Los océanos azules, a difrencia de los ocenos rojos llenos de sangre competitiva, lo constituyen las empresas que crean espacios sin competencia en el mercado, captando y creando nuevos clientes, como los apasionados seguidores del Cirque du Soleil. La clave del éxito, según los autores, se basa en la innovación en el valor, es decir, crear valor al cliente al mismo tiempo que reducir los costos.
Su creador, Guy Laliberte tocaba el acordeón, caminaba en zancos y tragaba fuego; ahora es CEO de una de las exportaciones culturales
más grandes de Canadá: Cirque du Soleil. Fundado en 1984 por un grupo de artistas callejeros.
Cirque monto decenas de producciones que han sido vistas por unos 40 millones de personas en 90 ciudades alrededor del mundo.
En 20 años, Cirque ha alcanzado ingresos que a Ringling Bros. and Barnum & Bailey, el principal circo del mundo, le tomó más de un siglo alcanzar.
El rápido crecimiento de Cirque se produjo en un escenario improbable.
El negocio del circo estaba (y todavía está) en larga decadencia. Formas alternativas de entretenimiento, como eventos deportivos, TV y juegos de video, le estaban haciendo una sombra cada vez mayor. Los niños, principal sostén de la audiencia de un circo, preferían
los PlayStation a los actos circenses. También había un sentimiento creciente, impulsado por los grupos de derechos de los animales, contra el uso de éstos, tradicionalmente parte integral del circo. Por el lado de la oferta, los artistas estelares de los que Ringling y los otros circos dependían para atraer multitudes, muchas veces, podían fijar sus propios términos. Como resultado, el sector fue golpeado por audiencias en constante reducción y costos crecientes. Más aún, cualquier nuevo participante en este negocio estaría compitiendo contra un rival formidable que había fijado el estándar del sector durante gran parte del siglo pasado.
¿Cómo logro Cirque aumentar rentablemente sus ventas 22 veces durante los últimos diez años en un entorno tan poco atractivo?
El lema de una de las primeras producciones de Cirque es revelador: “Reinventamos el circo”. Cirque no obtuvo sus ganancias compitiendo dentro de los confines del sector existente o robándoles clientes a Ringling y a los otros. En lugar de eso, creó un espacio
de mercado no disputado que hizo irrelevante la competencia. Atrajo a un nuevo grupo de clientes que tradicionalmente no eran clientes del sector: adultos y clientes corporativos que se habían volcado al teatro, la ópera el ballet y que, por ende, estaban dispuestos a pagar varias
veces más que el precio de un boleto de circo convencional a cambio de una experiencia de entretenimiento sin precedentes
Dos años después de su fundación, estrenaron su primer espectáculo llamado "La Magie continue" (La Magia continúa), con el que hicieron una gira por Ontario y Vancouver, y en 1987 se trasladan a California, el éxito alcanzado ahí los alienta a hacer una gira por los Estados Unidos y tres años después se presentan en diversos escenarios a europeos.
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martes, diciembre 22, 2009
martes, diciembre 08, 2009
Raúl Prebisch agosto de 1979
El progreso técnico en los EE.UU. fue explosivo después de la Segunda Guerra Mundial. Y este extraordinario desarrollo es frágil porque se basa en un recurso natural agotable. Lo que está ocurriendo en materia de precios de petróleo es serio y acentúa la inflación norteamericana, pero no es lo único responsable de ella. Hace unos días leí que Ford estaba desarrollando con éxito un motor que consume menos gasolina y contamina menos. Esto no se hizo antes por el bajo precio del petróleo mientras la tecnología producía automóviles más grandes y complejos. Así se distorsionaron la investigación tecnológica y las industrias. Lo que más me consterna es la trasposición de esa sociedad de consumo a nuestro país en detrimento del nivel de vida de una parte de la población.
¿Cuál es el problema de la inflación en el fondo? Los EE.UU., por su enorme potencial, se hicieron la ilusión de que podían hacer muchas cosas a la vez: aumento considerable de consumo, inversiones nacionales e internacionales de las empresas transnacionales y un pesado gasto en armamentos que absorbe el 7% del producto nacional. Los gastos de Vietnam, entre 100.000 y 120.000 millones de dólares, acentuaron una inflación relativamente suave hasta ese momento. Para financiar ese gasto no se recurrió, por razones políticas comprensibles, a otras fuentes financieras. Además, se ha desarrollado -en hora buena- el poder político y sindical de la fuerza del trabajo que quiere compartir el aumento de productividad y defender sus ingresos. Estamos en una inflación de tipo social que difiere de la anterior y no tiene corrección dentro del sistema. No hay política monetaria ni en el centro ni en la periferia que pueda contener una inflación de esa naturaleza. Estamos viviendo en un sistema de acumulación y distribución del ingreso que es el resultado de choques de fuerzas y relaciones de poder y no un plan racional de distribución de estos recursos en función de las necesidades colectivas. Lo cual no tiene por qué interferir en la libertad económica. Me horroriza el Estado que se ocupa de todo. Y se ocupa porque tiene que poner parches a todos aquellos aspectos en que el mal funcionamiento del sistema lo lleva a intervenir. ¿Por qué? Porque se abstiene de intervenir en los datos fundamentales: la acumulación y distribución de la que hablamos.
Aprendí la palabra inflación en la Universidad. Estando yo en el Banco Central no había inflación. La guerra nos trajo la inflación de origen externo por el alza del precio de las importaciones y la afluencia de los recursos. Se la contuvo dentro de ciertos límites pero faltó una política sabia y justa de reajuste de las remuneraciones. Esto fue aprovechado por el general Perón, pero no con prudencia sino con reajustes masivos que dieron lugar a la espiral inflacionaria.
No hay posibilidad de luchar contra la inflación sin la transformación del sistema.
Pero el gran problema es transformar el sistema, no solamente no vulnerando la libertad económica, que es base esencial de la libertad política, sino exaltando la iniciativa privada. Pero, sí, se necesita regular la acumulación y la distribución, cosa sumamente difícil, pero a mi juicio inevitable en la evolución del capitalismo. La otra solución es la de poner todos los medios productivos en manos del Estado para poder regular la acumulación y la distribución. Pero ya sabemos que económicamente no es una solución aceptable y sobre todo políticamente. Porque políticamente significa dar a una pequeña minoría la responsabilidad del funcionamiento de todo el sistema, y entonces la libertad del individuo desaparece por completo y es un totalitarismo. Mi conclusión es que hay que llegar a una gran síntesis entre el liberalismo económico y político y el socialismo. El socialismo, para determinar, en el conjunto de la economía, lo que se ha de acumular y cómo se ha de distribuir estructuralmente. Y el liberalismo, para dejar la libre iniciativa, porque si usted resuelve el problema de la acumulación y de la distribución y suprime las luchas de relaciones de poder el sistema va a funcionar mucho mejor, con mayor fluidez y no será necesario intervenir en la vida económica de los individuos como se está interviniendo en todas partes...
¿Cuál es el problema de la inflación en el fondo? Los EE.UU., por su enorme potencial, se hicieron la ilusión de que podían hacer muchas cosas a la vez: aumento considerable de consumo, inversiones nacionales e internacionales de las empresas transnacionales y un pesado gasto en armamentos que absorbe el 7% del producto nacional. Los gastos de Vietnam, entre 100.000 y 120.000 millones de dólares, acentuaron una inflación relativamente suave hasta ese momento. Para financiar ese gasto no se recurrió, por razones políticas comprensibles, a otras fuentes financieras. Además, se ha desarrollado -en hora buena- el poder político y sindical de la fuerza del trabajo que quiere compartir el aumento de productividad y defender sus ingresos. Estamos en una inflación de tipo social que difiere de la anterior y no tiene corrección dentro del sistema. No hay política monetaria ni en el centro ni en la periferia que pueda contener una inflación de esa naturaleza. Estamos viviendo en un sistema de acumulación y distribución del ingreso que es el resultado de choques de fuerzas y relaciones de poder y no un plan racional de distribución de estos recursos en función de las necesidades colectivas. Lo cual no tiene por qué interferir en la libertad económica. Me horroriza el Estado que se ocupa de todo. Y se ocupa porque tiene que poner parches a todos aquellos aspectos en que el mal funcionamiento del sistema lo lleva a intervenir. ¿Por qué? Porque se abstiene de intervenir en los datos fundamentales: la acumulación y distribución de la que hablamos.
Aprendí la palabra inflación en la Universidad. Estando yo en el Banco Central no había inflación. La guerra nos trajo la inflación de origen externo por el alza del precio de las importaciones y la afluencia de los recursos. Se la contuvo dentro de ciertos límites pero faltó una política sabia y justa de reajuste de las remuneraciones. Esto fue aprovechado por el general Perón, pero no con prudencia sino con reajustes masivos que dieron lugar a la espiral inflacionaria.
No hay posibilidad de luchar contra la inflación sin la transformación del sistema.
Pero el gran problema es transformar el sistema, no solamente no vulnerando la libertad económica, que es base esencial de la libertad política, sino exaltando la iniciativa privada. Pero, sí, se necesita regular la acumulación y la distribución, cosa sumamente difícil, pero a mi juicio inevitable en la evolución del capitalismo. La otra solución es la de poner todos los medios productivos en manos del Estado para poder regular la acumulación y la distribución. Pero ya sabemos que económicamente no es una solución aceptable y sobre todo políticamente. Porque políticamente significa dar a una pequeña minoría la responsabilidad del funcionamiento de todo el sistema, y entonces la libertad del individuo desaparece por completo y es un totalitarismo. Mi conclusión es que hay que llegar a una gran síntesis entre el liberalismo económico y político y el socialismo. El socialismo, para determinar, en el conjunto de la economía, lo que se ha de acumular y cómo se ha de distribuir estructuralmente. Y el liberalismo, para dejar la libre iniciativa, porque si usted resuelve el problema de la acumulación y de la distribución y suprime las luchas de relaciones de poder el sistema va a funcionar mucho mejor, con mayor fluidez y no será necesario intervenir en la vida económica de los individuos como se está interviniendo en todas partes...
Raúl Prebisch agosto de 1979
El progreso técnico en los EE.UU. fue explosivo después de la Segunda Guerra Mundial. Y este extraordinario desarrollo es frágil porque se basa en un recurso natural agotable. Lo que está ocurriendo en materia de precios de petróleo es serio y acentúa la inflación norteamericana, pero no es lo único responsable de ella. Hace unos días leí que Ford estaba desarrollando con éxito un motor que consume menos gasolina y contamina menos. Esto no se hizo antes por el bajo precio del petróleo mientras la tecnología producía automóviles más grandes y complejos. Así se distorsionaron la investigación tecnológica y las industrias. Lo que más me consterna es la trasposición de esa sociedad de consumo a nuestro país en detrimento del nivel de vida de una parte de la población.
¿Cuál es el problema de la inflación en el fondo? Los EE.UU., por su enorme potencial, se hicieron la ilusión de que podían hacer muchas cosas a la vez: aumento considerable de consumo, inversiones nacionales e internacionales de las empresas transnacionales y un pesado gasto en armamentos que absorbe el 7% del producto nacional. Los gastos de Vietnam, entre 100.000 y 120.000 millones de dólares, acentuaron una inflación relativamente suave hasta ese momento. Para financiar ese gasto no se recurrió, por razones políticas comprensibles, a otras fuentes financieras. Además, se ha desarrollado -en hora buena- el poder político y sindical de la fuerza del trabajo que quiere compartir el aumento de productividad y defender sus ingresos. Estamos en una inflación de tipo social que difiere de la anterior y no tiene corrección dentro del sistema. No hay política monetaria ni en el centro ni en la periferia que pueda contener una inflación de esa naturaleza. Estamos viviendo en un sistema de acumulación y distribución del ingreso que es el resultado de choques de fuerzas y relaciones de poder y no un plan racional de distribución de estos recursos en función de las necesidades colectivas. Lo cual no tiene por qué interferir en la libertad económica. Me horroriza el Estado que se ocupa de todo. Y se ocupa porque tiene que poner parches a todos aquellos aspectos en que el mal funcionamiento del sistema lo lleva a intervenir. ¿Por qué? Porque se abstiene de intervenir en los datos fundamentales: la acumulación y distribución de la que hablamos.
Aprendí la palabra inflación en la Universidad. Estando yo en el Banco Central no había inflación. La guerra nos trajo la inflación de origen externo por el alza del precio de las importaciones y la afluencia de los recursos. Se la contuvo dentro de ciertos límites pero faltó una política sabia y justa de reajuste de las remuneraciones. Esto fue aprovechado por el general Perón, pero no con prudencia sino con reajustes masivos que dieron lugar a la espiral inflacionaria.
No hay posibilidad de luchar contra la inflación sin la transformación del sistema.
Pero el gran problema es transformar el sistema, no solamente no vulnerando la libertad económica, que es base esencial de la libertad política, sino exaltando la iniciativa privada. Pero, sí, se necesita regular la acumulación y la distribución, cosa sumamente difícil, pero a mi juicio inevitable en la evolución del capitalismo. La otra solución es la de poner todos los medios productivos en manos del Estado para poder regular la acumulación y la distribución. Pero ya sabemos que económicamente no es una solución aceptable y sobre todo políticamente. Porque políticamente significa dar a una pequeña minoría la responsabilidad del funcionamiento de todo el sistema, y entonces la libertad del individuo desaparece por completo y es un totalitarismo. Mi conclusión es que hay que llegar a una gran síntesis entre el liberalismo económico y político y el socialismo. El socialismo, para determinar, en el conjunto de la economía, lo que se ha de acumular y cómo se ha de distribuir estructuralmente. Y el liberalismo, para dejar la libre iniciativa, porque si usted resuelve el problema de la acumulación y de la distribución y suprime las luchas de relaciones de poder el sistema va a funcionar mucho mejor, con mayor fluidez y no será necesario intervenir en la vida económica de los individuos como se está interviniendo en todas partes...
¿Cuál es el problema de la inflación en el fondo? Los EE.UU., por su enorme potencial, se hicieron la ilusión de que podían hacer muchas cosas a la vez: aumento considerable de consumo, inversiones nacionales e internacionales de las empresas transnacionales y un pesado gasto en armamentos que absorbe el 7% del producto nacional. Los gastos de Vietnam, entre 100.000 y 120.000 millones de dólares, acentuaron una inflación relativamente suave hasta ese momento. Para financiar ese gasto no se recurrió, por razones políticas comprensibles, a otras fuentes financieras. Además, se ha desarrollado -en hora buena- el poder político y sindical de la fuerza del trabajo que quiere compartir el aumento de productividad y defender sus ingresos. Estamos en una inflación de tipo social que difiere de la anterior y no tiene corrección dentro del sistema. No hay política monetaria ni en el centro ni en la periferia que pueda contener una inflación de esa naturaleza. Estamos viviendo en un sistema de acumulación y distribución del ingreso que es el resultado de choques de fuerzas y relaciones de poder y no un plan racional de distribución de estos recursos en función de las necesidades colectivas. Lo cual no tiene por qué interferir en la libertad económica. Me horroriza el Estado que se ocupa de todo. Y se ocupa porque tiene que poner parches a todos aquellos aspectos en que el mal funcionamiento del sistema lo lleva a intervenir. ¿Por qué? Porque se abstiene de intervenir en los datos fundamentales: la acumulación y distribución de la que hablamos.
Aprendí la palabra inflación en la Universidad. Estando yo en el Banco Central no había inflación. La guerra nos trajo la inflación de origen externo por el alza del precio de las importaciones y la afluencia de los recursos. Se la contuvo dentro de ciertos límites pero faltó una política sabia y justa de reajuste de las remuneraciones. Esto fue aprovechado por el general Perón, pero no con prudencia sino con reajustes masivos que dieron lugar a la espiral inflacionaria.
No hay posibilidad de luchar contra la inflación sin la transformación del sistema.
Pero el gran problema es transformar el sistema, no solamente no vulnerando la libertad económica, que es base esencial de la libertad política, sino exaltando la iniciativa privada. Pero, sí, se necesita regular la acumulación y la distribución, cosa sumamente difícil, pero a mi juicio inevitable en la evolución del capitalismo. La otra solución es la de poner todos los medios productivos en manos del Estado para poder regular la acumulación y la distribución. Pero ya sabemos que económicamente no es una solución aceptable y sobre todo políticamente. Porque políticamente significa dar a una pequeña minoría la responsabilidad del funcionamiento de todo el sistema, y entonces la libertad del individuo desaparece por completo y es un totalitarismo. Mi conclusión es que hay que llegar a una gran síntesis entre el liberalismo económico y político y el socialismo. El socialismo, para determinar, en el conjunto de la economía, lo que se ha de acumular y cómo se ha de distribuir estructuralmente. Y el liberalismo, para dejar la libre iniciativa, porque si usted resuelve el problema de la acumulación y de la distribución y suprime las luchas de relaciones de poder el sistema va a funcionar mucho mejor, con mayor fluidez y no será necesario intervenir en la vida económica de los individuos como se está interviniendo en todas partes...
miércoles, noviembre 18, 2009
Subconsumo y ley de Say
Situación económica en la que la producción de bienes de consumo es superior a su demanda. En caso de continuar esta situación, los excedentes de producción se van acumulando en forma de stocks hasta alcanzar niveles que resultan insostenibles para las empresas.
Según la llamada teoría del subconsumo, en el sistema capitalista existe una tendencia crónica a la insuficiencia de la demanda a causa de las grandes acumulaciones del stocks de capital fijo y el consiguiente aumento del número de parados. La capacidad productiva del sistema aumenta al tiempo que el poder de compra o capacidad adquisitiva de la población disminuye. La crisis económica de 1929 fue una crisis de superproducción. Ésta fue una de las mayores caídas de la Bolsa estadounidense que degeneró en un exceso de oferta.
El subconsumo es una situación en donde la producción de artículos de consumo es superior a su demanda.
Asimismo, se observa que un nivel de demanda de bienes de consumo que se encuentra por debajo de la producción real o potencial de la economía, debido principalmente a la distribución desigual de la Renta, generando el estancamiento de determinados niveles de Renta, así como en la disminución del poder adquisitivo en los consumidores.
Los principales efectos del subconsumo son:
- El aumento de las existencias en stocks de las empresas,
- La reducción de los precios de los productos,
- Disminución de la producción,
- Aumento del desempleo.
Según la llamada teoría del subconsumo, en el sistema capitalista existe una tendencia crónica a la insuficiencia de la demanda a causa de las grandes acumulaciones del stocks de capital fijo y el consiguiente aumento del número de parados. La capacidad productiva del sistema aumenta al tiempo que el poder de compra o capacidad adquisitiva de la población disminuye. La crisis económica de 1929 fue una crisis de superproducción. Ésta fue una de las mayores caídas de la Bolsa estadounidense que degeneró en un exceso de oferta.
El subconsumo es una situación en donde la producción de artículos de consumo es superior a su demanda.
Asimismo, se observa que un nivel de demanda de bienes de consumo que se encuentra por debajo de la producción real o potencial de la economía, debido principalmente a la distribución desigual de la Renta, generando el estancamiento de determinados niveles de Renta, así como en la disminución del poder adquisitivo en los consumidores.
Los principales efectos del subconsumo son:
- El aumento de las existencias en stocks de las empresas,
- La reducción de los precios de los productos,
- Disminución de la producción,
- Aumento del desempleo.
Subconsumo y ley de Say
Situación económica en la que la producción de bienes de consumo es superior a su demanda. En caso de continuar esta situación, los excedentes de producción se van acumulando en forma de stocks hasta alcanzar niveles que resultan insostenibles para las empresas.
Según la llamada teoría del subconsumo, en el sistema capitalista existe una tendencia crónica a la insuficiencia de la demanda a causa de las grandes acumulaciones del stocks de capital fijo y el consiguiente aumento del número de parados. La capacidad productiva del sistema aumenta al tiempo que el poder de compra o capacidad adquisitiva de la población disminuye. La crisis económica de 1929 fue una crisis de superproducción. Ésta fue una de las mayores caídas de la Bolsa estadounidense que degeneró en un exceso de oferta.
El subconsumo es una situación en donde la producción de artículos de consumo es superior a su demanda.
Asimismo, se observa que un nivel de demanda de bienes de consumo que se encuentra por debajo de la producción real o potencial de la economía, debido principalmente a la distribución desigual de la Renta, generando el estancamiento de determinados niveles de Renta, así como en la disminución del poder adquisitivo en los consumidores.
Los principales efectos del subconsumo son:
- El aumento de las existencias en stocks de las empresas,
- La reducción de los precios de los productos,
- Disminución de la producción,
- Aumento del desempleo.
Según la llamada teoría del subconsumo, en el sistema capitalista existe una tendencia crónica a la insuficiencia de la demanda a causa de las grandes acumulaciones del stocks de capital fijo y el consiguiente aumento del número de parados. La capacidad productiva del sistema aumenta al tiempo que el poder de compra o capacidad adquisitiva de la población disminuye. La crisis económica de 1929 fue una crisis de superproducción. Ésta fue una de las mayores caídas de la Bolsa estadounidense que degeneró en un exceso de oferta.
El subconsumo es una situación en donde la producción de artículos de consumo es superior a su demanda.
Asimismo, se observa que un nivel de demanda de bienes de consumo que se encuentra por debajo de la producción real o potencial de la economía, debido principalmente a la distribución desigual de la Renta, generando el estancamiento de determinados niveles de Renta, así como en la disminución del poder adquisitivo en los consumidores.
Los principales efectos del subconsumo son:
- El aumento de las existencias en stocks de las empresas,
- La reducción de los precios de los productos,
- Disminución de la producción,
- Aumento del desempleo.
miércoles, marzo 25, 2009
En EE.UU., el ejército, los asesores laborales y las renegociadoras de créditos esquivan la crisis
Las fuerzas armadas tiene cada vez más candidatos y los altos ejecutivos de empresas piden consejos para reconducir sus carreras; también triunfan los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa
En toda crisis siempre hay sectores que salen beneficiados o por lo menos que la llevan mejor. En los Estados Unidos, hay por lo menos tres áreas que parecen estar piloteando la crisis. Entre las primeras, figuran las Fuerzas Armadas.
Fuentes del Pentágno señalan que existe una "mayor corriente" de interesados en enrolarse, fenómeno que, en buena medida, atribuyen a una "mayor dificultad" para encontrar trabajo en el mundo civil.
Pero la mayor afluencia de candidatos no siempre implica garantías de éxito.
Ocurre que hasta el 75 por ciento de los aspirantes no tienen condiciones para ser aceptados. Obesidad y abuso de alcohol y de drogas están entre los motivos del rechazo castrense.
Quien también pesca en el río revuelto es el frente de los asesores laborales, quienes aumentan su cartera de clientes en forma proporcional a la profundización de la crisis. el futuro laboral se ha convertido en un terreno de incertimbre, aungustia y desconcierto.
También suben los estudios renegociadores de crédito y los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa por atrasos en el pago de la hipoteca.
En toda crisis siempre hay sectores que salen beneficiados o por lo menos que la llevan mejor. En los Estados Unidos, hay por lo menos tres áreas que parecen estar piloteando la crisis. Entre las primeras, figuran las Fuerzas Armadas.
Fuentes del Pentágno señalan que existe una "mayor corriente" de interesados en enrolarse, fenómeno que, en buena medida, atribuyen a una "mayor dificultad" para encontrar trabajo en el mundo civil.
Pero la mayor afluencia de candidatos no siempre implica garantías de éxito.
Ocurre que hasta el 75 por ciento de los aspirantes no tienen condiciones para ser aceptados. Obesidad y abuso de alcohol y de drogas están entre los motivos del rechazo castrense.
Quien también pesca en el río revuelto es el frente de los asesores laborales, quienes aumentan su cartera de clientes en forma proporcional a la profundización de la crisis. el futuro laboral se ha convertido en un terreno de incertimbre, aungustia y desconcierto.
También suben los estudios renegociadores de crédito y los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa por atrasos en el pago de la hipoteca.
En EE.UU., el ejército, los asesores laborales y las renegociadoras de créditos esquivan la crisis
Las fuerzas armadas tiene cada vez más candidatos y los altos ejecutivos de empresas piden consejos para reconducir sus carreras; también triunfan los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa
En toda crisis siempre hay sectores que salen beneficiados o por lo menos que la llevan mejor. En los Estados Unidos, hay por lo menos tres áreas que parecen estar piloteando la crisis. Entre las primeras, figuran las Fuerzas Armadas.
Fuentes del Pentágno señalan que existe una "mayor corriente" de interesados en enrolarse, fenómeno que, en buena medida, atribuyen a una "mayor dificultad" para encontrar trabajo en el mundo civil.
Pero la mayor afluencia de candidatos no siempre implica garantías de éxito.
Ocurre que hasta el 75 por ciento de los aspirantes no tienen condiciones para ser aceptados. Obesidad y abuso de alcohol y de drogas están entre los motivos del rechazo castrense.
Quien también pesca en el río revuelto es el frente de los asesores laborales, quienes aumentan su cartera de clientes en forma proporcional a la profundización de la crisis. el futuro laboral se ha convertido en un terreno de incertimbre, aungustia y desconcierto.
También suben los estudios renegociadores de crédito y los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa por atrasos en el pago de la hipoteca.
En toda crisis siempre hay sectores que salen beneficiados o por lo menos que la llevan mejor. En los Estados Unidos, hay por lo menos tres áreas que parecen estar piloteando la crisis. Entre las primeras, figuran las Fuerzas Armadas.
Fuentes del Pentágno señalan que existe una "mayor corriente" de interesados en enrolarse, fenómeno que, en buena medida, atribuyen a una "mayor dificultad" para encontrar trabajo en el mundo civil.
Pero la mayor afluencia de candidatos no siempre implica garantías de éxito.
Ocurre que hasta el 75 por ciento de los aspirantes no tienen condiciones para ser aceptados. Obesidad y abuso de alcohol y de drogas están entre los motivos del rechazo castrense.
Quien también pesca en el río revuelto es el frente de los asesores laborales, quienes aumentan su cartera de clientes en forma proporcional a la profundización de la crisis. el futuro laboral se ha convertido en un terreno de incertimbre, aungustia y desconcierto.
También suben los estudios renegociadores de crédito y los abogados que ofrecen servicios a quienes corren el riesgo de perder su casa por atrasos en el pago de la hipoteca.
lunes, febrero 23, 2009
El fín de la ilusión del decoupling
Cuando en 2008 estalló la crisis internacional que algunos gurúes llamaron financiera, con el epicentro situado en EEUU, se llegó a pensar que los emergentes no sólo se podrían mantener al margen del ajuste económico y financiero de los grandes países, sino que además podrían servir de contrapeso a la caída de la demanda en EEUU o la UE. Pero esta teoría del “decoupling” pronto se comprobó que era una ilusión, el consumo empezó a bajar en EEUU y en la UE, los efectos fueron fuertes sobre las exportaciones y la producción industrial de la mayoría de países en vías de desarrollo, sin una demanda interna suficientemente potente para compensar el descenso de las ventas externas.
En Asia, en estos momentos, la producción industrial está reduciéndose a ritmos del 20%, mientras la baja en las exportaciones se acerca al 40%. Todo esto se agrava por la liquidación de posiciones en este tipo de países por parte de los grandes inversores internacionales a partir de verano de 2008, lo que ha terminado presionando los tipos de cambios de aquellas economías más dependientes del ahorro externo. Y, la baja de los precios de las materias primas a partir de agosto de 2008 supuso otro duro golpe para los exportadores de petróleo, cobre, soja, etc.
En Asia, en estos momentos, la producción industrial está reduciéndose a ritmos del 20%, mientras la baja en las exportaciones se acerca al 40%. Todo esto se agrava por la liquidación de posiciones en este tipo de países por parte de los grandes inversores internacionales a partir de verano de 2008, lo que ha terminado presionando los tipos de cambios de aquellas economías más dependientes del ahorro externo. Y, la baja de los precios de las materias primas a partir de agosto de 2008 supuso otro duro golpe para los exportadores de petróleo, cobre, soja, etc.
El fín de la ilusión del decoupling
Cuando en 2008 estalló la crisis internacional que algunos gurúes llamaron financiera, con el epicentro situado en EEUU, se llegó a pensar que los emergentes no sólo se podrían mantener al margen del ajuste económico y financiero de los grandes países, sino que además podrían servir de contrapeso a la caída de la demanda en EEUU o la UE. Pero esta teoría del “decoupling” pronto se comprobó que era una ilusión, el consumo empezó a bajar en EEUU y en la UE, los efectos fueron fuertes sobre las exportaciones y la producción industrial de la mayoría de países en vías de desarrollo, sin una demanda interna suficientemente potente para compensar el descenso de las ventas externas.
En Asia, en estos momentos, la producción industrial está reduciéndose a ritmos del 20%, mientras la baja en las exportaciones se acerca al 40%. Todo esto se agrava por la liquidación de posiciones en este tipo de países por parte de los grandes inversores internacionales a partir de verano de 2008, lo que ha terminado presionando los tipos de cambios de aquellas economías más dependientes del ahorro externo. Y, la baja de los precios de las materias primas a partir de agosto de 2008 supuso otro duro golpe para los exportadores de petróleo, cobre, soja, etc.
En Asia, en estos momentos, la producción industrial está reduciéndose a ritmos del 20%, mientras la baja en las exportaciones se acerca al 40%. Todo esto se agrava por la liquidación de posiciones en este tipo de países por parte de los grandes inversores internacionales a partir de verano de 2008, lo que ha terminado presionando los tipos de cambios de aquellas economías más dependientes del ahorro externo. Y, la baja de los precios de las materias primas a partir de agosto de 2008 supuso otro duro golpe para los exportadores de petróleo, cobre, soja, etc.
lunes, febrero 16, 2009
Obama cede y concede pero gana con lo estrictamente propio
Según los parámetros políticos normales, la aceptación en el Congreso de un paquete de estímulo económico fue una gran victoria para el presidente Barack Obama.
Consiguió más o menos lo que había pedido: casi 800.000 millones de dólares para rescatar la economía, con la mayoría de ese dinero asignado a gastos más que a recortes impositivos. ¡Ya podemos destapar el champagne! O tal vez no. Estos no son tiempos normales, de manera que los parámetros políticos normales no se aplican: la victoria de Obama parece una derrota.
La ley de estímulo parece útil pero inadecuada, especialmente cuando se la combina con un decepcionante plan de rescate de los bancos. Y la política de la lucha sobre el estímulo ha convertido en una insensatez todos los sueños pospartidarios de Obama.
Empecemos con la política. Uno hubiera esperado que los republicanos actuaran al menos un poco como gente que ha recibido un escarmiento durante estos días, teniendo en cuenta las palizas que recibieron en las dos últimas elecciones y la debacle económica de los últimos ocho años.
Pero ahora queda claro que el compromiso del partido con el vudú profundo -impuesto en parte por los grupos de presión, dispuestos a producir retadores de las primarias contra los heréticos- es tan fuerte como nunca.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, la mayoría de los republicanos apoyó la idea de que la respuesta apropiada para el abyecto fracaso de los recortes impositivos de la era Bush era más reducciones impositivas al estilo Bush.
Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de estímulo -que costará considerablemente menos que lo que la administración Bush invirtió en recortes impositivos o que lo que gastó en Irak- ha sido casi desquiciada.
Es "un robo generacional", dijo el senador John McCain, sólo unos días después de votar a favor de recortes impositivos que hubieran costado cuatro veces más durante la próxima década.
Es "destruir el futuro de mis hijas. Es como sentarme aquí a ver cómo mi casa es saqueada por una banda de salvajes", dijo Arnold Kling, del Instituto Cato.
La suciedad del debate político importa porque suscita dudas acerca de la capacidad del gobierno de Obama de volver por más en el caso de que, como parece probable, la ley de estímulo resulte inadecuada.
Porque, aunque Obama consiguió más o menos lo que había pedido, casi con seguridad no pidió lo suficiente. Oficialmente, la administración no deja de repetir que el plan es adecuado para las necesidades de la economía.
Pero pocos economistas están de acuerdo. Y se cree en general que las consideraciones políticas llevaron a plantear un plan que era más débil y contiene más recortes impositivos de los que debería? que Obama hizo concesiones anticipadas con la esperanza de conseguir un amplio respaldo bipartidario. Y acabamos de ver lo bien que funcionó.
Ahora, las posibilidades de que el estímulo fiscal pueda llegar a ser adecuado serían mayores si se lo acompañara con un efectivo rescate financiero, un rescate que descongelara los mercados crediticios y volviera a impulsar la circulación de dinero.
Pero el muy esperado anuncio del plan de Obama en ese frente, que también se produjo esta semana, cayó con un golpe seco.
El plan esbozado por Tim Geithner, el secretario del Tesoro, no era exactamente malo. En cambio, era vago. Dejó a todo el mundo preguntándose adónde quería ir verdaderamente la administración.
¿Esas sociedades entre la esfera pública y la privada terminarán por ser una manera encubierta de rescatar a los banqueros a expensas de los contribuyentes? ¿O la "prueba con esfuerzo" requerida actuará como una salida hacia la nacionalización temporaria de los bancos (la solución favorecida por un creciente número de economistas, incluyéndome a mí)? Nadie lo sabe.
El efecto general fue el de patear la lata para que avanzara unos metros en la calle. Y eso no alcanza.
Reacción insuficiente
Hasta ahora, la respuesta de la administración Obama a la crisis económica se parece demasiado a la de Japón en la década de 1990: una expansión fiscal suficientemente importante como para evitar lo peor, pero no suficiente para impulsar la recuperación; apoyo al sistema bancario, pero reticencia a obligar a los bancos a enfrentar sus pérdidas.
Todavía es temprano, pero ya estamos descendiendo por la pendiente. Y no sé ustedes, pero yo tengo una fea sensación en la boca del estómago? la sensación de que los Estados Unidos no están a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años.
Es posible que los mejores no carezcan de convicciones, pero parecen alarmantemente dispuestos a conformarse con medidas a medias.
Y los peores, como siempre, están colmados de apasionada intensidad, ajenos al grotesco fracaso que su doctrina experimentó en la práctica.
Todavía hay tiempo para revertir la situación. Pero Obama debe ser más fuerte de ahora en adelante.
De otra manera, el veredicto de esta crisis puede ser: "No, no podemos".
Consiguió más o menos lo que había pedido: casi 800.000 millones de dólares para rescatar la economía, con la mayoría de ese dinero asignado a gastos más que a recortes impositivos. ¡Ya podemos destapar el champagne! O tal vez no. Estos no son tiempos normales, de manera que los parámetros políticos normales no se aplican: la victoria de Obama parece una derrota.
La ley de estímulo parece útil pero inadecuada, especialmente cuando se la combina con un decepcionante plan de rescate de los bancos. Y la política de la lucha sobre el estímulo ha convertido en una insensatez todos los sueños pospartidarios de Obama.
Empecemos con la política. Uno hubiera esperado que los republicanos actuaran al menos un poco como gente que ha recibido un escarmiento durante estos días, teniendo en cuenta las palizas que recibieron en las dos últimas elecciones y la debacle económica de los últimos ocho años.
Pero ahora queda claro que el compromiso del partido con el vudú profundo -impuesto en parte por los grupos de presión, dispuestos a producir retadores de las primarias contra los heréticos- es tan fuerte como nunca.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, la mayoría de los republicanos apoyó la idea de que la respuesta apropiada para el abyecto fracaso de los recortes impositivos de la era Bush era más reducciones impositivas al estilo Bush.
Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de estímulo -que costará considerablemente menos que lo que la administración Bush invirtió en recortes impositivos o que lo que gastó en Irak- ha sido casi desquiciada.
Es "un robo generacional", dijo el senador John McCain, sólo unos días después de votar a favor de recortes impositivos que hubieran costado cuatro veces más durante la próxima década.
Es "destruir el futuro de mis hijas. Es como sentarme aquí a ver cómo mi casa es saqueada por una banda de salvajes", dijo Arnold Kling, del Instituto Cato.
La suciedad del debate político importa porque suscita dudas acerca de la capacidad del gobierno de Obama de volver por más en el caso de que, como parece probable, la ley de estímulo resulte inadecuada.
Porque, aunque Obama consiguió más o menos lo que había pedido, casi con seguridad no pidió lo suficiente. Oficialmente, la administración no deja de repetir que el plan es adecuado para las necesidades de la economía.
Pero pocos economistas están de acuerdo. Y se cree en general que las consideraciones políticas llevaron a plantear un plan que era más débil y contiene más recortes impositivos de los que debería? que Obama hizo concesiones anticipadas con la esperanza de conseguir un amplio respaldo bipartidario. Y acabamos de ver lo bien que funcionó.
Ahora, las posibilidades de que el estímulo fiscal pueda llegar a ser adecuado serían mayores si se lo acompañara con un efectivo rescate financiero, un rescate que descongelara los mercados crediticios y volviera a impulsar la circulación de dinero.
Pero el muy esperado anuncio del plan de Obama en ese frente, que también se produjo esta semana, cayó con un golpe seco.
El plan esbozado por Tim Geithner, el secretario del Tesoro, no era exactamente malo. En cambio, era vago. Dejó a todo el mundo preguntándose adónde quería ir verdaderamente la administración.
¿Esas sociedades entre la esfera pública y la privada terminarán por ser una manera encubierta de rescatar a los banqueros a expensas de los contribuyentes? ¿O la "prueba con esfuerzo" requerida actuará como una salida hacia la nacionalización temporaria de los bancos (la solución favorecida por un creciente número de economistas, incluyéndome a mí)? Nadie lo sabe.
El efecto general fue el de patear la lata para que avanzara unos metros en la calle. Y eso no alcanza.
Reacción insuficiente
Hasta ahora, la respuesta de la administración Obama a la crisis económica se parece demasiado a la de Japón en la década de 1990: una expansión fiscal suficientemente importante como para evitar lo peor, pero no suficiente para impulsar la recuperación; apoyo al sistema bancario, pero reticencia a obligar a los bancos a enfrentar sus pérdidas.
Todavía es temprano, pero ya estamos descendiendo por la pendiente. Y no sé ustedes, pero yo tengo una fea sensación en la boca del estómago? la sensación de que los Estados Unidos no están a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años.
Es posible que los mejores no carezcan de convicciones, pero parecen alarmantemente dispuestos a conformarse con medidas a medias.
Y los peores, como siempre, están colmados de apasionada intensidad, ajenos al grotesco fracaso que su doctrina experimentó en la práctica.
Todavía hay tiempo para revertir la situación. Pero Obama debe ser más fuerte de ahora en adelante.
De otra manera, el veredicto de esta crisis puede ser: "No, no podemos".
Obama cede y concede pero gana con lo estrictamente propio
Según los parámetros políticos normales, la aceptación en el Congreso de un paquete de estímulo económico fue una gran victoria para el presidente Barack Obama.
Consiguió más o menos lo que había pedido: casi 800.000 millones de dólares para rescatar la economía, con la mayoría de ese dinero asignado a gastos más que a recortes impositivos. ¡Ya podemos destapar el champagne! O tal vez no. Estos no son tiempos normales, de manera que los parámetros políticos normales no se aplican: la victoria de Obama parece una derrota.
La ley de estímulo parece útil pero inadecuada, especialmente cuando se la combina con un decepcionante plan de rescate de los bancos. Y la política de la lucha sobre el estímulo ha convertido en una insensatez todos los sueños pospartidarios de Obama.
Empecemos con la política. Uno hubiera esperado que los republicanos actuaran al menos un poco como gente que ha recibido un escarmiento durante estos días, teniendo en cuenta las palizas que recibieron en las dos últimas elecciones y la debacle económica de los últimos ocho años.
Pero ahora queda claro que el compromiso del partido con el vudú profundo -impuesto en parte por los grupos de presión, dispuestos a producir retadores de las primarias contra los heréticos- es tan fuerte como nunca.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, la mayoría de los republicanos apoyó la idea de que la respuesta apropiada para el abyecto fracaso de los recortes impositivos de la era Bush era más reducciones impositivas al estilo Bush.
Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de estímulo -que costará considerablemente menos que lo que la administración Bush invirtió en recortes impositivos o que lo que gastó en Irak- ha sido casi desquiciada.
Es "un robo generacional", dijo el senador John McCain, sólo unos días después de votar a favor de recortes impositivos que hubieran costado cuatro veces más durante la próxima década.
Es "destruir el futuro de mis hijas. Es como sentarme aquí a ver cómo mi casa es saqueada por una banda de salvajes", dijo Arnold Kling, del Instituto Cato.
La suciedad del debate político importa porque suscita dudas acerca de la capacidad del gobierno de Obama de volver por más en el caso de que, como parece probable, la ley de estímulo resulte inadecuada.
Porque, aunque Obama consiguió más o menos lo que había pedido, casi con seguridad no pidió lo suficiente. Oficialmente, la administración no deja de repetir que el plan es adecuado para las necesidades de la economía.
Pero pocos economistas están de acuerdo. Y se cree en general que las consideraciones políticas llevaron a plantear un plan que era más débil y contiene más recortes impositivos de los que debería? que Obama hizo concesiones anticipadas con la esperanza de conseguir un amplio respaldo bipartidario. Y acabamos de ver lo bien que funcionó.
Ahora, las posibilidades de que el estímulo fiscal pueda llegar a ser adecuado serían mayores si se lo acompañara con un efectivo rescate financiero, un rescate que descongelara los mercados crediticios y volviera a impulsar la circulación de dinero.
Pero el muy esperado anuncio del plan de Obama en ese frente, que también se produjo esta semana, cayó con un golpe seco.
El plan esbozado por Tim Geithner, el secretario del Tesoro, no era exactamente malo. En cambio, era vago. Dejó a todo el mundo preguntándose adónde quería ir verdaderamente la administración.
¿Esas sociedades entre la esfera pública y la privada terminarán por ser una manera encubierta de rescatar a los banqueros a expensas de los contribuyentes? ¿O la "prueba con esfuerzo" requerida actuará como una salida hacia la nacionalización temporaria de los bancos (la solución favorecida por un creciente número de economistas, incluyéndome a mí)? Nadie lo sabe.
El efecto general fue el de patear la lata para que avanzara unos metros en la calle. Y eso no alcanza.
Reacción insuficiente
Hasta ahora, la respuesta de la administración Obama a la crisis económica se parece demasiado a la de Japón en la década de 1990: una expansión fiscal suficientemente importante como para evitar lo peor, pero no suficiente para impulsar la recuperación; apoyo al sistema bancario, pero reticencia a obligar a los bancos a enfrentar sus pérdidas.
Todavía es temprano, pero ya estamos descendiendo por la pendiente. Y no sé ustedes, pero yo tengo una fea sensación en la boca del estómago? la sensación de que los Estados Unidos no están a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años.
Es posible que los mejores no carezcan de convicciones, pero parecen alarmantemente dispuestos a conformarse con medidas a medias.
Y los peores, como siempre, están colmados de apasionada intensidad, ajenos al grotesco fracaso que su doctrina experimentó en la práctica.
Todavía hay tiempo para revertir la situación. Pero Obama debe ser más fuerte de ahora en adelante.
De otra manera, el veredicto de esta crisis puede ser: "No, no podemos".
Consiguió más o menos lo que había pedido: casi 800.000 millones de dólares para rescatar la economía, con la mayoría de ese dinero asignado a gastos más que a recortes impositivos. ¡Ya podemos destapar el champagne! O tal vez no. Estos no son tiempos normales, de manera que los parámetros políticos normales no se aplican: la victoria de Obama parece una derrota.
La ley de estímulo parece útil pero inadecuada, especialmente cuando se la combina con un decepcionante plan de rescate de los bancos. Y la política de la lucha sobre el estímulo ha convertido en una insensatez todos los sueños pospartidarios de Obama.
Empecemos con la política. Uno hubiera esperado que los republicanos actuaran al menos un poco como gente que ha recibido un escarmiento durante estos días, teniendo en cuenta las palizas que recibieron en las dos últimas elecciones y la debacle económica de los últimos ocho años.
Pero ahora queda claro que el compromiso del partido con el vudú profundo -impuesto en parte por los grupos de presión, dispuestos a producir retadores de las primarias contra los heréticos- es tan fuerte como nunca.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, la mayoría de los republicanos apoyó la idea de que la respuesta apropiada para el abyecto fracaso de los recortes impositivos de la era Bush era más reducciones impositivas al estilo Bush.
Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de estímulo -que costará considerablemente menos que lo que la administración Bush invirtió en recortes impositivos o que lo que gastó en Irak- ha sido casi desquiciada.
Es "un robo generacional", dijo el senador John McCain, sólo unos días después de votar a favor de recortes impositivos que hubieran costado cuatro veces más durante la próxima década.
Es "destruir el futuro de mis hijas. Es como sentarme aquí a ver cómo mi casa es saqueada por una banda de salvajes", dijo Arnold Kling, del Instituto Cato.
La suciedad del debate político importa porque suscita dudas acerca de la capacidad del gobierno de Obama de volver por más en el caso de que, como parece probable, la ley de estímulo resulte inadecuada.
Porque, aunque Obama consiguió más o menos lo que había pedido, casi con seguridad no pidió lo suficiente. Oficialmente, la administración no deja de repetir que el plan es adecuado para las necesidades de la economía.
Pero pocos economistas están de acuerdo. Y se cree en general que las consideraciones políticas llevaron a plantear un plan que era más débil y contiene más recortes impositivos de los que debería? que Obama hizo concesiones anticipadas con la esperanza de conseguir un amplio respaldo bipartidario. Y acabamos de ver lo bien que funcionó.
Ahora, las posibilidades de que el estímulo fiscal pueda llegar a ser adecuado serían mayores si se lo acompañara con un efectivo rescate financiero, un rescate que descongelara los mercados crediticios y volviera a impulsar la circulación de dinero.
Pero el muy esperado anuncio del plan de Obama en ese frente, que también se produjo esta semana, cayó con un golpe seco.
El plan esbozado por Tim Geithner, el secretario del Tesoro, no era exactamente malo. En cambio, era vago. Dejó a todo el mundo preguntándose adónde quería ir verdaderamente la administración.
¿Esas sociedades entre la esfera pública y la privada terminarán por ser una manera encubierta de rescatar a los banqueros a expensas de los contribuyentes? ¿O la "prueba con esfuerzo" requerida actuará como una salida hacia la nacionalización temporaria de los bancos (la solución favorecida por un creciente número de economistas, incluyéndome a mí)? Nadie lo sabe.
El efecto general fue el de patear la lata para que avanzara unos metros en la calle. Y eso no alcanza.
Reacción insuficiente
Hasta ahora, la respuesta de la administración Obama a la crisis económica se parece demasiado a la de Japón en la década de 1990: una expansión fiscal suficientemente importante como para evitar lo peor, pero no suficiente para impulsar la recuperación; apoyo al sistema bancario, pero reticencia a obligar a los bancos a enfrentar sus pérdidas.
Todavía es temprano, pero ya estamos descendiendo por la pendiente. Y no sé ustedes, pero yo tengo una fea sensación en la boca del estómago? la sensación de que los Estados Unidos no están a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años.
Es posible que los mejores no carezcan de convicciones, pero parecen alarmantemente dispuestos a conformarse con medidas a medias.
Y los peores, como siempre, están colmados de apasionada intensidad, ajenos al grotesco fracaso que su doctrina experimentó en la práctica.
Todavía hay tiempo para revertir la situación. Pero Obama debe ser más fuerte de ahora en adelante.
De otra manera, el veredicto de esta crisis puede ser: "No, no podemos".
jueves, diciembre 11, 2008
La carrera por el auto 2.0
Thomas L. Friedman
The New York Times
uando pienso en nuestro rescate de las Tres Grandes de Detroit, no puedo evitar reflexionar sobre aquello que, en mi opinión, es la regla comercial más importante en el mercado global integrado y digitalizado de hoy, en el que los instrumentos de conocimiento e innovación están tan difundidos.
Se trata de esto: lo que pueda hacerse se hará. La única pregunta es si lo harán ustedes o se lo harán a ustedes. Pero no hay que pensar que no se hará. Si alguien tiene una idea en Detroit o en Tennessee, debe prometerme que tratará de concretarla, porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv la pondrá en práctica un segundo más tarde.
¿Por qué saco el tema? Porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv ya está desarrollando una alternativa concreta al modelo comercial de Detroit. No sé si esa alternativa a los autos impulsados por combustible funcionará, pero sí sé que es posible ponerla en marcha? y Detroit no lo está haciendo. Y por lo tanto, alguien la pondrá en marcha y eventualmente, apuesto, traerá buenas ganancias.
Cuando eso ocurra, nuestro rescate de Detroit será recordado como el equivalente de poner miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes en el negocio de los catálogos por correo en la víspera de la creación de eBay. Será recordado como verter miles de millones de dólares en la industria del CD de música en la víspera del nacimiento del iPod y de iTunes.
Será recordado como poner miles de millones de dólares en una cadena de librerías en la víspera del nacimiento de Amazon.com y Kindle. Será recordado como invertir miles de millones en mejorar máquinas de escribir en la víspera del nacimiento de la PC.
¿De qué modelo comercial estoy hablando? De la empresa de autos eléctricos de Shai Agassi, llamada Better Place, con base en California, que anunció la semana pasada una sociedad con el estado de Hawai para probar su plan comercial allí después de haber firmado acuerdos con Israel, Australia, el área de la bahía de San Francisco y, sí, Dinamarca.
El sistema de carga de Better Place se basa en generar electrones de tanta energía renovable (eólica y solar) como sea posible y después alimentar con esos electrones limpios una infraestructura nacional de carga para autos eléctricos.
Esta infraestructura está formada por sitios de carga con puntos de venta -los primeros pilotos se inauguraron esta semana en Israel- más estaciones de recambio de baterías en cada uno de los países. Luego, todo el sistema es controlado por un centro de control de servicio que integra las prestaciones y hace la facturación.
Según el modelo de Better Place, los consumidores pueden comprar o alquilar un auto eléctrico de la planta automotriz francesa Renault o de empresas japonesas como Nissan (General Motors rechazó con desdén a Agassi) y después comprarle a Better Place kilometraje para las baterías de sus autos eléctricos de la misma manera que usted compra ahora un teléfono celular a Apple y los minutos a AT&T.
Así, Better Place, o cualquier empresa automotriz que se asocie con ella, se beneficia con cada kilómetro que usted recorra. GM vende autos. Better Place está vendiendo kilómetros de movilidad. Se prevé que los primeros autos eléctricos Renault y Nissan lleguen a Dinamarca e Israel en 2011, cuando todo el sistema ya esté establecido y en funcionamiento.
El martes, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón invitó a Better Place a unirse al primer proyecto de automóviles eléctricos encabezado por el gobierno, junto con Honda, Mitsubishi y Subaru. Se prevé construir una estación de cambio de baterías de autos eléctricos en Yokohama, la Detroit de Japón.
Lo que me resulta interesante de Better Place es que se trata de una empresa automotriz construida a partir de la nueva plataforma industrial del siglo XXI, no de la plataforma del siglo XX? exactamente lo mismo que hizo Steve Jobs para revolucionar la industria de la música.
¿Qué fue lo que Apple entendió antes que nadie? Uno, que la plataforma tecnológica de hoy le posibilitaría a cualquiera grabar música con una computadora. Dos, que Internet y el MP3 le permitirían a cualquiera transferir música en formato digital a cualquier persona.
Lo que nos dice Agassi, el fundador de Better Place, es que hay una nueva manera de generar movilidad, no sólo música, usando esa misma plataforma. Sólo hacen falta el tipo adecuado de batería para autos -el iPod de esta historia- y una red nacional de recarga -la tienda de iTunes- para hacer que funcione el modelo para autos eléctricos a un precio de seis centavos la milla (1,6 km). El estadounidense promedio paga en este momento unos 12 centavos por milla de combustible, lo que, además, contribuye al recalentamiento global y fortalece a los petrodictadores.
No hay que esperar que esta innovación provenga de Detroit. Recordemos que en 1908 el Ford T tenía mejor rendimiento que muchos modelos de Ford, General Motors y Chrysler fabricados en 2008.
Pero no se sorprendan cuando esta idea venga de otro lado. Puede hacerse. Y se hará. Si perdemos la oportunidad de ganar la carrera del auto 2.0 porque nos dedicamos insensatamente a rescatar al auto 1.0, sólo habrá un responsable: los nuevos accionistas de Detroit.
Es decir, nosotros, los contribuyentes.
The New York Times
uando pienso en nuestro rescate de las Tres Grandes de Detroit, no puedo evitar reflexionar sobre aquello que, en mi opinión, es la regla comercial más importante en el mercado global integrado y digitalizado de hoy, en el que los instrumentos de conocimiento e innovación están tan difundidos.
Se trata de esto: lo que pueda hacerse se hará. La única pregunta es si lo harán ustedes o se lo harán a ustedes. Pero no hay que pensar que no se hará. Si alguien tiene una idea en Detroit o en Tennessee, debe prometerme que tratará de concretarla, porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv la pondrá en práctica un segundo más tarde.
¿Por qué saco el tema? Porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv ya está desarrollando una alternativa concreta al modelo comercial de Detroit. No sé si esa alternativa a los autos impulsados por combustible funcionará, pero sí sé que es posible ponerla en marcha? y Detroit no lo está haciendo. Y por lo tanto, alguien la pondrá en marcha y eventualmente, apuesto, traerá buenas ganancias.
Cuando eso ocurra, nuestro rescate de Detroit será recordado como el equivalente de poner miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes en el negocio de los catálogos por correo en la víspera de la creación de eBay. Será recordado como verter miles de millones de dólares en la industria del CD de música en la víspera del nacimiento del iPod y de iTunes.
Será recordado como poner miles de millones de dólares en una cadena de librerías en la víspera del nacimiento de Amazon.com y Kindle. Será recordado como invertir miles de millones en mejorar máquinas de escribir en la víspera del nacimiento de la PC.
¿De qué modelo comercial estoy hablando? De la empresa de autos eléctricos de Shai Agassi, llamada Better Place, con base en California, que anunció la semana pasada una sociedad con el estado de Hawai para probar su plan comercial allí después de haber firmado acuerdos con Israel, Australia, el área de la bahía de San Francisco y, sí, Dinamarca.
El sistema de carga de Better Place se basa en generar electrones de tanta energía renovable (eólica y solar) como sea posible y después alimentar con esos electrones limpios una infraestructura nacional de carga para autos eléctricos.
Esta infraestructura está formada por sitios de carga con puntos de venta -los primeros pilotos se inauguraron esta semana en Israel- más estaciones de recambio de baterías en cada uno de los países. Luego, todo el sistema es controlado por un centro de control de servicio que integra las prestaciones y hace la facturación.
Según el modelo de Better Place, los consumidores pueden comprar o alquilar un auto eléctrico de la planta automotriz francesa Renault o de empresas japonesas como Nissan (General Motors rechazó con desdén a Agassi) y después comprarle a Better Place kilometraje para las baterías de sus autos eléctricos de la misma manera que usted compra ahora un teléfono celular a Apple y los minutos a AT&T.
Así, Better Place, o cualquier empresa automotriz que se asocie con ella, se beneficia con cada kilómetro que usted recorra. GM vende autos. Better Place está vendiendo kilómetros de movilidad. Se prevé que los primeros autos eléctricos Renault y Nissan lleguen a Dinamarca e Israel en 2011, cuando todo el sistema ya esté establecido y en funcionamiento.
El martes, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón invitó a Better Place a unirse al primer proyecto de automóviles eléctricos encabezado por el gobierno, junto con Honda, Mitsubishi y Subaru. Se prevé construir una estación de cambio de baterías de autos eléctricos en Yokohama, la Detroit de Japón.
Lo que me resulta interesante de Better Place es que se trata de una empresa automotriz construida a partir de la nueva plataforma industrial del siglo XXI, no de la plataforma del siglo XX? exactamente lo mismo que hizo Steve Jobs para revolucionar la industria de la música.
¿Qué fue lo que Apple entendió antes que nadie? Uno, que la plataforma tecnológica de hoy le posibilitaría a cualquiera grabar música con una computadora. Dos, que Internet y el MP3 le permitirían a cualquiera transferir música en formato digital a cualquier persona.
Lo que nos dice Agassi, el fundador de Better Place, es que hay una nueva manera de generar movilidad, no sólo música, usando esa misma plataforma. Sólo hacen falta el tipo adecuado de batería para autos -el iPod de esta historia- y una red nacional de recarga -la tienda de iTunes- para hacer que funcione el modelo para autos eléctricos a un precio de seis centavos la milla (1,6 km). El estadounidense promedio paga en este momento unos 12 centavos por milla de combustible, lo que, además, contribuye al recalentamiento global y fortalece a los petrodictadores.
No hay que esperar que esta innovación provenga de Detroit. Recordemos que en 1908 el Ford T tenía mejor rendimiento que muchos modelos de Ford, General Motors y Chrysler fabricados en 2008.
Pero no se sorprendan cuando esta idea venga de otro lado. Puede hacerse. Y se hará. Si perdemos la oportunidad de ganar la carrera del auto 2.0 porque nos dedicamos insensatamente a rescatar al auto 1.0, sólo habrá un responsable: los nuevos accionistas de Detroit.
Es decir, nosotros, los contribuyentes.
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Economía,
Economía 2.0,
Energía
La carrera por el auto 2.0
Thomas L. Friedman
The New York Times
uando pienso en nuestro rescate de las Tres Grandes de Detroit, no puedo evitar reflexionar sobre aquello que, en mi opinión, es la regla comercial más importante en el mercado global integrado y digitalizado de hoy, en el que los instrumentos de conocimiento e innovación están tan difundidos.
Se trata de esto: lo que pueda hacerse se hará. La única pregunta es si lo harán ustedes o se lo harán a ustedes. Pero no hay que pensar que no se hará. Si alguien tiene una idea en Detroit o en Tennessee, debe prometerme que tratará de concretarla, porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv la pondrá en práctica un segundo más tarde.
¿Por qué saco el tema? Porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv ya está desarrollando una alternativa concreta al modelo comercial de Detroit. No sé si esa alternativa a los autos impulsados por combustible funcionará, pero sí sé que es posible ponerla en marcha? y Detroit no lo está haciendo. Y por lo tanto, alguien la pondrá en marcha y eventualmente, apuesto, traerá buenas ganancias.
Cuando eso ocurra, nuestro rescate de Detroit será recordado como el equivalente de poner miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes en el negocio de los catálogos por correo en la víspera de la creación de eBay. Será recordado como verter miles de millones de dólares en la industria del CD de música en la víspera del nacimiento del iPod y de iTunes.
Será recordado como poner miles de millones de dólares en una cadena de librerías en la víspera del nacimiento de Amazon.com y Kindle. Será recordado como invertir miles de millones en mejorar máquinas de escribir en la víspera del nacimiento de la PC.
¿De qué modelo comercial estoy hablando? De la empresa de autos eléctricos de Shai Agassi, llamada Better Place, con base en California, que anunció la semana pasada una sociedad con el estado de Hawai para probar su plan comercial allí después de haber firmado acuerdos con Israel, Australia, el área de la bahía de San Francisco y, sí, Dinamarca.
El sistema de carga de Better Place se basa en generar electrones de tanta energía renovable (eólica y solar) como sea posible y después alimentar con esos electrones limpios una infraestructura nacional de carga para autos eléctricos.
Esta infraestructura está formada por sitios de carga con puntos de venta -los primeros pilotos se inauguraron esta semana en Israel- más estaciones de recambio de baterías en cada uno de los países. Luego, todo el sistema es controlado por un centro de control de servicio que integra las prestaciones y hace la facturación.
Según el modelo de Better Place, los consumidores pueden comprar o alquilar un auto eléctrico de la planta automotriz francesa Renault o de empresas japonesas como Nissan (General Motors rechazó con desdén a Agassi) y después comprarle a Better Place kilometraje para las baterías de sus autos eléctricos de la misma manera que usted compra ahora un teléfono celular a Apple y los minutos a AT&T.
Así, Better Place, o cualquier empresa automotriz que se asocie con ella, se beneficia con cada kilómetro que usted recorra. GM vende autos. Better Place está vendiendo kilómetros de movilidad. Se prevé que los primeros autos eléctricos Renault y Nissan lleguen a Dinamarca e Israel en 2011, cuando todo el sistema ya esté establecido y en funcionamiento.
El martes, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón invitó a Better Place a unirse al primer proyecto de automóviles eléctricos encabezado por el gobierno, junto con Honda, Mitsubishi y Subaru. Se prevé construir una estación de cambio de baterías de autos eléctricos en Yokohama, la Detroit de Japón.
Lo que me resulta interesante de Better Place es que se trata de una empresa automotriz construida a partir de la nueva plataforma industrial del siglo XXI, no de la plataforma del siglo XX? exactamente lo mismo que hizo Steve Jobs para revolucionar la industria de la música.
¿Qué fue lo que Apple entendió antes que nadie? Uno, que la plataforma tecnológica de hoy le posibilitaría a cualquiera grabar música con una computadora. Dos, que Internet y el MP3 le permitirían a cualquiera transferir música en formato digital a cualquier persona.
Lo que nos dice Agassi, el fundador de Better Place, es que hay una nueva manera de generar movilidad, no sólo música, usando esa misma plataforma. Sólo hacen falta el tipo adecuado de batería para autos -el iPod de esta historia- y una red nacional de recarga -la tienda de iTunes- para hacer que funcione el modelo para autos eléctricos a un precio de seis centavos la milla (1,6 km). El estadounidense promedio paga en este momento unos 12 centavos por milla de combustible, lo que, además, contribuye al recalentamiento global y fortalece a los petrodictadores.
No hay que esperar que esta innovación provenga de Detroit. Recordemos que en 1908 el Ford T tenía mejor rendimiento que muchos modelos de Ford, General Motors y Chrysler fabricados en 2008.
Pero no se sorprendan cuando esta idea venga de otro lado. Puede hacerse. Y se hará. Si perdemos la oportunidad de ganar la carrera del auto 2.0 porque nos dedicamos insensatamente a rescatar al auto 1.0, sólo habrá un responsable: los nuevos accionistas de Detroit.
Es decir, nosotros, los contribuyentes.
The New York Times
uando pienso en nuestro rescate de las Tres Grandes de Detroit, no puedo evitar reflexionar sobre aquello que, en mi opinión, es la regla comercial más importante en el mercado global integrado y digitalizado de hoy, en el que los instrumentos de conocimiento e innovación están tan difundidos.
Se trata de esto: lo que pueda hacerse se hará. La única pregunta es si lo harán ustedes o se lo harán a ustedes. Pero no hay que pensar que no se hará. Si alguien tiene una idea en Detroit o en Tennessee, debe prometerme que tratará de concretarla, porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv la pondrá en práctica un segundo más tarde.
¿Por qué saco el tema? Porque alguien en Dinamarca o en Tel Aviv ya está desarrollando una alternativa concreta al modelo comercial de Detroit. No sé si esa alternativa a los autos impulsados por combustible funcionará, pero sí sé que es posible ponerla en marcha? y Detroit no lo está haciendo. Y por lo tanto, alguien la pondrá en marcha y eventualmente, apuesto, traerá buenas ganancias.
Cuando eso ocurra, nuestro rescate de Detroit será recordado como el equivalente de poner miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes en el negocio de los catálogos por correo en la víspera de la creación de eBay. Será recordado como verter miles de millones de dólares en la industria del CD de música en la víspera del nacimiento del iPod y de iTunes.
Será recordado como poner miles de millones de dólares en una cadena de librerías en la víspera del nacimiento de Amazon.com y Kindle. Será recordado como invertir miles de millones en mejorar máquinas de escribir en la víspera del nacimiento de la PC.
¿De qué modelo comercial estoy hablando? De la empresa de autos eléctricos de Shai Agassi, llamada Better Place, con base en California, que anunció la semana pasada una sociedad con el estado de Hawai para probar su plan comercial allí después de haber firmado acuerdos con Israel, Australia, el área de la bahía de San Francisco y, sí, Dinamarca.
El sistema de carga de Better Place se basa en generar electrones de tanta energía renovable (eólica y solar) como sea posible y después alimentar con esos electrones limpios una infraestructura nacional de carga para autos eléctricos.
Esta infraestructura está formada por sitios de carga con puntos de venta -los primeros pilotos se inauguraron esta semana en Israel- más estaciones de recambio de baterías en cada uno de los países. Luego, todo el sistema es controlado por un centro de control de servicio que integra las prestaciones y hace la facturación.
Según el modelo de Better Place, los consumidores pueden comprar o alquilar un auto eléctrico de la planta automotriz francesa Renault o de empresas japonesas como Nissan (General Motors rechazó con desdén a Agassi) y después comprarle a Better Place kilometraje para las baterías de sus autos eléctricos de la misma manera que usted compra ahora un teléfono celular a Apple y los minutos a AT&T.
Así, Better Place, o cualquier empresa automotriz que se asocie con ella, se beneficia con cada kilómetro que usted recorra. GM vende autos. Better Place está vendiendo kilómetros de movilidad. Se prevé que los primeros autos eléctricos Renault y Nissan lleguen a Dinamarca e Israel en 2011, cuando todo el sistema ya esté establecido y en funcionamiento.
El martes, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón invitó a Better Place a unirse al primer proyecto de automóviles eléctricos encabezado por el gobierno, junto con Honda, Mitsubishi y Subaru. Se prevé construir una estación de cambio de baterías de autos eléctricos en Yokohama, la Detroit de Japón.
Lo que me resulta interesante de Better Place es que se trata de una empresa automotriz construida a partir de la nueva plataforma industrial del siglo XXI, no de la plataforma del siglo XX? exactamente lo mismo que hizo Steve Jobs para revolucionar la industria de la música.
¿Qué fue lo que Apple entendió antes que nadie? Uno, que la plataforma tecnológica de hoy le posibilitaría a cualquiera grabar música con una computadora. Dos, que Internet y el MP3 le permitirían a cualquiera transferir música en formato digital a cualquier persona.
Lo que nos dice Agassi, el fundador de Better Place, es que hay una nueva manera de generar movilidad, no sólo música, usando esa misma plataforma. Sólo hacen falta el tipo adecuado de batería para autos -el iPod de esta historia- y una red nacional de recarga -la tienda de iTunes- para hacer que funcione el modelo para autos eléctricos a un precio de seis centavos la milla (1,6 km). El estadounidense promedio paga en este momento unos 12 centavos por milla de combustible, lo que, además, contribuye al recalentamiento global y fortalece a los petrodictadores.
No hay que esperar que esta innovación provenga de Detroit. Recordemos que en 1908 el Ford T tenía mejor rendimiento que muchos modelos de Ford, General Motors y Chrysler fabricados en 2008.
Pero no se sorprendan cuando esta idea venga de otro lado. Puede hacerse. Y se hará. Si perdemos la oportunidad de ganar la carrera del auto 2.0 porque nos dedicamos insensatamente a rescatar al auto 1.0, sólo habrá un responsable: los nuevos accionistas de Detroit.
Es decir, nosotros, los contribuyentes.
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Energía
miércoles, noviembre 26, 2008
Brasil busca el auxilio de China para aceitar su maquinaria exportadora
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguran desde el Ministerio brasileño de Agricultura. El plan del país sudamericano es atraer inversiones chinas para mejorar puertos y carreteras.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
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Brasil busca el auxilio de China para aceitar su maquinaria exportadora
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguran desde el Ministerio brasileño de Agricultura. El plan del país sudamericano es atraer inversiones chinas para mejorar puertos y carreteras.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
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Científicos y funcionarios argentinos viajaron a Israel para conocer el modelo israelí de “la educación al servicio de la producción”
la titular de la delegación, Ruth Ladenheim señaló que “Israel es uno de los países más desarrollados en materia de empresas con base tecnológica”. La Secretaria de Política de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva agregó que la experiencia israelí “servirá para mejorar el modelo productivo argentino”.
Desde ayer y hasta el próximo sábado, una misión formada por funcionarios del ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación productiva y autoridades del CONICET, participan de distintos encuentros con sectores universitarios y productivos en Israel.
Invitados por la Universidad Hebrea de Jerusalem, en el marco de los encuentros para estrechar lazos entre científicos de ambos países, la misión argentina informó a AJN que las actividades apuntarán a “profundizar en innovación, vinculación universidad/empresa y centro de investigación/empresa y estrategias de vinculación tecnológica”.
Asimismo, se hablará sobre la creación de empresas de base tecnológica y fondos de capital de riesgo. Se firmará un acuerdo con la Universidad Ben Gurión y habrá un encuentro con científicos argentinos radicados en Israel.
“Nuestras expectativas con este viaje son altas, porque queremos tomar conocimiento en profundidad de los procedimientos que se usan en Israel con respecto a la creación de empresas de base tecnológica, ya que es uno de los países más exitosos en la transferencia de conocimiento de las universidades o centros de producción de conocimiento tanto a empresas existentes como a nuevas empresas”, afirmó Ladenheim a AJN en exclusiva desde Israel.
Agregó la funcionaria que el Estado Hebreo “es un país que demostró manejar muy bien el tema de capital emprendedor, tienen un buen flujo de proyectos y están en un estadio evolutivo que les permite tener una dinámica constante de flujo de proyectos de base tecnológica y de capital de riesgo.”
Finalmente la secretaria destacó que “es muy interesante el modelo que tienen de gestión privada de los conocimientos producidos en la universidad, sobre todo para nosotros que buscamos articular ambos sectores para mejorar y cambiar el modelo productivo de nuestro país.”
En un reportaje anterior con esta agencia, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de la Nación, Lino Barañao, hizo referencia al viaje y destacó la importancia de este intercambio cuando recalcó que “Israel en general, y la Universidad Hebrea en particular, son "ejemplos que tomamos muy en cuenta a la hora de decidir nuestras políticas de estado".
La delegación que se encuentra en Israel, junto a Ladenheim está compuesta por, Marta Rovira, presidente del CONICET y Agueda Menvielle, directora de Relaciones Internacionales del ministerio de Ciencia y Técnica.
Por su parte, el Director del Departamento Latinoamericano para las Relaciones Exteriores de la Universidad Hebrea de Jerusalem, José Benarroch, consideró, en diálogo con esta agencia, que “en la Universidad consideramos como un hecho muy positivo que Argentina haya decidido crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva” y agregó que las autoridades argentinas demuestran la decisión de ir por el camino que eligieron los países más avanzados del mundo, implementando una economía basada en las nuevas tecnologías”.
Desde ayer y hasta el próximo sábado, una misión formada por funcionarios del ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación productiva y autoridades del CONICET, participan de distintos encuentros con sectores universitarios y productivos en Israel.
Invitados por la Universidad Hebrea de Jerusalem, en el marco de los encuentros para estrechar lazos entre científicos de ambos países, la misión argentina informó a AJN que las actividades apuntarán a “profundizar en innovación, vinculación universidad/empresa y centro de investigación/empresa y estrategias de vinculación tecnológica”.
Asimismo, se hablará sobre la creación de empresas de base tecnológica y fondos de capital de riesgo. Se firmará un acuerdo con la Universidad Ben Gurión y habrá un encuentro con científicos argentinos radicados en Israel.
“Nuestras expectativas con este viaje son altas, porque queremos tomar conocimiento en profundidad de los procedimientos que se usan en Israel con respecto a la creación de empresas de base tecnológica, ya que es uno de los países más exitosos en la transferencia de conocimiento de las universidades o centros de producción de conocimiento tanto a empresas existentes como a nuevas empresas”, afirmó Ladenheim a AJN en exclusiva desde Israel.
Agregó la funcionaria que el Estado Hebreo “es un país que demostró manejar muy bien el tema de capital emprendedor, tienen un buen flujo de proyectos y están en un estadio evolutivo que les permite tener una dinámica constante de flujo de proyectos de base tecnológica y de capital de riesgo.”
Finalmente la secretaria destacó que “es muy interesante el modelo que tienen de gestión privada de los conocimientos producidos en la universidad, sobre todo para nosotros que buscamos articular ambos sectores para mejorar y cambiar el modelo productivo de nuestro país.”
En un reportaje anterior con esta agencia, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de la Nación, Lino Barañao, hizo referencia al viaje y destacó la importancia de este intercambio cuando recalcó que “Israel en general, y la Universidad Hebrea en particular, son "ejemplos que tomamos muy en cuenta a la hora de decidir nuestras políticas de estado".
La delegación que se encuentra en Israel, junto a Ladenheim está compuesta por, Marta Rovira, presidente del CONICET y Agueda Menvielle, directora de Relaciones Internacionales del ministerio de Ciencia y Técnica.
Por su parte, el Director del Departamento Latinoamericano para las Relaciones Exteriores de la Universidad Hebrea de Jerusalem, José Benarroch, consideró, en diálogo con esta agencia, que “en la Universidad consideramos como un hecho muy positivo que Argentina haya decidido crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva” y agregó que las autoridades argentinas demuestran la decisión de ir por el camino que eligieron los países más avanzados del mundo, implementando una economía basada en las nuevas tecnologías”.
Científicos y funcionarios argentinos viajaron a Israel para conocer el modelo israelí de “la educación al servicio de la producción”
la titular de la delegación, Ruth Ladenheim señaló que “Israel es uno de los países más desarrollados en materia de empresas con base tecnológica”. La Secretaria de Política de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva agregó que la experiencia israelí “servirá para mejorar el modelo productivo argentino”.
Desde ayer y hasta el próximo sábado, una misión formada por funcionarios del ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación productiva y autoridades del CONICET, participan de distintos encuentros con sectores universitarios y productivos en Israel.
Invitados por la Universidad Hebrea de Jerusalem, en el marco de los encuentros para estrechar lazos entre científicos de ambos países, la misión argentina informó a AJN que las actividades apuntarán a “profundizar en innovación, vinculación universidad/empresa y centro de investigación/empresa y estrategias de vinculación tecnológica”.
Asimismo, se hablará sobre la creación de empresas de base tecnológica y fondos de capital de riesgo. Se firmará un acuerdo con la Universidad Ben Gurión y habrá un encuentro con científicos argentinos radicados en Israel.
“Nuestras expectativas con este viaje son altas, porque queremos tomar conocimiento en profundidad de los procedimientos que se usan en Israel con respecto a la creación de empresas de base tecnológica, ya que es uno de los países más exitosos en la transferencia de conocimiento de las universidades o centros de producción de conocimiento tanto a empresas existentes como a nuevas empresas”, afirmó Ladenheim a AJN en exclusiva desde Israel.
Agregó la funcionaria que el Estado Hebreo “es un país que demostró manejar muy bien el tema de capital emprendedor, tienen un buen flujo de proyectos y están en un estadio evolutivo que les permite tener una dinámica constante de flujo de proyectos de base tecnológica y de capital de riesgo.”
Finalmente la secretaria destacó que “es muy interesante el modelo que tienen de gestión privada de los conocimientos producidos en la universidad, sobre todo para nosotros que buscamos articular ambos sectores para mejorar y cambiar el modelo productivo de nuestro país.”
En un reportaje anterior con esta agencia, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de la Nación, Lino Barañao, hizo referencia al viaje y destacó la importancia de este intercambio cuando recalcó que “Israel en general, y la Universidad Hebrea en particular, son "ejemplos que tomamos muy en cuenta a la hora de decidir nuestras políticas de estado".
La delegación que se encuentra en Israel, junto a Ladenheim está compuesta por, Marta Rovira, presidente del CONICET y Agueda Menvielle, directora de Relaciones Internacionales del ministerio de Ciencia y Técnica.
Por su parte, el Director del Departamento Latinoamericano para las Relaciones Exteriores de la Universidad Hebrea de Jerusalem, José Benarroch, consideró, en diálogo con esta agencia, que “en la Universidad consideramos como un hecho muy positivo que Argentina haya decidido crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva” y agregó que las autoridades argentinas demuestran la decisión de ir por el camino que eligieron los países más avanzados del mundo, implementando una economía basada en las nuevas tecnologías”.
Desde ayer y hasta el próximo sábado, una misión formada por funcionarios del ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación productiva y autoridades del CONICET, participan de distintos encuentros con sectores universitarios y productivos en Israel.
Invitados por la Universidad Hebrea de Jerusalem, en el marco de los encuentros para estrechar lazos entre científicos de ambos países, la misión argentina informó a AJN que las actividades apuntarán a “profundizar en innovación, vinculación universidad/empresa y centro de investigación/empresa y estrategias de vinculación tecnológica”.
Asimismo, se hablará sobre la creación de empresas de base tecnológica y fondos de capital de riesgo. Se firmará un acuerdo con la Universidad Ben Gurión y habrá un encuentro con científicos argentinos radicados en Israel.
“Nuestras expectativas con este viaje son altas, porque queremos tomar conocimiento en profundidad de los procedimientos que se usan en Israel con respecto a la creación de empresas de base tecnológica, ya que es uno de los países más exitosos en la transferencia de conocimiento de las universidades o centros de producción de conocimiento tanto a empresas existentes como a nuevas empresas”, afirmó Ladenheim a AJN en exclusiva desde Israel.
Agregó la funcionaria que el Estado Hebreo “es un país que demostró manejar muy bien el tema de capital emprendedor, tienen un buen flujo de proyectos y están en un estadio evolutivo que les permite tener una dinámica constante de flujo de proyectos de base tecnológica y de capital de riesgo.”
Finalmente la secretaria destacó que “es muy interesante el modelo que tienen de gestión privada de los conocimientos producidos en la universidad, sobre todo para nosotros que buscamos articular ambos sectores para mejorar y cambiar el modelo productivo de nuestro país.”
En un reportaje anterior con esta agencia, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de la Nación, Lino Barañao, hizo referencia al viaje y destacó la importancia de este intercambio cuando recalcó que “Israel en general, y la Universidad Hebrea en particular, son "ejemplos que tomamos muy en cuenta a la hora de decidir nuestras políticas de estado".
La delegación que se encuentra en Israel, junto a Ladenheim está compuesta por, Marta Rovira, presidente del CONICET y Agueda Menvielle, directora de Relaciones Internacionales del ministerio de Ciencia y Técnica.
Por su parte, el Director del Departamento Latinoamericano para las Relaciones Exteriores de la Universidad Hebrea de Jerusalem, José Benarroch, consideró, en diálogo con esta agencia, que “en la Universidad consideramos como un hecho muy positivo que Argentina haya decidido crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva” y agregó que las autoridades argentinas demuestran la decisión de ir por el camino que eligieron los países más avanzados del mundo, implementando una economía basada en las nuevas tecnologías”.
martes, noviembre 25, 2008
La OCDE pide más intervención en las economías
Los Gobiernos y los bancos centrales deberían aportar más recursos a sus economías para contrarrestar el impacto de la peor recesión en décadas, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En la más reciente edición del Panorama Económico de la OCDE, el grupo con sede en París pintó una perspectiva negativa, con una caída de la producción, desempleo en aumento e incertidumbre financiera, que según dijo, duraría hasta fines del 2009 como mínimo.
"Contra el contexto de un profundo declive económico, se necesita un estímulo macroeconómico adicional", escribió el economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, en el prefacio del informe, sumándose de este modo al FMI, que la semana pasada hizo un llamamiento similar, según reportó James Mackenzie para Reuters, desde París, Francia.
USA, Reino Unido y la zona euro ya han anunciado, o están a punto de hacerlo, enormes paquetes de estímulo para ayudar a sus debilitadas economías, después de las sumas multimillonarias comprometidas para salvar en particular al sistema financiero.
La OCDE ya había publicado un panorama el 13 de noviembre, proyectando que la economía de USA se contraería el 0,9% el próximo año antes de recuperarse en 2010, mientras que el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón bajaría 0,1% en 2009.
Sin embargo, el grupo revisó su proyección para la zona euro, diciendo que la economía se contraería un 0,6% el próximo año, más del 0,5% que predijo este mes.
Pero Schmidt-Hebbel advirtió de que la situación era difícil de evaluar y que existía el riesgo de que fuera peor de lo estimado, si los mercados financieros no se estabilizan o si las economías emergentes reciben un impacto mayor de lo previsto.
"La recesión hacia la cual nos dirigimos ahora podría resultar aún más profunda e incluso la economía mundial en su conjunto podría entrar en recesión en los próximos meses", dijo el economista.
Como las presiones inflacionistas se moderan en todas partes y existe un riesgo menor de que algunas naciones se unan a Japón en una deflación, el informe dijo que existía margen para recortes de tipos de interés en muchas áreas, como la zona euro, USA y Gran Bretaña.
Adicionalmente, dijo que los Gobiernos capaces de hacerlo deberían recortar impuestos y ofrecer otro respaldo fiscal a las familias más pobres para apuntalar la demanda.
Sin embargo, advirtió de que esas medidas de estímulo deberían desmantelarse una vez que surjan señales de recuperación.
Pero el informe de la OCDE indicó que la escala de la crisis significa que se requerían medidas inusualmente drásticas.
"Muchas economías de la OCDE están en, o al borde de, una recesión prolongada de una magnitud que no se registraba desde inicios de la década de 1980", dijo, agregando que el desempleo total en el grupo de 30 países miembros podría crecer en 8 millones de personas en los próximos dos años.
En la más reciente edición del Panorama Económico de la OCDE, el grupo con sede en París pintó una perspectiva negativa, con una caída de la producción, desempleo en aumento e incertidumbre financiera, que según dijo, duraría hasta fines del 2009 como mínimo.
"Contra el contexto de un profundo declive económico, se necesita un estímulo macroeconómico adicional", escribió el economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, en el prefacio del informe, sumándose de este modo al FMI, que la semana pasada hizo un llamamiento similar, según reportó James Mackenzie para Reuters, desde París, Francia.
USA, Reino Unido y la zona euro ya han anunciado, o están a punto de hacerlo, enormes paquetes de estímulo para ayudar a sus debilitadas economías, después de las sumas multimillonarias comprometidas para salvar en particular al sistema financiero.
La OCDE ya había publicado un panorama el 13 de noviembre, proyectando que la economía de USA se contraería el 0,9% el próximo año antes de recuperarse en 2010, mientras que el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón bajaría 0,1% en 2009.
Sin embargo, el grupo revisó su proyección para la zona euro, diciendo que la economía se contraería un 0,6% el próximo año, más del 0,5% que predijo este mes.
Pero Schmidt-Hebbel advirtió de que la situación era difícil de evaluar y que existía el riesgo de que fuera peor de lo estimado, si los mercados financieros no se estabilizan o si las economías emergentes reciben un impacto mayor de lo previsto.
"La recesión hacia la cual nos dirigimos ahora podría resultar aún más profunda e incluso la economía mundial en su conjunto podría entrar en recesión en los próximos meses", dijo el economista.
Como las presiones inflacionistas se moderan en todas partes y existe un riesgo menor de que algunas naciones se unan a Japón en una deflación, el informe dijo que existía margen para recortes de tipos de interés en muchas áreas, como la zona euro, USA y Gran Bretaña.
Adicionalmente, dijo que los Gobiernos capaces de hacerlo deberían recortar impuestos y ofrecer otro respaldo fiscal a las familias más pobres para apuntalar la demanda.
Sin embargo, advirtió de que esas medidas de estímulo deberían desmantelarse una vez que surjan señales de recuperación.
Pero el informe de la OCDE indicó que la escala de la crisis significa que se requerían medidas inusualmente drásticas.
"Muchas economías de la OCDE están en, o al borde de, una recesión prolongada de una magnitud que no se registraba desde inicios de la década de 1980", dijo, agregando que el desempleo total en el grupo de 30 países miembros podría crecer en 8 millones de personas en los próximos dos años.
La OCDE pide más intervención en las economías
Los Gobiernos y los bancos centrales deberían aportar más recursos a sus economías para contrarrestar el impacto de la peor recesión en décadas, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En la más reciente edición del Panorama Económico de la OCDE, el grupo con sede en París pintó una perspectiva negativa, con una caída de la producción, desempleo en aumento e incertidumbre financiera, que según dijo, duraría hasta fines del 2009 como mínimo.
"Contra el contexto de un profundo declive económico, se necesita un estímulo macroeconómico adicional", escribió el economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, en el prefacio del informe, sumándose de este modo al FMI, que la semana pasada hizo un llamamiento similar, según reportó James Mackenzie para Reuters, desde París, Francia.
USA, Reino Unido y la zona euro ya han anunciado, o están a punto de hacerlo, enormes paquetes de estímulo para ayudar a sus debilitadas economías, después de las sumas multimillonarias comprometidas para salvar en particular al sistema financiero.
La OCDE ya había publicado un panorama el 13 de noviembre, proyectando que la economía de USA se contraería el 0,9% el próximo año antes de recuperarse en 2010, mientras que el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón bajaría 0,1% en 2009.
Sin embargo, el grupo revisó su proyección para la zona euro, diciendo que la economía se contraería un 0,6% el próximo año, más del 0,5% que predijo este mes.
Pero Schmidt-Hebbel advirtió de que la situación era difícil de evaluar y que existía el riesgo de que fuera peor de lo estimado, si los mercados financieros no se estabilizan o si las economías emergentes reciben un impacto mayor de lo previsto.
"La recesión hacia la cual nos dirigimos ahora podría resultar aún más profunda e incluso la economía mundial en su conjunto podría entrar en recesión en los próximos meses", dijo el economista.
Como las presiones inflacionistas se moderan en todas partes y existe un riesgo menor de que algunas naciones se unan a Japón en una deflación, el informe dijo que existía margen para recortes de tipos de interés en muchas áreas, como la zona euro, USA y Gran Bretaña.
Adicionalmente, dijo que los Gobiernos capaces de hacerlo deberían recortar impuestos y ofrecer otro respaldo fiscal a las familias más pobres para apuntalar la demanda.
Sin embargo, advirtió de que esas medidas de estímulo deberían desmantelarse una vez que surjan señales de recuperación.
Pero el informe de la OCDE indicó que la escala de la crisis significa que se requerían medidas inusualmente drásticas.
"Muchas economías de la OCDE están en, o al borde de, una recesión prolongada de una magnitud que no se registraba desde inicios de la década de 1980", dijo, agregando que el desempleo total en el grupo de 30 países miembros podría crecer en 8 millones de personas en los próximos dos años.
En la más reciente edición del Panorama Económico de la OCDE, el grupo con sede en París pintó una perspectiva negativa, con una caída de la producción, desempleo en aumento e incertidumbre financiera, que según dijo, duraría hasta fines del 2009 como mínimo.
"Contra el contexto de un profundo declive económico, se necesita un estímulo macroeconómico adicional", escribió el economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, en el prefacio del informe, sumándose de este modo al FMI, que la semana pasada hizo un llamamiento similar, según reportó James Mackenzie para Reuters, desde París, Francia.
USA, Reino Unido y la zona euro ya han anunciado, o están a punto de hacerlo, enormes paquetes de estímulo para ayudar a sus debilitadas economías, después de las sumas multimillonarias comprometidas para salvar en particular al sistema financiero.
La OCDE ya había publicado un panorama el 13 de noviembre, proyectando que la economía de USA se contraería el 0,9% el próximo año antes de recuperarse en 2010, mientras que el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón bajaría 0,1% en 2009.
Sin embargo, el grupo revisó su proyección para la zona euro, diciendo que la economía se contraería un 0,6% el próximo año, más del 0,5% que predijo este mes.
Pero Schmidt-Hebbel advirtió de que la situación era difícil de evaluar y que existía el riesgo de que fuera peor de lo estimado, si los mercados financieros no se estabilizan o si las economías emergentes reciben un impacto mayor de lo previsto.
"La recesión hacia la cual nos dirigimos ahora podría resultar aún más profunda e incluso la economía mundial en su conjunto podría entrar en recesión en los próximos meses", dijo el economista.
Como las presiones inflacionistas se moderan en todas partes y existe un riesgo menor de que algunas naciones se unan a Japón en una deflación, el informe dijo que existía margen para recortes de tipos de interés en muchas áreas, como la zona euro, USA y Gran Bretaña.
Adicionalmente, dijo que los Gobiernos capaces de hacerlo deberían recortar impuestos y ofrecer otro respaldo fiscal a las familias más pobres para apuntalar la demanda.
Sin embargo, advirtió de que esas medidas de estímulo deberían desmantelarse una vez que surjan señales de recuperación.
Pero el informe de la OCDE indicó que la escala de la crisis significa que se requerían medidas inusualmente drásticas.
"Muchas economías de la OCDE están en, o al borde de, una recesión prolongada de una magnitud que no se registraba desde inicios de la década de 1980", dijo, agregando que el desempleo total en el grupo de 30 países miembros podría crecer en 8 millones de personas en los próximos dos años.
lunes, noviembre 24, 2008
Mercado no es igual a capitalismo sin regulación
Por Paul Samuelson
Sobre la base de mis observaciones de la historia económica, tanto a corto como a largo plazo, considero que no hay ninguna alternativa a los sistemas de mercado como forma de organizar tanto a las poblaciones ricas como a las pobres.
Sin embargo, la utilización de los mercados no es lo mismo que el capitalismo sin regulación que tanto ponderan los partidarios del liberalismo económico. Esos sistemas no pueden autorregularse en el plano microeconómico ni en el macroeconómico. Siempre que se los instrumentó, generaron desigualdades intolerables. Por otra parte, en lugar de ser el precio necesario para alentar un progreso dinámico a través de innovaciones tecnológicas y administrativas, esa desigualdad crea un déficit disfuncional en lo que los economistas llaman "productividad de factor total".
Una prueba convincente de ello, puede verse en el deterioro de los Estados Unidos entre 2001 y 2008. Los ingresos de los CEOs crecieron en comparación con el sueldo medio de los empleados -de una relación de 40 a uno, pasaron a una relación de 400 a uno, o a diferencias aún mayores- y el progreso industrial se deterioró en lugar de acelerarse.
En consecuencia, mi posición es de un centrismo irredimible. Ese debería ser el objetivo de Estados Unidos a partir de 2009. Debe ser también el objetivo de todos los países, grandes y chicos, cualquiera sea su grado de desarrollo o su ubicación en el mapa. Los liberales a ultranza no sólo son discapacitados emocionales. Son también malos consejeros. Me refiero, por supuesto, a los puntos de vista de Milton Friedman y de Friedrich Hayek. La "esclavitud" que les inspira alarma no es la de Genghis Khan. Tampoco la de Lenin-Stalin-Mao ni la de Hitler-Mussolini. Lo que les produce alarma son los Estados centristas del mundo moderno. Basta con pensar en Suiza, Gran Bretaña, Estados Unidos, los países escandinavos y los de la cuenca del Pacífico. ¿Por qué los ciudadanos de esos lugares tienen un elevado índice de "felicidad" y gozan de amplias libertades de expresión y de culto?
El presidente George W. Bush figurará en los libros de historia como el peor presidente de los 234 años de la historia estadounidense. Uno de sus legados inevitables será, entre otros, el peligro de que en 2009-2014 una mayoría de los Estados Unidos efectúe un viraje mucho más a la izquierda del centro. Si Estados Unidos se vuelve proteccionista, hay que culpar de ello a la desregulación republicana anterior, lo que constituiría un buen ejemplo de la Ley de las Consecuencias No Buscadas.
Sí, la política pública debe regular (de forma racional) la vida empresaria y trabajar por la estabilización de la macroeconomía. Sí, los futuros sistemas fiscales pueden, en un grado limitado, reducir los males más evidentes de la desigualdad. Sin embargo, un sistema centrista puede generar daños si actúa con demasiada fuerza para reducir la desigualdad. Mi objetivo es el Estado Centrista Limitado.
No soy centrista porque no pueda decidirme entre la derecha y la izquierda, sino porque esas dos opciones demostraron ser tan poco adecuadas, que la racionalidad y la experiencia me llevan hacia el centro dinámico.
Paul Samuelson fue Premio Nobel de Economía en el año 1970, es considerado uno de los fundadores de la economía neoclásica moderna. En 2003 se opuso al recorte de los impuestos a los ricos decidido por George Bush.
Sobre la base de mis observaciones de la historia económica, tanto a corto como a largo plazo, considero que no hay ninguna alternativa a los sistemas de mercado como forma de organizar tanto a las poblaciones ricas como a las pobres.
Sin embargo, la utilización de los mercados no es lo mismo que el capitalismo sin regulación que tanto ponderan los partidarios del liberalismo económico. Esos sistemas no pueden autorregularse en el plano microeconómico ni en el macroeconómico. Siempre que se los instrumentó, generaron desigualdades intolerables. Por otra parte, en lugar de ser el precio necesario para alentar un progreso dinámico a través de innovaciones tecnológicas y administrativas, esa desigualdad crea un déficit disfuncional en lo que los economistas llaman "productividad de factor total".
Una prueba convincente de ello, puede verse en el deterioro de los Estados Unidos entre 2001 y 2008. Los ingresos de los CEOs crecieron en comparación con el sueldo medio de los empleados -de una relación de 40 a uno, pasaron a una relación de 400 a uno, o a diferencias aún mayores- y el progreso industrial se deterioró en lugar de acelerarse.
En consecuencia, mi posición es de un centrismo irredimible. Ese debería ser el objetivo de Estados Unidos a partir de 2009. Debe ser también el objetivo de todos los países, grandes y chicos, cualquiera sea su grado de desarrollo o su ubicación en el mapa. Los liberales a ultranza no sólo son discapacitados emocionales. Son también malos consejeros. Me refiero, por supuesto, a los puntos de vista de Milton Friedman y de Friedrich Hayek. La "esclavitud" que les inspira alarma no es la de Genghis Khan. Tampoco la de Lenin-Stalin-Mao ni la de Hitler-Mussolini. Lo que les produce alarma son los Estados centristas del mundo moderno. Basta con pensar en Suiza, Gran Bretaña, Estados Unidos, los países escandinavos y los de la cuenca del Pacífico. ¿Por qué los ciudadanos de esos lugares tienen un elevado índice de "felicidad" y gozan de amplias libertades de expresión y de culto?
El presidente George W. Bush figurará en los libros de historia como el peor presidente de los 234 años de la historia estadounidense. Uno de sus legados inevitables será, entre otros, el peligro de que en 2009-2014 una mayoría de los Estados Unidos efectúe un viraje mucho más a la izquierda del centro. Si Estados Unidos se vuelve proteccionista, hay que culpar de ello a la desregulación republicana anterior, lo que constituiría un buen ejemplo de la Ley de las Consecuencias No Buscadas.
Sí, la política pública debe regular (de forma racional) la vida empresaria y trabajar por la estabilización de la macroeconomía. Sí, los futuros sistemas fiscales pueden, en un grado limitado, reducir los males más evidentes de la desigualdad. Sin embargo, un sistema centrista puede generar daños si actúa con demasiada fuerza para reducir la desigualdad. Mi objetivo es el Estado Centrista Limitado.
No soy centrista porque no pueda decidirme entre la derecha y la izquierda, sino porque esas dos opciones demostraron ser tan poco adecuadas, que la racionalidad y la experiencia me llevan hacia el centro dinámico.
Paul Samuelson fue Premio Nobel de Economía en el año 1970, es considerado uno de los fundadores de la economía neoclásica moderna. En 2003 se opuso al recorte de los impuestos a los ricos decidido por George Bush.
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