“La gente” no es siempre la misma. Para cada editor es diferente. El hombre dice la gente, por “toda” la gente, pero en realidad está pensando sólo en la que le presta atención, a la que conoce porque durante muchos años fue su interlocutora. Es muy distinto decir “la gente” para un editor de Clarín, de La Nación, de Página/12 o de Crónica, de radio o de televisión. “La gente” es mucha gente diferente. Pero para cada editor “su” gente es “toda” la gente. Así hablan los medios, porque además intentan transferir a esa porción la sensación de totalidad. Es decir, que lo que ellos piensan es lo que piensan todos.
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