lunes, septiembre 02, 2013

Los 10 municipios que más votos construyen a nivel nacional




En la Argentina existen 2.171 municipios con un promedio de 17.173 habitantes por municipio. La provincia que más municipios tiene es Córdoba con 428, seguida por Santa Fe con 363, Entre Ríos con 265 y la Provincia de Buenos Aires con 134.

Los diez municipios con mayor cantidad de población y padrón electoral son según el censo 2010:

1. La Matanza (provincia de Buenos Aires):1.772.130 : PJ 2. Ciudad de Córdoba (provincia de Córdoba): 1.330.023 :UCR ( a partir de 2011) 3. Rosario (provincia de Santa Fe) (estimación 2009) : 1.118.664: PS 4. La Plata (provincia de Buenos Aires): 649.613 : Concertación Platense 5. General Pueyrredón (provincia de Buenos Aires): 614.350: Acción Marplatense 6. Lomas de Zamora (provincia de Buenos Aires): 613.192 : PJ 7. Quilmes (provincia de Buenos Aires): 580.829 :PJ 8. Almirante Brown (provincia de Buenos Aires): 555.731: PJ 9. San Miguel de Tucumán (provincia de Tucumán); 549.163 : PJ 10. Salta (provincia de Salta): 535.303 : PJ

En estos 10 grandes municipios se concentra el 20% del padrón nacional. Como se observa en el 60% de los municipios gobierna el PJ hoy asociado al FPV, en el 20% restante partidos vecinalistas hoy también asociados al FPV y en el 20% final , dos partidos nacionales opositores al FPV , la UCR a partir del año 2011 y el PS.

El diario "EL DÍA" y la inundación en la plata


el dia tapa inundacion

¿Cómo contó El Día la inundación?

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, a través del Centro de Investigación y Desarrollo en Medios, Industrias Culturales y Televisión (CelD.TV), presentará este martes el informe “Inundación en La Plata: intencionalidad en la construcción y en el tratamiento de la noticia en los medios en los medios locales” basado en las tapas del diario El Día los días posteriores al trágico temporal.
La actividad que está prevista para las 15 en el aula 12 del edificio Presidente Néstor Carlos Kirchner (Diagonal 113 y 63) será encabezada por la decana de la Facultad de Periodismo, Florencia Saintout, los profesores Leonardo González, Carlos Vallina, César Luis Díaz y el periodista y abogado Pablo Llonto.
Según se explicó, "el proyecto pretende relevar el tratamiento realizado por los medios de comunicación acerca de lo ocurrido a partir del 2 de abril de 2013 en la ciudad de La Plata".
En ese sentido, se resaltó que "En el marco de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, cuya finalidad es la democratización de la palabra, es necesario analizar la cobertura de los medios de comunicación en situaciones extraordinarias, no sólo por la innegable necesidad de contar con protocolos de actuación en este tipo de circunstancias, sino también para comprender la profunda transformación que se adeuda en el sistema de medios argentino".
El análisis se basó en tomar palabras claves como Muerte, Catástrofe, Tragedia, Inundación, Jóvenes, Solidaridad, Política, Estado, Municipio, Gobierno y Organizaciones Sociales, y hacer un análisis sobre la cantidad de menciones y la intencionalidad que dichas palabras tenían en las tapas y artículos del diario El Día, publicadas del 3 al 13 de abril de este año.
Desde la casa de estudios, se explicó que para el informe "se parte de la idea de que los medios construyen sus discursos a partir de hechos o sucesos de la realidad sobre los cuales seleccionan, privilegian u omiten factores de esos sucesos".

viernes, agosto 30, 2013

Massa- Insaurralde cuestión de clivajes y entropías de las marcas políticas



Por Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK

Los atributos de la marca política,  la definen en contextos cada vez más dinámicos, que los vuelven permeables y demandan significados  que se adapten a escenarios,  donde los códigos se resignifican y  ponen a prueba los valores.
Las denuncias contra presuntos hecho de corrupción en 2011, posicionaban a la “marca Carrió” con  el 1,8 % de los votos,  y hoy con el mismo posicionamiento marcario,  la ubican liderando con UNEN la ciudad de Buenos Aires, luego de un año y medio de Lanata con altos índices de rating.
Podemos decir que la “marca Carrió” es la expresión electoral de la “marca Lanata”. Teniendo en cuenta que la totalidad de las denuncias sobre casos de corrupción de Lanata apuntan al gobierno nacional, y en ningún caso al gobierno de la ciudad, el Espacio UNEN se impone  al macrismo, porque más que el ataque al gobierno, pesa la instalación del clivaje: honestidad-corrupción.
Los clivajes  instalados definen el escenario pero no el resultado, que está atado a diversas variables de índole política, económica, social, de gestión de humores y percepciones, de formato y volumen y  de  impacto de politicas públicas entre otras.
En el enfrentamiento entre Massa e Insaurralde pesó más la instalación del clivaje  gestión=seguridad/cámaras= ondas de amor y paz, instalado  por parte de la campaña de Massa, que el clivaje propuesto por la campaña de Insaurralde:  K-no K,  “estás conmigo y aprobás todo lo que hago o sos de la corpo”, “en la vida hay que elegir”.
Seis de cada diez personas que eligieron al de Tigre,  fundamentaron su apoyo en “los antecedentes de Massa en la gestión”, es decir, la fama que construyó al frente de la intendencia de Tigre. Curiosamente, sólo uno de cada diez  personas votaron a Massa por su perfil opositor, es decir que una parte  importante de los votantes,  piensa que es algo así como un “post kirchnerismo”.
Siempre decimos que todo discurso con vocación hegemónica debe incluir y superar a aquel discurso al que intenta desplazar y esto es uno de los fundamentals del posicionamiento marcario de Massa, aún cuando intercambió nutrido fuego con el gobierno nacional.
Los clivajes que fueron eficaces en 2011 no tienen porqué serlo ahora
Massa ganó en el voto joven, porque sus clivajes fueron estratégicamente los que más les convenían a su marca política  en ese segmento. El clivaje más eficaz hacia el interior del voto joven es sin duda : “gato-autentico”,  y ahí Insaurralde se hubiera hecho más fuerte porque da más autentico que un Massa impostado que repite muletillas y lugares comunes,  se saca el saco y con voz aflautada pregunta “¿quieren pelear?”.
Massa planteo un clivaje dinámico a  futuro, desde una marca política nueva y sin desgaste; “subite al micro no te pedimos nada”. Insaurralde planteo un clivaje rígido, de pertenencia como factor atado a una instancia de identificación y adhesión pasada.
La marca política sufre de entropía, se gasta,  y requiere de homeostasis, dotarla de nuevos significados e imágenes para ser disparados a la cabeza de los votantes.  El “mensaje del día” de la marca política es un “texto en contexto”. Teniendo en cuenta lo dinámico del escenario,  para gestionar eficazmente una marca política  debemos,  más que” lo que decimos”,  considerar, “a quien se lo decimos”, y más que “quien vota”, debemos tener en cuenta “desde donde vota”.
 
Rubén Weinsteiner

jueves, agosto 29, 2013

Análisis, planeamiento y acción en el campo de batalla comunicacional



Por Rubén Weinsteiner para  El País
Toda comunicación es estratégica, porqué a través de planes, métodos y técnicas volcadas en el plano táctico, nos permite detectar oportunidades, ofertar en término de necesidades existentes o a construir,  y tomar posiciones eficaces, competitivas y rentables en un escenario determinado.
Análisis, planeamiento y acción.
En la comunicación 1.0, que conocimos en el siglo XX y antes,  los procesos de análisis, planeamiento y acción se daban en estrictas instancias diferenciadas. Como si cuando analizamos y planeamos tuviéramos los músculos en reposo, con lo cual es imposible actuar, y cuando actuamos se ponen en movimiento multitud de procesos dinámicos  musculares y neuroquímicos que activan el movimiento y bloquean el pensamiento reflexivo.
Analizar planear y ejecutar son partes habituales de los procesos comunicacionales, pero en la era 2.0 con la velocidad con la cual las comunicaciones se desarrollan,  construyen agenda y determinan realidades y hechos consumados, estas tres instancias se dan en forma simultánea.
Hay que analizar planear y ejecutar en tiempo real, con la dificultad que implica lograr precisión en velocidad. La comunicación 2.0 impone la necesidad de montar la sala de situación, donde se analiza y planea, en el campo de batalla mismo.

Gatooooos


 Por Rubén Weinsteiner para ADN

La relación inestable entre palabras emitidas e imágenes evocadas, entre significados y significantes, entre lo que decimos nosotros y lo que escucha el otro, es una precondición de cualquier construcción discursiva políticamente significativa.

Este desplazamiento en la relación significado-significante adquiere una dinámica muy específica en el segmento Google, aquellos electores que nacieron después de 1988, en la construcción de su sistema de preferencias electorales.

El 25% de la población económicamente activa y con derecho a voto, tiene menos de 25 años, construir confianza e intención de voto en este sector es una tarea compleja. Es un sector al que llamamos generación Google, que ha desarrollado mecanismos cognitivos, de valoración y validación y códigos de pertenencia y pertinencia propios y disruptivos.


Ser Gato

Se va transformando en insumo de construcción,  el proceso de sobredeterminación de ciertas palabras que condensan en torno de sí,  múltiples significados.

Gato es prostituta, es alguien servil en lenguaje carcelario, es alguien que se presume gay, pero fundamentalmente en los focus groups de sectores google, de tercer, cuarto y quinto decil de ingresos, gato es alguien falso, no transparente, trucho.

 Desde la emergencia, la organización del debate para los Google se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.

No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente. El marco de referencia esta afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser el líder de la banda que más le gusta, pero además validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu de autenticidad y los proyecte hacia afuera.

Importa en la referencia, más que lo que dice, la forma en la cual se para frente al poder, de manera auténtica, sin ornamentos innecesarios. El lenguaje gestual derivado de la visualidad, resulta naturalmente clave. La gestualidad ligada a las jerarquías produce rechazo, la sobre actuación muy evidente también.

Voto platense barrio por barrio ...

el voto platense barrio por barrio ...

Alfredo Silleta

Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) dejaron algunas sorpresas en la ciudad al analizar barrio por barrio, en especial para las candidaturas a diputados nacionales y diputados provinciales.

En las elecciones para diputados nacionales el Frente Renovador que encabezó Sergio Massa obtuvo el 26,29 %; el Frente para la Victoria con Martín Insaurralde el 24,59%; el Frente Progresista Cívico con Margarita Stolbizer el 16,09% y Unidos por la Libertad de Francisco De Narváez el 15,31 %.

Merece aclararse que las listas de Massa e Insaurralde llevaron dos boletas, no así la de Stolbizer y la De Narváez que no presentaron listas separadas para diputados nacionales.

La primera sección electoral abarca las calles 19 a 122 y avenida 44 a 54. Aquí los ganadores fueron Massa con el 26,39% y Stolbizer con el 26,29%, tercero quedó Insaurralde con el 19,43% y cuarto De Narváez con el 13,77%.

En la segunda sección, que abarca el barrio La Loma (de calle 19 a 122 y de las avenidas 32 a 44), volvió a ganar Massa con el 26,32% sobre Stolbizer que llegó al 24,47%, quedando tercero Insaurralde con el 20,04% y De Narváez con el 14,85%.



En la tercera sección, que incluye el Parque Castelli y abarca de 19 a 8 y de 54 a 72, también ganó Massa con el 26,52% contra el 25,11% de Stolbizer y un 20,36 % de Insaurralde, quedando cuarto De Narváez con el 13,4 %.





El casco urbano se completa con la novena sección electoral que comprende de calle 8 a 122 y de 54 a 72. Lo que se conoce como el barrio El Mondongo también eligió a Massa con el 26,65%, seguido por Stolbizer con el 22,66% y muy cerca Insaurralde con el 21,65 %, cuarto De Narváez con el 13,42%.

Sin lugar a dudas, en el casco urbano las clases medias platenses optaron por Massa y Stolbizer. Una segunda lectura muestra que en todo el casco urbano le fue mucho mejor a la lista del Frente Social que llevó a Florencia Saintout que la del FpV de Gabriel Bruera, en la suma de votos al pre-candidato Insaurralde.





La quinta sección es la más populosa y abarca los barrios de Villa Elvira, Altos de San Lorenzo, Etcheverry y Abasto. Aquí fue pareja la elección de Massa con un 28,52% e Insaurralde con el 27,35% y le fue muy bien a De Narváez que logró el 18,61% dejando en un lejano lugar a Stolbizer con un 13,56 %. En esta zona le fue muy bien a la boleta del bruerismo que aportó muchos votos al candidato del FpV.





La sexta sección incluye los barrios de El Peligro, Villa Elisa, City Bell, Gonnet, Tolosa y San Carlos. Aquí vuelve a hacer una buena elección Massa con el 28.15% y muy cerca sigue Insaurralde con el 26,26%; el tercer y cuarto lugar peleados entre Stolbizer (17.91) y De Narváez (15,86).





La séptima sección, que abarca los barrios de Romero, Olmos y Colonia Urquiza, le dio el triunfo a Insaurralde con el 33,91% sobre Massa que llegó a un 29,52%. El tercer lugar fue para De Narváez que obtuvo el 17,13 y cuarta quedó Stolbizer con sólo un 9,13. Aquí la boleta de Bruera fue un aporte importante para el FpV.




 

Completo acá

lunes, agosto 26, 2013

Hay que vender sensaciones, no gestión


Por Rubén Weinsteiner
para El País

No tenemos que vender gestión, tenemos que vender sensaciones. No tenemos que comunicar una ruta, sino las sensaciones, las mejoras en la vida de las personas que construye esa ruta. Porque el posicionamiento de la gestión o de un dirigente se construye en la cabeza de la gente, allí donde las sensaciones construyen sentido.

Las decisiones que toma un político, con las que la gente puede identificarse, traducidas en la emocionalidad estructural de la Web 2.0, y en la arquitectura de un discurso como el de Twitter, impulsivo, vertiginoso y visceral, disparan significados y sensaciones que con una estrategia determinada deben lograr posicionamientos específicos en la mente de las personas, para generar una satisfacción simbólica en las personas.
Esas sensaciones se construyen a partir de una simbología y una ritualidad, que dan sentido y contexto a los hechos políticos y los traducen en sensaciones.
Estos hechos no deberían ser explicados para alcanzar mayor poder de fuego, deberían poder ser decodificados por las personas sin construcción de meta relato por parte de la gestión.
La Web 2.0 presenta como atributos específicos
a) Velocidad de distribución,
b) Viralidad en la réplica y redistribución
c) Potencia de reproductibilidad de esos sentimientos
Una de las cosas que habilita la web 2.0 es apuntarle a 1000 líderes de opinión en lugar de molestar a 5 millones de personas, pero ese impacto en los líderes debe incluir e incorporar las sensaciones a comunicar para reproducir la emoción en la palanca de transmisión que encarna el líder de opinión.

viernes, agosto 23, 2013

Debate y Clivaje para la construcción de la marca política



Por Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK
Una de las dimensiones más importantes para la construcción de una marca política poderosa, es la arquitectura de un discurso de poder sólido,  en función de un clivaje eficaz.
El clivaje es la división traducida en competencia política,  que construye las singularidades y particularidades de un liderazgo, permitiendo plantearle a la sociedad en ese discurso de poder,  los cambios propuestos, construir el debate  y estructurar la competencia con los demás jugadores políticos.
El clivaje permite presentar lo que uno es, reforzado por lo que uno no es, simplificando en un esquema binario, si-no, blanco-negro,  un planteo  fácil de asumir, del tipo “de que lado estás” a los electores.
Organizar el debate y definir un clivaje
Plantear el eje divisorio, el clivaje,  es organizar el debate, y el que organiza el debate acumula poder. Los comentaristas, los que opinan y reaccionan sobre lo que hace el que organiza el debate y el clivaje, resignan poder. Gana el que instala, dirige y por lo tanto controla  el debate.
A lo largo de la historia, la construcción de los clivajes políticos viraron de la clivación por variables duras como religión, etnia o territorio a establecer clivajes por variables blandas.
Desde los históricos derecha-izquierda, conservadurismo-liberalismo en Estados Unidos o peronismo-antiperonismo, en la Argentina; a  la UCR desarrollando un clivaje en torno a institucionalidad-clientelismo, Carrió acerca de  transparencia-corrupción,  Macri; ineficiencia-gerentismo eficiente, el Kirchnerismo inclusión-exclusión (todos/as-pocos), el sujeto político agromediático modelo 2008 consolidado en la figura de Cobos en su momento: consenso-enfrentamiento. Otros probaron mano dura-garantismo, modernidad primer mundística-atraso (lo viejo), privado-estatal,  liberación o dependencia, etc.
Hay clivajes eficaces y otros que no lo son
En la toma de la iniciativa para la instalación del debate y en  el diseño eficaz  del clivaje reside la clave del éxito en la construcción y acumulación.
Desde el marco  investigativo llegamos a la conclusión que hay ejes que no han servido para construir poder y votos, como seguridady corrupción y otros que si, como economía y formas. Seguridad y corrupción han sido altamente eficaces para construir malestar, pero no para construir votos.
La disposición y dirección del debate y el diseño, instalación y gestión de los clivajes son acciones que requieren abordajes  permanentes, creatividad, pensamiento disruptivo y una  persistente ruptura de límites.
Gana el que organiza sostiene y conduce el debate, en torno al clivaje más eficaz en un contexto de tiempo y espacio.
Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK

No es lo mismo popularidad que influencia


Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS


En la Web 3.0, como en el mundo real  no es lo mismo popularidad que influencia. Si bien es importante ser popular y tener visibilidad para lograr influencia, se puede ser muy popular y tener cero influencia.
Es importante preguntarnos,  para fijar nuestro objetivo de construcción si:  ¿queremos ser populares o queremos influenciar?
¿Que es y como medimos la influencia en la Web Social?
Ante todo digamos que medir  influencia  como algunas relaciones en Facebook “es complicado” y no es medible por el número de personas que te siguen, sino por lo que puedas ejercer en ellos.
Sin embargo podemos empezar por algunas preguntas para definir el concepto de influencia 2.0.
a)   ¿Que es influencia y que hace  de alguien una persona influyente?
b)   ¿Quién es influyente y porqué?
c)   ¿Cómo puedo reconocer la influencia o la capacidad de influenciar?
d)   ¿Cómo puedo medir el efecto de la influencia en los segmentos- objetivo?
Influencia es la capacidad de producir cambios en las personas,  ya sea en su forma de percibir,  pensar,  significar o la de generar que las personas lleven a cabo una acción específica.
¿Cómo se construye la influencia?:
1)   Alcance, potencia de emisión. Hasta donde y a quienes llegamos
a)   Popularidad, visibilidad
b)   Proximidad territorial y conceptual
c)   Seguidores, militantes,  votantes
2)   Relevancia
a)   Autoridad
b)   Confianza
c)   Afinidad
3)   Resonancia, Ruido
a)   Frecuencia
b)   Período
c)   Amplitud
Estos tres componentes construyen la influencia que deberá estar direccionada en la acción desplegada en el territorio, hacia segmentos específicos.
La verificación se mide a través del impacto producido. Este efecto se traduce en resultados de encuestas, resultados electorales y niveles de apoyo y legitimidad para personas o medidas.
Como se construye un Plan Operativo de Influencia (POI)
1)   Definir los objetivos ( lo que queremos que nuestra influencia produzca)
2)   Segmentos a abordar
3)   Diseñar un mapa de influencias en el territorio a operar (Quienes, como,  cuanto  y a quienes influencian los otros jugadores)
4)   Diferenciación de los otros jugadores
5)   Construcción de valor para influenciar a influenciadores y a sus influenciados
6)   Auditar y medir impacto
El desafío central consiste en tener  presente y en claro la diferencia entre Influencia y popularidad y saber que la capacidad de influenciar sufre desgaste, entropía, y hace falta recargar esa máquina de influenciar, con significados nuevos para ser disparados y formas nuevas para sorprender y sostener el poder de impacto.

RUBÉN WENSTEINER

¿Negar o no negar?


Por Rubén Weinsteiner para El País

Toda negación implica una afirmación,  esto es Lacan.

Andá y decile a tu esposa: “tu amiga Claudia…, no me gusta” , “la verdad, que no me mueve ni un pelo”. A partir de ese momento,  tu esposa va a estar completamente segura  que te gusta mucho su amiga Claudia.
La funcionalidad de la negación en el discurso, es inversa en términos de sus objetivos a la intención del emisor.  Nadie que sea honesto debería decir  “no robé ”, sería como para alguien que no tiene ninguna cicatriz en la cara,  decir “yo no tengo ninguna cicatriz en la cara”. Si uno no tiene  el deseo de tener algo ni nada con Claudia, difícilmente habilite los senderos neurológicos que le hagan decir  algo relacionado con  “tener algo con Claudia”,  aún para negarlo, y eso las audiencias lo decodifican rápido,  aunque  no lo puedan poner en palabras y en emergencia,  y fundamentarlo.

Esta percepción no decodificada, no construye afirmaciones racionales con reproductibilidad, no es algo que las personas van a contar y repetir,  sino que genera  sensaciones y sentimientos que se van solidificando e interviniendo en los mecanismos de valoración y preferencias.

Desde ya que la afirmación no debería dejar ninguna duda, pero debería negar afirmando e intervenir en forma cenestésica en los públicos objetivo.
La reacción refleja,  siempre será negar, para  luego exponer elementos objetivos que desmientan la información que deseamos negar. Y esta secuencia plantea problemas complejos.

El primer problema que presenta la negación consiste en rebatir con una respuesta racional una instalación emocional que han “comprado” algunas personas. Una vez que la emocionalidad generada  se instala, corre por canales separados con la racionalidad.
El segundo problema consiste en la previsibilidad y obviedad, ya que  lo que se espera siempre es la negación, con lo cual la predisposición  del oyente es defensiva.  Ante la difusión de una noticia que señala que el ministro de defensa recibió una coima,  resulta obvio que el ministro no va a decir “es cierto recibí una coima”.
El tercer problema consiste en que cuando alguien tiene que negar un rumor o una información,  esa información ha generado  interés en la masa crítica, con lo cual el negador se convierte en un aguafiestas. La población se enteró que el ministro de economía participó de una orgía, a la gente le gusta imaginar difundir y viralizar el rumor, si viene el ministro a arruinar ese disfrute no será bien recibido, uno cree aquello en lo que quiere creer.
El cuarto problema de la negación radica en la asimetría de reproductibilidad de esa negación,  en relación a la información que se pretende negar. La cantidad de veces que se repite una información ponderada por la viralización boca a boca, 2.0 y la retroalimentación desde y hacia los medios tradicionales, es muy superior a la cantidad de veces que una persona puede negar algo.

La acción más eficaz para gestionar una acusación un rumor o una información negativa,  es la construcción de una imagen emocional positiva en la audiencia, que compita y derrote las construcciones cenestésicas generadas por la información original.

Si hay algo en lo que la información o el rumor refieren,   que tenga que ver con un error propio, resulta altamente eficaz admitirlo. Cuando alguien comienza un discurso admitiendo un problema o un error, el receptor baja la guardia y se consigue automáticamente crédito de ese receptor.

Resulta clave microsegmentar la reacción, porque las sensaciones construidas por la información original, difieren de acuerdo a los públicos donde está intervino.
Hace falta  destabicar y explicar el mecanismo por el cual se instaló el rumor, o se fraguó una falsa información, de manera clara, simple y didáctica, identificando los intereses que se movieron detrás de la operación, sin personalizar.

Resulta fundamental reaccionar rápido, el tiempo que pasa aumenta la tasa de reproductibilidad de la información y solidifica la emocionalidad que la información genera y el costo de revertir aumenta minuto a minuto como en un taxi.

Rubén Weinsteiner

martes, agosto 20, 2013

Sujetos de elección, medios y poder de fuego

Por Carlos Belvedere
 
A mediados del siglo pasado, el filósofo y sociólogo Alfred Schütz se preocupaba por las consecuencias que un predominio de la opinión pública desinformada podría tener en la vida política contemporánea. Uno de sus temores era que la desinformación hiciera de las mayorías presa fácil de la manipulación mediática. Esta parece ser la situación de buena parte del electorado, según lo muestra la investigación del Cedop.
El panorama es preocupante si se tiene en cuenta que la mitad de quienes votaron consideran a la política carente de interés o utilidad, y uno de cada cinco decidió su voto ese mismo día.
La falta de interés en la política no tendría los perniciosos efectos que entrevió Schütz si no se diera en el horizonte de la manipulación mediática. Lamentablemente, esa condición se cumple, siendo que los medios de comunicación son vistos como más poderosos que el gobierno nacional por cuatro de cada diez encuestados. Además, son considerados por lejos el principal contrapoder, triplicando en fuerza a los sindicatos y empresarios.
¿Qué costos tiene esto para la calidad de la política? Una entre muchas consecuencias aparece con claridad cegadora en el estudio comentado. Estamos ante una política altamente personificada. Sólo así puede entenderse que, al ser consultados sobre el punto, el 70 por ciento de los votantes quiera tomar un café con su candidato...
¿Qué le dirían? Sería bueno desentrañarlo en futuros estudios, a fin de comprender mejor la “cabeza” del votante. Sin embargo, algo cierto sabemos ya: que los liderazgos personalistas han sustituido a los partidos políticos, que hoy sólo pueden “salvar” una elección si han conseguido su cuota de carisma mediático. No por nada uno de cada cinco encuestados ha decidido su voto durante la campaña electoral. La política argentina hoy pasa indefectiblemente por el filtro de los medios.
¿Hay esperanzas de revertir esta situación? Sí, hay tantas esperanzas cuanto temores. No es menor que en este contexto más de la mitad de los votantes crean que la actividad política sirve para encarar los problemas del país y de la gente. Aunque no son pocos quienes le dan a esta finalidad una expresión personalista (tres de cada diez votantes), cierto es que la política no ha perdido totalmente su eficacia. Es cuestión, entonces, de seguir llenando el vaso. Para ello, los penetrantes interrogantes que abre este estudio pueden ser el inicio de una búsqueda feliz.
¿Por qué participaron de las PASO hasta los desinteresados y escépticos? Debe haber algún motivo por el cual hasta los desmotivados e incrédulos han ido a votar el domingo pasado. Quien logre descifrar eso, tendrá las claves de la política argentina.

Indio Solari, confiaza, credibilidad y marca

Rubén Weinsteiner

La confianza es el capital simbólico más importante que puede y debe construir una marca política o corporativa.

Por Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK


La marca política de un candidato o la marca corporativa de una empresa, debe estar pensada y orientada a guiar, direccionar y trackear hacia las zonas tributarias de su propuesta, a las corrientes de opiniones que juegan en el mercado.
La marca debe adecuarse al mainstream y no al revés, para luego poder modificarla, y debe tener un abordaje quirúrgico y diferenciado, para las distintas vertientes de pensamiento que despegan de las corrientes centrales. El principal denominador común, y súper objetivo imprescindible en todos estos abordajes diferenciados, es la construcción de percepción de confianza en la mente las personas.

Para esta batalla las marcas políticas y corporativas, necesitan acumular todos sus estadios previos : los signos, los discursos, los sistemas de memoria, convertirse en objeto de seducción, en fetiche, en sujeto de confianza, y sobre todo, en espejos idealizados en los que los individuos ven proyectada la fantasía y en algunos casos el deseo de su propia imagen.

La elección por parte del segmento 16-34 (34% del electorado)  de una marca política o corporativa es una proyección del yo a través de una decisión. No hay que fijarse en los candidatos, sino en las personas y sus conductas para poder pensar la percepción que deseamos lograr.
No se trata de una batalla entre candidatos, se trata de una batalla entre percepciones. La gente no elije a un candidato por sus condiciones, sino por las percepciones que genera el candidato en la cabeza de la gente.

La principal función de la marca política, según mi experiencia, es generar confianza. Las crisis económicas se dan por falta de confianza y los diferentes tipos de relaciones se destruyen por la misma razón.
Ningún banco soportaría que todos sus clientes se presenten en ventanilla a retirar sus depósitos, simplemente no tendría los fondos para pagar. La plata no está, y no se puede construir, lo que sí se puede generar es confianza, por eso un Banco ante todo debe vender confianza, su marca debe generar seguridad. De esa manera la gente está tranquila y no saca la plata del banco y así éste puede cumplir con los que quieren sacar el dinero, y seguir desarrollándose como empresa.
Si se produce una corrida porque la gente perdió la confianza, se cae el banco, cualquier banco; ningún banco el mundo, por más fuerte que sea, puede soportar una corrida.

La confianza no se apoya en algo tangible y concreto, la plata del banco no está, está prestada y apalancada en miles de operaciones. Lo que está es la percepción de confianza en la cabeza de la gente. Por eso la marca de un candidato o de una empresa no necesita mostrar la billetera, lo que necesita es construir esa percepción en la cabeza de la gente.

La confianza es el capital simbólico más importante que puede y debe construir una marca política o corporativa, y se construye a través de pequeños pasos constructores de confianza, uno sobre el otro como los pisos de un edificio que van consolidando la construcción de la percepción.

Esta batalla que se da en las mentes de las personas, se vuelve cada vez más competitiva, y está dirigida por estrategas que tienen grados de cognitividad diferentes a los sub 30, sector que ha dado un salto cognitivo impresionante en los últimos 15 años.
El 34% de la población económicamente activa tiene menos de 35 años, construir confianza en este sector es una tarea compleja. Es lo que llamamos #votojoven, un segmento que ha desarrollado mecanismos cognitivos, de valoración y validación y códigos de pertenencia y pertinencia propios y disruptivos.
Es probable que no sepan cual es la capital de Portugal, ni quien fue Arturo Frondizi, pero hacen 5 cosas a la vez, piensan muy rápido y leen tramas discursivas muy complejas; se aburrirían mucho viendo las series televisivas de los setenta, donde los buenos son siempre y totalmente buenos, y además inteligentes, y los malos lo son full time y sin fisuras.
En Lost, Los Soprano y las series de más acá, las cosas son más complejas, se cuestionan tabúes, los buenos tienen dobleces y miserias, los finales no son lineales, los malos son personas y todos tienen momentos brillantes y tontos, que explican mucho de la multidimensionalidad de los relatos.

Los sub 30  aprenden por funcionalidad, es decir priorizando aquello que necesitan. El “Word” no tiene manual, los integrantes de  la gneración google van aprendiendo a medida que se le van presentando problemas, pero en ese caso su aprendizaje e internalización resulta muy eficaz.
A los Google el discurso de los de 50 les resulta ajeno emocionalmente, lento conceptualmente y aburrido discursivamente, pero la zona donde la brecha mas se profundiza, es en la credibilidad, los jóvenes no le creen a los viejos. Esa linealidad de las series de los setenta y ochenta donde todo está demasiado claro, lo bueno, lo malo, lo que está bien y lo que está mal, no resulta creíble en los Google, esa unidimensionalidad bajada al discurso resulta inverosímil, “careta”, y sus emisores “truchos y gatos”.

El Indio Solari posee una marca interesante como objeto de estudio en este tema. Ha construido confianza y lo ha hecho de una manera congruente y sólida. Es poco lo que se conoce de la vida privada del Indio, más que lo que él ha decidido abrir, pero lo que ha generado en la cabeza de los cientos de miles de seguidores, es muy fuerte y ha resistido diferentes embates comunicacionales con éxito, lo cual no es fácil. Podemos aprender y mucho de la gestión de las crisis de confianza en la “Marca Indio Solari”.

Desde la emergencia, la organización del debate para los Google se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.

No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente. El marco de referencia esta afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser el líder de la banda que más le gusta, pero además validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu de autenticidad y los proyecte hacia afuera.
La marca del Indio Solari, dispara significados de autenticidad hacia la cabeza del #votojoven.


Las presentaciones del Indio no se promocionan por TV ni por radio, solo boca a boca y por la Web 2.0, y van 80, 90, 100 mil personas y más. Hace falta construir mucha credibilidad y confianza para lograr semejante convocatoria sin apoyarse en los medios masivos y tradicionales, para lograr la viralidad necesaria, es decir, que cada quiera ser emisor y amplificador, y por otra parte la fidelidad y compromiso que implican la concurrencia física a las presentaciones.


La confianza es como un balde de agua en un patio, una vez que se tira el agua del balde al piso, no se puede volver a juntar y ponerla de vuelta en el balde. En la gestión comunicacional de la confianza, es vital que el balde no se caiga ni se vuelque, por más que lo muevan, sacudan e intenten tirarlo. Hay que mantener un arco de oscilación del balde del cual no salirse.

Al Indio Solari a través de los años, lo han atacado por derecha y por izquierda, el establishment y los outsiders, la iglesia y los medios. Le pegaron y lograron impactar, el balde se movió, pero no pudieron volcarlo, no pudieron modificar la percepción en las cabezas de la generación Google, básicamente por dos motivos:

a) El Indio Solari por acción o por omisión, basó la construcción de su marca en la percepción de confianza y credibilidad, dando pequeños pasos constructores de esa percepción de confianza, y luego gestionando la misma, obteniendo una malla de seguridad que resultó muy difícil de vulnerar.

b) Los que lo atacaron, articularon un discurso que hubiera sido eficaz para hablarle a gente de 50 o 60 años, no a gente de 22.

El balde puede moverse pero no volcarse, porque de eso no hay retorno, no hay que tenerle miedo a las oscilaciones o a que se caigan algunas gotas, eso es inevitable. En la gestión de una crisis y en cualquier gestión de daño, la clave es mantener la verticalidad del balde de la confianza.

Rubén Weinsteiner

Voto en construcción

La consulta de boca de urna realizada el domingo 11 de agosto revela que casi el 20 por ciento de las personas decidió su voto el mismo día de los comicios. La seguridad y la educación como principales preocupaciones. Los medios como sector de poder.


La seguridad continúa siendo la principal preocupación de los ciudadanos de la Capital y del Gran Buenos Aires, seguida a no mucha distancia por la educación, y la gran mayoría de los votantes admite que los medios de comunicación constituyen el sector que más poder tiene hoy frente al gobierno nacional. Estas son algunas de las conclusiones que resultan de una consulta con modalidad a boca de urna, realizada el domingo 11 de agosto por el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sobre un total de 1203 casos en toda la Capital y 23 partidos del conurbano bonaerense. El trabajo permite comprender qué expresa la ciudadanía más allá del voto por el candidato elegido.
Consultados sobre una gran variedad de opciones temáticas (ver gráfico 1), el 28,9 por ciento de los votantes en CABA y GBA señalaron la seguridad como el principal tema del que se tiene que ocupar el Estado (34 en el GBA) seguido por la educación (23,7), una cuestión prácticamente ausente en la campaña de todas las fuerzas. En los siguientes tres lugares (con similar distribución entre Capital y GBA) aparecen tres temas relacionados, pero que tienen diferentes perspectivas. La cuestión económica (11,0 por ciento) (a la que se le podría sumar la inflación, 4,2) es una preocupación sustantiva, pero la distribución del ingreso, propósito explícito por excelencia del Gobierno, reúne sólo el 10,4 por ciento de los encuestados. La poca preocupación acerca de las libertades individuales (3,0) podría leerse positivamente en el sentido de que la ciudadanía considera que se trata de un valor ya incorporado a la vida de los argentinos.
Otro dato interesante surge de comparar las preocupaciones temáticas según el candidato elegido en las urnas. En la ciudad de Buenos Aires los votantes de Elisa Carrió (Unen) y Sergio Bergman (PRO) se muestran más preocupados por la seguridad que los de Juan Cabandié (FpV), que sostienen la distribución del ingreso como cuestión primordial. En el Gran Buenos Aires la insistencia de Francisco de Narváez con el tema de la seguridad le dio algunos frutos: la mitad de sus electores creen que ése es el tema central de la acción del Estado, compartiendo en menor medida la preocupación con los votantes de Sergio Massa. La cuestión educativa es de relevancia central para los ciudadanos de los dos amplios distritos considerados. Los votantes de Cabandié en la Ciudad y de Margarita Stolbizer y Néstor Pitrola en la provincia resaltan tal asunto.
El momento de la decisión del voto es clave para comprender la emergencia de nuevas opciones en la política argentina. De hecho, tanto en CABA como en el GBA casi el 20 por ciento de las personas decidió su voto el mismo día de los comicios, mientras que el 10 por ciento lo hizo la semana anterior (ver gráfico 2). Esto indica que si tres de cada diez votantes dejan para los últimos días su decisión, los resultados de las elecciones pueden resultar sorpresivos y en la determinación final pueden entrar en consideración incidentes o elementos que no forman parte de los debates políticos.
Tanto en Capital como en el GBA se observa que el Frente para la Victoria tiene un voto consolidado: siete de cada diez votantes (74,7 por ciento) lo tenía decidido antes de la campaña electoral. También el PRO muestra un voto medianamente consolidado en la ciudad de Buenos Aires (66,4 lo decidió antes de la campaña).
En el otro extremo, los más favorecidos del voto “a último momento” fueron Martín Lousteau y Jorge Altamira. Si bien lejanos en términos ideológicos, obtuvieron el 32,6 y 34,4 por ciento respectivamente de votos entre la última semana de campaña y el día de la elección, lo que pondría en duda si se trata de un voto consolidado o presto a migrar. Por el lado del Gran Buenos Aires, se observa un comportamiento relativamente parecido por parte de los votantes, donde Massa se ve fuertemente beneficiado del “sufragio de último minuto” con el 21,3 por ciento de decisión dentro del cuarto oscuro.
Dos temas interesantes que surgen del trabajo realizado por el Cedop se refieren a los sectores a quienes los votantes les atribuyen mayor poder frente al gobierno nacional y, por otra parte, las consideraciones de los ciudadanos acerca de las razones por las cuales es escasa la participación en política.
Los medios de comunicación son abrumadoramente considerados (42,9 por ciento de los encuestados) como el sector que mayor poder tiene frente al Gobierno, seguido de los sindicatos (14,5) y los empresarios (13,7). “El pueblo” fue señalado como influyente por el 10,2 y por encima de la Justicia (4,4), el campo (4,1) y el Congreso (3,9). En último lugar del ranking quedó ubicada la Iglesia, a quien sólo el 2,4 por ciento de los sufragantes le adjudica poder sobre el Gobierno (ver gráfico 4). Entre los que consideran que los medios de comunicación tienen gran poder se ubican, el 69,2 por ciento de quienes apoyaron a Ricardo Gil Lavedra (Unen), el 61,5 de los votantes del FpV en la Capital, el 42,0 de los que votaron a Carrió y el 38,9 de los que se inclinaron por Altamira.
En cuanto a las razones que fundamentan la escasa participación en política, los votantes de Capital y CBA aseguran que la política “no interesa” (31,2 por ciento) y “es inútil” (20,0), sumando entre ambos grupos más de la mitad de los votantes (ver gráfico 3). El 63,7 por ciento de los votantes de los candidatos de Unen en la Capital considera que la política “es inútil” y lo mismo piensan el 28,6 de quienes apoyaron a Zamora y el 27,8 de quienes se inclinaron por Altamira. El 17,2 por ciento (15,2 en Capital y 18,6 en GBA) argumentan que “ningún partido nos representa”, el 9,3 señala la “falta de tiempo” como razón, pero el 6,0 sostiene que “no hay dónde participar”. La “deshonestidad política” a veces indicada como causa de desinterés por los medios de comunicación sólo es referida por el 4 por ciento de los votantes.

Ficha técnica

El estudio del Centro de Estudios de Opinión Pública (Cedop) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, fue efectuado con modalidad en boca de urna el día 11 de agosto de 2013. Se realizaron 1203 consultas en las 15 comunas de la ciudad de Buenos Aires y en los partidos de Avellaneda, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Lanús, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Morón, Quilmes, San Isidro, San Miguel, Tres de Febrero, Vicente López, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Moreno, San Fernando y Tigre. La metodología muestral utilizada permite una confianza del 95 por ciento en los resultados obtenidos.

Massa- Insaurralde clivajes y entropías de las marcas políticas



Por Rubén Weinsteiner para ADN

Los atributos de la marca política,  la definen en contextos cada vez más dinámicos, que los vuelven permeables y demandan significados  que se adapten a escenarios,  donde los códigos se resignifican y  ponen a prueba los valores.
Las denuncias contra presuntos hecho de corrupción en 2011, posicionaban a la “marca Carrió” con  el 1,8 % de los votos,  y hoy con el mismo posicionamiento marcario,  la ubican liderando con UNEN la ciudad de Buenos Aires, luego de un año y medio de Lanata con altos índices de rating.
Podemos decir que la “marca Carrió” es la expresión electoral de la “marca Lanata”. Teniendo en cuenta que la totalidad de las denuncias sobre casos de corrupción de Lanata apuntan al gobierno nacional, y en ningún caso al gobierno de la ciudad, el Espacio UNEN se impone  al macrismo, porque más que el ataque al gobierno, pesa la instalación del clivaje: honestidad-corrupción.
Los clivajes  instalados definen el escenario pero no el resultado, que está atado a diversas variables de índole política, económica, social, de gestión de humores y percepciones, de formato y volumen y  de  impacto de politicas públicas entre otras.
En el enfrentamiento entre Massa e Insaurralde pesó más la instalación del clivaje  gestión=seguridad/cámaras= ondas de amor y paz, instalado  por parte de la campaña de Massa, que el clivaje propuesto por la campaña de Insaurralde:  K-no K,  “estás conmigo y aprobás todo lo que hago o sos de la corpo”, “en la vida hay que elegir”.
Seis de cada diez personas que eligieron al de Tigre,  fundamentaron su apoyo en “los antecedentes de Massa en la gestión”, es decir, la fama que construyó al frente de la intendencia de Tigre. Curiosamente, sólo uno de cada diez  personas votaron a Massa por su perfil opositor, es decir que una parte  importante de los votantes,  piensa que es algo así como un “post kirchnerismo”.
Siempre decimos que todo discurso con vocación hegemónica debe incluir y superar a aquel discurso al que intenta desplazar y esto es uno de los fundamentals del posicionamiento marcario de Massa, aún cuando intercambió nutrido fuego con el gobierno nacional.
Los clivajes que fueron eficaces en 2011 no tienen porqué serlo ahora
Massa ganó en el voto joven, porque sus clivajes fueron estratégicamente los que más les convenían a su marca política  en ese segmento. El clivaje más eficaz hacia el interior del voto joven es sin duda : “gato-autentico”,  y ahí Insaurralde se hubiera hecho más fuerte porque da más autentico que un Massa impostado que repite muletillas y lugares comunes,  se saca el saco y con voz aflautada pregunta “¿quieren pelear?”.
Massa planteo un clivaje dinámico a  futuro, desde una marca política nueva y sin desgaste; “subite al micro no te pedimos nada”. Insaurralde planteo un clivaje rígido, de pertenencia como factor atado a una instancia de identificación y adhesión pasada.
La marca política sufre de entropía, se gasta,  y requiere de homeostasis, dotarla de nuevos significados e imágenes para ser disparados a la cabeza de los votantes.  El “mensaje del día” de la marca política es un “texto en contexto”. Teniendo en cuenta lo dinámico del escenario,  para gestionar eficazmente una marca política  debemos,  más que” lo que decimos”,  considerar, “a quien se lo decimos”, y más que “quien vota”, debemos tener en cuenta “desde donde vota”.
 
Rubén Weinsteiner

Sobre la existencia de un "peronismo disidente"


Darle consistencia política y electoral a los retazos peronistas existentes por fuera del espacio " k", es la estrategia tradicional de la derecha conservadora, abandonadas ya las hipótesis de reordenar un espacio opositor vía PJ disidente filomazorca (Duhalde2005) , UCR (Cobos 2009) o PRO (Macri hasta las PASO) y hoy tras el resultado de las primarias, Sergio Massa.
Sobre la existencia de un peronismo "no k o disidente" , la verdadera clave de la etapa que se abre tras las PASO , resulta como hipótesis una discusión pertinente para nuestro lectorJohn William Puck, hipótesis que supone una construcción aún pendiente , que sin embargo con mayor o menor "picardía" , se ve plasmada como realmente existente en los trabajos de Burdman y la Universidad Di Tella.
Leemos al respecto , un muy interesante análisis deJohn William Puck

La existencia de un espacio peronista no kirchnerista, de tinte claramente conservador me parece algo más que una entelequia. Es parte de una hipótesis política que no puede despreciarse. De hecho el estudio del Di Tella que cita Verbitsky realiza dos picardías, legítimas ambas, pero que hay que considerar. Por un lado quita del cómputo a los votos en blanco, lo cual es legítimo para las elecciones donde se eligen cargos, pero no para éstas. Son 700.000 votos que se quitan del denominador. La otra es más sustantiva: separa al espacio del PRO y sus supuestos aliados de la pertenencia a ese clivaje populista conservador. Como si la distancia que hubiera entre los votantes de Massa y los de Macri fuera mayor que la que hay entre los de Massa y los de De Narváez.

El efecto de esta sutileza es poner a tiro al espacio radical-socialista de la segunda posición, y generar la idea de una competitividad entre tercios en paridad de condiciones. Pero los tercios son asimétricos. Los votos entre los sectores populares y populistas se trasvasan con mucha mayor facilidad de lo que lo hacen entre ellos dos y el tercio “republicano”-radical-socialista. De hecho obedecen a referentes territoriales que hoy están aquí y mañana están allá, pero el aquí y el allá es el de la comarca populista, ya sea en su orientación kirchnerista o en su orientación conservadora. Lo que erosiona el poder territorial no es sólo el pase de caciques locales al sector PJ no K, sino también la falta de correlatos claros y de orientaciones precisas relativas al hecho de NO hacerlo. Quedarse en el segmento K, muy bien, ¿y para qué? Los para qué hoy son todos defensivos. Simplemente asegurar logros pretéritos. Ese no es un buen motivo.

Otras dos cosas: primero, el peronismo no kirchnerista tiene una realidad bien tangible en el territorio y, paradójicamente, hoy tiene claro el objetivo de su posible unión. Yo no veo imposible que se ordenen. La gran dificultad consiste en hacer ver que el PRO, lejos de ser una alternativa nacional, es un socio menor, muy menor, de ese armado, y que Macri, lejos de ser una figura de primerísima línea, es una figura a la altura de Del Sel, De la Sota o De Narváez. La sobre-representación simbólica del macrismo es inversamente proporcional a su efectividad política y su capacidad eleccionaria. Sus desatinos, la falta de cuadros y de criterio pueden dejar al peronismo de derecha sin el millón de votos del dúuo de humoristas Macri-Del Sel, y sin los 400.000 del otro dúo humorístico (Baldassi-De Angelis). Si la derecha peronista resuelve el enigma Macri (y sus réplicas territoriales en el Litoral) yo lo veo en aptitud de ordenarse y competir en serio. Se comunica su electorado sin ambages con el electorado potencialmente kirchnerista.

Segundo, lo que no tiene realidad es el espacio “republicano”: ¿de dónde tomarían votos Binner, Cobos o Carrió, o quien fuera, para estirarse por encima del 25% actual para escalar hasta un posible ballotage? Todo se hace cuesta arriba en este espacio, que aún cuando pudiera ordenarse (y aún eso se ve difícil) no se sabe de dónde tomaría votos, territorios, imaginarios, identificaciones. La pasión republicana es de minorías. Luego del colapso de la convertibilidad el panorama es claro.

En 2003 las distintas variantes republicanas alcanzaron el 34% de las voluntades, divididos en varias candidaturas (Lopez Murphy, Carrio, Bravo, Moreau). En 2005 bajó al 25%, y en el 2007 volvió a estirarse, con las candidaturas de Carrió, Lavagna y López Murphy. Es difícil estimar cuánto del voto de UNA, esa confusa mezcla de radicalismo y el peronismo no kirchnerista detrás de Lavagna puede imputarse al voto anti-populista. Aún así es claro que entre todos esos candidatos orillaron el 40% de los votos a nivel nacional, capturando una parte del voto anti kirchnerista del peronismo. El tercer lugar obtenido, y el magro resultado alcanzado debería ser aleccionador. La simbiosis radical-conservador popular no sumo mucho con el híbrido entre Lavagna y Morales.

Si la mitad de los votos de UNA eran peronistas, el republicanismo nuevamente rondó el 34% de los votos. Más adelante, en pleno clima pos-125, en las elecciones de 2009, sumando el Acuerdo Cívico y Social y algunos grupejos aislados el republicanismo, nos encontramos con que esta “sensibilidad” orilló el 33% de los votos. Luego en 2011 la sumatoria del FAP, de UDESO y de la Coalición Cívica no llega al 30% (29,77% para ser exactos). Ahora en 2013 el espacio republicano vuelve a rondar el 25%. Esto equivale volver al nivel del 2005. Si vemos la secuencia del 2003 al 2013 (34, 25, 34, 33, 30, 25) surge un intervalo que manifiesta descensos en las legislativas y pequeñas recomposiciones en las ejecutivas, sin mayores consecuencias, dada la fragmentación del espacio. El techo de esta orientación es muy claro, tanto como su piso.