Leemos a Julio Burdman en Analytica
Una encuesta de Observatorio Electoral, un proyecto de análisis de la opinión pública y las tendencias electorales asociado a Analytica, indagó acerca de la percepción económica personal y familiar de los bonaerenses en condiciones de votar en las primarias del próximo 11 de agosto.
La evaluación de la situación económica particular es una de las variables más robustas en la determinación de la tendencia de los votantes. Se trata de la forma en que la gente traduce, en su experiencia personal, los datos que reflejan los indicadores macroeconómicos. Por esa razón, se cruzaron esos datos con los de intención de voto. Más concretamente, se les preguntó: ¿cómo evalúa su situación económica personal y familiar con respecto a cinco años atrás: ¿mejor, igual o peor?, y los resultados pueden verse en la tabla siguiente.
Quienes planean votar por Insaurralde, son sin dudas los más conformes con su situación económica personal: el 67,3% dice estar mejor, el 25,2% igual, y solo el 4,1% sostiene que su situación económica personal empeoró en los últimos cinco años.
El hallazgo más sorprendente de esta investigación, es que los más disconformes en lo económico no son los votantes de De Narváez o Stolbizer, como intuitivamente hubiéramos creído antes de realizar el estudio, sino los de Massa: invirtiendo casi exactamente la evaluación de los votantes del Frente para la Victoria, entre los que planean hacerlo por el Frente Renovador el 64,7% dice estar peor que hace cinco años, el 26,5% dice estar igual, y solo 5,9% que su situación económica personal y familiar mejoró.
Esta notoria diferencia en las percepciones económicas de sus electorados contribuye a explicar por qué la estrategia de campaña de Massa tiende a acentuar su definición opositora con el paso del tiempo: entre sus propios votantes, a los que tiene que representar, hay una mayoría de disconformes en lo económico, que supera aún a la de los votantes de los candidatos más antikirchneristas como De Narváez y Stolbizer.