Edgardo Mocca y Miguel de Luca son claros en esta recomendable nota, en la que hacen un breve pero exhaustivo repaso por la historia de las elecciones porteñas. Señalan que la CABA es el distrito más afectuoso con las terceras fuerzas (por fuera del PJ y la UCR), es el menos proclive a votar por pertenencia partidaria y es en el que los medios de comunicación tienen mayor penetración.
Del artículo quiero extraer algunos datos para analizar el papel de las terceras fuerzas en el distrito. Construídas, por lo general, mediáticamente, estas cumplieron un rol importante en el desenlace de los comicios.
En 2003 fue Luis Zamora quien, con el 12,3% de los votos, alcanzó el tercer lugar. Señala Mocca que “canalizó un sector del electorado porteño que suele apoyar dirigentes que tienen un discurso sobre todo de orden moral. Expresó lo mismo que Fernando Pino Solanas en 2009 y Elisa Carrió en 2007. De hecho, durante la campaña electoral de 2003, Zamora no se movió con un discurso revolucionario ni con el que manejó en la crisis de 2001. Centró su campaña en la corrupción estatal y privada. Lo hizo con algunos elementos de discurso de izquierda, claro, pero no eran el eje central”. En 2007 Jorge Telerman completó el podio junto a Macri y a Daniel Filmus. El ex vicejefe de Aníbal Ibarra cosechó un 20,69% de los votos diferenciándose de quien fuera su compañero de fórmula y del gobierno nacional de Néstor Kirchner.
La tercera fuerza en la Ciudad Autónoma, hoy, es Proyecto Sur. Corrección: no es P. Sur, es su carismático líder (sin ironía): Fernando Pino Solanas.
Ayer martes el cineasta señaló que “es tan grande la diferencia” a favor de Mauricio Macri sobre Daniel Filmus que “puede ser que no haya” ballottage. Agregó que el “ballottage es perder tiempo, dinero y más días de campaña” y que “es una insistencia sin destino, y una falta de reconocimiento de los casi 20 puntos que obtuvo Macri sobre Filmus”. En consonancia con Federico Pinedo, María Eugenia Estenssoro y -por supuesto- los medios de comunicación opositores.
De modo grosero podemos decir que en 2009 la corporación mediática promovió la figura de Solanas debido a su discurso furiosamente antikirchnerista. Ello le permitió al líder de P. Sur aglutinar un importante porcentaje de votos que luego pueden, con escasas contradicciones, ser tributarios de la derecha representada por Macri, visto como quien puede enfrentar con mayor éxito a la horrenda tiranía K. Es decir, P. Sur colecta por izquierda-cultural votos que luego pueden ser aprovechados por la derecha-política/económica.
Quizás haya sido una lección aprendida en esa elección de 2003, en la que los votos de la tercera fuerza, la de Luis Zamora, beneficiaron a Ibarra en el ballotage contra Macri. La elección de 2007 proporciona más datos: Telerman -como bien reseñan Mocca y De Luca- se diferenció fuertemente de Ibarra y del gobierno nacional. Luego, una parte importante de sus votos pudieron migrar hacia Mauricio Macri en la segunda vuelta que coronó al hoy Jefe de Gobierno de la CABA. Para abonar aún más la teoría, este domingo que pasó Telerman cosechó un escuálido 1,76%.
Para finalizar valga una aclaración: este post no intenta ser una crítica a Solanas -quien tiene derecho a llamar a votar por Bush si así lo cree conveniente para su partido-, sino un aporte para tratar entender cuál ha sido en estos últimos años el papel de las terceras fuerzas en las elecciones porteñas.
Del artículo quiero extraer algunos datos para analizar el papel de las terceras fuerzas en el distrito. Construídas, por lo general, mediáticamente, estas cumplieron un rol importante en el desenlace de los comicios.
En 2003 fue Luis Zamora quien, con el 12,3% de los votos, alcanzó el tercer lugar. Señala Mocca que “canalizó un sector del electorado porteño que suele apoyar dirigentes que tienen un discurso sobre todo de orden moral. Expresó lo mismo que Fernando Pino Solanas en 2009 y Elisa Carrió en 2007. De hecho, durante la campaña electoral de 2003, Zamora no se movió con un discurso revolucionario ni con el que manejó en la crisis de 2001. Centró su campaña en la corrupción estatal y privada. Lo hizo con algunos elementos de discurso de izquierda, claro, pero no eran el eje central”. En 2007 Jorge Telerman completó el podio junto a Macri y a Daniel Filmus. El ex vicejefe de Aníbal Ibarra cosechó un 20,69% de los votos diferenciándose de quien fuera su compañero de fórmula y del gobierno nacional de Néstor Kirchner.
La tercera fuerza en la Ciudad Autónoma, hoy, es Proyecto Sur. Corrección: no es P. Sur, es su carismático líder (sin ironía): Fernando Pino Solanas.
Ayer martes el cineasta señaló que “es tan grande la diferencia” a favor de Mauricio Macri sobre Daniel Filmus que “puede ser que no haya” ballottage. Agregó que el “ballottage es perder tiempo, dinero y más días de campaña” y que “es una insistencia sin destino, y una falta de reconocimiento de los casi 20 puntos que obtuvo Macri sobre Filmus”. En consonancia con Federico Pinedo, María Eugenia Estenssoro y -por supuesto- los medios de comunicación opositores.
De modo grosero podemos decir que en 2009 la corporación mediática promovió la figura de Solanas debido a su discurso furiosamente antikirchnerista. Ello le permitió al líder de P. Sur aglutinar un importante porcentaje de votos que luego pueden, con escasas contradicciones, ser tributarios de la derecha representada por Macri, visto como quien puede enfrentar con mayor éxito a la horrenda tiranía K. Es decir, P. Sur colecta por izquierda-cultural votos que luego pueden ser aprovechados por la derecha-política/económica.
Quizás haya sido una lección aprendida en esa elección de 2003, en la que los votos de la tercera fuerza, la de Luis Zamora, beneficiaron a Ibarra en el ballotage contra Macri. La elección de 2007 proporciona más datos: Telerman -como bien reseñan Mocca y De Luca- se diferenció fuertemente de Ibarra y del gobierno nacional. Luego, una parte importante de sus votos pudieron migrar hacia Mauricio Macri en la segunda vuelta que coronó al hoy Jefe de Gobierno de la CABA. Para abonar aún más la teoría, este domingo que pasó Telerman cosechó un escuálido 1,76%.
Para finalizar valga una aclaración: este post no intenta ser una crítica a Solanas -quien tiene derecho a llamar a votar por Bush si así lo cree conveniente para su partido-, sino un aporte para tratar entender cuál ha sido en estos últimos años el papel de las terceras fuerzas en las elecciones porteñas.
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