Entrevista al director general de Medios Regionales del Grupo El Mercurio de Chile
Acompasadas, sus manos dibujan algo parecido a un camino, un carretera, una vía entre dos puntos. No para de gesticular. Quizá construya en el aire ese río conductor del mar de noticias que, para él, cubre Internet. El periodista argentino Guillermo Culell no es nuevo en Huesca. “¿Estuviste en el castillo de Loarre?”, pregunta señalando hacia el norte el actual responsable de medios regionales del grupo chileno Mercurio. “Merece la pena” recomienda en una pausa del XII Congreso de Periodismo Digital, una cita anual que ha hecho de Culell un habitual de las discusiones sobre las últimas tendencias en la Red y sus digitales. Últimas y más agresivas. Porque mientras muchos tratan de aterrizar en la web, Culell, exdirector de los digitales de Clarín y, más tarde, El Comercio, da un pasito adelante hacia un escenario con un “flujo” de información más veloz si cabe, atento a los usos de los habituales de Twitter y Facebook y amasado por los profesionales de la información.
Mientras hablamos se abren nuevas vías en el periodismo digital. ¿Cuáles intuye?
[El asesor de medios digitales] Jean-François Fogel utilizó durante la ponencia de hoy la expresión “narración plural”. Es una de las vías de exploración de los periodistas: encontrarle sentido a esa diversidad de voces simultáneas y caóticas. Si uno empieza a explorar relaciones, conexiones, acciones y reacciones puede leer algo interesante. Las nuevas tendencias pasan por flujos muchos más acelerados de información, más instantáneos. Y en ese río veloz, tratar de recuperar algunas cosas para mezclarlas con otras. Nuestra tarea es básicamente mezclar, como un cocinero, juntar ingredientes y armar un pastel.
¿Flujos más acelerados? ¿Estará familiarizado el lector con esa manera de recibir información?
Si pensamos en el lector de prensa, seguro que este no entienda nada. Nuestra audiencia es la de Facebook, Twitter y YouTube. Todos los ríos llevan al mar, pero ahora estamos en una realidad en la que el mar alimenta los ríos. Un mar de información, de datos, de expresiones en un río muy angosto y a una velocidad muy acelerada. Los que usamos redes, aunque yo con Twitter soy más austero por tiempo y por autocensura, vemos que hay un caudal en el que lo que importa es el instante. No me interesan mis tweets de ayer, mis posts o página de Facebook de hace dos días. Puedo abarcar lo de las últimas tres horas, lo demás se me escapa. La audiencia tiene ese entrenamiento porque lo está generando a la vez. Tiene la capacidad de comprender una oferta a esa velocidad mucho más que el lector de papel. Ellos nos están configurando a nosotros y no nosotros a ellos.
¿Y qué hueco le queda ahí al periodista?
Tengo una receta propia: tenemos que trabajar sobre listas, filtros y conexiones. Listas porque estamos construyendo una lista infinita de informaciones, unas debajo de otras. Filtros porque debemos filtrar propuestas periodísticas. Por ejemplo, entrego al lector todo lo que tengo sobre Shakira, pero también lo que tenemos sobre Libia solo apretando un filtro. Manipulo ese filtro informáticamente. Elegir el filtro adecuado es una tarea periodística. Es la manera de organizar el continuo informativo. Sería mucho más interesante que una sección tradicional. Por ejemplo, tener una sección como las microempresas en los países asiáticos en lugar de Economía. Y conexiones, porque es la posibilidad de relacionar cosas, lo que publico con lo que publicaron otros. Es el mar infinito contenido en un río. No solo lo que produjimos sino lo que produjo la Red y lo que producirá. Ese filtro no se muere nunca.
Y también hay que trabajar sobre la sorpresa, animar a la audiencia provocando el debate, proponiendo hipótesis, sugiriendo respuestas con una actitud agresiva. Ser provocadores.
Las redes como canal de información y comunicación crecen muy rápido. ¿Hay peligro de burbuja?
Puede ser desde que lo haya el punto de vista del negocio. La valoración del mercado de Facebook es sospechosa. Lleva a pensar que no pueda sostenerse. Si uno piensa en los volúmenes de usuarios, perfiles e información, en algún momento encontrarán un modelo de monetización, como hizo Google, que responda a la apuesta futura del mercado bursátil. Pero una burbuja mediática se aplaca cuando aparece otra. ¿Cuándo ICQ dejó de ser importante? Era el modelo más sofisticado de comunicación que teníamos. Y fue barrido. Cuando apareció Gmail con una capacidad ilimitada lo absorbió todo. Hay que probar y ver qué pasa. Si se pincha la burbuja es porque aparece algo que lo supera y contiene.
Hablamos mucho de futuro y periodismo. ¿Cómo lo estamos haciendo ahora? ¿Qué hacemos bien y qué mal?
Lo que se hace muy bien quizá se corresponda con lo que se hace mal y eso es bueno porque se está experimentando. Me inquieta cuando no se hace nada. Hay propuestas periodísticas que son como hace cuatro o seis años. El bien y el mal no tienen que ver con el éxito sino con el nivel de riesgo que se toma. En la medida en que haya experimentación, riesgo, apuesta, es fantástico. El problema viene cuando hacemos lo mismo que hace cinco años.
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