viernes, septiembre 13, 2013

Hacer y contar en la gestión


Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS

Toda gestión tanto en el estado como en el sector privado, tiene que hacer dos cosas: actuar y comunicar, y cuando comunica debe comunicar acción y actor.
Estas dos fases, actuar y comunicar, deben actuar como un médico que administra un tratamiento, y a la vez le construye al paciente el relato que mejor se adapte a las necesidades operativas, con el fin de maximizar y potenciar el efecto de ese tratamiento. Hacer y a la vez tener contenta a la gente para que nos deje hacer.

No alcanza con comunicar la acción. Así como definimos como un proceso de dos tiempos el actuar y el comunicar, la comunicación de la acción también es un proceso de dos tiempos.
Debemos comunicar la acción y construir sentido sobre la marca política del ejecutor. La mejor acción de gobierno con un funcionario ejecutor que posea una mala imagen, perderá mucho en términos de percepción y valoración. Una acción mediocre ejecutada por un funcionario con buena imagen se resignifica positivamente.
Existe una fuerte interrelación y retroalimentación, entre el relato de una acción y la imagen del funcionario responsable.

Los atributos marcarios del funcionario, se proyectan al relato de la acción y éste a la marca del funcionario. La palanca de transmisión, es la construcción en dos fases y en tiempo real de relato y marca.
Si un político en gestión tiene imagen de corrupto, sus acciones de gobierno estarán ponderadas por esa imagen. Si un funcionario tiene imagen de tipo dinámico y proactivo, su gestión se apoyará en términos de imagen en el atributo del dinamismo y la proacción. Si el funcionario es percibido como “de respuesta rápida” no resultará complejo construir una imagen de gestión de “respuesta rápida” a la realidad, aunque la gestión no sea tan eficaz.

No hay realidades, hay percepciones que se pueden generar y sostener, la percepción de la gente siempre es real, aunque haya diferencias objetivas y duras entre realidad real y realidad comunicada, porque la comunicación construye la realidad al mismo tiempo que la difunde.

La imagen positiva y la intención de voto no se retienen por las cualidades intrínsecas de un candidato o por las medidas de un gobierno, sino por la imagen en que estas cualidades y medidas se traducen en la cabeza de la gente. La conceptualización de las percepciones es un proceso comunicacional complejo, por eso aparecen los ruidos, que provocan que la imagen que queremos emitir difiera de la que recibe el receptor.

La construcción de marca y su gestión en tiempo real, apunta también a consolidar un amortiguador de las dificultades que puedan conllevar determinadas medidas, mediante las fortalezas de una imagen, un posicionamiento, un discurso, una simbología y ritualidad, una identidad y una personalidad, articulados a través de la marca política del funcionario.

Otredad política y la construcción de victorias electorales


Por Rubén Weinsteiner para  EL PAÍS

Un discurso se transforma en dominante cuando incorpora parte del discurso al que desplaza, resignificándolo e interpelando en forma proactiva  y sustentable a los segmentos que se sintieron interpretados por ese discurso.

Reconocer y pensar a la otredad política, constituye  un insumo estratégico a la hora de construir una marca política, que trascienda los límites de pescar en la pecera. Este proceso constructivo  deben darse en la cabeza de “el otro”,  que por alguna extraña e incomprensible razón ve las cosas de una manera diferente a la que la vemos nosotros.

El antiperonismo, negó al peronismo durante los gobiernos de Perón y durante la proscripción.  Prohibió pronunciar la palabra Perón, y no pudo construir  un reason why superador de aquello que tanto odiaba. Hasta que llegó Alfonsín,  el más peronista de los radicales, en el 83, para derrotar por primera vez en la historia al peronismo en las urnas. El peronismo quedó herido, no había internalizado los nuevos paradigmas de representación,  hasta que la renovación peronista, barrió con Herminio, la negación del radicalismo y lo que este representaba , y derrotó a Alfonsín en el 87, determinando el comienzo del fin alfonsinismo,  con el más radical de los peronistas, Antonio Cafiero.

Las marcas políticas construyen sentimientos fuertes,  que no se desalojan ni modifican con slogans, declaraciones en los medios, denuncias o profecías.  Una vez que la emocionalidad generada se instala, corre por canales separados con la racionalidad.
Durante el segundo gobierno de Perón la oposición buscó esmerilar sistemáticamente al gobierno de las formas más variadas. Desde incontables denuncias de corrupción hasta diciendo que las visitas del boxeador  estadounidense Archie Moore, se debían a que este tenía una relación intima con Perón.  La respuesta fue un grafitti que sin hacerse cargo de las afirmaciones opositoras,  mostraba la futilidad de las mismas : “puto y ladrón igual queremos a Perón”.

Capriles fue más duro rival que enfrentó el chavismo y el post chavismo, fue sin dudas el más chavista de los opositores a Chávez, se comprometió a sostener las misiones (planes sociales) rescató e intentó apropiarse comunicacionalmente de la figura de Bolivar,  relatándose de izquierda, y popular. Frente a Chávez reconoció algunos logros, y dijo entender porque muchos  lo votaban. Frente a Maduro, utilizó el slogan “tú no eres Chávez, Nicolás”, lo que entrañó un reconocimiento implícito y sólido a Chávez y a los que lo votaron.

La negación de la otredad política no se limita a negar un liderazgo, cuando se demoniza una figura, se está demonizando a aquellos que desarrollaron sentimientos más o menos importantes hacia ella. Es difícil seducir a alguien cuando se le dice “sos un estúpido”
Hacer converger en el mismo canal las ganas de cambiar lo malo y de sostener y conservar lo bueno, es  plantear un pensamiento más complejo sofisticado y por lo tanto más cercano a la realidad, asumiendo  que no todo está bien y que no todo está mal,  porque ningún gobierno hace ni todo mal, ni todo bien.

El Kirchnerismo lleva 10 años en el poder, los jóvenes crecieron con el clima de época. El 38% de los votantes en 2013 tiene menos de 30 años y el 71% menos de 45. El voto joven aún desde la disidencia  con el Kirchnerismo, comparte los presupuestos de época,  el clima, el marco epistémico, la cancha.

El Kirchnerismo será superado solo por una construcción posterior, no en términos temporales, sino en términos estructurales, es decir por una propuesta que lo reconozca, valore, incluya y supere, y legitime de esta manera los sentimientos y convicciones de los que  adhieren a este espacio.

El reason why,  que la oposición no encuentra acumulando desde la negación a la otredad política, liderazgo y votantes, es el factor clave para la toda construcción política significativa. Sin reason why no hay acumulación, 2000 cacerolazos, 5000 denuncias de corrupción y todo el enojo del mundo, es como meter 20 millones de dólares en el bolsillo de un payaso,  porque existe una diferencia entre construir  malestar, y construir política.

Supongamos que el Kirchnerismo tiene hoy un voto duro del 30%, ese que pase lo que pase vota al Kirchnerismo y el voto anti Kirchnerista duro constituye otro 30%, el que en ningún escenario lo votaría, pero que no tiene ni definido ni unificado su voto hacia una propuesta determinada. Existe un 40% que no es ni K ni anti K, que mayoritariamente en 2011 se sintió interpelado  por el Kirchnerismo,  que es labil, varíable  y comparte el clima de época.

Cualquier espacio opositor,  que quiera construir una opción de poder, deberá acumular en el 30% anti k con una propuesta aglutinadora, y acumular en el 40%  ni k ni anti k para construir una mayoría. Porque para  ganarle al Kirchnerismo , van a tener que reconocerlo, incluirlo y superarlo, con odiarlo no alcanza. Hay que pensar y proponer ideas y perspectivas, discurso,  mística para enamorar, plantear un  porqué y un para qué se quiere el poder, organizar el debate, darlo y ganarlo, porque sin victorias intelectuales no hay victorias electorales.

Rubén Weinsteiner

Lucía Topolansky al Pepe Mujica:



"Andá a los programas bobos, que esos son los que ve la gente, los programas buenos los vemos nosotros. La gente normal, la que vota ve los programas bobos. Tenés que ir a esos, no te preocupes por ir a los otros, porque es exactamente al revés, andá a los bobos, los que tienen que ver con el entretenimiento y ahí tratá de meter alguna”,


lunes, septiembre 09, 2013

#votojoven ofertas más complejas para el voto google

 

Rubén Weinsteiner para El País

Cuando hablamos de Web 2.0 y 3.0, no hablamos de tecnología, hablamos de ciencias sociales,  de antropología,  de psicología, economía, sociología, comunicación, demografía, etc.
Sin embargo muchos planes estratégicos anclan en la tecnología los fundamentals de su  propuesta operativa.
La construcción permanente de la marca emisora dotándola en tiempo real de nuevos significado para ser disparados, requiere de de un abordaje sistémico de las seis variables que constituyen la marca política:
a)    
    Discurso
b)   Personalidad
c)   Identidad
d)   Posicionamiento
e)   Simbología y ritualidad
f)    Naming


Quién lo dice y a quién se lo decimos
La ponderación del emisor determina la potencia, autoridad y viralidad del mensaje. Quien lo dice.

Mucho más importante que lo que decimos,  es a quién se lo decimos.
Estas dos construcciones definen  las conversaciones  2.0 con audiencias de audiencias no redundantes, las que permiten colonizar nuevos espacios y nuevas subjetividades.


Para construir al emisor, construimos marca política, para construir los receptores segmentamos.

La construcción del mensaje  enfocado en el segmento 18-33 es decir el 34% del electorado impone tener en cuenta paradigmas constructivos alineados con  el salto cualitativo en términos de cognitividad que dieron la generación Y (1980-1990) y la generación Google (1990 en adelante).

Traducido en el terreno, todos vemos como los chicos menores de 12 años hoy,  aprenden, aprehenden y manejan modelos con una multiplicidad de variables, que los de la generación X, a esa edad no manejábamos.

Mientras nosotros mirábamos de chicos dibujos animados  lineales, con un bueno y un malo, donde el bueno siempre era absolutamente bueno y el malo siempre completamente malo, donde apenas uno veía al malo, se daba cuenta que lo era, sin margen de error, y donde finalmente el conflicto se definía con la derrota del malo;  los Google, miran los padrinos mágicos, Olivia, los imaginadores o Bo en acción, donde el malo, no es absolutamente malo, sino alguien que genera un problema a partir de su propia problemática, y donde el conflicto se resuelve cuando el bueno soluciona el problema del "malo" y este deja de ser malo con su problema solucionado.

Mientras los X mirábamos El Santo, Ladrón sin destino, Alf o Blanco y negro, los Google miran Lost, Lie to me o los Soprano.
En Lost, y las demás series, para los mas grandes y hasta los mas chicos la complejidad en términos de demanda cognitiva es muchísimo mayor, los buenos ya no son siempre buenos, y los malos tienen momentos y rasgos de bondad , por lo que resulta difícil la clasificación y encasillamiento de los personajes, y donde la multidimensionalidad de las situaciones, plantea desafíos cognitivos que generan consumidores mucho complejos y difíciles de abordar, de convencer y de vencer emocionalmente.

Hay que perfeccionar los niveles de oferta cognitiva para no aburrir, para llegar y para impactar en las generaciones Y y Google, que conciben la comunicación emitiendo y recibiendo en su formato multitasking, esto es que mientras chatean, miran lo interesante de la TV de ayer en You tube, chequean su Facebook, abren otra ventanas para Twitter y para Flickr, visitan 2 o 3 páginas, y revisan los e-mails. Para los Y y los Google,  sentarse frente al televisor de brazos cruzados, como nuestras abuelas resulta imposible.
La curva ha ido pronunciando su verticalidad, mientras las bisabuelas y abuelas se sentaban a mirar la radio mientras la escuchaban en la mesa de la cocina, los baby boomers( 45-54)  hacían los deberes frente al televisor, y así hasta los google multitasking, la curva ha tomado una secuencia geométrica frente a la aritmeticidad de la curva hasta la generación X.

El fenómeno explicado por la velocidad de los cambios y el salto cognitivo de la generación Google, construye  consumidores cada vez  más inteligentes que demandan cada vez mayor especificidad.
Para impactar en el segmento 18-34, hace falta taylorizar el mensaje y también obtener legitimidad de emisión. No escuchan a cualquiera, la transparencia real o construida reuslta un requisito excluyente. Ser “careta”,  “gato”, en el verbatim del segmento,  descalifica al emisor y al mensaje.
Ser “autentico”, “real”, simple,  es el punto de partida obligatorio para mensaje y mensajero, dentro de esa sencillez compleja,  menos es mas. Google es la página perfecta, una pantalla en blanco con una palabra y un rectángulo.

Los políticos y la oferta discursiva política junto con el trasvasamiento generacional inexorable, deberá dar este salto cualitativo que le permita interpelar  a audiencias más complejas.

jueves, septiembre 05, 2013

Conversación 3.0: liderazgo e influencia


Por Rubén Weinsteiner para 
El País

Es muy común reaccionar en la Web social, ante alguien que nos provoca, que nos enoja, algo que creemos es incorrecto, algo que nos da risa, alegría, sorpresa etc.
Si solo reaccionás, otro está definiendo el escenario y la conversación 3.0. Un plan estratégico comunicacional requiere de un liderazgo proactivo que se apropie de la agenda. Reaccionar sirve en tanto la reacción se encuadre en la estrategia y no resigne la iniciativa y el liderazgo.

La colonización de subjetividades, la influencia, la acumulación de poder son el resultado de un plan estratégico. Para ejecutarlo hace falta proponer un mensaje de valor y que otros reaccionen.
Nuestra reacción debe estar alineada con la construcción de compromiso y confianza que buscamos, desde el liderazgo que encarnamos, esto es: no tenemos que discutir, pelear, o censurar, tenemos que conducir la conversación 3.0 fijando la matriz de relaciones que buscamos. El líder no discute, el líder lidera, conduce, sostiene y contiene, ahí reside su poder. Si el general se pelea con los soldados, lo pasan a retiro porque la tropa no le responde más.

El líder ante el ataque, agravio, provocación hace fogging, “niebla”, asertividad, no se engancha con la emocionalidad de la discusión, sino reordena la conversación, despojando el eje discursivo de emocionalidad, y de adjetivaciones. Niebla y disco rayado, algo parecido a lo que hace Scioli “vos preguntame lo que quieras, yo te contesto lo que yo quiero”. Si pierde el liderazgo pierde influencia.
El liderazgo de esa conversación híper masiva , amplificadora de audiencias de audiencias que es la Web social,   para poder influenciar, debe tener en cuenta que la simetría de la web social  no respeta la autoridad de la marca corporativa o política. Cualquiera se le anima a cualquiera desde la comodidad de su notebook, celular etc. 

Por eso el liderazgo 3.0 debe

a) Sostener la autoridad en la solidez y la seducción
b) No exhibir la asimetría 1.0 , bajar al llano y ponerse a la altura de los ojos del público
c) Generar confianza
d) Admitir errores
e) Compartir “secretos” poniendo al público del otro lado del mostrador
f) Hablar con cada uno y de esa forma con todo
g) Siempre estar un paso adelante en la conversación 2.0

El compromiso del público en la Web social es cada vez más importante, y las oportunidades que este nivel creciente de compromiso plantea resultan fundamentales. De la búsqueda más primitiva de satisfacción, el público ha ido escalando a la construcción de relaciones, comunidades, lealtades y confianza.
Este nuevo escenario que es la Web social, es hoy el mercado comunicacional en sí mismo, donde se puja por posiciones de liderazgo y niveles de influencia.

La oportunidad ante la cual estamos frente a Twitter, Facebook, You tube, los blogs, la ingeniería de buscadores, y la sinergia, viralidad, reproductibilidad y hallabilidad de todas las herramientas 3.0, consiste en traducir ese compromiso, esa masividad de audiencias de audiencias, ese poder de la conversación 3.0 entre varios que escuchan millones, en poder marcario, en influencia, en resultados económicos tangibles.

Las 3 F: Friends, Fans y Followers, pueden medirse, pero ese número en sí mismo no nos dice nada, lo importante es la construcción y acumulación de poder de liderazgo e influencia, y eso es lo que hay que medir en definitiva.

miércoles, septiembre 04, 2013

#votojoven caja de herramientas para la intervención en el sistema de preferencias


Por Rubén Weinsteiner


       La identificación, apoyada en el clivaje autenticidad-impostura. Gato no gato, lo autentico y lo artificial.

Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra. Contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia. No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero y transparente.
El marco de referencia está afuera de la familia,  pero dentro del círculo tribal, y  esa figura referencial se consolida  por un cualidad específica.  Por ejemplo, el líder de la banda que más le gusta, pero además valida su autoridad con un discurso que se retrolegitima a través de los valores de la tribu,  y los proyecta hacia afuera.

             
La institucionalización de soluciones para problemas no legitimados.  

La política como herramienta de reconocimiento, legitimación y solución de problemas de los cuales los adultos “no se hacen cargo”  dejando a los jóvenes en un limbo.

Por ejemplo hoy,  el déficit habitacional. La casa como primer ordenador social, no es algo a lo que los jóvenes puedan acceder mediante el ahorro. Solo quien tiene padres con dinero puede comprarse  una vivienda.  ¿Cómo se supone que un joven puede comprarse una vivienda?  Instalado socialmente el mandato de formar parejas y familias, sin casa no hay familia, por un lado se plantea un modelo y por el otro se cierran los caminos para construir ese modelo.

Este tipo de situaciones , constituyen  aquellos problemas,  en los cuales  los jóvenes,  sienten que los adultos revelan una desidia banal.
Otro ejemplo:  ¿donde se orina en el espacio público en Buenos Aires, si baños públicos no hay?.
En la calle baños no existen, en los bares solo admiten clientes, lo cual obliga a mucha gente pedir un café para ir a un baño. ¿Donde se supone que orine una persona necesitada de hacerlo, estando en la calle?

El planteo de estas preguntas, la interpelación a los más viejos, y la búsqueda de respuestas conforman la demanda de institucionalización  que  conlleva una legitimación implícita  y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones.


El clivaje prohibido-permitido.

 La tensión entre lo prohibido y lo permitido,  como el consumo de marihuana o el aborto.  O en otras épocas,  desde el divorcio,  hasta circular por el espacio público en pantalones cortos, plantea un  trade off que cliva y  divide la cancha entre los caretas y los propios, porque el joven pone en emergencia conductas “asociales” , que muchos viven y practican subterráneamente.



Es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de  la tribu, por afirmación o por negación,  que lo que dicen los padres.

De esta manera gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para los pares, y así de esa manera,  responder a dos expectativas diferenciadas.

El súper yo y  la constitución del yo plasmados en  la contradicción de las construcción de las decisiones,  tiende a profundizar el conflicto. Esta contradicción genera tensiones interesantes en la conducta,  y en los mecanismos decisorios.
Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho” consejos sobre la vida sexual,  las relaciones, el trabajo y finalmente la política.


El reconocimiento de la cultura que viene, más que como una contracultura.

Los jóvenes barometrizan el cambio, lo que hoy está no aceptado  o mal visto y mañana será normal.  Por eso   demandan  él cambio y lo anclan en el límite de lo socialmente aceptado.

La demanda implícita es  que sea aceptado lo  inaceptable dentro de las condiciones objetivas,  pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo,  “haré de cualquier modo” .


Planteo de luchas contra enemigos poderosos, con final abierto.
 
Muchos plantean que la 125 fue el ADN del Kirchnerismo.  Como esta batalla,  se trata de luchas difíciles,  enmarcadas en la épica de quien se sabe más débil y por lo tanto debe revelar mística, valor y coraje para dar una batalla, a priori perdida, pero decisiva e ineludible.
El enfrentamiento contra  poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”,  le otorga vitalidad y dinamismo, al vínculo,  entre una fuerza y los jóvenes
Ese final abierto, esa asimetría desfavorable,  indignan, emocionan, convocan y construyen la bronca originaria y movilizadora  y la alegría de la acción y compromiso colectivos.

Nuevos formatos  de participación política.

Twitter, Facebook y  las herramientas 2.0 y 3.0,  donde los jóvenes juegan de local, como nativos digitales, frente a migrantes digitales como sus padres, maestros y profesores, para desplegar nuevas formas de adhesión, militancia y compromiso.  La posibilidad de generar acciones,  publicar, interactuar, militar,  comunicar y llegar en forma simétrica a cualquier persona, segmento, audiencia u estamento.

 Rubén Weinsteiner