Beijing expresó hoy su “pesar y fuerte descontento” por el anuncio de Washington, que presentará dos casos en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y alertó que un paso semejante tendrá consecuencias en las relaciones bilaterales
El Ministerio de Comercio chino respondió así al anuncio de la Oficina del Representante de Estados Unidos (USTR) de que protestará ante la OMC contra el país asiático por tener un nivel “inaceptable” de falsificaciones e imponer barreras comerciales a libros, películas y música estadounidense.
“La acusación ante la OMC va en contra de la opinión común de los dirigentes de ambos países, en aras de desarrollar las relaciones bilaterales y económicas”, señaló el Portavoz del citado Ministerio, Wang Xinpei. Wang aseguró que el comportamiento de Washington “va a perjudicar gravemente las relaciones cooperativas, económicas y comerciales bilaterales”.
También defendió la actitud del Gobierno chino ante los dos problemas criticados por Estados Unidos, sobre todo el de la piratería comercial, asegurando que China “siempre mantuvo su actitud firme en la protección de los derechos de propiedad intelectual y ha conseguido muchos éxitos conocidos por todos”. “Todos”, que es una aseveración no exagerada, que entre otros excluye a Washington y a empresas como Disney Co., Vivendi S.A. o Microsoft Co. Wang añadió que China todavía no ha recibido ninguna petición de negociar acerca de estas dos quejas en el marco de la OMC de parte de Estados Unidos y señaló que cuando se produzca Beijing “lo estudiará seriamente”.
Tian Lipu, Comisario de la Oficina de Propiedad Intelectual en China, también se quejó por la medida, a la que calificó de “poco sensata” y dijo que Washington ha ignorado los “inmensos esfuerzos” del Gobierno chino para combatir la piratería. Las protestas formales fueron anunciadas ayer, lunes, por la Representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab, quien acusó a Beijing de violar las leyes de la OMC y los derechos de las empresas estadounidenses a acceder al mercado chino.
China, que ingresó en la organización internacional a finales de 2001, acordó abrir sus mercados a las empresas extranjeras, pero de forma paulatina, por lo que existen numerosas limitaciones a la inversión, producción y venta en toda clase de sectores considerados “estratégicos” por Beijing. Estados Unidos considera que estas barreras, y otras acciones como el mantenimiento artificial de un bajo precio de la moneda china, han contribuido a que su déficit comercial con el gigante asiático aumente año tras año ascendiera en 2006 a la cifra récord de US$ 232.500 millones, sobre un total de 765.000 millones de déficit de la superpotencia.