Por Paula Carri
Entre los motivos por los cuales las mujeres tienen diferentes niveles de especialización en tecnología, los preferidos por quienes se especializan en la temática son: la reproducción de un modelo cultural que aún sigue vigente con relación a las habilidades de mujeres y varones y, por otra parte, la mella que hace en las mujeres el período de reproducción, en la edad que oscila entre los 22 y 38 años, en su mayoría, y que es el momento en el cual se retrae la participación de las mujeres en Internet.
Beatriz Busaniche, representante de Fundación Vía Libre, una agrupación donde las mujeres tienen una participación importante y sobre todo una alta visibilidad social y profesional, y activa participante del grupo de debate virtual Chicas del Software Libre, cuenta que “las hipótesis que tengo son intuitivas”. Y esas hipótesis hablan de que se siguen reproduciendo los modelos machistas tradicionales, con las mismas lógicas de exclusión. Por ejemplo, en muchos hogares con acceso a Internet, todavía la primacía en el uso de la computadora recae en los hijos varones.
Sobre la participación de la mujer en la Web, uno de los debates más agitados de los últimos meses en foros y blogs tuvo que ver con el estudio de la Fundación Wikimedia, que reveló que sólo el 13 por ciento de los contenidos existentes en Wikipedia son escritos por mujeres. “Por supuesto que –reflexionó Busaniche– para editar en Wikipedia hay que tener tiempo. Y una mujer que tiene que ocuparse de la casa, de los chicos, de estar linda, inclusive muchas veces ocuparse del hombre también, no tiene ese tiempo. Entonces mientras en los hogares se sigan reproduciendo esos mismos modelos, la situación no va a cambiar.”
En Vía Libre se reconocen como una fundación sin problemas latentes con el tema de desigualdad de género, pero sí en algunos sectores la presencia de ellas es muy reducida. En desarrolladoras de sistema Debian, por ejemplo, actualmente son sólo el 2 por ciento. “Lo que sí noto –completó Busaniche– es que una buena parte de nosotras somos solteras y una buena parte no tenemos hijos. Y cuando veo algún niño o niña en nuestros eventos siempre vienen con sus padres, que son miembros de la comunidad. No con sus madres.” No obstante, cuentan en Vía Libre, en el próximo evento de Wikipedia a realizarse en Haifa, Israel, las madres europeas que concurrirán pidieron un espacio para el cuidado de sus infantes.
María, editora de Wikipedia en Latinoamérica, cuenta que siente exigencia en su participación, que las mujeres allí deben ser mejores que cualquier otro. Y que esta presión, sumada a cierta misoginia latente, una interfaz de usuario poco amigable y la falta de tiempo, conspiran contra la participación de la mujer en ese ámbito.
Los principales puntos negativos en relación a la mujer y las tecnologías de la información y la comunicación son el reflejo estereotipado de que computadoras y capacitación tecnológica son habilidades de los varones, el aumento del teletrabajo on line para las mujeres, con la consecuencia de una baja en la sociabilidad cara a cara y en un aumento del aislamiento social, la proliferación de sitios con lenguajes de odio hacia las mujeres en la red. En Latinoamérica, donde la brecha de género se entrecruza con la brecha tecnológica, sería saludable que las políticas de género incluyeran especialmente las tecnologías de la información y la comunicación, por parte de los gobiernos.
Gloria Bonder, directora del Area Género, Sociedad y Políticas de Flacso, y coordinadora de la Cátedra Unesco, Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina, reflexiona que “las mujeres ingresan a los espacios mediados por las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) entusiasmadas por sentirse parte de las conquistas de este nuevo mundo y poco advertidas en general, sobre las fronteras que también allí demarcan sus opciones, aunque algunas se aventuren a trasgredirlas”.
Pese a las cuestiones anteriormente enumeradas sobre las causas de la brecha digital de género, las especialistas coinciden en que en la era de Internet, los espacios socio-culturales están en período de despliegue. En ese sentido, las mujeres han sabido de sobra aggiornar las históricas luchas por la igualdad de género, con el aporte de las posibilidades comunicativas que les brindan las herramientas tecnológicas, utilizando Internet en pos de la participación social activa. Hechos con consecuencias contantes y sonantes, nada virtuales, que inspiraron cambios que provocaron cambios en gobiernos y políticas de Estado, pero que además, y no menos importante, con la propia participación, modificaron las vidas de muchas de ellas.
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