lunes, enero 07, 2008

Marketing de rentención

Si gasta todos los esfuerzos en traer nuevos clientes corre el riesgo de no alcanzar nunca la estabilidad. En términos generales un proyecto Web debe tener un porcentaje de visitantes que retornan, un porcentaje de visitantes nuevos y una tasa de conversión de los segundos en los primeros. Rara vez esto sucede sin la acción consciente y focalizada de quienes manejan el sitio.

Lleve un control estricto de cuántos visitantes regresan, con qué periodicidad lo hacen y si este grupo tiene un crecimiento estable.
Busque los patrones de comportamiento de los visitantes que regresan. Hay que entender porqué regresan, qué es lo que los convence de volver una y otra vez para promoverlo entre los nuevos visitantes.
Genere proactivamente motivos para que los visitantes regresen. Por ejemplo, el ciclo de retorno jamás va a ser mayor que la frecuencia de actualización de la información. O dicho sencillo: si su sitio no tiene nuevos contenidos, no espere que quién ya lo vio regrese a ver lo mismo nuevamente.
Aumentar los ingresos

Tráfico en internet

Es una forma brutal de decirlo pero es la más clara: hay dos clases de personas, unos cuando algo en un sitio no funciona piensan que el problema es que los visitantes no saben apreciar lo bueno. Los otros, cuando algo no funciona asumen inmediatamente que se equivocaron y buscan modificarlo. Los primeros escriben libros que explican porqué un fracaso fue en realidad un éxito potencial en un momento inadecuado .Los segundos construyen pacientemente sitios de alto tráfico.

A partir del análisis de los datos, busque las áreas del sitio que tienen menos tráfico que el promedio y trabaje para mejorarlas. Transforme esta práctica en sistemática.

Piense en opciones y cambios, en general pequeños, para aumentar el tráfico de las áreas de alto tránsito: las imágenes ¿un poco más grandes, o un poquito más chicas? ¿Acortar los títulos? ¿tal vez alargarlos?. Mida, haga test A B. Transforme esta práctica en sistemática.
No piense en cambios nuevos si sabe que tiene problemas pendientes. Es frecuente ver sitios que tiene problemas graves a resolver, como el tamaño mínimo de la letra y párrafos extensos e ilegibles y cambian y cambian y cambian. Un usuario dijo una vez de un sitio "este sitio cambia todas las semanas, pero es siempre la misma basura". Intente que no digan eso de su sito.

Tráfico en internet

Es una forma brutal de decirlo pero es la más clara: hay dos clases de personas, unos cuando algo en un sitio no funciona piensan que el problema es que los visitantes no saben apreciar lo bueno. Los otros, cuando algo no funciona asumen inmediatamente que se equivocaron y buscan modificarlo. Los primeros escriben libros que explican porqué un fracaso fue en realidad un éxito potencial en un momento inadecuado .Los segundos construyen pacientemente sitios de alto tráfico.

A partir del análisis de los datos, busque las áreas del sitio que tienen menos tráfico que el promedio y trabaje para mejorarlas. Transforme esta práctica en sistemática.

Piense en opciones y cambios, en general pequeños, para aumentar el tráfico de las áreas de alto tránsito: las imágenes ¿un poco más grandes, o un poquito más chicas? ¿Acortar los títulos? ¿tal vez alargarlos?. Mida, haga test A B. Transforme esta práctica en sistemática.
No piense en cambios nuevos si sabe que tiene problemas pendientes. Es frecuente ver sitios que tiene problemas graves a resolver, como el tamaño mínimo de la letra y párrafos extensos e ilegibles y cambian y cambian y cambian. Un usuario dijo una vez de un sitio "este sitio cambia todas las semanas, pero es siempre la misma basura". Intente que no digan eso de su sito.

Estrategia en Internet

Hoy es mejor que ayer y peor que mañana

1. Haga lo que haga, nunca será la versión definitiva.
2. Prepárese para cambiar rápidamente
3. Separe las decisiones técnicas de las decisiones editoriales

Probar, medir y analizar

4. Incluya el sistema de medición en el arranque del proyecto
5. Analizar permanentemente
6. Todo es medible, solo hay que pensar cómo hacerlo

Aumentar el tráfico

7. Lo que no genera tráfico es MI problema
8. Haga su sitio fácil de usar
9. Preocúpese porque los visitantes retornen

Aumentar los ingresos

10. No moleste a los visitantes
11. Haga crecer lo que es rentable
12. Busque otros actores que tengan interés en pagar por lo que sus visitantes consumen gratuitamente

Estrategia en Internet

Hoy es mejor que ayer y peor que mañana

1. Haga lo que haga, nunca será la versión definitiva.
2. Prepárese para cambiar rápidamente
3. Separe las decisiones técnicas de las decisiones editoriales

Probar, medir y analizar

4. Incluya el sistema de medición en el arranque del proyecto
5. Analizar permanentemente
6. Todo es medible, solo hay que pensar cómo hacerlo

Aumentar el tráfico

7. Lo que no genera tráfico es MI problema
8. Haga su sitio fácil de usar
9. Preocúpese porque los visitantes retornen

Aumentar los ingresos

10. No moleste a los visitantes
11. Haga crecer lo que es rentable
12. Busque otros actores que tengan interés en pagar por lo que sus visitantes consumen gratuitamente

Rating en Internet

¿Cuántas personas entraron en Forbes.com el pasado septiembre? Esta pregunta que debería tener una respuesta sencilla resulta casi imposible de responder. Nielsen Netratings asegura que 7,5 millones de personas diferentes (usuarios únicos) visitaron la edición digital de esta revista, sin embargo, ComScore calcula que sólo fueron 5,8 millones de usuarios, mientras que los datos internos del Forbes.com dicen que llegaron a 11,6 millones de visitantes de Estados Unidos.

Los anunciantes no entienden que haya tanta diferencia entre los sistemas

El acuerdo con Nielsen puede ser clave para dar credibilidad a la OJD
El caso de Forbes, del que se hacía eco The New York Times en un artículo donde se habla de las contradicciones de los sistemas de medición de audiencias online, no es nuevo y es replicable a cualquier web. Desde que Internet existe, la guerra entre los distintos sistemas para imponerse como el más fiable no ha cesado.

En un principio, Internet se presentó como la herramienta perfecta para monitorizar al usuario, para conocer sus hábitos y hacer una perfecta radiografía de quién está detrás del ordenador, pero la realidad ha demostrado todo lo contrario. "Nos decían que en Internet se podía medir todo, pero no es verdad. Las mediciones online resultan especialmente complicadas", asegura Fernando Bermejo, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, y autor de La Medición de Audiencias en Internet. Su tesis se publicó en Estados Unidos antes que en España, y para su portada eligió un famoso chiste publicado por la revista New Yorker en el que se pueden a ver dos perros frente a un ordenador y uno le dice a otro: "En Internet, nadie sabe que eres un perro", que expresa muy bien algunas de las lagunas de las actuales metodologías.

Los anunciantes, las centrales de medios y los medios de comunicación se han cansado de los datos dispares y en los últimos meses se han disparado las iniciativas para que la industria llegue a un acuerdo. En Estados Unidos, creen que el primer paso hacia la transparencia pasa por la auditoría, y desde el pasado mes de abril,se ha propuesto que Media Rating Council (MRC), una entidad neutral, certifique las audiencias online de los sistemas de paneles de Nielsen y Comscore como ya lo hace con la televisión.

Por un estándar común

En España, la asociación de publicidad interactiva IAB junto con la Asociación de Investigación de los Medios de Comunicación (AIMC) han creado un grupo de trabajo para establecer unas medidas comunes que compartan los distintos medios. Y en esta misma línea, la IAB y su homóloga la Asociación Europea de Publicidad Interactiva (EIAA), acaban de firmar un acuerdo para establecer "el primer sistema de medición estándar internacional que definirá las audiencias interactivas, de una manera concreta y de fácil uso", según describe la nota oficial.

El principal disgusto de los anunciantes es que quieren más transparencia en los datos. Esto no significa que vivamos en la oscuridad y las mentiras, pero cada método tiene sus limitaciones y se está produciendo mucha confusión.

Los primeros sistemas que se empezaron a utilizar fueron, los englobados dentro del concepto de WebCentric. A este segmento pertenecen las metodologías que toman los datos de los navegadores o de los servidores. Los más antiguos son los logs, que funcionan con un pequeño fichero que recoge todas las transacciones que se realizan en el servidor del sitio web en el que quedan registrados las idas y venidas de los usuarios.

En principio, parecían los datos más fiables, pero estos datos son muy manipulables pues están en las manos de cada sitio web y resultan incontrolables para una empresa externa. Además, consumen demasiados recursos para las webs con mucha audiencia, lo que ha hecho que caigan en desuso.

Los tags

Los tags, o las marcas, es una de las metodologías más extendida que consiste en que las empresas de medición introducen un pequeño código, un tag, en cada una de las páginas del sitio web. Cada vez que un PC entra en una de las páginas marcadas, este código envía al servidor de mediciones todos los datos sobre su visita. "Si el tag está bien puesto en todas las páginas de un sitio (al final de la página, con un solo tag por página, etc.), y el software que lo gestiona en el servidor es bueno, es uno de los sistemas de medición más fiables", opina Miguel A. Díez Ferreira, consultor de Internet y autor del blog El Analista que publica ELPAIS.com.

Este es el sistema que usa la OJD Interactiva para sus análisis. Hasta ahora tenía una tecnología propia que va a abandonar por la de Nielsen, que aunque es más conocido por sus paneles, también cuenta con dos herramientas censales: Nielsen Site Census, que sólo sirve para obtener datos internos de una web y la llamada Market Intelligence, con validez pública, que ahora además va a estar auditada por la OJD.

Este es un paso muy importante pues hasta ahora la gran queja de Nielsen y otros era que en España se mezclaba la medición y la certificación, algo que resultaba poco imparcial.

Gracias a este acuerdo, OJD y Nielsen han pasado de competidores a socios y lo que supone que OJD va a dejar definitivamente la medición de audiencias en Internet, en la que ha invertido mucho dinero y tiempo. De hecho, en los últimos años ha cambiado de sistemas de medición hasta en tres ocasiones, y con este acuerdo, su último gran proyecto, conocido como TAO, también queda finalmente abandonado.

Como fruto del uso de la herramienta Market Intelligence, OJD Interactiva acaba de aprobar nuevas normas para todos sus clientes, en la que se describe cómo usar los tags o qué páginas deben marcarse. Las nuevas normas empezarán aplicarse en el mes de enero para lo nuevos clientes, y en marzo, como fecha tope, para los de siempre.

Hay que decir que en el segmento de tags, encontramos también una de las herramientas más populares, Google Analitics, utilizada masivamente entre cualquiera que tenga una página web para su uso interno.

Otras herramientas de análisis como Omniture o Visual Sciences empiezan a tomar más peso dentro de las compañías, que incluso están usando estos datos en principio de uso interno para mostrar información sobre sus webs a socios y anunciantes, dada la gran cantidad de variantes y comparaciones que se pueden manejar con estas herramientas.

Difusión o audiencia

Para Bermejo, la principal diferencia de estos sistemas tags es que pueden servir para saber cuántas páginas se han visto pero están lejos de ofrecer una visión fiable acerca de cuántos usuarios nos han visitado. "Miden cosas diferentes. Los tags miden la difusión, mientras que los paneles dan cifras de audiencias", señala este experto para quien los sistemas basados en el datos de servidores son incapaces de diferenciar si detrás de una misma IP hay varios usuarios, o si ese mismo usuario ha vuelto a acceder a una misma página pero desde otro ordenador.

Aquí entra en juego la otra gran metodología, la de los paneles, que se encuadran dentro del modelo UserCentric. Estos sistemas siguen el mismo proceso que la medición de audiencias que la televisión: se eligen unos panelistas, se estudia sus costumbres de navegación y se extrapola al resto de la población.

Nielsen Netrating es el más conocido en España, donde ha estado solo hasta ahora, cuando parece que su principal competidor ComScore está preparando su desembarque inmediato.

La principal crítica que se hace a estos sistemas es que aún tienen una muestra de población pequeña. Nielsen en España amplió en el mes de marzo sus panelistas a 16.000 usuarios en el hogar, y por primera vez, ha empezado a medir usuarios desde el trabajo, de los que tiene una muestra de 1.000.

Esta es una de las grandes lagunas que se están achacando a Nielsen en EE UU donde muchas webs, especialmente los medios de comunicación, se quejan de que la mayoría de sus lectores se conectan desde el trabajo, como en el citado ejemplo de Forbes.com

Otro de sus grandes fallos es que tampoco contabilizan los visitantes de otros países pues sólo se fijan en el panel nacional, lo que también merma la audiencia de las webs más internacionales.

Éxito de los paneles

Pese a estos aspectos, Nielsen y Comscore se han convertido en los principales referentes en la medición de audiencias en Internet, en gran parte porque son los más difíciles de manipular. Todos los datos están en manos de la empresa que mide, que es la única que tiene contacto con el panel de usuarios. Y, además, este sistema permite obtener algunos datos sobre quien está detrás de la dirección IP, su sexo, localidad, estatus social...etc.

Es una de las pocas opciones que hay en Internet de obtener datos sociodemográficos, junto con las encuestas. En España, la AIMC es quien realiza el principal estudio que publica EGM para conocer a los internautas y las webs más visitadas, pero este sistema tampoco parece demasiado fidedigno a ojos de las empresas de medición, ni de las propias webs.

Estas encuestas se realizan con entrevistas aleatorios a hogares en el caso de los informes de audiencias de EGM, que están en torno las 15.000 encuestas por cada dos meses, donde según Ferreira, las grandes marcas juegan con ventaja, pues son las primeras que vienen a la cabeza de los encuestados en una entrevista sorpresa.

Entre tantos datos dispares, el sector publicitario tiene su propio sistema para saber qué impacto tienen sus campañas publicitarias gracias a los Adservers, unos servidores exclusivos que registran mediante tags todos los clics y visitas que han tenido sus anuncios en las distintas páginas webs.

Este es sistema se utiliza durante las campañas y posteriormente, para medir el impacto de la publicidad. Con un sólo servidor se puede contabilizar todo una campaña internacional, cuyos datos se suelen cotejar con datos de terceros sobre usuarios únicos, páginas vistas, y demás.

Su utilidad es sencillamente publicitaria, pero sus datos han cobrando una gran relevancia, lo que está provocando grandes movimientos en el sector como la compra de Double Click por parte de Google.

Rating en Internet

¿Cuántas personas entraron en Forbes.com el pasado septiembre? Esta pregunta que debería tener una respuesta sencilla resulta casi imposible de responder. Nielsen Netratings asegura que 7,5 millones de personas diferentes (usuarios únicos) visitaron la edición digital de esta revista, sin embargo, ComScore calcula que sólo fueron 5,8 millones de usuarios, mientras que los datos internos del Forbes.com dicen que llegaron a 11,6 millones de visitantes de Estados Unidos.

Los anunciantes no entienden que haya tanta diferencia entre los sistemas

El acuerdo con Nielsen puede ser clave para dar credibilidad a la OJD
El caso de Forbes, del que se hacía eco The New York Times en un artículo donde se habla de las contradicciones de los sistemas de medición de audiencias online, no es nuevo y es replicable a cualquier web. Desde que Internet existe, la guerra entre los distintos sistemas para imponerse como el más fiable no ha cesado.

En un principio, Internet se presentó como la herramienta perfecta para monitorizar al usuario, para conocer sus hábitos y hacer una perfecta radiografía de quién está detrás del ordenador, pero la realidad ha demostrado todo lo contrario. "Nos decían que en Internet se podía medir todo, pero no es verdad. Las mediciones online resultan especialmente complicadas", asegura Fernando Bermejo, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, y autor de La Medición de Audiencias en Internet. Su tesis se publicó en Estados Unidos antes que en España, y para su portada eligió un famoso chiste publicado por la revista New Yorker en el que se pueden a ver dos perros frente a un ordenador y uno le dice a otro: "En Internet, nadie sabe que eres un perro", que expresa muy bien algunas de las lagunas de las actuales metodologías.

Los anunciantes, las centrales de medios y los medios de comunicación se han cansado de los datos dispares y en los últimos meses se han disparado las iniciativas para que la industria llegue a un acuerdo. En Estados Unidos, creen que el primer paso hacia la transparencia pasa por la auditoría, y desde el pasado mes de abril,se ha propuesto que Media Rating Council (MRC), una entidad neutral, certifique las audiencias online de los sistemas de paneles de Nielsen y Comscore como ya lo hace con la televisión.

Por un estándar común

En España, la asociación de publicidad interactiva IAB junto con la Asociación de Investigación de los Medios de Comunicación (AIMC) han creado un grupo de trabajo para establecer unas medidas comunes que compartan los distintos medios. Y en esta misma línea, la IAB y su homóloga la Asociación Europea de Publicidad Interactiva (EIAA), acaban de firmar un acuerdo para establecer "el primer sistema de medición estándar internacional que definirá las audiencias interactivas, de una manera concreta y de fácil uso", según describe la nota oficial.

El principal disgusto de los anunciantes es que quieren más transparencia en los datos. Esto no significa que vivamos en la oscuridad y las mentiras, pero cada método tiene sus limitaciones y se está produciendo mucha confusión.

Los primeros sistemas que se empezaron a utilizar fueron, los englobados dentro del concepto de WebCentric. A este segmento pertenecen las metodologías que toman los datos de los navegadores o de los servidores. Los más antiguos son los logs, que funcionan con un pequeño fichero que recoge todas las transacciones que se realizan en el servidor del sitio web en el que quedan registrados las idas y venidas de los usuarios.

En principio, parecían los datos más fiables, pero estos datos son muy manipulables pues están en las manos de cada sitio web y resultan incontrolables para una empresa externa. Además, consumen demasiados recursos para las webs con mucha audiencia, lo que ha hecho que caigan en desuso.

Los tags

Los tags, o las marcas, es una de las metodologías más extendida que consiste en que las empresas de medición introducen un pequeño código, un tag, en cada una de las páginas del sitio web. Cada vez que un PC entra en una de las páginas marcadas, este código envía al servidor de mediciones todos los datos sobre su visita. "Si el tag está bien puesto en todas las páginas de un sitio (al final de la página, con un solo tag por página, etc.), y el software que lo gestiona en el servidor es bueno, es uno de los sistemas de medición más fiables", opina Miguel A. Díez Ferreira, consultor de Internet y autor del blog El Analista que publica ELPAIS.com.

Este es el sistema que usa la OJD Interactiva para sus análisis. Hasta ahora tenía una tecnología propia que va a abandonar por la de Nielsen, que aunque es más conocido por sus paneles, también cuenta con dos herramientas censales: Nielsen Site Census, que sólo sirve para obtener datos internos de una web y la llamada Market Intelligence, con validez pública, que ahora además va a estar auditada por la OJD.

Este es un paso muy importante pues hasta ahora la gran queja de Nielsen y otros era que en España se mezclaba la medición y la certificación, algo que resultaba poco imparcial.

Gracias a este acuerdo, OJD y Nielsen han pasado de competidores a socios y lo que supone que OJD va a dejar definitivamente la medición de audiencias en Internet, en la que ha invertido mucho dinero y tiempo. De hecho, en los últimos años ha cambiado de sistemas de medición hasta en tres ocasiones, y con este acuerdo, su último gran proyecto, conocido como TAO, también queda finalmente abandonado.

Como fruto del uso de la herramienta Market Intelligence, OJD Interactiva acaba de aprobar nuevas normas para todos sus clientes, en la que se describe cómo usar los tags o qué páginas deben marcarse. Las nuevas normas empezarán aplicarse en el mes de enero para lo nuevos clientes, y en marzo, como fecha tope, para los de siempre.

Hay que decir que en el segmento de tags, encontramos también una de las herramientas más populares, Google Analitics, utilizada masivamente entre cualquiera que tenga una página web para su uso interno.

Otras herramientas de análisis como Omniture o Visual Sciences empiezan a tomar más peso dentro de las compañías, que incluso están usando estos datos en principio de uso interno para mostrar información sobre sus webs a socios y anunciantes, dada la gran cantidad de variantes y comparaciones que se pueden manejar con estas herramientas.

Difusión o audiencia

Para Bermejo, la principal diferencia de estos sistemas tags es que pueden servir para saber cuántas páginas se han visto pero están lejos de ofrecer una visión fiable acerca de cuántos usuarios nos han visitado. "Miden cosas diferentes. Los tags miden la difusión, mientras que los paneles dan cifras de audiencias", señala este experto para quien los sistemas basados en el datos de servidores son incapaces de diferenciar si detrás de una misma IP hay varios usuarios, o si ese mismo usuario ha vuelto a acceder a una misma página pero desde otro ordenador.

Aquí entra en juego la otra gran metodología, la de los paneles, que se encuadran dentro del modelo UserCentric. Estos sistemas siguen el mismo proceso que la medición de audiencias que la televisión: se eligen unos panelistas, se estudia sus costumbres de navegación y se extrapola al resto de la población.

Nielsen Netrating es el más conocido en España, donde ha estado solo hasta ahora, cuando parece que su principal competidor ComScore está preparando su desembarque inmediato.

La principal crítica que se hace a estos sistemas es que aún tienen una muestra de población pequeña. Nielsen en España amplió en el mes de marzo sus panelistas a 16.000 usuarios en el hogar, y por primera vez, ha empezado a medir usuarios desde el trabajo, de los que tiene una muestra de 1.000.

Esta es una de las grandes lagunas que se están achacando a Nielsen en EE UU donde muchas webs, especialmente los medios de comunicación, se quejan de que la mayoría de sus lectores se conectan desde el trabajo, como en el citado ejemplo de Forbes.com

Otro de sus grandes fallos es que tampoco contabilizan los visitantes de otros países pues sólo se fijan en el panel nacional, lo que también merma la audiencia de las webs más internacionales.

Éxito de los paneles

Pese a estos aspectos, Nielsen y Comscore se han convertido en los principales referentes en la medición de audiencias en Internet, en gran parte porque son los más difíciles de manipular. Todos los datos están en manos de la empresa que mide, que es la única que tiene contacto con el panel de usuarios. Y, además, este sistema permite obtener algunos datos sobre quien está detrás de la dirección IP, su sexo, localidad, estatus social...etc.

Es una de las pocas opciones que hay en Internet de obtener datos sociodemográficos, junto con las encuestas. En España, la AIMC es quien realiza el principal estudio que publica EGM para conocer a los internautas y las webs más visitadas, pero este sistema tampoco parece demasiado fidedigno a ojos de las empresas de medición, ni de las propias webs.

Estas encuestas se realizan con entrevistas aleatorios a hogares en el caso de los informes de audiencias de EGM, que están en torno las 15.000 encuestas por cada dos meses, donde según Ferreira, las grandes marcas juegan con ventaja, pues son las primeras que vienen a la cabeza de los encuestados en una entrevista sorpresa.

Entre tantos datos dispares, el sector publicitario tiene su propio sistema para saber qué impacto tienen sus campañas publicitarias gracias a los Adservers, unos servidores exclusivos que registran mediante tags todos los clics y visitas que han tenido sus anuncios en las distintas páginas webs.

Este es sistema se utiliza durante las campañas y posteriormente, para medir el impacto de la publicidad. Con un sólo servidor se puede contabilizar todo una campaña internacional, cuyos datos se suelen cotejar con datos de terceros sobre usuarios únicos, páginas vistas, y demás.

Su utilidad es sencillamente publicitaria, pero sus datos han cobrando una gran relevancia, lo que está provocando grandes movimientos en el sector como la compra de Double Click por parte de Google.

Internet en Latinoamérica: lo que nos dejó el 2007 y esperanzas para 2008

“La penetración de Internet es aún muy limitada en América Latina, donde sólo accede a ella menos del 20 por ciento del total de la población”. Eso se decía en el libro “Medios de Comunicación, el Escenario Iberoamericano”, editado por la Fundación Telefónica (FT) y en el que participaron 50 especialistas españoles y extranjeros.

A partir de los datos que presenta Internet Usage World Stats - Internet and Population Statistics María ÑLuisa A. de toledo ha elaborado un cuadro en el que se ve que por cantidad de usuarios los principales países son Brasil, México y Argentina, muy por encima del resto, después el grupo de Chile, Colombia y Perú, seguidos de Republica Dominicana, Uruguay, Puerto Rico y Guatemala y luego todos los demás:

Esto es interesante para los estudios de mercados, campañas publicitarias y todos los estudios basados en "cantidades", pero si lo que deseamos es analizar la implantación de Internet en los países, las cosas cambian: Chile se colocó en primer lugar, seguido de Argentina y Uruguay y despues están México, Perú y Brasil. Si analizamos el crecimiento, son la Republica Dominicana, El Salvador y Guatemala los que tiene el mayor crecimiento en el uso de Internet. Así, los ranking de Internet para Latinoamerica en el 2007 dependen del punto de vista del cristal con que se mire.

Internet en Latinoamérica: lo que nos dejó el 2007 y esperanzas para 2008

“La penetración de Internet es aún muy limitada en América Latina, donde sólo accede a ella menos del 20 por ciento del total de la población”. Eso se decía en el libro “Medios de Comunicación, el Escenario Iberoamericano”, editado por la Fundación Telefónica (FT) y en el que participaron 50 especialistas españoles y extranjeros.

A partir de los datos que presenta Internet Usage World Stats - Internet and Population Statistics María ÑLuisa A. de toledo ha elaborado un cuadro en el que se ve que por cantidad de usuarios los principales países son Brasil, México y Argentina, muy por encima del resto, después el grupo de Chile, Colombia y Perú, seguidos de Republica Dominicana, Uruguay, Puerto Rico y Guatemala y luego todos los demás:

Esto es interesante para los estudios de mercados, campañas publicitarias y todos los estudios basados en "cantidades", pero si lo que deseamos es analizar la implantación de Internet en los países, las cosas cambian: Chile se colocó en primer lugar, seguido de Argentina y Uruguay y despues están México, Perú y Brasil. Si analizamos el crecimiento, son la Republica Dominicana, El Salvador y Guatemala los que tiene el mayor crecimiento en el uso de Internet. Así, los ranking de Internet para Latinoamerica en el 2007 dependen del punto de vista del cristal con que se mire.

Fidelización en la Web

La Web es a la vez un mundo de sorpresas y desilusiones, es como navegar en un mar lleno de basura, contaminado, encontrando sólo a veces corales y perlas. En este artículo abordamos el problema de las premisas básicas para diseñar buenos sitios Web. Según Jakob Nielsen [Nielsen 1999], la Web tuvo su propio problema del año 2000, producto de su tamaño y rapidez de crecimiento. A esto debemos agregarle la dinamicidad de la Web, debido a la cual más de la mitad de la páginas han sido cambiadas o creadas en los últimos seis meses. A continuación extrapolamos el ejemplo de Nielsen en 1998. Hasta las estimaciones menos exageradas indican que el año 2003 el número de sitios Web llegará a los 100 millones. Esto significa que hay que diseñar tantos sitios como los que ahora hay en la Web en los próximos 12 meses. Si tomamos en cuenta que hay a lo más 200 mil profesionales (de verdad) en interfaces de usuario (IU) y diseño de Webs en el mundo, esto indica que cada uno de ellos debería diseñar aproximadamente 5 sitios por semana. Por supuesto que esto no ocurrirá y por lo tanto hay tres posibles soluciones:

que sea posible diseñar sitios razonables sin ser experto en IUs;
capacitar más gente en buen diseño de Web; y
vivir con sitios mal diseñados que son difíciles de usar.
De acuerdo a Nielsen, la última opción es inaceptable, pues en ese caso la Web dejará de ser usable y por lo tanto menos popular. Sin embargo esto es lo que ocurre en la gran mayoría de los sitios.
En varias ocasiones, en la vida real, las personas se ven dentro de ambientes desorganizados, donde las opciones de navegación dentro del lugar no son claras. Hablando hipotéticamente, si un comprador se viera en la necesidad de adquirir algunos productos y tuviera ante si la opción de hacerlo en un ambiente desorganizado y lleno de situaciones que impidieran que realizara su propósito, y su otra opción fuera completar su compra en un lugar donde el usuario fuera siempre la prioridad y todo en el local estuviera para servirle a esa persona, ¿dónde compraría este usuario? Lo más seguro es que lo haría en el último lugar que se mencionó.

En el caso anterior estamos hablando de una tienda física, pero si hacemos algunos ajustes al escenario y nos trasladamos a la web, es muy probable que reconozcamos algunos sitios de comercio electrónico que ejemplifiquen ambos extremos¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a sitios web con una pobre organización, con un soporte de ayuda pésimo, dificil de ubicar -al sitio- y dificil de hallar las cosas que queremos en él? Seguramente muchas veces, pues desafortunadamente parece que una gran cantidad de sitios web hacen todo lo posible porque el usuario no logre de una manera fácil las metas que se propone cuando decide visitar dicho lugar. Y esto no se limita en lo absoluto a sitios de comercio electrónico. El problema se extiende a todas las áreas del conocimiento humano representadas en la Web.

La elaboración misma de una página web es de hecho un proceso bastante simple. El lenguaje en el que están basadas la gran mayoría de los documentos en la Web es el HTML, la lingua franca del World Wide Web. Este es un lenguaje bastante simple de usar, pero incluso para crear un documento en HTML no es necesario saber el lenguaje mismo. Existen una gran cantidad de herramientas, algunas más sofisticadas que otras, que nos permiten escribir un documento listo para publicar en la web. En particular, las herramientas del tipo WYSIWIG (What You See Is What You Get, lo que ves es lo que obtienes) para generar HTML están bastante diseminadas, e incluso los procesadores de texto más populares (MS Word, WordPerfect, StarWriter, por nombrar a algunos) dan la opción de guardar los archivos directamente en HTML. Algunos de estos editores incluso tienen un wizard que ayuda a publicar el documento en la Web.

Diseñar sitios pequeños en forma razonable puede lograrse en base a moldes que pueden proveer las herramientas de edición de páginas HTML. También se pueden tener convenciones acerca de algunas decisiones de diseño básicas, como la ubicación de algún logo o la interacción inicial. Estas convenciones deben ser decididas por la comunidad y no por grandes compañías, para evitar el problema de diseños propietarios, algo que lamentablemente ya existe en las interfaces gráficas básicas.

Sin embargo, todas estas facilidades para la creación de páginas web no se ha traducido en una mejora en cuánto a la experiencia del usuario. La cantidad de sitios web es inmensa, pero sólo un pequeño porcentaje de ellos han seguido normativas para conseguir que la información que ofrecen sea fácilmente accesible, permitiendo al usuario que logre sus objetivos. Básicamente los sitios no son usables ya que presentan problemas de usabilidad.
La usabilidad es un concepto que engloba a una serie de métricas y métodos que buscan hacer que un sistema sea fácil de usar y de aprender. Al hablar de sistema la referencia se hace a cualquier dispositivo que tenga que ser operado por un usuario. En esta categoría caen los sitios web, aplicaciones de software, hardware, etc.
Siguiendo a Nielsen, capacitar a mucha gente es difícil de lograr, pero al menos sería bueno saber las reglas mínimas para diseñar un buen sitio Web. Las reglas más importantes están basadas en el sentido común, el cual como sabemos es el menos común de los sentidos. Ellas se refieren tanto al contenido como a la forma (presentación) del sitio. ¿Qué es más importante, la forma o el contenido? Por supuesto que el contenido dirán ustedes, pero en realidad no importa si no podemos llegar a él. Es decir un sitio es usable, sólo si lo podemos encontrar. ¿Como podemos encontrar un sitio? Hay tres formas principales:

Directa: conocemos la dirección del sitio ya sea por publicidad en medios de comunicación tradicionales o por medio de otra persona.
Navegando: para esto deben haber enlaces al sitio, ya sea mediante publicidad en Internet o por otras razones.
Usando un buscador: para esto el buscador debe haber previamente encontrado el sitio.
La primera forma es cara si usamos publicidad o lenta si esperamos a que las personas pasen la buena nueva. La segunda forma es la natural, pero sólo llegaremos a los sitios con más recursos o que son populares. La tercera opción es la más sencilla y además es casi la única para sitios nuevos o sitios pequeños. Al concepto de estar en la Web y poder ser encontrado y visto lo llamamos ubicuidad. Ubicuidad tiene dos partes: el poder encontrar el sitio, que llamamos buscabilidad. Para usar un sitio Web despues de encontrarlo, hay que poder verlo. Al concepto de poder ver un sitio lo llamamos visibilidad.
Finalmente podremos usarlo. Es decir, hay un orden temporal causal y cada paso puede tener la misma importancia, pero sin el primero no tenemos el segundo y sin el segundo el tercero. La usabilidad tiene, como ya mencionamos, tiene dos aspectos centrales: el contenido y la estética (la forma, el diseño gráfico), aunque la visibilidad también afecta la usabilidad. Su sitio debe tener algún interés si la persona ha llegado hasta aquí. Por lo tanto el contenido debe tener elementos legibles y comprensibles, y coherencia de la navegación y de la funcionalidad en todas las páginas. La semántica del contenido debe responder a la pregunta ¿cuál es mi audiencia objetivo?. ¿Es su prosa asequible a todo el mundo? ¿Es el idioma usado una barrera para sus clientes? Su diseño debe ser estético pero sin sacrificar los puntos anteriores. Esto significa cosas obvias como no usar fondos que afecten la legibilidad o recargar la página con elementos distractivos. El diseño debe ser elegante y simple, como en Google, pero también puede ser feo y funcional como Yahoo.

Aún no entendemos los sitios que tienen en su portada una presentación Flash (y con música). Ciertamente son bonitos, pero sólo enfatizan lo visual, mientras el contenido, que debiera ser lo más importante, pasa a segundo plano. ¿Han visto el diseño de Yahoo!? Es simple, tal vez demasiado, casi feo. ¿Porqué no hay más imágenes? La respuesta debiera ser obvia: es el sitio más visitado del planeta y debe ser rápido, muy rápido (centésimas de segundo), de otro modo no serviría. ¿Se imaginan Yahoo! con una presentación Flash? Ya habría salido del mercado. El balance entre contenido y presentación es vital, pero al final el contenido es lo importante. La interfaz no debe ser una barrera para poder entender el contenido. Texto o imágenes animadas sólo distraen y no aportan contenido. ¡Un sitio Web no es el lugar para que un programador demuestre cuán bien domina Java o el último software de diseño gráfico!. Recuerde además que la mayoría de los usuarios no lo lee todo, sino que hace una lectura rápida, seleccionando texto o enlaces destacados.

Su sitio ha sido visto, ¿pero volverá esta persona a él? Para eso debe tener algún contenido o servicio que se necesite en forma periódica, que sea adictivo en el buen sentido de la palabra y que genere una comunidad virtual de personas con intereses comunes. La usabilidad de un sitio genera lo más importante: que la persona vuelva, es decir genera fidelidad. Éste es el desafío más difícil, el de la seducción permanente, aunque algunas personas postulan que pueden haber sitios que subsisten en base muchas visitas únicas.

Fidelización en la Web

La Web es a la vez un mundo de sorpresas y desilusiones, es como navegar en un mar lleno de basura, contaminado, encontrando sólo a veces corales y perlas. En este artículo abordamos el problema de las premisas básicas para diseñar buenos sitios Web. Según Jakob Nielsen [Nielsen 1999], la Web tuvo su propio problema del año 2000, producto de su tamaño y rapidez de crecimiento. A esto debemos agregarle la dinamicidad de la Web, debido a la cual más de la mitad de la páginas han sido cambiadas o creadas en los últimos seis meses. A continuación extrapolamos el ejemplo de Nielsen en 1998. Hasta las estimaciones menos exageradas indican que el año 2003 el número de sitios Web llegará a los 100 millones. Esto significa que hay que diseñar tantos sitios como los que ahora hay en la Web en los próximos 12 meses. Si tomamos en cuenta que hay a lo más 200 mil profesionales (de verdad) en interfaces de usuario (IU) y diseño de Webs en el mundo, esto indica que cada uno de ellos debería diseñar aproximadamente 5 sitios por semana. Por supuesto que esto no ocurrirá y por lo tanto hay tres posibles soluciones:

que sea posible diseñar sitios razonables sin ser experto en IUs;
capacitar más gente en buen diseño de Web; y
vivir con sitios mal diseñados que son difíciles de usar.
De acuerdo a Nielsen, la última opción es inaceptable, pues en ese caso la Web dejará de ser usable y por lo tanto menos popular. Sin embargo esto es lo que ocurre en la gran mayoría de los sitios.
En varias ocasiones, en la vida real, las personas se ven dentro de ambientes desorganizados, donde las opciones de navegación dentro del lugar no son claras. Hablando hipotéticamente, si un comprador se viera en la necesidad de adquirir algunos productos y tuviera ante si la opción de hacerlo en un ambiente desorganizado y lleno de situaciones que impidieran que realizara su propósito, y su otra opción fuera completar su compra en un lugar donde el usuario fuera siempre la prioridad y todo en el local estuviera para servirle a esa persona, ¿dónde compraría este usuario? Lo más seguro es que lo haría en el último lugar que se mencionó.

En el caso anterior estamos hablando de una tienda física, pero si hacemos algunos ajustes al escenario y nos trasladamos a la web, es muy probable que reconozcamos algunos sitios de comercio electrónico que ejemplifiquen ambos extremos¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a sitios web con una pobre organización, con un soporte de ayuda pésimo, dificil de ubicar -al sitio- y dificil de hallar las cosas que queremos en él? Seguramente muchas veces, pues desafortunadamente parece que una gran cantidad de sitios web hacen todo lo posible porque el usuario no logre de una manera fácil las metas que se propone cuando decide visitar dicho lugar. Y esto no se limita en lo absoluto a sitios de comercio electrónico. El problema se extiende a todas las áreas del conocimiento humano representadas en la Web.

La elaboración misma de una página web es de hecho un proceso bastante simple. El lenguaje en el que están basadas la gran mayoría de los documentos en la Web es el HTML, la lingua franca del World Wide Web. Este es un lenguaje bastante simple de usar, pero incluso para crear un documento en HTML no es necesario saber el lenguaje mismo. Existen una gran cantidad de herramientas, algunas más sofisticadas que otras, que nos permiten escribir un documento listo para publicar en la web. En particular, las herramientas del tipo WYSIWIG (What You See Is What You Get, lo que ves es lo que obtienes) para generar HTML están bastante diseminadas, e incluso los procesadores de texto más populares (MS Word, WordPerfect, StarWriter, por nombrar a algunos) dan la opción de guardar los archivos directamente en HTML. Algunos de estos editores incluso tienen un wizard que ayuda a publicar el documento en la Web.

Diseñar sitios pequeños en forma razonable puede lograrse en base a moldes que pueden proveer las herramientas de edición de páginas HTML. También se pueden tener convenciones acerca de algunas decisiones de diseño básicas, como la ubicación de algún logo o la interacción inicial. Estas convenciones deben ser decididas por la comunidad y no por grandes compañías, para evitar el problema de diseños propietarios, algo que lamentablemente ya existe en las interfaces gráficas básicas.

Sin embargo, todas estas facilidades para la creación de páginas web no se ha traducido en una mejora en cuánto a la experiencia del usuario. La cantidad de sitios web es inmensa, pero sólo un pequeño porcentaje de ellos han seguido normativas para conseguir que la información que ofrecen sea fácilmente accesible, permitiendo al usuario que logre sus objetivos. Básicamente los sitios no son usables ya que presentan problemas de usabilidad.
La usabilidad es un concepto que engloba a una serie de métricas y métodos que buscan hacer que un sistema sea fácil de usar y de aprender. Al hablar de sistema la referencia se hace a cualquier dispositivo que tenga que ser operado por un usuario. En esta categoría caen los sitios web, aplicaciones de software, hardware, etc.
Siguiendo a Nielsen, capacitar a mucha gente es difícil de lograr, pero al menos sería bueno saber las reglas mínimas para diseñar un buen sitio Web. Las reglas más importantes están basadas en el sentido común, el cual como sabemos es el menos común de los sentidos. Ellas se refieren tanto al contenido como a la forma (presentación) del sitio. ¿Qué es más importante, la forma o el contenido? Por supuesto que el contenido dirán ustedes, pero en realidad no importa si no podemos llegar a él. Es decir un sitio es usable, sólo si lo podemos encontrar. ¿Como podemos encontrar un sitio? Hay tres formas principales:

Directa: conocemos la dirección del sitio ya sea por publicidad en medios de comunicación tradicionales o por medio de otra persona.
Navegando: para esto deben haber enlaces al sitio, ya sea mediante publicidad en Internet o por otras razones.
Usando un buscador: para esto el buscador debe haber previamente encontrado el sitio.
La primera forma es cara si usamos publicidad o lenta si esperamos a que las personas pasen la buena nueva. La segunda forma es la natural, pero sólo llegaremos a los sitios con más recursos o que son populares. La tercera opción es la más sencilla y además es casi la única para sitios nuevos o sitios pequeños. Al concepto de estar en la Web y poder ser encontrado y visto lo llamamos ubicuidad. Ubicuidad tiene dos partes: el poder encontrar el sitio, que llamamos buscabilidad. Para usar un sitio Web despues de encontrarlo, hay que poder verlo. Al concepto de poder ver un sitio lo llamamos visibilidad.
Finalmente podremos usarlo. Es decir, hay un orden temporal causal y cada paso puede tener la misma importancia, pero sin el primero no tenemos el segundo y sin el segundo el tercero. La usabilidad tiene, como ya mencionamos, tiene dos aspectos centrales: el contenido y la estética (la forma, el diseño gráfico), aunque la visibilidad también afecta la usabilidad. Su sitio debe tener algún interés si la persona ha llegado hasta aquí. Por lo tanto el contenido debe tener elementos legibles y comprensibles, y coherencia de la navegación y de la funcionalidad en todas las páginas. La semántica del contenido debe responder a la pregunta ¿cuál es mi audiencia objetivo?. ¿Es su prosa asequible a todo el mundo? ¿Es el idioma usado una barrera para sus clientes? Su diseño debe ser estético pero sin sacrificar los puntos anteriores. Esto significa cosas obvias como no usar fondos que afecten la legibilidad o recargar la página con elementos distractivos. El diseño debe ser elegante y simple, como en Google, pero también puede ser feo y funcional como Yahoo.

Aún no entendemos los sitios que tienen en su portada una presentación Flash (y con música). Ciertamente son bonitos, pero sólo enfatizan lo visual, mientras el contenido, que debiera ser lo más importante, pasa a segundo plano. ¿Han visto el diseño de Yahoo!? Es simple, tal vez demasiado, casi feo. ¿Porqué no hay más imágenes? La respuesta debiera ser obvia: es el sitio más visitado del planeta y debe ser rápido, muy rápido (centésimas de segundo), de otro modo no serviría. ¿Se imaginan Yahoo! con una presentación Flash? Ya habría salido del mercado. El balance entre contenido y presentación es vital, pero al final el contenido es lo importante. La interfaz no debe ser una barrera para poder entender el contenido. Texto o imágenes animadas sólo distraen y no aportan contenido. ¡Un sitio Web no es el lugar para que un programador demuestre cuán bien domina Java o el último software de diseño gráfico!. Recuerde además que la mayoría de los usuarios no lo lee todo, sino que hace una lectura rápida, seleccionando texto o enlaces destacados.

Su sitio ha sido visto, ¿pero volverá esta persona a él? Para eso debe tener algún contenido o servicio que se necesite en forma periódica, que sea adictivo en el buen sentido de la palabra y que genere una comunidad virtual de personas con intereses comunes. La usabilidad de un sitio genera lo más importante: que la persona vuelva, es decir genera fidelidad. Éste es el desafío más difícil, el de la seducción permanente, aunque algunas personas postulan que pueden haber sitios que subsisten en base muchas visitas únicas.

Community and User-Generated Content: Too Few Users

User-generated content can be a great supplement to your own content. The most famous example is Amazon's book reviews, which date from 1996 (not exactly "2.0."). Communities, which were the main recommendation in the 1997 book Net.Gain, are also an old idea.
Community features are particularly useful on intranets, and many of the Intranet Design Annual winners offer them. The reasons communities work better on intranets also explains why they're often less useful on the open Internet:

A company's employees are an actual community with a crucial shared interest: succeeding in business.
Employees are pre-vetted: they've been hired and thus presumably have a minimum quality level. In contrast, on the Web, most people are bozos and not worth listening to.
Although some intranet communities — such as those around internal classified ads — are aimed at lightening up the workplace, most intranet communities are tightly focused on company projects. Discussions stay on topic rather than wandering all over the map.
Intranet users are accountable for their postings and care about their reputation among colleagues and bosses. As a result, postings aim to be productive instead of destructive or flaming.
Small groups of people who know each other are less susceptible to social loafing, so more users contribute to intranet community features. In contrast, Internet communities suffer from participation inequality, where most users never contribute and the most active 1% of people dominate the discussions.
Realistically, most business tasks are too boring to support community features. The fact that the city Sanitation Department will pick up Christmas trees sometime after December 25 isn't likely to inspire a longing to discuss shared experiences on the department's site. Users will visit the site to find the pick-up dates and rules. Nonetheless, the Christmas tree pick-up page is an example of how government websites can offer taxpayers great ROI: if done right, this one page will save the city from answering endless phone calls — each costing $10 or more. Often, such boring, workhorse stuff is where the money is.

Community and User-Generated Content: Too Few Users

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Community features are particularly useful on intranets, and many of the Intranet Design Annual winners offer them. The reasons communities work better on intranets also explains why they're often less useful on the open Internet:

A company's employees are an actual community with a crucial shared interest: succeeding in business.
Employees are pre-vetted: they've been hired and thus presumably have a minimum quality level. In contrast, on the Web, most people are bozos and not worth listening to.
Although some intranet communities — such as those around internal classified ads — are aimed at lightening up the workplace, most intranet communities are tightly focused on company projects. Discussions stay on topic rather than wandering all over the map.
Intranet users are accountable for their postings and care about their reputation among colleagues and bosses. As a result, postings aim to be productive instead of destructive or flaming.
Small groups of people who know each other are less susceptible to social loafing, so more users contribute to intranet community features. In contrast, Internet communities suffer from participation inequality, where most users never contribute and the most active 1% of people dominate the discussions.
Realistically, most business tasks are too boring to support community features. The fact that the city Sanitation Department will pick up Christmas trees sometime after December 25 isn't likely to inspire a longing to discuss shared experiences on the department's site. Users will visit the site to find the pick-up dates and rules. Nonetheless, the Christmas tree pick-up page is an example of how government websites can offer taxpayers great ROI: if done right, this one page will save the city from answering endless phone calls — each costing $10 or more. Often, such boring, workhorse stuff is where the money is.

Findability

Findability ("recuperabilidad", "encontrabilidad"...) es la posibilidad de que determinada información sea encontrada, localizada, o recuperada. O lo que es lo mismo, la "accesibilidad" de un sitio o de un nodo web (no confundir con la Accesibilidad de los contenidos). En la "findability" intervienen el posicionamiento en motores e índices de búsqueda, la predisponibilidad de nuestro sitio a ser recuperado por motores de búsqueda (search engine optimization), la promoción que hayamos realizado (por correo electrónico, concursos, banners...), etc... Pero la "findability" también abarca los medios de que disponga nuestro sitio web para encontrar información dentro de este, es decir, buscadores locales, correcta arquitectura de la información, etc...

La Usabilidad de un sitio web está estrechamente relacionada con la "findability", ya que cuanto más sencillo resulte para el usuario navegar por un sitio web, mayores posibilidades tendrá de encontrar lo que busca.

Findability

Findability ("recuperabilidad", "encontrabilidad"...) es la posibilidad de que determinada información sea encontrada, localizada, o recuperada. O lo que es lo mismo, la "accesibilidad" de un sitio o de un nodo web (no confundir con la Accesibilidad de los contenidos). En la "findability" intervienen el posicionamiento en motores e índices de búsqueda, la predisponibilidad de nuestro sitio a ser recuperado por motores de búsqueda (search engine optimization), la promoción que hayamos realizado (por correo electrónico, concursos, banners...), etc... Pero la "findability" también abarca los medios de que disponga nuestro sitio web para encontrar información dentro de este, es decir, buscadores locales, correcta arquitectura de la información, etc...

La Usabilidad de un sitio web está estrechamente relacionada con la "findability", ya que cuanto más sencillo resulte para el usuario navegar por un sitio web, mayores posibilidades tendrá de encontrar lo que busca.

domingo, enero 06, 2008

Entrevista a Zygmunt Bauman


Cuenta Zygmunt Bauman que cuando llegó a esta ciudad del norte de Inglaterra junto con su mujer Janina, tras escaparse de los nazis y luego de padecer las purgas de los comunistas en su Polonia natal, en vez de sentir un alivio y una alegría inconmensurables, Janina no pudo evitar deprimirse. Tras su caída como centro industrial, Leeds era tan fea, pobre y decadente que salir a la calle era algo así como una agresión estética cotidiana.

Pero con el boom económico de los últimos años, Leeds ha recuperado -o incluso superado- su antiguo esplendor. Llamada "la Knightsbridge del Norte", en referencia al barrio londinense donde están Harrods y las tiendas más lujosas, sus restauradas galerías comerciales victorianas la han convertido en un gran destino turístico, y el ahora cuidado centro de la ciudad es de una belleza apabullante.

¿Viva el consumo, entonces? Bueno, si uno viene a hablar con el hijo adoptivo ilustre de Leeds ("abuelo adoptivo ilustre", según él aclara, "y nada ilustre", se corrige, "abuelo adoptivo a secas"), en realidad el tema es más complicado. Porque en su último libro, Vida de consumo (FCE), Bauman sostiene que el consumo no es una máquina patentada que arroja cierto volumen de felicidad por día. Parafraseando a Richard Layard, el pope de la nueva disciplina de la economía de la felicidad, Bauman sostiene que "someterse al yugo hedonista no consigue aumentar la suma total de satisfacción de los sujetos [sino] todo lo contrario".

"Igual le cuento un secreto: soy yo quien está a cargo de las compras del hogar", dice, divertido. Lejos de que esto signifique una alacena pelada, Bauman recibe no solo con un extraordinario café listo, sino con una abundante bandeja con todo tipo de masitas, delicado shortbread y chocolates. Es verdad que tiene un par de agujeros en su suéter negro. Pero eso debería interpretarse más como parte del emblemático look "intelectual de entrecasa" en las islas británicas que como consecuencia de una posición ideológica frente a la ropa nueva. Posición que, de cualquier manera, Bauman tiene cuando se trata de la relación entre seres humanos.

"No estoy en contra del consumo. Todos los seres vivos deben consumir, es una necesidad del metabolismo. Nuestros antepasados consumían, no hay nada de nuevo en eso. Lo que me preocupa es el consumismo o el síndrome del consumismo: cuando la relación que tenemos con los objetos de consumo se traslada a otras áreas de la vida que deberían estar sujetas a reglas y actitudes totalmente distintas. Y que esto ocurra en escala masiva, eso sí es un fenómeno nuevo", aclara en su casa, rodeado de tantos libros como fotos de sus nietos y de un bosque por donde le gusta salir a caminar.

Bauman es considerado uno de los casos más asombrosos de florecimiento tardío del mundo académico. Nacido en Poznam en 1925, muy joven se convirtió en un sociólogo prominente en la Universidad de Varsovia y luego, durante su carrera en la Universidad de Leeds, publicó libros fundamentales para la disciplina. Pero solo se convirtió en la "nueva" estrella de la sociología contemporánea en las últimas dos décadas. Conceptos suyos como "modernidad líquida", "residuos humanos" y "poblaciones superfluas", entre muchos otros, trascendieron la academia y se incorporaron al uso popular. Libros como Pensando sociológicamente , Modernidad y Holocausto , La posmodernidad y sus descontentos , Modernidad líquida , La sociedad sitiada , Amor líquido o Miedo líquido , que ha publicado al vertiginoso ritmo de casi uno por año, son leídos por un público amplio. Donde sea que Bauman dé una conferencia, el auditorio le brinda un tratamiento de estrella pop para escuchar su tesis de que vivimos una modernidad sin referencias fijas, sin memoria ni certezas a largo plazo, una modernidad en la que nada es permanente y todo fluye de forma constante.

-En Vida de consumo, usted sostiene que los modelos de consumo están a tal punto interiorizados que rigen los comportamientos más íntimos de las personas.

-Si uno quiere ropa, va al negocio y trata de encontrar la más fascinante, la que más placer le da al ponérsela. La paga, vuelve a la casa y espera que le quede perfecta y que el deseo que tenía al comprársela quede satisfecho. Si eso no ocurre, o uno devuelve la prenda (posiblemente diciendo que fue engañado, que no era lo pactado) y recupera el dinero, o la tira a la basura. Esa es la forma de lidiar con los objetos materiales. Supongo que no hay otra forma, dado que su único valor, y por ende, el único examen que tienen que pasar, es dar satisfacción a quien los consume. El problema es cuando tratamos a los seres humanos de la misma manera: en cuanto alguien deja de satisfacernos o de sorprendernos, o simplemente se vuelve parte de una rutina, lo descartamos o cambiamos por otro. Lo peor es que hasta el tipo de consejos que se suele recibir de los psicólogos y los terapeutas de pareja apunta en esa dirección. Si algo no satisface en el corto plazo, no sirve; no hay que demorar la gratificación, dicen a menudo a sus pacientes, lo cual está hecho a medida para fomentar las expectativas consumistas.

-¿Todo tiempo pasado fue mejor para las relaciones? ¿Era mejor quedarse atrapado en una relación, por mala que esta fuese?

-Mi colega británico Tony Giddens habla de las relaciones actuales como relaciones "puras", en el sentido de que están limpias, emancipadas de toda carga adjunta como, por ejemplo, el compromiso de mantenerlas hasta que la muerte nos separe. Una relación de pareja hoy se afronta con la expectativa de una gratificación mutua constante. Si deja de ser así o no resulta tan fantástica como se esperaba, no tiene sentido mantenerla. Giddens cree, justamente, que eso es muy liberador. Antes, alguien que era infeliz con su pareja y quería abandonarla no podía divorciarse y/o buscar una nueva, y él considera que esto era muy restrictivo respecto a la libertad del individuo. Giddens tiene razón, pero la idea de que si se sacan las restricciones entramos en el paraíso es errada, porque sin las restricciones entramos en un mundo de incertidumbre continua respecto al futuro, que trae una enorme ansiedad a las partes involucradas. Para entrar en una relación "pura" hace falta el consentimiento de dos personas, lo cual es bueno. Pero para romperla, con la voluntad de una sola basta. Si un solo miembro de la pareja dice "Necesito más espacio" o cree que el pasto es más verde en el jardín de al lado, todo se acabó. Por eso, ambas partes viven con el miedo permanente a ser descartados o cambiados. Era una pesadilla vivir sin la posibilidad de poder escapar de las relaciones. Pero es también una pesadilla vivir siempre en un estado de ansiedad respecto al futuro de la relación en la que se está. En ambos tipo de arreglos hay aspectos muy negativos. Por eso no es que estemos progresando al pasar de un tipo de vida a otro, sino que pasamos de uno con ventajas y desventajas a otro con ventajas y desventajas, solo que distintas.

-¿Hay otras consecuencias de estas nuevas formas de relacionarse entre humanos?

-¡Claro! Yo las llamo los daños colaterales. Son las consecuencias no intencionales y que no se tomaron en cuenta al hacer o deshacer relaciones de una manera consumista. En el plano material, podemos ver que la economía consumista es una economía que genera mucho desecho, lo cual trae los problemas de la basura, aguas contaminadas, calentamiento global, polución de la atmósfera. Estos son los daños colaterales en el medio ambiente. Su paralelo en la relación entre personas se ve, por ejemplo, en los chicos. Cuando una pareja se rompe, ellos son los que sufren los daños colaterales. Nadie los consulta sobre la decisión, pero son también los grandes afectados. Otro tipo de daños colaterales de nuestra sociedad consumista es la exclusión de aquellas personas que quedan fuera del sistema, los que no tienen los recursos para entrar en ella con los mismos derechos que los demás. Si voy a cualquier shopping en Buenos Aires, voy a ver cámaras de seguridad como en todas partes del mundo. ¿Para qué están? Para detectar aquellos que no lucen como clientes y así alertar a los guardias para que, delicadamente o no, los saquen a la calle. Los llamo consumidores fallidos; son aquellas personas que no agregan al bienestar de la sociedad de consumo ya que no tienen dinero para contribuir a ella. Quedan entonces aislados. Ser un consumidor fallido es una humillación, y quienes más lo sienten son sus hijos, que no pueden ir a la escuela con las mismas zapatillas que sus compañeritos. Es una tendencia deshumanizadora a escala global, porque con el creciente nivel de consumo cada vez son más y más los que quedan en esta categoría. Uno nunca puede tener suficiente cuando el de al lado tiene más. La sociedad de consumo es una escalera que nunca se puede terminar de subir

-¿Entonces es mejor renunciar al consumo, como si fuera el gran Satán de Occidente? ¿Es mejor el otro extremo, por ejemplo, el del radicalismo religioso?

-Yo no creo que los fundamentalistas religiosos estén fuera de la sociedad de consumo. Hablemos del fundamentalismo islámico, que es el que más espacio ocupa en los diarios. Se los acusa de no aceptar ciertos aspectos de vidas distintas a las suyas, por ejemplo, la ley secular, la igualdad entre el hombre y la mujer, nuestro concepto de la religión como parte de la esfera privada, y por eso se los llama fundamentalistas. Pero rara vez se los acusa, y con justa razón, de ser anticonsumo. Si uno viaja a Arabia Saudita, Kuwait, Oman o los Emiratos Árabes, encontramos inequidad entre el hombre y la mujer, gobiernos que no son electos y los clérigos al frente de la sociedad. Pero el consumismo allí es extremadamente floreciente y afecta, naturalmente, la forma de vida de la sociedad (volviendo al divorcio, su prohibición es, sobre todo, una cuestión del cristianismo; estamos hablando de países donde con que un hombre diga "Se acabó" es suficiente para terminar un matrimonio). El consumismo es un fenómeno suprarreligioso y supraétnico. Hay países, como Myanmar o Corea del Norte, donde no llegó, donde los pobres no han podido unirse a las filas de felices consumidores, pero, salvo en esos casos, estamos hablando de una condición global. Si hay gente en el mundo que no ha entrado en el patrón consumista no es porque no quiera, porque esté buscando algún tipo de vida mejor, sino porque no puede, porque no tiene los recursos necesarios. Un anciano en una aldea de África que se gana la lotería se va a comportar exactamente igual que cualquiera en la sociedad de consumo.

-¿Pero el consumo no tiene acaso valor por su efecto apaciguador de las pasiones? Más allá de la actual bonanza que trajo el cambio a Leeds, ¿no podría explicar la paz en Irlanda del Norte un poco por la prosperidad de Irlanda?

-En efecto, las guerras civiles en distintas partes del mundo no son causadas por el consumismo sino por la ausencia de este, y puedo admitir que el consumismo tiene un efecto pacificador. Inglaterra tuvo tropas en Irlanda del Norte por 30 años, pero el gran golpe a la violencia sectaria vino desde el sur de la frontera, cuando Irlanda pasó de ser un país pobre a ser un país próspero, y gente dispuesta a matar encontró otras metas más atractivas y placenteras en la vida. Por eso creo que la guerra contra el terrorismo solo tiene una batalla que es ganable: mejorar las condiciones de vida en las zonas pobres y humilladas del mundo, que son caldo de cultivo para la violencia. Y justamente allí radica para mí la esperanza para la ética en el mundo contemporáneo.

-¿Por qué?

-Muy simple: por primera vez en la historia de la humanidad el interés propio y el imperativo moral apuntan en la misma dirección. Durante los doscientos años de historia moderna, los filósofos se rompieron la cabeza tratando de reconciliar la moral y el interés individualista, términos que consideraban inherentemente contradictorios. ¿Por qué? Porque para ser moral hay que sacrificar parte del interés propio en función de los demás, siempre. Pero ahora estamos en una situación en la que debemos cuidar el uno del otro para permanecer en el planeta. Es nuestro deber moral abolir la humillación, la falta de dignidad y elevar la humanidad de la gente de todos los países para incrementar nuestras posibilidades de supervivencia. De lo contrario estaremos siempre en peligro y, como demostró el atentado a las Torres Gemelas, no hay océano lo suficientemente amplio para proteger a nadie cuando hay gente que siente una sed de venganza. En el Primer Mundo, la gente hace filantropía con el Tercer Mundo como parte de su deber moral, y luego explota impiadosamente su mano de obra barata como parte de su interés. Es como si la filantropía y el interés estuviesen en dos planos distintos: el de la nobleza del espíritu y el de los negocios. Esto es una locura. Cuando hacer que un artefacto explote en Buenos Aires o Londres es tan fácil como hacerlo en Darfur o Irak, queda claro que debemos compartir todos lo que consideramos la buena vida o, de lo contrario, no saldremos del peligro mortal.

-¿Qué opina de lo que hacen celebridades como Angelina Jolie, Bono y tantos otros respecto a la ayuda al Tercer Mundo?

-Me gusta mucho lo que están logrando en el sentido de llevar fondos a lugares pobres. No me gusta, sin embargo, el efecto que están teniendo en la sociedad, en el sentido de que permiten que la gente, si compró la entrada para un concierto benéfico, sienta que ya puede dormir tranquilo, que con abrir la billetera y sacar veinte libras se garantiza la conciencia en paz para el próximo año. Así, nadie va a presionar a los gobiernos para que reduzcan el dinero que gastan en armamentos y los dediquen a erradicar la pobreza. Yo soy un viejo de 82 años y, de todos modos, me voy a morir pronto, por lo que no estoy en problemas. Pero ustedes, que tienen 50 o 60 años por delante, van a vérselas muy complicadas si no se dan cuenta de que el bien común y el interés personal son lo mismo.

-Finalmente, ¿qué espacio le ve a la decisión personal en un mundo tan dominado por la tendencia a homogeneizar el comportamiento?

-No creo que comportarse de una manera determinada sea la obligación de nadie. Cada uno es libre, en las sociedades libres (¡y ustedes en la Argentina ya no tienen a la Junta Militar!), de tomar sus propias decisiones. Por eso, no creo que en un mundo de relaciones frágiles no se pueda encontrar un matrimonio que permanezca fiel por 80 años. Tampoco digo que en una sociedad consumista no se pueda ser una persona humilde y modesta que lleva cinco años seguidos el mismo modelo de celular y que no cambia de ropa cada temporada. Pero lo que sí estoy diciendo es que las condiciones en la sociedad hoy son tales que privilegian ciertas decisiones, con lo cual es más fácil moverse con la masa que actuar por la propia. Nadie te ridiculizará; nadie se reirá de ti así. Y si uno va a una entrevista de trabajo con ropa de hace veinte años, sabe que es más difícil que le den el puesto que a alguien que va con ropa como se usa ahora. Hay un precio que pagar por ser diferente, es una vida más difícil. Por eso arriesgo, con la ayuda de la información que tengo, que solo una minoría va a resistirse a seguir a la masa y que esta minoría va a ser cada vez menor. Hoy los chicos aprenden desde la infancia a desarrollar una vida orientada hacia el consumo. Cuando desde la cuna se les enseña que todo sueño debe apuntar a las tiendas, es muy difícil que eventualmente se rebelen.

Por Juana Libedinsky

Entrevista a Zygmunt Bauman


Cuenta Zygmunt Bauman que cuando llegó a esta ciudad del norte de Inglaterra junto con su mujer Janina, tras escaparse de los nazis y luego de padecer las purgas de los comunistas en su Polonia natal, en vez de sentir un alivio y una alegría inconmensurables, Janina no pudo evitar deprimirse. Tras su caída como centro industrial, Leeds era tan fea, pobre y decadente que salir a la calle era algo así como una agresión estética cotidiana.

Pero con el boom económico de los últimos años, Leeds ha recuperado -o incluso superado- su antiguo esplendor. Llamada "la Knightsbridge del Norte", en referencia al barrio londinense donde están Harrods y las tiendas más lujosas, sus restauradas galerías comerciales victorianas la han convertido en un gran destino turístico, y el ahora cuidado centro de la ciudad es de una belleza apabullante.

¿Viva el consumo, entonces? Bueno, si uno viene a hablar con el hijo adoptivo ilustre de Leeds ("abuelo adoptivo ilustre", según él aclara, "y nada ilustre", se corrige, "abuelo adoptivo a secas"), en realidad el tema es más complicado. Porque en su último libro, Vida de consumo (FCE), Bauman sostiene que el consumo no es una máquina patentada que arroja cierto volumen de felicidad por día. Parafraseando a Richard Layard, el pope de la nueva disciplina de la economía de la felicidad, Bauman sostiene que "someterse al yugo hedonista no consigue aumentar la suma total de satisfacción de los sujetos [sino] todo lo contrario".

"Igual le cuento un secreto: soy yo quien está a cargo de las compras del hogar", dice, divertido. Lejos de que esto signifique una alacena pelada, Bauman recibe no solo con un extraordinario café listo, sino con una abundante bandeja con todo tipo de masitas, delicado shortbread y chocolates. Es verdad que tiene un par de agujeros en su suéter negro. Pero eso debería interpretarse más como parte del emblemático look "intelectual de entrecasa" en las islas británicas que como consecuencia de una posición ideológica frente a la ropa nueva. Posición que, de cualquier manera, Bauman tiene cuando se trata de la relación entre seres humanos.

"No estoy en contra del consumo. Todos los seres vivos deben consumir, es una necesidad del metabolismo. Nuestros antepasados consumían, no hay nada de nuevo en eso. Lo que me preocupa es el consumismo o el síndrome del consumismo: cuando la relación que tenemos con los objetos de consumo se traslada a otras áreas de la vida que deberían estar sujetas a reglas y actitudes totalmente distintas. Y que esto ocurra en escala masiva, eso sí es un fenómeno nuevo", aclara en su casa, rodeado de tantos libros como fotos de sus nietos y de un bosque por donde le gusta salir a caminar.

Bauman es considerado uno de los casos más asombrosos de florecimiento tardío del mundo académico. Nacido en Poznam en 1925, muy joven se convirtió en un sociólogo prominente en la Universidad de Varsovia y luego, durante su carrera en la Universidad de Leeds, publicó libros fundamentales para la disciplina. Pero solo se convirtió en la "nueva" estrella de la sociología contemporánea en las últimas dos décadas. Conceptos suyos como "modernidad líquida", "residuos humanos" y "poblaciones superfluas", entre muchos otros, trascendieron la academia y se incorporaron al uso popular. Libros como Pensando sociológicamente , Modernidad y Holocausto , La posmodernidad y sus descontentos , Modernidad líquida , La sociedad sitiada , Amor líquido o Miedo líquido , que ha publicado al vertiginoso ritmo de casi uno por año, son leídos por un público amplio. Donde sea que Bauman dé una conferencia, el auditorio le brinda un tratamiento de estrella pop para escuchar su tesis de que vivimos una modernidad sin referencias fijas, sin memoria ni certezas a largo plazo, una modernidad en la que nada es permanente y todo fluye de forma constante.

-En Vida de consumo, usted sostiene que los modelos de consumo están a tal punto interiorizados que rigen los comportamientos más íntimos de las personas.

-Si uno quiere ropa, va al negocio y trata de encontrar la más fascinante, la que más placer le da al ponérsela. La paga, vuelve a la casa y espera que le quede perfecta y que el deseo que tenía al comprársela quede satisfecho. Si eso no ocurre, o uno devuelve la prenda (posiblemente diciendo que fue engañado, que no era lo pactado) y recupera el dinero, o la tira a la basura. Esa es la forma de lidiar con los objetos materiales. Supongo que no hay otra forma, dado que su único valor, y por ende, el único examen que tienen que pasar, es dar satisfacción a quien los consume. El problema es cuando tratamos a los seres humanos de la misma manera: en cuanto alguien deja de satisfacernos o de sorprendernos, o simplemente se vuelve parte de una rutina, lo descartamos o cambiamos por otro. Lo peor es que hasta el tipo de consejos que se suele recibir de los psicólogos y los terapeutas de pareja apunta en esa dirección. Si algo no satisface en el corto plazo, no sirve; no hay que demorar la gratificación, dicen a menudo a sus pacientes, lo cual está hecho a medida para fomentar las expectativas consumistas.

-¿Todo tiempo pasado fue mejor para las relaciones? ¿Era mejor quedarse atrapado en una relación, por mala que esta fuese?

-Mi colega británico Tony Giddens habla de las relaciones actuales como relaciones "puras", en el sentido de que están limpias, emancipadas de toda carga adjunta como, por ejemplo, el compromiso de mantenerlas hasta que la muerte nos separe. Una relación de pareja hoy se afronta con la expectativa de una gratificación mutua constante. Si deja de ser así o no resulta tan fantástica como se esperaba, no tiene sentido mantenerla. Giddens cree, justamente, que eso es muy liberador. Antes, alguien que era infeliz con su pareja y quería abandonarla no podía divorciarse y/o buscar una nueva, y él considera que esto era muy restrictivo respecto a la libertad del individuo. Giddens tiene razón, pero la idea de que si se sacan las restricciones entramos en el paraíso es errada, porque sin las restricciones entramos en un mundo de incertidumbre continua respecto al futuro, que trae una enorme ansiedad a las partes involucradas. Para entrar en una relación "pura" hace falta el consentimiento de dos personas, lo cual es bueno. Pero para romperla, con la voluntad de una sola basta. Si un solo miembro de la pareja dice "Necesito más espacio" o cree que el pasto es más verde en el jardín de al lado, todo se acabó. Por eso, ambas partes viven con el miedo permanente a ser descartados o cambiados. Era una pesadilla vivir sin la posibilidad de poder escapar de las relaciones. Pero es también una pesadilla vivir siempre en un estado de ansiedad respecto al futuro de la relación en la que se está. En ambos tipo de arreglos hay aspectos muy negativos. Por eso no es que estemos progresando al pasar de un tipo de vida a otro, sino que pasamos de uno con ventajas y desventajas a otro con ventajas y desventajas, solo que distintas.

-¿Hay otras consecuencias de estas nuevas formas de relacionarse entre humanos?

-¡Claro! Yo las llamo los daños colaterales. Son las consecuencias no intencionales y que no se tomaron en cuenta al hacer o deshacer relaciones de una manera consumista. En el plano material, podemos ver que la economía consumista es una economía que genera mucho desecho, lo cual trae los problemas de la basura, aguas contaminadas, calentamiento global, polución de la atmósfera. Estos son los daños colaterales en el medio ambiente. Su paralelo en la relación entre personas se ve, por ejemplo, en los chicos. Cuando una pareja se rompe, ellos son los que sufren los daños colaterales. Nadie los consulta sobre la decisión, pero son también los grandes afectados. Otro tipo de daños colaterales de nuestra sociedad consumista es la exclusión de aquellas personas que quedan fuera del sistema, los que no tienen los recursos para entrar en ella con los mismos derechos que los demás. Si voy a cualquier shopping en Buenos Aires, voy a ver cámaras de seguridad como en todas partes del mundo. ¿Para qué están? Para detectar aquellos que no lucen como clientes y así alertar a los guardias para que, delicadamente o no, los saquen a la calle. Los llamo consumidores fallidos; son aquellas personas que no agregan al bienestar de la sociedad de consumo ya que no tienen dinero para contribuir a ella. Quedan entonces aislados. Ser un consumidor fallido es una humillación, y quienes más lo sienten son sus hijos, que no pueden ir a la escuela con las mismas zapatillas que sus compañeritos. Es una tendencia deshumanizadora a escala global, porque con el creciente nivel de consumo cada vez son más y más los que quedan en esta categoría. Uno nunca puede tener suficiente cuando el de al lado tiene más. La sociedad de consumo es una escalera que nunca se puede terminar de subir

-¿Entonces es mejor renunciar al consumo, como si fuera el gran Satán de Occidente? ¿Es mejor el otro extremo, por ejemplo, el del radicalismo religioso?

-Yo no creo que los fundamentalistas religiosos estén fuera de la sociedad de consumo. Hablemos del fundamentalismo islámico, que es el que más espacio ocupa en los diarios. Se los acusa de no aceptar ciertos aspectos de vidas distintas a las suyas, por ejemplo, la ley secular, la igualdad entre el hombre y la mujer, nuestro concepto de la religión como parte de la esfera privada, y por eso se los llama fundamentalistas. Pero rara vez se los acusa, y con justa razón, de ser anticonsumo. Si uno viaja a Arabia Saudita, Kuwait, Oman o los Emiratos Árabes, encontramos inequidad entre el hombre y la mujer, gobiernos que no son electos y los clérigos al frente de la sociedad. Pero el consumismo allí es extremadamente floreciente y afecta, naturalmente, la forma de vida de la sociedad (volviendo al divorcio, su prohibición es, sobre todo, una cuestión del cristianismo; estamos hablando de países donde con que un hombre diga "Se acabó" es suficiente para terminar un matrimonio). El consumismo es un fenómeno suprarreligioso y supraétnico. Hay países, como Myanmar o Corea del Norte, donde no llegó, donde los pobres no han podido unirse a las filas de felices consumidores, pero, salvo en esos casos, estamos hablando de una condición global. Si hay gente en el mundo que no ha entrado en el patrón consumista no es porque no quiera, porque esté buscando algún tipo de vida mejor, sino porque no puede, porque no tiene los recursos necesarios. Un anciano en una aldea de África que se gana la lotería se va a comportar exactamente igual que cualquiera en la sociedad de consumo.

-¿Pero el consumo no tiene acaso valor por su efecto apaciguador de las pasiones? Más allá de la actual bonanza que trajo el cambio a Leeds, ¿no podría explicar la paz en Irlanda del Norte un poco por la prosperidad de Irlanda?

-En efecto, las guerras civiles en distintas partes del mundo no son causadas por el consumismo sino por la ausencia de este, y puedo admitir que el consumismo tiene un efecto pacificador. Inglaterra tuvo tropas en Irlanda del Norte por 30 años, pero el gran golpe a la violencia sectaria vino desde el sur de la frontera, cuando Irlanda pasó de ser un país pobre a ser un país próspero, y gente dispuesta a matar encontró otras metas más atractivas y placenteras en la vida. Por eso creo que la guerra contra el terrorismo solo tiene una batalla que es ganable: mejorar las condiciones de vida en las zonas pobres y humilladas del mundo, que son caldo de cultivo para la violencia. Y justamente allí radica para mí la esperanza para la ética en el mundo contemporáneo.

-¿Por qué?

-Muy simple: por primera vez en la historia de la humanidad el interés propio y el imperativo moral apuntan en la misma dirección. Durante los doscientos años de historia moderna, los filósofos se rompieron la cabeza tratando de reconciliar la moral y el interés individualista, términos que consideraban inherentemente contradictorios. ¿Por qué? Porque para ser moral hay que sacrificar parte del interés propio en función de los demás, siempre. Pero ahora estamos en una situación en la que debemos cuidar el uno del otro para permanecer en el planeta. Es nuestro deber moral abolir la humillación, la falta de dignidad y elevar la humanidad de la gente de todos los países para incrementar nuestras posibilidades de supervivencia. De lo contrario estaremos siempre en peligro y, como demostró el atentado a las Torres Gemelas, no hay océano lo suficientemente amplio para proteger a nadie cuando hay gente que siente una sed de venganza. En el Primer Mundo, la gente hace filantropía con el Tercer Mundo como parte de su deber moral, y luego explota impiadosamente su mano de obra barata como parte de su interés. Es como si la filantropía y el interés estuviesen en dos planos distintos: el de la nobleza del espíritu y el de los negocios. Esto es una locura. Cuando hacer que un artefacto explote en Buenos Aires o Londres es tan fácil como hacerlo en Darfur o Irak, queda claro que debemos compartir todos lo que consideramos la buena vida o, de lo contrario, no saldremos del peligro mortal.

-¿Qué opina de lo que hacen celebridades como Angelina Jolie, Bono y tantos otros respecto a la ayuda al Tercer Mundo?

-Me gusta mucho lo que están logrando en el sentido de llevar fondos a lugares pobres. No me gusta, sin embargo, el efecto que están teniendo en la sociedad, en el sentido de que permiten que la gente, si compró la entrada para un concierto benéfico, sienta que ya puede dormir tranquilo, que con abrir la billetera y sacar veinte libras se garantiza la conciencia en paz para el próximo año. Así, nadie va a presionar a los gobiernos para que reduzcan el dinero que gastan en armamentos y los dediquen a erradicar la pobreza. Yo soy un viejo de 82 años y, de todos modos, me voy a morir pronto, por lo que no estoy en problemas. Pero ustedes, que tienen 50 o 60 años por delante, van a vérselas muy complicadas si no se dan cuenta de que el bien común y el interés personal son lo mismo.

-Finalmente, ¿qué espacio le ve a la decisión personal en un mundo tan dominado por la tendencia a homogeneizar el comportamiento?

-No creo que comportarse de una manera determinada sea la obligación de nadie. Cada uno es libre, en las sociedades libres (¡y ustedes en la Argentina ya no tienen a la Junta Militar!), de tomar sus propias decisiones. Por eso, no creo que en un mundo de relaciones frágiles no se pueda encontrar un matrimonio que permanezca fiel por 80 años. Tampoco digo que en una sociedad consumista no se pueda ser una persona humilde y modesta que lleva cinco años seguidos el mismo modelo de celular y que no cambia de ropa cada temporada. Pero lo que sí estoy diciendo es que las condiciones en la sociedad hoy son tales que privilegian ciertas decisiones, con lo cual es más fácil moverse con la masa que actuar por la propia. Nadie te ridiculizará; nadie se reirá de ti así. Y si uno va a una entrevista de trabajo con ropa de hace veinte años, sabe que es más difícil que le den el puesto que a alguien que va con ropa como se usa ahora. Hay un precio que pagar por ser diferente, es una vida más difícil. Por eso arriesgo, con la ayuda de la información que tengo, que solo una minoría va a resistirse a seguir a la masa y que esta minoría va a ser cada vez menor. Hoy los chicos aprenden desde la infancia a desarrollar una vida orientada hacia el consumo. Cuando desde la cuna se les enseña que todo sueño debe apuntar a las tiendas, es muy difícil que eventualmente se rebelen.

Por Juana Libedinsky

Bloguer preso en Arabia Saudita


El Comité para la Protección de los Periodistas, una organización con sede en Estados Unidos, ha instado a Arabia Saudita a liberar a un bloguero que ha permanecido detenido en el conservador reino musulmán durante casi un mes debido a sus escritos.

Un portavoz del ministerio del Interior, Mansour al-Turki, confirmó que Fuad al-Farhan estaba detenido, aunque declinó aclarar bajo qué cargos. Sí aclaró que el bloguero no estaba retenido por motivos de seguridad.

Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en sus siglas en inglés), Farhan fue arrestado por escribir en su página web (www.alfarhan.org) artículos sobre presos políticos de Arabia Saudita.

"Detener de forma arbitraria a un escritor y retenerle durante semanas sin decir por qué viola las normas más básicas de libertad de expresión y sirve como un frío recordatorio para aquellos que quieren expresar sus opiniones", afirmó en una carta CPJ.

"También niega los comunicados oficiales saudíes en apoyo de una reforma y una prensa más abierta".

Farhan escribió en un correo electrónico enviado a sus amigos, y del que Reuters ha obtenido una copia, que las autoridades saudíes creían que él estaba llevando a cabo "una campaña en Internet sobre el tema de los presos políticos".

Arabia Saudí es a menudo objeto de quejas de los grupos de derechos humanos. Hace poco se enfrentó a las críticas de la comunidad internacional debido a un tribunal islámico que sentenció a la víctima de una violación múltiple a ser azotada. Más tarde, el rey saudí perdonó a la mujer de 19 años.

El atentado contra Castro que no logró tocar fondo


WILFREDO CANCIO ISLA


Aprovechando las negociaciones para liberar a los prisioneros de Bahía de Cochinos, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) pretendió utilizar a una pieza clave de la mediación, el abogado estadounidense James B. Donovan, para que entregara a Fidel Castro un regalo mortal: un traje de pesca submarina contaminado con un hongo lacerante de la piel, junto con un respirador que portaba el bacilo de la tuberculosis.

En la cronología oficial cubana que recoge más de 600 planes supuestamente concebidos en Estados Unidos para asesinar a Castro, el operativo de la CIA se menciona como un hecho que no llegó a consumarse en enero de 1963, cuando en realidad el equipo de buzo fue realmente entregado al gobernante cubano en noviembre de 1962.

La revelación es una de las decenas de anécdotas narradas o apenas esbozadas en After the Bay of Pigs (Después de Bahía de Cochinos), publicado por Alexandria Library, en Miami. Un libro que registra la historia desconocida de las negociaciones sostenidas entre el Comité de Familiares para la Liberación de los Prisioneros y el gobierno cubano entre abril y diciembre de 1962.

El volumen de 238 páginas, publicado a fines del 2007, fue escrito por el exiliado cubano Pablo Pérez-Cisneros, con la colaboración de John B. Donovan, hijo del abogado negociador ya fallecido, y de Jeff Koenreich, un veterano miembro de la Cruz Roja que ha promovido las misiones humanitarias entre Estados Unidos y Cuba. El autor es hijo de Berta Barreto de los Heros, quien presidió el comité de familiares e intercedió ante Castro para conseguir el canje de 1,203 prisioneros de la fallida expedición armada de abril de 1961.

Barreto de los Heros, que falleció en 1992 sin terminar el libro, era partidaria de que se escribiera en inglés para ``dejar saber la verdad al pueblo americano''.

Pérez-Cisneros, que empleó ocho años de investigación y escritura para cumplir con un deseo de su madre, fue justamente la persona que a finales de 1962 compró el traje de buzo y el equipo de respiración sin saber que ambos estaban destinados a Castro.

En junio de 1962, Pérez-Cisneros visitó por primera vez las oficinas de James B. Donovan, en Brooklyn, para solicitarle su intervención en las negociaciones con Cuba, luego de que fracasara una gestión precedente a través del llamado Comité de Tractores por la Libertad. La cita fue concertada por Robert W. Kean, hijo de un ex congresista y cuñado del expedicionario preso Joaquín Silverio.

Dos meses después, Donovan realizó el primero de los 11 viajes que lo llevaron a La Habana durante la mediación con el gobierno cubano.

''Cuando Donovan regresa a Cuba en octubre de 1962 es cuando Castro le dice que quiere conseguir un aqualung [equipo regulador de respiración conocido como scuba] y un traje de goma para bucear'', recordó Pérez-Cisneros. ``Entonces, Donovan me dice a mí que quiere conseguir unos equipos de calidad para cumplir con una persona, pero sin decirme que son para Castro''.

Pérez-Cisneros, quien fue campeón de caza submarina en Cuba, compró un traje submarino por $130 y un equipo de scuba por $215 en una conocida tienda de Time Square, en Nueva York.

En noviembre de 1962 los equipos para bucear les fueron entregados a Castro, quien pocas semanas después, en otro viaje de Donovan, le comentó al abogado sobre el obsequio.

''Usted sabe, doctor Donovan, que me gustó su regalo, el aqualung'', le dijo Castro.

''Bueno, me alegra oírlo, es el mejor equipo de aqualung posible para el buceo en aguas profundas'', acotó el abogado.

``Lo sé``, le respondió Castro. ``Ya lo probé''.

El diálogo figura en los testimonios reproducidos de la papelería de Donovan, quien falleció en 1970.

Meses después de concluidas las negociaciones, fue que Pérez-Cisneros conoció los pormenores de la historia real.

¿Quién era James B. Donovan?

Durante la II Guerra Mundial había trabajado para la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecesora de la CIA, y fue uno de los fiscales escogidos para procesar a los criminales nazis ante el Tribunal de Nurenberg. En febrero de 1962 fue el principal mediador para lograr el cambio de espías más espectacular de la era de la guerra fría: el intercambio del coronel ruso Rudolf Abel por los estadounidenses Frederick Prior y Gary F. Powers, piloto de un avión de reconocimiento U-2 abatido sobre territorio soviético.

Cuando Donovan informó a la CIA que Castro quería equipos de buceo, la agencia estadounidense le dijo que se encargaría del caso. Pero el abogado rechazó involucrarse en la operación con el traje y el equipo de scuba contaminados, y prefirió llevarle al gobernante los equipos comprados en Time Square.

En marzo de 1963, Castro invitó a Donovan y al abogado John E. Nolan, quien actuaba en representación del entonces secretario de Justicia Robert Kennedy, a una jornada de buceo en la zona de Playa Girón, y en esa ocasión usó nuevamente los equipos obsequiados por el mediador estadounidense.

''Cuando conversamos [a fines de 1963], Donovan me dijo que se erizó con la idea del atentado a Castro, y se negó a llevar los equipos de la CIA pensando que si Cuba detectaba el operativo se arruinaban las negociaciones y podrían fusilarlo'', contó Pérez-Cisneros, que se asiló en la embajada de Costa Rica en La Habana en mayo de 1961 y llegó a Estados Unidos siete meses después.

Salpicado de sucesos curiosos e insospechados, el libro es el tenso relato de cómo el amor, la tenacidad y la astucia lograron el canje de los prisioneros de la Brigada 2506 a cambio de $53 millones en alimentos, medicinas y equipos médicos.

La intervención del comité con la ayuda de Donovan se produce en un momento de incertidumbre sobre la suerte de los prisioneros.

En septiembre de 1961, cinco brigadistas son fusilados en Santa Clara tras juicios sumarios y cinco condenados a 30 años de cárcel sin la posibilidad de ser incluidos en negociaciones posteriores.

Pocos meses después, el 29 de marzo de 1962 se abre el juicio en el Castillo del Príncipe contra los demás prisioneros de guerra. Las condenas son de 30 años de cárcel, con sometimiento a trabajos forzados y pérdida de la ciudadanía. El gobierno cubano informa que las sanciones serán conmutadas por indemnizaciones, que oscilan entre medio millón de dólares por cada uno de los jefes militares de la Brigada, José San Román y Erneido Oliva, y el dirigente civil Manuel Artime, y entre $100,000 y $25,000 por los restantes prisioneros.

Entre los brigadistas condenados estaba Alberto Oms Barreto, hijo del segundo matrimonio de Barreto de los Heros. Es así como esta mujer decide asumir el liderazgo del comité y allanar un encuentro con Castro mediante contactos con su secretaria personal, Conchita Fernández.

Había un factor histórico a su favor. Su ex esposo, el diplomático Guy Pérez-Cisneros, fallecido en 1953, había intercedido por la liberación de Castro y el grupo de cubanos que fueron detenidos en Colombia durante los sucesos del Bogotazo en 1948.

El primer encuentro del comité con Castro se produce en casa de Barreto de los Heros en Miramar, el 10 de abril de 1962, y apenas una semana después 60 prisioneros heridos pudieron abandonar el país rumbo a Miami, donde recibieron tratamiento médico urgente en el Hospital Mercy.

La entrada de Donovan en el proceso negociador agilizó las negociaciones, sólo interrumpidas durante la Crisis de los Misiles de octubre de 1962.

Conociendo que el teléfono de Barreto de los Heros estaba controlado, Donovan viajó con un código secreto para comunicarse hacia el exterior. La clave 13 indicaba el momento en que estaba reunido con Castro, cuyos encuentros más sistemáticos ocurrieron en casa de su asistente personal, Celia Sánchez, y en el Palacio Presidencial.

Donovan también hizo gala de su sabiduría sobre los sistemas de espionaje doméstico, y comentó en casa de Barreto de los Heros que estaba pasando mucho trabajo con su dieta, que ameritaba jamón y otras provisiones ya faltantes en los mercados de la isla.

Al día siguiente, dos guardas vestidos de verde olivo se aparecieron en la casa con una nevera llena de alimentos ``para la dieta del señor Donovan''.

A mediados de diciembre, Castro accedió al acuerdo y entregó una lista de 29 páginas con los alimentos y las medicinas que debían ser enviados a Cuba. Los últimos diez días de la negociación fueron sumamente intensos, pues Donovan movilizó a un equipo de 60 abogados para lograr los donativos prometidos por 157 empresas estadounidenses.

El 23 de diciembre de 1962 salieron rumbo a Miami los cinco primeros aviones fletados con 484 brigadistas y un día después los 719 prisioneros restantes viajaron en nueve vuelos. Los aviones aterrizaron en la Base de la Fuerza Aérea de Homestead y sus pasajeros fueron trasladados en ómniubus de la Cruz Roja hasta el auditorio de Dionner Key, en Coconut Grove, donde aguardaban sus familiares.

Barreto de los Heros salió en el último avión desde la base militar de San Antonio de los Baños, sin estrechar la mano que le tendió Castro al pie de la escalerilla, en señal de despedida.

La exitosa negociación dejó otros beneficiosos resultados colaterales para prisioneros políticos y familias cubanas. Durante el primer semestre de 1963 lograron salir de Cuba por vía aérea 1,614 personas, entre ellas 23 ciudadanos estadounidenses. Tres de estos últimos eran agentes de la CIA que no habían sido detectados.

También, desde finales de 1962 hasta el 4 de julio de 1963, 6,243 personas emigraron en ocho barcos de la Cruz Roja, entre ellos familiares de los brigadistas y padres de los niños enviados a Estados Unidos durante la Operación Pedro Pan (1960-1962).

''La lección de este episodio histórico es que los problemas pueden resolverse conversando siempre y cuando haya receptores para la negociación'', comentó Pérez-Cisneros. ``Nada se consigue si no existe una razón que obligue a la otra parte a sentarse a la mesa''