La canasta de las importaciones alimentarias cuesta actualmente un 90% más que en el año 2000. El precio internacional de los alimentos básicos ha aumentado en todo el mundo, y se ha traducido en un gran encarecimiento de los precios al por menor, provocando situaciones dramáticas para los países más pobres, que dependen en gran medida de las importaciones de cereales. En un año, el precio del trigo y del maíz se ha duplicado. De estos datos se desprende que la crisis no depende en absoluto de la producción, que nunca había sido tan alta.
Las causas
Los motivos principales de este aumento constante de los precios de los productos alimentarios pueden encontrarse en seis causas de fondo:
1- El desarrollo de la industria de los biocombustibles.
2- El aumento vertiginoso de los costos de envío y el consiguiente aumento de los costes de importación.
3- La desregulación del mercado solicitado por la OMC, hace que la producción, la transformación y la distribución de los productos alimentarios estén bajo el control de empresas multinacionales, generándose un monopolio de los mercados con la consiguiente subida de los costes de importación (un 5% anual).
4- La concentración de operadores alimentarios en manos de pocos que a menudo conlleva especulaciones de tipo financiero.
5- Las condiciones meteorológicas.
6- La incorparación de consumidores chinos que al pasar fel caapo a la cudad modifican su dieta
La situación actual demuestra que el gran proceso de liberalización del mercado alimentario, que ha hecho que los estados dependieran del mercado global, ha hecho aumentar el hambre y la pobreza. El caso de Indonesia es emblemático, hasta los años noventa era autosuficiente en la producción de soja, pero con la apertura de las fronteras y la invasión de soja americana a bajo precio vio como se hundía la producción nacional. Este gran proceso de desregulación del mercado a nivel global ha destruido los mecanismos de protección llevando a esta espiral de aumento de los precios. A esto hay que sumarle las grandes privatizaciones de las reservas nacionales de alimentos, ahora en manos de multinacionales del sector. Al eliminar los controles de los precios en todas partes y estando las provisiones de alimentos en manos de estas empresas multinacionales, la especulación financiera se ha convertido en la causa principal del aumento de los precios. Otras causas menores pueden atribuirse al desarrollo del mercado de los biocombustibles (como destaca un informe reciente OCDE-FAO). El constante aumento de los precios del petróleo ha impulsado enormemente la investigación de la diversificación de las fuentes energéticas mediante los biocombustibles, lo que ha provocado que muchas hectáreas de terreno se usen para la producción de biocombustibles y ya no se destinen a la producción alimentaria. Otros factores de incidencia son el aumento de los precios de los carburantes, que la capacidad de envío a carga completa ya no esté siempre garantizada, la congestión del tráfico portuario y el aumento de las vías comerciales también han repercutido en los costes de envío, haciendo que las tarifas de transporte aumentaran continuamente. Siempre hay que tener en cuenta la variable de las condiciones meteorológicas, aunque sea sólo como factor temporal, a pesar de que en los últimos años no se han registrado casos de crisis en la producción debidas a condiciones meteorológicas adversas.
¿Qué hacen la FAO y las otras organizaciones internacionales?
El objetivo que se ha propuesto la FAO de reducir la pobreza para el año 2015 (el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio), no está teniendo los resultados esperados. Sin embargo, los líderes de la organización están convencidos de que todavía todo es posible si se aumentan las inversiones públicas en agricultura, en el desarrollo rural y, sobre todo, si se promueven políticas a favor de los pequeños agricultores. La FAO está exhortando a los gobiernos y a toda la Comunidad Internacional para que se tomen medidas inmediatas en el apoyo de países pobres que están siendo muy perjudicados por el dramático aumento de los precios alimentarios, además, se está poniendo mucho interés en los programas nacionales para la seguridad alimentaria.
Las acciones de estos programas se dirigen a la promoción del desarrollo de una agricultura comunitaria, es decir, un planteamiento a nivel local para el desarrollo rural. Actualmente, la dirección corresponde a los estados nacionales, y la FAO les proporciona asistencia y otros servicios técnicos especializados. Entre 2006 y 2007, Argelia, Chad, El Salvador, Gabón, Indonesia, Kenia, Nigeria, Madagascar, Mali y Pakistán se sumaron a otros seis países con programas ya activos, y hay otros 30 a punto de sumarse. El año 2010, el número de beneficiarios podría alcanzar los 80 millones. Las otras intervenciones de la FAO están orientadas a incrementar la producción agrícola local. El objetivo inmediato es proporcionar asistencia a medio plazo a las familias pobres de las zonas rurales para hacer que sean capaces de producir más alimentos y hacer frente al hambre y la desnutrición de manera más eficaz. Se pretende proporcionar fertilizantes, semillas y pesticidas para aumentar la producción local a los pequeños campesinos de los Países con Bajos Ingresos y con Déficit de Alimentos (PIBDA), que son muy dependientes de las importaciones de alimentos. Para asegurar el acceso a estos elementos productivos, se conceden bonos a los campesinos pobres para que compren el material necesario. Este tipo de medidas deberían hacer aumentar la producción alrededor de un 20%, mejorando la autosuficiencia. Éstas son las intervenciones que pueden llevarse a cabo a medio plazo. Para las medidas a largo plazo, la FAO está exhortando a los gobiernos nacionales para que protejan la producción nacional, impulsando la mejora de las condiciones de acceso al mercado para otras empresas del sector. El objetivo es aligerar las presiones de los gobiernos debidas a las costosas importaciones alimentarias, introducir nuevas medidas para mejorar la fertilidad del suelo, garantizar el control de los recursos hídricos al estado y reforzar las infraestructuras rurales para garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola a largo plazo. Pero el verdadero problema que hay que afrontar, del que la FAO es plenamente consciente, es el de un mercado de monopolio y distorsionado por la especulación financiera de las multinacionales. Incluso en la misma organización hay visiones opuestas entre los que creen que la eliminación de las barreras comerciales puede mejorar estas distorsiones y los que creen que la futura eliminación de las barreras puede suponer un deterioro de la situación, con futuras repercusiones negativas sobre los precios alimentarios. El mismo Diouf ha destacado recientemente la urgencia de una auténtica reforma comercial en el sector que permita la construcción de un mercado justo. La “Declaración del Milenio de la ONU” se ha comprometido a favor de un sistema comercial justo, basado en reglas, previsible y donde las negociaciones multilaterales proporcionen la manera más prometedora de alcanzar este objetivo.
Los escenarios
Según las estimaciones de la FAO, muchos países reducirán claramente las importaciones de bienes alimentarios de primera necesidad, pero no debido al aumento de la producción interior, sino por el constante aumento de los precios energéticos relacionados con el petróleo. Actualmente, todas las previsiones establecen que, incluso en estaciones con una cosecha excepcional, los precios continuarán con su tendencia al alza. Se prevé que para el año 2008, debido al aumento de los costes de transporte, los precios de las importaciones de los productos alimentarios puedan aumentar hasta un 14%. Esto demuestra que todas las políticas para aumentar la producción no servirán en absoluto para reducir los costes. Los países en vías de desarrollo no se beneficiarán de la liberalización del comercio, sino que más bien sufrirán sus graves efectos negativos tanto en la producción nacional como en la seguridad alimentaria. Con la reducción de las tarifas, los bienes importados representan una mayor competencia para los productos locales y para los sistemas productivos nacionales que contribuyen en gran medida a la disponibilidad alimentaria. La renta y la ocupación local podrían verse muy afectadas y no estar preparadas para resistir ante este reto. Estas consecuencias afectan y afectarán gravemente incluso a los consumidores de los países desarrollados, que durante los últimos años han visto como se reducían sus rentas debido al aumento descontrolado de los precios de los bienes alimentarios de primera necesidad.Según el análisis de la FAO, los elevados precios de la producción alimentaria continuarán caracterizando toda la cadena de abastecimiento, contribuyendo a la subida de los precios al por menor de alimentos básicos como pan, pasta, carne y leche. Sin una intervención decidida e inmediata con políticas públicas nacionales de intervención en el mercado, parece evidente que esta espiral no se parará, con la perspectiva de una completa desestabilización mundial.
Conclusiones
A pesar del aumento de la producción, los productores están en crisis, y los consumidores de los países desarrollados están sufriendo graves consecuencias por el aumento de los precios. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de España, calcula que los consumidores españoles pagan hasta el 600% más de los precios pagados a los productores. Los países en vías de desarrollo están sufriendo el desmoronamiento de la producción nacional debido a la competencia de la producción global, y enormes franjas de población están sufriendo condiciones de insuficiencia alimentaria. Parece que los estados no tienen la fuerza suficiente para afrontar esta crisis con políticas públicas decididas, más bien parece que todos estén convencidos de que la única salida sea una mayor liberalización del mercado. El camino hacia un retorno a la soberanía alimentaria de los estados parece muy lejano. Ibrahim Coulibaly, presidente de la Coordinación Nacional de las Organizaciones Campesinas (CNOP) de Mali declaró que “ante el extraordinario aumento de los precios de los alimentos, el gobierno ha estado de acuerdo con las peticiones de las organizaciones de campesinos de desarrollar y proteger los mercados locales de alimentos, en lugar de aumentar las importaciones. El aumento de las importaciones de alimentos sólo nos hará más dependientes de las brutales fluctuaciones del mercado mundial”, un mercado alimentario globalizado que ha degenerado en condiciones de oligopolio. No ayuda a afrontar el problema la percepción global de que éste está relacionado con el desarrollo del mercado de los biocombustibles (como si para resolver la “cuestión ambiental” fuera necesario aceptar el aumento de la pobreza y la desnutrición) y la percepción de que hay escasez de bienes alimentarios (los datos sobre la producción son claramente positivos).
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