miércoles, marzo 30, 2005

¿Que es el protocolo de Kioto?


¿Qué es el Protocolo de Kioto?
Se trata de un acuerdo jurídicamente vinculante cuyo objetivo es que, en el período 2008-2012, los países industrializados reduzcan sus emisiones colectivas de gases que causan el efecto de invernadero en un 5,2%, respecto a 1990.
Se cree que este efecto está provocando, al menos en parte, el aumento de la temperatura del planeta.

Los gobiernos acordaron en 1997 el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU (UNFCCC). El acuerdo ha entrado en vigor el pasado 16 de febrero de 2005, sólo después de que 55 naciones que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero lo han ratificado. En la actualidad 166 países, lo han ratificado alcanzando el como indica el barómetro de la UNFCCC
El objetivo del Protocolo de Kioto es conseguir reducir un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el periodo 2008-2012. Este es el único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos. Para ello contiene objetivos legalmente obligatorios para que los países industrializados reducan las emisiones de los 6 gases de efecto invernadero de origen humano como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).


Principales países industrializados emisores en 1990
Estados Unidos (36,1%)
Unión Europea (24,2%)
Federación Rusa (17,4%)
Japón (8,5%)
Canadá (3,3%)
Australia (2,1%)
El acuerdo fue suscrito en la ciudad japonesa de Kioto el 10 de diciembre de 1997.
Entonces 34 países industrializados, la mayor parte de ellos europeos, se comprometieron a cumplir determinadas metas.
Para que el protocolo entrara en vigor, tenía que ser ratificado por los países industrializados causantes del 55% de las emisiones de estos gases.
Cuatro de los 34 países originales no lo han ratificado: Estados Unidos (responsable por el 36,1% de las emisiones entre los países industrializados en 1990), Australia (2,1%), Liechtenstein (0,001%) y Mónaco (0,001%).
En 2004, después de dos años de debates y negociaciones, Rusia ratificó el protocolo, lo que posibilitó que 90 días después, el 16 de febrero, éste entrara en vigor.



¿Cuáles son las metas del protocolo?
Los países industrializados firmantes se han comprometido a reducir las emisiones de seis gases contaminantes en un promedio de 5,2% entre los años 2008 y 2012, en relación con los niveles registrados en 1990.

Cada vez son más los países que adoptan sistemas alternativos de generación de energía.
Cada país signatario tiene sus propias metas. Las naciones de la Unión Europea deberán disminuir sus emisiones totales en un 8% (aunque algunos países miembros tienen metas diferentes en relación al desarrollo de su economía), mientras que Japón deberá hacerlo en un 5%.
En cambio, a algunos países con bajas emisiones se les autoriza a incrementarlas, lo que posibilita las negociaciones entre los países industrializados para reducir las emisiones.
El razonamiento es que, para la atmósfera, las fronteras nacionales carecen de significado: si un país industrializado invierte en el desarrollo de un mecanismo limpio desde el punto de vista medioambiental en otro país, se puede incluir como parte de su meta.
También los países que sobrepasen sus cuotas de emisiones podrán comprarles "unidades de carbono" a países que emitan menos.
Este sistema fue un gran incentivo para que Rusia decidiera ratificar el protocolo.
Como Rusia dejó de emitir miles de toneladas debido al cierre de muchas de sus industrias pesadas luego de la desintegración de la Unión Soviética, ahora podría recibir dinero de países más contaminantes.

¿Se han cumplido hasta ahora estas metas?
Los países industrializados disminuyeron sus emisiones combinadas en aproximadamente el 3% de 1990 a 2000, pero esto se debió principalmente al colapso económico de la ex Unión Soviética.
La ONU dice que las naciones industrializadas no están ahora cumpliendo con sus metas y predice que para 2010 las emisiones estarán 10% por encima de los niveles de 1990.
Sólo cuatro países de la Unión Europea podrían cumplir sus objetivos para el final de la década.


¿Por que Estados Unidos se retiró del acuerdo?
El presidente de EE.UU., George W. Bush, se retiró del protocolo en 2001, con el argumento de que éste dañaría gravemente la economía de su país.
El segundo mayor emisor de gases de efecto de invernadero del mundo es China. Sin embargo, se liberó a China de cualquier responsabilidad respecto al Protocolo de Kioto. Éste es un desafío que requiere un 100% de esfuerzo de nuestra parte, pero también del resto del mundo
George W Bush, presidente de EE.UU.
La Casa Blanca estima que el tratado está llamado al fracaso, parcialmente porque no exige a los países en desarrollo un recorte de las emisiones de gases.
Dos de estos países, China e India, se encuentran entre los mayores emisores de gases de efecto de invernadero.
Estados Unidos considera que el tratado es injusto y permitiría a estos países "no industrializados", pero con grandes industrias contaminantes, obtener ventajas, debido a que no tendrían que dedicar grandes inversiones para cumplir con el protocolo.
Sin embargo, Washington dice apoyar la reducción voluntaria de las emisiones y la aplicación de nuevas tecnologías ambientales.


¿Cuán importante o intrascendente es el Protocolo de Kioto?
Algunos estiman que el tratado es demasiado débil, que sin el apoyo de EE.UU. no puede prosperar, y que éste sólo toca el problema de manera superficial pues para controlar el problema se necesitan reducciones de hasta el 60%.

La creciente sequía podría estar vinculada al calentamiento global.
Otros creen que la no aplicación significaría un desastre y que, a pesar de sus deficiencias, el acuerdo aporta un marco adecuado para futuras negociaciones, que podrían completarse en una década.
A pesar de que el acuerdo no había entrado en vigor a escala internacional, ya era ley en algunos países.
Sin el protocolo, los políticos y empresas que busquen crear una situación ambiental más sana tendrían que enfrentar un panorama más difícil.



¿Cuál es la participación de los países en desarrollo?
El protocolo establece que estas naciones son las que menos contribuyen al cambio climático pero las que con más probabilidades sufrirán sus efectos.

China ratificó el protocolo, pero no tiene que cumplir ninguna meta.
Muchos países en desarrollo han firmado el acuerdo. Éstos no tienen que cumplir un objetivo específico.
Sin embargo, deben informar sobre sus niveles de emisión y desarrollar programas para reducirlas.
China e India, con economías crecientes y poblaciones numerosas, están entre los principales contaminantes.
Ambos ratificaron el protocolo, pero en términos reales no están jurídicamente obligados a cumplir ninguna meta.


¿Es suficiente el Protocolo de Kioto?
No, ni de cerca. Algunos científicos plantean que incluso si todos los países ratificaran el protocolo y cumplieran sus metas, los posibles cambios de la temperatura global serían mínimos.
Algunos de ellos argumentan que, ya que reducir las emisiones cuesta tanto y los resultados son tan insignificantes, los esfuerzos deberían dirigirse a la adaptación a las nuevas condiciones climáticas.
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¿Qué sigue?
Los principales interesados en la Convención de Cambio Climático quieren empezar a hablar de lo que ocurrirá después de 2012.
¿Deben empezar a reducir sus emisiones países como India y China, las más industrializadas de las naciones en desarrollo?

¿Y qué hacer con las emisiones de aviones y barcos fuera de las fronteras nacionales?
¿Y qué hacer con las emisiones que producen aviones y barcos que están fuera de las fronteras nacionales?
¿Debe la siguiente fase operar igualmente, sólo que con más rigor? Eso excluiría a EE.UU., que está tan alejado de su nivel de emisiones en 1990, que no es realista pensar que acepte reducir sus índices a niveles anteriores.
Los estadounidenses siguen pidiendo que se apliquen reducciones voluntarias e incentivos, en lugar de regulaciones internacionales.
También prefieren un sistema que se base en la "intensidad de carbonos" -cuánto carbón, petróleo o gas se necesita para un producción determinada- y no en niveles de emisión absolutos.



QUÉ ES EL COMERCIO DE EMISIONES


Los mercados de carbono surgen en el mundo como una vía complementaria, alternativa y económicamente viable al compromiso asumido por muchos países, empresas e individuos para disminuir las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero (GEI), una de las principales causas del cambio climático que está sufriendo el planeta.
Los mercados de carbono pueden definirse genéricamente como el ámbito donde se negocian e intercambian unidades representantivas de derechos de emisión de GEI y/o certificados de reducción de emisiones entre gobiernos, corporaciones privadas, organismos internacionales, brokers, bancos e individuos.
Desde el punto de vista ambiental y en atención a las características de sustituibilidad de los GEI en la atmósfera, sin perjuicio del lugar físico o jurisdicción política desde donde se emitan, es posible referirse a estos mercados como de dimensiones globales y a los permisos y/o créditos que se comercializan en ellos como commodities.
El mundo registra transacciones basadas en GEI desde la década de los 90, ya sea como complemento de sistemas de reducción de emisiones impuestos a nivel nacional y/o estatal y/o iniciativas de empresarios que buscan mejorar una imagen corporativa en base a estas prácticas que son vistas como "ambientalmente amigables".
Sin embargo, el verdadero impulso a los mercados de carbono se produce a partir de la entrada en vigencia del Protocolo de Kioto (PK) en el mes de febrero de 2005 y del lanzamiento de sistemas de comercio de emisiones de GEI nacionales y/o regionales que se anticiparon al mismo (como el UK Emission Trading Scheme en el Reino Unido o más recientemente el EU Emission Trading Scheme en la Unión Europea) y que, en el último caso, admite el comercio de unidades de carbono previstas por el Protocolo.

¿Qué es el Protocolo de Kioto?
El PK es un tratado de alcance internacional creado en 1997 cuyo aspecto más relevante es la fijación e imposición de límites cuantitativos para las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) de los países industrializados. El PK fue ideado con el objeto de poner en marcha la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CNUCC) acordada en la Conferencia de Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas realizada en la ciudad de Río de Janeiro en el año 1992.
A través del PK los países desarrollados del mundo, que han ratificado el acuerdo, asumieron un compromiso legal y vinculante de reducir sus emisiones de GEI en un promedio de 5,2% con respecto a los niveles de emisiones del año 1990. Esta reducción de emisiones debe realizarse en el período 2008-2012 al finalizar el llamado "Primer período de compromiso".
Los países ratificantes del PK se denominan Partes y se agrupan según su grado de desarrollo como países Anexo I y países no Anexo I. El primer grupo se integra con países desarrollados que han adoptado compromisos de reducción de GEI y el segundo con países en desarrollo que, por este motivo, no han asumido obligaciones de disminución de emisiones pero que contribuyen al objetivo del Protocolo a través de la acogida en sus territorios de actividades que reduzcan y/o absorban cantidades de GEI en la atmósfera.
El PK contempla la disminución de seis clases de GEI: dióxido de carbono (CO2); metano (CH4); óxido nitroso (N2O); hidrofluorocarbonos (HFC); perfluoro carbono (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6) a un 5,2% menos del nivel de emisiones de 1990. A estos gases se les asigna un potencial de generación de efecto invernadero que permite referenciar cada uno al CO2 y así utilizar como unidad común de referencia el CO2 equivalente.
Con carácter suplementario a las políticas nacionales de reducción de emisiones de GEI, el PK introduce tres mecanismos cuyo objetivo principal es ofrecer a las Partes medios para recortar las emisiones con menos gastos en el exterior que en el propio país, promoviendo el desarrollo de un mercado global de comercialización de permisos y/o créditos de carbono:
- Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL): a través del MDL se promueve la realización de proyectos de reducción y/o absorción de emisiones de GEI en países no Anexo I a cambio de reducciones de emisiones certificadas (CER). Los CER derivados de estos proyectos pueden ser comercializados libremente y serán finalmente utilizados por las Partes del Anexo I para dar cumplimiento a las obligaciones asumidas en Kioto. Los proyectos MDL deben contar con la aprobación de todas las Partes implicadas (no Anexo I y Anexo I involucradas) y ser registrados ante la Junta Ejecutiva del MDL (EB), dependiente de la Conferencia de las Partes del PK. Los proyectos MDL deben contribuir al desarrollo sostenible y dar lugar a beneficios reales, mensurables y duraderos para el clima, en forma de reducción y/o absorción de emisiones de GEI, adicionales a las que se habrían producido sin el proyecto.
- Mecanismo de Implementación Conjunta (IC): el IC permite a los países Anexo I ejecutar proyectos que reduzcan las emisiones o consigan una mayor absorción utilizando sumideros, en otros países Anexo I. Las unidades de reducción de emisiones (ERU) generadas por estos proyectos pueden utilizarse por las Partes inversoras Anexo I para ayudar a cumplir sus objetivos de emisión. Los proyectos de IC deben contar con la aprobación de todas las Partes involucradas para dar lugar a las reducciones y absorciones de emisiones que sean adicionales a las que se habrían registrado en su ausencia.
- Comercio de derechos de emisión: a través de este régimen los países del Anexo I y/o sus empresas pueden comercializar libremente unidades de sus cantidades atribuidas (AAU) que les fueron asignadas de conformidad con sus niveles de emisiones de GEI y de acuerdo con los términos del Protocolo. Este sistema permite a las Partes Anexo I adquirir AAU de aquellos sectores que cuenten con excedentes de las mismas por haberles resultado más fácil y económico disminuir las cantidades de GEI que envían a la atmósfera en sus actividades y/o procesos productivos.



El comercio de emisiones es, como su propio nombre indica, una compra-venta de emisiones de gases de efecto invernadero entre países que tengan objetivos establecidos dentro del Protocolo de Kioto; es decir entre los países industrializados o pertenecientes al Anexo I del Protocolo de Kioto. De esta manera, los que reduzcan sus emisiones más de lo comprometido podrán vender los certificados de emisiones excedentarios a los países que no hayan alcanzado cumplir con su compromiso.
Dentro de las emisiones con las que se podrá negociar, se encuentran todas las emisiones de los gases de efecto invernadero procedentes de: 1.-las cuotas de emisión asignadas por Kioto (sólo en caso de que hayan cumplido su objetivo), 2.- Emisiones procedentes de la Aplicación Conjunta y del los Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Si algún país vendiese más cuotas de emisión de las permitidas se le prohibirá vender CO2 hasta que restaure los niveles exigidos teniendo un plazo de 30 días para ello.
El comercio de derechos de emisión no reduce por sí mismo las emisiones, sino que puede suponer una redistribución de las emisiones entre los países industrializados. La única manera de que este instrumento tenga algún beneficio medioambiental es establecer una cuota total estricta de los derechos de emisión que garantice el cumplimiento del Protocolo de Kioto.
Este comercio de emisiones, entrará en pleno funcionamiento en el 2008 a nivel internacional según el Protocolo de Kioto. Para ello, entró en vigor en octubre de 2003 una Directiva de la UE que supone el comienzo del sistema europeo de comercio de emisiones de gases de efecto invernadero (SECE) Para preparar el SECE, y en esta misma directiva, se establece la necesidad de asignar la cantidad de emisiones a distribuir entre distintos sectores, responsables de entre el 45-50% de las emisiones, mediante el Plan Nacional de Asignación (PNA). En el PNA se ha establecido la cantidad de emisiones que podrá emitir cada uno de los sectores implicados inicialmente: generación de electricidad con combustibles fósiles, refinerías, coquerías e instalaciones de combustión de más de 20 MW térmicos (lo que incluye gran parte de la cogeneración); el sector del cemento, la cerámica y el vidrio; la siderurgia; el sector del papel-cartón y pulpa de papel. En caso de que estos sectores superen las cuotas asignadas tendrán que ir al mercado de emisiones para cubrir la parte de exceso de emisiones.

La evolución de los mercados de carbono en el mundo es y debe ser acompañada por los mercados de capitales. La operatoria de activos de carbono a través de mercados organizados aporta sustanciales beneficios a las partes involucradas e incluyen:
Liquidez: los mercados organizados contribuyen a generar liquidez cuando los participantes del mercado saben que pueden cerrar sus operaciones y protegerse del riesgo que ellas involucran a través de las estructuras bursátiles.
Transparencia de precios: negociar en mercados líquidos crea un precio transparente y confiable para los certificados de carbono y ello contribuye a generar confianza en los inversores.
Regulación: el control y regulación a la que están sometidos los mercados organizados crea un ambiente seguro y más atractivo para la operatoria de títulos y genera un entorno auspicioso para la creación y promoción de instrumentos financieros que apoyen y contribuyan al desarrollo del mercado de carbono.
Texto completo del protocolo de Kyoto







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