jueves, enero 29, 2009
Blue State Digital
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miércoles, enero 28, 2009
Los nativos digitales, un gran desafío
Carolina, Ester, Elisa y Mónica están sentadas en un despacho del colegio Lourdes de Madrid. Tienen 17 años, menos Elisa, de 16. Utilizan Internet desde los 11.
-Mi padre está obsesionado con las palabras, mira todo el rato enciclopedias.
-¡Buf!, pues mi madre se enteró ayer de que el móvil tiene cámara.
-Pues yo he cambiado siete veces de móvil desde los 12 años. Si seguimos a este ritmo, para cuando yo tenga hijos, los coches van a volar.
Carolina, Ester, Elisa y Mónica pertenecen a la llamada generación de nativos digitales, un término que acuñó el tecnólogo Marc Prensky en 2001 y que agrupa a aquellos para los que Internet existe desde que tienen uso de razón. Dicen los estudiosos y muchos de los profesores que los educan que esta generación que ha crecido con un móvil en la mano izquierda y un mouse en la derecha es muy distinta de las anteriores.
Los primeros nativos digitales españoles tienen ahora entre 15 y 18 años. Huyen de la secuencia lineal de información, quieren intervenir en el proceso, hacer clic para ir adonde les interesa. No son consumidores pasivos de contenidos, los crean, se mandan videos, fotos que retocan, que editan, son muy creativos; por eso la tele les empieza a parecer una cosa antigua, aunque sea en pantalla plana.
Llegan a casa, se sientan frente al ordenador y, mientras se conectan con su red de amigos, ven un video en YouTube, chatean con amigos mientras se descargan una canción o un capítulo de su serie favorita. Es decir, prestan atención parcial a varias cosas a la vez. "Su atención se divide mejor, su cerebro tiene un procesador más complejo", explica Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información del Instituto de Empresa. El que se educa desde pequeño con los idiomas, aprende muy rápido otros idiomas. Lo mismo pasa con la tecnología.
Siendo adolescentes, los nativos digitales manejan dispositivos que hasta hace poco sólo estaban al alcance de una persona de 30 años. El 96% de los jóvenes tiene móvil, según el último estudio del Instituto de la Juventud (frente a un 88,4% de 2004). Y como dice Soledad González, profesora de Economía e Historia del colegio Lourdes, de 57 años, lo que ella enseña a chicos y chicas de 17 años es lo que aprendió en la universidad.
Los primeros nativos digitales, personas nacidas desde los 90, ya están llegando a la universidad. Es allí, y en las enseñanzas medias, donde se pone de manifiesto la conveniencia de adaptar los sistemas educativos a unas nuevas necesidades.
"El profesor deja de ser el poseedor del conocimiento", explica Fernando García, profesor de Química del colegio Irabia de Pamplona y autor del libro Educar hijos interactivos .
"Hay una pérdida de autoridad de los padres y profesores, ya no le preguntas a papá o al profe las dudas, porque a lo mejor son ellos los que no saben." Las respuestas se buscan en Google y en YouTube.
Nuevos roles
"El profesor no puede ser un poseedor de conocimiento", sostiene García, "tiene que ser un guía que ayude a distinguir la información veraz de la no veraz".
Angel León, de 56 años, responde al perfil de lo que se llama un inmigrante digital. Es decir, una persona que no ha nacido en ese entorno pero que se adapta a él. Como profesor de Historia del colegio Lourdes, ya no utiliza nunca la pizarra.
"Hace años que no me mancho las manos con tiza", dice sentado frente a su ordenador. "Mi tiza es esto". Y extrae de debajo de la camisa una llave USB de ocho gigas que llevaba colgada al cuello. Ahí están sus lecciones, que actualiza por la noche.
Son precisamente las redes de amigos, como Facebook, Tuenti y MySpace, las que están introduciendo los últimos cambios en las pautas de conducta de los nativos digitales. En ellas, el usuario da datos como su nombre, edad, la ciudad donde vive, los sitios por donde sale. Las marcas pueden dirigirse directamente a su potencial cliente. "A los jóvenes y a las empresas hay que prepararlos para la incertidumbre permanente", declara Rafael López Castejón, autor del blog Nativos digitales.
Joseba Elola
-Mi padre está obsesionado con las palabras, mira todo el rato enciclopedias.
-¡Buf!, pues mi madre se enteró ayer de que el móvil tiene cámara.
-Pues yo he cambiado siete veces de móvil desde los 12 años. Si seguimos a este ritmo, para cuando yo tenga hijos, los coches van a volar.
Carolina, Ester, Elisa y Mónica pertenecen a la llamada generación de nativos digitales, un término que acuñó el tecnólogo Marc Prensky en 2001 y que agrupa a aquellos para los que Internet existe desde que tienen uso de razón. Dicen los estudiosos y muchos de los profesores que los educan que esta generación que ha crecido con un móvil en la mano izquierda y un mouse en la derecha es muy distinta de las anteriores.
Los primeros nativos digitales españoles tienen ahora entre 15 y 18 años. Huyen de la secuencia lineal de información, quieren intervenir en el proceso, hacer clic para ir adonde les interesa. No son consumidores pasivos de contenidos, los crean, se mandan videos, fotos que retocan, que editan, son muy creativos; por eso la tele les empieza a parecer una cosa antigua, aunque sea en pantalla plana.
Llegan a casa, se sientan frente al ordenador y, mientras se conectan con su red de amigos, ven un video en YouTube, chatean con amigos mientras se descargan una canción o un capítulo de su serie favorita. Es decir, prestan atención parcial a varias cosas a la vez. "Su atención se divide mejor, su cerebro tiene un procesador más complejo", explica Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información del Instituto de Empresa. El que se educa desde pequeño con los idiomas, aprende muy rápido otros idiomas. Lo mismo pasa con la tecnología.
Siendo adolescentes, los nativos digitales manejan dispositivos que hasta hace poco sólo estaban al alcance de una persona de 30 años. El 96% de los jóvenes tiene móvil, según el último estudio del Instituto de la Juventud (frente a un 88,4% de 2004). Y como dice Soledad González, profesora de Economía e Historia del colegio Lourdes, de 57 años, lo que ella enseña a chicos y chicas de 17 años es lo que aprendió en la universidad.
Los primeros nativos digitales, personas nacidas desde los 90, ya están llegando a la universidad. Es allí, y en las enseñanzas medias, donde se pone de manifiesto la conveniencia de adaptar los sistemas educativos a unas nuevas necesidades.
"El profesor deja de ser el poseedor del conocimiento", explica Fernando García, profesor de Química del colegio Irabia de Pamplona y autor del libro Educar hijos interactivos .
"Hay una pérdida de autoridad de los padres y profesores, ya no le preguntas a papá o al profe las dudas, porque a lo mejor son ellos los que no saben." Las respuestas se buscan en Google y en YouTube.
Nuevos roles
"El profesor no puede ser un poseedor de conocimiento", sostiene García, "tiene que ser un guía que ayude a distinguir la información veraz de la no veraz".
Angel León, de 56 años, responde al perfil de lo que se llama un inmigrante digital. Es decir, una persona que no ha nacido en ese entorno pero que se adapta a él. Como profesor de Historia del colegio Lourdes, ya no utiliza nunca la pizarra.
"Hace años que no me mancho las manos con tiza", dice sentado frente a su ordenador. "Mi tiza es esto". Y extrae de debajo de la camisa una llave USB de ocho gigas que llevaba colgada al cuello. Ahí están sus lecciones, que actualiza por la noche.
Son precisamente las redes de amigos, como Facebook, Tuenti y MySpace, las que están introduciendo los últimos cambios en las pautas de conducta de los nativos digitales. En ellas, el usuario da datos como su nombre, edad, la ciudad donde vive, los sitios por donde sale. Las marcas pueden dirigirse directamente a su potencial cliente. "A los jóvenes y a las empresas hay que prepararlos para la incertidumbre permanente", declara Rafael López Castejón, autor del blog Nativos digitales.
Joseba Elola
Etiquetas:
facebook,
generación google,
Internet,
Internet 2.0,
Redes sociales,
Web 2.0
Los nativos digitales, un gran desafío
Carolina, Ester, Elisa y Mónica están sentadas en un despacho del colegio Lourdes de Madrid. Tienen 17 años, menos Elisa, de 16. Utilizan Internet desde los 11.
-Mi padre está obsesionado con las palabras, mira todo el rato enciclopedias.
-¡Buf!, pues mi madre se enteró ayer de que el móvil tiene cámara.
-Pues yo he cambiado siete veces de móvil desde los 12 años. Si seguimos a este ritmo, para cuando yo tenga hijos, los coches van a volar.
Carolina, Ester, Elisa y Mónica pertenecen a la llamada generación de nativos digitales, un término que acuñó el tecnólogo Marc Prensky en 2001 y que agrupa a aquellos para los que Internet existe desde que tienen uso de razón. Dicen los estudiosos y muchos de los profesores que los educan que esta generación que ha crecido con un móvil en la mano izquierda y un mouse en la derecha es muy distinta de las anteriores.
Los primeros nativos digitales españoles tienen ahora entre 15 y 18 años. Huyen de la secuencia lineal de información, quieren intervenir en el proceso, hacer clic para ir adonde les interesa. No son consumidores pasivos de contenidos, los crean, se mandan videos, fotos que retocan, que editan, son muy creativos; por eso la tele les empieza a parecer una cosa antigua, aunque sea en pantalla plana.
Llegan a casa, se sientan frente al ordenador y, mientras se conectan con su red de amigos, ven un video en YouTube, chatean con amigos mientras se descargan una canción o un capítulo de su serie favorita. Es decir, prestan atención parcial a varias cosas a la vez. "Su atención se divide mejor, su cerebro tiene un procesador más complejo", explica Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información del Instituto de Empresa. El que se educa desde pequeño con los idiomas, aprende muy rápido otros idiomas. Lo mismo pasa con la tecnología.
Siendo adolescentes, los nativos digitales manejan dispositivos que hasta hace poco sólo estaban al alcance de una persona de 30 años. El 96% de los jóvenes tiene móvil, según el último estudio del Instituto de la Juventud (frente a un 88,4% de 2004). Y como dice Soledad González, profesora de Economía e Historia del colegio Lourdes, de 57 años, lo que ella enseña a chicos y chicas de 17 años es lo que aprendió en la universidad.
Los primeros nativos digitales, personas nacidas desde los 90, ya están llegando a la universidad. Es allí, y en las enseñanzas medias, donde se pone de manifiesto la conveniencia de adaptar los sistemas educativos a unas nuevas necesidades.
"El profesor deja de ser el poseedor del conocimiento", explica Fernando García, profesor de Química del colegio Irabia de Pamplona y autor del libro Educar hijos interactivos .
"Hay una pérdida de autoridad de los padres y profesores, ya no le preguntas a papá o al profe las dudas, porque a lo mejor son ellos los que no saben." Las respuestas se buscan en Google y en YouTube.
Nuevos roles
"El profesor no puede ser un poseedor de conocimiento", sostiene García, "tiene que ser un guía que ayude a distinguir la información veraz de la no veraz".
Angel León, de 56 años, responde al perfil de lo que se llama un inmigrante digital. Es decir, una persona que no ha nacido en ese entorno pero que se adapta a él. Como profesor de Historia del colegio Lourdes, ya no utiliza nunca la pizarra.
"Hace años que no me mancho las manos con tiza", dice sentado frente a su ordenador. "Mi tiza es esto". Y extrae de debajo de la camisa una llave USB de ocho gigas que llevaba colgada al cuello. Ahí están sus lecciones, que actualiza por la noche.
Son precisamente las redes de amigos, como Facebook, Tuenti y MySpace, las que están introduciendo los últimos cambios en las pautas de conducta de los nativos digitales. En ellas, el usuario da datos como su nombre, edad, la ciudad donde vive, los sitios por donde sale. Las marcas pueden dirigirse directamente a su potencial cliente. "A los jóvenes y a las empresas hay que prepararlos para la incertidumbre permanente", declara Rafael López Castejón, autor del blog Nativos digitales.
Joseba Elola
-Mi padre está obsesionado con las palabras, mira todo el rato enciclopedias.
-¡Buf!, pues mi madre se enteró ayer de que el móvil tiene cámara.
-Pues yo he cambiado siete veces de móvil desde los 12 años. Si seguimos a este ritmo, para cuando yo tenga hijos, los coches van a volar.
Carolina, Ester, Elisa y Mónica pertenecen a la llamada generación de nativos digitales, un término que acuñó el tecnólogo Marc Prensky en 2001 y que agrupa a aquellos para los que Internet existe desde que tienen uso de razón. Dicen los estudiosos y muchos de los profesores que los educan que esta generación que ha crecido con un móvil en la mano izquierda y un mouse en la derecha es muy distinta de las anteriores.
Los primeros nativos digitales españoles tienen ahora entre 15 y 18 años. Huyen de la secuencia lineal de información, quieren intervenir en el proceso, hacer clic para ir adonde les interesa. No son consumidores pasivos de contenidos, los crean, se mandan videos, fotos que retocan, que editan, son muy creativos; por eso la tele les empieza a parecer una cosa antigua, aunque sea en pantalla plana.
Llegan a casa, se sientan frente al ordenador y, mientras se conectan con su red de amigos, ven un video en YouTube, chatean con amigos mientras se descargan una canción o un capítulo de su serie favorita. Es decir, prestan atención parcial a varias cosas a la vez. "Su atención se divide mejor, su cerebro tiene un procesador más complejo", explica Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información del Instituto de Empresa. El que se educa desde pequeño con los idiomas, aprende muy rápido otros idiomas. Lo mismo pasa con la tecnología.
Siendo adolescentes, los nativos digitales manejan dispositivos que hasta hace poco sólo estaban al alcance de una persona de 30 años. El 96% de los jóvenes tiene móvil, según el último estudio del Instituto de la Juventud (frente a un 88,4% de 2004). Y como dice Soledad González, profesora de Economía e Historia del colegio Lourdes, de 57 años, lo que ella enseña a chicos y chicas de 17 años es lo que aprendió en la universidad.
Los primeros nativos digitales, personas nacidas desde los 90, ya están llegando a la universidad. Es allí, y en las enseñanzas medias, donde se pone de manifiesto la conveniencia de adaptar los sistemas educativos a unas nuevas necesidades.
"El profesor deja de ser el poseedor del conocimiento", explica Fernando García, profesor de Química del colegio Irabia de Pamplona y autor del libro Educar hijos interactivos .
"Hay una pérdida de autoridad de los padres y profesores, ya no le preguntas a papá o al profe las dudas, porque a lo mejor son ellos los que no saben." Las respuestas se buscan en Google y en YouTube.
Nuevos roles
"El profesor no puede ser un poseedor de conocimiento", sostiene García, "tiene que ser un guía que ayude a distinguir la información veraz de la no veraz".
Angel León, de 56 años, responde al perfil de lo que se llama un inmigrante digital. Es decir, una persona que no ha nacido en ese entorno pero que se adapta a él. Como profesor de Historia del colegio Lourdes, ya no utiliza nunca la pizarra.
"Hace años que no me mancho las manos con tiza", dice sentado frente a su ordenador. "Mi tiza es esto". Y extrae de debajo de la camisa una llave USB de ocho gigas que llevaba colgada al cuello. Ahí están sus lecciones, que actualiza por la noche.
Son precisamente las redes de amigos, como Facebook, Tuenti y MySpace, las que están introduciendo los últimos cambios en las pautas de conducta de los nativos digitales. En ellas, el usuario da datos como su nombre, edad, la ciudad donde vive, los sitios por donde sale. Las marcas pueden dirigirse directamente a su potencial cliente. "A los jóvenes y a las empresas hay que prepararlos para la incertidumbre permanente", declara Rafael López Castejón, autor del blog Nativos digitales.
Joseba Elola
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Entre la Blackberry y el cuaderno Rivadavia
Cristina apenas usa internet para leer noticias. Néstor sigue escribiendo en un viejo cuaderno Rivadavia de tapa dura o eventualmente lo he visto con algún cuaderno Gloria de espiral medio desilachado . De BlackBerry ni hablar. Mientras Barack Obama extraña la amada BlackBerry que la Central de Inteligencia (CIA) le sacó por razones de seguridad,los decisores argentinos todavía no tienen ese problema.
Cristina evita usar todo tipo de nueva tecnología para la comunicación con su entorno y apenas aprovecha internet para leer algunos portales de noticias. En tanto, Néstor Kirchner, anota todo en su modesto cuaderno Rivadavia de tapa dura. Pero eso no impide que varios miembros del gabinete nacional se muestren bastante cercanos a los fierros tecnológicos. El más fanático, por lejos, es Aníbal Fernández, quien todos los días elige el chat y otras modernas formas de hablar con colaboradores y periodistas.
“Cristina no lleva consigo ningún tipo de celular, mucho menos una BlackBerry”, revela uno de los funcionarios que frecuenta a la Presidenta tanto en la Casa Rosada como en Olivos. “Muy pocas veces la vi frente a una PC. No usa mensajes de texto porque no tiene celular, no chatea, al menos nunca la vi. Alguna vez recibe algún informe de algún ministro vía mail, pero en general se lo traen impreso. Sólo en algunas ocasiones ingresa a alguna página de noticias”, sostuvo un ministro.
Por su parte, Kirchner es aún menos tecno. “Si Barack es BlackBerry, Néstor es Rivadavia tapa dura”, sintetizó, con gracia, uno de sus principales consultores. Su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuenta que cuando su correo electrónico fue violado, en 2006, Kirchner le dijo: “Jodete, vos me cargás por el cuadernito, pero fijate si a mí alguien me lo puede hackear, ¡je, je je!”. Tampoco Néstor K portaba celulares, menos aún usaba PC. De chat, ni hablar.
Sin duda, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, está a la cabeza de la tecnología entre los funcionarios de la administración nacional. “Es el hombre más cibernético de la gestión K”, apuntó un colaborador de la Presidencia. Tiene una PC en su mesa donde el Messenger está siempre activo. Una de sus paredes está virtualmente tapizada de aparatos de tevé sintonizados en canales de noticias y, como Barack, no se despega ni un minuto de su BlackBerry. Uno de sus colegas está sorprendido de la velocidad con que contesta los e-mails. “No tarda más de tres minutos, esté donde esté”, reveló. Tiene handy y otro de los consultados se extrañó de la habilidad que muestra para chatear con alguien, mientras sostiene una conversación telefónica con otro.
El jefe de Gabinete Sergio Massa de lo que no se despega jamás es de su portátil Sony Vaio, desde donde accede a internet, incluso mientras viaja a Pinamar los fines de semana. Al igual que Fernández, es un adicto a su BlackBerry.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, dijo a Crítica de la Argentina que también le iban a tener que cortar la mano para alejarla de su BlackBerry. “¿Sabés qué pasa? De esta manera estoy siempre al tanto de lo que sucede”, señaló, haciendo honor al apodo de hormiguita, por su afección al trabajo.
En cuanto a los gobernadores, el chubutense Mario Das Neves chatea cada quince días con los ciudadanos que desean realizarle consultas y sólo tiene un mail oficial que usa exclusivamente para lo que concierne a su gestión. Pero eso está más vinculado con su promoción como candidato a presidente que con su necesidad personal de comunicación con el mundo que lo rodea.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, siempre viaja con su mini laptop, también utiliza el correo electrónico y el chat para comunicarse con sus colaboradores.
Fuera del PJ, Fabiana Ríos, la gobernadora de Tierra del Fuego del ARI, usa mucho los mensajes de texto (SMS) para comunicarse con los miembros de su gabinete y sigue teniendo el mismo número de teléfono que cuando estaba en el llano, aunque si no identifica a quien la llama, no atiende. El gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, usa una casilla de correo oficial y para el uso personal prefiere una vieja dirección de Hotmail. Para hablar por teléfono prefiere un iPhone.
Los intendentes también se valen de los avances tecnológicos. El de Morón, Martín Sabbatella, por ejemplo, como Ocaña, usa su blackBerry para estar siempre conectado. En su gestión implementó todo tipo de dispositivo tecnológico para difundir información. Desde blogs hasta YouTube pasando por Facebook y SMS.
Sarkozy, el amante de los mensajes de texto que resultó hackeado
La frase que disparó la polémica la pronunció el presidente electo de los Estados Unidos: “Tendrán que arrancármela (la BlackBerry) de las manos” advirtió la semana pasada, después de que desde la CIA le recomendaran desistir de su uso por “razones de seguridad nacional”.
Por ese tipo de situaciones, en los Estados Unidos, por ley (la Presidential Records Act), no está permitido que el presidente disponga de dispositivos de comunicación por fuera del control de los organismos de seguridad.
La posibilidad de que las comunicaciones de altos mandatarios sean interceptadas dio lugar a múltiples papelones en varios países. Entre los escándalos más conocidos, está el del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien le mandó un SMS a su ex esposa Cecilia Ciganer para reconciliarse con ella mientras le seguía hablando al oído a Carla Bruni.
O las conversaciones del príncipe Carlos de Inglaterra con quien por entonces todavía era su amante, Camilla Parker-Bowles.
Cristina evita usar todo tipo de nueva tecnología para la comunicación con su entorno y apenas aprovecha internet para leer algunos portales de noticias. En tanto, Néstor Kirchner, anota todo en su modesto cuaderno Rivadavia de tapa dura. Pero eso no impide que varios miembros del gabinete nacional se muestren bastante cercanos a los fierros tecnológicos. El más fanático, por lejos, es Aníbal Fernández, quien todos los días elige el chat y otras modernas formas de hablar con colaboradores y periodistas.
“Cristina no lleva consigo ningún tipo de celular, mucho menos una BlackBerry”, revela uno de los funcionarios que frecuenta a la Presidenta tanto en la Casa Rosada como en Olivos. “Muy pocas veces la vi frente a una PC. No usa mensajes de texto porque no tiene celular, no chatea, al menos nunca la vi. Alguna vez recibe algún informe de algún ministro vía mail, pero en general se lo traen impreso. Sólo en algunas ocasiones ingresa a alguna página de noticias”, sostuvo un ministro.
Por su parte, Kirchner es aún menos tecno. “Si Barack es BlackBerry, Néstor es Rivadavia tapa dura”, sintetizó, con gracia, uno de sus principales consultores. Su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuenta que cuando su correo electrónico fue violado, en 2006, Kirchner le dijo: “Jodete, vos me cargás por el cuadernito, pero fijate si a mí alguien me lo puede hackear, ¡je, je je!”. Tampoco Néstor K portaba celulares, menos aún usaba PC. De chat, ni hablar.
Sin duda, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, está a la cabeza de la tecnología entre los funcionarios de la administración nacional. “Es el hombre más cibernético de la gestión K”, apuntó un colaborador de la Presidencia. Tiene una PC en su mesa donde el Messenger está siempre activo. Una de sus paredes está virtualmente tapizada de aparatos de tevé sintonizados en canales de noticias y, como Barack, no se despega ni un minuto de su BlackBerry. Uno de sus colegas está sorprendido de la velocidad con que contesta los e-mails. “No tarda más de tres minutos, esté donde esté”, reveló. Tiene handy y otro de los consultados se extrañó de la habilidad que muestra para chatear con alguien, mientras sostiene una conversación telefónica con otro.
El jefe de Gabinete Sergio Massa de lo que no se despega jamás es de su portátil Sony Vaio, desde donde accede a internet, incluso mientras viaja a Pinamar los fines de semana. Al igual que Fernández, es un adicto a su BlackBerry.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, dijo a Crítica de la Argentina que también le iban a tener que cortar la mano para alejarla de su BlackBerry. “¿Sabés qué pasa? De esta manera estoy siempre al tanto de lo que sucede”, señaló, haciendo honor al apodo de hormiguita, por su afección al trabajo.
En cuanto a los gobernadores, el chubutense Mario Das Neves chatea cada quince días con los ciudadanos que desean realizarle consultas y sólo tiene un mail oficial que usa exclusivamente para lo que concierne a su gestión. Pero eso está más vinculado con su promoción como candidato a presidente que con su necesidad personal de comunicación con el mundo que lo rodea.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, siempre viaja con su mini laptop, también utiliza el correo electrónico y el chat para comunicarse con sus colaboradores.
Fuera del PJ, Fabiana Ríos, la gobernadora de Tierra del Fuego del ARI, usa mucho los mensajes de texto (SMS) para comunicarse con los miembros de su gabinete y sigue teniendo el mismo número de teléfono que cuando estaba en el llano, aunque si no identifica a quien la llama, no atiende. El gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, usa una casilla de correo oficial y para el uso personal prefiere una vieja dirección de Hotmail. Para hablar por teléfono prefiere un iPhone.
Los intendentes también se valen de los avances tecnológicos. El de Morón, Martín Sabbatella, por ejemplo, como Ocaña, usa su blackBerry para estar siempre conectado. En su gestión implementó todo tipo de dispositivo tecnológico para difundir información. Desde blogs hasta YouTube pasando por Facebook y SMS.
Sarkozy, el amante de los mensajes de texto que resultó hackeado
La frase que disparó la polémica la pronunció el presidente electo de los Estados Unidos: “Tendrán que arrancármela (la BlackBerry) de las manos” advirtió la semana pasada, después de que desde la CIA le recomendaran desistir de su uso por “razones de seguridad nacional”.
Por ese tipo de situaciones, en los Estados Unidos, por ley (la Presidential Records Act), no está permitido que el presidente disponga de dispositivos de comunicación por fuera del control de los organismos de seguridad.
La posibilidad de que las comunicaciones de altos mandatarios sean interceptadas dio lugar a múltiples papelones en varios países. Entre los escándalos más conocidos, está el del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien le mandó un SMS a su ex esposa Cecilia Ciganer para reconciliarse con ella mientras le seguía hablando al oído a Carla Bruni.
O las conversaciones del príncipe Carlos de Inglaterra con quien por entonces todavía era su amante, Camilla Parker-Bowles.
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Internet,
Internet 2.0,
Mobile
Entre la Blackberry y el cuaderno Rivadavia
Cristina apenas usa internet para leer noticias. Néstor sigue escribiendo en un viejo cuaderno Rivadavia de tapa dura o eventualmente lo he visto con algún cuaderno Gloria de espiral medio desilachado . De BlackBerry ni hablar. Mientras Barack Obama extraña la amada BlackBerry que la Central de Inteligencia (CIA) le sacó por razones de seguridad,los decisores argentinos todavía no tienen ese problema.
Cristina evita usar todo tipo de nueva tecnología para la comunicación con su entorno y apenas aprovecha internet para leer algunos portales de noticias. En tanto, Néstor Kirchner, anota todo en su modesto cuaderno Rivadavia de tapa dura. Pero eso no impide que varios miembros del gabinete nacional se muestren bastante cercanos a los fierros tecnológicos. El más fanático, por lejos, es Aníbal Fernández, quien todos los días elige el chat y otras modernas formas de hablar con colaboradores y periodistas.
“Cristina no lleva consigo ningún tipo de celular, mucho menos una BlackBerry”, revela uno de los funcionarios que frecuenta a la Presidenta tanto en la Casa Rosada como en Olivos. “Muy pocas veces la vi frente a una PC. No usa mensajes de texto porque no tiene celular, no chatea, al menos nunca la vi. Alguna vez recibe algún informe de algún ministro vía mail, pero en general se lo traen impreso. Sólo en algunas ocasiones ingresa a alguna página de noticias”, sostuvo un ministro.
Por su parte, Kirchner es aún menos tecno. “Si Barack es BlackBerry, Néstor es Rivadavia tapa dura”, sintetizó, con gracia, uno de sus principales consultores. Su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuenta que cuando su correo electrónico fue violado, en 2006, Kirchner le dijo: “Jodete, vos me cargás por el cuadernito, pero fijate si a mí alguien me lo puede hackear, ¡je, je je!”. Tampoco Néstor K portaba celulares, menos aún usaba PC. De chat, ni hablar.
Sin duda, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, está a la cabeza de la tecnología entre los funcionarios de la administración nacional. “Es el hombre más cibernético de la gestión K”, apuntó un colaborador de la Presidencia. Tiene una PC en su mesa donde el Messenger está siempre activo. Una de sus paredes está virtualmente tapizada de aparatos de tevé sintonizados en canales de noticias y, como Barack, no se despega ni un minuto de su BlackBerry. Uno de sus colegas está sorprendido de la velocidad con que contesta los e-mails. “No tarda más de tres minutos, esté donde esté”, reveló. Tiene handy y otro de los consultados se extrañó de la habilidad que muestra para chatear con alguien, mientras sostiene una conversación telefónica con otro.
El jefe de Gabinete Sergio Massa de lo que no se despega jamás es de su portátil Sony Vaio, desde donde accede a internet, incluso mientras viaja a Pinamar los fines de semana. Al igual que Fernández, es un adicto a su BlackBerry.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, dijo a Crítica de la Argentina que también le iban a tener que cortar la mano para alejarla de su BlackBerry. “¿Sabés qué pasa? De esta manera estoy siempre al tanto de lo que sucede”, señaló, haciendo honor al apodo de hormiguita, por su afección al trabajo.
En cuanto a los gobernadores, el chubutense Mario Das Neves chatea cada quince días con los ciudadanos que desean realizarle consultas y sólo tiene un mail oficial que usa exclusivamente para lo que concierne a su gestión. Pero eso está más vinculado con su promoción como candidato a presidente que con su necesidad personal de comunicación con el mundo que lo rodea.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, siempre viaja con su mini laptop, también utiliza el correo electrónico y el chat para comunicarse con sus colaboradores.
Fuera del PJ, Fabiana Ríos, la gobernadora de Tierra del Fuego del ARI, usa mucho los mensajes de texto (SMS) para comunicarse con los miembros de su gabinete y sigue teniendo el mismo número de teléfono que cuando estaba en el llano, aunque si no identifica a quien la llama, no atiende. El gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, usa una casilla de correo oficial y para el uso personal prefiere una vieja dirección de Hotmail. Para hablar por teléfono prefiere un iPhone.
Los intendentes también se valen de los avances tecnológicos. El de Morón, Martín Sabbatella, por ejemplo, como Ocaña, usa su blackBerry para estar siempre conectado. En su gestión implementó todo tipo de dispositivo tecnológico para difundir información. Desde blogs hasta YouTube pasando por Facebook y SMS.
Sarkozy, el amante de los mensajes de texto que resultó hackeado
La frase que disparó la polémica la pronunció el presidente electo de los Estados Unidos: “Tendrán que arrancármela (la BlackBerry) de las manos” advirtió la semana pasada, después de que desde la CIA le recomendaran desistir de su uso por “razones de seguridad nacional”.
Por ese tipo de situaciones, en los Estados Unidos, por ley (la Presidential Records Act), no está permitido que el presidente disponga de dispositivos de comunicación por fuera del control de los organismos de seguridad.
La posibilidad de que las comunicaciones de altos mandatarios sean interceptadas dio lugar a múltiples papelones en varios países. Entre los escándalos más conocidos, está el del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien le mandó un SMS a su ex esposa Cecilia Ciganer para reconciliarse con ella mientras le seguía hablando al oído a Carla Bruni.
O las conversaciones del príncipe Carlos de Inglaterra con quien por entonces todavía era su amante, Camilla Parker-Bowles.
Cristina evita usar todo tipo de nueva tecnología para la comunicación con su entorno y apenas aprovecha internet para leer algunos portales de noticias. En tanto, Néstor Kirchner, anota todo en su modesto cuaderno Rivadavia de tapa dura. Pero eso no impide que varios miembros del gabinete nacional se muestren bastante cercanos a los fierros tecnológicos. El más fanático, por lejos, es Aníbal Fernández, quien todos los días elige el chat y otras modernas formas de hablar con colaboradores y periodistas.
“Cristina no lleva consigo ningún tipo de celular, mucho menos una BlackBerry”, revela uno de los funcionarios que frecuenta a la Presidenta tanto en la Casa Rosada como en Olivos. “Muy pocas veces la vi frente a una PC. No usa mensajes de texto porque no tiene celular, no chatea, al menos nunca la vi. Alguna vez recibe algún informe de algún ministro vía mail, pero en general se lo traen impreso. Sólo en algunas ocasiones ingresa a alguna página de noticias”, sostuvo un ministro.
Por su parte, Kirchner es aún menos tecno. “Si Barack es BlackBerry, Néstor es Rivadavia tapa dura”, sintetizó, con gracia, uno de sus principales consultores. Su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuenta que cuando su correo electrónico fue violado, en 2006, Kirchner le dijo: “Jodete, vos me cargás por el cuadernito, pero fijate si a mí alguien me lo puede hackear, ¡je, je je!”. Tampoco Néstor K portaba celulares, menos aún usaba PC. De chat, ni hablar.
Sin duda, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, está a la cabeza de la tecnología entre los funcionarios de la administración nacional. “Es el hombre más cibernético de la gestión K”, apuntó un colaborador de la Presidencia. Tiene una PC en su mesa donde el Messenger está siempre activo. Una de sus paredes está virtualmente tapizada de aparatos de tevé sintonizados en canales de noticias y, como Barack, no se despega ni un minuto de su BlackBerry. Uno de sus colegas está sorprendido de la velocidad con que contesta los e-mails. “No tarda más de tres minutos, esté donde esté”, reveló. Tiene handy y otro de los consultados se extrañó de la habilidad que muestra para chatear con alguien, mientras sostiene una conversación telefónica con otro.
El jefe de Gabinete Sergio Massa de lo que no se despega jamás es de su portátil Sony Vaio, desde donde accede a internet, incluso mientras viaja a Pinamar los fines de semana. Al igual que Fernández, es un adicto a su BlackBerry.
La ministra de Salud, Graciela Ocaña, dijo a Crítica de la Argentina que también le iban a tener que cortar la mano para alejarla de su BlackBerry. “¿Sabés qué pasa? De esta manera estoy siempre al tanto de lo que sucede”, señaló, haciendo honor al apodo de hormiguita, por su afección al trabajo.
En cuanto a los gobernadores, el chubutense Mario Das Neves chatea cada quince días con los ciudadanos que desean realizarle consultas y sólo tiene un mail oficial que usa exclusivamente para lo que concierne a su gestión. Pero eso está más vinculado con su promoción como candidato a presidente que con su necesidad personal de comunicación con el mundo que lo rodea.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, siempre viaja con su mini laptop, también utiliza el correo electrónico y el chat para comunicarse con sus colaboradores.
Fuera del PJ, Fabiana Ríos, la gobernadora de Tierra del Fuego del ARI, usa mucho los mensajes de texto (SMS) para comunicarse con los miembros de su gabinete y sigue teniendo el mismo número de teléfono que cuando estaba en el llano, aunque si no identifica a quien la llama, no atiende. El gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, usa una casilla de correo oficial y para el uso personal prefiere una vieja dirección de Hotmail. Para hablar por teléfono prefiere un iPhone.
Los intendentes también se valen de los avances tecnológicos. El de Morón, Martín Sabbatella, por ejemplo, como Ocaña, usa su blackBerry para estar siempre conectado. En su gestión implementó todo tipo de dispositivo tecnológico para difundir información. Desde blogs hasta YouTube pasando por Facebook y SMS.
Sarkozy, el amante de los mensajes de texto que resultó hackeado
La frase que disparó la polémica la pronunció el presidente electo de los Estados Unidos: “Tendrán que arrancármela (la BlackBerry) de las manos” advirtió la semana pasada, después de que desde la CIA le recomendaran desistir de su uso por “razones de seguridad nacional”.
Por ese tipo de situaciones, en los Estados Unidos, por ley (la Presidential Records Act), no está permitido que el presidente disponga de dispositivos de comunicación por fuera del control de los organismos de seguridad.
La posibilidad de que las comunicaciones de altos mandatarios sean interceptadas dio lugar a múltiples papelones en varios países. Entre los escándalos más conocidos, está el del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien le mandó un SMS a su ex esposa Cecilia Ciganer para reconciliarse con ella mientras le seguía hablando al oído a Carla Bruni.
O las conversaciones del príncipe Carlos de Inglaterra con quien por entonces todavía era su amante, Camilla Parker-Bowles.
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