domingo, julio 20, 2008

OMC: la previa de una reunión clave


Los ministros de unos 30 países darán inicio el lunes en Ginebra a un cónclave que se prolongará toda la semana. El optimismo es generalizado, pero si no se logra un avance significativo la Ronda se enfrentaría a un fracaso rotundo.



Desde la importación de banano hasta las reglas para proteger los nombres de los productos, oficiales comerciales y diplomáticos trabajan hoy en una diversidad de cuestiones ante la inminencia de la reunión ministerial clave de la próxima semana para cerrar el demorado acuerdo comercial multilateral.

Según los expertos, la importancia de las conversaciones de la Ronda Doha de la próxima semana va más allá de los detalles de recortes de aranceles y subsidios: el diálogo, que comienza el lunes, destacará la capacidad de la comunidad internacional de lidiar con problemas mayúsculos como la crisis alimentaria.

\"Si los gobiernos no pueden llegar a un acuerdo en el ámbito comercial, me gustaría saber que van a hacer con respecto al cambio climático durante el próximo lustro”, advirtió Patrick Low, Jefe Economista de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

La agenda de las negociaciones ha fracasado repetidamente desde que fue lanzada en 2001 para incrementar la apertura del comercio internacional y ayudar a las exportaciones de las naciones en desarrollo. Pero los negociadores dicen que ahora hay una sensación de urgencia, e incluso de optimismo. En concreto, ministros de alrededor de 30 países se reunirán en Ginebra para intentar ponerse de acuerdo en las áreas de agricultura y bienes industriales, y evitar que el diálogo se prolongue más y caiga en un nuevo estancamiento ante la reticencia del demócrata presidenciable en Estados Unidos.

Kamal Nath, Ministro de Comercio de India, una de los países emergentes clave en la Ronda, dijo ayer por la noche, al arribar a Ginebra, que cualquier acuerdo debería hacer frente a tres desafíos: finanzas, alimentos y combustibles. \"Estas cuestiones son el telón de fondo, el sustento de las negociaciones”, agregó.

El optimismo de un final feliz para la Ronda parece ser generalizado y no discrimina entre países desarrollados y emergentes. Tanto George W. Bush, Presidente estadounidense, como Luiz Inacio Lula da Silva, mandatario de Brasil, han insistido en la necesidad de un acuerdo.

Le eventualidad de un pacto depende del grado de apertura del mercado agrícola, mediante el recorte de tarifas y aranceles, que ofrezcan las naciones ricas como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Unión Europea (UE). Pero también depende del nivel de acceso que países como Brasil e India impriman a sus mercados de bienes industriales y servicios a través del recorte de gravámenes. Así las cosas, la gran pregunta es si mediante las negociaciones los ministros pueden superar las diferencias que dividen al mundo desarrollado del mundo en desarrollo.

Francia, el mayor productor agrícola de la UE y actualmente al frente del bloque, ha insistido en que ya ha llegado al tope de sus concesiones en materia agrícola. \"Tenemos un objetivo en común, que es el equilibrio de las conversaciones teniendo en cuenta las concesiones que la UE ya ha efectuado”, afirmó la Secretaria de Comercio de Francia, Anne-Marie Idrac.

Ante este panorama, los países pobres, acudiendo al mandato de desarrollo de la Ronda Doha, alegan que tiene que abrir sus mercados en un grado menor a la apertura de los países ricos. Pero, por el contrario, se les está pidiendo que expongan a sus agriculturas de subsistencia e industrias subdesarrolladas a la competencia internacional, mientras las naciones desarrolladas protegen a sus agricultores. Los países ricos dicen que no pueden cerrar un acuerdo que implique grandes sacrificios en materia de protección agrícola a menos que identifiquen ganancias reales en el acceso a mercados como India y China. Además, las naciones en desarrollo consideran que los mayores beneficios se darían en el ámbito del comercio Sur-Sur, entre los mismos países en desarrollo.

La prerrogativa de la OMC, subrayada en el reporte de esta semana sobre comercio y globalización en 2008, es que el libre comercio incrementa la prosperidad: tiene la capacidad de generar ganadores y perdedores, pero, en suma, las naciones salen beneficiadas. pero muchas organizaciones no gubernamentales cuestionan esta perspectiva, alegando que las propuestas de Doha exponen a los agricultores y trabajadores de los países pobres a mayor pobreza, y establecen la dependencia de las naciones emergentes de las desarrolladas.
Fuente: Adnmundo

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