Por Rubén Weinsteiner
Para ADN
La identidad digital de las empresas y los empresarios, nos presentan problemas de imagen nuevos con escenarios altamente dinámicos, donde la gestión de esta imagen y la implementación de estrategias requieren asumir los nuevos paradigmas e investigando, creando y modificando a partir de ellos, “the plan is nothing, planning is everything”
Estos nuevos paradigmas nos sitúan en un escenario de pérdida de control, donde lo que se dice de nuestra empresa o de nosotros ya no está emitido asimétricamente desde nuestro departamento de publicidad, relaciones públicas o desde nosotros mismos, sino que lo que se dice es producto de un diálogo de miles, millones de personas.
Deberíamos preguntarnos cuál es el efecto de una campaña de gestión de imagen, cuando en la Web 2.0 todos estamos a un click de distancia de información que va desde los datos más duros, hasta los más subjetivos sobre nosotros, nuestra empresa o sus productos.
Hoy vemos empresarios de los que en la era 1.0 nadie hablaba, o su imagen estaba cuidadosamente custodiada, totalmente expuestos en los foros, en las redes sociales, en las wikis o en los blogs, vía Google.
La mayoría de las personas no pasa a la segunda página de búsquedas en Google, y si los resultados en la primera página difieren de la imagen que nosotros queremos dar, tenemos un problema de imagen.
Recordemos el caso Yabrán, un empresario que hacía del perfil bajo no solo un modo de vida sino un insumo estratégico para sus negocios. Una foto exponiendo su cara cambió su vida, perdió el equilibrio y según la justicia fue lo que determinó que ordenara matar a José Luis Cabezas.
Esa invisibilidad hoy con la Web 2.0 resulta mucho más difícil, pero no solo la invisibilidad se ve comprometida, sino que el control sobre lo que se dice constituye un problema de gestión complejo.
En el branding 2.0 tanto corporativo como personal, liderar los buscadores, las redes sociales, la blogósfera, las wikis, el microblogging y demás espacios 2.0, es liderar la agenda. Aún cuando hablamos de agendas construidas desde la gráfica, la radio o la TV, la Web 2.0 condiciona cada vez mas esa agenda, instalando climas, viralizando rumores y chistes, asignando ponderación de verdad a las noticias y a los emisores, y haciéndose cargo cada vez mas de los factores constitutivos de los estados de ánimo y de los climas emocionales colectivos.
Nuestro relato hoy debe competir, y el cómo compite se convierte en una parte importante del relato, así como el medio es el mensaje de acuerdo a Marshall McLuhan, en la Web 2.0 el cómo, también es el mensaje
domingo, marzo 06, 2011
lunes, febrero 28, 2011
El voto de la generación Google
Rubén Weinsteiner
para Internetologías
Llamamos generación Google, a aquella franja que esta compuesta por personas que nacieron después de 1990. Junto con la generación Y -1980 a 1990-, en las últimas elecciones de 2009, conformaban el 30% del padrón, es decir que en la suma de estas dos franjas las personas que tenían derecho al voto sumaban un 30% del universo votante.
Sector nada desdeñable si tenemos en cuenta que quien obtuviera la mayoría en la franja, es decir un 51% de ese 30%, se llevaba el 15% del padrón general.
La generación Google con derecho a voto en 2011 conforma un 2,6% del padrón. Los Google, nacieron después de los 90, nunca vivieron sin Internet, no imaginan la vida sin celular, chatean desde los 6 años, se han integrado a las redes sociales desde el principio de estas y ven poca TV, ya que les aburre esperar a que el conductor anuncie que después de la pausa viene lo mejor. En realidad ven mucha TV pero en You Tube, no consumen el brodcasting de los canales sino hacen pullcasting, tiran lo que ellos quieren, cuando ellos quieren y scanean los contenidos para no “ensartarse” con algo que los aburra.
Son multitasking, chatean, abren el Facebook, twittean, cuelgan fotos en Flickr, escriben en el blog, leen otros blogs, revisan los e-mails, hablan por celular y ven en una ventana chiquita un video en You tube; todo esto al mismo tiempo.
Los saltos multitask se dan en forma geométrica de generación en generación. Mientras la abuela ponía la radio en la mesa de la cocina y se sentaba a escuchar mirando la radio, el hijo escuchaba la radio y manejaba, o trabajaba, el nieto hacia los deberes frente al televisor, y el bisnieto de la generación Google capitaliza los saltos cognitivos de las generaciones anteriores, que se potencian con la disruptividad de la Web en la vida cotidiana.
Hasta la explosión de Internet la forma de rodear en 360 grados al objeto receptor, era hablarle desde la radio, mostrarle desde la TV, los diarios y la vía publica, ya sea grafitis para la comunicación política o afiches y carteles para la comercial y también la política. Con ese esquema, la persona estaba encapsulada comunicacionalmente. Con la Web y particularmente en la generación Google, los diarios pierden poder de fuego directo, manteniéndose el poder de entidad, donde la palabra impresa y sus multiplicadores todavía retienen una legitimación importante.
La TV en la franja Google, pierde poder, por un lado por la atomización del mensaje de los 90 con la irrupción del cable a nivel mundial, pero fundamentalmente la pérdida se explica por la ventana de cuatro horas por día, que ocupa Internet en la agenda de la generación Google.
Hoy esos 360 grados resulta imposible cubrirlos sin la Web.
¿Cuales son los insumos decisorios de esta generación? ¿Cómo piensan el voto?
El voto Google no es homogéneo, los diferentes segmentos revelan diferencias importantes entre si.
La legitimación que Tinelli puede darle a un candidato desde gran cuñado, varía claramente a medida que subimos en la pirámide. Pero en tanto segmento están presentes algunos metaprogramas que resultan mas o menos verticales:
a) No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente.
b) Que la propuesta tenga una salida asimilable dentro de su pensamiento concreto, no tienen mucha capacidad de abstracción. Temas puntuales y que intersecten con su vida cotidiana.
c) El marco de referencia esta afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser el líder de la banda que mas le gusta, pero además debe validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu y los proyecte hacia afuera.
d) Importa en la referencia, mas que lo que dice, la forma en la cual se para frente al poder
e) La visualidad resulta fundamental a la hora de convencerse y aceptar o cambiar paradigmas.
f) La herencia es importante. En familias peronistas, radicales, identificadas con ideas de izquierda, o de derecha, la tradición pesa, el discurso del Google intenta integrar y justificar la tradición dentro de su esquema. También pesan los miedos hereditarios, miedo al peronismo, a los militares, a los radicales, a la izquierda, derecha etc. Por eso es importante en esta franja mas que en ninguna otra, a la hora de segmentar el nuevo voto Google, ver de donde vienen.
g) El lenguaje gestual derivado de la visualidad, resulta naturalmente clave. La gestualidad ligada a las jerarquías produce rechazo, la sobre actuación muy evidente también.
h) La sobre exposición resta, es “careta” pero mas resta la sub exposición, el no estar. Como vimos con De Narváez-Kirchner en el gran cuñado de Tinelli. Mas allá de un planteo en términos de valores, que podría justificar la no presencia de Kirchner en un programa ícono de la mediocridad de los 90, el no estar, aun desde un lugar de diferenciación, restó a los que querían ver a Kirchner parado desde la rebeldía, desde el cuestionamiento pero visualmente perceptible, en el escenario, en el piso.
Desde la emergencia, la organización del debate para los Google se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo de autenticidad, sencillez y transparencia.
Pero la paradoja consiste en que mas que el hecho de ser “caretas”, la visibilidad de lo obvio es lo que los expone como “caretas” sin posibilidad de defensa. Muchos Google saben que los medios corporizaron desde siempre intereses empresariales, lo cual no los transforma automáticamente en “truchos”, es el hecho de la obviedad, la exposición que intenta tomarlos por tontos, la repetición exagerada de frases como “ley de medios K, sale o sale” lo que pone al Google en un cruce de caminos, donde no puede simular no ver la maniobra, y entonces debe reaccionar. Si por lo menos se tomaran el trabajo de hacerlo de una manera menos visible, no pondrían al receptor en la obligación de reaccionar y categorizar al sujeto emisor como “trucho” para no quedar como tonto.
Cuando TN intenta anclar “ley de medios K”, hay una sinceridad absoluta dentro de la corrupción informativa. Sin embargo los Google piden desde la necesidad, transparencia, y en realidad están pidiendo desde el deseo, apariencia de transparencia.
En esta fractura binaria que se esta dando en la sociedad donde la oposición y Clarín van a la guerra con el gobierno, han quedado expuestos la oposición, Clarín y el gobierno de una manera muy obvia, con mecanismos que antes se utilizaban pero encubiertos y hoy producto del enojo y la furia quedan expuestos. Y ahí están los Google expectantes y sensibles a la sobreexposición de la impostación, con su demanda de apariencia de transparencia insatisfecha.
En el segmento Google como en otros segmentos, la batalla, tanto en términos de partidos como grupos mediáticos, la ganará sin dudas aquel que pueda “seguir en el partido” salir del enojo, tomar la iniciativa desde la construcción y continuar operando desde el lugar propio y no desde el “no lugar” del otro.
Rubén Weinsteiner
para Internetologías
Llamamos generación Google, a aquella franja que esta compuesta por personas que nacieron después de 1990. Junto con la generación Y -1980 a 1990-, en las últimas elecciones de 2009, conformaban el 30% del padrón, es decir que en la suma de estas dos franjas las personas que tenían derecho al voto sumaban un 30% del universo votante.
Sector nada desdeñable si tenemos en cuenta que quien obtuviera la mayoría en la franja, es decir un 51% de ese 30%, se llevaba el 15% del padrón general.
La generación Google con derecho a voto en 2011 conforma un 2,6% del padrón. Los Google, nacieron después de los 90, nunca vivieron sin Internet, no imaginan la vida sin celular, chatean desde los 6 años, se han integrado a las redes sociales desde el principio de estas y ven poca TV, ya que les aburre esperar a que el conductor anuncie que después de la pausa viene lo mejor. En realidad ven mucha TV pero en You Tube, no consumen el brodcasting de los canales sino hacen pullcasting, tiran lo que ellos quieren, cuando ellos quieren y scanean los contenidos para no “ensartarse” con algo que los aburra.
Son multitasking, chatean, abren el Facebook, twittean, cuelgan fotos en Flickr, escriben en el blog, leen otros blogs, revisan los e-mails, hablan por celular y ven en una ventana chiquita un video en You tube; todo esto al mismo tiempo.
Los saltos multitask se dan en forma geométrica de generación en generación. Mientras la abuela ponía la radio en la mesa de la cocina y se sentaba a escuchar mirando la radio, el hijo escuchaba la radio y manejaba, o trabajaba, el nieto hacia los deberes frente al televisor, y el bisnieto de la generación Google capitaliza los saltos cognitivos de las generaciones anteriores, que se potencian con la disruptividad de la Web en la vida cotidiana.
Hasta la explosión de Internet la forma de rodear en 360 grados al objeto receptor, era hablarle desde la radio, mostrarle desde la TV, los diarios y la vía publica, ya sea grafitis para la comunicación política o afiches y carteles para la comercial y también la política. Con ese esquema, la persona estaba encapsulada comunicacionalmente. Con la Web y particularmente en la generación Google, los diarios pierden poder de fuego directo, manteniéndose el poder de entidad, donde la palabra impresa y sus multiplicadores todavía retienen una legitimación importante.
La TV en la franja Google, pierde poder, por un lado por la atomización del mensaje de los 90 con la irrupción del cable a nivel mundial, pero fundamentalmente la pérdida se explica por la ventana de cuatro horas por día, que ocupa Internet en la agenda de la generación Google.
Hoy esos 360 grados resulta imposible cubrirlos sin la Web.
¿Cuales son los insumos decisorios de esta generación? ¿Cómo piensan el voto?
El voto Google no es homogéneo, los diferentes segmentos revelan diferencias importantes entre si.
La legitimación que Tinelli puede darle a un candidato desde gran cuñado, varía claramente a medida que subimos en la pirámide. Pero en tanto segmento están presentes algunos metaprogramas que resultan mas o menos verticales:
a) No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente.
b) Que la propuesta tenga una salida asimilable dentro de su pensamiento concreto, no tienen mucha capacidad de abstracción. Temas puntuales y que intersecten con su vida cotidiana.
c) El marco de referencia esta afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser el líder de la banda que mas le gusta, pero además debe validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu y los proyecte hacia afuera.
d) Importa en la referencia, mas que lo que dice, la forma en la cual se para frente al poder
e) La visualidad resulta fundamental a la hora de convencerse y aceptar o cambiar paradigmas.
f) La herencia es importante. En familias peronistas, radicales, identificadas con ideas de izquierda, o de derecha, la tradición pesa, el discurso del Google intenta integrar y justificar la tradición dentro de su esquema. También pesan los miedos hereditarios, miedo al peronismo, a los militares, a los radicales, a la izquierda, derecha etc. Por eso es importante en esta franja mas que en ninguna otra, a la hora de segmentar el nuevo voto Google, ver de donde vienen.
g) El lenguaje gestual derivado de la visualidad, resulta naturalmente clave. La gestualidad ligada a las jerarquías produce rechazo, la sobre actuación muy evidente también.
h) La sobre exposición resta, es “careta” pero mas resta la sub exposición, el no estar. Como vimos con De Narváez-Kirchner en el gran cuñado de Tinelli. Mas allá de un planteo en términos de valores, que podría justificar la no presencia de Kirchner en un programa ícono de la mediocridad de los 90, el no estar, aun desde un lugar de diferenciación, restó a los que querían ver a Kirchner parado desde la rebeldía, desde el cuestionamiento pero visualmente perceptible, en el escenario, en el piso.
Desde la emergencia, la organización del debate para los Google se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo de autenticidad, sencillez y transparencia.
Pero la paradoja consiste en que mas que el hecho de ser “caretas”, la visibilidad de lo obvio es lo que los expone como “caretas” sin posibilidad de defensa. Muchos Google saben que los medios corporizaron desde siempre intereses empresariales, lo cual no los transforma automáticamente en “truchos”, es el hecho de la obviedad, la exposición que intenta tomarlos por tontos, la repetición exagerada de frases como “ley de medios K, sale o sale” lo que pone al Google en un cruce de caminos, donde no puede simular no ver la maniobra, y entonces debe reaccionar. Si por lo menos se tomaran el trabajo de hacerlo de una manera menos visible, no pondrían al receptor en la obligación de reaccionar y categorizar al sujeto emisor como “trucho” para no quedar como tonto.
Cuando TN intenta anclar “ley de medios K”, hay una sinceridad absoluta dentro de la corrupción informativa. Sin embargo los Google piden desde la necesidad, transparencia, y en realidad están pidiendo desde el deseo, apariencia de transparencia.
En esta fractura binaria que se esta dando en la sociedad donde la oposición y Clarín van a la guerra con el gobierno, han quedado expuestos la oposición, Clarín y el gobierno de una manera muy obvia, con mecanismos que antes se utilizaban pero encubiertos y hoy producto del enojo y la furia quedan expuestos. Y ahí están los Google expectantes y sensibles a la sobreexposición de la impostación, con su demanda de apariencia de transparencia insatisfecha.
En el segmento Google como en otros segmentos, la batalla, tanto en términos de partidos como grupos mediáticos, la ganará sin dudas aquel que pueda “seguir en el partido” salir del enojo, tomar la iniciativa desde la construcción y continuar operando desde el lugar propio y no desde el “no lugar” del otro.
Rubén Weinsteiner
domingo, febrero 27, 2011
Los blogs frente a las redes sociales
Al igual que todo cineasta, Michael McDonald, un estudiante del último año de la escuela secundaria, utilizaba un blog para mostrar sus videos. Pero desalentado por la escasa cantidad de personas que visitaban dicho blog, comenzó a publicarlos en Facebook, donde sus amigos seguramente verían y harían comentarios sobre sus habilidades para la edición.
"Ya no uso mi blog", dijo McDonald, quien vive en San Francisco. "Todas las personas con las que trato de conectarme están en Facebook".
Alguna vez, los blog fueron el sitio de elección para la gente que deseaba expresarse online. Pero, con el surgimiento de sitios como Facebook y Twitter , están perdiendo atractivo para muchas personas (particularmente, para la generación más joven).
A través del Proyecto sobre Internet y la Vida Estadounidense, en el Centro de Investigaciones Pew, se descubrió que, desde el año 2006 hasta el año 2009, el uso de los blog entre adolescentes de 12 a 17 años disminuyó a la mitad; ahora, el 14 por ciento de los chicos de esa edad que usan Internet tienen blogs. Entre los 18 y los 33 años, según se expresó en un informe del proyecto el año último, el uso de blogs cayó dos puntos porcentuales en 2010, respecto de la cifra registrada dos años antes.
Quienes antes utilizaban blogs dijeron que estaban demasiado ocupados como para escribir publicaciones extensas y que no estaban inspirados debido a la falta de lectores. Otros afirmaron que no tenían interés alguno en crear un blog porque las redes sociales hicieron un trabajo suficientemente bueno para mantenerlos en contacto con los amigos y la familia.
El uso de blogs comenzó su rápido ascenso hace aproximadamente 10 años cuando servicios tales como Blogger y LiveJournal se tornaron populares. Tanta gente comenzó a usarlos (para compartir historias relacionadas con la dieta, para despotricar sobre los políticos y para celebrar su amor por los gatos) que Merriam-Webster declaró a blog la palabra del año en 2004.
Es difícil definir un blog, pero la mayoría de la gente cree que es un sitio web en el cual las personas publican entradas periódicas en orden cronológico invertido y que permite a los lectores dejar comentarios.
Sin embargo, para muchos usuarios de Internet, el hecho de tener y usar un blog está más definido por un estilo de escritura personal y dogmática. Algunos sitios de noticias y comentarios comenzaron siendo un blog para luego convertirse en imperios mini-medios, como The Huffington Post o Silicon Alley Insider, que prácticamente no pueden ser distinguidos de las fuentes de noticias más tradicionales.
Los blog no experimentaron grandes desafíos hasta que Facebook remodeló el comportamiento de los consumidores con su eje todo-propósito, el cual tenía como objetivo publicar todo lo referido a temas sociales. Twitter, que permite mensajes de no más de 140 caracteres, también contribuyó con este movimiento.
Los usuarios de Internet ya no necesitaban un blog para conectarse con el mundo. En cambio, podían publicar actualizaciones rápidas para quejarse del tiempo, colocar vínculos (links) a artículos que los enfurecían, comentar sobre noticias, compartir fotografías o promocionar alguna causa (todas las cosas para las cuales había sido creado un blog).
En verdad, las conversaciones triviales pasaron en gran parte a las redes sociales, dijo Elisa Camahort Page, co-fundadora de BlogHer, un sitio de blogs para las mujeres. Sin embargo, los blog continúan siendo el hogar de debates más jugosos, señaló.
"Si buscas una conversación sustanciosa, recurres a los blog", dijo Camahort Page. "No lo hallarás en Facebook y no vas a encontrarlo en 140 caracteres de Twitter".
Lee Rainie, quien dirige el Proyecto sobre Internet y la Vida Estadounidense, dice que el uso de los blog no está decayendo tanto sino que está cambiando con el tiempo. Los empresarios han tomado algunas de las características popularizadas por los blog y las han combinado para convertirlas en otras clases de servicios.
"El acto de contar tu historia y compartir parte de tu vida con alguien está vivito y coleando (incluso más que durante el surgimiento de los blog)", afirmó Rainie. "Simplemente está mutando hacia otras plataformas".
El hecho de que las líneas se desdibujen es fácilmente perceptible entre los usuarios de Tumblr. A pesar de que Tumblr se auto-denomina un servicio de blogs, muchos de sus usuarios desconocen la descripción y no se consideran bloggers (usuarios de blogs), lo que aumenta la posibilidad de que la disminución en el uso de blogs por parte de la generación más joven sea simplemente un tema semántico.
Kim Hou, una estudiante del último año de la escuela secundaria en San Francisco, dijo que dejó de usar blogs hace algunos meses, pero reconoció que continuaba publicando fotografías de moda en Tumblr. "Es diferente a usar un blog porque es más fácil de utilizar", señaló. "En los blog, tienes que escribir y esto es sólo imágenes. Ciertas personas escriben frases o algunas citas, pero nada más".
El efecto se ve en las compañías que proveen plataformas para blogs. Blogger, que es propiedad de Google, tenía menos visitantes exclusivos en Estados Unidos, en diciembre, de los que tuvo un año antes (una reducción del 2 por ciento, a 58,6 millones), aunque en el ámbito mundial, los visitantes exclusivos de Blogger aumentaron un 9 por ciento, a 323 millones.
Por otro lado, LiveJournal, otro servicio de blogs, ha decidido enfatizar las comunidades. Conectar personas que comparten el interés por los chismes de las estrellas del espectáculo, por ejemplo, proporciona la interacción social de la cual carece el uso "clásico" de un blog, dijo Sue Rosenstock, una vocero de LiveJournal, que es propiedad de SUP, una compañía de medios online rusa. "Usar un blog puede ser una ocupación muy solitaria; escribes al abismo", señaló.
Pero ciertos servicios de blogs como Tumblr y WordPress parecen haber evitado toda caída. Toni Schneider, quien es el jefe ejecutivo de Automattic, la compañía que comercializa el software para blogs WordPress, explica que WordPress está destinado principalmente a usuarios de blogs serios, no a los jóvenes novatos que desertan a las redes sociales.
En todo caso, él dijo que los usuarios de blogs con frecuencia emplean Facebook y Twitter con el fin de promocionar sus publicaciones en los blog ante una audiencia mayor. En vez de ser competidores, añadió, son complementarios.
"Hay mucha fragmentación", expresó Schneider. "Pero, a esta altura, quien toma en serio el uso de un blog, está utilizando diversos medios con el propósito de obtener mucho de sus tráficos".
Mientras que la generación más joven está perdiendo el interés en los blog, las personas de mediana edad y mayores permanecen fieles a ellos. Según el proyecto del Centro de Investigaciones Pew, entre la gente de 34 y 45 años que usa Internet, el porcentaje de los que utilizan un blog se incrementó seis puntos, al 16 por ciento, en el año 2010, respecto de la cifra registrada hace dos años. Asimismo, para la franja de edad de entre 46 y 55 años, el uso de este servicio se incrementó en cinco puntos porcentuales, al 11 por ciento, mientras que entre las personas de 65 y 73 años, ascendió dos puntos porcentuales, al 8 por ciento.
Russ Steele, de 72 años, un oficial jubilado de la Fuerza Aérea y trabajador del sector aeroespacial de Nevada City, en California, dice que pasa hasta tres horas al día buscando temas interesantes y escribiendo sobre ellos en su blog, NC Media Watch, el cual cubre temas locales en el condado de Nevada, al noreste de Sacramento. Todo lo que él desea es poder expresar su opinión conservadora en la comunidad.
A pesar de que se registró en Facebook el presente mes, Steele dijo que no cree que lo use demasiado y que continuaba comprometido con el uso de blogs. "Prefiero pasar mi tiempo escribiendo un análisis en el blog antes que redactando un puñado de párrafos cortos y luego enviándolos a la gente", agregó. "No necesito decir a la gente que voy al supermercado".
"Ya no uso mi blog", dijo McDonald, quien vive en San Francisco. "Todas las personas con las que trato de conectarme están en Facebook".
Alguna vez, los blog fueron el sitio de elección para la gente que deseaba expresarse online. Pero, con el surgimiento de sitios como Facebook y Twitter , están perdiendo atractivo para muchas personas (particularmente, para la generación más joven).
A través del Proyecto sobre Internet y la Vida Estadounidense, en el Centro de Investigaciones Pew, se descubrió que, desde el año 2006 hasta el año 2009, el uso de los blog entre adolescentes de 12 a 17 años disminuyó a la mitad; ahora, el 14 por ciento de los chicos de esa edad que usan Internet tienen blogs. Entre los 18 y los 33 años, según se expresó en un informe del proyecto el año último, el uso de blogs cayó dos puntos porcentuales en 2010, respecto de la cifra registrada dos años antes.
Quienes antes utilizaban blogs dijeron que estaban demasiado ocupados como para escribir publicaciones extensas y que no estaban inspirados debido a la falta de lectores. Otros afirmaron que no tenían interés alguno en crear un blog porque las redes sociales hicieron un trabajo suficientemente bueno para mantenerlos en contacto con los amigos y la familia.
El uso de blogs comenzó su rápido ascenso hace aproximadamente 10 años cuando servicios tales como Blogger y LiveJournal se tornaron populares. Tanta gente comenzó a usarlos (para compartir historias relacionadas con la dieta, para despotricar sobre los políticos y para celebrar su amor por los gatos) que Merriam-Webster declaró a blog la palabra del año en 2004.
Es difícil definir un blog, pero la mayoría de la gente cree que es un sitio web en el cual las personas publican entradas periódicas en orden cronológico invertido y que permite a los lectores dejar comentarios.
Sin embargo, para muchos usuarios de Internet, el hecho de tener y usar un blog está más definido por un estilo de escritura personal y dogmática. Algunos sitios de noticias y comentarios comenzaron siendo un blog para luego convertirse en imperios mini-medios, como The Huffington Post o Silicon Alley Insider, que prácticamente no pueden ser distinguidos de las fuentes de noticias más tradicionales.
Los blog no experimentaron grandes desafíos hasta que Facebook remodeló el comportamiento de los consumidores con su eje todo-propósito, el cual tenía como objetivo publicar todo lo referido a temas sociales. Twitter, que permite mensajes de no más de 140 caracteres, también contribuyó con este movimiento.
Los usuarios de Internet ya no necesitaban un blog para conectarse con el mundo. En cambio, podían publicar actualizaciones rápidas para quejarse del tiempo, colocar vínculos (links) a artículos que los enfurecían, comentar sobre noticias, compartir fotografías o promocionar alguna causa (todas las cosas para las cuales había sido creado un blog).
En verdad, las conversaciones triviales pasaron en gran parte a las redes sociales, dijo Elisa Camahort Page, co-fundadora de BlogHer, un sitio de blogs para las mujeres. Sin embargo, los blog continúan siendo el hogar de debates más jugosos, señaló.
"Si buscas una conversación sustanciosa, recurres a los blog", dijo Camahort Page. "No lo hallarás en Facebook y no vas a encontrarlo en 140 caracteres de Twitter".
Lee Rainie, quien dirige el Proyecto sobre Internet y la Vida Estadounidense, dice que el uso de los blog no está decayendo tanto sino que está cambiando con el tiempo. Los empresarios han tomado algunas de las características popularizadas por los blog y las han combinado para convertirlas en otras clases de servicios.
"El acto de contar tu historia y compartir parte de tu vida con alguien está vivito y coleando (incluso más que durante el surgimiento de los blog)", afirmó Rainie. "Simplemente está mutando hacia otras plataformas".
El hecho de que las líneas se desdibujen es fácilmente perceptible entre los usuarios de Tumblr. A pesar de que Tumblr se auto-denomina un servicio de blogs, muchos de sus usuarios desconocen la descripción y no se consideran bloggers (usuarios de blogs), lo que aumenta la posibilidad de que la disminución en el uso de blogs por parte de la generación más joven sea simplemente un tema semántico.
Kim Hou, una estudiante del último año de la escuela secundaria en San Francisco, dijo que dejó de usar blogs hace algunos meses, pero reconoció que continuaba publicando fotografías de moda en Tumblr. "Es diferente a usar un blog porque es más fácil de utilizar", señaló. "En los blog, tienes que escribir y esto es sólo imágenes. Ciertas personas escriben frases o algunas citas, pero nada más".
El efecto se ve en las compañías que proveen plataformas para blogs. Blogger, que es propiedad de Google, tenía menos visitantes exclusivos en Estados Unidos, en diciembre, de los que tuvo un año antes (una reducción del 2 por ciento, a 58,6 millones), aunque en el ámbito mundial, los visitantes exclusivos de Blogger aumentaron un 9 por ciento, a 323 millones.
Por otro lado, LiveJournal, otro servicio de blogs, ha decidido enfatizar las comunidades. Conectar personas que comparten el interés por los chismes de las estrellas del espectáculo, por ejemplo, proporciona la interacción social de la cual carece el uso "clásico" de un blog, dijo Sue Rosenstock, una vocero de LiveJournal, que es propiedad de SUP, una compañía de medios online rusa. "Usar un blog puede ser una ocupación muy solitaria; escribes al abismo", señaló.
Pero ciertos servicios de blogs como Tumblr y WordPress parecen haber evitado toda caída. Toni Schneider, quien es el jefe ejecutivo de Automattic, la compañía que comercializa el software para blogs WordPress, explica que WordPress está destinado principalmente a usuarios de blogs serios, no a los jóvenes novatos que desertan a las redes sociales.
En todo caso, él dijo que los usuarios de blogs con frecuencia emplean Facebook y Twitter con el fin de promocionar sus publicaciones en los blog ante una audiencia mayor. En vez de ser competidores, añadió, son complementarios.
"Hay mucha fragmentación", expresó Schneider. "Pero, a esta altura, quien toma en serio el uso de un blog, está utilizando diversos medios con el propósito de obtener mucho de sus tráficos".
Mientras que la generación más joven está perdiendo el interés en los blog, las personas de mediana edad y mayores permanecen fieles a ellos. Según el proyecto del Centro de Investigaciones Pew, entre la gente de 34 y 45 años que usa Internet, el porcentaje de los que utilizan un blog se incrementó seis puntos, al 16 por ciento, en el año 2010, respecto de la cifra registrada hace dos años. Asimismo, para la franja de edad de entre 46 y 55 años, el uso de este servicio se incrementó en cinco puntos porcentuales, al 11 por ciento, mientras que entre las personas de 65 y 73 años, ascendió dos puntos porcentuales, al 8 por ciento.
Russ Steele, de 72 años, un oficial jubilado de la Fuerza Aérea y trabajador del sector aeroespacial de Nevada City, en California, dice que pasa hasta tres horas al día buscando temas interesantes y escribiendo sobre ellos en su blog, NC Media Watch, el cual cubre temas locales en el condado de Nevada, al noreste de Sacramento. Todo lo que él desea es poder expresar su opinión conservadora en la comunidad.
A pesar de que se registró en Facebook el presente mes, Steele dijo que no cree que lo use demasiado y que continuaba comprometido con el uso de blogs. "Prefiero pasar mi tiempo escribiendo un análisis en el blog antes que redactando un puñado de párrafos cortos y luego enviándolos a la gente", agregó. "No necesito decir a la gente que voy al supermercado".
martes, febrero 22, 2011
Necesidad y deseo en la construcción del discurso político
Rubén Weinsteiner para ADN
No hay que preguntarle a la gente que piensa, hay que ver que hace.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela, todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen 3000 toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, sin embargo ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos la mayoría dirá en Carrefour o en Jumbo, si les preguntamos porque, probablemente nos dirán porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que entran al chino, donde una mujer en ojotas le gritará “deja bolso”.
Es el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, entre la necesidad y el deseo.
Luego de terminada la segunda guerra mundial la empresa General Electric, pensó en fabricar elementos que utilizaran electricidad para funcionar, y para ello encargó estudios de mercado donde se le preguntó a la gente: ¿Ud. usaría un cuchillo eléctrico? ¿Un abrelatas eléctrico? La gente respondió que no, que el cuchillo común era perfecto para ellos y que lo seguirían usando, sin embargo desde la General Electric habrán pensado que cortar el pollo es difícil con el cuchillo común y que con un cuchillo eléctrico sería mucho más sencillo, por eso lo fabricaron y fue un éxito. Otra vez lo que la gente dice y lo que hace en realidad, necesidad y deseo.
El que entendía claramente la diferencia entre necesidad y deseo era Carlos Menem. En un video que vi hace poco, estaba el entonces presidente siendo entrevistado en el programa de Susana Giménez, y las preguntas y las respuestas fueron:
SG-¿Ud. hizo el servicio militar?
CM- No, mi papá buscó a un general amigo, y le dio … (sonrisa) unos mangos … (sonrisa) y me salvó.
SG-Dicen que Ud. Es muy mujeriego…
CM- Y io no sé, eso es lo que dicen
SG-¿Es verdad que manejó la Ferrari a 250 km por hora?
CM- y la verdad es que me gusta velocidad.
Es el ejemplo de manual, a la gente le gusta, desea pagar, coimear, para no hacer el servicio militar, para que no le hagan una multa, a la gente, a muchos hombres les gusta o les gustaría ser mujeriegos, y que en algún lugar se sepa, y les gustaría andar en una Ferrari a alta velocidad. Si le preguntamos a la gente, nadie coimeo nunca a un policía, nadie es putañero, nadie viola las leyes de tránsito, nadie quiere tener una Ferrari, con un “Palio estoy bien”
La necesidad esta puesta en quedar bien y no decir que votó a Menem, que come mejores alimentos que mortadela, que no es mujeriego, que no coimea, que no viola las reglas de tránsito.
La gente busca a aquel que interpreta su deseo más que su necesidad, o por lo menos que entiende el deseo Ese es el problema principal de Macri, el se conecta con lo que la gente dice, y no con lo que hace, la gente quiere orden mientras no le saquen la foto a su auto, si es que no le tapa la patente.
El Argentino no es congruente con la demanda/necesidad de orden, no es alemán, por eso hacerse cargo de esa demanda, al final del día se revelara como incongruente, no cierra, no puede cerrar, cuando el mismo que pide orden tira los papeles del chocolate al piso, coimea al policía, a la aduana, a los inspectores, tapa la patente, se cuela en la fila del súper, en la cancha, deja el auto en doble fila y cierra el auto, habla por celular mientras maneja, evade impuestos, saca la basura a cualquier hora, compra el registro, y demás prácticas
Macri encarna un alumno nerd en una clase de chicos que la juegan de nerds pero son quilomberos.
La capacidad del organizador, el estratega de las comunicaciones, tiene que estar enfocada en reconocer los deseos más allá de la enunciación de las necesidades. ¿Como? Investigando, Lux quería fabricar un jabón con perfume de chocolate, se le preguntó a la gente ¿Ud. Usaría un jabón de chocolate? La respuesta fue masivamente no, mancha, no tiene nada que ver. Cuando se le consultó a la gente que le pasaba con el chocolate, las respuestas fueron “no puedo vivir sin el chocolate”, Lux produjo el jabón y fue un éxito.
Hay que ir por lo que hace la gente, mirar, observar, investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que la gente quiere que pase, más allá de lo diga.
La necesidad es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.
Rubén Weinsteiner
No hay que preguntarle a la gente que piensa, hay que ver que hace.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela, todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen 3000 toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, sin embargo ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos la mayoría dirá en Carrefour o en Jumbo, si les preguntamos porque, probablemente nos dirán porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que entran al chino, donde una mujer en ojotas le gritará “deja bolso”.
Es el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, entre la necesidad y el deseo.
Luego de terminada la segunda guerra mundial la empresa General Electric, pensó en fabricar elementos que utilizaran electricidad para funcionar, y para ello encargó estudios de mercado donde se le preguntó a la gente: ¿Ud. usaría un cuchillo eléctrico? ¿Un abrelatas eléctrico? La gente respondió que no, que el cuchillo común era perfecto para ellos y que lo seguirían usando, sin embargo desde la General Electric habrán pensado que cortar el pollo es difícil con el cuchillo común y que con un cuchillo eléctrico sería mucho más sencillo, por eso lo fabricaron y fue un éxito. Otra vez lo que la gente dice y lo que hace en realidad, necesidad y deseo.
El que entendía claramente la diferencia entre necesidad y deseo era Carlos Menem. En un video que vi hace poco, estaba el entonces presidente siendo entrevistado en el programa de Susana Giménez, y las preguntas y las respuestas fueron:
SG-¿Ud. hizo el servicio militar?
CM- No, mi papá buscó a un general amigo, y le dio … (sonrisa) unos mangos … (sonrisa) y me salvó.
SG-Dicen que Ud. Es muy mujeriego…
CM- Y io no sé, eso es lo que dicen
SG-¿Es verdad que manejó la Ferrari a 250 km por hora?
CM- y la verdad es que me gusta velocidad.
Es el ejemplo de manual, a la gente le gusta, desea pagar, coimear, para no hacer el servicio militar, para que no le hagan una multa, a la gente, a muchos hombres les gusta o les gustaría ser mujeriegos, y que en algún lugar se sepa, y les gustaría andar en una Ferrari a alta velocidad. Si le preguntamos a la gente, nadie coimeo nunca a un policía, nadie es putañero, nadie viola las leyes de tránsito, nadie quiere tener una Ferrari, con un “Palio estoy bien”
La necesidad esta puesta en quedar bien y no decir que votó a Menem, que come mejores alimentos que mortadela, que no es mujeriego, que no coimea, que no viola las reglas de tránsito.
La gente busca a aquel que interpreta su deseo más que su necesidad, o por lo menos que entiende el deseo Ese es el problema principal de Macri, el se conecta con lo que la gente dice, y no con lo que hace, la gente quiere orden mientras no le saquen la foto a su auto, si es que no le tapa la patente.
El Argentino no es congruente con la demanda/necesidad de orden, no es alemán, por eso hacerse cargo de esa demanda, al final del día se revelara como incongruente, no cierra, no puede cerrar, cuando el mismo que pide orden tira los papeles del chocolate al piso, coimea al policía, a la aduana, a los inspectores, tapa la patente, se cuela en la fila del súper, en la cancha, deja el auto en doble fila y cierra el auto, habla por celular mientras maneja, evade impuestos, saca la basura a cualquier hora, compra el registro, y demás prácticas
Macri encarna un alumno nerd en una clase de chicos que la juegan de nerds pero son quilomberos.
La capacidad del organizador, el estratega de las comunicaciones, tiene que estar enfocada en reconocer los deseos más allá de la enunciación de las necesidades. ¿Como? Investigando, Lux quería fabricar un jabón con perfume de chocolate, se le preguntó a la gente ¿Ud. Usaría un jabón de chocolate? La respuesta fue masivamente no, mancha, no tiene nada que ver. Cuando se le consultó a la gente que le pasaba con el chocolate, las respuestas fueron “no puedo vivir sin el chocolate”, Lux produjo el jabón y fue un éxito.
Hay que ir por lo que hace la gente, mirar, observar, investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que la gente quiere que pase, más allá de lo diga.
La necesidad es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.
Rubén Weinsteiner
lunes, febrero 21, 2011
Quora: ¿una nueva red social para inquietar a los profesionales de PR?
Si con Facebook, Linkedin y Twitter los profesionales de PR estaban “hasta las manos” monitoreando y participando con sus clientes y marcas en los medios sociales y creían que estaban cerca de dominarlas, llegó una nueva para complicarles la vida: Quora, un site de preguntas y respuestas colaborativas que se podría describir bestialmente como una suerte de cóctel entre Facebook, Linkedin y Wikipedia.
La red social, que aún no lanzó su versión en español, fue fundada por uno de los socios iniciales de Mark Zuckerberg en Facebook y conoció la luz a mediados del año pasado. En las últimas semanas empezó a popularizarse a una increíble velocidad en el mundo de habla hispana, por ahora para hábiles con el inglés.
La red social tiene unos 300 mil usuarios y ya está valuada en 90 millones de dólares luego de haber recibido 14 millones de capital inicial. Es sorpendente que solo trabajen en este site de Silicon Valley apenas 15 personas.
La periodista Kristine Lowe dijo en el site Journalism.co.uk que en las últimas semanas se sumaron a Quora muchos periodistas que empezaron a postear cada vez más preguntas periodísticas.
Quora no tiene la limitación de los 140 caracteres de Twitter y permite seguir a gente y a temas, lo que la hace particularmente atractiva para periodistas. El fenomenal crecimiento de Quora es que conecta fácilmente las preguntas a los seguidores de Twitter y “amigos” de Facebook. Quora se define a sí misma como una “colección de preguntas y respuestas que se mejora continuamente”. En ese sentido tiene bastante en común con Wikipedia, la enciclopedia colaborativa a la que ya muchos profesionales de PR le tienen que prestar atención ya que allí se juega en buena medida la reputación de sus clientes.
Según bloggers especializados en comunicación corporativa, Quora es el boom que se viene en las redes sociales, uno de los indicios para ese pronóstico es la activa participación de periodistas de medios líderes de Estados Unidos.
A través de una pregunta en Quora, Aldo Leporati, director ejecutivo de la consultora Porter Novelli en Argentina, explicó que cree que Quora será relevante para los profesionales de PR: “Obvio que sí. Es un buen lugar para comenzar es aprender cómo los periodistas usan el sitio” y recomendó: “Pedir recomendaciones sobre lugares o eventos locales. Buscar ideas sobre historias o fuentes de los usuarios que trabajan o viven en las áreas que cubren. Pedir a los usuarios lo que les gustaría saber de la gente que van a entrevistar. Averiguar si la gente está interesada en un tema que está cubriendo. Buscar lo que la gente está diciendo sobre uno o su organización. Construir su reputación como un experto al responder preguntas y dar comentarios sobre las respuestas de los demás”.
Gabriela Jurevicius, de RFB Lynch & Partners, comentó: “¿Hay algo en la web que no sea relevante para los profesionales de la comunicación? Además, ¿cómo no prestarle atención a un 2.0 donde más que estados de animo o impresiones los usuarios dejan sus saberes y razonamientos. Imposible no estar en Quora”.
Silvina Moschini, presidenta de las consultoras de PR y contenidos Intuic y KMGi, opina que "creo que va a ser súper importante por que en foros y con el feedback generado por los usuarios es donde más se impacta la reputación y la decisión de compra. Quora ofrece esa posibilidad además de establecer a una empresa o experto como referente participando del debate. Todavía le falta volumen para que sea relevante en América latina, pero sin duda tiene sentido y se las traerá”.
Revista:imagen
La red social, que aún no lanzó su versión en español, fue fundada por uno de los socios iniciales de Mark Zuckerberg en Facebook y conoció la luz a mediados del año pasado. En las últimas semanas empezó a popularizarse a una increíble velocidad en el mundo de habla hispana, por ahora para hábiles con el inglés.
La red social tiene unos 300 mil usuarios y ya está valuada en 90 millones de dólares luego de haber recibido 14 millones de capital inicial. Es sorpendente que solo trabajen en este site de Silicon Valley apenas 15 personas.
La periodista Kristine Lowe dijo en el site Journalism.co.uk que en las últimas semanas se sumaron a Quora muchos periodistas que empezaron a postear cada vez más preguntas periodísticas.
Quora no tiene la limitación de los 140 caracteres de Twitter y permite seguir a gente y a temas, lo que la hace particularmente atractiva para periodistas. El fenomenal crecimiento de Quora es que conecta fácilmente las preguntas a los seguidores de Twitter y “amigos” de Facebook. Quora se define a sí misma como una “colección de preguntas y respuestas que se mejora continuamente”. En ese sentido tiene bastante en común con Wikipedia, la enciclopedia colaborativa a la que ya muchos profesionales de PR le tienen que prestar atención ya que allí se juega en buena medida la reputación de sus clientes.
Según bloggers especializados en comunicación corporativa, Quora es el boom que se viene en las redes sociales, uno de los indicios para ese pronóstico es la activa participación de periodistas de medios líderes de Estados Unidos.
A través de una pregunta en Quora, Aldo Leporati, director ejecutivo de la consultora Porter Novelli en Argentina, explicó que cree que Quora será relevante para los profesionales de PR: “Obvio que sí. Es un buen lugar para comenzar es aprender cómo los periodistas usan el sitio” y recomendó: “Pedir recomendaciones sobre lugares o eventos locales. Buscar ideas sobre historias o fuentes de los usuarios que trabajan o viven en las áreas que cubren. Pedir a los usuarios lo que les gustaría saber de la gente que van a entrevistar. Averiguar si la gente está interesada en un tema que está cubriendo. Buscar lo que la gente está diciendo sobre uno o su organización. Construir su reputación como un experto al responder preguntas y dar comentarios sobre las respuestas de los demás”.
Gabriela Jurevicius, de RFB Lynch & Partners, comentó: “¿Hay algo en la web que no sea relevante para los profesionales de la comunicación? Además, ¿cómo no prestarle atención a un 2.0 donde más que estados de animo o impresiones los usuarios dejan sus saberes y razonamientos. Imposible no estar en Quora”.
Silvina Moschini, presidenta de las consultoras de PR y contenidos Intuic y KMGi, opina que "creo que va a ser súper importante por que en foros y con el feedback generado por los usuarios es donde más se impacta la reputación y la decisión de compra. Quora ofrece esa posibilidad además de establecer a una empresa o experto como referente participando del debate. Todavía le falta volumen para que sea relevante en América latina, pero sin duda tiene sentido y se las traerá”.
Revista:imagen
Internet: conocimiento, negocios, política
Por Eliseo Veron
En estos últimos meses (soy voluntariamente impreciso, dada la complejidad de la situación) la coyuntura internacional ha adquirido, me parece, un carácter excepcional. Por una parte, estamos asistiendo a una revolución silenciosa, en la que intervienen muchos de los factores que caracterizan momentos de mutación: alianzas implícitas y cambiantes; negocios disfrazados de progreso social; movimientos tácticos para descolocar a los adversarios; demandas y deseos latentes en el imaginario social que nutren la dinámica general de la situación, y todos estos factores convergiendo hacia una ruptura histórica. Eso es lo que está ocurriendo en Internet, pero es invisible, en parte por la complejidad técnica del proceso en curso. Por otra parte, movimientos sociales “clásicos” sacuden a los países árabes, llenan las pantallas de la televisión y parecen retrotraernos a un mundo “real” anterior a Internet: grandes multitudes en una plaza (no es una red social, no: en Egipto se amontonan millones de personas de carne y hueso; imagínese: olores, sudores, gritos, contactos corporales) desestabilizan un régimen político autoritario. En este escenario, el aparente pasado y el previsible futuro se entrecruzan de un modo sorprendente.
La revolución silenciosa tiene que ver con el pasaje de la Internet 2.0 a la futura Internet 3.0, conocida como la “Internet semántica” (Semantic Web), uno de cuyos componentes es el OWL (Ontology Web Language), el Lenguaje Ontológico de la Internet, formalización destinada a hacer posible el análisis semántico automático de los contenidos que circulan en la Red. El OWL está íntimamente asociado a la llamada versión “fuerte” de la teoría de la inteligencia artificial (IA), que reduce el funcionamiento cerebral a operaciones lineales de cálculo (por el momento las computadoras no saben hacer otra cosa, aunque lo hagan cada vez más rápido). Que esta teoría “fuerte” de la IA haya perdido en los últimos años su posición dominante y que un número creciente de especialistas en el campo académico la consideren una mala teoría de los procesos de conocimiento, no tiene ninguna importancia: la Internet Semántica es el horizonte de los negocios del futuro. A diferencia de la lógica de los buscadores como Google, que se reduce –simplificando– a la asociación estadística de grupos de términos asistida por la memorización del perfil de preferencias del internauta, la Internet Semántica estructurará la entrada a la Internet a través de categorías, jerarquizaciones y relaciones conceptuales claramente definidas: una ontología, en el sentido propio del término. Una visión del mundo que todo usuario que navegue en la Internet 3.0 estará aceptando.
Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, se ha merecido ya un largo metraje que Zadie Smith, en un reciente artículo de la New York Review, califica irónicamente como “una película sobre la generación 2.0 hecha por gente 1.0” (David Fincher, el director de La red social y su guionista, Aaron Sorkin, tienen casi 50 años de edad). Las innovaciones anunciadas por Facebook en 2010 pasaron casi desapercibidas salvo en los medios especializados, pero es esa la gran batalla: Facebook (la mayor red social del mundo) se ha subido decididamente a la Internet Semántica, con lo cual estará en condiciones de articular los perfiles de sus 500 millones de usuarios (perfiles cada vez más personalizados y con cada vez más datos de sus vidas privadas y las de sus amigos) con la ontología de objetos y productos: una base de datos con un valor comercial y un poder de marketing desconocidos hasta ahora en la historia de los mercados “libres” modernos. Muchos especialistas temen que este proceso marque el fin de la neutralidad de la Internet (toda la información que circula en la Red lo hace a la misma velocidad y en las mismas condiciones). En el acuerdo de Google con Verizon, por ejemplo, el principio de la neutralidad quedó en suspenso para las operaciones con dispositivos inalámbricos.
No todas son malas noticias. Wikipedia, inspirada en una ideología radicalmente opuesta a la de Facebook, acaba de festejar su décimo aniversario y no está en crisis. Wael Ghonim, gerente de marketing de Google para el Medio Oriente y Africa del Norte, se está convirtiendo –al parecer involuntariamente– en una figura importante de la rebelión egipcia concentrada en la plaza Tahrir. Y WikiLeaks sigue perturbando los secretos de muchos gobiernos. Por el momento al menos, las puertas que comunican el ciberespacio con el mundo real (y viceversa) no son sólo las puertas del supermercado planetario.
En estos últimos meses (soy voluntariamente impreciso, dada la complejidad de la situación) la coyuntura internacional ha adquirido, me parece, un carácter excepcional. Por una parte, estamos asistiendo a una revolución silenciosa, en la que intervienen muchos de los factores que caracterizan momentos de mutación: alianzas implícitas y cambiantes; negocios disfrazados de progreso social; movimientos tácticos para descolocar a los adversarios; demandas y deseos latentes en el imaginario social que nutren la dinámica general de la situación, y todos estos factores convergiendo hacia una ruptura histórica. Eso es lo que está ocurriendo en Internet, pero es invisible, en parte por la complejidad técnica del proceso en curso. Por otra parte, movimientos sociales “clásicos” sacuden a los países árabes, llenan las pantallas de la televisión y parecen retrotraernos a un mundo “real” anterior a Internet: grandes multitudes en una plaza (no es una red social, no: en Egipto se amontonan millones de personas de carne y hueso; imagínese: olores, sudores, gritos, contactos corporales) desestabilizan un régimen político autoritario. En este escenario, el aparente pasado y el previsible futuro se entrecruzan de un modo sorprendente.
La revolución silenciosa tiene que ver con el pasaje de la Internet 2.0 a la futura Internet 3.0, conocida como la “Internet semántica” (Semantic Web), uno de cuyos componentes es el OWL (Ontology Web Language), el Lenguaje Ontológico de la Internet, formalización destinada a hacer posible el análisis semántico automático de los contenidos que circulan en la Red. El OWL está íntimamente asociado a la llamada versión “fuerte” de la teoría de la inteligencia artificial (IA), que reduce el funcionamiento cerebral a operaciones lineales de cálculo (por el momento las computadoras no saben hacer otra cosa, aunque lo hagan cada vez más rápido). Que esta teoría “fuerte” de la IA haya perdido en los últimos años su posición dominante y que un número creciente de especialistas en el campo académico la consideren una mala teoría de los procesos de conocimiento, no tiene ninguna importancia: la Internet Semántica es el horizonte de los negocios del futuro. A diferencia de la lógica de los buscadores como Google, que se reduce –simplificando– a la asociación estadística de grupos de términos asistida por la memorización del perfil de preferencias del internauta, la Internet Semántica estructurará la entrada a la Internet a través de categorías, jerarquizaciones y relaciones conceptuales claramente definidas: una ontología, en el sentido propio del término. Una visión del mundo que todo usuario que navegue en la Internet 3.0 estará aceptando.
Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, se ha merecido ya un largo metraje que Zadie Smith, en un reciente artículo de la New York Review, califica irónicamente como “una película sobre la generación 2.0 hecha por gente 1.0” (David Fincher, el director de La red social y su guionista, Aaron Sorkin, tienen casi 50 años de edad). Las innovaciones anunciadas por Facebook en 2010 pasaron casi desapercibidas salvo en los medios especializados, pero es esa la gran batalla: Facebook (la mayor red social del mundo) se ha subido decididamente a la Internet Semántica, con lo cual estará en condiciones de articular los perfiles de sus 500 millones de usuarios (perfiles cada vez más personalizados y con cada vez más datos de sus vidas privadas y las de sus amigos) con la ontología de objetos y productos: una base de datos con un valor comercial y un poder de marketing desconocidos hasta ahora en la historia de los mercados “libres” modernos. Muchos especialistas temen que este proceso marque el fin de la neutralidad de la Internet (toda la información que circula en la Red lo hace a la misma velocidad y en las mismas condiciones). En el acuerdo de Google con Verizon, por ejemplo, el principio de la neutralidad quedó en suspenso para las operaciones con dispositivos inalámbricos.
No todas son malas noticias. Wikipedia, inspirada en una ideología radicalmente opuesta a la de Facebook, acaba de festejar su décimo aniversario y no está en crisis. Wael Ghonim, gerente de marketing de Google para el Medio Oriente y Africa del Norte, se está convirtiendo –al parecer involuntariamente– en una figura importante de la rebelión egipcia concentrada en la plaza Tahrir. Y WikiLeaks sigue perturbando los secretos de muchos gobiernos. Por el momento al menos, las puertas que comunican el ciberespacio con el mundo real (y viceversa) no son sólo las puertas del supermercado planetario.
domingo, febrero 20, 2011
DE LAS RELACIONES PÚBLICAS A LA COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
Por: Octavio Islas
Previo al formidable boom de Internet y de las comunicaciones digitales extendidas, dos grandes paradigmas del pensamiento administrativo influían decisivamente en la gestión empresarial: la dirección por objetivos y el desarrollo organizativo. En ambos paradigmas la comunicación era considerada asunto periférico. La expresividad de las organizaciones y la positiva visibilidad de las marcas básicamente dependían de la publicidad y las relaciones públicas.
En 1981, Thomas Peters y Robert Waterman publicaron En búsqueda de la excelencia, obra que admite ser considerada auténtico parteaguas en el desarrollo del pensamiento administrativo. Los autores analizaron 62 de las más importantes empresas de los Estados Unidos, partiendo de la hipótesis de que el organigrama de las empresas no incide en su éxito empresarial. Peters y Waterman lograron aislar un conjunto de valores intangibles que consideraron factores determinantes de la excelencia. Entre esos valores destacan algunas de las principales áreas de intervención de todo programa de comunicación estratégica, como la identidad y la cultura organizacional. Los hallazgos de Peters y Waterman contribuyeron a ratificar la importancia de la comunicación estratégica en la gestión empresarial, que de acuerdo con el destacado investigador español Justo Villafañe:
La gestión empresarial no es un valor absoluto en sí mismo, sino que está poderosamente influida por valores sociales y culturales; que los directivos son, además de gestores, fabricantes de significados y de símbolos y que el mito y los rituales deben ser introducidos en el management porque sus productos y/o servicios deben poseer significados (Villafañe, 2000).
La relevancia de la comunicación estratégica en la nueva gestión empresarial no está en duda, aún cuando muchas empresas mantengan una visión eminentemente inmediatista en lo relativo a su expresividad institucional. Respecto a la importancia de la comunicación, el destacado comunicólogo español Joan Costa (1999) inclusive sostiene que ésta representa la principal actividad de la empresa, considerándola, además, fundamento de un nuevo paradigma en la gestión empresarial.
En nuestros nuevos tiempos modernos, la complejidad del entorno expresivo y representacional de marcas y organizaciones parece haber desbordado las capacidades persuasivas de la mayoría de las agencias de publicidad. En los años recientes, la retórica publicitaria ha perdido una buena parte de su efectividad persuasiva. Al exagerar sistemáticamente de supuestas cualidades y atributos en todo tipo de bienes y servicios, la publicidad consiguió ventas instantáneas pero su discurso perdió significado y valor. La credibilidad informativa del discurso publicitario está muy devaluada. El consumidor aprendió a desconfiar de la publicidad y el cliente empezó a objetar el supuesto don de infalibilidad que tanto suelen pregonar algunas agencias de publicidad.
Monopolio en decadencia
En los años recientes, las agencias de publicidad han perdido el monopolio que antes ejercían en el diseño y desarrollo de las estrategias comunicativas de los anunciantes. El prestigio y la reputación de cualquier marca u organización hoy dependen menos del esfuerzo publicitario y más del enfoque integral que supone la comunicación estratégica. La campaña publicitaria hoy debe subordinarse al programa integral de comunicación estratégica. Frente a la visión inmediatista de la agencia de publicidad, cuya eficacia persuasiva básicamente repara en el impacto sobre potenciales consumidores, la comunicación estratégica reivindica la necesidad de recuperar la confianza del mayor número posible de públicos, afirmando que el valor de la acción-comunicación (Costa, 1999) debe estar sustentado en la congruencia de las acciones comunicativas. De acuerdo con Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003), toda reputación positiva suele estar asociada a cinco atributos empresariales: visibilidad, diferenciación, autenticidad, transparencia y fortaleza.
En años recientes, ante el evidente desgaste persuasivo de la publicidad, celebridades como Al Ries han pretendido reivindicar la importancia de las relaciones públicas. Las tesis contenidas en el libro The Fall of Advertising and the Rise of PR, que Al Ries escribió con su hija Laura, le distanciaron de Jack Trout, su antiguo socio y amigo, quien como respuesta a Ries publicó el ensayo En defensa de la publicidad en la revista Advertising Age.
A pesar de las cualidades que Ries destaca en las relaciones públicas, la imagen social de las relaciones públicas sigue siendo objeto de amplios cuestionamientos. En algunos países se les considera actividad trivial, que a menudo se asocia con expresiones frívolas y poco relevantes para la efectiva generación de valor para la organización.
Situación en algunos países
Algunos profesionales de las relaciones públicas afirman, no sin cierta ironía, que en México las relaciones públicas son una profesión que admite ser considerada como surrealista, pues en primer lugar es indispensable explicar qué no son las relaciones públicas para enseguida proceder a definirlas. A ello contribuyen los anuncios clasificados que todos los días publican los diarios, por ejemplo, en los cuales son solicitados los servicios de bellas jovencitas para “realizar actividades de relaciones públicas”. En el mejor de los casos, el empleador en realidad demanda personal para el área de ventas o telemercadeo.
En cambio -quizá por razones históricas-, la reputación del profesional de las relaciones públicas es muy diferente en los Estados Unidos y Francia. De acuerdo con el destacado publirrelacionista mexicano Carlos Bonilla, es posible considerar al estadounidense Ivy Ledbeter Lee como el primer consejero en relaciones públicas de los tiempos modernos. A Ledbeter Lee se atribuye haber transformado la imagen del acaudalado industrial estadounidense John D. Rockefeller. En la década de 1930, en algunas universidades de los Estados Unidos ya eran impartidos cursos de relaciones públicas. En 1946, un conferencista estadounidense introdujo a Francia el concepto de relaciones públicas.
En 1950 fue fundada la primera asociación francesa de especialistas en relaciones públicas: La Maison de Verre. También en la mayoría de los centros educativos de Brasil, los profesionales de las relaciones públicas han ganado el respeto de la academia, los investigadores y el mercado profesional. La doctora Margarida M. Krohling Kunsch, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), ha contribuido a la profesionalización de las relaciones públicas en Brasil.
En España, por ejemplo, el destacado investigador Jordi Xifra refiere que en diciembre de 2002, la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (ADECEC) realizó el estudio La comunicación y relaciones públicas en España. Una de las conclusiones que arrojó el referido estudio provocó enorme preocupación a los profesionales de las relaciones públicas:
“La ambigüedad de la mayoría de las definiciones de relaciones públicas dadas por los profesionales es tal, que podría aplicarse a cualquier otra disciplina comunicativa como, por ejemplo, la publicidad. Esto no hace más que corroborar que si algo caracteriza a las relaciones públicas a la hora de intentar definirlas, es el confucionismo existente acerca de lo que son (...) Ni desde el campo doctrinal ni desde el profesional nos ha llegado todavía una respuesta razonada. Lo cierto, sin embargo, es que nadie puede negar que el descrédito impera cuando formulamos al ciudadano de a pie qué entiende por relaciones públicas (si es que entiende algo). Incluso las consultoras que participaron en el estudio de ADECEC no solo consideran que el concepto de relaciones públicas está desprestigiado sino que además consideran que está integrado -o desintegrado, según como se mire- en el de comunicación (Xifra. 2003: XVII).
En años recientes, prestadores de nuevos servicios de comunicación han intentado abrir mercados profesionales emergentes, aprovechando las evidentes insuficiencias de las agencias de publicidad y el descrédito que todavía en muchos países enfrentan los profesionales de las relaciones públicas.
El cabildeo
El cabildeo, por ejemplo, se ha convertido en atractiva área de oportunidades. Los modernos cabilderos profesionales, afirma Jeffrey H. Birnbaun, ex corresponsal del Wall Street Journal y autor del libro The lobbyists, son “vendedores de privilegios”. En algunos países -México, por ejemplo-, los cabilderos no precisamente gozan de una positiva reputación. “Los cabilderos son despreciados, indignos de la confianza popular, porque generalmente representan intereses multimillonarios. Para cubrirse de su mala fama, algunos prefieren rescatar el anglicismo y hacerse llamar lobistas” (Scherer Ibarra, 2001:18).
Algunos gobiernos inclusive contratan los servicios de firmas especializadas en cabildeo. Para concretar la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), entonces presidente de México, contrató los servicios de las agencias Public Strategies, Burson Marsteller, y Shearman y Sterling, las cuales se encargaron de persuadir a aquellos legisladores del Partido Demócrata que no tenían interés alguno en aprobar el Tratado de Libre Comercio.
En México, por razones históricas muy profundas, la práctica del cabildeo admite una inevitable asociación con el fenómeno del influyentismo. En los tiempos de la presidencia imperial (1929-2000), el influyentismo fue uno de los signos distintivos de los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó ininterrumpidamente en México de 1929 al 2000. Al amparo del influyentismo proliferaron la corrupción y el nepotismo. El influyentismo además degeneró en patrimonialismo. Frecuentemente, los funcionarios de dependencias gubernamentales dispusieron de los bienes públicos como si éstos fuesen de su propiedad. Por medio de complejas negociaciones que frecuentemente se realizaban al margen de lo establecido en la ley, los influyentes procuraban satisfacer las peticiones y favores que solicitaban sus protegidos. Todo cacique simultáneamente desempeñaba las funciones de gestor y negociador. Del eficiente desempeño del cacique y de sus estrechas relaciones con las autoridades, en buena medida dependía el efectivo incremento de sus cuotas de poder.
Marketing
El marketing político y el marketing electoral representan atractivos mercado de trabajo para profesionales de la comunicación, tal como refiere la destacada investigadora mexicana Guillermina Baena (1997). Más allá de la rigurosa planeación de acciones propagandísticas (Herreros, 1989), la dirección de campañas electorales demanda los conocimientos y habilidades de un nuevo perfil de comunicador, capaz de planear, negociar, administrar grandes presupuestos y gestionar fondos con posibles patrocinadores. La gestión estratégica de la comunicación social en gabinetes de comunicación también representa otra atractiva áreas de oportunidades, como advierten los investigadores Tomás Álvarez y Mercedes Caballero (1998).
Los nuevos roles comunicativos que han asumido portavoces de los gobiernos en los diferentes niveles de la administración pública -como también empresarios y figuras públicas-, han contribuido a generar un atractivo mercado de servicios profesionales en media training e imagen pública.
Los expertos en media training ofrecen servicios de capacitación a sus clientes para obtener el mejor provecho posible de los medios de comunicación. Los consultores en imagen ofrecen un amplio repertorio de consejos que incluyen recomendaciones sobre protocolo, vestuario, aroma, la forma de contestar el teléfono (De Menthon, 1994) y hasta cómo caminar (De Armentaras, 1962; Collel, 1996; Vargas, 1998 y 1999).
Imagen pública en Iberoamérica
El concepto de imagen pública fue introducido en el mundo hispanoparlante por el célebre comunicólogo español Joan Costa, en el año de 1992. En la llamada industria del consentimiento -término propuesto por Edgard Bernays, en 1955-, participan profesionales de la comunicación y, por supuesto, auténticos charlatanes, destacando antiguos conductores de televisión y hasta peluqueros. Por ejemplo, en un pueblo próximo a Murcia, España, un peluquero ha incrementado los precios de los cortes de cabello que ejecuta al posicionarse como psicoestilista.
En España, el tema de imagen pública ha sido considerado asunto delicado. La doctora Ana Azurmendi Adarraga (1998), investigadora de la Universidad de Navarra, ha sido firme impulsora de un tema que permanecía como inédito en el Derecho y en las Ciencias de la Comunicación: el Derecho de Imagen.
En resumen
Evaluar los posibles escenarios y situaciones de vulnerabilidad en la organización; identificar públicos latentes o manifiestos que podrían tomar provecho de un hecho inesperado para perjudicar los intereses del cliente representado; anticipar posibles situaciones de conflicto; reconocer escenarios y situaciones de riesgo; mediar y negociar con actores cuyos intereses resultan antagónicos; impulsar radicales transformaciones culturales en las organizaciones representan una de las áreas más exigentes de la gestión de comunicación institucional en situaciones de crisis.
La supervivencia de muchas marcas e instituciones en buena medida depende de la capacidad para reducir riesgos e incertidumbre. En algunas organizaciones, la comunicación en crisis representa el escenario cotidiano. La organización habitable (Serrano, et al, 2001) admite ser considerada como uno de los mejores testimonios que ha generado la academia latinoamericana de comunicación para documentar una eficiente gestión comunicativa, destinada a contribuir positivamente a la transformación cultural de un gran corporativo de las telecomunicaciones (Telmex), venciendo la resistencia de un sindicato que oponía firme resistencia a toda iniciativa de modernización.
La comunicación con públicos financieros representa una de las áreas más delicadas de la comunicación estratégica, como anticipaba Louise Fleming en 1990, y como han reconocido destacados teóricos de la comunicación como José Daniel Barquero (2001), y Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003). En América Latina, muy pocas escuelas de comunicación han reparado en la importancia de la comunicación estratégica con públicos financieros.
Por último, la formidable revolución de Internet y de las comunicaciones digitales, en general, ha impuesto nuevas y exigentes competencias profesionales. En años recientes, en América Latina no pocos académicos e investigadores de la comunicación han pretendido asumir roles de supuestos expertos en temas de cibercultura y Sociedad de la Información. La mayoría, sin embargo, resulta incapaz de poder siquiera contribuir al eficiente diseño de estrategias institucionales de comunicación en línea.
El advenimiento de nuevas áreas de oportunidades para profesionales de las ciencias de la comunicación, naturalmente obliga a reparar en la pertinencia de los planes de estudio de nuestras escuelas y facultades. En América Latina, pocas universidades han advertido la necesidad de transformar sus planes de estudio ajustándolos a la evidente complejidad que hoy supone el ejercicio profesional de la comunicación.
La comunicación con públicos financieros representa una de las áreas más delicadas de la comunicación estratégica, como anticipaba Louise Fleming en 1990, y como han reconocido destacados teóricos de la comunicación como José Daniel Barquero (2001), y Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003). En América Latina muy pocas escuelas de comunicación han reparado en la importancia de la comunicación estratégica con públicos financieros.
Fuente:RRPPnet
Previo al formidable boom de Internet y de las comunicaciones digitales extendidas, dos grandes paradigmas del pensamiento administrativo influían decisivamente en la gestión empresarial: la dirección por objetivos y el desarrollo organizativo. En ambos paradigmas la comunicación era considerada asunto periférico. La expresividad de las organizaciones y la positiva visibilidad de las marcas básicamente dependían de la publicidad y las relaciones públicas.
En 1981, Thomas Peters y Robert Waterman publicaron En búsqueda de la excelencia, obra que admite ser considerada auténtico parteaguas en el desarrollo del pensamiento administrativo. Los autores analizaron 62 de las más importantes empresas de los Estados Unidos, partiendo de la hipótesis de que el organigrama de las empresas no incide en su éxito empresarial. Peters y Waterman lograron aislar un conjunto de valores intangibles que consideraron factores determinantes de la excelencia. Entre esos valores destacan algunas de las principales áreas de intervención de todo programa de comunicación estratégica, como la identidad y la cultura organizacional. Los hallazgos de Peters y Waterman contribuyeron a ratificar la importancia de la comunicación estratégica en la gestión empresarial, que de acuerdo con el destacado investigador español Justo Villafañe:
La gestión empresarial no es un valor absoluto en sí mismo, sino que está poderosamente influida por valores sociales y culturales; que los directivos son, además de gestores, fabricantes de significados y de símbolos y que el mito y los rituales deben ser introducidos en el management porque sus productos y/o servicios deben poseer significados (Villafañe, 2000).
La relevancia de la comunicación estratégica en la nueva gestión empresarial no está en duda, aún cuando muchas empresas mantengan una visión eminentemente inmediatista en lo relativo a su expresividad institucional. Respecto a la importancia de la comunicación, el destacado comunicólogo español Joan Costa (1999) inclusive sostiene que ésta representa la principal actividad de la empresa, considerándola, además, fundamento de un nuevo paradigma en la gestión empresarial.
En nuestros nuevos tiempos modernos, la complejidad del entorno expresivo y representacional de marcas y organizaciones parece haber desbordado las capacidades persuasivas de la mayoría de las agencias de publicidad. En los años recientes, la retórica publicitaria ha perdido una buena parte de su efectividad persuasiva. Al exagerar sistemáticamente de supuestas cualidades y atributos en todo tipo de bienes y servicios, la publicidad consiguió ventas instantáneas pero su discurso perdió significado y valor. La credibilidad informativa del discurso publicitario está muy devaluada. El consumidor aprendió a desconfiar de la publicidad y el cliente empezó a objetar el supuesto don de infalibilidad que tanto suelen pregonar algunas agencias de publicidad.
Monopolio en decadencia
En los años recientes, las agencias de publicidad han perdido el monopolio que antes ejercían en el diseño y desarrollo de las estrategias comunicativas de los anunciantes. El prestigio y la reputación de cualquier marca u organización hoy dependen menos del esfuerzo publicitario y más del enfoque integral que supone la comunicación estratégica. La campaña publicitaria hoy debe subordinarse al programa integral de comunicación estratégica. Frente a la visión inmediatista de la agencia de publicidad, cuya eficacia persuasiva básicamente repara en el impacto sobre potenciales consumidores, la comunicación estratégica reivindica la necesidad de recuperar la confianza del mayor número posible de públicos, afirmando que el valor de la acción-comunicación (Costa, 1999) debe estar sustentado en la congruencia de las acciones comunicativas. De acuerdo con Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003), toda reputación positiva suele estar asociada a cinco atributos empresariales: visibilidad, diferenciación, autenticidad, transparencia y fortaleza.
En años recientes, ante el evidente desgaste persuasivo de la publicidad, celebridades como Al Ries han pretendido reivindicar la importancia de las relaciones públicas. Las tesis contenidas en el libro The Fall of Advertising and the Rise of PR, que Al Ries escribió con su hija Laura, le distanciaron de Jack Trout, su antiguo socio y amigo, quien como respuesta a Ries publicó el ensayo En defensa de la publicidad en la revista Advertising Age.
A pesar de las cualidades que Ries destaca en las relaciones públicas, la imagen social de las relaciones públicas sigue siendo objeto de amplios cuestionamientos. En algunos países se les considera actividad trivial, que a menudo se asocia con expresiones frívolas y poco relevantes para la efectiva generación de valor para la organización.
Situación en algunos países
Algunos profesionales de las relaciones públicas afirman, no sin cierta ironía, que en México las relaciones públicas son una profesión que admite ser considerada como surrealista, pues en primer lugar es indispensable explicar qué no son las relaciones públicas para enseguida proceder a definirlas. A ello contribuyen los anuncios clasificados que todos los días publican los diarios, por ejemplo, en los cuales son solicitados los servicios de bellas jovencitas para “realizar actividades de relaciones públicas”. En el mejor de los casos, el empleador en realidad demanda personal para el área de ventas o telemercadeo.
En cambio -quizá por razones históricas-, la reputación del profesional de las relaciones públicas es muy diferente en los Estados Unidos y Francia. De acuerdo con el destacado publirrelacionista mexicano Carlos Bonilla, es posible considerar al estadounidense Ivy Ledbeter Lee como el primer consejero en relaciones públicas de los tiempos modernos. A Ledbeter Lee se atribuye haber transformado la imagen del acaudalado industrial estadounidense John D. Rockefeller. En la década de 1930, en algunas universidades de los Estados Unidos ya eran impartidos cursos de relaciones públicas. En 1946, un conferencista estadounidense introdujo a Francia el concepto de relaciones públicas.
En 1950 fue fundada la primera asociación francesa de especialistas en relaciones públicas: La Maison de Verre. También en la mayoría de los centros educativos de Brasil, los profesionales de las relaciones públicas han ganado el respeto de la academia, los investigadores y el mercado profesional. La doctora Margarida M. Krohling Kunsch, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), ha contribuido a la profesionalización de las relaciones públicas en Brasil.
En España, por ejemplo, el destacado investigador Jordi Xifra refiere que en diciembre de 2002, la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (ADECEC) realizó el estudio La comunicación y relaciones públicas en España. Una de las conclusiones que arrojó el referido estudio provocó enorme preocupación a los profesionales de las relaciones públicas:
“La ambigüedad de la mayoría de las definiciones de relaciones públicas dadas por los profesionales es tal, que podría aplicarse a cualquier otra disciplina comunicativa como, por ejemplo, la publicidad. Esto no hace más que corroborar que si algo caracteriza a las relaciones públicas a la hora de intentar definirlas, es el confucionismo existente acerca de lo que son (...) Ni desde el campo doctrinal ni desde el profesional nos ha llegado todavía una respuesta razonada. Lo cierto, sin embargo, es que nadie puede negar que el descrédito impera cuando formulamos al ciudadano de a pie qué entiende por relaciones públicas (si es que entiende algo). Incluso las consultoras que participaron en el estudio de ADECEC no solo consideran que el concepto de relaciones públicas está desprestigiado sino que además consideran que está integrado -o desintegrado, según como se mire- en el de comunicación (Xifra. 2003: XVII).
En años recientes, prestadores de nuevos servicios de comunicación han intentado abrir mercados profesionales emergentes, aprovechando las evidentes insuficiencias de las agencias de publicidad y el descrédito que todavía en muchos países enfrentan los profesionales de las relaciones públicas.
El cabildeo
El cabildeo, por ejemplo, se ha convertido en atractiva área de oportunidades. Los modernos cabilderos profesionales, afirma Jeffrey H. Birnbaun, ex corresponsal del Wall Street Journal y autor del libro The lobbyists, son “vendedores de privilegios”. En algunos países -México, por ejemplo-, los cabilderos no precisamente gozan de una positiva reputación. “Los cabilderos son despreciados, indignos de la confianza popular, porque generalmente representan intereses multimillonarios. Para cubrirse de su mala fama, algunos prefieren rescatar el anglicismo y hacerse llamar lobistas” (Scherer Ibarra, 2001:18).
Algunos gobiernos inclusive contratan los servicios de firmas especializadas en cabildeo. Para concretar la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), entonces presidente de México, contrató los servicios de las agencias Public Strategies, Burson Marsteller, y Shearman y Sterling, las cuales se encargaron de persuadir a aquellos legisladores del Partido Demócrata que no tenían interés alguno en aprobar el Tratado de Libre Comercio.
En México, por razones históricas muy profundas, la práctica del cabildeo admite una inevitable asociación con el fenómeno del influyentismo. En los tiempos de la presidencia imperial (1929-2000), el influyentismo fue uno de los signos distintivos de los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó ininterrumpidamente en México de 1929 al 2000. Al amparo del influyentismo proliferaron la corrupción y el nepotismo. El influyentismo además degeneró en patrimonialismo. Frecuentemente, los funcionarios de dependencias gubernamentales dispusieron de los bienes públicos como si éstos fuesen de su propiedad. Por medio de complejas negociaciones que frecuentemente se realizaban al margen de lo establecido en la ley, los influyentes procuraban satisfacer las peticiones y favores que solicitaban sus protegidos. Todo cacique simultáneamente desempeñaba las funciones de gestor y negociador. Del eficiente desempeño del cacique y de sus estrechas relaciones con las autoridades, en buena medida dependía el efectivo incremento de sus cuotas de poder.
Marketing
El marketing político y el marketing electoral representan atractivos mercado de trabajo para profesionales de la comunicación, tal como refiere la destacada investigadora mexicana Guillermina Baena (1997). Más allá de la rigurosa planeación de acciones propagandísticas (Herreros, 1989), la dirección de campañas electorales demanda los conocimientos y habilidades de un nuevo perfil de comunicador, capaz de planear, negociar, administrar grandes presupuestos y gestionar fondos con posibles patrocinadores. La gestión estratégica de la comunicación social en gabinetes de comunicación también representa otra atractiva áreas de oportunidades, como advierten los investigadores Tomás Álvarez y Mercedes Caballero (1998).
Los nuevos roles comunicativos que han asumido portavoces de los gobiernos en los diferentes niveles de la administración pública -como también empresarios y figuras públicas-, han contribuido a generar un atractivo mercado de servicios profesionales en media training e imagen pública.
Los expertos en media training ofrecen servicios de capacitación a sus clientes para obtener el mejor provecho posible de los medios de comunicación. Los consultores en imagen ofrecen un amplio repertorio de consejos que incluyen recomendaciones sobre protocolo, vestuario, aroma, la forma de contestar el teléfono (De Menthon, 1994) y hasta cómo caminar (De Armentaras, 1962; Collel, 1996; Vargas, 1998 y 1999).
Imagen pública en Iberoamérica
El concepto de imagen pública fue introducido en el mundo hispanoparlante por el célebre comunicólogo español Joan Costa, en el año de 1992. En la llamada industria del consentimiento -término propuesto por Edgard Bernays, en 1955-, participan profesionales de la comunicación y, por supuesto, auténticos charlatanes, destacando antiguos conductores de televisión y hasta peluqueros. Por ejemplo, en un pueblo próximo a Murcia, España, un peluquero ha incrementado los precios de los cortes de cabello que ejecuta al posicionarse como psicoestilista.
En España, el tema de imagen pública ha sido considerado asunto delicado. La doctora Ana Azurmendi Adarraga (1998), investigadora de la Universidad de Navarra, ha sido firme impulsora de un tema que permanecía como inédito en el Derecho y en las Ciencias de la Comunicación: el Derecho de Imagen.
En resumen
Evaluar los posibles escenarios y situaciones de vulnerabilidad en la organización; identificar públicos latentes o manifiestos que podrían tomar provecho de un hecho inesperado para perjudicar los intereses del cliente representado; anticipar posibles situaciones de conflicto; reconocer escenarios y situaciones de riesgo; mediar y negociar con actores cuyos intereses resultan antagónicos; impulsar radicales transformaciones culturales en las organizaciones representan una de las áreas más exigentes de la gestión de comunicación institucional en situaciones de crisis.
La supervivencia de muchas marcas e instituciones en buena medida depende de la capacidad para reducir riesgos e incertidumbre. En algunas organizaciones, la comunicación en crisis representa el escenario cotidiano. La organización habitable (Serrano, et al, 2001) admite ser considerada como uno de los mejores testimonios que ha generado la academia latinoamericana de comunicación para documentar una eficiente gestión comunicativa, destinada a contribuir positivamente a la transformación cultural de un gran corporativo de las telecomunicaciones (Telmex), venciendo la resistencia de un sindicato que oponía firme resistencia a toda iniciativa de modernización.
La comunicación con públicos financieros representa una de las áreas más delicadas de la comunicación estratégica, como anticipaba Louise Fleming en 1990, y como han reconocido destacados teóricos de la comunicación como José Daniel Barquero (2001), y Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003). En América Latina, muy pocas escuelas de comunicación han reparado en la importancia de la comunicación estratégica con públicos financieros.
Por último, la formidable revolución de Internet y de las comunicaciones digitales, en general, ha impuesto nuevas y exigentes competencias profesionales. En años recientes, en América Latina no pocos académicos e investigadores de la comunicación han pretendido asumir roles de supuestos expertos en temas de cibercultura y Sociedad de la Información. La mayoría, sin embargo, resulta incapaz de poder siquiera contribuir al eficiente diseño de estrategias institucionales de comunicación en línea.
El advenimiento de nuevas áreas de oportunidades para profesionales de las ciencias de la comunicación, naturalmente obliga a reparar en la pertinencia de los planes de estudio de nuestras escuelas y facultades. En América Latina, pocas universidades han advertido la necesidad de transformar sus planes de estudio ajustándolos a la evidente complejidad que hoy supone el ejercicio profesional de la comunicación.
La comunicación con públicos financieros representa una de las áreas más delicadas de la comunicación estratégica, como anticipaba Louise Fleming en 1990, y como han reconocido destacados teóricos de la comunicación como José Daniel Barquero (2001), y Charles Fombrun y Cees Van Riel (2003). En América Latina muy pocas escuelas de comunicación han reparado en la importancia de la comunicación estratégica con públicos financieros.
Fuente:RRPPnet
lunes, febrero 14, 2011
Relato político modelo 2011
Rubén Weinsteiner para Bloomberg
El relato opositor en los noventa, digamos hacia el 94, era un relato de minorías, pero era un relato que conseguía enamorar. La elite cultural gritaba presente en pleno para cantar en lo de Tato Bores “la jueza budubudubudía” y la fast track a la gloria periodística pasaba por los ensayos que denunciaban actos de corrupción, hechos o personas, nadie denunciaba ideas, nadie cuestionaba la sagrada convertibilidad, ni a su sumo sacerdote Domingo Cavallo.
El relato opositor objetaba la corrupción y proponía menemismo honesto. La mayoría compraba otro relato y lo pagaba en cuotas. Ese relato se impuso en 1995 y le dio a Menem la reelección.
Ese relato opositor enamoraba no porque propusiera ideas positivas, no siempre nos enamoramos de alguien o algo que nos hace bien, pero proponía un “para que”. Para que se produzca ese enamoramiento debe haber una propuesta de “reason why” , y el relato opositor a Menem lo tenía. El núcleo del relato emitido era : el modelo económico funciona muy bien, pero lo hacen de manera corrupta, nosotros vamos a seguir igual en lo económico, pero no vamos a robar, vamos a ser más transparentes. Desde la recepción se decodificaba: “En lo económico todo seguirá igual, estos jugadores van a a ser tan eficaces como el gobierno, pero mas” lindos”.
Hoy a pocos meses de la elecciones presidenciales de 2011, los diferentes espacios opositores no despegan en las encuestas. Desde una concepción no evaluativa de la ideología, el principal y más crítico problema que no pueden resolver las expresiones del arco opositor, es la construcción de un relato eficaz, entre otras cosas, porque esos intentos de relato no plantean un “reason why”.
Un supermercado vende de todo, un espacio, en términos de marketing político, debe tener un propósito maestro y ordenador – uno, no mas- que lo explica el “reason why” del relato. Si se comunica bien ese propósito, la gente va a comenzar a escuchar lo que decimos.
Cuando se abandona el escenario de la puja de relatos, se impone el del adversario.
Margaret Thatcher en los ochentas estructuró un relato de manual, con principio, desarrollo y fin: el relato comenzaba con la gloria de la victoria en 1945 con la conducción de Churchill, el desarrollo marcaba 30 años de un estado ineficiente, grande e intervencionista, con una economía improductiva, un país permisivo y laxo, que fue al abismo en la crisis del petróleo y el final del relato marcaba la llegada de la “Dama de hierro” , privatizaciones, estado eficiente, baja del gasto, baja de los impuestos, reducción de los presupuestos para políticas sociales, todo esto coronado con una victoria en la guerra de Malvinas y la bonanza económica. Los laboristas, criticaron, denunciaron, desfilaron por los medios, propusieron medidas, pero no construyeron un contrarelato hasta la llegada de Blair.
José Serra en las últimas elecciones enfrentó el relato eficaz de Dilma, sin relato propio. En una entrevista a dos semanas de la primera vuelta, le preguntaron a Serra porque la gente debería votarlo. Serra disparó una sucesión larga de medidas, propuestas e ideas muy interesantes y con fuerte efecto, el dijo qué haría, no para qué lo haría.
En la Argentina, el gobierno ha construido un relato que le permite contar con un piso electoral duro, con buen arraigo en sectores juveniles. Frente al relato del kirchnerismo, los diferentes espacios opositores aún no han logrado construir uno propio. La UCR que ha sabido construirlo y con eficacia en el pasado, es el espacio que quizás más posibilidades tenga de lograrlo.
Si tomamos el caso del PRO, el partido que gobierna la ciudad de Buenos Aires, más allá de los enormes problemas comunicacionales en términos de posicionamiento, de construcción del discurso, de la marca política, y de la imposibilidad de sacar a Macri de la matriz tonto-perverso, el espacio no plantea un “reason why” a nivel nacional. El relato de ser los profesionalizadores de la política, de ser CEOS en lugar de militantes sin formación, hoy con 3 años de gestión, hace ruido modulado por Macri, Rodríguez Larreta y Michetti.
Con lo cual una propuesta de diferenciación que no verifica beneficios en el terreno, más el discurso de “los alisadores de baches” que no logran terminar con los baches, complica la consolidación de un “para que” profundo a nivel país.
“Denme el país que voy a hacer esto”, ¿Qué? ¿Para que querés gobernar? ¿En qué y para que vas a ser diferente a tus adversarios? ¿Qué políticas vas a llevar a cabo y para qué? El PRO todavía no ofrece respuestas a estas preguntas, por eso no puede ocupar el centro del ring. Solamente puede intentar la ocupación del centro de la escena, aquel cuyo relato exponga un posicionamiento de un “para qué” superador.
La ausencia de relato en el peronismo disidente, explica quizás su actual crisis probablemente terminal, que lo dibuja como carente de volumen en el universo opositor. El no contar con un relato, hace que sus integrantes actúen con la inercia de quien está esperando que algo pase, que baje la espuma post Néstor Kirchner, que Reutemann cambie de opinión, que Scioli …, Duhalde… en definitiva están esperando lo que no vendrá porque el “para qué” no viene de afuera, se construye adentro, y no tiene que ver con hechos o personas, sino con ideas formadoras del relato, que definen y explican el “ a lo que vinimos”.
El acuerdo cívico se afirma en el relato opositor noventista, y hace política con declaraciones juradas y expedientes judiciales en la mano. La población compró ese relato en el 99 y tuvo que devolver el producto, difícil que vuelva a pedirlo. Una cosa es luchar contra la corrupción y otra es vivir de eso como único modelo de acumulación.
El relato construido por la Alianza en el 96 construyó la victoria de Meijide sobre Chiche Duhalde en el 97, y De la Rúa en el 99. El relato kirchnerista del 2004-2006 hizo lo propio con las victorias de 2005 y 2007, y el relato opositor post guerra gaucha, determinó la derrota de Kirchner en la provincia de Buenos Aires en 2009.
El relato de la marca política no es algo épico, que se construye con una única acción y una fama vertiginosa, sino Blumberg, De Angelis y Redrado hubieran consolidado sus fugaces quince minutos de fama, capitalizándolos a favor de la construcción de un continente con posibilidades de pujar por algún espacio de poder.
El relato no es un slogan, tampoco es un listado de medidas. El relato es lo que sostiene lo que decimos, mostramos, hacemos y creemos. El relato genera que la gente crea en la propuesta, amplificando el mensaje y endureciendo el voto.
En la era de la Web 2.0, la política se articula a través de diálogos simétricos y permanentes, las propuestas no llegan a receptores mudos frente al televisor, sino a consumidores y productores de información, con capacidades cognitivas cada vez mas asimétricas con respecto a los emisores.
Sin relato no hay compromiso. La instalación de un relato determina victorias intelectuales, que en definitiva son las que traen las victorias electorales. Con la construcción de un relato eficaz, se logra que la gente se apropie de la propuesta haciéndola suya.
El relato opositor en los noventa, digamos hacia el 94, era un relato de minorías, pero era un relato que conseguía enamorar. La elite cultural gritaba presente en pleno para cantar en lo de Tato Bores “la jueza budubudubudía” y la fast track a la gloria periodística pasaba por los ensayos que denunciaban actos de corrupción, hechos o personas, nadie denunciaba ideas, nadie cuestionaba la sagrada convertibilidad, ni a su sumo sacerdote Domingo Cavallo.
El relato opositor objetaba la corrupción y proponía menemismo honesto. La mayoría compraba otro relato y lo pagaba en cuotas. Ese relato se impuso en 1995 y le dio a Menem la reelección.
Ese relato opositor enamoraba no porque propusiera ideas positivas, no siempre nos enamoramos de alguien o algo que nos hace bien, pero proponía un “para que”. Para que se produzca ese enamoramiento debe haber una propuesta de “reason why” , y el relato opositor a Menem lo tenía. El núcleo del relato emitido era : el modelo económico funciona muy bien, pero lo hacen de manera corrupta, nosotros vamos a seguir igual en lo económico, pero no vamos a robar, vamos a ser más transparentes. Desde la recepción se decodificaba: “En lo económico todo seguirá igual, estos jugadores van a a ser tan eficaces como el gobierno, pero mas” lindos”.
Hoy a pocos meses de la elecciones presidenciales de 2011, los diferentes espacios opositores no despegan en las encuestas. Desde una concepción no evaluativa de la ideología, el principal y más crítico problema que no pueden resolver las expresiones del arco opositor, es la construcción de un relato eficaz, entre otras cosas, porque esos intentos de relato no plantean un “reason why”.
Un supermercado vende de todo, un espacio, en términos de marketing político, debe tener un propósito maestro y ordenador – uno, no mas- que lo explica el “reason why” del relato. Si se comunica bien ese propósito, la gente va a comenzar a escuchar lo que decimos.
Cuando se abandona el escenario de la puja de relatos, se impone el del adversario.
Margaret Thatcher en los ochentas estructuró un relato de manual, con principio, desarrollo y fin: el relato comenzaba con la gloria de la victoria en 1945 con la conducción de Churchill, el desarrollo marcaba 30 años de un estado ineficiente, grande e intervencionista, con una economía improductiva, un país permisivo y laxo, que fue al abismo en la crisis del petróleo y el final del relato marcaba la llegada de la “Dama de hierro” , privatizaciones, estado eficiente, baja del gasto, baja de los impuestos, reducción de los presupuestos para políticas sociales, todo esto coronado con una victoria en la guerra de Malvinas y la bonanza económica. Los laboristas, criticaron, denunciaron, desfilaron por los medios, propusieron medidas, pero no construyeron un contrarelato hasta la llegada de Blair.
José Serra en las últimas elecciones enfrentó el relato eficaz de Dilma, sin relato propio. En una entrevista a dos semanas de la primera vuelta, le preguntaron a Serra porque la gente debería votarlo. Serra disparó una sucesión larga de medidas, propuestas e ideas muy interesantes y con fuerte efecto, el dijo qué haría, no para qué lo haría.
En la Argentina, el gobierno ha construido un relato que le permite contar con un piso electoral duro, con buen arraigo en sectores juveniles. Frente al relato del kirchnerismo, los diferentes espacios opositores aún no han logrado construir uno propio. La UCR que ha sabido construirlo y con eficacia en el pasado, es el espacio que quizás más posibilidades tenga de lograrlo.
Si tomamos el caso del PRO, el partido que gobierna la ciudad de Buenos Aires, más allá de los enormes problemas comunicacionales en términos de posicionamiento, de construcción del discurso, de la marca política, y de la imposibilidad de sacar a Macri de la matriz tonto-perverso, el espacio no plantea un “reason why” a nivel nacional. El relato de ser los profesionalizadores de la política, de ser CEOS en lugar de militantes sin formación, hoy con 3 años de gestión, hace ruido modulado por Macri, Rodríguez Larreta y Michetti.
Con lo cual una propuesta de diferenciación que no verifica beneficios en el terreno, más el discurso de “los alisadores de baches” que no logran terminar con los baches, complica la consolidación de un “para que” profundo a nivel país.
“Denme el país que voy a hacer esto”, ¿Qué? ¿Para que querés gobernar? ¿En qué y para que vas a ser diferente a tus adversarios? ¿Qué políticas vas a llevar a cabo y para qué? El PRO todavía no ofrece respuestas a estas preguntas, por eso no puede ocupar el centro del ring. Solamente puede intentar la ocupación del centro de la escena, aquel cuyo relato exponga un posicionamiento de un “para qué” superador.
La ausencia de relato en el peronismo disidente, explica quizás su actual crisis probablemente terminal, que lo dibuja como carente de volumen en el universo opositor. El no contar con un relato, hace que sus integrantes actúen con la inercia de quien está esperando que algo pase, que baje la espuma post Néstor Kirchner, que Reutemann cambie de opinión, que Scioli …, Duhalde… en definitiva están esperando lo que no vendrá porque el “para qué” no viene de afuera, se construye adentro, y no tiene que ver con hechos o personas, sino con ideas formadoras del relato, que definen y explican el “ a lo que vinimos”.
El acuerdo cívico se afirma en el relato opositor noventista, y hace política con declaraciones juradas y expedientes judiciales en la mano. La población compró ese relato en el 99 y tuvo que devolver el producto, difícil que vuelva a pedirlo. Una cosa es luchar contra la corrupción y otra es vivir de eso como único modelo de acumulación.
El relato construido por la Alianza en el 96 construyó la victoria de Meijide sobre Chiche Duhalde en el 97, y De la Rúa en el 99. El relato kirchnerista del 2004-2006 hizo lo propio con las victorias de 2005 y 2007, y el relato opositor post guerra gaucha, determinó la derrota de Kirchner en la provincia de Buenos Aires en 2009.
El relato de la marca política no es algo épico, que se construye con una única acción y una fama vertiginosa, sino Blumberg, De Angelis y Redrado hubieran consolidado sus fugaces quince minutos de fama, capitalizándolos a favor de la construcción de un continente con posibilidades de pujar por algún espacio de poder.
El relato no es un slogan, tampoco es un listado de medidas. El relato es lo que sostiene lo que decimos, mostramos, hacemos y creemos. El relato genera que la gente crea en la propuesta, amplificando el mensaje y endureciendo el voto.
En la era de la Web 2.0, la política se articula a través de diálogos simétricos y permanentes, las propuestas no llegan a receptores mudos frente al televisor, sino a consumidores y productores de información, con capacidades cognitivas cada vez mas asimétricas con respecto a los emisores.
Sin relato no hay compromiso. La instalación de un relato determina victorias intelectuales, que en definitiva son las que traen las victorias electorales. Con la construcción de un relato eficaz, se logra que la gente se apropie de la propuesta haciéndola suya.
sábado, febrero 05, 2011
domingo, enero 30, 2011
Crisis aimentarias, contestación social y sustentabilidad del sistema
E
s la Historia un eterno volver a empezar? Estamos, de hecho, ante la inminencia de lo que podría ser otra gran crisis alimentaria. El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó su nivel más alto a finales de 2010. La sequía en Rusia y las restricciones a la exportación adoptadas por el gobierno, así como las cosechas inferiores a lo esperado en Estados Unidos y Europa y posteriormente en Australia y Argentina, fueron los factores desencadenantes de un proceso de aumento vertiginoso de los precios de los productos agrícolas en los mercados internacionales.
Ciertamente, la situación actual es diferente de la de 2007-2008, aunque los recientes fenómenos climáticos podrían reducir significativamente la producción agrícola de la próxima temporada. Los aumentos de precios afectan principalmente a los sectores del azúcar y las semillas oleaginosas y en menor medida al de los cereales, que suponen 46 por ciento del consumo de calorías a nivel mundial. Las existencias de cereales, que eran de 428 millones de toneladas en 2007-08, son actualmente de 525 millones de toneladas. No obstante, se hace gran uso de ellas para responder a la demanda. Además, los precios del petróleo se sitúan actualmente en torno a los 90 dólares estadunidenses por barril, en lugar de 140 dólares.
Sin duda el aumento y la volatilidad de los precios continuarán en los próximos años si no se abordan las causas estructurales del desequilibrio del sistema agrícola internacional. Seguimos reaccionando en el plano de los factores coyunturales y, por tanto, se sigue haciendo gestión de las crisis. Los problemas fundamentales se señalaron en 1996 y 2002 en las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En ambas ocasiones se recordó especialmente a las más altas autoridades del mundo el incumplimiento de los compromisos adquiridos. Si se mantienen las tendencias actuales, el objetivo fijado por los líderes mundiales de reducir a la mitad el número de personas que tienen hambre en el mundo para 2015 sólo se alcanzará en 2150.
A pesar de las advertencias del Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO y de las transmitidas a través de los medios de comunicación, no ha habido ningún cambio decisivo de política desde 1996. Sin embargo, aún hoy en día, casi mil millones de personas padecen hambre en el mundo.
Tenemos que recordar con firmeza las condiciones de un suministro suficiente de alimentos para una población que no deja de crecer y necesitará, en el curso de los próximos cuarenta años, un aumento de 70 por ciento de la producción agrícola en el mundo y de 100 por ciento en los países en desarrollo.
Ante todo tenemos la cuestión de la inversión: la participación de la agricultura en la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) se redujo de 19 por ciento en 1980 a 3 por ciento en 2006 y ahora se sitúa en torno a 5 por ciento; debería alcanzar los 44 mil millones de dólares por año y volver al nivel inicial que permitió, en el decenio de 1970, evitar la hambruna en Asia y América Latina. Los gastos presupuestarios destinados a la agricultura en países de bajos ingresos y con déficit de alimentos representan alrededor de 5 por ciento cuando deberían alcanzar un mínimo de 10 por ciento; por último, la inversión privada nacional y extranjera, cercana a los 140 mil millones de dólares anuales, debería ascender a 200 mil millones de dólares. Estas cifras deben compararse con los gastos anuales en armamento, que se elevan a un billón (un millón de millones) y medio de dólares.
A continuación tenemos el comercio internacional de productos agrícolas, que no es ni libre ni justo. Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proporcionan un apoyo equivalente a unos 365 mil millones de dólares anuales a sus agricultores, mientras que las subvenciones y protecciones arancelarias a favor de los biocombustibles tienen el efecto de desviar unos 120 millones de toneladas de cereales del consumo humano al sector del transporte. Las medidas sanitarias y fitosanitarias unilaterales, así como los obstáculos técnicos al comercio, suponen un freno para las exportaciones y, en particular, para los países en desarrollo.
Por último, tenemos la especulación exacerbada por las medidas de liberalización de los mercados de futuros de productos agrícolas en un contexto de crisis económica y financiera. Estas nuevas condiciones han permitido la transformación de los instrumentos de arbitraje del riesgo en productos financieros especulativos que sustituyen a otras inversiones menos rentables.
La solución al problema del hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo pasa, por tanto, por la coordinación eficaz de las decisiones, que deberían abarcar tanto la inversión como el comercio agrícola internacional y los mercados financieros. En un contexto climático aleatorio marcado por las inundaciones y las sequías, es necesario poder financiar las pequeñas obras de control del agua, los medios de almacenamiento en el ámbito local y las carreteras rurales, así como los puertos pesqueros y los mataderos, etcétera. Sólo de esta manera será posible dar seguridad a la producción de alimentos y mejorar la productividad y la competitividad de los pequeños agricultores con el fin de disminuir los precios al consumo y aumentar los ingresos de las poblaciones rurales, las cuales representan 70 por ciento de los pobres del mundo. Además, se debe llegar a un consenso en las negociaciones ya demasiado largas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para poner fin a la distorsión de los mercados y a las medidas comerciales restrictivas para el comercio que agravan los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Por último, es urgente la introducción de nuevas medidas de transparencia y reglamentación para hacer frente a la especulación en los mercados de futuros de productos agrícolas.
La aplicación de estas políticas a nivel mundial debe basarse en el respeto de los compromisos asumidos por los países desarrollados, especialmente durante las Cumbres del Grupo de los 8 en Gleneagles y L’Aquila, y del Grupo de los 20 en Pittsburgh. Los países en desarrollo también deben aumentar la cuota de asignaciones para la agricultura en sus presupuestos nacionales. La inversión extranjera directa del sector privado se debe hacer en condiciones que garanticen, en particular gracias a un código internacional de conducta, una distribución equitativa de los beneficios entre los diferentes actores.
La gestión de crisis es indispensable y es buena, pero su prevención es mejor. Sin decisiones de naturaleza estructural a largo plazo con la voluntad política y los recursos financieros necesarios para su aplicación, la inseguridad alimentaria se mantendrá con una sucesión de crisis que tendrán graves consecuencias para las poblaciones más pobres. Ello dará lugar a inestabilidad política en los países y amenazará la paz y la seguridad del mundo. Los discursos y las promesas de las grandes reuniones internacionales, si no van seguidos de hechos, no hacen sino aumentar la frustración y las rebeliones. Es hora de adoptar y aplicar políticas que permitan que todos los agricultores del mundo, tanto de los países en desarrollo como de países desarrollados, dispongan de ingresos decentes mediante mecanismos que no creen distorsiones del mercado. Estos hombres, estas mujeres y estos jóvenes tienen que poder seguir trabajando en condiciones dignas para alimentar a un planeta que pasará de los 6 mil 900 millones de habitantes actuales a 9 mil 100 millones en 2050.
s la Historia un eterno volver a empezar? Estamos, de hecho, ante la inminencia de lo que podría ser otra gran crisis alimentaria. El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó su nivel más alto a finales de 2010. La sequía en Rusia y las restricciones a la exportación adoptadas por el gobierno, así como las cosechas inferiores a lo esperado en Estados Unidos y Europa y posteriormente en Australia y Argentina, fueron los factores desencadenantes de un proceso de aumento vertiginoso de los precios de los productos agrícolas en los mercados internacionales.
Ciertamente, la situación actual es diferente de la de 2007-2008, aunque los recientes fenómenos climáticos podrían reducir significativamente la producción agrícola de la próxima temporada. Los aumentos de precios afectan principalmente a los sectores del azúcar y las semillas oleaginosas y en menor medida al de los cereales, que suponen 46 por ciento del consumo de calorías a nivel mundial. Las existencias de cereales, que eran de 428 millones de toneladas en 2007-08, son actualmente de 525 millones de toneladas. No obstante, se hace gran uso de ellas para responder a la demanda. Además, los precios del petróleo se sitúan actualmente en torno a los 90 dólares estadunidenses por barril, en lugar de 140 dólares.
Sin duda el aumento y la volatilidad de los precios continuarán en los próximos años si no se abordan las causas estructurales del desequilibrio del sistema agrícola internacional. Seguimos reaccionando en el plano de los factores coyunturales y, por tanto, se sigue haciendo gestión de las crisis. Los problemas fundamentales se señalaron en 1996 y 2002 en las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En ambas ocasiones se recordó especialmente a las más altas autoridades del mundo el incumplimiento de los compromisos adquiridos. Si se mantienen las tendencias actuales, el objetivo fijado por los líderes mundiales de reducir a la mitad el número de personas que tienen hambre en el mundo para 2015 sólo se alcanzará en 2150.
A pesar de las advertencias del Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO y de las transmitidas a través de los medios de comunicación, no ha habido ningún cambio decisivo de política desde 1996. Sin embargo, aún hoy en día, casi mil millones de personas padecen hambre en el mundo.
Tenemos que recordar con firmeza las condiciones de un suministro suficiente de alimentos para una población que no deja de crecer y necesitará, en el curso de los próximos cuarenta años, un aumento de 70 por ciento de la producción agrícola en el mundo y de 100 por ciento en los países en desarrollo.
Ante todo tenemos la cuestión de la inversión: la participación de la agricultura en la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) se redujo de 19 por ciento en 1980 a 3 por ciento en 2006 y ahora se sitúa en torno a 5 por ciento; debería alcanzar los 44 mil millones de dólares por año y volver al nivel inicial que permitió, en el decenio de 1970, evitar la hambruna en Asia y América Latina. Los gastos presupuestarios destinados a la agricultura en países de bajos ingresos y con déficit de alimentos representan alrededor de 5 por ciento cuando deberían alcanzar un mínimo de 10 por ciento; por último, la inversión privada nacional y extranjera, cercana a los 140 mil millones de dólares anuales, debería ascender a 200 mil millones de dólares. Estas cifras deben compararse con los gastos anuales en armamento, que se elevan a un billón (un millón de millones) y medio de dólares.
A continuación tenemos el comercio internacional de productos agrícolas, que no es ni libre ni justo. Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proporcionan un apoyo equivalente a unos 365 mil millones de dólares anuales a sus agricultores, mientras que las subvenciones y protecciones arancelarias a favor de los biocombustibles tienen el efecto de desviar unos 120 millones de toneladas de cereales del consumo humano al sector del transporte. Las medidas sanitarias y fitosanitarias unilaterales, así como los obstáculos técnicos al comercio, suponen un freno para las exportaciones y, en particular, para los países en desarrollo.
Por último, tenemos la especulación exacerbada por las medidas de liberalización de los mercados de futuros de productos agrícolas en un contexto de crisis económica y financiera. Estas nuevas condiciones han permitido la transformación de los instrumentos de arbitraje del riesgo en productos financieros especulativos que sustituyen a otras inversiones menos rentables.
La solución al problema del hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo pasa, por tanto, por la coordinación eficaz de las decisiones, que deberían abarcar tanto la inversión como el comercio agrícola internacional y los mercados financieros. En un contexto climático aleatorio marcado por las inundaciones y las sequías, es necesario poder financiar las pequeñas obras de control del agua, los medios de almacenamiento en el ámbito local y las carreteras rurales, así como los puertos pesqueros y los mataderos, etcétera. Sólo de esta manera será posible dar seguridad a la producción de alimentos y mejorar la productividad y la competitividad de los pequeños agricultores con el fin de disminuir los precios al consumo y aumentar los ingresos de las poblaciones rurales, las cuales representan 70 por ciento de los pobres del mundo. Además, se debe llegar a un consenso en las negociaciones ya demasiado largas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para poner fin a la distorsión de los mercados y a las medidas comerciales restrictivas para el comercio que agravan los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Por último, es urgente la introducción de nuevas medidas de transparencia y reglamentación para hacer frente a la especulación en los mercados de futuros de productos agrícolas.
La aplicación de estas políticas a nivel mundial debe basarse en el respeto de los compromisos asumidos por los países desarrollados, especialmente durante las Cumbres del Grupo de los 8 en Gleneagles y L’Aquila, y del Grupo de los 20 en Pittsburgh. Los países en desarrollo también deben aumentar la cuota de asignaciones para la agricultura en sus presupuestos nacionales. La inversión extranjera directa del sector privado se debe hacer en condiciones que garanticen, en particular gracias a un código internacional de conducta, una distribución equitativa de los beneficios entre los diferentes actores.
La gestión de crisis es indispensable y es buena, pero su prevención es mejor. Sin decisiones de naturaleza estructural a largo plazo con la voluntad política y los recursos financieros necesarios para su aplicación, la inseguridad alimentaria se mantendrá con una sucesión de crisis que tendrán graves consecuencias para las poblaciones más pobres. Ello dará lugar a inestabilidad política en los países y amenazará la paz y la seguridad del mundo. Los discursos y las promesas de las grandes reuniones internacionales, si no van seguidos de hechos, no hacen sino aumentar la frustración y las rebeliones. Es hora de adoptar y aplicar políticas que permitan que todos los agricultores del mundo, tanto de los países en desarrollo como de países desarrollados, dispongan de ingresos decentes mediante mecanismos que no creen distorsiones del mercado. Estos hombres, estas mujeres y estos jóvenes tienen que poder seguir trabajando en condiciones dignas para alimentar a un planeta que pasará de los 6 mil 900 millones de habitantes actuales a 9 mil 100 millones en 2050.
Crisis alimentarias, contestación social y sustentabilidad del sistema
Es la Historia un eterno volver a empezar? Estamos, de hecho, ante la inminencia de lo que podría ser otra gran crisis alimentaria. El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó su nivel más alto a finales de 2010. La sequía en Rusia y las restricciones a la exportación adoptadas por el gobierno, así como las cosechas inferiores a lo esperado en Estados Unidos y Europa y posteriormente en Australia y Argentina, fueron los factores desencadenantes de un proceso de aumento vertiginoso de los precios de los productos agrícolas en los mercados internacionales.
Ciertamente, la situación actual es diferente de la de 2007-2008, aunque los recientes fenómenos climáticos podrían reducir significativamente la producción agrícola de la próxima temporada. Los aumentos de precios afectan principalmente a los sectores del azúcar y las semillas oleaginosas y en menor medida al de los cereales, que suponen 46 por ciento del consumo de calorías a nivel mundial. Las existencias de cereales, que eran de 428 millones de toneladas en 2007-08, son actualmente de 525 millones de toneladas. No obstante, se hace gran uso de ellas para responder a la demanda. Además, los precios del petróleo se sitúan actualmente en torno a los 90 dólares estadunidenses por barril, en lugar de 140 dólares.
Sin duda el aumento y la volatilidad de los precios continuarán en los próximos años si no se abordan las causas estructurales del desequilibrio del sistema agrícola internacional. Seguimos reaccionando en el plano de los factores coyunturales y, por tanto, se sigue haciendo gestión de las crisis. Los problemas fundamentales se señalaron en 1996 y 2002 en las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En ambas ocasiones se recordó especialmente a las más altas autoridades del mundo el incumplimiento de los compromisos adquiridos. Si se mantienen las tendencias actuales, el objetivo fijado por los líderes mundiales de reducir a la mitad el número de personas que tienen hambre en el mundo para 2015 sólo se alcanzará en 2150.
A pesar de las advertencias del Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO y de las transmitidas a través de los medios de comunicación, no ha habido ningún cambio decisivo de política desde 1996. Sin embargo, aún hoy en día, casi mil millones de personas padecen hambre en el mundo.
Tenemos que recordar con firmeza las condiciones de un suministro suficiente de alimentos para una población que no deja de crecer y necesitará, en el curso de los próximos cuarenta años, un aumento de 70 por ciento de la producción agrícola en el mundo y de 100 por ciento en los países en desarrollo.
Ante todo tenemos la cuestión de la inversión: la participación de la agricultura en la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) se redujo de 19 por ciento en 1980 a 3 por ciento en 2006 y ahora se sitúa en torno a 5 por ciento; debería alcanzar los 44 mil millones de dólares por año y volver al nivel inicial que permitió, en el decenio de 1970, evitar la hambruna en Asia y América Latina. Los gastos presupuestarios destinados a la agricultura en países de bajos ingresos y con déficit de alimentos representan alrededor de 5 por ciento cuando deberían alcanzar un mínimo de 10 por ciento; por último, la inversión privada nacional y extranjera, cercana a los 140 mil millones de dólares anuales, debería ascender a 200 mil millones de dólares. Estas cifras deben compararse con los gastos anuales en armamento, que se elevan a un billón (un millón de millones) y medio de dólares.
A continuación tenemos el comercio internacional de productos agrícolas, que no es ni libre ni justo. Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proporcionan un apoyo equivalente a unos 365 mil millones de dólares anuales a sus agricultores, mientras que las subvenciones y protecciones arancelarias a favor de los biocombustibles tienen el efecto de desviar unos 120 millones de toneladas de cereales del consumo humano al sector del transporte. Las medidas sanitarias y fitosanitarias unilaterales, así como los obstáculos técnicos al comercio, suponen un freno para las exportaciones y, en particular, para los países en desarrollo.
Por último, tenemos la especulación exacerbada por las medidas de liberalización de los mercados de futuros de productos agrícolas en un contexto de crisis económica y financiera. Estas nuevas condiciones han permitido la transformación de los instrumentos de arbitraje del riesgo en productos financieros especulativos que sustituyen a otras inversiones menos rentables.
La solución al problema del hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo pasa, por tanto, por la coordinación eficaz de las decisiones, que deberían abarcar tanto la inversión como el comercio agrícola internacional y los mercados financieros. En un contexto climático aleatorio marcado por las inundaciones y las sequías, es necesario poder financiar las pequeñas obras de control del agua, los medios de almacenamiento en el ámbito local y las carreteras rurales, así como los puertos pesqueros y los mataderos, etcétera. Sólo de esta manera será posible dar seguridad a la producción de alimentos y mejorar la productividad y la competitividad de los pequeños agricultores con el fin de disminuir los precios al consumo y aumentar los ingresos de las poblaciones rurales, las cuales representan 70 por ciento de los pobres del mundo. Además, se debe llegar a un consenso en las negociaciones ya demasiado largas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para poner fin a la distorsión de los mercados y a las medidas comerciales restrictivas para el comercio que agravan los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Por último, es urgente la introducción de nuevas medidas de transparencia y reglamentación para hacer frente a la especulación en los mercados de futuros de productos agrícolas.
La aplicación de estas políticas a nivel mundial debe basarse en el respeto de los compromisos asumidos por los países desarrollados, especialmente durante las Cumbres del Grupo de los 8 en Gleneagles y L’Aquila, y del Grupo de los 20 en Pittsburgh. Los países en desarrollo también deben aumentar la cuota de asignaciones para la agricultura en sus presupuestos nacionales. La inversión extranjera directa del sector privado se debe hacer en condiciones que garanticen, en particular gracias a un código internacional de conducta, una distribución equitativa de los beneficios entre los diferentes actores.
La gestión de crisis es indispensable y es buena, pero su prevención es mejor. Sin decisiones de naturaleza estructural a largo plazo con la voluntad política y los recursos financieros necesarios para su aplicación, la inseguridad alimentaria se mantendrá con una sucesión de crisis que tendrán graves consecuencias para las poblaciones más pobres. Ello dará lugar a inestabilidad política en los países y amenazará la paz y la seguridad del mundo. Los discursos y las promesas de las grandes reuniones internacionales, si no van seguidos de hechos, no hacen sino aumentar la frustración y las rebeliones. Es hora de adoptar y aplicar políticas que permitan que todos los agricultores del mundo, tanto de los países en desarrollo como de países desarrollados, dispongan de ingresos decentes mediante mecanismos que no creen distorsiones del mercado. Estos hombres, estas mujeres y estos jóvenes tienen que poder seguir trabajando en condiciones dignas para alimentar a un planeta que pasará de los 6 mil 900 millones de habitantes actuales a 9 mil 100 millones en 2050.
viernes, enero 28, 2011
domingo, enero 23, 2011
El gobierno ruso se pasa a Linux
El país del frío polar recibirá a miles de pingüinos en los próximos años. El gobierno ruso de Vladimir Putin decretó la migración de los sistemas del gobierno que usaban Microsoft Windows hacia productos basados en GNU/Linux. Según Computerworld, de acuerdo con los documentos traducidos, el proceso comenzará a mediados de este año y será completado en 2015. En un primer paso, el Ministerio de Comunicaciones examinará qué tipos de programas están disponibles para cada una de las agencias, mientras que ésta y otras agencias desarrollarán propuestas para centros de soporte de usuarios y mecanismos para hacer también soporte de software. Ya en 2008, el gobierno ruso les había pedido a las escuelas migrar hacia el uso de software libre.
De cómo reiniciar el concepto de noticia
Por Mariano Blejman
Hack/Hackers, Storify, Spot.Us, DocumentCloud, TheyWorkForYou y Dollars For Docs (ProPublica) son sitios que mezclan periodismo con programadores de software para producir un tipo de contenido inédito.
Desde el nacimiento del Daily Courant en Inglaterra, en 1702 (el presunto primer diario del mundo), la historia del periodismo consistió, básicamente, en hacer dos cosas: juntar información y publicar artículos. Sin embargo, la existencia de la web ha creado un nuevo tipo de periodismo “gráfico”, si es que puede usarse todavía ese término para hablar de los diarios tradicionales. Ya no se trata de crear historias para publicarlas en Internet. Ni se refiere a la confluencia de los diversos tipos de formatos como la radio o la televisión con el mundo virtual. El nuevo concepto tampoco habla específicamente de la fusión ocurrida en las redacciones de los diarios que han “mezclado” periodistas educados para el papel con sus soportes en línea. Se trata del periodismo digital, una nueva manera de concebir las noticias y, a su vez, de mantener a los lectores fieles a la pantalla (del tamaño que sea).
Clarifiquemos: el año pasado, Brian Hamman, responsable del equipo digital del diario The New York Times, dio un buen ejemplo durante su presencia en un encuentro organizado por Fopea, y luego en una entrevista con Página/12. Un equipo de investigación del diario accedió a una base de datos con información sobre el estado del agua de los Estados Unidos. Además de contar la historia que fue publicada de manera convencional, el equipo de periodismo digital (al mando de Hamman) organizó una plataforma para que los lectores pudiesen buscar por dirección, por ejemplo, los componentes químicos detectados en el agua. Así, un equipo interdisciplinario de programadores y cronistas jerarquizó una inmensa base de datos, le dio un sentido periodístico, lo convirtió en historia y le dio un notable aumento de tráfico y de permanencia en línea. Los lectores podían buscar en la base de datos qué componentes había en su barrio y eso desató una ola de quejas y de denuncias de los usuarios a lo largo y ancho del país.
Con esta idea de fusionar programadores con periodistas, la Universidad P2P de la Fundación Mozilla (los creadores del navegador Firefox) lanzó un curso llamado “Open Web Open Journalism”: web abierta, periodismo abierto, al que accedió este cronista. En él, la plana mayor de la Fundación Mozilla, como Christopher Blizzard o Mark Surman, pregonaron “mantener la web abierta, descentralizada y participativa”. Sin embargo, imbuidos en la idea de juntar ambos mundos hay una serie de proyectos y personalidades que trabajan en cómo pensar las noticias de una manera radicalmente distinta de todo lo que se conocía hasta hace unos años.
Burt Herman, por ejemplo, es el creador de los grupos Hack/hackers. “Los periodistas y los programadores se están juntando, mientras las publicaciones van hacia el mundo digital. Hack/Hackers es una comunidad digital de gente dispuesta a inspirarse mutuamente, compartir información y códigos, y colaborar para inventar el futuro de los medios y el periodismo”, decía Herman a este diario, entrevistado en San Francisco el año pasado. En aquella ocasión, Herman presentó el sitio Storify, una notable herramienta para crear historias usando las redes y los medios sociales. El sitio Storify es por ahora sólo accesible por invitación, pero ya está siendo usado por diarios como The Washington Post, Los Angeles Times, Yahoo! News, Libération, Metro y una basta cantidad de compañías y periodistas. Lo que ofrece Storify es un entorno para poder crear historias a partir de los comentarios en las redes sociales.
Pero si de proyectos digitales se trata el futuro, DocumentCloud es probablemente el más grande de todos: es un índice de fuentes primarias de información, documentos y herramientas para organizar y publicar la información en la web. Lo más extraño es que se trata de un entorno gratuito para los medios, y que está apoyado por organizaciones que suelen verse como competencia en el mundo físico. Entre los socios iniciales de DocumentCloud (documentos en la nube) está el National Security Archive, el diario The New York Times, ProPublica, Gotham Gazette, Talking Points Memo, y cuenta con la contribución de medio centenar de organizaciones y medios que van desde Los Angeles Times a la Electronic Frontier Foundation. Consultado por este diario sobre el motivo que llevó a estos diarios a juntarse en un proyecto colaborativo, cuando esto suele ir contra la lógica periodística, Brian Hamman contestó: “Es una cuestión de supervivencia”.
Con la digitalización creciente del mundo gubernamental (tal vez el más grande sea el proyecto oficial de Estados Unidos data.gov), los medios tienen acceso ahora a una cantidad impensada de información de difícil procesamiento por los periodistas tradicionales. Basta darse una vuelta por sitios como theyworkforyou.com (sitio británico que les permite a los usuarios seguir las actividades parlamentarias, ver cómo votaron, etcétera), mysociety.org (que trabaja sobre la información pública británica) o el brillante trabajo Dollars for Docs de ProPublica, que permite saber “qué compañías farmacéuticas le están pagando a tu doctor”; los medios buscan una forma de darle credibilidad y jerarquización a la vasta información reinante para volver a “contar historias”, aunque éstas ya no ocurran de una manera estructurada.
Los cofundadores de Stroome, Tom Grasty y Nonny de la Pena, proponen un entorno para la colaboración entre editores de videos, por ejemplo, pero el caso de Spot.Us va un poco más allá en el arte de la colaboración, ya que se mete también con el modelo de negocio del periodismo: lo que propone el sitio de David Cohn es ofrecer historias que sean financiadas por los lectores. Una vez que se propone un artículo, éste comienza a recibir financiación hasta que llega al monto pedido como para empezar a trabajar. El artículo puede seguir recibiendo fondos una vez terminado, superando el límite pedido para beneficio del periodista. Como sea, el periodista Adrian Holovaty lo explicó en 2006, en un texto que se tiene como referencia llamado: “Los sitios de los diarios deben cambiar de forma fundamental”. Según Holovaty –sin abandonar los artículos–, los medios deberían incluir el periodismo digital, ya que este tipo de productos “permiten a los lectores entender mejor el mundo en el que vivimos”. Y de eso, al fin de cuentas, de eso trata el periodismo.
Hack/Hackers, Storify, Spot.Us, DocumentCloud, TheyWorkForYou y Dollars For Docs (ProPublica) son sitios que mezclan periodismo con programadores de software para producir un tipo de contenido inédito.
Desde el nacimiento del Daily Courant en Inglaterra, en 1702 (el presunto primer diario del mundo), la historia del periodismo consistió, básicamente, en hacer dos cosas: juntar información y publicar artículos. Sin embargo, la existencia de la web ha creado un nuevo tipo de periodismo “gráfico”, si es que puede usarse todavía ese término para hablar de los diarios tradicionales. Ya no se trata de crear historias para publicarlas en Internet. Ni se refiere a la confluencia de los diversos tipos de formatos como la radio o la televisión con el mundo virtual. El nuevo concepto tampoco habla específicamente de la fusión ocurrida en las redacciones de los diarios que han “mezclado” periodistas educados para el papel con sus soportes en línea. Se trata del periodismo digital, una nueva manera de concebir las noticias y, a su vez, de mantener a los lectores fieles a la pantalla (del tamaño que sea).
Clarifiquemos: el año pasado, Brian Hamman, responsable del equipo digital del diario The New York Times, dio un buen ejemplo durante su presencia en un encuentro organizado por Fopea, y luego en una entrevista con Página/12. Un equipo de investigación del diario accedió a una base de datos con información sobre el estado del agua de los Estados Unidos. Además de contar la historia que fue publicada de manera convencional, el equipo de periodismo digital (al mando de Hamman) organizó una plataforma para que los lectores pudiesen buscar por dirección, por ejemplo, los componentes químicos detectados en el agua. Así, un equipo interdisciplinario de programadores y cronistas jerarquizó una inmensa base de datos, le dio un sentido periodístico, lo convirtió en historia y le dio un notable aumento de tráfico y de permanencia en línea. Los lectores podían buscar en la base de datos qué componentes había en su barrio y eso desató una ola de quejas y de denuncias de los usuarios a lo largo y ancho del país.
Con esta idea de fusionar programadores con periodistas, la Universidad P2P de la Fundación Mozilla (los creadores del navegador Firefox) lanzó un curso llamado “Open Web Open Journalism”: web abierta, periodismo abierto, al que accedió este cronista. En él, la plana mayor de la Fundación Mozilla, como Christopher Blizzard o Mark Surman, pregonaron “mantener la web abierta, descentralizada y participativa”. Sin embargo, imbuidos en la idea de juntar ambos mundos hay una serie de proyectos y personalidades que trabajan en cómo pensar las noticias de una manera radicalmente distinta de todo lo que se conocía hasta hace unos años.
Burt Herman, por ejemplo, es el creador de los grupos Hack/hackers. “Los periodistas y los programadores se están juntando, mientras las publicaciones van hacia el mundo digital. Hack/Hackers es una comunidad digital de gente dispuesta a inspirarse mutuamente, compartir información y códigos, y colaborar para inventar el futuro de los medios y el periodismo”, decía Herman a este diario, entrevistado en San Francisco el año pasado. En aquella ocasión, Herman presentó el sitio Storify, una notable herramienta para crear historias usando las redes y los medios sociales. El sitio Storify es por ahora sólo accesible por invitación, pero ya está siendo usado por diarios como The Washington Post, Los Angeles Times, Yahoo! News, Libération, Metro y una basta cantidad de compañías y periodistas. Lo que ofrece Storify es un entorno para poder crear historias a partir de los comentarios en las redes sociales.
Pero si de proyectos digitales se trata el futuro, DocumentCloud es probablemente el más grande de todos: es un índice de fuentes primarias de información, documentos y herramientas para organizar y publicar la información en la web. Lo más extraño es que se trata de un entorno gratuito para los medios, y que está apoyado por organizaciones que suelen verse como competencia en el mundo físico. Entre los socios iniciales de DocumentCloud (documentos en la nube) está el National Security Archive, el diario The New York Times, ProPublica, Gotham Gazette, Talking Points Memo, y cuenta con la contribución de medio centenar de organizaciones y medios que van desde Los Angeles Times a la Electronic Frontier Foundation. Consultado por este diario sobre el motivo que llevó a estos diarios a juntarse en un proyecto colaborativo, cuando esto suele ir contra la lógica periodística, Brian Hamman contestó: “Es una cuestión de supervivencia”.
Con la digitalización creciente del mundo gubernamental (tal vez el más grande sea el proyecto oficial de Estados Unidos data.gov), los medios tienen acceso ahora a una cantidad impensada de información de difícil procesamiento por los periodistas tradicionales. Basta darse una vuelta por sitios como theyworkforyou.com (sitio británico que les permite a los usuarios seguir las actividades parlamentarias, ver cómo votaron, etcétera), mysociety.org (que trabaja sobre la información pública británica) o el brillante trabajo Dollars for Docs de ProPublica, que permite saber “qué compañías farmacéuticas le están pagando a tu doctor”; los medios buscan una forma de darle credibilidad y jerarquización a la vasta información reinante para volver a “contar historias”, aunque éstas ya no ocurran de una manera estructurada.
Los cofundadores de Stroome, Tom Grasty y Nonny de la Pena, proponen un entorno para la colaboración entre editores de videos, por ejemplo, pero el caso de Spot.Us va un poco más allá en el arte de la colaboración, ya que se mete también con el modelo de negocio del periodismo: lo que propone el sitio de David Cohn es ofrecer historias que sean financiadas por los lectores. Una vez que se propone un artículo, éste comienza a recibir financiación hasta que llega al monto pedido como para empezar a trabajar. El artículo puede seguir recibiendo fondos una vez terminado, superando el límite pedido para beneficio del periodista. Como sea, el periodista Adrian Holovaty lo explicó en 2006, en un texto que se tiene como referencia llamado: “Los sitios de los diarios deben cambiar de forma fundamental”. Según Holovaty –sin abandonar los artículos–, los medios deberían incluir el periodismo digital, ya que este tipo de productos “permiten a los lectores entender mejor el mundo en el que vivimos”. Y de eso, al fin de cuentas, de eso trata el periodismo.
Realidades, tendencias y especulaciones de un año electoral
Por Edgardo Mocca
A diez meses de una elección presidencial, los cálculos de los actores políticos se hacen sobre la base del cuadro presente de la situación. Esto parece una obviedad que no necesita fundamentación, sobre todo si a la proximidad de la votación general se agrega el hecho de que la ley en vigencia obliga a partidos y alianzas a resolver sus candidaturas en internas abiertas, simultáneas y obligatorias a realizarse en agosto. El subrayado es útil, sin embargo, porque el centro coordinador mediático de la oposición se obsesiona en estos días por incluir en la agenda la posibilidad de un cambio más o menos espectacular de la escena, siempre, claro está, en perjuicio del oficialismo. Esos virajes siempre pueden ocurrir, y mucho más en un país con un sistema de partidos y alianzas muy desestructurado como el nuestro. Pero esperar que la conducta de los actores de la oposición sea la espera del acontecimiento inesperado para después definir una táctica parece más una expresión de deseos del establishment mediático que un examen realista.
Ya se puede establecer, entonces, una tendencia de los alineamientos electorales, sin dejar de admitir la posibilidad de cambios bruscos. La presidenta Cristina Kirchner será la candidata de la coalición oficialista. Cualquier otro rumbo presupondría enormes riesgos de dispersión de la fuerza y el sacrificio del principal activo con el que hoy parece contar, que es la promesa de continuidad de un rumbo que en los últimos meses ha logrado una importante recuperación de apoyos populares. ¿Qué otra candidatura podría capitalizar al mismo tiempo la reserva de votos identitarios del peronismo y el atractivo electoral de una propuesta que ha incorporado logros materiales y simbólicos afines a un espacio más amplio que el territorio del Partido Justicialista?
La candidatura de la Presidenta no anula las previsibles pujas en el interior de la coalición oficialista. Por el contrario, cada uno de los componentes del “movimiento” que expresa el kirchnerismo es perfectamente consciente de que el resultado de la lucha posicional que se desarrollará en estos meses tendrá una enorme gravitación desde el mismo día de su eventual triunfo en las urnas. En ese hipotético instante se habrá abierto una etapa nueva y cualitativamente distinta del proceso abierto en 2003, signada por la imposibilidad de un nuevo turno presidencial encabezado por el reducido núcleo que lo condujo hasta allí. La inevitable incertidumbre que sobrevendría tendría una cierta línea de orientación en el modo en que estarían distribuidos los recursos principales: las gobernaciones, las bancas en el Congreso y hasta la propia vicepresidencia de la República. Y gran parte de esos recursos se disputarán en estos meses.
La complejidad del mapa de la distribución de esos recursos es irreductible a un esquema lineal. Sin embargo, asoma algo así como un gran criterio ordenador para su evaluación: podría decirse que lo que se juega es la posibilidad y el grado en que el kirchnerismo dejaría una huella política en nuestra historia, más allá de la tan rica como pendular trayectoria del Partido Justicialista. Dicho de otro modo, se dirime si el kirchnerismo dejará un proyecto de país como legado o si será un momento transitorio en la historia del peronismo. No siempre es sencilla la distinción entre los pragmáticos que acompañan por conveniencia y los plenamente identificados con el rumbo, pero esa distinción existe y está tan expuesta a la mirada colectiva que sería vano negarla.
La afirmación de un escenario favorable a las chances electorales del kirchnerismo aumenta el nivel de complejidad de la disputa. Por lo pronto, la estrella del peronismo opositor, que hace un año y medio lucía en su esplendor, ha derivado en una fotografía patética. Una promesa “renovadora” que muestra los rostros de Duhalde, Puerta, Rodríguez Saá, y Barrionuevo, entre otros actores de parecido prestigio no luce muy seductora. Para que no queden dudas, Duhalde ha decidido dar a conocer el contenido de su mítico “pacto de la Moncloa”, tantas veces anunciado. Se trata de lo siguiente: mano dura con los chicos que delinquen, amnistía para los terroristas de Estado, involucramiento de las Fuerzas Armadas en la represión del delito y democratización sindical de la mano de Barrionuevo y el Momo Venegas. Por si esas definiciones no alcanzaran, sus voceros han explicitado la decisión de avanzar en una alianza con Mauricio Macri. Solá, Das Neves y De Narváez ya avisaron que no participarán de ese cóctel.
De modo que es previsible que muchos desertores del peronismo oficialista tomen el camino de regreso. No habrá apelaciones a la pureza y al proyecto que lo impidan, cuando ese regreso podría mejorar cualitativamente las chances oficialistas en distritos decisivos como Córdoba y Santa Fe. El centro de la pelea será cómo se arma el juego de las compensaciones que asegure al mismo tiempo “gobernabilidad justicialista” con atractivos renovadores. Las candidaturas centrales en la ciudad de Buenos Aires, la vicepresidencia nacional y de la provincia de Buenos Aires, la composición de las candidaturas en Santa Fe y la eventual habilitación de apoyos a Cristina que preserven perfiles propios a niveles distritales constituyen algunas de las claves de ese forcejeo.
Otra de las consecuencias del actual escenario es el debilitamiento manifiesto y difícilmente irreversible de las apuestas políticas a un clima de “todo o nada” que incluyera embestidas desestabilizadoras con pretensiones de éxito. Elisa Carrió ha entrado en una zona de irrelevancia de la que sólo la sacan temporalmente los escándalos parlamentarios fogoneados por el establishment mediático. Los votos “no positivos” de Cobos han perdido toda importancia que no sea la de haber obligado a un veto presidencial a la insólita ley del 82 por ciento móvil para los jubilados. Asistiremos a una radicalización de la retórica incendiaria de Carrió y acaso a una lenta retirada de la escena central nacional por parte del vicepresidente opositor.
El radicalismo y la derecha macrista serán los contendientes reales del oficialismo en octubre. Probablemente alrededor de la UCR se reúna un frente con el Partido Socialista y el GEN de Margarita Stolbizer. Tanto la candidatura de Ricardo Alfonsín como la de Ernesto Sanz habilitarían la conformación de esta alianza cuya configuración tendrá que trabajar mucho para despejar los fantasmas de “otra alianza” que tuvo también al radicalismo como fuerza principal hace pocos años. Pero el radicalismo tiene el recurso de su extensión nacional y una tradición identitaria que lo constituye en el “otro” frente al peronismo. La dificultad principal que afrontará es la misma que tuvo en 2007: debe defender un frente progresista –“centroprogresista” se autodefinió también el bloque que en su momento apoyó a Lavagna– para enfrentar a un gobierno que enfrenta diariamente los ataques rabiosos de la derecha conservadora.
Macri tiene sus propias incógnitas y problemas. Su apuesta consistirá en la polarización electoral entre kirchneristas y antikirchneristas. Esa apuesta es y será apoyada por todos los actores para quienes la derrota del actual oficialismo es lo único que da sentido a estas elecciones. Es un amplio frente que contiene componentes sojeros, grupos mediáticos concentrados y nostálgicos de la dictadura militar, que confían en movilizar a fondo los miedos colectivos por la inseguridad ciudadana –que seguramente serán amplificados hasta la irracionalidad por los principales medios de comunicación en estos meses– y la insatisfacción por los aumentos de precios. Claro que el macrismo tiene que hacer bien los cálculos: antes de la elección nacional tendrá su propio test en la ciudad de Buenos Aires. Si su líder se reserva para la elección nacional, corre el riesgo de perder en una eventual segunda vuelta, lo que comportaría un daño de muy problemática reparación. No es menor el hecho de que lo espere un proceso judicial por el caso de las escuchas telefónicas ilegales y que la apuesta a una amplia diáspora peronista que pudiera servirle de base de operaciones nacionales no ha pasado del nivel de las operaciones que los opinólogos de Clarín atribuyen a “importantes fuentes del peronismo del conurbano”. Macri es el antikirchnerismo ideológicamente más claro y definido. Habrá que ver si eso compensa sus debilidades estructurales y lo habilita a correr grandes riesgos.
La provisoriedad de estas especulaciones ya ha sido explicitada. Pero el análisis político debería abstenerse de incluir aquello que todavía no ha ocurrido.
A diez meses de una elección presidencial, los cálculos de los actores políticos se hacen sobre la base del cuadro presente de la situación. Esto parece una obviedad que no necesita fundamentación, sobre todo si a la proximidad de la votación general se agrega el hecho de que la ley en vigencia obliga a partidos y alianzas a resolver sus candidaturas en internas abiertas, simultáneas y obligatorias a realizarse en agosto. El subrayado es útil, sin embargo, porque el centro coordinador mediático de la oposición se obsesiona en estos días por incluir en la agenda la posibilidad de un cambio más o menos espectacular de la escena, siempre, claro está, en perjuicio del oficialismo. Esos virajes siempre pueden ocurrir, y mucho más en un país con un sistema de partidos y alianzas muy desestructurado como el nuestro. Pero esperar que la conducta de los actores de la oposición sea la espera del acontecimiento inesperado para después definir una táctica parece más una expresión de deseos del establishment mediático que un examen realista.
Ya se puede establecer, entonces, una tendencia de los alineamientos electorales, sin dejar de admitir la posibilidad de cambios bruscos. La presidenta Cristina Kirchner será la candidata de la coalición oficialista. Cualquier otro rumbo presupondría enormes riesgos de dispersión de la fuerza y el sacrificio del principal activo con el que hoy parece contar, que es la promesa de continuidad de un rumbo que en los últimos meses ha logrado una importante recuperación de apoyos populares. ¿Qué otra candidatura podría capitalizar al mismo tiempo la reserva de votos identitarios del peronismo y el atractivo electoral de una propuesta que ha incorporado logros materiales y simbólicos afines a un espacio más amplio que el territorio del Partido Justicialista?
La candidatura de la Presidenta no anula las previsibles pujas en el interior de la coalición oficialista. Por el contrario, cada uno de los componentes del “movimiento” que expresa el kirchnerismo es perfectamente consciente de que el resultado de la lucha posicional que se desarrollará en estos meses tendrá una enorme gravitación desde el mismo día de su eventual triunfo en las urnas. En ese hipotético instante se habrá abierto una etapa nueva y cualitativamente distinta del proceso abierto en 2003, signada por la imposibilidad de un nuevo turno presidencial encabezado por el reducido núcleo que lo condujo hasta allí. La inevitable incertidumbre que sobrevendría tendría una cierta línea de orientación en el modo en que estarían distribuidos los recursos principales: las gobernaciones, las bancas en el Congreso y hasta la propia vicepresidencia de la República. Y gran parte de esos recursos se disputarán en estos meses.
La complejidad del mapa de la distribución de esos recursos es irreductible a un esquema lineal. Sin embargo, asoma algo así como un gran criterio ordenador para su evaluación: podría decirse que lo que se juega es la posibilidad y el grado en que el kirchnerismo dejaría una huella política en nuestra historia, más allá de la tan rica como pendular trayectoria del Partido Justicialista. Dicho de otro modo, se dirime si el kirchnerismo dejará un proyecto de país como legado o si será un momento transitorio en la historia del peronismo. No siempre es sencilla la distinción entre los pragmáticos que acompañan por conveniencia y los plenamente identificados con el rumbo, pero esa distinción existe y está tan expuesta a la mirada colectiva que sería vano negarla.
La afirmación de un escenario favorable a las chances electorales del kirchnerismo aumenta el nivel de complejidad de la disputa. Por lo pronto, la estrella del peronismo opositor, que hace un año y medio lucía en su esplendor, ha derivado en una fotografía patética. Una promesa “renovadora” que muestra los rostros de Duhalde, Puerta, Rodríguez Saá, y Barrionuevo, entre otros actores de parecido prestigio no luce muy seductora. Para que no queden dudas, Duhalde ha decidido dar a conocer el contenido de su mítico “pacto de la Moncloa”, tantas veces anunciado. Se trata de lo siguiente: mano dura con los chicos que delinquen, amnistía para los terroristas de Estado, involucramiento de las Fuerzas Armadas en la represión del delito y democratización sindical de la mano de Barrionuevo y el Momo Venegas. Por si esas definiciones no alcanzaran, sus voceros han explicitado la decisión de avanzar en una alianza con Mauricio Macri. Solá, Das Neves y De Narváez ya avisaron que no participarán de ese cóctel.
De modo que es previsible que muchos desertores del peronismo oficialista tomen el camino de regreso. No habrá apelaciones a la pureza y al proyecto que lo impidan, cuando ese regreso podría mejorar cualitativamente las chances oficialistas en distritos decisivos como Córdoba y Santa Fe. El centro de la pelea será cómo se arma el juego de las compensaciones que asegure al mismo tiempo “gobernabilidad justicialista” con atractivos renovadores. Las candidaturas centrales en la ciudad de Buenos Aires, la vicepresidencia nacional y de la provincia de Buenos Aires, la composición de las candidaturas en Santa Fe y la eventual habilitación de apoyos a Cristina que preserven perfiles propios a niveles distritales constituyen algunas de las claves de ese forcejeo.
Otra de las consecuencias del actual escenario es el debilitamiento manifiesto y difícilmente irreversible de las apuestas políticas a un clima de “todo o nada” que incluyera embestidas desestabilizadoras con pretensiones de éxito. Elisa Carrió ha entrado en una zona de irrelevancia de la que sólo la sacan temporalmente los escándalos parlamentarios fogoneados por el establishment mediático. Los votos “no positivos” de Cobos han perdido toda importancia que no sea la de haber obligado a un veto presidencial a la insólita ley del 82 por ciento móvil para los jubilados. Asistiremos a una radicalización de la retórica incendiaria de Carrió y acaso a una lenta retirada de la escena central nacional por parte del vicepresidente opositor.
El radicalismo y la derecha macrista serán los contendientes reales del oficialismo en octubre. Probablemente alrededor de la UCR se reúna un frente con el Partido Socialista y el GEN de Margarita Stolbizer. Tanto la candidatura de Ricardo Alfonsín como la de Ernesto Sanz habilitarían la conformación de esta alianza cuya configuración tendrá que trabajar mucho para despejar los fantasmas de “otra alianza” que tuvo también al radicalismo como fuerza principal hace pocos años. Pero el radicalismo tiene el recurso de su extensión nacional y una tradición identitaria que lo constituye en el “otro” frente al peronismo. La dificultad principal que afrontará es la misma que tuvo en 2007: debe defender un frente progresista –“centroprogresista” se autodefinió también el bloque que en su momento apoyó a Lavagna– para enfrentar a un gobierno que enfrenta diariamente los ataques rabiosos de la derecha conservadora.
Macri tiene sus propias incógnitas y problemas. Su apuesta consistirá en la polarización electoral entre kirchneristas y antikirchneristas. Esa apuesta es y será apoyada por todos los actores para quienes la derrota del actual oficialismo es lo único que da sentido a estas elecciones. Es un amplio frente que contiene componentes sojeros, grupos mediáticos concentrados y nostálgicos de la dictadura militar, que confían en movilizar a fondo los miedos colectivos por la inseguridad ciudadana –que seguramente serán amplificados hasta la irracionalidad por los principales medios de comunicación en estos meses– y la insatisfacción por los aumentos de precios. Claro que el macrismo tiene que hacer bien los cálculos: antes de la elección nacional tendrá su propio test en la ciudad de Buenos Aires. Si su líder se reserva para la elección nacional, corre el riesgo de perder en una eventual segunda vuelta, lo que comportaría un daño de muy problemática reparación. No es menor el hecho de que lo espere un proceso judicial por el caso de las escuchas telefónicas ilegales y que la apuesta a una amplia diáspora peronista que pudiera servirle de base de operaciones nacionales no ha pasado del nivel de las operaciones que los opinólogos de Clarín atribuyen a “importantes fuentes del peronismo del conurbano”. Macri es el antikirchnerismo ideológicamente más claro y definido. Habrá que ver si eso compensa sus debilidades estructurales y lo habilita a correr grandes riesgos.
La provisoriedad de estas especulaciones ya ha sido explicitada. Pero el análisis político debería abstenerse de incluir aquello que todavía no ha ocurrido.
miércoles, enero 19, 2011
“LA CRISIS CAPITALISTA TAMBIÉN ES DE URBANIZACIÓN”
David Harvey es un geógrafo británico de reconocimiento internacional. Estudió la relación de las crisis urbanas y las financieras. Dice que la sucesión de debacles en el sistema está provocada por una fiebre de la construcción, que a la vez provoca crisis en el capitalismo en su actual etapa hegemonizada por las finanzas. Sostiene que existe una estrecha relación entre urbanización y formación de las crisis. Además de Estados Unidos con la debacle de la subprime, pone como ejemplo a Grecia y España. Asegura que parte de la explicación de la crisis en esos países se vincula a malas inversiones en infraestructura.
Por Natalia Aruguete
Mientras algunos expertos se esmeran en alegar que la actual es una crisis de las hipotecas subprime o el estallido de un capitalismo que se ha financiarizado, David Harvey prefiere hablar de “crisis urbanas”, provocadas por una fiebre de la construcción “sin importar qué”. Autor de Breve historia del neoliberalismo, Harvey no sólo acusa a la desregulación del sector financiero como uno de los factores que llevaron al descalabro actual, sino que advierte que la supremacía del capital concentrado sobre las decisiones políticas seguirá siendo un impedimento para salir de la crisis. En su paso por Buenos Aires, invitado por el Cemop, el geógrafo británico dialogó con Cash sobre las transformaciones del mercado inmobiliario en las últimas décadas, la orientación que tuvo la inversión en infraestructura y la consecuente “acumulación por desposesión”. Frente a un modelo que no es sustentable, Harvey propuso pensar “un nuevo tipo de urbanización”.
Desde su perspectiva como geógrafo, ¿qué conexiones encuentra entre urbanización y esta crisis?
–Una de las cosas que me gustaría enfatizar es la relación entre urbanización y formación de la crisis. En las décadas del ‘50 y ‘60, el capitalismo se estabilizó con una forma de masiva suburbanización: caminos, autos, un estilo de vida. Una de las preguntas es si son sostenibles a largo plazo. En el sur de California y Florida, que son epicentros de la crisis, estamos viendo que este modelo de suburbanización no sirve más. Algunos quieren hablar de las crisis subprime, yo quiero hablar de las crisis urbanas.
¿Qué piensa de las crisis urbanas?
–En la década del ‘80 se pensaba que Japón era una potencia y se cayó en los años ‘90 por la crisis de los precios de la tierra. Desde entonces, no se recuperó más. También existe una preocupación en Estados Unidos de que la crisis inmobiliaria impida la recuperación, pese a los intentos que se hacen. Otra cuestión es que la forma de uso intensivo de la energía requería muchas extensiones de terreno y creaba un estilo de vida de lugares dispersos. Esto está planteando, justamente, un nuevo tipo de urbanización. Lo llamativo es que China está copiando a Estados Unidos, lo que es muy tonto. Uno observa que no es sustentable bajo la crisis ambiental. Existe una alta conexión entre desarrollo capitalista, crisis capitalista y urbanización.
¿En qué medida influyó la transformación del mercado inmobiliario en la crisis de la urbanización?
–¿Dónde puso la gente rica su dinero en los últimos 30 años? Hasta los ‘80, poner dinero en la producción daba más dinero que ponerlo en el negocio inmobiliario. A partir de allí empezó a pensarse dónde poner el dinero para que dé una tasa de retorno más alta. Los mercados inmobiliarios y de la tierra son muy interesantes: si yo invierto, el precio sube, como el precio sube, más gente invierte, entonces sigue subiendo el precio. A mediados de la década del ‘70, en Manhattan (Nueva York), se podía vender por 200.000 dólares un tipo de edificio que ahora cuesta dos millones de dólares. Desde entonces, hubo burbujas de distintos tipos, que se van reventado una a una. Los mercados bursátiles se volvieron locos en los años ‘90. Si uno observa la participación de los distintos sectores en el producto bruto interno de los Estados Unidos, en 1994, el mercado accionario tenía una participación del 50 por ciento en el PBI. En el 2000 subió a un 120 por ciento y empezó a caer con la “crisis puntocom”. Mientras que la participación del mercado inmobiliario en el PBI empezó a crecer, y pasó del 90 al 130 por ciento en el mismo período.
¿Qué opina sobre la orientación que tuvo la inversión en infraestructura en las últimas décadas?
–El capitalismo no puede funcionar sin su infraestructura típica: carreteras, puertos y vías, edificios y fábricas. La gran pregunta es cómo se construyen estas infraestructuras y en qué medida contribuyen a la productividad en el futuro. En Estados Unidos se habla mucho de puentes que van a ninguna parte. Hay intereses muy grandes de los lobbistas de la construcción que quieren construir sin importar qué. Pueden corromper gobiernos para hacer obras que no van a ser de uso para nada.
Un ejemplo de lo que describe es lo que sucedió en España, con el boom de la construcción.
–Una parte de la explicación de la crisis en Grecia y España puede vincularse con estas malas inversiones en infraestructura. Grecia es también un caso típico con los Juegos Olímpicos, grandes obras de infraestructura que ahora no se usan. En los años ‘50 y ‘60, la red de caminos y autopistas, en Estados Unidos, fue muy importante para el mejoramiento de la productividad. Algo similar se observa actualmente en China, con caminos, ferrocarriles y nuevas ciudades, que en los próximos años van a tener un alto impacto en la productividad.
¿Cree qué China está enfrentando la crisis de manera distinta de Estados Unidos?
–Tiene mejores condiciones que otros países, sobre todo porque cuenta con grandes reservas de divisas. Estados Unidos tiene un gran déficit y China, un gran superávit. El otro problema en Estados Unidos es político.
¿Cuáles son los factores políticos que dificultan salir de la crisis?
–Quien intenta construir obras de infraestructura útiles es acusado inmediatamente de “socialista”, que es lo que está sufriendo Barack Obama. En China eso no importa porque tienen otras condiciones políticas. El gobierno en China es autoritario y puede poner las cosas en su lugar. En el caso del Congreso norteamericano está dominado por grupos republicanos y demócratas que manejan intereses económicos y las condiciones para tomar decisiones son otras.
Se deduce una diferencia en la relación entre el poder político y el poder económico en estos países.
–En China, por efecto de la crisis americana, la respuesta fue hacer grandes proyectos de infraestructura de inmediato. Además, el gobierno centralizado de China tiene enorme poder sobre los bancos. Dio la orden: “Den préstamos para estas obras a gobiernos municipales y a los privados que estaban haciéndolas”. El gobierno central de los Estados Unidos no puede hacer eso. Se mantiene diciéndoles a los bancos: “Presten” y los bancos dicen: “No”. China está creciendo a ritmos del 10 por ciento después de la crisis y Estados Unidos está por el piso.
¿Cuáles son las fallas institucionales que han llevado a esta crisis?
–Desde la década del ‘70 hubo una idea dominante de que la respuesta era privatizar. Hay muchas alternativas para que el sector público provea mejores servicios que el sector privado.
¿Cree que esta concepción también penetró en el sistema financiero?
–En Estados Unidos, en la década del ‘30, los bancos de inversión estaban separados de los bancos comerciales. En los últimos años se permitió que se unieran. Es un caso de cambio regulatorio, donde el Estado se retira del control.
¿Cómo evalúa el tipo de regulaciones que se propusieron implementar a partir de la crisis?
–Hay una teoría llamada “captura regulatoria”. Supone poner a las gallinas a ser controladas por los zorros. Si uno mira las formas regulatorias propuestas hasta ahora, se da cuenta de que los zorros están ganando y eso es porque los zorros controlan también el Congreso de los Estados Unidos.
¿Hay diferencias entre las políticas impulsadas en los Estados Unidos y en Europa?
–Sí, hay diferencias. Uno de los temas que estoy estudiando es justamente las diferencias que hay en distintos lugares. Por ejemplo, en América latina la reacción de los gobiernos fue mucho más sensible a la crisis que lo que se observa en los Estados Unidos y Europa. En Europa hay un gran conflicto entre los países más grandes y los más chicos. Alemania, que por razones históricas tiene una obsesión con el tema de la inflación, impone el tema de la austeridad. El triunfo de un gobierno conservador en Inglaterra también fortalece la idea de austeridad. Por eso, no sorprende que Europa esté estancada, mientras China está creciendo fuerte.
¿Qué impacto tienen las políticas de austeridad?
–La austeridad es algo totalmente erróneo. En primer lugar, por las diferencias de impacto entre clases sociales. En general, las clases más bajas son las más damnificadas. Además, las clases más bajas, cuando tienen dinero, lo gastan, mientras que las clases altas lo usan para generar más dinero y no necesariamente para hacer cosas productivas.
¿Por ejemplo?
–Muchos ricos de los Estados Unidos compraron tierras en América latina. Esto llevó al aumento del precio de la tierra. En el largo plazo, debemos pensar cómo puede vivir el mundo de acuerdo con sus recursos. Eso no significa austeridad, sino una forma más austera de vivir, que no es lo mismo.
¿En qué se diferencian?
–Deberemos pensar qué es lo que realmente necesitamos para tener una buena vida, y muchas de las cosas que pensamos del consumo son una locura; es dilapidar recursos, naturales y humanos. Tenemos que pensar cómo hacemos en el largo plazo para que 6800 millones de personas puedan vivir, tener vivienda, salud, alimento para que tengan una vida razonable y feli
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