado a una mejor disciplina en cuanto a gastos y, por último, el país está llevando a cabo muchas reformas en el campo económico, entre las cuales destacan una rígida política fiscal, reformas en la seguridad social, reorganización del sector bancario y aceleración del proceso de privatización.
Conviene no olvidar que Turquía pasará a formar parte del área Mediterránea de libre comercio en el 2010. Europa y el Mediterráneo quedarán estrechamente vinculados en un gran mercado. Esta zona de libre comercio -que por peso y dimensiones se encontrará entre las más grandes del mundo- permitirá un incremento notable del diálogo comercial y un aumento de los flujos de inversión entre los Estados miembro. Según muchos analistas internacionales, este será un año de crecimiento, aún con la incógnita del mercado de los títulos de deuda, donde las primas por riesgo continúan subiendo, seguidas de cerca por los títulos bancarios. Pero de nuevo, a pesar de los riesgos, los títulos de acciones turcos se adornan como títulos de compra, o títulos que vale la pena comprar, como por ejemplo Is bank, Garanti bank, Halkbank, Vakifbank y Akbank. Todos ellos indicados por sus perspectivas de expansión, fuerte crecimiento de volumen y cotización al descuento. Todas las acciones del sector bancario confirman unas perspectivas de un claro crecimiento.
Conclusiones
A pesar de que muchos otros analistas invitan a la prudencia, por motivos ya citados, casi todos se declaran de acuerdo con invertir parte de su cartera en el mercado accionarial turco. Es un hecho que las crisis institucionales son siempre posibles y que la situación interna del país nunca ha sido del todo estable, pero también es verdad que las perspectivas de crecimiento resultan muy estimulantes y que la ocasión de invertir en un mercado con esta posible tendencia de desarrollo es muy atractiva.