El director de la Asociación de Biocombustibles consideró “negativo” que el país no forme parte del acuerdo EEUU-Brasil y aseguró que esto complica futuras negociaciones en el plano internacional. Especialistas también alertan que el "desplante" brasileño es una mala señal para el bloque.
“No necesitamos ser rehenes del petróleo”, afirmó recientemente el presidente brasileño, Luiz Lula da Silva, en vísperas de la firma del acuerdo estratégico que Brasil cerrará con Estados Unidos para liderar la producción y el comercio mundial de combustibles alternativos.
El proyecto comenzará a cristalizarse el próximo jueves, cuando el mandatario norteamericano, George W. Bush pise la tierra del etanol por excelencia, donde 8 de cada 10 autos que salen de las terminales ya funcionan con ese fluido. Mientras algunos medios proclaman esta alianza estratégica como el punto de partida de la “OPEP del etanol” -la versión alternativa del conglomerado de países que manejan el mercado del crudo-, y mientras los funcionarios de ambos países intentan minimizar categorizaciones de este tipo, la Argentina permanece al margen de la negociación que definirá parte del futuro de un mercado que promete generar inversiones en todo el continente por u$s100 mil millones sólo en los próximos cinco años.
Por otra parte, inversores brasileños y extranjeros destinarán cerca de u$s14.600 millones para construir en el principal socio del Mercosur una planta de alcohol y azúcar por mes hasta 2012, con lo que el número de plantas pasaría de 336 a 409, informó el diario O Estado de Sao Paulo.
Imponer un commoditie
En concreto, ambos mandatarios buscarán alcanzar un acuerdo el viernes para desarrollar estándares que tendrán como objetivo convertir el etanol en un commoditie genérico a escala internacional. Para ello, EEUU y Brasil promoverán de manera conjunta la producción del biocombustible en Centroamérica y el Caribe, especialmente en aquellos países productores de caña de azúcar, debido a que esta variante es mucho más económica que la que se obtiene con maíz.
La razón de esta próxima alianza puede buscarse en el plan anunciado por el presidente norteamericano el 22 de enero pasado, donde dejó en claro su intensión de disminuir la dependencia del petróleo que sufre la economía de su país. Además, al crearse un nuevo eje estratégico en la región, se avanzaría en el proyecto de aislar al presidente venezolano, Hugo Chávez de sus vecinos. El motivo por el cual EEUU escogió Brasil como punto de partida de su gira latinoamericana -que incluye además a otros cuatro países latinoamericanos-, es puramente práctico: juntos proveen actualmente el 70% de la demanda mundial de etanol, con una producción de alrededor de 17 mil millones de litros cada uno.Sobre este punto, el subsecretario para asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado, Tom Shannon, explicó recientemente que “EEUU y Brasil son complementarios porque Brasil produce etanol a partir de la caña de azúcar y nosotros a partir del maíz y de los granos”. “Le quiero decir al presidente Bush que el etanol puede convertirse en la nueva matriz energética del mundo, pero eso no puede ser obra de un sólo país. Necesitamos socios”, dijo por su parte el presidente Lula, reafirmando la idea de crear un eje estratégico. Distinto es el caso del biodiesel, combustible obtenido a partir de la extracción de aceite de oleaginosas, como la colza o la soja, donde el único productor a escala mundial es hoy en día Alemania. La Argentina también apuesta a esta variante, sin embargo, tal como sostuvo Alejandro Albanece, investigador del Instituto de Planeamiento Estratégico, “en el país aún existen muchos grandes proyectos pero pocas realizaciones”. Definiendo el mercado energéticoEn este sentido, el 18 de diciembre del año pasado en Miami, se anunció la creación de la Comisión Interamericana de Etanol, que está co-presidida por el gobernador de Florida, Jeff Bush –hermano del presidente de los EEUU-, el ex ministro de Agricultura brasileña Roberto Rodrigues y el colombiano Luis Alberto Moreno, titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organismo que anunció préstamos por 3.000 millones de dólares para promover el desarrollo de etanol en la región. Según explicó a infobaeprofesional.com el director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH), Claudio Molina, “nuestro país fue invitado y participó a través de nuestra entidad, de hecho, formamos parte del acto de constitución de esa comisión y somos constantemente informados de todos los avances que se han logrado”. Sin embargo, la razón por la cual la Argentina quedó fuera de la discusión, según Molina, es que “la postura oficial es no participar en ninguna iniciativa donde se debata el libre comercio de biocombustibles, esto implica que la Argentina va a permanecer marginada hasta tanto no rectifique su postura”. De este modo, el directivo de la AABH le quitó toda entidad a las versiones que afirman que el presidente Bush vaya a oponerse con dureza al pedido de Lula de eliminar el arancel que pesa sobre el etanol importado, que tiene como finalidad la de subsidiar a los productores de maíz de EEUU. En la actualidad, Estados Unidos tasa en 2,5 por ciento el etanol brasileño, además de cobrar un impuesto de 0,30 centavos de dólar por litro.Según Molina, “el impuesto es tan alto que directamente le impide a cualquier país venderle a EEUU etanol de manera directa”, sin embargo, dada la cada vez mayor demanda de este producto, no tendrá más remedio que anular la aplicación de este derecho.
De este modo, mientras que para Brasil el levantamiento de los aranceles es un tema de Estado, en la Argentina no hay intenciones de avanzar en ese sentido.
“¿Por qué no interesa debatir sobre libre comercio? porque hay una actitud conservadora de una parte de la industria azucarera argentina que todavía no tiene claro los beneficios de esta integración, considerando la importancia relativa y las asimetrías consecuentes entre el complejo sucroalcolero brasileño y la industria argentina”, explicó el directivo.
Si bien dijo haber estado a favor de la existencia de una salvaguardia "porque la asimetría entre el complejo sucroalcoholero brasileño y argentino era enorme, con lo cual nos hubiesen invadido y nuestra industria hubiesa desaparecido", para el directivo hoy en día la clave pasa por separar el complejo azucarero del alcoholero.
Trabas a futuro
“Esto es negativo porque se está viendo la situación a corto plazo y no a largo plazo. La postura de la Argentina es controvertida y representa una posición poco lógica porque es bastante improbable que se pueda mantener la salvaguardia extraordinaria indefinidamente en la importación de caña de azúcar”, agregó el especialista. Además, “si nuestro país hubiera aceptado el libre comercio la situación sería totalmente distinta porque por lo menos hubiera participado un alto funcionario del gobierno en la reunión Lula-Bush”.
De cara al futuro, Molina sostuvo que esta ausencia “nos quita entidad porque cuando querramos exportar el día de mañana vamos a ser nosotros los que pidamos que nos quiten los aranceles".
Escasa participación
Por otra parte, la ausencia de autoridades argentinas durante el encuentro Lula-Bush no es la única muestra de lo relegado que puede quedar el país en la discusión por el futuro de la energía alternativa: ya existe una entidad a nivel mundial de la que no forma parte. Así, los primeros días de marzo, Washington y Brasilia anunciaron la creación de un Foro Internacional de Biocombustibles, que estára conformado además por China, India, Sudáfrica y la Unión Europea.
Esta es otra señal en el marco de un viaje cargado de señales que además encuentra a un Brasil cada vez más alejado de la Argentina a raíz del crecimiento de la figura de Hugo Chávez.
En pocas palabras, para Carlos Pérez Llana, profesor de Relaciones Internacionales en las universidades San Andrés, Torcuato Di Tella y Siglo 21, a medida que crezca el discurso anti-Bush más lejos se va a posicionar Brasil, interesado en construir un proyecto económico y de política exterior a largo plazo. "La relación con Brasil no es mala, pero tampoco es óptima, porque hoy el puente aéreo está hecho con Caracas y no con Brasilia.
Esta es otra señal en el marco de un viaje cargado de señales que además encuentra a un Brasil cada vez más alejado de la Argentina a raíz del crecimiento de la figura de Hugo Chávez.
En pocas palabras, para Carlos Pérez Llana, profesor de Relaciones Internacionales en las universidades San Andrés, Torcuato Di Tella y Siglo 21, a medida que crezca el discurso anti-Bush más lejos se va a posicionar Brasil, interesado en construir un proyecto económico y de política exterior a largo plazo. "La relación con Brasil no es mala, pero tampoco es óptima, porque hoy el puente aéreo está hecho con Caracas y no con Brasilia.
De hecho Chávez no va a Brasil a hacer un discurso anti-Bush como sí lo hace en la Argentina", explicó el especialista. Una situación que sí es comprometida para Pérez Llana es la del Mercosur, "que está muerto desde el punto de vista político desde que ingresó Venezuela porque este país tiene un objetivo muy diferente del resto de los miembros del bloque: su prioridad es aliarse con todos los enemigos de los EEUU".
"El Mercosur podrá seguir avanzando en el plano económico, pero no en el político, porque está herido de muerte, no hay un proyecto común", recalcó. En este contexto, para Pérez Llana "es lógico que esta irrupción de Venezuela genere bailes bilaterales, como el acuerdo que está por firmar Brasil con EEUU en materia de combustibles alternativos".