miércoles, mayo 26, 2010

La Web 2.0, oportunidad o problema en la construcción de la agenda mediática

Por Rubén Weinsteiner para ADN


Los medios de comunicación suelen transitar tres ejes de acción en términos de modificación de la realidad política.

a) la orientación del voto
b) la construcción de climas y opiniones
c) el armado de la agenda

Estamos en un momento de transición en lo que hace a los factores que determinan la agenda y el spin mediático, definido este a través de la orientación de la atención e interés público, la conformación de una escala de temas predominantes, la jerarquización de la relevancia de dichos temas y el entendimiento de los mecanismos de priorización y discriminación temática que manifiestan los individuos cada día, a cada hora.
Esto en la Web se ve muy claro analizando las búsquedas más populares en Google. Hoy a la mañana la gente quiere saber todos acerca de Britney Spears, a la tarde está detrás de Lindsay Lohan y mañana a la mañana Google explota detrás de información sobre Tiger Woods.
Hasta la explosión de la Web, si bien la TV y la radio eran los medios más consumidos, y la lectura de diarios en papel se encontraba en franco retroceso, la prensa escrita mantenía el monopolio de la capacidad de instalar los temas, que durante el día se ampliarían y reciclarían por la radio y la TV. La TV aún con toda la importancia que cobró en los 90 con la explosión del cable, era más importante en la exhibición visual de los hechos y en la circulación de determinados argumentos, que en la instalación de noticias o temáticas nuevas.

Con la explosión de la Web, el diario impreso a las 11 am ya empezó a quedar viejo, pero seguía reteniendo el poder de instalar los temas. Una investigación que nada tenía que ver con lo que venía pasando, se instalaba causal o naturalmente en las radios, en la TV, y en la Web 1.0.
Hoy el diario impreso sigue reteniendo el poder de instalar temas, pero la Web 2.0 instala climas, viraliza rumores, chistes, ponderación de verdad de las noticias, factores constitutivos de los estados de ánimo y climas emocionales.

La reproductibilidad que brinda You Tube, la facilidad para viralizar enviando un link, la masividad del e-mail, las redes sociales, el microblogging y la velocidad de los mensajeros, determinan un escenario donde la web 2.0 no puede imponer todavía la agenda pero la puede condicionar fuertemente, recontextualizar y resignificar, al grado de destruir lo planteado desde el diario impreso, potenciarlo, o darle otra dirección al spin mediático.
El proceso de recontextualización y resignificación, ocurre porque la Web 2.0 es conversación, de a dos de a millones, pero conversación, y cuando uno conversa, no es como estar declamando desde la tribuna o detrás de las cámaras, sino que uno habla a la altura de los ojos, sin impostar, pero en realidad está siendo escuchado-leído por millones, y esa conversación es “desgrabada” y dejada al alcance de cualquiera vía Google para siempre.

La Web 2.0 le impone al político sus reglas nuevas y disruptivas, y a la vez le permite entrar en el eje de la mirada que vincula a lo público con la cotidianeidad, lo coloquial, un lenguaje más descontracturado, con un intercambio de información que se puede hacer en un bar, en una casa, pero no en la TV o en la Radio.
Un político en la Web 2.0 puede entrar en el circuito de confiabilidad y credibilidad de la gente. Por eso en la Web 2.0 el político habla de otra manera, tira data más sensible, opina, adjetiva, habla desde el ring side, desde el llano, manifiesta gestos de familiaridad, llama a la gente por su nombre de pila, como si fueran amigos, y hasta le está permitido como a todos en el llano, “zarparse” de vez en cuando.

La Web 2.0 es conversación, construcción, armado, por eso tanto el “hablarles” como el “escucharlos” constituyen alternativas parciales, que no definen el dispositivo 2.0. Acá no se trata de hablar desde una tribuna que llega a millones o de escuchar a millones, sino de construir un vínculo de compromiso horizontal y simétricamente condicionado con millones. Por eso la Web 2.0 es una gran oportunidad, pero sin estrategia puede ser un problema. Problema u oportunidad esa es la elección hoy.

La Web 2.0 es una herramienta fantástica para desintermediar. Cuando los medios que dominan la agenda establecen un filtro a todo lo que pasa, se puede llegar a la gente saltando por arriba de ese filtro, destabicando la construcción de los medios, y estableciendo canales que en tiempo real, pueden generar flujos de información sólidos y potentes, que cada día más, van a condicionar la agenda.

martes, mayo 25, 2010

Serra necesita ayuda


Tomamos de Ramble Tamble este interesante aporte de un colega brasileño

Se recalienta la campaña brasileña y con el avance de Dilma, las polémicas crecen exponencialmente. Leemos un análisis de Gilson Caroni Filho de Rio de Janeiro, en defensa de la política de empleo del gobierno de Lula.

Serra necesita ayuda. Es necesario que alguien reviva su sentido de la oportunidad. Uno de los males que muy a menudo se utilizaba para atacar a los brasileños, especialmente los que viven de salarios (la mayoría, por tanto) era la tendencia a dejarse engañar fácilmente. Serra hace unos ocho años que dejó el PSDB y el gobierno no se ha dado cuenta de que la percepción de la realidad ha cambiado.

Lanzar palabras al viento, como lo hizo candidato pre-PSDB para una audiencia de activistas (?) PPS, es un ejercicio peligroso, un evento que combina el orgullo y la desesperación en dosis tan hilarantes como aterradoras. Pero nada de esto nos permite dudar de su habilidad y perspicacia analítica. Después de todo, como el eslogan de su campaña lo dice : "Brasil puede más". Resta saber qué y para quién.

Al afirmar, en un intento de criticar la política económica del gobierno de Lula que "estamos regresando rápidamente a un modelo que no responde a la demanda de empleo del país ", Serra cree en la alienación total de los electores brasileños. Tal credulidad es sorprendente, teniendo en cuenta que los trabajadores - principales víctimas del modelo neoliberal orquestado por PSDB - aprendieron bien, en su propia piel, lo que significa el mercado liberalizado, como clave para el crecimiento económico y las virtudes del "Estado muscular" , elementos centrales en el discurso serrista.

La declaración sobre el empleo no es una broma ni un juego de diletantes nocturnos, pero en este caso se trata de la desesperación de un candidato que, ante una situación que es totalmente adversa a él, debe hacer discursos a cualquier costo.

De Serra, uno puede decir muchas cosas, pero no la de no ser un actor político que sabe lo que hace. Sus declaraciones obligan a la inevitable comparación. Según datos del Registro General de Empleados y Desempleados, el número de puestos de trabajo creados en el mercado laboral fue récord en el primer trimestre de 2010, con un superávit acumulado que asciende a 657 . 259 puestos de trabajo en marzo.

Hay que retroceder en el tiempo y ver cómo se comportaba la economía brasileña cuando fue Serra el Ministro de Planificación y Presupuesto, en el primer gobierno de Fernando Henrique Cardoso. El desempleo en la industria llegó a un 5,7% en 1997 respecto a 1996, un resultado fuertemente influenciado por la tasa en diciembre de 1997, cuando la caída fue del 2,6% respecto a noviembre, la peor desde diciembre de 1990, según datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Para tener una idea de la magnitud de la contracción en el empleo, los datos de la agencia mostraban una disminución anual del 7,3%. Cuando Serra pudo más, el trabajador pudo menos. Entonces, el gobierno de Cardoso registró un 19,77% de desempleo industrial. Contrariamente entonces a las recientes afirmaciones de Serra , fue bajo la batuta de su partido que "Brasil tomó una política económica desastrosa".


Gilson Caroni Filho, es profesor de Sociologia de las Faculdades Integradas Hélio Alonso (Facha), de Rio de Janeiro, colunista de Carta Maior y colaborador do Correio do Brasil y de Jornal do Brasil.

lunes, mayo 24, 2010

La comunicación del PRO hace agua


La gestión PRO en la ciudad de Buenos Aires parece una comedia de enredos, de esas que cuando las vemos nos parece absolutamente improbable que todos esos errores y confusiones se den en una sucesión interminable y en la misma historia.
Sin embargo la gestión PRO no es un libreto teatral, es la realidad, y el Fino Palacios, Ciro James, Chamorro, el cuñado parapsicólogo, Abel Posse, y Diego Guelar son personajes, pero reales.
Es obvio que el gobierno de Macri tiene problemas de comunicación, en términos de lo que la mass media y la gente acepta como primera acepción de comunicación, es decir, emitir para articular el relato y contar lo que pasa, según lo que el sujeto quiere instalar como verdad.
Sin embargo vemos en la Gestión PRO, otros problemas en materia de comunicación, que tienen que ver con los flujos entre los factores de gestión, la construcción, el establecimiento y la difusión de un discurso y un relato consensuado, que va mas allá de lo abierto e indefinido del contrato ideológico del partido, así como la ausencia de una definición lineal de arriba hacia abajo primero, y de abajo hacia arriba después.
Pero el principal problema comunicacional que le queda por resolver a Macri, es de no poder salir del esquema de : si sabía que Palacios estaba involucrado en escuchas es un perverso, si no lo sabía es un tonto, si entendía la gravedad del involucramiento en la causa Amia del Fino, es un perverso si no lo sabía es un tonto, si sabía que Chamorro espiaba a Rodriguez Larreta es un perverso, si no lo sabía un tonto, si sabía que James revistaba en el ministerio de educación cuando lo involucró a Burstein en un homicidio en Misiones, para pincharle el teléfono gratis, es un perverso, si no lo sabía un tonto. Y así con Abel Posse, Diego Guelar y todo el elenco de personajes PRO.
Creo que allí reside el principal problema comunicacional del Macrismo, que la gente que rodea a Macri no ha sabido y no puede resolver.
La clave reside en encontrar una tercera opción e instalarla, no solo para dejar de caer en términos de imagen como lo viene haciendo, sino fundamentalmente, porque si Macri puede ser algo diferente a un perverso o a un tonto, podrá gestionar los problemas y resolverlos, cosa que no puede hacer ni un perverso, ni un tonto, lugares de donde a Macri no lo han podido sacar sus comunicadores.
Creo que para gestionar bien hacen falta dos cosas:
a) Tomar medidas correctas
b) Comunicarlas bien, para que la gente, los medios, las instituciones, estamentos, etc, acompañen y no traben.

Es como un paciente que además de tomar la medicina correcta debe entender porque esa medicina le hace bien, para que los senderos neurológicos de la curación, funcionen de manera congruente con la medicina.

Creo que la gente que maneja la comunicación del PRO, todavía no logra ver la jugada, de cómo construir la opción C.

Comunicación e información en la construcción del discurso político

Comunicación en lugar de información, es lo que busca el prosumidor que transita la Web 2.0.
La información ya está, es un dato, a partir ella cada integrante de esta construcción colectiva que es la Web 2.0., llega con su recorte y allí la conversación entre prosumidores simétricos provee al otro de lo que está buscando, comunicación por sobre la información.

Hay que dialogar con la gente mas que bajar línea, instalar agenda o slogans vacios.Y para dialogar hay que poder, hay que tener contenidos para volcar, esto es lo que ya está, y sin duda está potenciando a las ideas, como insumo estratégico básico para hacer política.
En este contexto todavía existen consultores en comunicación, que plantean el vaciamiento de los espacios políticos, como estrategia de marketing.
Los ochenta en el mundo, con la Reaganomania Thatcher y Kohl, o la Argentina de los noventa, fueron espacios donde se había decretado la muerte de las ideologías y el vaciamiento de la política. En la Argentina el menemismo consolidó una alianza vacía de ideas, con iconos como Ante Garmaz, Yuyito González, Moria, Susana y Sofovich. El menemismo legitimó la incultura de Tinelli, la mediocridad de los programas de chimentos, porque desde el poder se presentaba como válida la ignorancia, incultura y mediocridad que ostentaba orgulloso el presidente Menem y su círculo de colaboradores.
Pero ese período, el de la ideología que las cosas funcionen, de los espacios sin militantes, sin comités, sin ideas y sin debate, terminó, con Menem y De la Rua, Lacalle, Bucaram, Sánchez de Losada, Fox y Bush.
Terminados los noventa, llegó Lula a Brasil, el Frente Amplio a Uruguay, y se le quemaron los libros al neoliberalismo en la Argentina, en Bolivia, en Ecuador y en EE.UU, donde llegó Obama y explotó la militancia digital, allí asistimos a la recuperación del discurso, las palabras como órgano constitutivo del pensamiento y de las ideas, aquellas ideas que Menem o Bush no podían articular.

Macri y De Narváez de alguna manera son noventistas, por formación intelectual, por incapacidad expresiva, por legitimación de las limitaciones en términos de marco teórico, por simbología, identidad, personalidad y todos las variables que conforman la marca política. En esa época hubieran llegado a la presidencia non stop.

Jaime Durán Barba debe pensar que los noventa no terminaron, y le dice a Macri que la gente está cansada de la ideología, de los políticos tradicionales, que hay que desperonizar, que la única ideología que funciona es la del eficientismo.
Tan bien no le fue, Michetti hizo una pobre elección con una campaña tan costosa como vacía, donde solo se veía el play, y a Michetti repetir "va a estar bueno Buenos Aires". Los resultados reflejaron una pérdida de 20 puntos en poco mas de un año, y el "va a estar bueno Buenos Aires", hoy suena como puñalada en los oidos de los porteños.
Como dijo hace poco Pepe Mujica, no se puede hacer política sin militantes, sin cuadros y sin comités. El desprecio de la política y de los políticos, bajo la forma de “no hacen nada” “ganan fortunas” “todos roban” fue una de las formas a través de las cuales Mussolini consiguió instalar el Fascismo, anclando la democracia, la política y los políticos a conceptos negativos como el caos, el desorden y corrupción.
Lo que plantea Durán Barba, atrasa 15 años, pero además no es sostenible. Un gobierno sin ideología, que no entiende el país, que llega al poder a base de frases vacías, como la cabeza del candidato, se encuentra con la gestión se pone nervioso y choca el país, como De La Rúa el último noventista, en 2001.

Social CRM


Por Elisabeth Rojas

En el SocialCRM las empresas convierten el contenido en conversaciones y las extienden en experiencias colaborativas on-line, las cuales, con el tiempo, se transforman en relaciones estables entre la empresa y el cliente. Ésta fue una de las principales conclusiones del evento "CRM Aceleration Madrid 2010", organizado por REDK, gold partner de SugarCRM en España.

"En el anterior modelo la empresa controlaba las conversaciones, sin embargo hoy en día son los clientes las que las controlan en Internet. Por este motivo es necesario participar de esas conversaciones", ha señalado Clint Oram, co-fundador de SugarCRM. El Social CRM puede ser definido como un componente del CRM tradicional que permite obtener información relevante de los clientes, a través de las conversaciones mantenidas en los social media, y gestionar también las relaciones con ellos en estas plataformas.



SugarCRM 6.0



Una de las novedades de la nueva versión de SugarCRM es la posibilidad de gestionar la relación con los clientes a través de las redes sociales como LinkedIn o Facebook y obtener datos de ellas. "Además, la nueva versión de SugarCRM mejora el rendimiento un 20% gracias a las mejoras en usabilidad del interfaz", ha afirmado Hideki Hashimura, director de marketing de RedK.



SugarCRM 6.0 destaca por su accesibilidad, su uso en sistemas móviles como el iPhone, Blackberry y Android. Además de la nueva interfaz de usuario y la sencillez de configuración y navegación, SugarCRM 6.0 también incluye soporte de aplicación nativa para sistemas operativos líderes de telefonía inteligente.

Además, la solución ofrece los conectores en nube de SugarCRM a proveedores terceros de servicio de datos, como JigSaw, Hoover’s y LinkedIn de forma predeterminada, lo que permite a los usuarios obtener la información más actualizada de cuentas y datos directamente dentro del CRM. Adicionalmente, los plug-ins de SugarCRM para Microsoft Outlook, Word y Excel están integrados en la aplicación, lo que permite a los usuarios acceder a los populares programas de productividad e integrarlos de forma instantánea desde SugarCRM.

CRM (de la sigla del término en inglés "Customer Relationship Management"), puede poseer varios significados:

La administración basada en la relación con los clientes. CRM, es un modelo de gestión de toda la organización, basada en la orientación al cliente (u orientación al mercado según otros autores), el concepto más cercano es Marketing relacional (según se usa en España) y tiene mucha relación con otros conceptos como: Clienting, Marketing 1x1, Marketing directo de base de datos, etcétera.
La administración de la relación con los clientes. CRM, es sinónimo de Servicio al cliente, o de Gestión de clientes. Con este significado CRM se refiere sólo a una parte de la gestión de la empresa.
Software para la administración de la relación con los clientes. Sistemas informáticos de apoyo a la gestión de las relaciones con los clientes, a la venta y al marketing. Con este significado CRM se refiere al sistema que administra un Data warehouse (Almacén de Datos) con la información de la gestión de ventas y de los clientes de la empresa.

domingo, mayo 23, 2010

Lenguaje y simulación en la construcción de la oferta electoral

Por Rubén Weinsteiner

Para Political MKT

La Web 2.0 construye el nuevo campo de la mirada en la construcción del poder político. La lucha por ordenar las percepciones sobre lo que pasa, de estructurar el relato y organizar el debate, se da cada vez con más fuerza en la Web 2.0.
La masividad y velocidad de circulación de la información, plantea al ciudadano 2.0 la necesidad de ordenar, priorizar y discriminar fuentes e información y a la vez defenderse de la simulación.

El posicionamiento en la Web 2.0 del político en forma personal, de un espacio o de sus seguidores y militantes, se convierte en un elemento significante cada vez más importante. Si el continente no incluye, si el espacio no seduce, no se posiciona en buscadores, no penetra en las redes sociales, y los contenidos, la información y las intenciones pierden poder en todo sentido.

El formato simétrico, híper masivo y viral de la Web 2.0, impone reglas de juego disruptivas, nuevas y muy determinadas, a partir de las cuales la propuesta vincular del político o del espacio puede mutar, innovar y alimentarse de la demanda del mercado con mucha más flexibilidad y velocidad que con los medios pre Web 2.0.
En este sentido, hay dos aspectos fundamentales y básicos en la construcción y gestión de la imagen 2.0 del político o de un espacio político. Por un lado está el aprendizaje del lenguaje, el adoptar las reglas de cómo se comunica en la Web 2.0, como se habla, como se interactúa y como se interviene, en definitiva, la pragmática. Este aprendizaje se da como cualquier otro, como aprender un idioma, las señales de tránsito o la forma de actuar de un legislador nuevo en el congreso.
Por otra parte está el posicionamiento y la construcción deliberada de la imagen.

Cuando hablo de posicionamiento me refiero a :
a) Determinar quién soy y la imagen que quiero dar e instalar
b) Construir el mensaje
c) Emitirlo

Entre ambos aspectos, el aprendizaje del lenguaje y el posicionamiento, hay una zona gris donde es difícil determinar dónde empieza el “respeto” por ciertas reglas del lenguaje y donde empieza la producción de artificios para ganar adhesiones.
El lenguaje representa al objeto como un mapa al territorio, pero el mapa no es el territorio ni la imagen construida por el lenguaje es el objeto. El lenguaje tiene su lógica interna en la producción del sentido, y es una realidad distinta del objeto del cual se presenta como análogo. Todo lenguaje es una simulación, simular es imitar representar, reproducir pero también es fingir, engañar, mentir.

Esta diferencia entre la propuesta ideológica y la impostación puede no ser percibida en el corto plazo. La campaña de De Narváez en 2009 y su fuerte apuesta a la Web 2.0 -no desde la militancia, sino de un equipo contratado- y su resultado, constituyen un caso de laboratorio para este análisis.
El discurso de esta campaña, se apoyó en lugares comunes y propuestas no propuestas, abiertas e inclusivas, por su indefinición. Estableciendo como principal propuesta en términos de discurso de poder, ser el eje polarizador en contra de Néstor Kirchner. Concretamente el quiebre amor-odio en torno a la figura de Kirchner, planteaba un escenario 70/30, en el cual si el 70 se dispersaba el 30 ganaba. Por eso la propuesta no tuvo que ver ni con lo ideológico, ni con los que, ni con los cómo, nadie sabía ni supo cual era la propuesta en términos de medidas concretas a proponer en el parlamento por parte de Francisco De Narváez, ya que no se presentaba para un cargo al que esperaba llegar por primera vez, el ya era diputado y jamás había presentado un propuesta en el recinto y nunca había tomado la palabra. Luego de ser reelecto y haber asumido, nada cambió.

Todo el planteo del mentor de FDN, Durán Barba, fue; “si votamos todos al mismo, Kirchner pierde”. Y funcionó, De Narváez obtuvo 2 puntos más que Kirchner.
En ese colectivo había de todo, gente que lo odiaba a Kirchner, los votantes de Patti que al bajarse este se quedaron sin candidato, los peronistas no K, los radicales que consideraban mas importante que Kirchner pierda que votar a su partido, etc. Difícilmente encontremos personas que se enamoraron de la propuesta de De Narváez, porque resulta difícil enamorarse de una propuesta de acción táctica, “voten a b para que no gane a”, la gente se enamora de las personas, de las ideas o de las propuestas de acción estratégicas. Y la simulación de corto plazo tanto en la Web 2.0 como en el mundo real sirve para proponer acciones tácticas, no ideas ni planes estratégicos.

Votar a la Alianza para que el peronismo no gane, fue una idea-acción táctica, de cortísimo plazo, porque solo sirvió para ganar pero no para gestionar, por eso cuando alguien gana con ese tipo de propuestas y llega al gobierno no sabe qué hacer, se pone nervioso y choca el país como De la Rúa.

¿Qué piensa la gente acerca de De Narváez hoy, como propuesta de acción, más allá de haber sido un instrumento eficaz para enfrentar a los Kirchner?
La respuesta a esta pregunta toma sentido, con una direccionalidad y claridad que se profundiza de manera directamente proporcional al paso del tiempo.

La política sin militantes, sin cuadros, sin ideología, de propuestas ligadas estrictamente a “que las cosas funcionen” y a “la concordia y el diálogo”, en realidad rechazan la política como instrumento, como lo hacía el fascismo, por eso en el poder se encuentran sin instrumentos para gestionar, creando mas problemas de los que solucionan.
La simulación virtual o real sirve para ganar una elección, pero UNA sola.

Rubén Weinsteiner

Adictos a la localización


ROSA JIMÉNEZ CANO

FourSquare lleva las redes sociales al geoposicionamiento. El invento, pensado para el móvil, causa furor en EE UU.

¿Quién no frecuenta un bar en el que le saludan al entrar? Uno en el que incluso le inviten a algo de tanto ir, sólo por ser buen cliente. ¿Y qué pasaría si por el simple hecho de enseñar el móvil al pasar por la puerta del garito ya le pusieran un copa gratis? Esto puede suceder si FourSquare prospera en España. En EE UU es la última fiebre 2.0 y ya invade Twitter con mensajes del tipo "estoy en el Palacio Real (calle de Bailén, Madrid)" junto a un enlace que muestra las coordenadas del lugar y los amigos que tiene cerca.

Twitter te invita a responder: "¿Qué está ocurriendo?"; Facebook: "¿Qué estás pensando?", y ahora FourSquare: "¿Dónde estás?". Blackberry, iPhone, Android y los Nokia más avanzados han popularizado Internet en el móvil, y con ellos, muchas aplicaciones de geolocalización. Bliquo, por ejemplo, nos da ofertas de ocio cerca de donde nos encontramos. FourSquare sirve para compartir información en tiempo real sobre esos lugares físicos. El protocolo es el siguiente: cuando llegas a un bar, museo, restaurante u hotel, haces check-in en tu móvil. Al acto, le aparece a tus contactos (importados de Facebook, Twitter, Gmail y demás servicios populares) la información sobre tu ubicación. La gracia del juego consiste en la reiteración. Cuanto más frecuentas un lugar concreto, mayor rango tienes. Y a partir de ahí, a competir por alcanzar diferentes niveles y presumir de ello.

FourSquare nació en marzo de 2009 de la mente de Dennis Crowley, quien previamente probó suerte con DodgeBall, un sistema muy parecido que Google compró primero y cerró después para que no compitiera con su propio sistema de localización con móviles, Latitude (otro asunto es la opinión que sobre esta decisión pudieran tener las leyes antimonopolio).

El juego de las cuatro esquinas se lanzó, en un principio, limitado a algunas ciudades de Estados Unidos. Desde enero de 2010 está disponible en todo el mundo. La explosión de usuarios ha sido notable, ya supera los 100.000. Mientras que los usuarios se benefician de trato especial en los locales que participan en FourSquare, escasos por ahora en España, los dueños pueden saber mucho de sus clientes: qué otros sitios frecuentan, cada cuánto tiempo y en qué compañía.

José Luis Orihuela, experto en redes sociales y profesor de la Universidad de Navarra, destaca la capacidad de "convertir en un juego el crowdsourcing de información hiperlocal basada en experiencias, al mismo tiempo que se reducen las distancias entre el mundo físico y el mundo virtual hasta llegar casi a solaparse".


www.foursquare.com

Lenguaje y simulación en la construcción de la oferta electoral

Por Rubén Weinsteiner

Para Political MKT

La Web 2.0 construye el nuevo campo de la mirada en la construcción del poder político. La lucha por ordenar las percepciones sobre lo que pasa, de estructurar el relato y organizar el debate, se da cada vez con más fuerza en la Web 2.0.
La masividad y velocidad de circulación de la información, plantea al ciudadano 2.0 la necesidad de ordenar, priorizar y discriminar fuentes e información y a la vez defenderse de la simulación.

El posicionamiento en la Web 2.0 del político en forma personal, de un espacio o de sus seguidores y militantes, se convierte en un elemento significante cada vez más importante. Si el continente no incluye, si el espacio no seduce, no se posiciona en buscadores, no penetra en las redes sociales, y los contenidos, la información y las intenciones pierden poder en todo sentido.

El formato simétrico, híper masivo y viral de la Web 2.0, impone reglas de juego disruptivas, nuevas y muy determinadas, a partir de las cuales la propuesta vincular del político o del espacio puede mutar, innovar y alimentarse de la demanda del mercado con mucha más flexibilidad y velocidad que con los medios pre Web 2.0.
En este sentido, hay dos aspectos fundamentales y básicos en la construcción y gestión de la imagen 2.0 del político o de un espacio político. Por un lado está el aprendizaje del lenguaje, el adoptar las reglas de cómo se comunica en la Web 2.0, como se habla, como se interactúa y como se interviene, en definitiva, la pragmática. Este aprendizaje se da como cualquier otro, como aprender un idioma, las señales de tránsito o la forma de actuar de un legislador nuevo en el congreso.
Por otra parte está el posicionamiento y la construcción deliberada de la imagen.

Cuando hablo de posicionamiento me refiero a :
a) Determinar quién soy y la imagen que quiero dar e instalar
b) Construir el mensaje
c) Emitirlo

Entre ambos aspectos, el aprendizaje del lenguaje y el posicionamiento, hay una zona gris donde es difícil determinar dónde empieza el “respeto” por ciertas reglas del lenguaje y donde empieza la producción de artificios para ganar adhesiones.
El lenguaje representa al objeto como un mapa al territorio, pero el mapa no es el territorio ni la imagen construida por el lenguaje es el objeto. El lenguaje tiene su lógica interna en la producción del sentido, y es una realidad distinta del objeto del cual se presenta como análogo. Todo lenguaje es una simulación, simular es imitar representar, reproducir pero también es fingir, engañar, mentir.

Esta diferencia entre la propuesta ideológica y la impostación puede no ser percibida en el corto plazo. La campaña de De Narváez en 2009 y su fuerte apuesta a la Web 2.0 -no desde la militancia, sino de un equipo contratado- y su resultado, constituyen un caso de laboratorio para este análisis.
El discurso de esta campaña, se apoyó en lugares comunes y propuestas no propuestas, abiertas e inclusivas, por su indefinición. Estableciendo como principal propuesta en términos de discurso de poder, ser el eje polarizador en contra de Néstor Kirchner. Concretamente el quiebre amor-odio en torno a la figura de Kirchner, planteaba un escenario 70/30, en el cual si el 70 se dispersaba el 30 ganaba. Por eso la propuesta no tuvo que ver ni con lo ideológico, ni con los que, ni con los cómo, nadie sabía ni supo cual era la propuesta en términos de medidas concretas a proponer en el parlamento por parte de Francisco De Narváez, ya que no se presentaba para un cargo al que esperaba llegar por primera vez, el ya era diputado y jamás había presentado un propuesta en el recinto y nunca había tomado la palabra. Luego de ser reelecto y haber asumido, nada cambió.

Todo el planteo del mentor de FDN, Durán Barba, fue; “si votamos todos al mismo, Kirchner pierde”. Y funcionó, De Narváez obtuvo 2 puntos más que Kirchner.
En ese colectivo había de todo, gente que lo odiaba a Kirchner, los votantes de Patti que al bajarse este se quedaron sin candidato, los peronistas no K, los radicales que consideraban mas importante que Kirchner pierda que votar a su partido, etc. Difícilmente encontremos personas que se enamoraron de la propuesta de De Narváez, porque resulta difícil enamorarse de una propuesta de acción táctica, “voten a b para que no gane a”, la gente se enamora de las personas, de las ideas o de las propuestas de acción estratégicas. Y la simulación de corto plazo tanto en la Web 2.0 como en el mundo real sirve para proponer acciones tácticas, no ideas ni planes estratégicos.

Votar a la Alianza para que el peronismo no gane, fue una idea-acción táctica, de cortísimo plazo, porque solo sirvió para ganar pero no para gestionar, por eso cuando alguien gana con ese tipo de propuestas y llega al gobierno no sabe qué hacer, se pone nervioso y choca el país como De la Rúa.

¿Qué piensa la gente acerca de De Narváez hoy, como propuesta de acción, más allá de haber sido un instrumento eficaz para enfrentar a los Kirchner?
La respuesta a esta pregunta toma sentido, con una direccionalidad y claridad que se profundiza de manera directamente proporcional al paso del tiempo.

La política sin militantes, sin cuadros, sin ideología, de propuestas ligadas estrictamente a “que las cosas funcionen” y a “la concordia y el diálogo”, en realidad rechazan la política como instrumento, como lo hacía el fascismo, por eso en el poder se encuentran sin instrumentos para gestionar, creando mas problemas de los que solucionan.
La simulación virtual o real sirve para ganar una elección, pero UNA sola.

Rubén Weinsteiner

"Que nos den tiempo para realizar los cambios que tenemos que hacer"


ENTREVISTA: La primera crisis del euro YORGOS PAPANDREU Primer ministro de Grecia

JAVIER MORENO


Se ha enfrentado ya a cinco huelgas generales contra el ajuste social que se ha visto obligado a imponer en un país al borde de la bancarrota. Ahora solo pide tiempo para devolver la credibilidad internacional a los griegos

Muy al principio de la conversación, en el hotel en el que se aloja en Madrid, sin que medie pregunta expresa y sin que casi venga al hilo de la reflexión, como una confesión no exigida o una petición de comprensión no exenta de simpatía, Yorgos Papandreu pronuncia una frase rara en labios de un político -"en Grecia, antes que nada, están todas nuestras responsabilidades"-, frase seguramente inevitable tras dos años durante los cuales los ciudadanos europeos han acentuado su desconfianza en la clase política que los gobierna -y aun en la política misma-, dada la insolvencia general demostrada en la gestión de la crisis económica y la incapacidad para ofrecerles protección frente a la gigantesca destrucción de riqueza que esta ha ocasionado.

Muy al principio de la conversación, en el hotel en el que se aloja en Madrid, sin que medie pregunta expresa y sin que casi venga al hilo de la reflexión, como una confesión no exigida o una petición de comprensión no exenta de simpatía, Yorgos Papandreu pronuncia una frase rara en labios de un político -"en Grecia, antes que nada, están todas nuestras responsabilidades"-, frase seguramente inevitable tras dos años durante los cuales los ciudadanos europeos han acentuado su desconfianza en la clase política que los gobierna -y aun en la política misma-, dada la insolvencia general demostrada en la gestión de la crisis económica y la incapacidad para ofrecerles protección frente a la gigantesca destrucción de riqueza que esta ha ocasionado.

Destrucción de riqueza que ha significado la pérdida de empleo para millones de trabajadores en todo el continente, con el consiguiente corolario de exclusión social; destrucción de riqueza que ha significado también un duro golpe a las clases medias por el descalabro de los mercados inmobiliario y de valores, los planes de pensiones privados y ahora, finalmente, el euro como símbolo último del bienestar de los ciudadanos y del conjunto del proyecto europeo. El resto es conocido y se sufre exactamente igual en media Europa: congelación de pensiones, recorte de salarios a los empleados públicos y el mayor ajuste social desde los años veinte, si se excluyen los periodos de guerra y posguerra.

Así que seguramente resulte también inevitable preguntarse si es la democracia misma la que ha fallado, o dicho de otra manera, si esta es una crisis política antes que económica. Pocos políticos europeos están en condiciones de contestar con honestidad a estas cuestiones, y más difícil todavía debe resultarle al jefe de Gobierno socialista de Grecia, un país acusado por muchos en la Unión Europea y fuera de ella de ser el detonante de la actual crisis de deuda soberana que aterroriza al Viejo Continente por el descontrol de sus cuentas públicas, por derrochar lo que no recaudaban y por engañar a sus socios en Bruselas sobre el verdadero estado de sus finanzas. Yorgos Papandreu contesta esa pregunta con el aplomo y la tranquilidad con que contestará todas las demás a lo largo de la conversación, en un perfecto inglés fruto de su educación en Estados Unidos, donde también nació, en Saint Paul, Minnesota, en 1952. Su antecesor en el cargo, el conservador Kostas Karamanlis, le dejó en otoño pasado un país al borde de la bancarrota, un país que ocultó a sus socios europeos la verdadera magnitud de su agujero fiscal, el alcance de la quiebra política y moral de un Estado inviable en la práctica cuya implosión amenaza con arrastrar el proyecto europeo. Papandreu ha explicado la situación con claridad a sus ciudadanos -y no ahorra detalles al respecto en la conversación-, ha impuesto un plan de austeridad de un rigor extraordinario y, pese a las cinco huelgas generales que le han organizado los sindicatos, mantiene un notable apoyo entre una población que parece entender que la alternativa, simplemente, resulta inaceptable. El hecho de que las cosas hayan ido tan horriblemente mal, le pregunto, ¿es una prueba de que la democracia ha fallado?

-No solo en Grecia. Porque ha sucedido en Grecia, pero también pasó en Wall Street: la falta de transparencia, las fuerzas del mercado sin control. Y yo diría que no solamente las fuerzas del mercado, sino que determinados actores dentro del sistema financiero utilizaron los mercados, utilizaron las innovaciones financieras, y hubo políticos que hacían lobby para impedir los controles necesarios. Bancos demasiado grandes para quebrar, bancos de inversión y bancos comerciales con estrechos vínculos en Estados Unidos, etcétera, y eso ha provocado muchos de los problemas; están los derivados, la especulación; está la falta de transparencia. Estos problemas, que de hecho eran un fallo de la democracia, de nuestras instituciones democráticas, han sido explotados no solo por las fuerzas del mercado en general, sino también por intereses muy específicos que querían incrementar sus beneficios y su poder.

-¿Y en Grecia?

-Lo mismo sucedió en Grecia. Teníamos un Gobierno anterior, conservador, que estaba básicamente secuestrado por intereses específicos y que gestionó mal la economía, ayudando a muy pocas personas realmente. Nosotros sabíamos que teníamos que hacer grandes cambios en Grecia: recortar la burocracia, un sector público demasiado grande, no porque estuviera destinándose a ayudas sociales, a sanidad y a educación, sino porque era demasiado clientelista. Había favores políticos, grandes recortes de impuestos para los ricos, evasión de impuestos, corrupción también... La combinación de todo esto hizo que el sistema, el sistema económico, no fuera viable. El Brooklyn Institute asegura que si redujéramos la falta de transparencia y parte de la corrupción, eso podría suponer hasta un 8% de nuestro PIB, 20.000 millones para Grecia. Un 8% es un porcentaje enorme. Así que de lo que estamos hablando aquí es de una mala gestión, evidentemente, por parte del Gobierno anterior. Pero al final son los ciudadanos los que tienen que pagar.

-Lo que lleva a muchos de ellos a considerar que son los mercados los que dictan sus condiciones a las democracias. Hay acusaciones en Grecia de que el FMI es una junta, con las connotaciones golpistas que conlleva la expresión; también en España comienzan a escucharse voces en la misma dirección, en los sindicatos, a raíz de los planes de ajuste. ¿Cree usted realmente que los mercados se están imponiendo a las democracias?

-Hay que hacer una distinción entre los mercados y el FMI y la Unión Europea. El FMI y la Unión Europea y el nuevo mecanismo que se ha creado están ahí para intervenir en los mercados y decirles: "¡Parad!".

-¿Y los propios mercados? Porque cuando los políticos cargan contra los mercados, no deberían quizá reconocer también que todo esto sucede porque se necesita financiación, es decir, dinero, y mucho, de esos mismos inversores, y que ahora mismo parece un poco más arriesgado prestarle dinero a Grecia que a Alemania, por ejemplo.

-Dos acotaciones a esto. Hemos de consolidar nuestras economías. Pero, por otro lado, cuando tenemos un programa para hacerlo, necesitamos apoyo sencillamente para que los mercados no se descontrolen o especulen. España y Portugal no estaban tan mal, pero han sido víctimas de este histerismo. Cuando presentamos nuestros resultados de forma transparente, los mercados, que tenían mucho miedo por lo que había pasado en 2008, reaccionaron de forma muy violenta. Hicimos tres paquetes. Y cada vez los mercados empezaban a calmarse, pero luego volvían. Y creo que fue por dos razones. Una, por miedo; era un poco como una manada de búfalos, que están tranquilos y de pronto se amedrentan y salen en estampida. Tomábamos medidas, se calmaban un tiempo. Pero también teníamos a especuladores fuera de los mercados, haciendo ruido fuera de la manada para que se produjera otra estampida. Así que la bola se fue volviendo cada vez más y más grande. Y dijimos -y esto lo dijimos al principio- que ahí es donde necesitamos la intervención en los mercados. Para comprender la crisis financiera griega resulta necesario situarla en un contexto mayor. A raíz de la primera fase de la crisis, yo mismo y otros líderes subrayamos la necesidad de tomar medidas de forma urgente para regular el sistema financiero mundial. Por desgracia, la comunidad internacional no reaccionó a tiempo. La consecuencia fue que los especuladores decidieron entonces atacar a la Unión Europea fijando Grecia como primer objetivo. Grecia acababa de elegir un nuevo Gobierno. El anterior, del partido conservador Nueva Democracia, había dejado la economía en un estado lamentable, y había casi doblado la deuda pública en cinco años. Ahora no basta con que un país imponga medidas de austeridad. También necesita el respaldo de la fuerza de la Unión Europea y del BCE y de la Comisión y, por supuesto, la UE decidió incluir también al FMI. Así que esta es una intervención básica en los mercados para que la estampida no arrase no solo a Grecia, sino también a muchos otros países.

-No son pocos los que culpan a Angela Merkel por el retraso con el que Europa ha afrontado esta crisis. ¿Está de acuerdo con ellos?

-Déjeme expresarlo de esta manera: dos cosas, que puede que suenen contradictorias, pero que son ciertas. Europa ha sido lenta a la hora de tomar decisiones, pero, por otro lado, Europa tomó las decisiones con más rapidez que nunca. Permítame aclararlo. La Unión Europea tardó en darse cuenta de que el ataque de los especuladores contra Grecia era solo un escalón antes del ataque a otros países y de amenazar incluso la estabilidad de la zona euro. Felizmente, ahora todo el mundo se ha dado cuenta de lo que está sucediendo y se está trabajando conjuntamente para tomar las medidas necesarias y blindar la zona euro contra los especuladores. Hay que hacer lo mismo a nivel global, en el G-20. Por otro lado, todos los cambios que hemos hecho -cambios básicos en la manera de gestionar la eurozona- son históricos. No teníamos estos mecanismos. Ahora bien, el hecho de que lo hiciéramos en tres meses constituyó un gran cambio para Europa. Sin embargo, los mercados fueron más rápidos que nosotros. Y esa es otra cuestión que tenemos que abordar. Todos sabemos que cada país tiene sus políticas. Somos una Unión complicada. Tenemos distintas instituciones. Pero, en mi opinión, creo que lo que está mal es que necesitamos no menos, sino más Europa, más integración, más coordinación, más instituciones europeas que puedan hacer frente a este tipo de cosas con mucha rapidez.

-¿El resentimiento que se ha provocado entre Grecia y Alemania es irreparable?

-Yo diría que no. No es irreparable. Yo diría que hay resentimiento. Pero creo que lo que ha molestado a la gente es lo que consideramos prejuicios y estereotipos. En Alemania, el estereotipo es: "¿Por qué estamos pagando por los vagos de los griegos?". En Grecia se oyen estereotipos sobre los alemanes. De modo que hay una cierta animadversión. Pero, de hecho, nos necesitamos el uno al otro. Los estereotipos nunca han ayudado a Europa. Han creado enemistades. Ya hemos pagado por esas enemistades en el pasado.

-¿Cómo es ahora su relación personal con Angela Merkel después de que haya estado tantas semanas cruciales para Europa intentando decidir si lo que quería era ayudarle o castigarle?

-Hemos sido muy sinceros el uno con el otro. Yo dije públicamente, y también se lo dije a ella personalmente, que si no actuábamos con rapidez, podíamos entrar en una fase de contagio. Y no era solo mi opinión, sino la de muchos otros. Su manera de verlo era que los mercados reaccionarían positivamente; pero no lo hicieron. Al mismo tiempo, entiendo que ella tiene problemas constitucionales y otros...

-... de política interna.

-De política interna. Pero eso forma parte de nuestra vida política. Así que, en un plano personal, tenemos una buena relación, una relación sincera.

EL DINERO
Desde el punto de vista de los inversores, solo hay una cosa peor para un país que tener una deuda excesiva o una posición fiscal insostenible: tratar de ocultarla o negarse a verla. La historia de las crisis de deuda soberana, como la que ha estallado en Grecia, y cuyo posible contagio a otros socios europeos como Portugal, Irlanda o incluso España se ha convertido en la peor pesadilla para sus respectivos Gobiernos, muestra una sorprendente regularidad en el pasado, de México a Argentina: una situación fiscal extremadamente vulnerable, una negativa inicial de los respectivos Gobiernos a aceptar la gravedad de la situación y un detonante de cualquier naturaleza que, en cuestión de horas o días, volatiliza la confianza de los inversores internacionales. En ese momento, los flujos de dinero se secan; los intereses que se exigen rozan la estratosfera o resultan inasumibles; y alguien con autoridad y liquidez a proporciones iguales, el FMI, la Unión Europea, o EE UU en el caso de México en 1995 acude al rescate para evitar in extremis la suspensión de pagos. Grecia ya está ahí. La cuestión ahora, naturalmente, consiste en saber si la ayuda que se le ha prometido resultará suficiente o si los problemas no han acabado todavía y lo peor está por llegar. Papandreu comienza por matizar la afirmación de que Grecia ha solicitado ser rescatada.

-Lo que hemos pedido no es un rescate, dinero gratis. Lo que decimos es que necesitamos préstamos que luego devolveremos, y los devolveremos a un precio mucho más elevado que la mayoría en la UE, pero menor que los enormes spreads que impone el mercado. Y creo que lo que estamos diciendo es básicamente esto: que nos den tiempo para realizar los cambios necesarios que tenemos que hacer en Grecia.

-¿Piensa que los inversores le van a creer? Usted ha declarado que perder la credibilidad es lo peor que le puede pasar a uno. Si nos fijamos en las cifras del mercado de bonos estos días, no está nada claro que estén convencidos de que Grecia pueda finalmente evitar la suspensión de pagos, o al menos una reestructuración de la deuda.

-Por eso digo que la falta de credibilidad es incluso peor que el tema del dinero. Si no se tiene credibilidad, no se tiene el dinero. Si tuviéramos esa credibilidad, también tendríamos el dinero. Así que tenemos que demostrar que somos creíbles. Una de las razones por las que el programa esté resultando quizá más doloroso es que tenemos que demostrar a la comunidad internacional que Grecia está dispuesta a hacer los sacrificios que sean necesarios para cambiar. Incluso aunque algunas de estas medidas sean de emergencia, hay otras cosas que son a largo plazo, como los cambios en el sistema de pensiones, el hacerlo más justo, pero también más viable; que haya una base impositiva más amplia para que la gente no evada impuestos. Creo que hay cosas que tenemos que hacer. Pero la gente se está preguntando: "¿Lo vais a hacer?". Los mercados están diciendo: "¿Lo vais a hacer?". Así que tenemos que demostrarlo. Y estamos decididos a demostrarlo. Así que yo diría que, por un lado, lo que haremos ayudará a mejorar nuestra credibilidad y, por otro lado, el mecanismo de apoyo de la Unión Europea es bastante masivo, de forma que tenemos tiempo para demostrarlo y para ser creíbles. No tenemos necesidad de suspender pagos ni de llevar a cabo una reestructuración.

-Quizá no una suspensión de pagos pura y dura, pero ¿por qué la reestructuración ordenada de la deuda no es una opción?

-Hemos optado por no hacerlo. Hemos optado por devolver los préstamos que hemos solicitado. Y la razón es que, por lo general, los que nos prestan dinero quieren asegurarse de que somos creíbles a la hora de devolverlo. Y eso es lo que queremos demostrar al mercado: que somos creíbles en lo que respecta a los préstamos que nos hacen los demás.

-Hay abogados especializados en reestructuraciones de deuda que aseguran que reestructurar la deuda griega sería más fácil de lo que se cree. ¿No está de acuerdo con que es más arriesgado empecinarse en una posición fiscal insostenible en lugar de...?

-No estoy de acuerdo con que eso sea evidente. Lo que hemos hecho es poner en marcha un programa muy importante. Y eso es evidentemente lo que la gente pone en duda. Pero estamos decididos. Hemos demostrado nuestra determinación al tomar decisiones muy difíciles. Y yo diría que mucha gente ha demostrado su determinación. Porque si nos fijamos en los sondeos, la gente sigue apoyando firmemente al Gobierno y al plan de ajuste. Ha habido críticas a la oposición por no apoyar estas medidas en el Parlamento. Porque la gente puede pensar que las medidas son dolorosas y quizá incluso injustas, pero la reflexión es la siguiente: "También sabemos que tenemos que salvar a nuestro país". Estamos viendo un país que dice: "Estamos decididos a hacer sacrificios para asegurarnos de que nuestro país es creíble y muestre también que ha cambiado".

-Esta reflexión enlaza con la discusión sobre la democracia del principio de la conversación. La experiencia demuestra que la mayoría de las veces los países no declaran una suspensión de pagos porque se queden literalmente sin dinero, sino por razones políticas, porque hay un punto de inflexión más allá del cual el Gobierno decide que no puede infligir tanto daño a sus ciudadanos. ¿Está completamente seguro de que su Gobierno no llegará a este punto de inflexión?

-Eso es lo que hemos decidido. Y esa es la razón por la que tenemos este programa de medidas de la Unión Europea. Hemos tomado unas medidas muy difíciles. Y si tuviéramos tiempo y los mercados no estuvieran presionando, estas medidas entrarían en vigor y veríamos los resultados en uno o dos años. Y serían unos resultados drásticos que beneficiarían a la economía. Pero no teníamos ese tiempo, así que hemos tenido que tomar estas medidas de emergencia por la presión de los mercados, y demostrar que estamos decididos.

-Yo diría que este plan de austeridad tiene dos riesgos: uno es, evidentemente, que se venga abajo el orden social. Pero el otro es que atrape a Grecia en una recesión sin final aparente.

-Es imprescindible que logremos relanzar la economía basándonos no solo en las medidas extraordinarias de austeridad sino también en cambios estructurales que estimularán la economía real. Hasta el FMI ha dicho que no es solo una cuestión de consolidación, de estabilidad, sino que también es una cuestión de crecimiento. Tenemos que crear las condiciones necesarias para el crecimiento y en esto, una vez más, la Unión Europea puede ayudar, ya sea sacando adelante proyectos de infraestructuras o creando el entorno necesario para que haya más inversión en la Unión Europea, y concretamente en los países del sur y yo diría también que del centro y del este de Europa. Estamos haciendo lo que tenemos que hacer, pero tenemos que centrarnos en el tipo de cosas que contribuyan al crecimiento en estos ámbitos, y eso beneficiará a toda Europa, por supuesto, porque una economía en crecimiento en Grecia implica que consumiremos productos, productos europeos. Lo mismo se puede decir de España, República Checa, Hungría o cualquier otro país.

-La última pregunta es inevitable. Analizándolo en retrospectiva, ¿no cree que fue un gigantesco error dejar que Grecia entrara en el euro sin reforzar el mecanismo de control de los datos estadísticos, del déficit, de la deuda?

-Yo lo expresaría al revés. Yo diría: "Puesto que creamos la eurozona, deberíamos haber estudiado y visto cuáles eran los mecanismos necesarios para una auténtica coordinación, porque esto le podría haber pasado a Grecia o le podría haber pasado a otro país. Le pasó a Grecia, pero la crisis podría haberse iniciado en otro país. Y si nosotros no hubiéramos tenido este problema, quizá los mercados habrían respondido a algún otro país. Y entonces la eurozona estaría otra vez en una situación difícil. Pero no quiero hablar del pasado. Sin embargo, lo que sí quiero decir es que hubo una crisis, una crisis internacional, y Grecia, en aquel entonces, no estaba gestionando correctamente su presupuesto. Y no había mecanismos en la Unión Europea. Durante seis años, la Comisión no tuvo las cifras correctas. Ahora bien, en parte es responsabilidad griega, pero la eurozona tampoco tenía los mecanismos para ser capaz de detectar esto. Estas son cosas que tenemos que cambiar, la coordinación. Así que lo que nosotros hemos hecho ha sido sacar a relucir las debilidades de la eurozona. Pero ahora es el momento de arreglarla. Y una de las cosas que hicimos fue este gran cambio, que básicamente es como un Fondo Monetario Europeo. Pero tenemos que ver si, en el futuro, esto se institucionaliza y funciona de una forma más eficaz. Así que yo diría que estamos en un punto de inflexión histórico, que se está poniendo a prueba a la eurozona.

viernes, mayo 21, 2010

"Nadie puede asegurar que el Euro seguirá"


Por Tomás Lukin

Robert Boyer estudia las crisis económicas desde hace más de treinta años. Con ese respaldo sostiene que la debacle financiera en Grecia y las turbulencias en Europa no lo sorprenden. A diferencia de la mayoría de las teorías dominantes, el prestigioso economista francés de la escuela de regulación construye su análisis a partir de un entramado que incorpora los conflictos sociales, la tendencia al desequilibrio, las instituciones y la historia. Boyer, quien se encuentra en el país dictando un seminario organizado por el Ceil-Piette del Conicet y la Secretaría de Programación Económica del Ministerio de Economía, advierte que los planes de ajuste de Grecia, España y Portugal, y las multimillonarias medidas anunciadas por la Unión Europea son insuficientes, y cuestiona la relegitimación del rol del Fondo Monetario Internacional. Para Boyer no es viable que se abandone el euro en el corto plazo, pero remarca que, a pesar de la fuerte oposición política e ideológica entre algunos líderes de la región, es necesario realizar profundas reformas institucionales y estructurales en la zona euro.

¿Por qué las distintas medidas y paquetes de ajuste anunciados por algunos países no son efectivos para poner fin a la crisis?

–Los planes de ajuste de Grecia, España y Portugal no van a funcionar. Terminarán profundizando la crisis. La magnitud de las medidas anunciadas por la Unión Europea tampoco es suficiente, ya que el problema es mucho más profundo y estructural que 750.000 millones de euros. La zona euro está atrapada con un abanico muy limitado de instrumentos y con una legitimidad política debilitada. Existen tres problemas centrales: una mezcla de políticas que no funciona, el incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y la falta de control de las finanzas internacionales.

Sin embargo, España, Grecia y Portugal siguen anunciando nuevos ajustes fiscales para garantizar la reducción del déficit público.

–Quienes sostienen que ésa es la solución invierten causa y efecto. La crisis no es consecuencia del déficit, es al revés. Esas lecturas erradas se utilizan para justificar las decisiones de ajuste en los países de la misma forma en que se usaron en el pasado. Es falaz pensar que se trate de una crisis por irresponsabilidad en el gasto. Ajustar el presupuesto no va a dar resultados ni va a lograr frenar la especulación. A lo sumo la desviarán hacia otro país por un tiempo. Los planes van a impulsar la pobreza y el rechazo social, como se observó en Grecia. El elevado nivel de gasto público permite compensar la pérdida de herramientas para ganar competitividad por haber entrado al euro. Tener la moneda común permitió endeudarse a tasas bajas con el objetivo de mantener el crecimiento y los niveles de empleo. A partir de la caída de Lehman Brothers el endeudamiento creció para frenar la recesión. El gasto público evitó el colapso de los bancos, sirvió para socializar las pérdidas. Hoy esas entidades están atacando a los países. Los ajustes deben ser con crecimiento y creación de empleo, si no se observará una espiral viciosa con altos riesgos de inestabilidad política que pueden dar lugar al surgimiento de los partidos políticos extremistas de derecha y de izquierda.

¿Hacia dónde deben apuntar las medidas para reducir la vulnerabilidad de la zona euro?

–Se debe avanzar en dos cuestiones: reformar las instituciones y controlar al capital financiero. Hay que mantener y preservar la viabilidad del euro. Se necesitan instrumentos para asegurar la competitividad, el crecimiento sostenido de la actividad y compensar el abandono de instrumentos que implica la unión monetaria. Eso se logra, por ejemplo, a partir de la política industrial de diferenciación de productos y pactos sociales. Además, es necesario reemplazar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por otras pautas, se debe garantizar la credibilidad del euro con una posición externa clara y después hay que crear herramientas coherentes. El federalismo fiscal, con la emisión de bonos respaldados por la UE, son pasos necesarios, pero para eso hay que crear un Estado supranacional que pueda rescatar a los países en problemas. Pero el escenario es muy difícil: hay que rescatar la economía europea sin instrumentos suficientes y reformarlos para prevenir la próxima crisis. Además, si no se controlan algunos mecanismos de especulación financiera, ese sector tiene el poder de llevar a la crisis a cualquier economía.

¿Considera políticamente viable la implementación de un gobierno supranacional en la zona euro?

–Diez años atrás, cuando existían gobiernos de izquierda en Alemania y Francia, era posible. Hoy los gobiernos no lo pueden, ni quieren, aceptar. Se pasó la oportunidad de crearlo. Los gobiernos se vuelven muy nacionalistas. Sin jerarquía en Europa es muy difícil imaginar un rescate o reforma como la que planteo. No existen las instituciones correspondientes para viabilizarlo. Es una crisis de la zona euro pero sus políticos de la Comisión Europea no tienen ningún poder, no pueden impulsar impuestos a nivel regional para impulsar un gobierno a nivel supranacional. Es una asimetría muy grande.

Entonces, ¿la crisis actual es un primer paso para la desintegración de la unión monetaria?

–No lo creo. Existen por lo menos tres escenarios posibles. El primero es que los países débiles –Grecia, Italia, España, Portugal, Irlanda– decidan salir del euro. Ese escenario sería peor que el de Argentina en 2001-2002 y algunos políticos, como la canciller alemana Angela Merkel, sostienen que hay que rechazar a “los malos discípulos del euro”. Sin embargo, a todos los países les conviene que se queden en el euro. La segunda opción es una reestructuración global de todas las deudas públicas de la zona euro que permita reducir los ataques especulativos, y la ampliación del fondo de salvataje mediante la creación de un nivel impositivo a nivel europeo. Esos recursos se utilizarían para subsidiar a los Estados en problemas. Parece una solución lógica: se usan fondos federales para enfrentar la crisis pero nadie quiere aplicarla, ya que implicaría reducir la recaudación impositiva nacional.

¿Y el tercer escenario?

–Que Alemania decida irse del euro y regresar al marco. Se van los alemanes y el euro se queda con los países débiles. Si se aíslan no le sirve a nadie. La moneda germana se va a apreciar, caerá la competitividad europea (que está basada en la industria alemana), y el resto de los países registrará una caída en el nivel de actividad. Nadie puede decir si el euro va a seguir existiendo o no, dependerá de la decisión estratégica de los políticos, pero sería un grave error abandonarlo. El único que no pierde es el capital financiero, que podría especular con nuevas monedas e instrumentos. Sería una nueva fuente de especulación.

Usted señala que “los ajustes deben impulsar el crecimiento y la creación de empleo”. ¿Es posible?

–En el corto plazo es muy difícil. Un recorte del gasto sólo profundiza la recesión. El plan del Fondo Monetario Internacional precisamente exacerbará la recesión en Grecia. Por eso sostengo que es necesario reestructurar la deuda a plazos más largos, relajando los problemas de solvencia. Esto permitiría reducir más suavemente el gasto público, pero es necesario no descuidar la inversión y elevar los niveles de competitividad. En ese sentido, es indispensable la existencia de herramientas e instituciones para intervenir a nivel de la zona euro.

¿Cómo hacen los países de Europa para ganar competitividad sin la posibilidad de devaluar?

–Diferenciando productos por calidad y con una innovación permanente, que les permita formar precios y distanciarse de China. Es cierto que el camino no es sencillo y que la estructura productiva griega es muy débil, pero deben intentarlo. Si la caída en el gasto no es compensada, esas economías van a sufrir mucho más. Pero no se trata solamente de diferenciar productos, también se requieren pactos sociales que permitan preservar las ganancias de competitividad y al mismo tiempo que no sean los trabajadores más débiles quienes paguen los costos.

¿Cómo evalúa el rol del Fondo Monetario Internacional a lo largo de la crisis financiera?

–Me sorprende y me preocupa la recuperación de la legitimidad del FMI. Hace tres años el Fondo parecía estar encaminado a su fin, pero el G-20 consideró que era la mejor institución para intervenir a escala global. El director ejecutivo del FMI, Dominique Strauss-Khan, elaboró una ilusión donde él era un socialista que iba a reformar al FMI y logró que se olviden de los graves errores cometidos y las fallidas medidas de ajuste impulsadas por ese organismo. Los planes que aprobó desde el estallido de la crisis financiera son los mismos que históricamente se aplicaron en Asia y también en Argentina, sin embargo, gracias al talento y marketing de Strauss-Khan parecen nuevos. No hay racionalidad en los planes de ajuste; sólo rescatan a los grandes bancos. El FMI está actuando como el agente de cobro de Wall Street. Insisto, el ajuste en Grecia, España, Portugal va a fracasar. Las crisis se repiten mecánicamente. Me impresiona mucho la incapacidad de aprendizaje de los gobiernos, incluso ni siquiera aprenden de sus propias crisis. Eso es un drama

Recaudar es para profesionales

La escena un amplio y atestado comedor de la Universidad de Tel Aviv, mesa de diez, poderosos empresarios judíos estadounidenses, reunidos en torno al director de comunicaciones de una fundación de lucha contra el cáncer.
El director de comunicaciones les dijo “uno de cada cuatro personas de las que Uds. ven sentados aquí, va a morir de cáncer”, aspiró , hizo una pausa haciendo un paneo registrando el feedback facial de sus interlocutores, y continuó: “Pero no tiene porque seguir siendo siempre así, y Uds. pueden hacer mucho para que esto no siga siendo así” . Pausa silencio, todos tragaron saliva y buscaron algún punto en el cual fijar la vista. Cada centavo puesto en investigación nos acerca a resolver este problema.
El Dircom les dio la posibilidad de hacer algo que modifique la realidad, les estaba diciendo claramente quien iba a recibir el dinero, que uso se le iba a dar, y les estaba mostrando cual iba a ser el efecto.
El Dircom no centró el discurso en lo que le interesaba a el, sino en lo que lo que podía golpear y fuerte a sus interlocutores. No pidió, les dio una posibilidad de hacer algo importante, con efectos tangibles.

El marketing social es comunicación estratégica, no puede ser desarrollado por voluntarios que en sus ratos libres, en el mejor de los casos una o dos horas por día, se dedican a promover, recaudar y gestionar el marketing social de una organización.
Cuando Peter Drucker decidió ocuparse del hospital de su barrio, se dio cuenta que el marketing social, lo hacían voluntarios que después de su trabajo iban una hora por día al hospital.
Drucker, reunió a los miembros de la comisión del hospital, en su mayoría empresarios exitosos y les preguntó: ¿Qué pasaría si los CEOS de sus compañías, trabajaran 1 o 2 horas por día luego de trabajar en otra cosa? ¿Serían sus empresas tan exitosas?

El marketing social es un área que requiere profesionalismo, marco teórico y tiempo.

Donar o no donar, no es una decisión que las personas enfrentan todo el tiempo. Para llegar al escenario de decisión, hace falta promover inspiración, necesidad y deseo, y una vez ahí, instalar la disyuntiva donar-no donar, y luego la ponderación, el cuanto donar.
Lo que quiere saber el donante para tomar la decisión es:

a) La misión de la entidad, “que hace y a que se dedica”, y como usa y ha usado en el pasado el dinero proveniente de las donaciones.

b) “Que van a hacer exactamente con mi dinero”

El donante compra posteridad, el quiere que su dinero tenga un correlato tangible del cual apropiarse en términos emocionales, concretos y que puedan ser articulados en su relato. El donante quiere que sus 1000 dólares vayan a pagar horas de investigación de algún científico que descubra la cura del cáncer o del Sida, un tomógrafo para descubrir enfermedades nuevas y así salvar vidas, un tobogán para que los chicos pobres jueguen y sonrían; pero no quiere que su dinero sirva para que el director de la fundación cambie el auto o se vaya de vacaciones, aunque esta mejora en su calidad de vida pueda predisponerlo mejor para trabajar por la fundación.
Lo que se percibe en potenciales donantes, en diferentes estudios, son dudas, frustración y en definitiva negativa a donar, cuando les resulta confuso entender a que se dedica realmente la organización, cuál es su misión, cuales sus objetivos, como se verifica el cumplimiento de los mismos y fundamentalmente en que se va a usar el dinero que el va a donar.

Recaudar es para profesionales

La escena un amplio y atestado comedor de la Universidad de Tel Aviv, mesa de diez, poderosos empresarios judíos estadounidenses, reunidos en torno al director de comunicaciones de una fundación de lucha contra el cáncer.
El director de comunicaciones les dijo “uno de cada cuatro personas de las que Uds. ven sentados aquí, va a morir de cáncer”, aspiró , hizo una pausa haciendo un paneo registrando el feedback facial de sus interlocutores, y continuó: “Pero no tiene porque seguir siendo siempre así, y Uds. pueden hacer mucho para que esto no siga siendo así” . Pausa silencio, todos tragaron saliva y buscaron algún punto en el cual fijar la vista. Cada centavo puesto en investigación nos acerca a resolver este problema.
El Dircom les dio la posibilidad de hacer algo que modifique la realidad, les estaba diciendo claramente quien iba a recibir el dinero, que uso se le iba a dar, y les estaba mostrando cual iba a ser el efecto.
El Dircom no centró el discurso en lo que le interesaba a el, sino en lo que lo que podía golpear y fuerte a sus interlocutores. No pidió, les dio una posibilidad de hacer algo importante, con efectos tangibles.

El marketing social es comunicación estratégica, no puede ser desarrollado por voluntarios que en sus ratos libres, en el mejor de los casos una o dos horas por día, se dedican a promover, recaudar y gestionar el marketing social de una organización.
Cuando Peter Drucker decidió ocuparse del hospital de su barrio, se dio cuenta que el marketing social, lo hacían voluntarios que después de su trabajo iban una hora por día al hospital.
Drucker, reunió a los miembros de la comisión del hospital, en su mayoría empresarios exitosos y les preguntó: ¿Qué pasaría si los CEOS de sus compañías, trabajaran 1 o 2 horas por día luego de trabajar en otra cosa? ¿Serían sus empresas tan exitosas?

El marketing social es un área que requiere profesionalismo, marco teórico y tiempo.

Donar o no donar, no es una decisión que las personas enfrentan todo el tiempo. Para llegar al escenario de decisión, hace falta promover inspiración, necesidad y deseo, y una vez ahí, instalar la disyuntiva donar-no donar, y luego la ponderación, el cuanto donar.
Lo que quiere saber el donante para tomar la decisión es:

a) La misión de la entidad, “que hace y a que se dedica”, y como usa y ha usado en el pasado el dinero proveniente de las donaciones.

b) “Que van a hacer exactamente con mi dinero”

El donante compra posteridad, el quiere que su dinero tenga un correlato tangible del cual apropiarse en términos emocionales, concretos y que puedan ser articulados en su relato. El donante quiere que sus 1000 dólares vayan a pagar horas de investigación de algún científico que descubra la cura del cáncer o del Sida, un tomógrafo para descubrir enfermedades nuevas y así salvar vidas, un tobogán para que los chicos pobres jueguen y sonrían; pero no quiere que su dinero sirva para que el director de la fundación cambie el auto o se vaya de vacaciones, aunque esta mejora en su calidad de vida pueda predisponerlo mejor para trabajar por la fundación.
Lo que se percibe en potenciales donantes, en diferentes estudios, son dudas, frustración y en definitiva negativa a donar, cuando les resulta confuso entender a que se dedica realmente la organización, cuál es su misión, cuales sus objetivos, como se verifica el cumplimiento de los mismos y fundamentalmente en que se va a usar el dinero que el va a donar.

domingo, mayo 16, 2010

Gestión en la masividad de cerebros e información

En 1970 había veintiocho millones de estudiantes universitarios en todo el mundo. Hoy hay siete veces más. Cada vez hay una cantidad mayor de cerebros con información accesible, esos cerebros conectados a través de la Web 2.0 conforman la inteligencia colectiva, la que construimos entre todos, y a la que recurrimos todos vía Google, que se transforma en el ordenador de esa inteligiencia colectiva.
Con la Web 3.0, la web semántica, Google se transformará también en el gestionador de esa inteligencia.

Para el 2020, dentro de diez años, el conocimiento vertido en papers y trabajos científicos podría duplicarse cada setenta y cinco días. En ese escenario, hará falta mucha capacidad para elegir que leer, poder de síntesis para escribir para los que no tendrán tiempo, descartar y trabajar en equipo sin egoismos, con generosidad y solidaridad y manteniendo el orden ante tremenda velocidad con que la masividad nos abordará.

Gestión en la masividad de cerebros e información

En 1970 había veintiocho millones de estudiantes universitarios en todo el mundo. Hoy hay siete veces más. Cada vez hay una cantidad mayor de cerebros con información accesible, esos cerebros conectados a través de la Web 2.0 conforman la inteligencia colectiva, la que construimos entre todos, y a la que recurrimos todos vía Google, que se transforma en el ordenador de esa inteligiencia colectiva.
Con la Web 3.0, la web semántica, Google se transformará también en el gestionador de esa inteligencia.

Para el 2020, dentro de diez años, el conocimiento vertido en papers y trabajos científicos podría duplicarse cada setenta y cinco días. En ese escenario, hará falta mucha capacidad para elegir que leer, poder de síntesis para escribir para los que no tendrán tiempo, descartar y trabajar en equipo sin egoismos, con generosidad y solidaridad y manteniendo el orden ante tremenda velocidad con que la masividad nos abordará.

sábado, mayo 15, 2010

Efecto Barbra Streissand, mapa y territorio en el márketing político




Por Rubén Weinsteiner para Adnmundo


En una campaña política, de marcas o de una ONG, es muy importante establecer una estrategia de economía de fuerzas y de focos.
Hay que dar por perdidos a determinados sectores, aunque suene extraño, pero tomando el escenario de las últimas elecciones en Argentina, el Kirchnerismo asumió que con determinados segmentos de la clase media ningún abordaje resultaría eficaz, y en la campaña de De Narváez tomaron como un dato, que no tenían forma de entrarle a sectores que se consideran así mismos progresistas.
Esta principio de economía de fuerzas, que permite focalizarse en el espacio propio, en los márgenes del adversario, o competencia y no en su núcleo duro, tiene uno de sus costados mas complejos en el efecto Barbra Streissand.
Este principio-efecto consiste en asumir lo que no se puede cambiar, focalizarse en lo que si, y reencuadrar aquello que no se puede cambiar para que sea percibido, elaborado e internalizado de otra manera incluso de la manera opuesta, si la estrategia fijada así lo indicara.
Bárbara Streissand asume su nariz, no se la operó jamás, ella piensa que lo feo puede ser hermoso, lo bonito jamás. El contrato de marketing con el espacio propio, con los clientes cautivos y con los independientes puede asumir una nariz imperfecta y convertirla en parte de una cara hermosa, o por lo menos atractiva.
El mapa no es el territorio, la percepción plasmada en el recuerdo y la imaginación no es el hecho en sí, por eso la clave siempre reside en el reencuadre, en la modificación del marco de referencia perceptivo, para construir y ubicar un marco posible, razonable y funcional a la estrategia a través de anclajes sólidos, con el objetivo de cambiar el significado en el imaginario colectivo y poder influir en el abordaje emocional e intelectual, traducido en las respuestas y las conductas de las personas.

La gestión de redes sociales, una labor periodística esencial


Jennifer Preston trabaja como 'social media editor' en 'The New York Times', una nueva figura dentro del periódico que cada día es más relevante


Su labor consiste en gestionar los contenidos en redes sociales. Más allá del uso de Facebook y Twitter, su papel tiene mucho de evangelización. Jennifer Preston ejerce esta función en The New York Time desde mayo de 2009 y ahora ha visitado España con motivo del Nonick Conference. "Cuando me nombraron, me sentí algo desubicada. No sabía bien en qué consistía el trabajo", explica sin complejos. "Sin embargo, como periodista siempre me ha gustado estar en aprendizaje continuo y así ha sido".


Durante 25 años ha ejercido el periodismo. Desde 1995 trabaja en el primer diario del mundo. Al principio fue reportera política. Después pasó a ser responsable de cuatro suplementos dominicales y la sección de local. En esta labor de edición, sobre todo en la sección de la ciudad, comenzó su contacto con la red. "Primero fueron las coberturas multimedia, después los blogs localizados en mapas de toda la ciudad", afirma.
Su último trabajo dentro de esta sección le sirvió para conocer el poder de las redes sociales: "Llegó la crisis, todo el mundo hablaba de ella, pero quisimos saber cómo afectaba a los ciudadanos. Barrio a barrio, sitio a sitio. Y a través de Facebook y Twitter encontramos buenas formas de contacto".
Cuando tomó las riendas de su nuevo trabajo, la cuenta de Twitter de The New York Times llevaba dos años activa. Hoy, el diario tiene 85 cuentas dedicadas a diferentes temas y 145 periodistas de la casa tuiteando.
Jennifer Preston se muestra comprensiva con sus compañeros porque "los periodistas siempre están desbordados. Ahora no sólo se escribe; también tienen que hacer reportajes multimedia y añadir valor a su trabajo en la red". Ella cree que tuvo mucha suerte: "Muchos compañeros ya lo usaban [twitter]. Su éxito fue el mejor ejemplo para convencer a los demás". Entre ellos destacan Nicholas Kristof, Nick Bilton o David Pogue.
En su opinión, "una vez que se comprende el valor de herramientas como Twitter y Facebook, no hay marcha atrás, porque sirven para encontrar fuentes, seguir y explorar tendencias, tomar ideas para nuestra historias e investigar". Contar con 600.000 seguidores en Facebook aporta un valor añadido en la redacción. "Cuando vamos a tratar un tema, les pedimos ayuda. El periodista que va a escribir la historia cuenta con más de 300 correos electrónicos con nombre y apellidos en menos de una hora", explica Jennifer Preston. "Y en cuanto ven algo tan valioso, ¿cómo no van a creer en ello?".
Preston está convencida de que uno de los grandes retos de los periódicos es dar la última hora, contar qué pasa en tiempo real, y para eso los lectores son imprescindibles. La implicación del usuario en las noticias no tiene marcha atrás. Así surgió "moment in time", algo parecido a un juego. Los lectores envían una imagen de qué hacen en un momento concreto. El periódico recopila esas imágenes y las publica. Cada lector se siente implicado con su medio. Los resultados de este experimento son verdaderamente curiosos.
El valor de la selección
Twitter ha servido para mejorar coberturas de última hora. El mejor exponente de este uso fue durante los recientes terremotos en Haití y Chile. "La gente que estaba en estos sitios llegaba donde nosotros no lo hacíamos. Fuimos muy rigurosos con la selección de cuentas de Twitter que añadimos, pero una vez que confiamos en los usuarios que estaban allí, que daban consejos útiles, información con valor y fotografías de peso, les dimos todo el crédito en nuestro medio. Tenemos que dar a los usuarios todo lo que esté a nuestro alcance", explica la periodista.
Su insistencia en el servicio al usuario va de la mano con el rigor: "La selección es la clave. Hacemos combinaciones entre usuarios recomendados y periodistas de nuestro medio. Mi meta es que cada vez más periodistas, editores y trabajadores de todos los departamentos del periódico sepan manejarse en este nuevo mundo".
Enganchar a la audiencia
La cercanía y conocimiento del lector hasta la llegada de estos servicios tenía más que ver con el trabajo de auditorías y la intuición del reportero que con datos concretos. Gracias a Facebook y Twitter, los lectores son reconocibles, emiten mensajes, cuentan de todo, desde tonterías a hechos relevantes. Para la editora de estos contenidos, la criba es importante pero también lo es "reconocer qué nos piden, darles crédito, dejarles ser parte de un medio que también es suyo".
Esta función de fidelizar a la audiencia se realiza con coberturas especiales. Como ejemplo está la página dedicada al teatro dentro de Facebook. "La sorpresa fue el día en que dimos las nominaciones a los premios Tony; teníais que ver cómo la gente comentaba el papel de cada actor, con análisis, opiniones y quinielas", comenta Preston. Algo similar están haciendo con los hinchas del equipo de béisbol predilecto de la ciudad, los Yankees. "Nuestros reporteros dan en Twitter algo tan sencillo como la alineación de los jugadores de cada partido. Esta información es relevante para los seguidores que contestan y piden que se siga haciendo".
Dentro de esta política de apertura del medio, The New York Times va un paso más allá. Mientras muchos medios se empeñan en enlazarse a sí mismos, ellos enlazan a "todo lo que merece la pena y es relevante para nuestro lector. Si algo es bueno, ¿por qué no darlo? Los lectores volverán no sólo por lo que contamos, sino por lo que descubrimos y recomendamos".
Pero las redes sociales no son la aspirina que todo lo cura. También tienen algunos aspectos mejorables para conseguir revolucionar la sociedad. Ese talón de Aquiles se llama privacidad. Jennifer Preston es prudente pero no miedosa. "Debemos estar atentos y compartir lo que creamos, pero sabiendo qué hacemos. La gente se está empezando a dar cuenta del ciclo de vida de sus actualizaciones de estado y fotos en redes. Sólo se trata de tener sentido común y tener cuidado con los jóvenes", matiza esta madre de dos adolescentes
La geolocalización, el próximo fenómeno
Facebook ya ha anunciado su intención de añadir lugares en mapas. Tuenti, la red social española, lanzó Tuenti Sitios el mes pasado. Son una respuesta al éxito que cosecha FourSquare, una red que se complementa con Facebook y Twitter, en la que cada usuario añade el sitio donde está, da consejos y consigue regalos en los locales a cambio de sus acciones.
The New York Times probó este servicio durante los Juegos Olímpicos de invierno. El periódico propuso una ruta de sitios para visitar y quienes fichaban en todos los lugares conseguían una medalla virtual como reconocimiento: los populares y deseados 'badges'. Después de este éxito han seguido explorando. "Creemos que va a ser el próximo fenómeno y es perfecto para lo que hacemos en nuestra sección de local", indica Preston. De momento han llegado a acuerdos con varios locales de ocio y restaurantes de la ciudad para que los usuarios consigan consumiciones y entradas gratis a cambio de hacer críticas de los lugares que visitan.
Jennifer Preston se despide con un mensaje positivo, contenta por lo mucho que ha descubierto en su nuevo cargo: "Los periodistas llevamos mucho tiempo trabajando muy duro. Tenemos que seguir haciéndolo, pero ¿por qué no con un poco de diversión?".

Los indios

Por Sandra Russo
Como muchos argentinos de mi generación, conocí primero a los siouxs que a los mapuches. De los indios no nos hablaban en la escuela, pero en la televisión pasaban películas del Far West. Las caravanas de colonos, llenas de mujeres, niños y cacharros, avanzaban siempre destartaladas en territorio hostil, custodiadas por los hombres del rifle. Acechaban los indios. Sus alaridos espantaban en la noche.
Los espectadores nos identificábamos con los colonos. La colonización era, así, visible como una cuña blanca en el enigma de un mundo desconocido, habitado por seres fascinantes que incluso eran coleccionables en sus versiones plásticas, pero que pese a su fascinación había que aniquilar. Reducían cabezas, arrancaban cueros cabelludos y hacían sacrificios humanos a sus dioses. Los blancos también, aunque siempre lo negaron. Aquí no hubo colonización sino conquista. Los blancos ofrecieron en sacrificio a su único dios a millones de seres humanos, como sin darse cuenta de lo que hacían, como simples inconscientes y amorales. Siempre hablaban de otra cosa. Una nación, una cultura, la civilización, la razón, la ciencia, la religión.
Cuando –hace tanto tiempo– yo era adolescente, en el ámbito rockero y literario en el que me movía, no se hacían fiestas de quince, pero había, a los dieciocho, viajes al Machu Picchu. Era un programita de valores de emergencia, toda vez que la política nos estaba prohibida. Fui adolescente en un país con miedo real, en un país en el que no se hablaba del miedo.
Entonces aquella generación tomó para sí algunos valores posibles, menores, cotidianos, y los convirtió en un modo de vida. En una identidad. Mi generación volvió militancia un ideario aplicado a la vida cotidiana. Fundió política con cultura para sobrevivir.
Las chicas de quince lo menos que queríamos era una fiesta de quince. No estaba bien visto el éxito en general. No íbamos a bailar. Amábamos a los antihéroes y a los perdedores. Nos identificamos con ellos.
Los grandes perdedores de la historia argentina que está por cumplir 200 años eran los que en una enorme pincelada discriminatoria aún llamamos “indios”. Aquella inclinación juvenil por lo indígena no logró, por ser más reacción que iniciativa, perforar los prejuicios que estaban inscriptos hasta en la lengua. Sobre la palabra “indio”, Aiban Wagua, miembro de la comunidad kunayala, escribió sobre las innumerables naciones preexistentes al “descubrimiento” de América:
“Los blancos nos parieron a los indios y evitaron así considerar a los pueblos de Abia Yala como sujetos válidos en sí mismos, con sus sistemas sociopolíticos y religiosos bien diferenciados. Entonces, el indio fue un ente abstracto, sin carne, pero marginado, borracho, pobre entre los pobres. Nos simplificaron y abstrajeron tanto, y tanta fue la insistencia que prácticamente les creímos. A los mayas, a los kunayalas, a los aymaras, a los toltecas, a los totomayas, nos cortaron a todos por igual, porque la sociedad dominante quería simplificar las cosas, y corrimos todos la suerte de indios o indígenas. Tanto que hasta hay teólogos capaces de hablar con una ingenuidad tremenda de la creencia india de América, de una concepción india de la vida o de una cosmovisión india o de una mitología india. Millones de personas que conformamos pueblos o naciones de Abia Yala comenzamos a dar sentido y hueso a los indios. Siglos más tarde nos pareció bueno usarlo como signo de lucha. Y nuestros dirigentes nos dijeron: ‘Ya que nos hicieron indios, como indios vamos a luchar’”.
En estos días recorren el país las tres columnas de la Marcha de los Pueblos Originarios, que por primera vez en la historia plantean reformular su relación con el Estado y ser considerados estrictamente como lo que son: naciones y culturas preexistentes a las otras que se superpusieron en “lo argentino”.
Hasta ahora nuestra concepción del país los ha corrido del borde. No llegarán el 20 de mayo a Buenos Aires para que los porteños se saquen fotos con ellos, como cuando se van de vacaciones. No quieren seguir siendo una opción exótica para el turismo europeo. Vienen a hablar de mineras, de petroleras, de madereras, de producción a gran escala y medio ambiente, de tierras y de agua. Vienen a hablar de esas culturas subestimadas y arrasadas que jamás hubieran atentado contra el planeta. Quieren ser ciudadanos de derecho pleno e identidades colectivas resistentes, aptas para un debate político serio que tome en cuenta sus demandas. Escucharlas es profundizar un modelo hasta la tripa.
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miércoles, mayo 12, 2010

Comunicar y hacer

Por Rubén Weinsteiner para ADN

¿Cuál es el lugar de la comunicación en referencia al hacer, en un gobierno, en un espacio político en la oposición, en un organismo o en una empresa privada?
Una gestión tanto en el estado como en el sector privado, tiene que hacer dos cosas: actuar y comunicar, en realidad como intentaré explicar, comunicar y actuar. En el caso específico del sector público, un gobierno siempre debe trabajar como un motor de dos tiempos, como un médico que administra un tratamiento, y a la vez le construye al paciente el relato que mejor se adapte a las necesidades operativas, con el fin de maximizar el efecto de ese tratamiento. Hacer y a la vez tener contenta a la gente para que nos deje hacer.
No hay realidades, hay percepciones, la percepción de la gente siempre es real, aunque haya diferencias objetivas y duras entre realidad real y realidad comunicada, porque la comunicación construye la realidad al mismo tiempo que la difunde.
La imagen positiva, la intención de voto no se retienen por las cualidades intrínsecas de un candidato o por las medidas de un gobierno, sino por la imagen que estas cualidades y medidas devuelven a la gente. La conceptualización de las percepciones es un proceso comunicacional complejo, por eso aparecen los ruidos, que provocan que la imagen que queremos emitir, difiera de la que recibe el receptor.
Una gestión tanto en el sector público como en el privado, tiene que tener necesariamente un proyecto, una imagen y un relato.
Lo que se plantea como plan de acción, como se refleja, y como lo cuenta.
Muchas veces se dice que hay gobiernos que tienen un buen proyecto, pero no tienen una buena imagen o no tienen un buen relato. Otros que tienen buena imagen, pero no tienen proyecto. Mi opinión es que no se pueden disociar proyecto, imagen y relato.
Actuar sin comunicar o comunicando en forma ineficaz, es tan disfuncional como comunicar y no actuar.
El primer problema estructural es que los gobiernos y las organizaciones, ven a la comunicación como algo accesorio y secundario a la acción, algo que hace una secretaría o una gerencia y en realidad la comunicación es tan importante o mas que la acción. Por eso la comunicación siempre debe tener involucrado en forma directa al gestionador.
Porque la comunicación es estrategia, no táctica como muchos creen, viendo a la comunicación en su función instrumental sólo en tanto herramienta. La comunicación tiene que construirse a partir de la visión global del campo de batalla y no de un sector o una acción específica.

La comunicación puede simular realidades, puede virtualizar escenarios y puede construir valores simbólicos, por eso la comunicación crea la realidad, la define, la explica, la hace sostenible, y si conseguimos apoyo, y de la forma que lo necesitamos, podremos profundizar las acciones dentro de esa realidad optimizando recursos.
Las acciones y las medidas, no pueden autorelatarse ni autodifundirse masivamente; y no pueden construir valor en el imaginario de la gente a través de capital simbólico.
La información define estratégicamente a la acción, porque la direcciona proyectando intencionalidad. La define tácticamente porque le da significación y valores y sus efectos disparan significados. Y la define vectorialmente, porque la direcciona en términos de difusión y destino, llevándola a donde queremos que llegue.
Este direccionamiento de la comunicación es cualitativo porque determina el que, y cuantitativo porque dice a quienes y a cuantos llegar. En la Web 2.0 el quienes y el a cuantos, alcanza mediante mecanismos virales, y de satelización, saltos que antes resultaban imposibles en términos de volumen y horizontalidad.
En la medida que asociemos comunicación al plano estratégico mas que al escalafón táctico, vamos a poder comunicar antes de hacer, pasando del hacer- comunicar al comunicar-hacer, saliendo de la rutina del bombero de correr para apagar incendios, aplicando esa energía a construir escenarios receptivos para nuestras acciones, direccionar comunicación y acción en forma congruente, y establecer mediante espacios cada vez mas horizontales como la Web 2.0, una comunicación, un diálogo cada vez mas permanente.

Rubén Weinsteiner

Comunicar y hacer

Por Rubén Weinsteiner para ADN

¿Cuál es el lugar de la comunicación en referencia al hacer, en un gobierno, en un espacio político en la oposición, en un organismo o en una empresa privada?
Una gestión tanto en el estado como en el sector privado, tiene que hacer dos cosas: actuar y comunicar, en realidad como intentaré explicar, comunicar y actuar. En el caso específico del sector público, un gobierno siempre debe trabajar como un motor de dos tiempos, como un médico que administra un tratamiento, y a la vez le construye al paciente el relato que mejor se adapte a las necesidades operativas, con el fin de maximizar el efecto de ese tratamiento. Hacer y a la vez tener contenta a la gente para que nos deje hacer.
No hay realidades, hay percepciones, la percepción de la gente siempre es real, aunque haya diferencias objetivas y duras entre realidad real y realidad comunicada, porque la comunicación construye la realidad al mismo tiempo que la difunde.
La imagen positiva, la intención de voto no se retienen por las cualidades intrínsecas de un candidato o por las medidas de un gobierno, sino por la imagen que estas cualidades y medidas devuelven a la gente. La conceptualización de las percepciones es un proceso comunicacional complejo, por eso aparecen los ruidos, que provocan que la imagen que queremos emitir, difiera de la que recibe el receptor.
Una gestión tanto en el sector público como en el privado, tiene que tener necesariamente un proyecto, una imagen y un relato.
Lo que se plantea como plan de acción, como se refleja, y como lo cuenta.
Muchas veces se dice que hay gobiernos que tienen un buen proyecto, pero no tienen una buena imagen o no tienen un buen relato. Otros que tienen buena imagen, pero no tienen proyecto. Mi opinión es que no se pueden disociar proyecto, imagen y relato.
Actuar sin comunicar o comunicando en forma ineficaz, es tan disfuncional como comunicar y no actuar.
El primer problema estructural es que los gobiernos y las organizaciones, ven a la comunicación como algo accesorio y secundario a la acción, algo que hace una secretaría o una gerencia y en realidad la comunicación es tan importante o mas que la acción. Por eso la comunicación siempre debe tener involucrado en forma directa al gestionador.
Porque la comunicación es estrategia, no táctica como muchos creen, viendo a la comunicación en su función instrumental sólo en tanto herramienta. La comunicación tiene que construirse a partir de la visión global del campo de batalla y no de un sector o una acción específica.

La comunicación puede simular realidades, puede virtualizar escenarios y puede construir valores simbólicos, por eso la comunicación crea la realidad, la define, la explica, la hace sostenible, y si conseguimos apoyo, y de la forma que lo necesitamos, podremos profundizar las acciones dentro de esa realidad optimizando recursos.
Las acciones y las medidas, no pueden autorelatarse ni autodifundirse masivamente; y no pueden construir valor en el imaginario de la gente a través de capital simbólico.
La información define estratégicamente a la acción, porque la direcciona proyectando intencionalidad. La define tácticamente porque le da significación y valores y sus efectos disparan significados. Y la define vectorialmente, porque la direcciona en términos de difusión y destino, llevándola a donde queremos que llegue.
Este direccionamiento de la comunicación es cualitativo porque determina el que, y cuantitativo porque dice a quienes y a cuantos llegar. En la Web 2.0 el quienes y el a cuantos, alcanza mediante mecanismos virales, y de satelización, saltos que antes resultaban imposibles en términos de volumen y horizontalidad.
En la medida que asociemos comunicación al plano estratégico mas que al escalafón táctico, vamos a poder comunicar antes de hacer, pasando del hacer- comunicar al comunicar-hacer, saliendo de la rutina del bombero de correr para apagar incendios, aplicando esa energía a construir escenarios receptivos para nuestras acciones, direccionar comunicación y acción en forma congruente, y establecer mediante espacios cada vez mas horizontales como la Web 2.0, una comunicación, un diálogo cada vez mas permanente.

Rubén Weinsteiner