El mandatario galo aseguró en una conferencia organizada por el MEDEF que el libre mercado era una ilusión, y afirmó que “no creceremos si no jugamos el juego de la globalización colectivamente”.
Durante la conferencia anual de la federación de empleadores más grande del país, Movimiento de las Empresas de Francia (MEDEF, por sus siglas en francés), el Presidente francés Nicolas Sarkozy se dirigió a los ciudadanos de un país, un bastión que ha intentado resistir largamente a la globalización.
Sin rodeos, el mandatario dijo que hay que hacerle frente, y sugirió que sea con acento francés.
Ello implica, ente otras cosas, a que los franceses piensen más allá del “hexágono”, como denominan en la jerga a Francia, y de la Unión Europea, y que jueguen más abiertamente en terreno mundial.
Para ello, Sarkozy manifestó estar dispuesto a crear condiciones de negocios más propicias para permitir a las compañías francesas insertarse más competitivamente en el mundo. Como condición, pidió a las empresas que sus intereses hagan foco en Francia, y que tengan eso en cuenta al establecer precios, salarios e inversiones.
Asimismo, hizo eco de temas abordados por sus predecesores, afirmando que el libre mercado era una ilusión y que la defensa de los intereses franceses por parte del Gobierno galo de las “merodeantes” inversiones extranjeras no debería ser motivo de timidez para Francia.
“No creceremos si no jugamos el juego de la globalización colectivamente”, advirtió Sarkozy ante 4.000 hombres de negocios durante la conferencia anual de la MEDEF, organizada en las afueras de París.
“Pero no seamos ingenuos. Echemos un vistazo al mundo y preguntémonos: ¿por qué somos los únicos que no defienden sus intereses cuando el resto defiende los suyos?”, preguntó el mandatario.
El discurso de Sarkozy se inscribe en el marco de un debate a escala internacional acerca de los ganadores y perdedores como consecuencia de la globalización, mientras los distintos gobiernos enfrentan crecientes demandas proteccionistas.
El Presidente prometió equipar con mejores armas a los negocios franceses para que compitan mejor en el mundo y anunció que irá a fondo con el recorte a los impuestos a la renta y contra la reducción de las 35 horas laborales semanales, una legislación que considera “un inmenso error económico” que otorga ventajas a los principales competidores del país.
En un discurso dirigido a los votantes y uniones laborales, Sarkozy dijo que la globalización había cambiado los objetivos de la política económica, debilitando el poder estatal en algunas áreas.
Una de ellas es la política industrial. En este sentido, declaró que “no le temo a la política industrial. No dejaré a nuestra industria a la merced de todo tipo de dumping y especulación”.
Para ilustrar su intención de crear “comunidades nacionales” en sectores estratégicos, durante su discurso presionó a Suez, una empresa de servicio público, para que una su división energética con la compañía estatal Gaz de France, de modo de inaugurar “un gran grupo europeo de electricidad y gas en el que el Estado galo será el principal accionista”.
Sarkozy también le apuntó a Bruselas y resaltó que Europa no preservará su lugar en la economía global si mantiene una visión idealista de un mercado aún más libre con estrictas reglas de competencia y la prohibición de subsidios a la industria. Además, dirigiéndose de manera desafiante al Banco Central Europeo, repitió su llamado por un más débil euro para respaldar las exportaciones europeas.
“Estamos condenados si las reglas de competencia son más duras aquí que en cualquier otro lado, si ésta es la única región del mundo en la que es imposible conducir la política industrial, comercial y de tipo de cambio”, subrayó.
El acuerdo en la OMC está muy lejos de lograrse, se lamentó una Ministra
La Ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, manifestó ayer que las perspectivas de alcanzar un acuerdo para liberalizar el comercio mundial en un futuro cercano son escasas.
“Lamentablemente no lo creo (posible) hoy”, sostuvo Lagarde durante un panel de discusión en el marco de la conferencia organizada por MEDEF.
La Ministra añadió que “la brecha entre las posiciones de algunos y las concesiones de otros es demasiado grande como para permitir un acuerdo en el futuro cercano”.
Durante la conferencia anual de la federación de empleadores más grande del país, Movimiento de las Empresas de Francia (MEDEF, por sus siglas en francés), el Presidente francés Nicolas Sarkozy se dirigió a los ciudadanos de un país, un bastión que ha intentado resistir largamente a la globalización.
Sin rodeos, el mandatario dijo que hay que hacerle frente, y sugirió que sea con acento francés.
Ello implica, ente otras cosas, a que los franceses piensen más allá del “hexágono”, como denominan en la jerga a Francia, y de la Unión Europea, y que jueguen más abiertamente en terreno mundial.
Para ello, Sarkozy manifestó estar dispuesto a crear condiciones de negocios más propicias para permitir a las compañías francesas insertarse más competitivamente en el mundo. Como condición, pidió a las empresas que sus intereses hagan foco en Francia, y que tengan eso en cuenta al establecer precios, salarios e inversiones.
Asimismo, hizo eco de temas abordados por sus predecesores, afirmando que el libre mercado era una ilusión y que la defensa de los intereses franceses por parte del Gobierno galo de las “merodeantes” inversiones extranjeras no debería ser motivo de timidez para Francia.
“No creceremos si no jugamos el juego de la globalización colectivamente”, advirtió Sarkozy ante 4.000 hombres de negocios durante la conferencia anual de la MEDEF, organizada en las afueras de París.
“Pero no seamos ingenuos. Echemos un vistazo al mundo y preguntémonos: ¿por qué somos los únicos que no defienden sus intereses cuando el resto defiende los suyos?”, preguntó el mandatario.
El discurso de Sarkozy se inscribe en el marco de un debate a escala internacional acerca de los ganadores y perdedores como consecuencia de la globalización, mientras los distintos gobiernos enfrentan crecientes demandas proteccionistas.
El Presidente prometió equipar con mejores armas a los negocios franceses para que compitan mejor en el mundo y anunció que irá a fondo con el recorte a los impuestos a la renta y contra la reducción de las 35 horas laborales semanales, una legislación que considera “un inmenso error económico” que otorga ventajas a los principales competidores del país.
En un discurso dirigido a los votantes y uniones laborales, Sarkozy dijo que la globalización había cambiado los objetivos de la política económica, debilitando el poder estatal en algunas áreas.
Una de ellas es la política industrial. En este sentido, declaró que “no le temo a la política industrial. No dejaré a nuestra industria a la merced de todo tipo de dumping y especulación”.
Para ilustrar su intención de crear “comunidades nacionales” en sectores estratégicos, durante su discurso presionó a Suez, una empresa de servicio público, para que una su división energética con la compañía estatal Gaz de France, de modo de inaugurar “un gran grupo europeo de electricidad y gas en el que el Estado galo será el principal accionista”.
Sarkozy también le apuntó a Bruselas y resaltó que Europa no preservará su lugar en la economía global si mantiene una visión idealista de un mercado aún más libre con estrictas reglas de competencia y la prohibición de subsidios a la industria. Además, dirigiéndose de manera desafiante al Banco Central Europeo, repitió su llamado por un más débil euro para respaldar las exportaciones europeas.
“Estamos condenados si las reglas de competencia son más duras aquí que en cualquier otro lado, si ésta es la única región del mundo en la que es imposible conducir la política industrial, comercial y de tipo de cambio”, subrayó.
El acuerdo en la OMC está muy lejos de lograrse, se lamentó una Ministra
La Ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, manifestó ayer que las perspectivas de alcanzar un acuerdo para liberalizar el comercio mundial en un futuro cercano son escasas.
“Lamentablemente no lo creo (posible) hoy”, sostuvo Lagarde durante un panel de discusión en el marco de la conferencia organizada por MEDEF.
La Ministra añadió que “la brecha entre las posiciones de algunos y las concesiones de otros es demasiado grande como para permitir un acuerdo en el futuro cercano”.