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sábado, agosto 03, 2013

Daniel Scioli: "Quizá tendría que haber explicado mejor algunas cosas"

Daniel Scioli: "Quizá tendría que haber explicado mejor algunas cosas"





La sesión tuvo lugar en la sede porteña del Banco Provincia, el búnker político del gobernador de Buenos Aires, Daniel Osvaldo Scioli.
-Mire este video. (Él diciendo "Con el modelo se está o no se está") ¡Vivimos para verlo! Y un día, a Scioli lo aplaudieron de pie en la Rosada.
-(Sonríe) Y, bueno, sí. Esto fue poniendo más claridad sobre la campaña y despejando la confusión.
-Bueno, Daniel, a lo mejor se lo tuvo que decir a usted mismo.
-A ver, ¿cuál es la fuerza que tiene el FPV? La diversidad. Yo he manifestado a lo largo de todos estos años muchos puntos de vista o un matiz y no por eso dejé de pertenecer.
-Diana Conti dijo: "Lo que le criticábamos a Daniel era la falta de gestos, no tenía la claridad que tiene hoy".
-Yo dije: "Van a ver que en la hora de la verdad pueden contar conmigo, porque yo no soy el problema. El problema está en otro lado".
-Pero tiene claro que usted fue percibido como un problema.
-Bueno, también hago una autocrítica. Quizá tendría que haber explicado mejor algunas cosas. Hoy puedo contar en distintas reuniones todo lo que hemos hecho en la provincia y muchos dirigentes dicen: "¡Ah, pero yo no sabía que vos hiciste un cambio muy profundo en la economía y en la administración y reducción de deuda!".
-Usted habla de gestión y yo hablo de ideología. Conti dijo: "Se le notaban las apetencias personales". Eso en el núcleo duro no es bien recibido. Ellos se autodefinen como "soldados de Cristina". ¿Usted es un soldado de Cristina?
-A ver. Yo soy un trabajador, un luchador, tengo un gran sentido de la responsabilidad y del compromiso y de lo que significa un voto. A mí me ha votado un 55% de la provincia de Buenos Aires y la boleta decía Cristina-Scioli.
-Uno podría pensar: "Qué paradoja. Tantos años Scioli intentando demostrar que él no va a sacar los pies del plato, y tiene que aparecer Massa jugando por afuera para que el kirchnerismo entienda que Daniel sí es fiel".
-Yo vengo coherentemente desde hace diez años en este proyecto, así que el hecho de que yo escuche a todos, de que pueda tener mi punto de vista, no significa que esté de acuerdo con todo. Si yo mañana atiendo a referentes de otras religiones, no significa que vaya a cambiar mi condición de cristiano.
-Desde que Massa jugó por afuera todo se hizo más nítido. "Se está o no se está" no era una frase común en usted.
-¡Porque no estábamos en campaña! Ahora que estamos yo salgo a poner claridad. Al principio había un poco de confusión y algunos preguntaban: "¿Cuál es la lista?, porque hay algunos que están, pero de manera distinta". Entonces dije: "Ésta es la lista del Gobierno, la que encabeza Martín Insaurralde. Los demás son lista opositora".
-Usted muestra una gran resistencia frente a los eventos desfavorables. Le han puesto a Mariotto, le han metido la Gendarmería, le quisieron bajar a Casal. Le han hecho cosas...
-Pero ahí está la experiencia de uno y decir: ¿qué es lo importante? Pensar siempre en la gente. Entonces, yo tengo que ser prudente.
-El accidente en el Paraná fue un hecho traumático, pero en política, ¿alguna vez sintió que se le daba vuelta la lancha?
-(Sonríe) En política siempre hay mar picado, pero el mar picado fue mi especialidad.
-Acá empezaría en serio la sesión...
-Yo fui reconocido como piloto de tormenta. Vos entrevistá a Fabio Buzzi, copiloto mío, y te va a decir. Preguntale cuál era mi virtud: en el mar calmo cualquiera lleva la lancha. El tema es llevarla con olas de tres metros.
-Siempre hay mar picado, pero ¿cuál fue el peor momento político suyo?
-Cuanto más grave es el problema, más me sereno para transmitir confianza. Incluso Karina [su esposa] a veces cuando desayunamos me pregunta: "¿Cómo estás?", y yo le digo: "Bien", y ella empieza: "Pero ¿cómo podés estar bien con todas las cosas que pasan?". Y después me ve corriendo en la cinta y me dice: "¿Cómo podés estar corriendo con todos los quilombos que hay?". Yo le digo: "Quedate tranquila".
-Una de las cosas que los ultra-K dicen es: "Si Daniel fuera gobierno, no enfrentaría a las corporaciones".
-Una de las cosas de las que se han sorprendido otros dirigentes es que la provincia avanzó como ninguna otra en ingresos genuinos. Nosotros del 42 % pasamos al 70 por ciento. ¡Y precisamente fue porque les pusimos impuestos a sectores concentrados! Las telefónicas, los cables, multiplicamos por seis los ingresos brutos al juego, impuesto a la herencia. La ley de fertilización asistida.
-¿Qué debería ocurrir con la ley de medios y Clarín?
-La Corte ahora interpretará la ley y fijará una posición.
-El núcleo duro quiere que desinvierta. ¿Y usted?
-La democracia funciona así. Ahora, la Corte tendrá que tomar una posición.
-Pensar que hace unas pocas semanas, en Lomas de Zamora, Cristina dijo esto: (video en el que se queja de que nadie la defiende y de que algunos se hacen los estúpidos ).
-Sí, pero pensaron que esa reflexión iba en dirección mía y eso es una interpretación forzada de querer poner ahí una cizaña. Lo habrá dicho porque estaba preocupada por todo lo que pasó en La Plata.
-Pregunta bien de terapia: ¿qué cree usted que Cristina piensa de usted?
-(Largo silencio) Creo que con el tiempo y en cada situación difícil que hemos tenido me fui ganando cada vez más el respeto de la Presidenta (piensa). Después de la muerte de Néstor, sentí una necesidad espiritual de saber qué pensaba de mí el hombre que me eligió cinco veces. Y un día le pregunté a Cristina: "¿Qué pensaba «el Flaco» de mí?". Porque a veces me quedaba una sensación encima, con esas reacciones que él tenía. Estaba esa contradicción: por un lado, una situación tensa y, por el otro, cada vez me daba más confianza y responsabilidades.
- (...)
-Entonces Cristina me dice: "Él tenía una cosa muy especial con vos, por todo lo distinto que hiciste en la política, cuando vos demostraste que no abandonás ante las dificultades, que ponés el hombro donde lo tenés que poner". Eso me quedó muy marcado. Y creo que por eso dije en El Mangrullo: "«Flaco», conmigo no te equivocaste".
-¿Dónde se la imagina a Cristina después de 2015?
-Son decisiones muy personales. Hacele una nota y preguntale.
-Pero cuando usted dijo que si ella no fuera tal vez podría ser usted. ¿Se arrepiente?
-(Largo silencio) La gente entendió. Es muy inteligente.
-Mire (foto de Fabio Buzzi)
-Genial, un hombre que marcó mi vida en cuanto a todo lo que aprendí. Diseñador, constructor. Él escribió un libro Progettare per vincere, y eso es una enseñanza de vida, ¿no?
-Bueno, vamos a "proyectar para vencer". Fabio armó La Gran Argentina en tres meses. Usted tiene dos años para armar su lancha para la gran carrera.
-Sí, pero ahora no armo La Gran Argentina, estoy armando La Gran Provincia.
-Y el día de mañana, ¿está seguro de que la dueña de la escudería le va a dar la lancha a usted?
-¿Vos me pedís a mí que yo te pueda responder? Yo no puedo responder por su investidura. Invito a responder a los que estén en el ámbito de.
-(Interrumpiendo) Pregunto por el ámbito suyo, el de su deseo.
-Perdoname, pero estoy atrasado. (Llama por el interno a su secretaria. Le da una indicación. Corta) Hay gente esperando. (Riéndose) Tengo todos los consultorios llenos. Vamos a tener que dejar acá.

Historia clínica


  • Paciente: Daniel Scioli
    Edad: 56
    Ocupación
    Gobernador de Buenos Aires y presidente del PJ
    Observaciones
    Es como un deportista de alto rendimiento: poco locuaz, perseverante, con temple y control emocional
.

lunes, octubre 29, 2007

"Yo hablo con todos y no me peleo con nadie"


Daniel Scioli repite: "Yo hablo con todos y no me peleo con nadie". La frase se convirtió en su estilo de vida y hasta ahora le dio buenos resultados en la política: desde 1997 fue dos veces diputado; luego fue vicepresidente; hoy ganó la gobernación bonaerense y es muy probable, aunque no lo diga en público, que intente ser candidato a presidente en 2011, siempre que la suerte lo acompañe.


Y a Scioli la suerte parece acompañarlo en su zigzagueo político. Sobrevivió al menemismo, al duhaldismo y cuando todos pensaban que los Kirchner lo abandonaban se le aferró para sostener la candidatura de Cristina Fernández desde Buenos Aires.

El electo gobernador bonaerense, que nació en 1957 en un hogar de clase media porteño, tuvo la misma suerte en el deporte hasta que sufrió un accidente. Desde 1986 practicó motonáutica y ganó 8 campeonatos mundiales. Pero en 1989, cuando corría en el río Paraná, tuvo un accidente y perdió su brazo derecho. Desde allí, su vida cambió. Comenzó a trabajar como asesor de negocios de la compañía suiza Electrolux. Su empresa familiar de electrodomésticos Scioli Internacional había quebrado.

Le costó adaptarse a la liturgia peronista. Al principio no conocía ni la letra de la marcha. Pero se aggiornó rápido e incorporó un discurso que roza lo superficial y evita la confrontación, como anoche, que habló llanamente y con tono optimista. Adoptó también el pragmatismo del PJ con una visión empresarial que lo ayudó a presentarse como eficiente y a hacer de los cargos una plataforma de marketing político.

En Diputados entabló una gran amistad con Hilda "Chiche" Duhalde y se posicionó en la Comisión de Deportes. En 2001, cuando el menemismo estaba en decadencia se aferró a Duhalde y logró su reelección como diputado. Luego estallaría la crisis y se posicionaría en la Secretaría de Deportes en la Casa Rosada con el caudillo bonaerense.
En agosto de 2003, el Presidente lo despojó a Scioli del manejo de la Secretaría de Deportes, sus ex asesores fueron investigados por la Oficina Anticorrupción y fue denunciado en el recinto del Senado por la primera dama por liderar una supuesta operación de prensa para desprestigiarla. Aquel hecho nunca se comprobó, pero el vicepresidente se llamó a silencio, evitó confrontar con los Kirchner y se dedicó de lleno a la tarea que más le gusta jugar: la de hacer relaciones públicas.

Usó su traje de vicepresidente para ocupar el espacio que Kirchner rechazaba. Invitaciones a las embajadas, viajes protocolares y almuerzos con empresarios. Scioli entabló así un diálogo fluido con la embajada de los Estados Unidos y con diplomáticos europeos con los que el Presidente nunca dialogó. A la vez, convirtió al Senado en un centro de atracción al entregar premios a figuras como Sandro o Maradona.

Scioli jamás formó parte de la mesa chica de decisiones del Gobierno y muchas veces se enteró por los diarios de medidas que tomó Kirchner.
Hoy tiene en su haber el poder que dan los votos. Habrá que ver si desde La Plata logra mantener su lema de hablar con todos y no pelearse con nadie.

"Yo hablo con todos y no me peleo con nadie"


Daniel Scioli repite: "Yo hablo con todos y no me peleo con nadie". La frase se convirtió en su estilo de vida y hasta ahora le dio buenos resultados en la política: desde 1997 fue dos veces diputado; luego fue vicepresidente; hoy ganó la gobernación bonaerense y es muy probable, aunque no lo diga en público, que intente ser candidato a presidente en 2011, siempre que la suerte lo acompañe.


Y a Scioli la suerte parece acompañarlo en su zigzagueo político. Sobrevivió al menemismo, al duhaldismo y cuando todos pensaban que los Kirchner lo abandonaban se le aferró para sostener la candidatura de Cristina Fernández desde Buenos Aires.

El electo gobernador bonaerense, que nació en 1957 en un hogar de clase media porteño, tuvo la misma suerte en el deporte hasta que sufrió un accidente. Desde 1986 practicó motonáutica y ganó 8 campeonatos mundiales. Pero en 1989, cuando corría en el río Paraná, tuvo un accidente y perdió su brazo derecho. Desde allí, su vida cambió. Comenzó a trabajar como asesor de negocios de la compañía suiza Electrolux. Su empresa familiar de electrodomésticos Scioli Internacional había quebrado.

Le costó adaptarse a la liturgia peronista. Al principio no conocía ni la letra de la marcha. Pero se aggiornó rápido e incorporó un discurso que roza lo superficial y evita la confrontación, como anoche, que habló llanamente y con tono optimista. Adoptó también el pragmatismo del PJ con una visión empresarial que lo ayudó a presentarse como eficiente y a hacer de los cargos una plataforma de marketing político.

En Diputados entabló una gran amistad con Hilda "Chiche" Duhalde y se posicionó en la Comisión de Deportes. En 2001, cuando el menemismo estaba en decadencia se aferró a Duhalde y logró su reelección como diputado. Luego estallaría la crisis y se posicionaría en la Secretaría de Deportes en la Casa Rosada con el caudillo bonaerense.
En agosto de 2003, el Presidente lo despojó a Scioli del manejo de la Secretaría de Deportes, sus ex asesores fueron investigados por la Oficina Anticorrupción y fue denunciado en el recinto del Senado por la primera dama por liderar una supuesta operación de prensa para desprestigiarla. Aquel hecho nunca se comprobó, pero el vicepresidente se llamó a silencio, evitó confrontar con los Kirchner y se dedicó de lleno a la tarea que más le gusta jugar: la de hacer relaciones públicas.

Usó su traje de vicepresidente para ocupar el espacio que Kirchner rechazaba. Invitaciones a las embajadas, viajes protocolares y almuerzos con empresarios. Scioli entabló así un diálogo fluido con la embajada de los Estados Unidos y con diplomáticos europeos con los que el Presidente nunca dialogó. A la vez, convirtió al Senado en un centro de atracción al entregar premios a figuras como Sandro o Maradona.

Scioli jamás formó parte de la mesa chica de decisiones del Gobierno y muchas veces se enteró por los diarios de medidas que tomó Kirchner.
Hoy tiene en su haber el poder que dan los votos. Habrá que ver si desde La Plata logra mantener su lema de hablar con todos y no pelearse con nadie.