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viernes, febrero 20, 2009
Davos: como cerrar Doha, de manera sostenible
En Davos se plantearon algunas líneas interesantes con la idea de abrir canales que permitan cerrar Doha, y dar un salto importante en materia ambiental, énérgetica e hídrica, vitales para hacer sostenible cualqueir modelo post crisis.
El compromiso principal de los ministros que participaron (Australia, Brasil, China, India, Japón, Sudáfrica, el Comisario europeo de Comercio, Estados Unidos entre otros) ha sido el frenar la corriente de pensamiento proteccionista, cuyo punto mas visible es la cláusula americana del “buy american” en referencia a la utilización del acero americano para estimular la economía estadounidense y la decisión europea de conceder subsidios para la exportación de la leche.
El espíritu de la propuesta es evitar que se levanten nuevas barreras sobre los intercambios y generar reglas de juego que se ajusten a los principios de la OMC, con el objetivo de estimular los intercambios bilaterales. Es allí en el comercio donde la crisis económica global encunetra su traducción mas fiel en el terreno. Sin embargo, no se pudo establecer una fecha para una reunión ministerial para terminar la Ronda de Doha . El proceso negociador iniciado en Qatar en 2001, desde hace años está en una situación de estancamiento por las diferencias entre países emergentes y los países ricos , basada esencialmente en cuestiones ligadas a las modalidades de los recortes en los aranceles y subsidios para los productos agrícolas e industriales. Los paises centrales no quieren recortar subsidios y los emergentes no quieren recortar aranceles.
Los conflictos podriamos situarlos en tres niveles y tienen a EE.UU como eje en todos los casos
Las diferencias acerca del tipo de cambio Yuan-Dólar, Washington acusa a Pekín de desarrollar intencionalmente una política de devaluación de la moneda local para favorecer sus exportaciones, y amenaza con la ley americana que garantiza a Washington la facultad de iniciar un procedimiento sancionador (aranceles sobre las importaciones), en el caso de que hubiese una manipulación del tipo de cambio .
El conflicto generado por la nuclearización de Irán, y las alternativas de disuasión económica, diplomatica y de canales de dialogo antes de llegar a la opción militar.
Advertencia por parte de la UE hacia Estados Unidos, presionando para un “no” categórico a cada forma de proteccionismo.
La sensación general es que China y Europa están preocupadas por las decisiones sobre política económica americana, situándolas como determinantes para el desarrollo de la situación económica global. Tanto Pekín como Bruselas son muy pesimistas. Una ley que prohíba la venta o compra de productos europeos en territorio estadounidense conllevaría una dura reacción europea. La misma “Buy America”, que limita las financiaciones a las obras públicas a las empresas que utilizan acero americano, está llevando a Europa hacia una iniciativa oficial recurriendo al OMC.
Los macro-objetivos
El encuentro de Davos ha hecho surgir la voluntad de tomar decisiones que garanticen soluciones comunes a la crisis mundial. El objetivo a corto plazo es el de acordar entre ellos las prioridades y las agendas económicas y climáticas durante 2009, con el fin de crear oportunidades.
Entre los puntos principales expresados en Davos:
La idea de utilizar los fondos anticiclicos para estimular la demanda, con el fin de generando empleos con la idea de reducir las emisiones de carbono y ya que se invierte hacerlo verde.
La petición a las industrias, gobiernos y a la sociedad en general de emprender proyectos que sean aplicables a la economía a corto plazo, así como para hacer frente al cambio climático a largo plazo.
Energía, agua, alimentación y clima
Según el informe presentado en Davos, a menos que se inviertan unos 515.000 millones de dólares al año en energía limpia hasta 2030, las emisiones de carbono alcanzarán un nivel considerado como insostenible por la comunidad científica. Más allá del énfasis impuesto en el problema del calentamiento global, cuestión aún debatida en la comunidad científica, la cuestión es la de elaborar un gran proceso de reconversión de la industria global, en concreto, la de las grandes potencias occidentales, de China y de otras economías emergentes, que deberán desvincularse de la dependencia del combustible fósil.
En el informe se identifican ocho sectores para invertir en energías alternativas: eólica terrestre, eólica marítima, solar fotovoltaica, generación de electricidad con energía solar térmica, energía con los desechos, etanol con remolacha de azúcar, biocombustibles y energía geotérmica. Adaptar cada una de las legislaciones nacionales a estos ocho sectores de desarrollo representaría el paso decisivo para impulsar la economía, con empresas listas para invertir y nuevos puestos de trabajo, muchos de ellos especializados.
El segundo informe presentado es el vinculado a los escenarios económicos y geopolíticos, ligados a los recursos hídricos. En los próximos veinte años, el agua será el eje entre alimentación, energía, clima, crecimiento económico y seguridad. En Estados Unidos, el 39% de los recursos hídricos es utilizado por el sector energético, mientras que en Europa se usa el 31%.
Para 2030 el consumo de agua en el sector energético americano crecerá en un 165%.
Sin agua no hay agro, la estimación de un aumento para 2025 de la demanda global de cereales en 828 millones de toneladas (+42% respecto a la actual), incrementará el consumo de agua principalmente en el sector agrícola. A esto se suma la seguridad interna ligada a la escasez de agua, tanto en el sentido de aprovisionamiento para el consumo doméstico como en términos sanitarios.
Este documento presentado en Davos está compuesto por 12 puntos que giran en torno a la necesidad de encontrar inversores privados o públicos que sostengan las previsiones hechas en el documento, abrir un proceso de esclarecimiento acerca del problema del agua, mostrando al mundo que la escasez del agua es un problema real y que tendrá repercusiones dramáticas sobre la economía y sobre la alimentación de muchas regiones del mundo.
El aumento de la población incrementará la presión sobre la agricultura que pedirá mas agua, y el crecimiento económico que el mundo retomara despues de esta crisis exigirá mayor cantidad de agua para las industrias y para las zonas urbanas.
El encuentro de Davos empuja a los gobiernos a modificar las legislaciones internas en materia agrícola e incrementar el comercio internacional, y les plantea a Estados Unidos y a Europa trabajar mas sobre la certidumbre energética, la cual tiene un impacto muy fuerte sobre el problema del agua y el agro.
Hacen falta inversiones en los paises centrales en infraestructuras hídricas para ganar eficacia, hacen falta creditos blandos del sector público o subsidios al sector financiero privado para que se involucren en estos temas como fondeadores.
Rubén Weinsteiner
Davos: como cerrar Doha, de manera sostenible
En Davos se plantearon algunas líneas interesantes con la idea de abrir canales que permitan cerrar Doha, y dar un salto importante en materia ambiental, énérgetica e hídrica, vitales para hacer sostenible cualqueir modelo post crisis.
El compromiso principal de los ministros que participaron (Australia, Brasil, China, India, Japón, Sudáfrica, el Comisario europeo de Comercio, Estados Unidos entre otros) ha sido el frenar la corriente de pensamiento proteccionista, cuyo punto mas visible es la cláusula americana del “buy american” en referencia a la utilización del acero americano para estimular la economía estadounidense y la decisión europea de conceder subsidios para la exportación de la leche.
El espíritu de la propuesta es evitar que se levanten nuevas barreras sobre los intercambios y generar reglas de juego que se ajusten a los principios de la OMC, con el objetivo de estimular los intercambios bilaterales. Es allí en el comercio donde la crisis económica global encunetra su traducción mas fiel en el terreno. Sin embargo, no se pudo establecer una fecha para una reunión ministerial para terminar la Ronda de Doha . El proceso negociador iniciado en Qatar en 2001, desde hace años está en una situación de estancamiento por las diferencias entre países emergentes y los países ricos , basada esencialmente en cuestiones ligadas a las modalidades de los recortes en los aranceles y subsidios para los productos agrícolas e industriales. Los paises centrales no quieren recortar subsidios y los emergentes no quieren recortar aranceles.
Los conflictos podriamos situarlos en tres niveles y tienen a EE.UU como eje en todos los casos
Las diferencias acerca del tipo de cambio Yuan-Dólar, Washington acusa a Pekín de desarrollar intencionalmente una política de devaluación de la moneda local para favorecer sus exportaciones, y amenaza con la ley americana que garantiza a Washington la facultad de iniciar un procedimiento sancionador (aranceles sobre las importaciones), en el caso de que hubiese una manipulación del tipo de cambio .
El conflicto generado por la nuclearización de Irán, y las alternativas de disuasión económica, diplomatica y de canales de dialogo antes de llegar a la opción militar.
Advertencia por parte de la UE hacia Estados Unidos, presionando para un “no” categórico a cada forma de proteccionismo.
La sensación general es que China y Europa están preocupadas por las decisiones sobre política económica americana, situándolas como determinantes para el desarrollo de la situación económica global. Tanto Pekín como Bruselas son muy pesimistas. Una ley que prohíba la venta o compra de productos europeos en territorio estadounidense conllevaría una dura reacción europea. La misma “Buy America”, que limita las financiaciones a las obras públicas a las empresas que utilizan acero americano, está llevando a Europa hacia una iniciativa oficial recurriendo al OMC.
Los macro-objetivos
El encuentro de Davos ha hecho surgir la voluntad de tomar decisiones que garanticen soluciones comunes a la crisis mundial. El objetivo a corto plazo es el de acordar entre ellos las prioridades y las agendas económicas y climáticas durante 2009, con el fin de crear oportunidades.
Entre los puntos principales expresados en Davos:
La idea de utilizar los fondos anticiclicos para estimular la demanda, con el fin de generando empleos con la idea de reducir las emisiones de carbono y ya que se invierte hacerlo verde.
La petición a las industrias, gobiernos y a la sociedad en general de emprender proyectos que sean aplicables a la economía a corto plazo, así como para hacer frente al cambio climático a largo plazo.
Energía, agua, alimentación y clima
Según el informe presentado en Davos, a menos que se inviertan unos 515.000 millones de dólares al año en energía limpia hasta 2030, las emisiones de carbono alcanzarán un nivel considerado como insostenible por la comunidad científica. Más allá del énfasis impuesto en el problema del calentamiento global, cuestión aún debatida en la comunidad científica, la cuestión es la de elaborar un gran proceso de reconversión de la industria global, en concreto, la de las grandes potencias occidentales, de China y de otras economías emergentes, que deberán desvincularse de la dependencia del combustible fósil.
En el informe se identifican ocho sectores para invertir en energías alternativas: eólica terrestre, eólica marítima, solar fotovoltaica, generación de electricidad con energía solar térmica, energía con los desechos, etanol con remolacha de azúcar, biocombustibles y energía geotérmica. Adaptar cada una de las legislaciones nacionales a estos ocho sectores de desarrollo representaría el paso decisivo para impulsar la economía, con empresas listas para invertir y nuevos puestos de trabajo, muchos de ellos especializados.
El segundo informe presentado es el vinculado a los escenarios económicos y geopolíticos, ligados a los recursos hídricos. En los próximos veinte años, el agua será el eje entre alimentación, energía, clima, crecimiento económico y seguridad. En Estados Unidos, el 39% de los recursos hídricos es utilizado por el sector energético, mientras que en Europa se usa el 31%.
Para 2030 el consumo de agua en el sector energético americano crecerá en un 165%.
Sin agua no hay agro, la estimación de un aumento para 2025 de la demanda global de cereales en 828 millones de toneladas (+42% respecto a la actual), incrementará el consumo de agua principalmente en el sector agrícola. A esto se suma la seguridad interna ligada a la escasez de agua, tanto en el sentido de aprovisionamiento para el consumo doméstico como en términos sanitarios.
Este documento presentado en Davos está compuesto por 12 puntos que giran en torno a la necesidad de encontrar inversores privados o públicos que sostengan las previsiones hechas en el documento, abrir un proceso de esclarecimiento acerca del problema del agua, mostrando al mundo que la escasez del agua es un problema real y que tendrá repercusiones dramáticas sobre la economía y sobre la alimentación de muchas regiones del mundo.
El aumento de la población incrementará la presión sobre la agricultura que pedirá mas agua, y el crecimiento económico que el mundo retomara despues de esta crisis exigirá mayor cantidad de agua para las industrias y para las zonas urbanas.
El encuentro de Davos empuja a los gobiernos a modificar las legislaciones internas en materia agrícola e incrementar el comercio internacional, y les plantea a Estados Unidos y a Europa trabajar mas sobre la certidumbre energética, la cual tiene un impacto muy fuerte sobre el problema del agua y el agro.
Hacen falta inversiones en los paises centrales en infraestructuras hídricas para ganar eficacia, hacen falta creditos blandos del sector público o subsidios al sector financiero privado para que se involucren en estos temas como fondeadores.
Rubén Weinsteiner
miércoles, noviembre 26, 2008
Brasil busca el auxilio de China para aceitar su maquinaria exportadora
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguran desde el Ministerio brasileño de Agricultura. El plan del país sudamericano es atraer inversiones chinas para mejorar puertos y carreteras.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
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Brasil busca el auxilio de China para aceitar su maquinaria exportadora
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguran desde el Ministerio brasileño de Agricultura. El plan del país sudamericano es atraer inversiones chinas para mejorar puertos y carreteras.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
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jueves, noviembre 06, 2008
La plataforma en materia de Comercio Internacional de Obama
El Presidente recientemente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido seguir adelante con las negociaciones comerciales de la Ronda Doha y trabajar para fortalecer las cláusulas laborales y ambientales en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Pero eso no abarca la totalidad de sus posiciones en temas comerciales. Sobre el TLCAN, Obama quiere trabajar con los líderes de Canadá y México para mejorar el pacto y fortalecer los capítulos vinculados con el empleo y el medio ambiente.
En cuanto al TLC con Colombia, cree que el país sudamericano debe intensificar sus esfuerzos para reducir los asesinatos y los hechos de violencia contra los sindicalistas antes de que el Congreso de Estados Unidos pueda votar el acuerdo.
Con respecto al TLC pendiente con Corea del Sur, Obama quiere renegociar el pacto para fortalecer lo que considera cláusulas "defectuosas" en materia agrícola y manufacturera.
En las conversaciones globales sobre la Ronda Doha, sostiene que trabajará para llegar a un acuerdo que incremente las exportaciones estadounidenses, cree empleos de calidad, fortalezca el sistema multilateral y fomente el desarrollo de los países más pobres. A su vez, cree que Estados Unidos necesita ser más agresivo a la hora de presentar casos en la OMC contra países que violen las reglas del comercio mundial.
Obama también está a favor de medidas más fuertes contra China, incluyendo presentar casos ante la OMC, para presionar a Beijing sobre algunas prácticas comerciales y cambiarias que perjudican a las exportaciones estadounidenses.
El estadounidense quiere reestructurar la autoridad comercial conocida como "vía rápida" o "fast track", para dar al Congreso un rol mayor a la hora de elegir a los países con los cuales Estados Unidos podría entablar negociaciones de libre comercio.
Se inclina a que todos los acuerdos comerciales, incluyendo a la Ronda Doha, contengan obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la inmigración, apoya disponer personal adicional y otros recursos en la frontera para frenar la inmigración ilegal y promete una ofensiva contra los empleadores que contraten a personas indocumentadas. Además, favorece reformas que permitan que más trabajadores extranjeros ingresen legalmente al país para cubrir la demanda de empleo que los empleadores estadounidenses no pueden llenar.
Pero eso no abarca la totalidad de sus posiciones en temas comerciales. Sobre el TLCAN, Obama quiere trabajar con los líderes de Canadá y México para mejorar el pacto y fortalecer los capítulos vinculados con el empleo y el medio ambiente.
En cuanto al TLC con Colombia, cree que el país sudamericano debe intensificar sus esfuerzos para reducir los asesinatos y los hechos de violencia contra los sindicalistas antes de que el Congreso de Estados Unidos pueda votar el acuerdo.
Con respecto al TLC pendiente con Corea del Sur, Obama quiere renegociar el pacto para fortalecer lo que considera cláusulas "defectuosas" en materia agrícola y manufacturera.
En las conversaciones globales sobre la Ronda Doha, sostiene que trabajará para llegar a un acuerdo que incremente las exportaciones estadounidenses, cree empleos de calidad, fortalezca el sistema multilateral y fomente el desarrollo de los países más pobres. A su vez, cree que Estados Unidos necesita ser más agresivo a la hora de presentar casos en la OMC contra países que violen las reglas del comercio mundial.
Obama también está a favor de medidas más fuertes contra China, incluyendo presentar casos ante la OMC, para presionar a Beijing sobre algunas prácticas comerciales y cambiarias que perjudican a las exportaciones estadounidenses.
El estadounidense quiere reestructurar la autoridad comercial conocida como "vía rápida" o "fast track", para dar al Congreso un rol mayor a la hora de elegir a los países con los cuales Estados Unidos podría entablar negociaciones de libre comercio.
Se inclina a que todos los acuerdos comerciales, incluyendo a la Ronda Doha, contengan obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la inmigración, apoya disponer personal adicional y otros recursos en la frontera para frenar la inmigración ilegal y promete una ofensiva contra los empleadores que contraten a personas indocumentadas. Además, favorece reformas que permitan que más trabajadores extranjeros ingresen legalmente al país para cubrir la demanda de empleo que los empleadores estadounidenses no pueden llenar.
La plataforma en materia de Comercio Internacional de Obama
El Presidente recientemente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido seguir adelante con las negociaciones comerciales de la Ronda Doha y trabajar para fortalecer las cláusulas laborales y ambientales en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Pero eso no abarca la totalidad de sus posiciones en temas comerciales. Sobre el TLCAN, Obama quiere trabajar con los líderes de Canadá y México para mejorar el pacto y fortalecer los capítulos vinculados con el empleo y el medio ambiente.
En cuanto al TLC con Colombia, cree que el país sudamericano debe intensificar sus esfuerzos para reducir los asesinatos y los hechos de violencia contra los sindicalistas antes de que el Congreso de Estados Unidos pueda votar el acuerdo.
Con respecto al TLC pendiente con Corea del Sur, Obama quiere renegociar el pacto para fortalecer lo que considera cláusulas "defectuosas" en materia agrícola y manufacturera.
En las conversaciones globales sobre la Ronda Doha, sostiene que trabajará para llegar a un acuerdo que incremente las exportaciones estadounidenses, cree empleos de calidad, fortalezca el sistema multilateral y fomente el desarrollo de los países más pobres. A su vez, cree que Estados Unidos necesita ser más agresivo a la hora de presentar casos en la OMC contra países que violen las reglas del comercio mundial.
Obama también está a favor de medidas más fuertes contra China, incluyendo presentar casos ante la OMC, para presionar a Beijing sobre algunas prácticas comerciales y cambiarias que perjudican a las exportaciones estadounidenses.
El estadounidense quiere reestructurar la autoridad comercial conocida como "vía rápida" o "fast track", para dar al Congreso un rol mayor a la hora de elegir a los países con los cuales Estados Unidos podría entablar negociaciones de libre comercio.
Se inclina a que todos los acuerdos comerciales, incluyendo a la Ronda Doha, contengan obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la inmigración, apoya disponer personal adicional y otros recursos en la frontera para frenar la inmigración ilegal y promete una ofensiva contra los empleadores que contraten a personas indocumentadas. Además, favorece reformas que permitan que más trabajadores extranjeros ingresen legalmente al país para cubrir la demanda de empleo que los empleadores estadounidenses no pueden llenar.
Pero eso no abarca la totalidad de sus posiciones en temas comerciales. Sobre el TLCAN, Obama quiere trabajar con los líderes de Canadá y México para mejorar el pacto y fortalecer los capítulos vinculados con el empleo y el medio ambiente.
En cuanto al TLC con Colombia, cree que el país sudamericano debe intensificar sus esfuerzos para reducir los asesinatos y los hechos de violencia contra los sindicalistas antes de que el Congreso de Estados Unidos pueda votar el acuerdo.
Con respecto al TLC pendiente con Corea del Sur, Obama quiere renegociar el pacto para fortalecer lo que considera cláusulas "defectuosas" en materia agrícola y manufacturera.
En las conversaciones globales sobre la Ronda Doha, sostiene que trabajará para llegar a un acuerdo que incremente las exportaciones estadounidenses, cree empleos de calidad, fortalezca el sistema multilateral y fomente el desarrollo de los países más pobres. A su vez, cree que Estados Unidos necesita ser más agresivo a la hora de presentar casos en la OMC contra países que violen las reglas del comercio mundial.
Obama también está a favor de medidas más fuertes contra China, incluyendo presentar casos ante la OMC, para presionar a Beijing sobre algunas prácticas comerciales y cambiarias que perjudican a las exportaciones estadounidenses.
El estadounidense quiere reestructurar la autoridad comercial conocida como "vía rápida" o "fast track", para dar al Congreso un rol mayor a la hora de elegir a los países con los cuales Estados Unidos podría entablar negociaciones de libre comercio.
Se inclina a que todos los acuerdos comerciales, incluyendo a la Ronda Doha, contengan obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la inmigración, apoya disponer personal adicional y otros recursos en la frontera para frenar la inmigración ilegal y promete una ofensiva contra los empleadores que contraten a personas indocumentadas. Además, favorece reformas que permitan que más trabajadores extranjeros ingresen legalmente al país para cubrir la demanda de empleo que los empleadores estadounidenses no pueden llenar.
sábado, octubre 18, 2008
Levantar la barrera regional
El secretario de Industria, Fernando Fraguío, aseguró que pedirán aumentar el arancel común del bloque para preservar a todos los países miembro de un incremento en las importaciones asiáticas. Diferencias con Brasil.
Luego de anunciar las primeras medidas comerciales para enfrentar la crisis financiera internacional, el Gobierno propondrá a sus socios del Mercosur aumentar el Arancel Externo Común (AEC) para preservar al bloque de un incremento en las importaciones de origen asiático. Así lo reveló el secretario de Industria, Fernando Fraguío, aunque no precisó en qué productos. La iniciativa también cuenta con el visto bueno de Paraguay, pero el gobierno brasileño no parece dispuesto a modificarlo. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, ya había afirmado esta semana que no creía que el “Mercosur vaya en esa dirección”. El secretario de Comercio Exterior del país vecino, Welber Barral, salió ayer a calmar las presiones de los socios del bloque y apuntó que las medidas se discutirán recién en la reunión de cancilleres y ministros de Economía prevista para el 27 de este mes.
“En algunas gamas de productos hay margen para subir el Arancel Externo Común”, afirmó Fraguío que prefirió no adelantar qué productos están en la mira. El valor máximo, convenido entre el Mercosur y la Organización Mundial del Comercio (OMC), al que puede ascender la alícuota es del 35 por ciento y las modificaciones deben ser acordadas por todos los miembros del bloque. “Los movimientos de estos aranceles no dependen de la decisión unilateral de ninguno de los socios, sino de un acuerdo”, explicó el funcionario. Desde el Ministerio de Economía sostienen que el objetivo de un aumento en el AEC es reforzar la protección sobre los sectores más sensibles y, pese a las declaraciones negativas que Mantega hizo a los medios, confían en que se logrará consensuar con Brasil. Barrales relativizó la posibilidad de realizar una modificación en el arancel, “hemos tenido un excelente diálogo con Argentina, hemos podido resolver problemas comerciales en nuestras reuniones bilaterales”, sostuvo el funcionario a la prensa de su país.
A diferencia de otras negociaciones del bloque donde Argentina y Brasil jugaron por un lado y Uruguay y Paraguay por otro, esta vez el gobierno de Cristina Fernández comparte la posición con el de Fernando Lugo. Paraguay tiró la primera piedra y Argentina se sumó. El jueves el viceministro de Economía paraguayo, Oscar Rodríguez Campuzano, adelantó que su país plantearía un aumento en el arancel en la reunión de urgencia que convocó Brasil. “Vamos a estar inundados de productos asiáticos, por eso es posible que se pida la elevación del AEC”, sostuvo Rodríguez Campuzano. El viceministro consideró que la recesión en las principales economías del mundo provocará una caída en el consumo, por lo que los productos chinos o de otros países asiáticos se verán obligados a buscar otros mercados a precios inferiores. “Pueden organizar dumping, ya que si sus productos no tienen colocación tratarán de perder lo menos posible y no tendrán problemas para reducir 20, 30 o 40 por ciento el precio de la mercancía”.
El objetivo del gobierno nacional es evitar una caída de la producción industrial y del empleo en sectores cuya competitividad se sostiene en el tipo de cambio. “Todo apunta a un creciente proteccionismo a nivel global, las economías más desarrolladas se quieren cerrar, entonces nosotros tenemos que proteger el empleo y la industria regional y cuanto más grande sea el mercado interno mejor será para todos”, señalaron desde Industria. En el Viejo Continente, la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Marian Fischer Boel, propuso reintroducir los aranceles a la importación de todos los cereales para proteger a los productores del bloque ante la caída de los precios. Estos aranceles se suspendieron en noviembre del año pasado y se preveía que se mantuvieran así hasta junio de 2009. La posible aplicación de esta medida potenciaría el impacto negativo de la merma en la demanda externa y la caída en el precio de los commodities que exportan Argentina y sus socios del Mercosur.
La intención de aumentar el AEC se conjuga con los anuncios realizados por el Gobierno para incrementar los controles a las importaciones. El jueves, la Aduana fijó 120 nuevos valores de referencia para combatir la subfacturación en la importación de productos textiles, electrodomésticos. “No colocamos medidas de protección contra ningún país en particular”, aseguró Fraguío buscando disipar la idea de que el objetivo es trabar a los productos de origen brasileño y chino. “Los valores criterio que fija la Aduana son los mínimos de referencia a los cuales hay que importar”, apuntó el titular de Industria.
Luego de anunciar las primeras medidas comerciales para enfrentar la crisis financiera internacional, el Gobierno propondrá a sus socios del Mercosur aumentar el Arancel Externo Común (AEC) para preservar al bloque de un incremento en las importaciones de origen asiático. Así lo reveló el secretario de Industria, Fernando Fraguío, aunque no precisó en qué productos. La iniciativa también cuenta con el visto bueno de Paraguay, pero el gobierno brasileño no parece dispuesto a modificarlo. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, ya había afirmado esta semana que no creía que el “Mercosur vaya en esa dirección”. El secretario de Comercio Exterior del país vecino, Welber Barral, salió ayer a calmar las presiones de los socios del bloque y apuntó que las medidas se discutirán recién en la reunión de cancilleres y ministros de Economía prevista para el 27 de este mes.
“En algunas gamas de productos hay margen para subir el Arancel Externo Común”, afirmó Fraguío que prefirió no adelantar qué productos están en la mira. El valor máximo, convenido entre el Mercosur y la Organización Mundial del Comercio (OMC), al que puede ascender la alícuota es del 35 por ciento y las modificaciones deben ser acordadas por todos los miembros del bloque. “Los movimientos de estos aranceles no dependen de la decisión unilateral de ninguno de los socios, sino de un acuerdo”, explicó el funcionario. Desde el Ministerio de Economía sostienen que el objetivo de un aumento en el AEC es reforzar la protección sobre los sectores más sensibles y, pese a las declaraciones negativas que Mantega hizo a los medios, confían en que se logrará consensuar con Brasil. Barrales relativizó la posibilidad de realizar una modificación en el arancel, “hemos tenido un excelente diálogo con Argentina, hemos podido resolver problemas comerciales en nuestras reuniones bilaterales”, sostuvo el funcionario a la prensa de su país.
A diferencia de otras negociaciones del bloque donde Argentina y Brasil jugaron por un lado y Uruguay y Paraguay por otro, esta vez el gobierno de Cristina Fernández comparte la posición con el de Fernando Lugo. Paraguay tiró la primera piedra y Argentina se sumó. El jueves el viceministro de Economía paraguayo, Oscar Rodríguez Campuzano, adelantó que su país plantearía un aumento en el arancel en la reunión de urgencia que convocó Brasil. “Vamos a estar inundados de productos asiáticos, por eso es posible que se pida la elevación del AEC”, sostuvo Rodríguez Campuzano. El viceministro consideró que la recesión en las principales economías del mundo provocará una caída en el consumo, por lo que los productos chinos o de otros países asiáticos se verán obligados a buscar otros mercados a precios inferiores. “Pueden organizar dumping, ya que si sus productos no tienen colocación tratarán de perder lo menos posible y no tendrán problemas para reducir 20, 30 o 40 por ciento el precio de la mercancía”.
El objetivo del gobierno nacional es evitar una caída de la producción industrial y del empleo en sectores cuya competitividad se sostiene en el tipo de cambio. “Todo apunta a un creciente proteccionismo a nivel global, las economías más desarrolladas se quieren cerrar, entonces nosotros tenemos que proteger el empleo y la industria regional y cuanto más grande sea el mercado interno mejor será para todos”, señalaron desde Industria. En el Viejo Continente, la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Marian Fischer Boel, propuso reintroducir los aranceles a la importación de todos los cereales para proteger a los productores del bloque ante la caída de los precios. Estos aranceles se suspendieron en noviembre del año pasado y se preveía que se mantuvieran así hasta junio de 2009. La posible aplicación de esta medida potenciaría el impacto negativo de la merma en la demanda externa y la caída en el precio de los commodities que exportan Argentina y sus socios del Mercosur.
La intención de aumentar el AEC se conjuga con los anuncios realizados por el Gobierno para incrementar los controles a las importaciones. El jueves, la Aduana fijó 120 nuevos valores de referencia para combatir la subfacturación en la importación de productos textiles, electrodomésticos. “No colocamos medidas de protección contra ningún país en particular”, aseguró Fraguío buscando disipar la idea de que el objetivo es trabar a los productos de origen brasileño y chino. “Los valores criterio que fija la Aduana son los mínimos de referencia a los cuales hay que importar”, apuntó el titular de Industria.
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Levantar la barrera regional
El secretario de Industria, Fernando Fraguío, aseguró que pedirán aumentar el arancel común del bloque para preservar a todos los países miembro de un incremento en las importaciones asiáticas. Diferencias con Brasil.
Luego de anunciar las primeras medidas comerciales para enfrentar la crisis financiera internacional, el Gobierno propondrá a sus socios del Mercosur aumentar el Arancel Externo Común (AEC) para preservar al bloque de un incremento en las importaciones de origen asiático. Así lo reveló el secretario de Industria, Fernando Fraguío, aunque no precisó en qué productos. La iniciativa también cuenta con el visto bueno de Paraguay, pero el gobierno brasileño no parece dispuesto a modificarlo. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, ya había afirmado esta semana que no creía que el “Mercosur vaya en esa dirección”. El secretario de Comercio Exterior del país vecino, Welber Barral, salió ayer a calmar las presiones de los socios del bloque y apuntó que las medidas se discutirán recién en la reunión de cancilleres y ministros de Economía prevista para el 27 de este mes.
“En algunas gamas de productos hay margen para subir el Arancel Externo Común”, afirmó Fraguío que prefirió no adelantar qué productos están en la mira. El valor máximo, convenido entre el Mercosur y la Organización Mundial del Comercio (OMC), al que puede ascender la alícuota es del 35 por ciento y las modificaciones deben ser acordadas por todos los miembros del bloque. “Los movimientos de estos aranceles no dependen de la decisión unilateral de ninguno de los socios, sino de un acuerdo”, explicó el funcionario. Desde el Ministerio de Economía sostienen que el objetivo de un aumento en el AEC es reforzar la protección sobre los sectores más sensibles y, pese a las declaraciones negativas que Mantega hizo a los medios, confían en que se logrará consensuar con Brasil. Barrales relativizó la posibilidad de realizar una modificación en el arancel, “hemos tenido un excelente diálogo con Argentina, hemos podido resolver problemas comerciales en nuestras reuniones bilaterales”, sostuvo el funcionario a la prensa de su país.
A diferencia de otras negociaciones del bloque donde Argentina y Brasil jugaron por un lado y Uruguay y Paraguay por otro, esta vez el gobierno de Cristina Fernández comparte la posición con el de Fernando Lugo. Paraguay tiró la primera piedra y Argentina se sumó. El jueves el viceministro de Economía paraguayo, Oscar Rodríguez Campuzano, adelantó que su país plantearía un aumento en el arancel en la reunión de urgencia que convocó Brasil. “Vamos a estar inundados de productos asiáticos, por eso es posible que se pida la elevación del AEC”, sostuvo Rodríguez Campuzano. El viceministro consideró que la recesión en las principales economías del mundo provocará una caída en el consumo, por lo que los productos chinos o de otros países asiáticos se verán obligados a buscar otros mercados a precios inferiores. “Pueden organizar dumping, ya que si sus productos no tienen colocación tratarán de perder lo menos posible y no tendrán problemas para reducir 20, 30 o 40 por ciento el precio de la mercancía”.
El objetivo del gobierno nacional es evitar una caída de la producción industrial y del empleo en sectores cuya competitividad se sostiene en el tipo de cambio. “Todo apunta a un creciente proteccionismo a nivel global, las economías más desarrolladas se quieren cerrar, entonces nosotros tenemos que proteger el empleo y la industria regional y cuanto más grande sea el mercado interno mejor será para todos”, señalaron desde Industria. En el Viejo Continente, la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Marian Fischer Boel, propuso reintroducir los aranceles a la importación de todos los cereales para proteger a los productores del bloque ante la caída de los precios. Estos aranceles se suspendieron en noviembre del año pasado y se preveía que se mantuvieran así hasta junio de 2009. La posible aplicación de esta medida potenciaría el impacto negativo de la merma en la demanda externa y la caída en el precio de los commodities que exportan Argentina y sus socios del Mercosur.
La intención de aumentar el AEC se conjuga con los anuncios realizados por el Gobierno para incrementar los controles a las importaciones. El jueves, la Aduana fijó 120 nuevos valores de referencia para combatir la subfacturación en la importación de productos textiles, electrodomésticos. “No colocamos medidas de protección contra ningún país en particular”, aseguró Fraguío buscando disipar la idea de que el objetivo es trabar a los productos de origen brasileño y chino. “Los valores criterio que fija la Aduana son los mínimos de referencia a los cuales hay que importar”, apuntó el titular de Industria.
Luego de anunciar las primeras medidas comerciales para enfrentar la crisis financiera internacional, el Gobierno propondrá a sus socios del Mercosur aumentar el Arancel Externo Común (AEC) para preservar al bloque de un incremento en las importaciones de origen asiático. Así lo reveló el secretario de Industria, Fernando Fraguío, aunque no precisó en qué productos. La iniciativa también cuenta con el visto bueno de Paraguay, pero el gobierno brasileño no parece dispuesto a modificarlo. El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, ya había afirmado esta semana que no creía que el “Mercosur vaya en esa dirección”. El secretario de Comercio Exterior del país vecino, Welber Barral, salió ayer a calmar las presiones de los socios del bloque y apuntó que las medidas se discutirán recién en la reunión de cancilleres y ministros de Economía prevista para el 27 de este mes.
“En algunas gamas de productos hay margen para subir el Arancel Externo Común”, afirmó Fraguío que prefirió no adelantar qué productos están en la mira. El valor máximo, convenido entre el Mercosur y la Organización Mundial del Comercio (OMC), al que puede ascender la alícuota es del 35 por ciento y las modificaciones deben ser acordadas por todos los miembros del bloque. “Los movimientos de estos aranceles no dependen de la decisión unilateral de ninguno de los socios, sino de un acuerdo”, explicó el funcionario. Desde el Ministerio de Economía sostienen que el objetivo de un aumento en el AEC es reforzar la protección sobre los sectores más sensibles y, pese a las declaraciones negativas que Mantega hizo a los medios, confían en que se logrará consensuar con Brasil. Barrales relativizó la posibilidad de realizar una modificación en el arancel, “hemos tenido un excelente diálogo con Argentina, hemos podido resolver problemas comerciales en nuestras reuniones bilaterales”, sostuvo el funcionario a la prensa de su país.
A diferencia de otras negociaciones del bloque donde Argentina y Brasil jugaron por un lado y Uruguay y Paraguay por otro, esta vez el gobierno de Cristina Fernández comparte la posición con el de Fernando Lugo. Paraguay tiró la primera piedra y Argentina se sumó. El jueves el viceministro de Economía paraguayo, Oscar Rodríguez Campuzano, adelantó que su país plantearía un aumento en el arancel en la reunión de urgencia que convocó Brasil. “Vamos a estar inundados de productos asiáticos, por eso es posible que se pida la elevación del AEC”, sostuvo Rodríguez Campuzano. El viceministro consideró que la recesión en las principales economías del mundo provocará una caída en el consumo, por lo que los productos chinos o de otros países asiáticos se verán obligados a buscar otros mercados a precios inferiores. “Pueden organizar dumping, ya que si sus productos no tienen colocación tratarán de perder lo menos posible y no tendrán problemas para reducir 20, 30 o 40 por ciento el precio de la mercancía”.
El objetivo del gobierno nacional es evitar una caída de la producción industrial y del empleo en sectores cuya competitividad se sostiene en el tipo de cambio. “Todo apunta a un creciente proteccionismo a nivel global, las economías más desarrolladas se quieren cerrar, entonces nosotros tenemos que proteger el empleo y la industria regional y cuanto más grande sea el mercado interno mejor será para todos”, señalaron desde Industria. En el Viejo Continente, la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Marian Fischer Boel, propuso reintroducir los aranceles a la importación de todos los cereales para proteger a los productores del bloque ante la caída de los precios. Estos aranceles se suspendieron en noviembre del año pasado y se preveía que se mantuvieran así hasta junio de 2009. La posible aplicación de esta medida potenciaría el impacto negativo de la merma en la demanda externa y la caída en el precio de los commodities que exportan Argentina y sus socios del Mercosur.
La intención de aumentar el AEC se conjuga con los anuncios realizados por el Gobierno para incrementar los controles a las importaciones. El jueves, la Aduana fijó 120 nuevos valores de referencia para combatir la subfacturación en la importación de productos textiles, electrodomésticos. “No colocamos medidas de protección contra ningún país en particular”, aseguró Fraguío buscando disipar la idea de que el objetivo es trabar a los productos de origen brasileño y chino. “Los valores criterio que fija la Aduana son los mínimos de referencia a los cuales hay que importar”, apuntó el titular de Industria.
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jueves, septiembre 25, 2008
Indicios de recuperación para las commodities
El crudo, la soja y el etanol se recuperaron con respecto a sus cotizaciones de la semana pasada. Los mercados están a la espera de la aprobación del plan de salvataje estadounidense por 700.000 millones de dólares.
Durante la penúltima semana de septiembre, las cotizaciones de la mayoría de las commodities se recuperaron con respecto a la semana pasada. Hubo apenas dos excepciones: el azúcar y el trigo forrajero europeo, cuyos precios cayeron. Se destacó el ascenso de los precios energéticos, sobre todo del etanol estadounidense, del WTI y del Brent. Por el lado de las materias primas, el mayor ascenso fue el de la soja argentina. Mucho tuvo que ver en el desempeño de las commodities el esperado salvataje a los bancos estadounidenses. En efecto, la tardanza estadounidense en la aprobación del plan de salvataje por unos 700.000 millones de dólares lleva a los mercados a pensar que la crisis financiera estadounidense se extenderá al resto del mundo, una percepción que debilita monedas como el euro y el yen y constituye un factor bajista para los granos. En cambio, cuando se vislumbra la posibilidad de aprobación de la propuesta de estatizar la deuda de los bancos, es el dólar el que pierde terreno, lo que constituye un factor alcista para los granos, debido al brote inflacionario que el paquete provocaría en Estados Unidos.
La soja estadounidense creció un 4,17%, mientras que el aceite y la harina aumentaron un 0,02% y un 1,52% respectivamente. Las ganancias sojeras se explican por la caída del dólar frente al euro y por las alzas del petróleo, el oro y el aceite derivado. También influyó en la cotización el hecho de que Estados Unidos vendiera 230.000 toneladas de soja a China, según notificó el Gobierno del país norteamericano. Según los especialistas, el ascenso de la soja fue limitado debido a las temperaturas cálidas y el clima seco que favorecen el proceso de maduración de los cultivos en el Medio Oeste estadounidense, aunque se esperan dificultades para la semana próxima por un descenso de las temperaturas y condiciones más secas. La soja brasileña trepó un 3,61%, mientras que la argentina ascendió un 5,43%, convirtiéndose en la materia prima de mayor ascenso intersemanal. Según los operadores, el clima seco en las regiones productoras de Argentina fue la causante del impulso de las cotizaciones de la oleaginosa. Reflejando lo que pasa en Chicago, la Bolsa de Rosario informó que la soja fue el producto que mostró una mayor recuperación con respecto a la semana pasada, "por la mejora externa y la necesidad de algunos compradores locales", y llegó a rozar los 900 pesos la tonelada en esta semana.
El etanol estadounidense trepó un 7,08%, mientras que el brasileño subió un 2,17%. En el ascenso del etanol norteamericano, mucho tuvo que ver la recuperación que protagonizó el maíz junto a la soja en el mercado de Chicago. Por su parte, los futuros de azúcar operaron a la baja, aunque con leves cambios, con la mirada fija en el progreso del plan de rescate financiero del Gobierno de Estados Unidos. "Actualmente hay 130.000 toneladas de azúcar de Argentina en manos de las casas comerciales, disponibles para entregar, y otras 15.000 toneladas todavía en los puntos de origen", dijo un corredor europeo. Los operadores también destacaron las buenas compras físicas del endulzante desde el mayor exportador, Brasil, debido a la reciente baja en las tasas de transporte.
Por otra parte, el Gobierno brasileño anunció que prevé un auge de la industria del etanol como consecuencia de inversiones por 25.000 millones de dólares en proyectos de capitales extranjeros y nacionales para atender un mercado interno "cautivo" y en fuerte expansión, "a prueba" de crisis internacionales. El objetivo manifiesto de Brasil es que el etanol sea comercializado internacionalmente como un "commodity". "Convertirlo en commodity es difícil. Intentamos aumentar la producción y el consumo internacional, pero es un proceso lento que no va a ocurrir de la noche a la mañana", reconoció Mauricio Tolmasquim, Presidente de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) del Ministerio de Minas y Energía. "El crecimiento de la producción mundial de etanol continuará basado en la atención a los mercados propios de cada país", agregó, dejando en claro que antes que los mercados externos se encuentra el enfoque en el doméstico.
El crudo registró una importante recuperación con respecto a la semana pasada. El WTI subió un 6,87%, mientras que el Brent trepó un 3,65%. El alza del petróleo en los mercados internacionales se da después de que la semana anterior cayeran bajo los efectos de una profundización de la crisis financiera global. Los temores de que la debilidad de la economía estadounidense afectará más la demanda de energía en el mayor consumidor mundial han ayudado a que el barril de crudo retroceda desde el récord de 147,27 dólares registrado a mediados de julio. Pero los esfuerzos por rescatar al sector de servicios financieros han ayudado a los mercados globales a rebotar. Un informe del Gobierno estadounidense mostró el miércoles que la demanda en el mayor consumidor mundial de energía cayó un 5,3% en las últimas cuatro semanas, frente al mismo período del año pasado, erosionada por los altos costos de los combustibles y la crisis económica. Según analistas, la lenta recuperación de la producción de crudo y gas en la costa estadounidense del Golfo de México tras el azote del huracán Ike, los decrecientes inventarios del país norteamericano y la reducción en los suministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) darían soporte a los precios.
Además, los inventarios estadounidenses de combustible se encuentran en su menor nivel desde 1967, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Pero la Agencia Internacional de la Energía dijo que no considera necesario liberar suministros de emergencia. "No tenemos que movilizarnos", dijo el Director Ejecutivo, Nobuo Tanaka. "El mercado se está encargando de la situación actual", agregó.
Durante la penúltima semana de septiembre, las cotizaciones de la mayoría de las commodities se recuperaron con respecto a la semana pasada. Hubo apenas dos excepciones: el azúcar y el trigo forrajero europeo, cuyos precios cayeron. Se destacó el ascenso de los precios energéticos, sobre todo del etanol estadounidense, del WTI y del Brent. Por el lado de las materias primas, el mayor ascenso fue el de la soja argentina. Mucho tuvo que ver en el desempeño de las commodities el esperado salvataje a los bancos estadounidenses. En efecto, la tardanza estadounidense en la aprobación del plan de salvataje por unos 700.000 millones de dólares lleva a los mercados a pensar que la crisis financiera estadounidense se extenderá al resto del mundo, una percepción que debilita monedas como el euro y el yen y constituye un factor bajista para los granos. En cambio, cuando se vislumbra la posibilidad de aprobación de la propuesta de estatizar la deuda de los bancos, es el dólar el que pierde terreno, lo que constituye un factor alcista para los granos, debido al brote inflacionario que el paquete provocaría en Estados Unidos.
La soja estadounidense creció un 4,17%, mientras que el aceite y la harina aumentaron un 0,02% y un 1,52% respectivamente. Las ganancias sojeras se explican por la caída del dólar frente al euro y por las alzas del petróleo, el oro y el aceite derivado. También influyó en la cotización el hecho de que Estados Unidos vendiera 230.000 toneladas de soja a China, según notificó el Gobierno del país norteamericano. Según los especialistas, el ascenso de la soja fue limitado debido a las temperaturas cálidas y el clima seco que favorecen el proceso de maduración de los cultivos en el Medio Oeste estadounidense, aunque se esperan dificultades para la semana próxima por un descenso de las temperaturas y condiciones más secas. La soja brasileña trepó un 3,61%, mientras que la argentina ascendió un 5,43%, convirtiéndose en la materia prima de mayor ascenso intersemanal. Según los operadores, el clima seco en las regiones productoras de Argentina fue la causante del impulso de las cotizaciones de la oleaginosa. Reflejando lo que pasa en Chicago, la Bolsa de Rosario informó que la soja fue el producto que mostró una mayor recuperación con respecto a la semana pasada, "por la mejora externa y la necesidad de algunos compradores locales", y llegó a rozar los 900 pesos la tonelada en esta semana.
El etanol estadounidense trepó un 7,08%, mientras que el brasileño subió un 2,17%. En el ascenso del etanol norteamericano, mucho tuvo que ver la recuperación que protagonizó el maíz junto a la soja en el mercado de Chicago. Por su parte, los futuros de azúcar operaron a la baja, aunque con leves cambios, con la mirada fija en el progreso del plan de rescate financiero del Gobierno de Estados Unidos. "Actualmente hay 130.000 toneladas de azúcar de Argentina en manos de las casas comerciales, disponibles para entregar, y otras 15.000 toneladas todavía en los puntos de origen", dijo un corredor europeo. Los operadores también destacaron las buenas compras físicas del endulzante desde el mayor exportador, Brasil, debido a la reciente baja en las tasas de transporte.
Por otra parte, el Gobierno brasileño anunció que prevé un auge de la industria del etanol como consecuencia de inversiones por 25.000 millones de dólares en proyectos de capitales extranjeros y nacionales para atender un mercado interno "cautivo" y en fuerte expansión, "a prueba" de crisis internacionales. El objetivo manifiesto de Brasil es que el etanol sea comercializado internacionalmente como un "commodity". "Convertirlo en commodity es difícil. Intentamos aumentar la producción y el consumo internacional, pero es un proceso lento que no va a ocurrir de la noche a la mañana", reconoció Mauricio Tolmasquim, Presidente de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) del Ministerio de Minas y Energía. "El crecimiento de la producción mundial de etanol continuará basado en la atención a los mercados propios de cada país", agregó, dejando en claro que antes que los mercados externos se encuentra el enfoque en el doméstico.
El crudo registró una importante recuperación con respecto a la semana pasada. El WTI subió un 6,87%, mientras que el Brent trepó un 3,65%. El alza del petróleo en los mercados internacionales se da después de que la semana anterior cayeran bajo los efectos de una profundización de la crisis financiera global. Los temores de que la debilidad de la economía estadounidense afectará más la demanda de energía en el mayor consumidor mundial han ayudado a que el barril de crudo retroceda desde el récord de 147,27 dólares registrado a mediados de julio. Pero los esfuerzos por rescatar al sector de servicios financieros han ayudado a los mercados globales a rebotar. Un informe del Gobierno estadounidense mostró el miércoles que la demanda en el mayor consumidor mundial de energía cayó un 5,3% en las últimas cuatro semanas, frente al mismo período del año pasado, erosionada por los altos costos de los combustibles y la crisis económica. Según analistas, la lenta recuperación de la producción de crudo y gas en la costa estadounidense del Golfo de México tras el azote del huracán Ike, los decrecientes inventarios del país norteamericano y la reducción en los suministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) darían soporte a los precios.
Además, los inventarios estadounidenses de combustible se encuentran en su menor nivel desde 1967, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Pero la Agencia Internacional de la Energía dijo que no considera necesario liberar suministros de emergencia. "No tenemos que movilizarnos", dijo el Director Ejecutivo, Nobuo Tanaka. "El mercado se está encargando de la situación actual", agregó.
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Indicios de recuperación para las commodities
El crudo, la soja y el etanol se recuperaron con respecto a sus cotizaciones de la semana pasada. Los mercados están a la espera de la aprobación del plan de salvataje estadounidense por 700.000 millones de dólares.
Durante la penúltima semana de septiembre, las cotizaciones de la mayoría de las commodities se recuperaron con respecto a la semana pasada. Hubo apenas dos excepciones: el azúcar y el trigo forrajero europeo, cuyos precios cayeron. Se destacó el ascenso de los precios energéticos, sobre todo del etanol estadounidense, del WTI y del Brent. Por el lado de las materias primas, el mayor ascenso fue el de la soja argentina. Mucho tuvo que ver en el desempeño de las commodities el esperado salvataje a los bancos estadounidenses. En efecto, la tardanza estadounidense en la aprobación del plan de salvataje por unos 700.000 millones de dólares lleva a los mercados a pensar que la crisis financiera estadounidense se extenderá al resto del mundo, una percepción que debilita monedas como el euro y el yen y constituye un factor bajista para los granos. En cambio, cuando se vislumbra la posibilidad de aprobación de la propuesta de estatizar la deuda de los bancos, es el dólar el que pierde terreno, lo que constituye un factor alcista para los granos, debido al brote inflacionario que el paquete provocaría en Estados Unidos.
La soja estadounidense creció un 4,17%, mientras que el aceite y la harina aumentaron un 0,02% y un 1,52% respectivamente. Las ganancias sojeras se explican por la caída del dólar frente al euro y por las alzas del petróleo, el oro y el aceite derivado. También influyó en la cotización el hecho de que Estados Unidos vendiera 230.000 toneladas de soja a China, según notificó el Gobierno del país norteamericano. Según los especialistas, el ascenso de la soja fue limitado debido a las temperaturas cálidas y el clima seco que favorecen el proceso de maduración de los cultivos en el Medio Oeste estadounidense, aunque se esperan dificultades para la semana próxima por un descenso de las temperaturas y condiciones más secas. La soja brasileña trepó un 3,61%, mientras que la argentina ascendió un 5,43%, convirtiéndose en la materia prima de mayor ascenso intersemanal. Según los operadores, el clima seco en las regiones productoras de Argentina fue la causante del impulso de las cotizaciones de la oleaginosa. Reflejando lo que pasa en Chicago, la Bolsa de Rosario informó que la soja fue el producto que mostró una mayor recuperación con respecto a la semana pasada, "por la mejora externa y la necesidad de algunos compradores locales", y llegó a rozar los 900 pesos la tonelada en esta semana.
El etanol estadounidense trepó un 7,08%, mientras que el brasileño subió un 2,17%. En el ascenso del etanol norteamericano, mucho tuvo que ver la recuperación que protagonizó el maíz junto a la soja en el mercado de Chicago. Por su parte, los futuros de azúcar operaron a la baja, aunque con leves cambios, con la mirada fija en el progreso del plan de rescate financiero del Gobierno de Estados Unidos. "Actualmente hay 130.000 toneladas de azúcar de Argentina en manos de las casas comerciales, disponibles para entregar, y otras 15.000 toneladas todavía en los puntos de origen", dijo un corredor europeo. Los operadores también destacaron las buenas compras físicas del endulzante desde el mayor exportador, Brasil, debido a la reciente baja en las tasas de transporte.
Por otra parte, el Gobierno brasileño anunció que prevé un auge de la industria del etanol como consecuencia de inversiones por 25.000 millones de dólares en proyectos de capitales extranjeros y nacionales para atender un mercado interno "cautivo" y en fuerte expansión, "a prueba" de crisis internacionales. El objetivo manifiesto de Brasil es que el etanol sea comercializado internacionalmente como un "commodity". "Convertirlo en commodity es difícil. Intentamos aumentar la producción y el consumo internacional, pero es un proceso lento que no va a ocurrir de la noche a la mañana", reconoció Mauricio Tolmasquim, Presidente de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) del Ministerio de Minas y Energía. "El crecimiento de la producción mundial de etanol continuará basado en la atención a los mercados propios de cada país", agregó, dejando en claro que antes que los mercados externos se encuentra el enfoque en el doméstico.
El crudo registró una importante recuperación con respecto a la semana pasada. El WTI subió un 6,87%, mientras que el Brent trepó un 3,65%. El alza del petróleo en los mercados internacionales se da después de que la semana anterior cayeran bajo los efectos de una profundización de la crisis financiera global. Los temores de que la debilidad de la economía estadounidense afectará más la demanda de energía en el mayor consumidor mundial han ayudado a que el barril de crudo retroceda desde el récord de 147,27 dólares registrado a mediados de julio. Pero los esfuerzos por rescatar al sector de servicios financieros han ayudado a los mercados globales a rebotar. Un informe del Gobierno estadounidense mostró el miércoles que la demanda en el mayor consumidor mundial de energía cayó un 5,3% en las últimas cuatro semanas, frente al mismo período del año pasado, erosionada por los altos costos de los combustibles y la crisis económica. Según analistas, la lenta recuperación de la producción de crudo y gas en la costa estadounidense del Golfo de México tras el azote del huracán Ike, los decrecientes inventarios del país norteamericano y la reducción en los suministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) darían soporte a los precios.
Además, los inventarios estadounidenses de combustible se encuentran en su menor nivel desde 1967, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Pero la Agencia Internacional de la Energía dijo que no considera necesario liberar suministros de emergencia. "No tenemos que movilizarnos", dijo el Director Ejecutivo, Nobuo Tanaka. "El mercado se está encargando de la situación actual", agregó.
Durante la penúltima semana de septiembre, las cotizaciones de la mayoría de las commodities se recuperaron con respecto a la semana pasada. Hubo apenas dos excepciones: el azúcar y el trigo forrajero europeo, cuyos precios cayeron. Se destacó el ascenso de los precios energéticos, sobre todo del etanol estadounidense, del WTI y del Brent. Por el lado de las materias primas, el mayor ascenso fue el de la soja argentina. Mucho tuvo que ver en el desempeño de las commodities el esperado salvataje a los bancos estadounidenses. En efecto, la tardanza estadounidense en la aprobación del plan de salvataje por unos 700.000 millones de dólares lleva a los mercados a pensar que la crisis financiera estadounidense se extenderá al resto del mundo, una percepción que debilita monedas como el euro y el yen y constituye un factor bajista para los granos. En cambio, cuando se vislumbra la posibilidad de aprobación de la propuesta de estatizar la deuda de los bancos, es el dólar el que pierde terreno, lo que constituye un factor alcista para los granos, debido al brote inflacionario que el paquete provocaría en Estados Unidos.
La soja estadounidense creció un 4,17%, mientras que el aceite y la harina aumentaron un 0,02% y un 1,52% respectivamente. Las ganancias sojeras se explican por la caída del dólar frente al euro y por las alzas del petróleo, el oro y el aceite derivado. También influyó en la cotización el hecho de que Estados Unidos vendiera 230.000 toneladas de soja a China, según notificó el Gobierno del país norteamericano. Según los especialistas, el ascenso de la soja fue limitado debido a las temperaturas cálidas y el clima seco que favorecen el proceso de maduración de los cultivos en el Medio Oeste estadounidense, aunque se esperan dificultades para la semana próxima por un descenso de las temperaturas y condiciones más secas. La soja brasileña trepó un 3,61%, mientras que la argentina ascendió un 5,43%, convirtiéndose en la materia prima de mayor ascenso intersemanal. Según los operadores, el clima seco en las regiones productoras de Argentina fue la causante del impulso de las cotizaciones de la oleaginosa. Reflejando lo que pasa en Chicago, la Bolsa de Rosario informó que la soja fue el producto que mostró una mayor recuperación con respecto a la semana pasada, "por la mejora externa y la necesidad de algunos compradores locales", y llegó a rozar los 900 pesos la tonelada en esta semana.
El etanol estadounidense trepó un 7,08%, mientras que el brasileño subió un 2,17%. En el ascenso del etanol norteamericano, mucho tuvo que ver la recuperación que protagonizó el maíz junto a la soja en el mercado de Chicago. Por su parte, los futuros de azúcar operaron a la baja, aunque con leves cambios, con la mirada fija en el progreso del plan de rescate financiero del Gobierno de Estados Unidos. "Actualmente hay 130.000 toneladas de azúcar de Argentina en manos de las casas comerciales, disponibles para entregar, y otras 15.000 toneladas todavía en los puntos de origen", dijo un corredor europeo. Los operadores también destacaron las buenas compras físicas del endulzante desde el mayor exportador, Brasil, debido a la reciente baja en las tasas de transporte.
Por otra parte, el Gobierno brasileño anunció que prevé un auge de la industria del etanol como consecuencia de inversiones por 25.000 millones de dólares en proyectos de capitales extranjeros y nacionales para atender un mercado interno "cautivo" y en fuerte expansión, "a prueba" de crisis internacionales. El objetivo manifiesto de Brasil es que el etanol sea comercializado internacionalmente como un "commodity". "Convertirlo en commodity es difícil. Intentamos aumentar la producción y el consumo internacional, pero es un proceso lento que no va a ocurrir de la noche a la mañana", reconoció Mauricio Tolmasquim, Presidente de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) del Ministerio de Minas y Energía. "El crecimiento de la producción mundial de etanol continuará basado en la atención a los mercados propios de cada país", agregó, dejando en claro que antes que los mercados externos se encuentra el enfoque en el doméstico.
El crudo registró una importante recuperación con respecto a la semana pasada. El WTI subió un 6,87%, mientras que el Brent trepó un 3,65%. El alza del petróleo en los mercados internacionales se da después de que la semana anterior cayeran bajo los efectos de una profundización de la crisis financiera global. Los temores de que la debilidad de la economía estadounidense afectará más la demanda de energía en el mayor consumidor mundial han ayudado a que el barril de crudo retroceda desde el récord de 147,27 dólares registrado a mediados de julio. Pero los esfuerzos por rescatar al sector de servicios financieros han ayudado a los mercados globales a rebotar. Un informe del Gobierno estadounidense mostró el miércoles que la demanda en el mayor consumidor mundial de energía cayó un 5,3% en las últimas cuatro semanas, frente al mismo período del año pasado, erosionada por los altos costos de los combustibles y la crisis económica. Según analistas, la lenta recuperación de la producción de crudo y gas en la costa estadounidense del Golfo de México tras el azote del huracán Ike, los decrecientes inventarios del país norteamericano y la reducción en los suministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) darían soporte a los precios.
Además, los inventarios estadounidenses de combustible se encuentran en su menor nivel desde 1967, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. Pero la Agencia Internacional de la Energía dijo que no considera necesario liberar suministros de emergencia. "No tenemos que movilizarnos", dijo el Director Ejecutivo, Nobuo Tanaka. "El mercado se está encargando de la situación actual", agregó.
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domingo, julio 20, 2008
OMC: la previa de una reunión clave
Los ministros de unos 30 países darán inicio el lunes en Ginebra a un cónclave que se prolongará toda la semana. El optimismo es generalizado, pero si no se logra un avance significativo la Ronda se enfrentaría a un fracaso rotundo.
Desde la importación de banano hasta las reglas para proteger los nombres de los productos, oficiales comerciales y diplomáticos trabajan hoy en una diversidad de cuestiones ante la inminencia de la reunión ministerial clave de la próxima semana para cerrar el demorado acuerdo comercial multilateral.
Según los expertos, la importancia de las conversaciones de la Ronda Doha de la próxima semana va más allá de los detalles de recortes de aranceles y subsidios: el diálogo, que comienza el lunes, destacará la capacidad de la comunidad internacional de lidiar con problemas mayúsculos como la crisis alimentaria.
\"Si los gobiernos no pueden llegar a un acuerdo en el ámbito comercial, me gustaría saber que van a hacer con respecto al cambio climático durante el próximo lustro”, advirtió Patrick Low, Jefe Economista de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La agenda de las negociaciones ha fracasado repetidamente desde que fue lanzada en 2001 para incrementar la apertura del comercio internacional y ayudar a las exportaciones de las naciones en desarrollo. Pero los negociadores dicen que ahora hay una sensación de urgencia, e incluso de optimismo. En concreto, ministros de alrededor de 30 países se reunirán en Ginebra para intentar ponerse de acuerdo en las áreas de agricultura y bienes industriales, y evitar que el diálogo se prolongue más y caiga en un nuevo estancamiento ante la reticencia del demócrata presidenciable en Estados Unidos.
Kamal Nath, Ministro de Comercio de India, una de los países emergentes clave en la Ronda, dijo ayer por la noche, al arribar a Ginebra, que cualquier acuerdo debería hacer frente a tres desafíos: finanzas, alimentos y combustibles. \"Estas cuestiones son el telón de fondo, el sustento de las negociaciones”, agregó.
El optimismo de un final feliz para la Ronda parece ser generalizado y no discrimina entre países desarrollados y emergentes. Tanto George W. Bush, Presidente estadounidense, como Luiz Inacio Lula da Silva, mandatario de Brasil, han insistido en la necesidad de un acuerdo.
Le eventualidad de un pacto depende del grado de apertura del mercado agrícola, mediante el recorte de tarifas y aranceles, que ofrezcan las naciones ricas como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Unión Europea (UE). Pero también depende del nivel de acceso que países como Brasil e India impriman a sus mercados de bienes industriales y servicios a través del recorte de gravámenes. Así las cosas, la gran pregunta es si mediante las negociaciones los ministros pueden superar las diferencias que dividen al mundo desarrollado del mundo en desarrollo.
Francia, el mayor productor agrícola de la UE y actualmente al frente del bloque, ha insistido en que ya ha llegado al tope de sus concesiones en materia agrícola. \"Tenemos un objetivo en común, que es el equilibrio de las conversaciones teniendo en cuenta las concesiones que la UE ya ha efectuado”, afirmó la Secretaria de Comercio de Francia, Anne-Marie Idrac.
Ante este panorama, los países pobres, acudiendo al mandato de desarrollo de la Ronda Doha, alegan que tiene que abrir sus mercados en un grado menor a la apertura de los países ricos. Pero, por el contrario, se les está pidiendo que expongan a sus agriculturas de subsistencia e industrias subdesarrolladas a la competencia internacional, mientras las naciones desarrolladas protegen a sus agricultores. Los países ricos dicen que no pueden cerrar un acuerdo que implique grandes sacrificios en materia de protección agrícola a menos que identifiquen ganancias reales en el acceso a mercados como India y China. Además, las naciones en desarrollo consideran que los mayores beneficios se darían en el ámbito del comercio Sur-Sur, entre los mismos países en desarrollo.
La prerrogativa de la OMC, subrayada en el reporte de esta semana sobre comercio y globalización en 2008, es que el libre comercio incrementa la prosperidad: tiene la capacidad de generar ganadores y perdedores, pero, en suma, las naciones salen beneficiadas. pero muchas organizaciones no gubernamentales cuestionan esta perspectiva, alegando que las propuestas de Doha exponen a los agricultores y trabajadores de los países pobres a mayor pobreza, y establecen la dependencia de las naciones emergentes de las desarrolladas.
Desde la importación de banano hasta las reglas para proteger los nombres de los productos, oficiales comerciales y diplomáticos trabajan hoy en una diversidad de cuestiones ante la inminencia de la reunión ministerial clave de la próxima semana para cerrar el demorado acuerdo comercial multilateral.
Según los expertos, la importancia de las conversaciones de la Ronda Doha de la próxima semana va más allá de los detalles de recortes de aranceles y subsidios: el diálogo, que comienza el lunes, destacará la capacidad de la comunidad internacional de lidiar con problemas mayúsculos como la crisis alimentaria.
\"Si los gobiernos no pueden llegar a un acuerdo en el ámbito comercial, me gustaría saber que van a hacer con respecto al cambio climático durante el próximo lustro”, advirtió Patrick Low, Jefe Economista de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La agenda de las negociaciones ha fracasado repetidamente desde que fue lanzada en 2001 para incrementar la apertura del comercio internacional y ayudar a las exportaciones de las naciones en desarrollo. Pero los negociadores dicen que ahora hay una sensación de urgencia, e incluso de optimismo. En concreto, ministros de alrededor de 30 países se reunirán en Ginebra para intentar ponerse de acuerdo en las áreas de agricultura y bienes industriales, y evitar que el diálogo se prolongue más y caiga en un nuevo estancamiento ante la reticencia del demócrata presidenciable en Estados Unidos.
Kamal Nath, Ministro de Comercio de India, una de los países emergentes clave en la Ronda, dijo ayer por la noche, al arribar a Ginebra, que cualquier acuerdo debería hacer frente a tres desafíos: finanzas, alimentos y combustibles. \"Estas cuestiones son el telón de fondo, el sustento de las negociaciones”, agregó.
El optimismo de un final feliz para la Ronda parece ser generalizado y no discrimina entre países desarrollados y emergentes. Tanto George W. Bush, Presidente estadounidense, como Luiz Inacio Lula da Silva, mandatario de Brasil, han insistido en la necesidad de un acuerdo.
Le eventualidad de un pacto depende del grado de apertura del mercado agrícola, mediante el recorte de tarifas y aranceles, que ofrezcan las naciones ricas como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Unión Europea (UE). Pero también depende del nivel de acceso que países como Brasil e India impriman a sus mercados de bienes industriales y servicios a través del recorte de gravámenes. Así las cosas, la gran pregunta es si mediante las negociaciones los ministros pueden superar las diferencias que dividen al mundo desarrollado del mundo en desarrollo.
Francia, el mayor productor agrícola de la UE y actualmente al frente del bloque, ha insistido en que ya ha llegado al tope de sus concesiones en materia agrícola. \"Tenemos un objetivo en común, que es el equilibrio de las conversaciones teniendo en cuenta las concesiones que la UE ya ha efectuado”, afirmó la Secretaria de Comercio de Francia, Anne-Marie Idrac.
Ante este panorama, los países pobres, acudiendo al mandato de desarrollo de la Ronda Doha, alegan que tiene que abrir sus mercados en un grado menor a la apertura de los países ricos. Pero, por el contrario, se les está pidiendo que expongan a sus agriculturas de subsistencia e industrias subdesarrolladas a la competencia internacional, mientras las naciones desarrolladas protegen a sus agricultores. Los países ricos dicen que no pueden cerrar un acuerdo que implique grandes sacrificios en materia de protección agrícola a menos que identifiquen ganancias reales en el acceso a mercados como India y China. Además, las naciones en desarrollo consideran que los mayores beneficios se darían en el ámbito del comercio Sur-Sur, entre los mismos países en desarrollo.
La prerrogativa de la OMC, subrayada en el reporte de esta semana sobre comercio y globalización en 2008, es que el libre comercio incrementa la prosperidad: tiene la capacidad de generar ganadores y perdedores, pero, en suma, las naciones salen beneficiadas. pero muchas organizaciones no gubernamentales cuestionan esta perspectiva, alegando que las propuestas de Doha exponen a los agricultores y trabajadores de los países pobres a mayor pobreza, y establecen la dependencia de las naciones emergentes de las desarrolladas.
Fuente: Adnmundo
sábado, junio 07, 2008
China: estrategias para afrontar el encarecimiento de los alimentos
El notable aumento de los precios de los bienes alimenticios que se ha experimentado en todo el mundo durante el último año y medio tiene diversas causas relacionadas con los cambios en el panorama económico internacional.
China propone hacer frente a la crisis adquiriendo terrenos cultivables en el extranjero que puedan suministrar alimentos a su población; una operación que podría alterar los equilibrios económicos mundiales.
China propone hacer frente a la crisis adquiriendo terrenos cultivables en el extranjero que puedan suministrar alimentos a su población; una operación que podría alterar los equilibrios económicos mundiales.
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China: estrategias para afrontar el encarecimiento de los alimentos
El notable aumento de los precios de los bienes alimenticios que se ha experimentado en todo el mundo durante el último año y medio tiene diversas causas relacionadas con los cambios en el panorama económico internacional.
China propone hacer frente a la crisis adquiriendo terrenos cultivables en el extranjero que puedan suministrar alimentos a su población; una operación que podría alterar los equilibrios económicos mundiales.
China propone hacer frente a la crisis adquiriendo terrenos cultivables en el extranjero que puedan suministrar alimentos a su población; una operación que podría alterar los equilibrios económicos mundiales.
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martes, junio 03, 2008
Cumbre FAO: comenzó el debate sobre la crisis alimentaria
El líder de la ONU, el de la FAO y el Presidente brasileño tomaron la posta durante el primer día del cónclave en Roma. En particular, fueron abordados los siguientes temas: producción de alimentos, biocombustibles, subsidios agrícolas, políticas comerciales y proteccionismo.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a los países a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a sus vecinos". De esta manera, resumió uno de los objetivos fundamentales de la cumbre de la FAO, que comenzó hoy en Roma y culminará el jueves: eliminar las barreras proteccionistas a la exportación de productos básicos, cuyos precios han registrado una dramática escalada, la mayor de los últimos 30 años, sembrando un panorama de crisis alimentaria que amenaza con poner al borde del hambre a millones de personas.
Para contener el avance inflacionario, el titular de la ONU propuso aumentar un 50% la producción de alimentos de aquí a 2030, para lo que se necesitan inversiones de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales.
Las causas del fenómeno que asusta incluso a los países más ricos del mundo están identificadas, aunque hay discrepancias sobre el nivel de injerencia que cada una de ellas tiene en el espiral de precios. Las alzas del petróleo y de la demanda mundial, junto con una reducción de la oferta debida a malas cosechas, con la ayuda de la especulación con productos agrícolas y el aumento de cultivos para biocombustibles, conforman un cóctel explosivo que impacta directamente en los mercados.
Ante este preocupante escenario, más de 50 jefes de Estado y Gobierno, 150 ministros de Agricultura y decenas de representantes organizaciones internacionales se reunieron en Roma, sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la búsqueda de una solución del problema.
El Presidente italiano, Giorgio Napolitano, fue el encargado de inaugurar el cónclave. Terminada su presentación, fue el turno del líder de la ONU, que hizo un llamado para eliminar las barreras proteccionistas y tomar medidas a largo plazo, de forma que no se repitan crisis como la actual. De esta manera, instó a las naciones a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a los vecinos" y a "actuar en el largo plazo para reforzar la seguridad alimentaria mundial". Además. solicitó "compromisos firmes para avanzar" y "apoyos financieros" para los países pobres, no meros préstamos.
Ban destacó que en el mundo existen 850 millones de personas hambrientas y que el Banco Mundial ha previsto que en los próximos años aumente en otros 100 millones si no se toman medidas para paliar la crisis alimentaria. "Nada es más degradante que el hambre, especialmente cuando es producido por el hombre", arremetió el funcionario, quien se dirigió a los presentes al afirmar que "todos ustedes conocen la severidad y la escala de la actual crisis mundial". Frente a ello, la cumbre es "una oportunidad para revisar las políticas", para el corto y el largo plazo.
En concreto, el titular del organismo propuso "aumentar la asistencia a través de la ayuda en comida, vales o dinero" y "ajustar el comercio y las políticas de fiscalización para minimizar las restricciones y las tarifas a la importación", así como las "limitaciones impuestas a la exportación" por algunos países, que pueden "distorsionar los mercados y subir los precios".
Duplicar la producción
Ban se refirió también a la falta de alimentos, otra de las causas del alza de precios. La población mundial aumenta y el desarrollo de países como India o China incrementa el número de personas con capacidad de consumir. Sin embargo, la producción agrícola global está en niveles bajos. Por ello, el líder de la ONU remarcó la necesidad de incrementar la producción de alimentos un 50% de aquí al año 2030, algo que, según calcula, costará entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo y donantes. "Tenemos una oportunidad histórica para revitalizar la agricultura", sentenció.
No obstante, no todos coincidieron en que la producción agrícola sea el problema. La Presidenta de Argentina, Cristina Férnandez de Kirchner, dijo que la causa de esta crisis es más bien de distribución, debido al oligopolio en el sector y al proteccionismo agrícola de los países ricos. Siguiendo esta tendencia, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "la actual crisis mundial de alimentos es, antes que nada, una crisis de distribución y de proteccionismo”. “Uno de los factores decisivos es el intolerable proteccionismo con el que los países ricos circundan su agricultura, atrofiando y desorganizando la producción en otros países, especialmente los más pobres”, agregó el brasileño.
El Director General de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, dijo que los países ricos gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en derroche de comida y en armas. "El exceso de consumo por parte del mundo obeso cuesta anualmente 20.000 millones de dólares, a los que hay que agregar costes indirectos por valor de 100.000 millones resultantes de muertes prematuras y enfermedades relacionadas", estimó el africano, quien considera que “el problema de la inseguridad alimentaria es puramente político”. “Nadie entiende cómo subsidios anuales de entre 11.000 y 12.000 millones de dólares y políticas tarifarias restricitvas tienen el efecto de trasladar 100 millones de toneladas de cereales para consumo humano hacia un tercio de los combustibles para vehículos”, amplió. “Nadie entiende cómo los países ricos han creado una distorsión del mercado mundial mediante el gasto de 272.000 millones de dólares en concepto de subvenciones agrícolas”, concluyó.
El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, pidió que todos los países pongan a disposición del mercado internacional "sus reservas de alimentos" y aseguró que Japón está dispuesto a desbloquear "más de 300.000 toneladas de arroz importado".
Tampoco faltaron las palabras del Papa Benedicto XVI, quien indicó en un mensaje dirigido a la cumbre que el hambre y la malnutrición "son inaceptables" en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner final "a tal drama y a sus consecuencias".
Defensa y ataque a los biocombustibles
"Muchos de los que responsabilizan al etanol de los altos precios de los alimentos son los mismos que hace décadas mantienen políticas proteccionistas, en perjuicio de los agricultores de los países más pobres y de los consumidores de todo el mundo", dijo Lula.
En efecto, el etanol y el resto de los biocombustibles es una de las causas que algunos consideran clave en el alza de los precios en los alimentos. Entre ellos estuvo el Vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, que explicó que el "funesto consumismo" ha llevado a "la siniestra estrategia de convertir granos y cereales en combustibles".
El mandatario de Egipto, Hosni Mubarak, pidió por ese motivo la creación de un "código de conducta internacional", que "reconsidere la actual expansión de la producción de los biocombustibles" y "establezca las normas para el uso responsable de las cosechas, como alimento para los seres humanos, no como combustible para los motores".
Lula no estuvo de acuerdo con quienes ven en los biocombustibles una causa de la inflación en los precios de los alimentos y afirmó que "los biocombustibles no son el villano", algo en lo que coincidieron el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el Primer Ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario galo dijo que la prioridad en los biocarburantes debe ser el desarrollo de los de "segunda generación", que en la misma hectárea puede producir cinco veces más. El español, por su parte, señaló que su efecto en el alza de los precios es "limitado" y apostó por "un debate abierto y permanente".
Con respecto a las soluciones a la crisis, Francia y España comprometieron importantes cantidades de dinero en ayuda al desarrollo agrícola. Sarkozy dijo que en los próximos cinco años dedicará 1.000 millones de euros al África subsahariana, mientras Zapatero comprometió 500 en cuatro años para luchar contra la crisis alimentaria mundial. "No queremos que se quede en una Cumbre de meras palabras", señaló Zapatero.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a los países a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a sus vecinos". De esta manera, resumió uno de los objetivos fundamentales de la cumbre de la FAO, que comenzó hoy en Roma y culminará el jueves: eliminar las barreras proteccionistas a la exportación de productos básicos, cuyos precios han registrado una dramática escalada, la mayor de los últimos 30 años, sembrando un panorama de crisis alimentaria que amenaza con poner al borde del hambre a millones de personas.
Para contener el avance inflacionario, el titular de la ONU propuso aumentar un 50% la producción de alimentos de aquí a 2030, para lo que se necesitan inversiones de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales.
Las causas del fenómeno que asusta incluso a los países más ricos del mundo están identificadas, aunque hay discrepancias sobre el nivel de injerencia que cada una de ellas tiene en el espiral de precios. Las alzas del petróleo y de la demanda mundial, junto con una reducción de la oferta debida a malas cosechas, con la ayuda de la especulación con productos agrícolas y el aumento de cultivos para biocombustibles, conforman un cóctel explosivo que impacta directamente en los mercados.
Ante este preocupante escenario, más de 50 jefes de Estado y Gobierno, 150 ministros de Agricultura y decenas de representantes organizaciones internacionales se reunieron en Roma, sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la búsqueda de una solución del problema.
El Presidente italiano, Giorgio Napolitano, fue el encargado de inaugurar el cónclave. Terminada su presentación, fue el turno del líder de la ONU, que hizo un llamado para eliminar las barreras proteccionistas y tomar medidas a largo plazo, de forma que no se repitan crisis como la actual. De esta manera, instó a las naciones a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a los vecinos" y a "actuar en el largo plazo para reforzar la seguridad alimentaria mundial". Además. solicitó "compromisos firmes para avanzar" y "apoyos financieros" para los países pobres, no meros préstamos.
Ban destacó que en el mundo existen 850 millones de personas hambrientas y que el Banco Mundial ha previsto que en los próximos años aumente en otros 100 millones si no se toman medidas para paliar la crisis alimentaria. "Nada es más degradante que el hambre, especialmente cuando es producido por el hombre", arremetió el funcionario, quien se dirigió a los presentes al afirmar que "todos ustedes conocen la severidad y la escala de la actual crisis mundial". Frente a ello, la cumbre es "una oportunidad para revisar las políticas", para el corto y el largo plazo.
En concreto, el titular del organismo propuso "aumentar la asistencia a través de la ayuda en comida, vales o dinero" y "ajustar el comercio y las políticas de fiscalización para minimizar las restricciones y las tarifas a la importación", así como las "limitaciones impuestas a la exportación" por algunos países, que pueden "distorsionar los mercados y subir los precios".
Duplicar la producción
Ban se refirió también a la falta de alimentos, otra de las causas del alza de precios. La población mundial aumenta y el desarrollo de países como India o China incrementa el número de personas con capacidad de consumir. Sin embargo, la producción agrícola global está en niveles bajos. Por ello, el líder de la ONU remarcó la necesidad de incrementar la producción de alimentos un 50% de aquí al año 2030, algo que, según calcula, costará entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo y donantes. "Tenemos una oportunidad histórica para revitalizar la agricultura", sentenció.
No obstante, no todos coincidieron en que la producción agrícola sea el problema. La Presidenta de Argentina, Cristina Férnandez de Kirchner, dijo que la causa de esta crisis es más bien de distribución, debido al oligopolio en el sector y al proteccionismo agrícola de los países ricos. Siguiendo esta tendencia, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "la actual crisis mundial de alimentos es, antes que nada, una crisis de distribución y de proteccionismo”. “Uno de los factores decisivos es el intolerable proteccionismo con el que los países ricos circundan su agricultura, atrofiando y desorganizando la producción en otros países, especialmente los más pobres”, agregó el brasileño.
El Director General de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, dijo que los países ricos gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en derroche de comida y en armas. "El exceso de consumo por parte del mundo obeso cuesta anualmente 20.000 millones de dólares, a los que hay que agregar costes indirectos por valor de 100.000 millones resultantes de muertes prematuras y enfermedades relacionadas", estimó el africano, quien considera que “el problema de la inseguridad alimentaria es puramente político”. “Nadie entiende cómo subsidios anuales de entre 11.000 y 12.000 millones de dólares y políticas tarifarias restricitvas tienen el efecto de trasladar 100 millones de toneladas de cereales para consumo humano hacia un tercio de los combustibles para vehículos”, amplió. “Nadie entiende cómo los países ricos han creado una distorsión del mercado mundial mediante el gasto de 272.000 millones de dólares en concepto de subvenciones agrícolas”, concluyó.
El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, pidió que todos los países pongan a disposición del mercado internacional "sus reservas de alimentos" y aseguró que Japón está dispuesto a desbloquear "más de 300.000 toneladas de arroz importado".
Tampoco faltaron las palabras del Papa Benedicto XVI, quien indicó en un mensaje dirigido a la cumbre que el hambre y la malnutrición "son inaceptables" en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner final "a tal drama y a sus consecuencias".
Defensa y ataque a los biocombustibles
"Muchos de los que responsabilizan al etanol de los altos precios de los alimentos son los mismos que hace décadas mantienen políticas proteccionistas, en perjuicio de los agricultores de los países más pobres y de los consumidores de todo el mundo", dijo Lula.
En efecto, el etanol y el resto de los biocombustibles es una de las causas que algunos consideran clave en el alza de los precios en los alimentos. Entre ellos estuvo el Vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, que explicó que el "funesto consumismo" ha llevado a "la siniestra estrategia de convertir granos y cereales en combustibles".
El mandatario de Egipto, Hosni Mubarak, pidió por ese motivo la creación de un "código de conducta internacional", que "reconsidere la actual expansión de la producción de los biocombustibles" y "establezca las normas para el uso responsable de las cosechas, como alimento para los seres humanos, no como combustible para los motores".
Lula no estuvo de acuerdo con quienes ven en los biocombustibles una causa de la inflación en los precios de los alimentos y afirmó que "los biocombustibles no son el villano", algo en lo que coincidieron el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el Primer Ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario galo dijo que la prioridad en los biocarburantes debe ser el desarrollo de los de "segunda generación", que en la misma hectárea puede producir cinco veces más. El español, por su parte, señaló que su efecto en el alza de los precios es "limitado" y apostó por "un debate abierto y permanente".
Con respecto a las soluciones a la crisis, Francia y España comprometieron importantes cantidades de dinero en ayuda al desarrollo agrícola. Sarkozy dijo que en los próximos cinco años dedicará 1.000 millones de euros al África subsahariana, mientras Zapatero comprometió 500 en cuatro años para luchar contra la crisis alimentaria mundial. "No queremos que se quede en una Cumbre de meras palabras", señaló Zapatero.
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Commodities,
Economía,
Fao
Cumbre FAO: comenzó el debate sobre la crisis alimentaria
El líder de la ONU, el de la FAO y el Presidente brasileño tomaron la posta durante el primer día del cónclave en Roma. En particular, fueron abordados los siguientes temas: producción de alimentos, biocombustibles, subsidios agrícolas, políticas comerciales y proteccionismo.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a los países a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a sus vecinos". De esta manera, resumió uno de los objetivos fundamentales de la cumbre de la FAO, que comenzó hoy en Roma y culminará el jueves: eliminar las barreras proteccionistas a la exportación de productos básicos, cuyos precios han registrado una dramática escalada, la mayor de los últimos 30 años, sembrando un panorama de crisis alimentaria que amenaza con poner al borde del hambre a millones de personas.
Para contener el avance inflacionario, el titular de la ONU propuso aumentar un 50% la producción de alimentos de aquí a 2030, para lo que se necesitan inversiones de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales.
Las causas del fenómeno que asusta incluso a los países más ricos del mundo están identificadas, aunque hay discrepancias sobre el nivel de injerencia que cada una de ellas tiene en el espiral de precios. Las alzas del petróleo y de la demanda mundial, junto con una reducción de la oferta debida a malas cosechas, con la ayuda de la especulación con productos agrícolas y el aumento de cultivos para biocombustibles, conforman un cóctel explosivo que impacta directamente en los mercados.
Ante este preocupante escenario, más de 50 jefes de Estado y Gobierno, 150 ministros de Agricultura y decenas de representantes organizaciones internacionales se reunieron en Roma, sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la búsqueda de una solución del problema.
El Presidente italiano, Giorgio Napolitano, fue el encargado de inaugurar el cónclave. Terminada su presentación, fue el turno del líder de la ONU, que hizo un llamado para eliminar las barreras proteccionistas y tomar medidas a largo plazo, de forma que no se repitan crisis como la actual. De esta manera, instó a las naciones a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a los vecinos" y a "actuar en el largo plazo para reforzar la seguridad alimentaria mundial". Además. solicitó "compromisos firmes para avanzar" y "apoyos financieros" para los países pobres, no meros préstamos.
Ban destacó que en el mundo existen 850 millones de personas hambrientas y que el Banco Mundial ha previsto que en los próximos años aumente en otros 100 millones si no se toman medidas para paliar la crisis alimentaria. "Nada es más degradante que el hambre, especialmente cuando es producido por el hombre", arremetió el funcionario, quien se dirigió a los presentes al afirmar que "todos ustedes conocen la severidad y la escala de la actual crisis mundial". Frente a ello, la cumbre es "una oportunidad para revisar las políticas", para el corto y el largo plazo.
En concreto, el titular del organismo propuso "aumentar la asistencia a través de la ayuda en comida, vales o dinero" y "ajustar el comercio y las políticas de fiscalización para minimizar las restricciones y las tarifas a la importación", así como las "limitaciones impuestas a la exportación" por algunos países, que pueden "distorsionar los mercados y subir los precios".
Duplicar la producción
Ban se refirió también a la falta de alimentos, otra de las causas del alza de precios. La población mundial aumenta y el desarrollo de países como India o China incrementa el número de personas con capacidad de consumir. Sin embargo, la producción agrícola global está en niveles bajos. Por ello, el líder de la ONU remarcó la necesidad de incrementar la producción de alimentos un 50% de aquí al año 2030, algo que, según calcula, costará entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo y donantes. "Tenemos una oportunidad histórica para revitalizar la agricultura", sentenció.
No obstante, no todos coincidieron en que la producción agrícola sea el problema. La Presidenta de Argentina, Cristina Férnandez de Kirchner, dijo que la causa de esta crisis es más bien de distribución, debido al oligopolio en el sector y al proteccionismo agrícola de los países ricos. Siguiendo esta tendencia, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "la actual crisis mundial de alimentos es, antes que nada, una crisis de distribución y de proteccionismo”. “Uno de los factores decisivos es el intolerable proteccionismo con el que los países ricos circundan su agricultura, atrofiando y desorganizando la producción en otros países, especialmente los más pobres”, agregó el brasileño.
El Director General de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, dijo que los países ricos gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en derroche de comida y en armas. "El exceso de consumo por parte del mundo obeso cuesta anualmente 20.000 millones de dólares, a los que hay que agregar costes indirectos por valor de 100.000 millones resultantes de muertes prematuras y enfermedades relacionadas", estimó el africano, quien considera que “el problema de la inseguridad alimentaria es puramente político”. “Nadie entiende cómo subsidios anuales de entre 11.000 y 12.000 millones de dólares y políticas tarifarias restricitvas tienen el efecto de trasladar 100 millones de toneladas de cereales para consumo humano hacia un tercio de los combustibles para vehículos”, amplió. “Nadie entiende cómo los países ricos han creado una distorsión del mercado mundial mediante el gasto de 272.000 millones de dólares en concepto de subvenciones agrícolas”, concluyó.
El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, pidió que todos los países pongan a disposición del mercado internacional "sus reservas de alimentos" y aseguró que Japón está dispuesto a desbloquear "más de 300.000 toneladas de arroz importado".
Tampoco faltaron las palabras del Papa Benedicto XVI, quien indicó en un mensaje dirigido a la cumbre que el hambre y la malnutrición "son inaceptables" en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner final "a tal drama y a sus consecuencias".
Defensa y ataque a los biocombustibles
"Muchos de los que responsabilizan al etanol de los altos precios de los alimentos son los mismos que hace décadas mantienen políticas proteccionistas, en perjuicio de los agricultores de los países más pobres y de los consumidores de todo el mundo", dijo Lula.
En efecto, el etanol y el resto de los biocombustibles es una de las causas que algunos consideran clave en el alza de los precios en los alimentos. Entre ellos estuvo el Vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, que explicó que el "funesto consumismo" ha llevado a "la siniestra estrategia de convertir granos y cereales en combustibles".
El mandatario de Egipto, Hosni Mubarak, pidió por ese motivo la creación de un "código de conducta internacional", que "reconsidere la actual expansión de la producción de los biocombustibles" y "establezca las normas para el uso responsable de las cosechas, como alimento para los seres humanos, no como combustible para los motores".
Lula no estuvo de acuerdo con quienes ven en los biocombustibles una causa de la inflación en los precios de los alimentos y afirmó que "los biocombustibles no son el villano", algo en lo que coincidieron el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el Primer Ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario galo dijo que la prioridad en los biocarburantes debe ser el desarrollo de los de "segunda generación", que en la misma hectárea puede producir cinco veces más. El español, por su parte, señaló que su efecto en el alza de los precios es "limitado" y apostó por "un debate abierto y permanente".
Con respecto a las soluciones a la crisis, Francia y España comprometieron importantes cantidades de dinero en ayuda al desarrollo agrícola. Sarkozy dijo que en los próximos cinco años dedicará 1.000 millones de euros al África subsahariana, mientras Zapatero comprometió 500 en cuatro años para luchar contra la crisis alimentaria mundial. "No queremos que se quede en una Cumbre de meras palabras", señaló Zapatero.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a los países a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a sus vecinos". De esta manera, resumió uno de los objetivos fundamentales de la cumbre de la FAO, que comenzó hoy en Roma y culminará el jueves: eliminar las barreras proteccionistas a la exportación de productos básicos, cuyos precios han registrado una dramática escalada, la mayor de los últimos 30 años, sembrando un panorama de crisis alimentaria que amenaza con poner al borde del hambre a millones de personas.
Para contener el avance inflacionario, el titular de la ONU propuso aumentar un 50% la producción de alimentos de aquí a 2030, para lo que se necesitan inversiones de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales.
Las causas del fenómeno que asusta incluso a los países más ricos del mundo están identificadas, aunque hay discrepancias sobre el nivel de injerencia que cada una de ellas tiene en el espiral de precios. Las alzas del petróleo y de la demanda mundial, junto con una reducción de la oferta debida a malas cosechas, con la ayuda de la especulación con productos agrícolas y el aumento de cultivos para biocombustibles, conforman un cóctel explosivo que impacta directamente en los mercados.
Ante este preocupante escenario, más de 50 jefes de Estado y Gobierno, 150 ministros de Agricultura y decenas de representantes organizaciones internacionales se reunieron en Roma, sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la búsqueda de una solución del problema.
El Presidente italiano, Giorgio Napolitano, fue el encargado de inaugurar el cónclave. Terminada su presentación, fue el turno del líder de la ONU, que hizo un llamado para eliminar las barreras proteccionistas y tomar medidas a largo plazo, de forma que no se repitan crisis como la actual. De esta manera, instó a las naciones a "no dejarse tentar por políticas alimentarias que empobrecen a los vecinos" y a "actuar en el largo plazo para reforzar la seguridad alimentaria mundial". Además. solicitó "compromisos firmes para avanzar" y "apoyos financieros" para los países pobres, no meros préstamos.
Ban destacó que en el mundo existen 850 millones de personas hambrientas y que el Banco Mundial ha previsto que en los próximos años aumente en otros 100 millones si no se toman medidas para paliar la crisis alimentaria. "Nada es más degradante que el hambre, especialmente cuando es producido por el hombre", arremetió el funcionario, quien se dirigió a los presentes al afirmar que "todos ustedes conocen la severidad y la escala de la actual crisis mundial". Frente a ello, la cumbre es "una oportunidad para revisar las políticas", para el corto y el largo plazo.
En concreto, el titular del organismo propuso "aumentar la asistencia a través de la ayuda en comida, vales o dinero" y "ajustar el comercio y las políticas de fiscalización para minimizar las restricciones y las tarifas a la importación", así como las "limitaciones impuestas a la exportación" por algunos países, que pueden "distorsionar los mercados y subir los precios".
Duplicar la producción
Ban se refirió también a la falta de alimentos, otra de las causas del alza de precios. La población mundial aumenta y el desarrollo de países como India o China incrementa el número de personas con capacidad de consumir. Sin embargo, la producción agrícola global está en niveles bajos. Por ello, el líder de la ONU remarcó la necesidad de incrementar la producción de alimentos un 50% de aquí al año 2030, algo que, según calcula, costará entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo y donantes. "Tenemos una oportunidad histórica para revitalizar la agricultura", sentenció.
No obstante, no todos coincidieron en que la producción agrícola sea el problema. La Presidenta de Argentina, Cristina Férnandez de Kirchner, dijo que la causa de esta crisis es más bien de distribución, debido al oligopolio en el sector y al proteccionismo agrícola de los países ricos. Siguiendo esta tendencia, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "la actual crisis mundial de alimentos es, antes que nada, una crisis de distribución y de proteccionismo”. “Uno de los factores decisivos es el intolerable proteccionismo con el que los países ricos circundan su agricultura, atrofiando y desorganizando la producción en otros países, especialmente los más pobres”, agregó el brasileño.
El Director General de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, dijo que los países ricos gastan miles de millones de dólares en subsidios agrícolas, en derroche de comida y en armas. "El exceso de consumo por parte del mundo obeso cuesta anualmente 20.000 millones de dólares, a los que hay que agregar costes indirectos por valor de 100.000 millones resultantes de muertes prematuras y enfermedades relacionadas", estimó el africano, quien considera que “el problema de la inseguridad alimentaria es puramente político”. “Nadie entiende cómo subsidios anuales de entre 11.000 y 12.000 millones de dólares y políticas tarifarias restricitvas tienen el efecto de trasladar 100 millones de toneladas de cereales para consumo humano hacia un tercio de los combustibles para vehículos”, amplió. “Nadie entiende cómo los países ricos han creado una distorsión del mercado mundial mediante el gasto de 272.000 millones de dólares en concepto de subvenciones agrícolas”, concluyó.
El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, pidió que todos los países pongan a disposición del mercado internacional "sus reservas de alimentos" y aseguró que Japón está dispuesto a desbloquear "más de 300.000 toneladas de arroz importado".
Tampoco faltaron las palabras del Papa Benedicto XVI, quien indicó en un mensaje dirigido a la cumbre que el hambre y la malnutrición "son inaceptables" en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner final "a tal drama y a sus consecuencias".
Defensa y ataque a los biocombustibles
"Muchos de los que responsabilizan al etanol de los altos precios de los alimentos son los mismos que hace décadas mantienen políticas proteccionistas, en perjuicio de los agricultores de los países más pobres y de los consumidores de todo el mundo", dijo Lula.
En efecto, el etanol y el resto de los biocombustibles es una de las causas que algunos consideran clave en el alza de los precios en los alimentos. Entre ellos estuvo el Vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura, que explicó que el "funesto consumismo" ha llevado a "la siniestra estrategia de convertir granos y cereales en combustibles".
El mandatario de Egipto, Hosni Mubarak, pidió por ese motivo la creación de un "código de conducta internacional", que "reconsidere la actual expansión de la producción de los biocombustibles" y "establezca las normas para el uso responsable de las cosechas, como alimento para los seres humanos, no como combustible para los motores".
Lula no estuvo de acuerdo con quienes ven en los biocombustibles una causa de la inflación en los precios de los alimentos y afirmó que "los biocombustibles no son el villano", algo en lo que coincidieron el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el Primer Ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario galo dijo que la prioridad en los biocarburantes debe ser el desarrollo de los de "segunda generación", que en la misma hectárea puede producir cinco veces más. El español, por su parte, señaló que su efecto en el alza de los precios es "limitado" y apostó por "un debate abierto y permanente".
Con respecto a las soluciones a la crisis, Francia y España comprometieron importantes cantidades de dinero en ayuda al desarrollo agrícola. Sarkozy dijo que en los próximos cinco años dedicará 1.000 millones de euros al África subsahariana, mientras Zapatero comprometió 500 en cuatro años para luchar contra la crisis alimentaria mundial. "No queremos que se quede en una Cumbre de meras palabras", señaló Zapatero.
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miércoles, mayo 28, 2008
El aumento de los precios de los alimentos llega a Cuba
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente y leche en polvo son algunos de los artículos que registraron aumentos.
Cuba no escapa al aumento de los precios de los alimentos en los mercados mundiales, un fenómeno que la prensa oficial de la isla comenta insistentemente, y que hoy ya ha adquirido oficialidad al confirmarse la suba de algunos productos en las tiendas estatales que venden en divisas y de varios de los elementos básicos de la cartilla de racionamiento.
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente, leche en polvo y cerveza son algunos de los artículos que han registrado aumentos recientes en la red comercial que abastece a los extranjeros y a los cubanos que tienen monedas convertibles. Hay que recordar que en la isla circula un peso convertible, el CUC, equivalente a 1,08 dólares, y otro que vale 24 veces menos, con el que el Estado paga a los cubanos.
Ante este panorama, el periodista Ariel Terrero ha comentado hoy los aumentos en su espacio de la televisión estatal al señalar que "la economía cubana no está desconectada de la economía mundial".
Así, ha explicado que, por ejemplo, el aceite de soja ha duplicado su precio en el mercado mundial y se cotiza a casi 1.500 dólares por tonelada
Terrero ha explicado que en 2004 se produjo la última alza generalizada de precios en las tiendas en divisas, que desde entonces los mantenían "prácticamente congelados a pesar de que la tendencia en el mundo era diferente".
El alza de precios de productos básicos -algunos incluidos en la distribución subsidiada de la cartilla de racionamiento- tiene lugar en momentos en que el Gobierno califica la producción de alimentos "cuestión de seguridad nacional" por la escasez y los elevados precios en el mercado mundial.
De hecho, Cuba importa el 84% de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, mientras que la mayoría de las tierras cultivables están ociosas o sub-utilizadas.
En su toma de posesión como presidente, el pasado 24 de febrero, el general Raúl Castro anunció la convergencia de las dos monedas y la eliminación de subsidios excesivos.
Cuba no escapa al aumento de los precios de los alimentos en los mercados mundiales, un fenómeno que la prensa oficial de la isla comenta insistentemente, y que hoy ya ha adquirido oficialidad al confirmarse la suba de algunos productos en las tiendas estatales que venden en divisas y de varios de los elementos básicos de la cartilla de racionamiento.
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente, leche en polvo y cerveza son algunos de los artículos que han registrado aumentos recientes en la red comercial que abastece a los extranjeros y a los cubanos que tienen monedas convertibles. Hay que recordar que en la isla circula un peso convertible, el CUC, equivalente a 1,08 dólares, y otro que vale 24 veces menos, con el que el Estado paga a los cubanos.
Ante este panorama, el periodista Ariel Terrero ha comentado hoy los aumentos en su espacio de la televisión estatal al señalar que "la economía cubana no está desconectada de la economía mundial".
Así, ha explicado que, por ejemplo, el aceite de soja ha duplicado su precio en el mercado mundial y se cotiza a casi 1.500 dólares por tonelada
Terrero ha explicado que en 2004 se produjo la última alza generalizada de precios en las tiendas en divisas, que desde entonces los mantenían "prácticamente congelados a pesar de que la tendencia en el mundo era diferente".
El alza de precios de productos básicos -algunos incluidos en la distribución subsidiada de la cartilla de racionamiento- tiene lugar en momentos en que el Gobierno califica la producción de alimentos "cuestión de seguridad nacional" por la escasez y los elevados precios en el mercado mundial.
De hecho, Cuba importa el 84% de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, mientras que la mayoría de las tierras cultivables están ociosas o sub-utilizadas.
En su toma de posesión como presidente, el pasado 24 de febrero, el general Raúl Castro anunció la convergencia de las dos monedas y la eliminación de subsidios excesivos.
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El aumento de los precios de los alimentos llega a Cuba
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente y leche en polvo son algunos de los artículos que registraron aumentos.
Cuba no escapa al aumento de los precios de los alimentos en los mercados mundiales, un fenómeno que la prensa oficial de la isla comenta insistentemente, y que hoy ya ha adquirido oficialidad al confirmarse la suba de algunos productos en las tiendas estatales que venden en divisas y de varios de los elementos básicos de la cartilla de racionamiento.
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente, leche en polvo y cerveza son algunos de los artículos que han registrado aumentos recientes en la red comercial que abastece a los extranjeros y a los cubanos que tienen monedas convertibles. Hay que recordar que en la isla circula un peso convertible, el CUC, equivalente a 1,08 dólares, y otro que vale 24 veces menos, con el que el Estado paga a los cubanos.
Ante este panorama, el periodista Ariel Terrero ha comentado hoy los aumentos en su espacio de la televisión estatal al señalar que "la economía cubana no está desconectada de la economía mundial".
Así, ha explicado que, por ejemplo, el aceite de soja ha duplicado su precio en el mercado mundial y se cotiza a casi 1.500 dólares por tonelada
Terrero ha explicado que en 2004 se produjo la última alza generalizada de precios en las tiendas en divisas, que desde entonces los mantenían "prácticamente congelados a pesar de que la tendencia en el mundo era diferente".
El alza de precios de productos básicos -algunos incluidos en la distribución subsidiada de la cartilla de racionamiento- tiene lugar en momentos en que el Gobierno califica la producción de alimentos "cuestión de seguridad nacional" por la escasez y los elevados precios en el mercado mundial.
De hecho, Cuba importa el 84% de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, mientras que la mayoría de las tierras cultivables están ociosas o sub-utilizadas.
En su toma de posesión como presidente, el pasado 24 de febrero, el general Raúl Castro anunció la convergencia de las dos monedas y la eliminación de subsidios excesivos.
Cuba no escapa al aumento de los precios de los alimentos en los mercados mundiales, un fenómeno que la prensa oficial de la isla comenta insistentemente, y que hoy ya ha adquirido oficialidad al confirmarse la suba de algunos productos en las tiendas estatales que venden en divisas y de varios de los elementos básicos de la cartilla de racionamiento.
Aceite de soja, helados, pasta de tomate, detergente, leche en polvo y cerveza son algunos de los artículos que han registrado aumentos recientes en la red comercial que abastece a los extranjeros y a los cubanos que tienen monedas convertibles. Hay que recordar que en la isla circula un peso convertible, el CUC, equivalente a 1,08 dólares, y otro que vale 24 veces menos, con el que el Estado paga a los cubanos.
Ante este panorama, el periodista Ariel Terrero ha comentado hoy los aumentos en su espacio de la televisión estatal al señalar que "la economía cubana no está desconectada de la economía mundial".
Así, ha explicado que, por ejemplo, el aceite de soja ha duplicado su precio en el mercado mundial y se cotiza a casi 1.500 dólares por tonelada
Terrero ha explicado que en 2004 se produjo la última alza generalizada de precios en las tiendas en divisas, que desde entonces los mantenían "prácticamente congelados a pesar de que la tendencia en el mundo era diferente".
El alza de precios de productos básicos -algunos incluidos en la distribución subsidiada de la cartilla de racionamiento- tiene lugar en momentos en que el Gobierno califica la producción de alimentos "cuestión de seguridad nacional" por la escasez y los elevados precios en el mercado mundial.
De hecho, Cuba importa el 84% de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, mientras que la mayoría de las tierras cultivables están ociosas o sub-utilizadas.
En su toma de posesión como presidente, el pasado 24 de febrero, el general Raúl Castro anunció la convergencia de las dos monedas y la eliminación de subsidios excesivos.
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sábado, abril 19, 2008
Aumenta la cantidad de pobres con la suba de las commodities
Según un informe de Cepal, el fuerte avance de los precios de los alimentos "está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina"; un alza del 15% en la inflación eleva tres puntos la indigencia
El fuerte avance en los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina y el Caribe, que podrían aumentar en número si los Gobiernos no toman medidas, advirtió hoy la Cepal.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Luis Machinea, dijo que el aumento en los precios de alimentos se aceleró en los últimos 12 meses y es especialmente preocupante en el caso del maíz, el trigo, el arroz y las oleaginosas, que son la base de la dieta de millones de latinoamericanos.
Partiendo de las proyecciones de indigencia realizadas para el 2007, la Cepal calcula que un incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos eleva la incidencia de la indigencia en casi tres puntos, de 12,7 por ciento a 15,9 por ciento, dijo Machinea.
Lo anterior implica que esa alteración de los precios provocaría que 15,7 millones más de latinoamericanos caigan en la indigencia.
"Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas", dijo Machinea.
Según una nota publicada en abril último por LA NACION, el aumento en los precios de los alimentos impactó con más fuerza en el costo de vida de los hogares más pobres, un fenómeno que puede arrastrar a más familias a la pobreza o a la indigencia y que empeorará aún más en los próximos meses si, tal como sugieren las últimas encuestas sobre las expectativas de la población, la inflación sube otro par de escalones este año.
La inflación para los de menores recursos llegará a 25% este año, contra un 15% para la población más rica, según cálculos privados.
Políticas públicas. Cepal recomendó que las políticas públicas debieran incluir acciones que disminuyan las alzas de los precios de los alimentos en los mercados internos y/o mejoren los ingresos de la población, especialmente de los sectores de bajos recursos.
Entre ellas, la institución destacó las reducciones de aranceles e impuestos al consumo, asi como subsidios focalizados a ciertos sectores.
El fuerte avance en los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina y el Caribe, que podrían aumentar en número si los Gobiernos no toman medidas, advirtió hoy la Cepal.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Luis Machinea, dijo que el aumento en los precios de alimentos se aceleró en los últimos 12 meses y es especialmente preocupante en el caso del maíz, el trigo, el arroz y las oleaginosas, que son la base de la dieta de millones de latinoamericanos.
Partiendo de las proyecciones de indigencia realizadas para el 2007, la Cepal calcula que un incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos eleva la incidencia de la indigencia en casi tres puntos, de 12,7 por ciento a 15,9 por ciento, dijo Machinea.
Lo anterior implica que esa alteración de los precios provocaría que 15,7 millones más de latinoamericanos caigan en la indigencia.
"Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas", dijo Machinea.
Según una nota publicada en abril último por LA NACION, el aumento en los precios de los alimentos impactó con más fuerza en el costo de vida de los hogares más pobres, un fenómeno que puede arrastrar a más familias a la pobreza o a la indigencia y que empeorará aún más en los próximos meses si, tal como sugieren las últimas encuestas sobre las expectativas de la población, la inflación sube otro par de escalones este año.
La inflación para los de menores recursos llegará a 25% este año, contra un 15% para la población más rica, según cálculos privados.
Políticas públicas. Cepal recomendó que las políticas públicas debieran incluir acciones que disminuyan las alzas de los precios de los alimentos en los mercados internos y/o mejoren los ingresos de la población, especialmente de los sectores de bajos recursos.
Entre ellas, la institución destacó las reducciones de aranceles e impuestos al consumo, asi como subsidios focalizados a ciertos sectores.
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Aumenta la cantidad de pobres con la suba de las commodities
Según un informe de Cepal, el fuerte avance de los precios de los alimentos "está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina"; un alza del 15% en la inflación eleva tres puntos la indigencia
El fuerte avance en los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina y el Caribe, que podrían aumentar en número si los Gobiernos no toman medidas, advirtió hoy la Cepal.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Luis Machinea, dijo que el aumento en los precios de alimentos se aceleró en los últimos 12 meses y es especialmente preocupante en el caso del maíz, el trigo, el arroz y las oleaginosas, que son la base de la dieta de millones de latinoamericanos.
Partiendo de las proyecciones de indigencia realizadas para el 2007, la Cepal calcula que un incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos eleva la incidencia de la indigencia en casi tres puntos, de 12,7 por ciento a 15,9 por ciento, dijo Machinea.
Lo anterior implica que esa alteración de los precios provocaría que 15,7 millones más de latinoamericanos caigan en la indigencia.
"Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas", dijo Machinea.
Según una nota publicada en abril último por LA NACION, el aumento en los precios de los alimentos impactó con más fuerza en el costo de vida de los hogares más pobres, un fenómeno que puede arrastrar a más familias a la pobreza o a la indigencia y que empeorará aún más en los próximos meses si, tal como sugieren las últimas encuestas sobre las expectativas de la población, la inflación sube otro par de escalones este año.
La inflación para los de menores recursos llegará a 25% este año, contra un 15% para la población más rica, según cálculos privados.
Políticas públicas. Cepal recomendó que las políticas públicas debieran incluir acciones que disminuyan las alzas de los precios de los alimentos en los mercados internos y/o mejoren los ingresos de la población, especialmente de los sectores de bajos recursos.
Entre ellas, la institución destacó las reducciones de aranceles e impuestos al consumo, asi como subsidios focalizados a ciertos sectores.
El fuerte avance en los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los más pobres de América latina y el Caribe, que podrían aumentar en número si los Gobiernos no toman medidas, advirtió hoy la Cepal.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Luis Machinea, dijo que el aumento en los precios de alimentos se aceleró en los últimos 12 meses y es especialmente preocupante en el caso del maíz, el trigo, el arroz y las oleaginosas, que son la base de la dieta de millones de latinoamericanos.
Partiendo de las proyecciones de indigencia realizadas para el 2007, la Cepal calcula que un incremento del 15 por ciento en el precio de los alimentos eleva la incidencia de la indigencia en casi tres puntos, de 12,7 por ciento a 15,9 por ciento, dijo Machinea.
Lo anterior implica que esa alteración de los precios provocaría que 15,7 millones más de latinoamericanos caigan en la indigencia.
"Esto representa una situación dramática para un vasto contingente de personas", dijo Machinea.
Según una nota publicada en abril último por LA NACION, el aumento en los precios de los alimentos impactó con más fuerza en el costo de vida de los hogares más pobres, un fenómeno que puede arrastrar a más familias a la pobreza o a la indigencia y que empeorará aún más en los próximos meses si, tal como sugieren las últimas encuestas sobre las expectativas de la población, la inflación sube otro par de escalones este año.
La inflación para los de menores recursos llegará a 25% este año, contra un 15% para la población más rica, según cálculos privados.
Políticas públicas. Cepal recomendó que las políticas públicas debieran incluir acciones que disminuyan las alzas de los precios de los alimentos en los mercados internos y/o mejoren los ingresos de la población, especialmente de los sectores de bajos recursos.
Entre ellas, la institución destacó las reducciones de aranceles e impuestos al consumo, asi como subsidios focalizados a ciertos sectores.
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lunes, abril 14, 2008
Nueva Zelanda-China: acuerdo histórico de libre comercio
Después de tres años y 15 fases de negociación, Nueva Zelanda ha sido el primer país desarrollado que ha pactado un acuerdo de libre comercio con el gigante chino. Pekín, al que se ha reconocido el estatus de economía de mercado, comenzará a eliminar progresivamente las barreras aduaneras para permitir el crecimiento de las exportaciones e inversiones de Nueva Zelanda, a la que China reconoce como “nación privilegiada”. Los sindicatos de la isla se han mostrado preocupados por los sectores que se verán afectados por las importaciones de China
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