jueves, septiembre 20, 2012

Marca y acumulación en Twitter


Por  Rubén Weinsteiner para Bloomberg

Para traducir en el territorio una marca política,  a favor de la consolidación de una oferta viable y eficaz,  hace falta gestionar:
a) liderazgo
b) despliegue territorial, 
c) agenda 
Twitter hoy,  atraviesa  transversalmente estas tres dimensiones constructivas de la marca política.
El liderazgo expresado a partir de una marca política,  y abordado desde las variables constitutivas de la misma;  la personalidad, la identidad, el discurso, el posicionamiento, la simbología y ritualidad y el naming, tiene en Twitter una herramienta poderosa y eficiente.
El poder político se acumula en el mercado de las emociones, no en el mercado de las razones. A nadie lo votan por sus condiciones sino por como impactan estas y se traducen en emociones en la cabeza de la gente. No vendemos ideas, vendemos sensaciones.
Twitter es ante todo conversación, diálogos ante audiencias de audiencias, inmediatez, horizontalidad y mucha emocionalidad. En Twitter, podemos escuchar, comunicar, instalar nuestro relato y que este sea viralizado, pero fundamentalmente Twitter es construcción permanente y paralela a la dinámica de la realidad.
En Twitter construimos nuestro relato histórico, los atributos que conforman nuestra personalidad, reforzamos nuestro posicionamiento, y emitimos nuestro discurso desintermediando con  los medios que median en los humores sociales.
En cuanto al despliegue territorial Twitter permite ser horizontal y profundo a muy bajo costo. Si se establecen dimensiones de compromiso eficaces, se puede construir una militancia 2.0 activa y sólida en una gran cantidad de especificidades territoriales en un período corto de tiempo. Twitter además permite nutrir, potenciar y gestionar las estructuras ya construidas.
En cuanto a la agenda, Twitter, si no se lo usa como micrófono, es decir solo para que nuestro mensaje emerja más fuerte y que lo escuchen más personas, sino para aprovechar su condición simétrica 2.0, podemos escuchar, podemos canalizar ideas, proyectos, necesidades e inquietudes y establecer diferenciales vigorosos con respecto al resto de la oferta política.

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