sábado, noviembre 03, 2012

Evolución del empleo, una mirada


Los atributos de consumo y empleo constituyen dos de los pilares de la fortaleza del modelo iniciado en mayo de 2003. Concurren para sostenerlos muchas alternativas de gestión y desiciones de política económica heterodoxas, la mayoría criticadas severamente por los gurúes que, con sus saberes llevaron al país a 24% de desempleo, 54% de pobreza y 27,6% de indigencia en la crisis del neoiliberalismo en el año 2001. 
Adicionalmente ya observamos en Ramble que en líneas generales, empleo y consumo son los motores del acompañamiento electoral contundente de 2011, a punto que el 50% de los votos obtenidos por el FPV son volátiles y consecuencia directa de la robustez de ambos indicadores observadas desde 2003 y en particular , su recuperación tras la caída de 2009. 

Para observar la marcha de la generación de empleo y su desagregado por rama , así como la perspectiva de este singular indicador de cara a 2013, leemos en Analytica una visión de la coyuntura. 

La actividad económica lentamente gana velocidad pero el empleo sigue muy rezagado. El frenazo del primer semestre está condicionando uno de los principales pilares de expansión del mercado interno. El desempleo no aumenta significativamente, pero tampoco baja, lo que empieza a reflejar ciertos límites del actual modelo.
Un repaso de los principales indicadores laborales da cuenta de esta realidad. Las suspensiones y despidos de trabajadores (medidos por Tendencias Económicas) durante el tercer trimestre han cedido respecto del turbulento segundo trimestre, pero todavía se ubican muy por encima de 2011. A diferencia de lo ocurrido en la crisis 2009 los despidos ahora son sistemáticamente inferiores a las suspensiones, lo que refleja la percepción empresaria de que se trata de un fenómeno más transitorio que permanente.
Igual lectura generan los datos de ocupación en la industria, ya que las horas trabajadas caen (+1,9% en el tercer trimestre) pero el empleo sigue aumentando (+1,2%), aunque a un ritmo cada vez más bajo. 
La EPH (Indec) da cuenta de una suba marginal de la desocupación entre el primer y segundo trimestre (de 7,1% de la PEA a 7,2%) pero refleja un aumento significativo en la población subocupada (de 7,4% a 9,4%). En otros términos, hay más personas ocupadas que podrían trabajar más horas y no lo puede hacer. 
La lectura es coincidente.
En el caso de una reciente encuesta elaborada por Manpower este enfriamiento en la demanda de empleo se mantiene. Según el estudio, sólo 12% de las empresas espera aumentar su dotación en 2013, mientras 9% proyecta una caída y 78% no espera cambios. El saldo neto positivo (+3%) es el peor desde la crisis 2009 y se ubica 14 puntos por debajo del registro del cuarto trimestre del año pasado.
La encuesta indica que en 4 de las 6 regiones del país se prevén incrementos en las dotaciones. Los planes de contratación más optimistas pueden observarse en la Patagonia (+22%) y en la región del NEA (+11%). Las proyecciones para el NOA (+7%) y el AMBA (+5%) son mucho más modestas. En tanto, los empleadores pronostican reducciones en Cuyo (-4%) y la región Pampeana (-2%).
En cuanto a la tendencia, es interesante notar que las expectativas para la Patagonia son las mejores de los últimos cuatro años, lo que ratifica la proyección de crecimiento que tiene la industria petrolera a partir del nuevo impulso generado por YPF. Para las restantes regiones la tendencia es preocupante: las expectativas se ubican en los mínimos post crisis 2009.
A nivel sectorial, la lectura es muy consistente con los tiempos que corren. Entre los más segmentos mas dinámicos en materia de creación de empleo se ubica la Administración Pública y Educación (+9%), seguida por servicios (+8%) y Manufacturas (+6%). El Estado se ha convertido en un demandante activo, el sector servicios se beneficia del sesgo pro consumo y la industria parece estár un poco más pujante de cara a 2013.
Un peldaño por debajo se ubican Comercio y Transporte y Servicios públicos (+5%). Los más golpeados son Finanzas, Seguros y Bienes Raíces (+2%), Agricultura y pesca (0%) y Minería y Construcción (-4%). Era previsible, el sector inmobiliario tiene que achicarse para sobrevivir en un entorno de muchos menos negocios y la construcción no termina de asimilar la falta de dólares.
El problema de fondo es que en todos los sectores las perspectivas para el cuarto trimestre se ubican en los niveles más bajos desde la recuperación post Lehman.
En síntesis, no estamos viendo un proceso de destrucción de empleo generalizado sino problemas puntuales en algunos sectores. Nos preocupan otros factores. Por un lado, la subocupación asociada a la fuerte desaceleración en la actividad, que debería atenuarse en los próximos meses cuando la economía vuelva a crecer en un entorno de entre 3% y 4%. Por el otro, la baja capacidad de generación de nuevos puestos de trabajo asociada a problemas mucho más difíciles de desactivar.
Concretamente la caída en la inversión (IBIF). Los datos oficiales del segundo trimestre dan cuenta de una baja de la IBIF de casi 4 puntos porcentuales con respecto a igual trimestre de 2011 (de 25% a 21%). Si bien en la segunda mitad del año se estaría recuperando, difícilmente supere 22% del PBI en el promedio del año. Un retroceso muy significativo respecto a los más de 24 puntos registrados un año antes.
Éste es el principal desafío del gobierno. Reactivar la inversión requiere, no sólo concentrarse en su financiación, sino también en otras problemáticas. Por caso, el margen de rentabilidad de muchas empresas sigue en baja desde el pico alcanzado en 2010. Las ganancias de las compañías que cotizan en el Merval se redujeron 20% en el último año y paralelamente el costo del capital se encareció significativamente. Más percepción de riesgo y menos rentabilidad es una ecuación que evidentemente deprime los “animal spirits” inversores.
Si no se trabaja sobre estos, y otros aspectos, el crecimiento del año próximo puede terminar impulsando sólo modestamente los niveles de empleo.

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