lunes, noviembre 05, 2007

Según el BID, el 40% de los latinoameticanos viven con menos de US$ 1

El Banco Interamericano de Desarrollo presentó un informe que analizó los costos económicos y sociales de la exclusión social y propuso iniciativas que trascienden los programas tradicionales para combatir la pobreza en América Latina y el Caribe. Según el estudio realizado por la institución, un 40% de los latinoamericanos vive con menos de un dólar diario.

El presidente del BID , Luis Alberto Moreno inauguró el evento en la sede del organismo en Washington, que fue moderado por el economista jefe de esta institución, Santiago Levy.

El estudio fue presentado por Gustavo Márquez, asesor principal del BID en asuntos laborales y coordinador del informe, y analizado por un panel de expertos e investigadores internacionales integrado por Francisco Ferreira, economista principal del Grupo de Investigación del Banco Mundial; Carol Graham, senior fellow del Instituto Brookings, y a Moisés Naim, director de la revista Foreign Policy.

El estudio '¿Los de afuera? Cambios en los patrones de exclusión en América Latina y el Caribe' es la edición de 2008 del Informe del BID sobre Progreso Económico y Social en América Latina y el Caribe (IPES) y se concentra en analizar "la exclusión, un fenómeno social, económico y político que niega a millones de personas y a grupos enteros el acceso a los medios y oportunidades de progresar en una economía de mercado", explicó Márquez.

Según el asesor del BID, "las políticas de inclusión deberían ser consideradas como una inversión y no como una dádiva supuestamente generosa a los menos favorecidos de la sociedad".

Para el coordinador del informe, "las políticas de inclusión son más que programas novedosos o nuevas instituciones para transferir ingresos", y deben "implicar cambios fundamentales en la manera de adoptar decisiones, de distribuir los recursos y de implementar políticas en sociedades democráticas".

El informe señala que la exclusión es un fenómeno social multidimensional y que las privaciones en una esfera interactúan con las privaciones en otras áreas, afectando no sólo el funcionamiento de quienes son excluidos, sino también de la sociedad en general.

También se refiere a la inclusión social como el proceso de políticas públicas dirigido a promover activamente la igualdad social, económica y cultural, requiere de liderazgo político y de una sociedad civil activa.

Además de las privaciones materiales, el estudio aborda la exclusión a partir de factores como la privatización, la violencia, la política, los servicios financieros, y formas modernas de implementación de programas.

Según los datos del análisis, el 44% de la población de América Latina es pobre y el 40% de esas personas viven con menos de un dólar diario, por lo que, añade, los pobres son los más excluidos del creciente progreso que viene experimentando la región

"La exclusión social es la amenaza más peligrosa que enfrenta la democracia en América Latina y el Caribe", subrayó el Presidente del BID en el prefacio del informe.

Moreno destacó, sin embargo, que en los últimos 25 años ha habido "significativos" avances hacia la democratización en los sistemas políticos de la región, en el control de la inflación y en la integración de las economías en el mercado mundial.

"Sin embargo, la pobreza, la desigualdad y la falta de empleos y oportunidades para facilitar la movilidad social de la mayoría representan áreas en las cuales queda mucho por hacer", dijo.

Para que la situación cambie se requiere extender las oportunidades a las 'grandes masas hoy excluidas', y mejorar su acceso a las instituciones y recursos para que puedan prosperar, concluyó Moreno.

Con el fin de abordar conjuntamente la lucha contra la exclusión y la pobreza, la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que tendrá lugar en Santiago de Chile entre los días 8 y10 de noviembre, tiene como tema central la Cohesión Social y las políticas públicas para crear sociedades más inclusivas en Iberoamérica.

Petrochina desplazó a Exxon y se convirtió en la más grande del mundo


La compañía estatal Petrochina se ha convertido en la más grande del mundo por capitalización bursátil, desplazando a ExxonMobil, la estadounidense que detentaba el primer lugar. También tiene el récord por haberse quedado con la mayor salida a bolsa de las registradas en 2007.


Si algo le faltaba a la economía china para seguir sorprendiendo y preocupando a las grandes potencias del mundo es contar con la empresa de mayor valor de mercado, desplazando a quienes ocupaban este lugar después de una semana de ascenso continuo, que también llevó a China a posicionar a seis empresas entre las top ten del mundo, superando a Estados Unidos que quedó con las cuatro restantes.

El caso concreto es el de Petrochina, la empresa de petróleo y gas, filial del grupo público CNPC, que ya flota en los mercados de Hong Kong y Nueva York y que ha logrado desbancar a la estadounidense ExxonMobil para situarse en el primer lugar, después que el precio de sus acciones se triplicara en su debut en la bolsa de Shangai con la mayor jamás realizada en China continental.

Petrochina, dirigida por Jiang Jiemin, registró unos beneficios netos de US$18.500 millones el año pasado, lo que la convirtió en la compañía más rentable de toda Asia. Pero la escalada sin pausa que logró el lunes 5 de noviembre la llevó a convertirse en la número uno del mundo, logrado en gran parte por el ansia de inversiones de los accionistas chinos, que tan pronto los corredores comenzaron a negociar sus acciones en las operaciones lograron que el valor de la firma se dispare hacia el billón de dólares.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que la empresa no produce crudo y refinados ni genera el mimo nivel de ingresos que sus competidores mundiales, por lo cual si tiene en este momento el mayor valor accionario del mercado en el sector de hidrocarburos, se debe a que la bolsa de Shangai viene sobrevaluando marcadamente sus cotizaciones.


Es por eso que muchos analistas ponen en duda la posibilidad de que Petrochina se mantenga en esa posición, ya que el precio de las acciones de las empresas cotizadas no guarda ninguna relación real con las ganancias de las mismas, aunque por otro lado, es claro que ante la falta de alternativas para invertir, millones de ciudadanos comunes han acudido en masa con sus ahorros a la bolsa de Shangai, que ha duplicado su valor en este año.

Zhu Zhiyong, analista de Golden Sun Securities en Shanghai, advirtió a los inversores que el precio está demasiado alto y que por ahora es arriesgado comprar para los particulares porque casi no se ve margen de progreso. A largo plazo, esto ayudará a reequilibrar la oferta y la demanda bursátil. En lo inmediato, PetroChina será popular entre los inversores institucionales, advierte.

Más allá de las especulaciones la fiebre de oro que se vive en Pekín no tiene comparación, especialmente porque la empresa ha logrado desbancar a la número uno, ExxonMobil, pero con una diferencia muy importante que es que la primera es una compañía estatal y el gobierno chino, que también controla y establece los precios de la energía en el país, controla el 86% de todas las acciones de Petrochina.

De esta forma, todavía ExxonMobil mantiene su liderazgo como la petrolera privada más grande del mundo.

Récord de acciones

El récord de Petrochina no solo se alcanzó por el valor de mercado sino también porque ya había logrado la que es la mayor salida a bolsa de las registradas en todo lo que va de año. De esta forma, la empresa recaudó 66.800 millones de yuanes (US$8.900 millones), con una acción que subió un 191% en la apertura, mientras que el título se vendía a 48,6 yuanes (US$6,48), contra un precio de introducción de 16,7 yuanes por acción.

El récord anterior de recaudación de fondos en China había sido establecido por el primer productor de carbón chino, Shenhua Energy, durante su entrada en bolsa, a comienzos de octubre pasado.

La dependencia de China con respecto al petróleo continúa aumentando, y el año pasado las importaciones de crudo aumentaron 4.1 puntos porcentuales, hasta situarse en 47%, según datos del Ministerio de Comercio. En total, el país produjo 183.68 de toneladas de crudo (1.7% más que el año anterior) e importó 138.84 (una subida de 16,9%).

Para este año se espera que se iguale el consumo de crudo nacional e importado. El país asiático es el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, con 364.55 millones de toneladas en 2006.

Las reservas petróliferas de Bohai comenzaron a ser explotadas en 1999, cuando China creó una sociedad mixta con la compañía estadounidense Phillips Oil Company.

Negocios en China

El asesor Richard Brandt, ex vicepresidente de ventas internacionales del gigante de telecomunicaciones estadounidense AT&T, expuso durante un debate en la Universidad de Los Andes, publicado por El Diario de Chile, cuáles son los ítems a tener en cuenta antes de decidir hacer negocios en China y Japón.

“Hacer negocios en China y Japón es muy distinto que realizarlo en Chile o Estados Unidos”, explicó el asesor, quien considera que ambos países “son grandes mercados y también muy complejos”. Sus declaraciones se dieron a partir de su experiencia en AT&T, donde estaba a cargo de toda la región de Asia. “Entramos a 14 mercados en cinco años, corrimos mucho para lograr entrar en Asia”, rememora.

A su juicio, en China el tema clave es la paciencia. “Los chinos están muy interesados en inversión y tecnología, siempre y cuando uno se las lleve. Así uno encuentra las puertas muy abiertas”, dice.

Sin embargo, reconoce que los puntos de conflicto surgen cuando se trata de entender la posición del otro, sobre todo de parte de las compañías occidentales, ya que son muy diferentes.

Por otro lado, en la comparación entre Japón y China, el asesor advierte que son muy diferentes ya que los primeros, lo que dicen en público en las reuniones empresariales es diferente a lo que dicen en privado, que es lo que realmente quieren decir. Es por eso que se necesita un intermediario para entrar a ese mundo privado. “Los chinos no son así, hablan de todo en las reuniones”, cuenta.

Otra diferencia es que al final, una vez que uno hace negocios en Japón y logra entrar en esos círculos y ser aceptado, los negocios que uno consigue son muy buenos y muy rentables; mientras que los negocios que uno consigue en China pueden terminar siendo más grandes de lo que uno esperaba, pero no son tan rentables.

En cuanto a los riesgos, uno de los principales detectados en China es el que se produce con la falta de protección de la tecnología, por lo cual varias compañías internacionales terminan iniciando demandas acusándolos de robarles tecnología.








Redes sociales

Cada vez se habla más y más sobre los servicios de redes sociales (Social network service) que son sitios en Internet donde las personas y organizaciones pueden contactarse entre si.

Esto es muy similar a lo que se hacia tradicionalmente al colocar en nuestro curriculum vitae datos de contactos y referencias. Con la diferencia de que estando en Internet se globaliza mucho más y permite contactarte con gente que aun no conoces directamente.

Ejemplos de estos sitios son MySpace, Fotolog y LinkedIn (entre muchos otros). Cada uno apuntando a un nicho diferente.

LinkedIn es una red social de profesionales, allí cargas tus datos a modo de curriculum vitae, tan detallado como quieras, y luego comienzas a buscar conocidos. Construir tu red de contactos lleva tiempo pero con las primeras personas que agregues a tu lista verás lo útil que son estas redes para conocer a los contactos de tus contactos (llamados contactos de 2do grado) e inclusive a los contactos de estos (de 3er grado) pudiendo así conectarte con ellos mediante la persona de confianza que ambos tienen en común.

También es sabido que redes de este tipo son utilizadas como fuente de reclutamiento, en especial en el mercado de IT donde la oferta de talentos es muy reducida. Inclusive uno mismo puede ver en que empresa trabajan nuestros contactos, pudiendo así solicitar comentarios acerca del lugar o pedir alguna referencia.

No dejen de investigar este tipo de redes que pueden ser muy útiles para encontrar personas, trabajos y oportunidades de negocios. Recuerden también cuidar su privacidad y verifiquen que tan expuestos quedaran sus datos al público en general.

Enlaces:
LinkedIn
Listado de sitios Web de redes sociales


Fuente: nacho.com.ar

Redes sociales

Cada vez se habla más y más sobre los servicios de redes sociales (Social network service) que son sitios en Internet donde las personas y organizaciones pueden contactarse entre si.

Esto es muy similar a lo que se hacia tradicionalmente al colocar en nuestro curriculum vitae datos de contactos y referencias. Con la diferencia de que estando en Internet se globaliza mucho más y permite contactarte con gente que aun no conoces directamente.

Ejemplos de estos sitios son MySpace, Fotolog y LinkedIn (entre muchos otros). Cada uno apuntando a un nicho diferente.

LinkedIn es una red social de profesionales, allí cargas tus datos a modo de curriculum vitae, tan detallado como quieras, y luego comienzas a buscar conocidos. Construir tu red de contactos lleva tiempo pero con las primeras personas que agregues a tu lista verás lo útil que son estas redes para conocer a los contactos de tus contactos (llamados contactos de 2do grado) e inclusive a los contactos de estos (de 3er grado) pudiendo así conectarte con ellos mediante la persona de confianza que ambos tienen en común.

También es sabido que redes de este tipo son utilizadas como fuente de reclutamiento, en especial en el mercado de IT donde la oferta de talentos es muy reducida. Inclusive uno mismo puede ver en que empresa trabajan nuestros contactos, pudiendo así solicitar comentarios acerca del lugar o pedir alguna referencia.

No dejen de investigar este tipo de redes que pueden ser muy útiles para encontrar personas, trabajos y oportunidades de negocios. Recuerden también cuidar su privacidad y verifiquen que tan expuestos quedaran sus datos al público en general.

Enlaces:
LinkedIn
Listado de sitios Web de redes sociales


Fuente: nacho.com.ar

Un continente incontinente

En un mundo en el que sobra un 10 por ciento de los alimentos, más de un 10 por ciento de la población de América latina (es decir, 54 millones de personas) come mal y salteado o, en algunos casos, no come, según las Naciones Unidas.

La confianza alimenta la esperanza. Sin ella, ni las naciones ni las personas podrían proyectarse. La falta de confianza, usual en América latina, suele ser tan perniciosa como el exceso de confianza.


En América Latina, un continente incontinente, las compañías apelan a la responsabilidad social empresaria para mejorar su imagen y paliar la ausencia de los Estados, devaluados por su parálisis. En América Latina, como en el resto del planeta, algunos ejecutivos cobran por cabeza retribuciones hasta 500 veces superiores al sueldo medio de sus empleados.

Son prácticas conformes al derecho y la ley, no a la moral y la decencia, según el ex canciller alemán Gerhard Schröder. Son prácticas que provocan depresión, el cuarto problema de la humanidad a los ojos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cuarto y en ascenso: en 2020, la depresión ocupará el segundo lugar después de las enfermedades cardíacas. Su tratamiento cuesta fortunas a las arcas públicas. En China, segunda cuna de multimillonarios (1000 millones de dólares o más por cabeza) después de los Estados Unidos, el Estado gasta fortunas en terapias.

Esa visión, lejana, ceñida a estadísticas contradictorias sobre el crecimiento de la economía y el anclaje de la pobreza como consecuencia de la elevada tasa de natalidad, encapsulada en los discursos estridentes de Hugo Chávez y las descalificaciones contra Evo Morales, poco y nada cambió. Poco y nada cambió en una sociedad como la española, rebosante en móviles y plasmas, así como en deudas, cuyos inmigrantes disfrutan de más facilidad para acceder al mercado laboral que en cualquier otro país de Europa, excepto en Suecia, pero, a la vez, son blancos aislados de ataques xenófobos por el delito de portar caras andinas.

la democracia es algo más que elecciones libres y limpias. Es reforma estructural, es seguridad jurídica Es la receta ponderada, no aplicada. Nunca aplicada. En América latina, una de cada cinco personas sobrevive con poco más de dos dólares diarios. La tasa de la pobreza decayó en forma progresiva en una década, pero no tanto como hubiera sido digno. A diferencia de los países desarrollados, los impuestos son regresivos y están destinados, en algunos casos, a sostener clanes políticos con prebendas propias del populismo de los años cincuenta.

Un continente incontinente

En un mundo en el que sobra un 10 por ciento de los alimentos, más de un 10 por ciento de la población de América latina (es decir, 54 millones de personas) come mal y salteado o, en algunos casos, no come, según las Naciones Unidas.

La confianza alimenta la esperanza. Sin ella, ni las naciones ni las personas podrían proyectarse. La falta de confianza, usual en América latina, suele ser tan perniciosa como el exceso de confianza.


En América Latina, un continente incontinente, las compañías apelan a la responsabilidad social empresaria para mejorar su imagen y paliar la ausencia de los Estados, devaluados por su parálisis. En América Latina, como en el resto del planeta, algunos ejecutivos cobran por cabeza retribuciones hasta 500 veces superiores al sueldo medio de sus empleados.

Son prácticas conformes al derecho y la ley, no a la moral y la decencia, según el ex canciller alemán Gerhard Schröder. Son prácticas que provocan depresión, el cuarto problema de la humanidad a los ojos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cuarto y en ascenso: en 2020, la depresión ocupará el segundo lugar después de las enfermedades cardíacas. Su tratamiento cuesta fortunas a las arcas públicas. En China, segunda cuna de multimillonarios (1000 millones de dólares o más por cabeza) después de los Estados Unidos, el Estado gasta fortunas en terapias.

Esa visión, lejana, ceñida a estadísticas contradictorias sobre el crecimiento de la economía y el anclaje de la pobreza como consecuencia de la elevada tasa de natalidad, encapsulada en los discursos estridentes de Hugo Chávez y las descalificaciones contra Evo Morales, poco y nada cambió. Poco y nada cambió en una sociedad como la española, rebosante en móviles y plasmas, así como en deudas, cuyos inmigrantes disfrutan de más facilidad para acceder al mercado laboral que en cualquier otro país de Europa, excepto en Suecia, pero, a la vez, son blancos aislados de ataques xenófobos por el delito de portar caras andinas.

la democracia es algo más que elecciones libres y limpias. Es reforma estructural, es seguridad jurídica Es la receta ponderada, no aplicada. Nunca aplicada. En América latina, una de cada cinco personas sobrevive con poco más de dos dólares diarios. La tasa de la pobreza decayó en forma progresiva en una década, pero no tanto como hubiera sido digno. A diferencia de los países desarrollados, los impuestos son regresivos y están destinados, en algunos casos, a sostener clanes políticos con prebendas propias del populismo de los años cincuenta.

Petróleo apogeo y caída

Algunos países desperdiciaron otras épocas de auge y fueron a crisis profundas apenas la tendencia pasó



Por Francisco Olivera

El razonamiento podrá resultar retorcido o paradójico, pero tiene ya varios adeptos en los países desarrollados: hay quienes piensan que, cual herencia millonaria en manos de un despilfarrador inexperto, el petróleo a buen precio puede resultar una verdadera maldición para algunas naciones de América latina.

El ejemplo preferido es la Venezuela de Hugo Chávez. A pesar de tener la tercera petrolera más importante del mundo (la estatal Pdvsa) y de atravesar el período de precios altos más extenso de la historia, el país caribeño produce exactamente la misma cantidad de petróleo que en 1997. Unos 3,2 millones de barriles diarios, según el gobierno local. Y algo menos, alrededor de 2,2 millones, de acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El contraejemplo es Brasil, con Petrobras, que quintuplicó sus reservas en dos décadas y ha logrado autoabastecerse. O Perú, con su desarrollo del yacimiento Camisea, y Colombia, un país sin tradición petrolera que sorprendió al mercado regional con incentivos que atrajeron a varias compañías que se asocian hoy con la estatal Ecopetrol.

El universo parece sometido, una vez más, a una conjura de los astros petroleros. Explotan de consumo China e India, no afloja la tensión política en medio Oriente, se deprecia el dólar –por lo que muchos inversores buscan refugio en el crudo– y falta refinación en Estados Unidos: todo empuja a los precios del barril, que han superado en las últimas semanas varios récords nominales, hasta los 96 dólares, y se acercan, sin aparentes escollos, a la mejor marca real, que tuvieron en 1980, tras la revolución iraní, por sobre los 100 dólares.

¿Habrá líder político en el mundo, civilizado o no, capaz de resistirse a la caja fácil y trabajar para el futuro, es decir, no para sí mismo sino para los demás? Hay quienes creen que la tentación es demasiado grande. “El precio benefició a los países exportadores, pero facilitó el renacimiento de políticas populistas y nacionalistas”, dice a LA NACION el analista Roger Tissot, que vive en Canadá y es director para América latina de PFC Energy. Tissot podría escandalizar a Chávez, a Evo Morales y hasta al presidente Néstor Kirchner –uno de los gobernadores que más pugnó por la privatización de YPF a principios de la década pasada- con el siguiente argumento: "El petróleo a precios elevados redujo la necesidad de continuar con el proceso de reformas económicas que se habían iniciado en 1990, en el Consenso de Washington. En ciertos países, incluso, se revirtió, como en Venezuela, Bolivia y Ecuador", suelta Tissot.

Algunos analistas advierten también un segundo peligro para quienes lleguen a embriagarse con petróleo, y es aquel conocido como la enfermedad holandesa : que economías exportadoras se vuelvan excesivamente dependientes de un solo producto en detrimento de los demás. Algo similar a lo que podría ocurrirle a la Argentina con la soja.

Pero aquí se ha soñado alguna vez, desde que se descubrió el primer pozo significativo de hidrocarburos, hace exactamente 100 años, con que el país llegara a ser un gran productor de petróleo. Aunque la extracción general caiga de manera ininterrumpida desde 1998. Algo tendrán que ver retenciones que aplica el Gobierno: un 45% del precio de cada barril que se exporta queda para el Estado.

¿Habrá política oficial o empresaria capaz de revertir la tendencia, mientras las principales cuencas de la Argentina muestran un grado de agotamiento con escaso margen para ejercitar el optimismo? Tal vez todo no esté perdido. Como el hombre maduro que, tras algunos años de bonanza laboral, descubre que sería mejor estudiar una carrera y asegurarse el futuro, el país buscará en las próximas semanas recuperar terreno con la exploración. Enarsa, la estatal creada por Kirchner, licitará en estos días 15 bloques en la plataforma marítima, la única zona del territorio que ha escapado, hasta ahora, al escepticismo de los geólogos. "El futuro está en el mar -dijo hace diez días a LA NACION Oscar Vicente, presidente del Club del Petróleo-. Si renuevan los contratos, con este precio vamos todos."

Hay que decir que el mar ha tenido, hasta el momento, más amagos que inversiones reales. En noviembre de 2004, la Argentina se ilusionaba con una promesa tras la visita del presidente chino, Hu Jintao: inversores asiáticos desembolsarían, según se encargó de difundir la Casa Rosada, 20.000 millones de dólares en el país, de los cuales 5000 millones de destinarían a la exploración en la plataforma off shore .

Apenas conocida la noticia, LA NACION se comunicó entonces con el máximo ejecutivo de operaciones de una de las petroleras líderes de la Argentina. "Yo espero que usted no crea semejante cosa -se sinceró el directivo-. Nadie entierra 5000 millones en el mar. Se invierten 100 millones, 150, 200..., hasta descubrir si hay algo. Si se encuentra, se empieza entonces a desembolsar. Quizás, al cabo de muchos años, la cifra sea alta. Pero nadie mete 5000 millones de golpe ni en la Argentina ni en ningún lugar del mundo." Tres años después, el mar argentino no ha recibido más de 100 millones.

El Gobierno se muestra ahora dispuesto a modificar la tendencia. Y algo parecen intuir algunos operadores del mercado. Petroleras rusas se contactaron, hace dos semanas, en Moscú, con representantes de un estudio de abogados de primera línea local. Querían saber todo sobre el país. Preguntaron por las retenciones, por las tarifas, por Cristina, por las concesiones y hasta por los precios de la nafta y del gasoil.

Menos pozos, altos precios

El actual jolgorio energético nacional, con precios significativamente alejados de lo que ocurre en la región y en el mundo, tuvo un costo. Según datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), aun a valores atractivos, durante el lapso comprendido entre 2000 y 2006, la relación entre pozos exploratorios y el total de pozos petroleros de la Argentina fue del 2,8%. Y entre 1994 y 1999, durante un período de precios significativamente menores -en el que incluso se llegó a los más bajos de los últimos 30 años-, el indicador fue de casi del doble: 4,5 por ciento.

La situación argentina es, pues, exactamente la opuesta a la de Venezuela. Mientras la tierra de Chávez ha decidido producir para el mercado externo y vender sus excedentes para el consumo local, la Argentina extrae principalmente para su mercado interno y destina el sobrante al exterior.

"Si la Argentina tuviera política de largo plazo, tendría que estar maximizando su política exploratoria -dice Daniel Montamat, ex presidente de YPF-. Porque, de lo contrario, vamos a tener que importar petróleo y eso nos perjudica, porque es mucho más caro."

¿Podrá la Argentina pensar en el largo plazo? Si hablamos de energía, un antecedente cercano puede servir de lección: durante el último invierno, la pelea entre el secretario de Energía, Daniel Cameron, y el de Comercio Interior, Guillermo Moreno, terminó con un abrumador triunfo del custodio del Indec. Así lo decidió Kirchner. Se hizo, entonces, lo que Moreno pretendía, y se utilizó todo el agua de la región del Comahue, el área hidroeléctrica por excelencia, para evitar cortes de luz domiciliarios durante el año electoral. De esta manera, contra lo que quería Cameron, se consumieron las reservas y algunos efectos empezaron a sentirse la semana pasada, con síntomas de escasez de agua potable en Picún Leufú, un pueblo neuquino de 6000 habitantes ubicado cerca del embalse de la central de El Chocón, sobre el río Limay. Dos escuelas primarias y un hospital estaban el martes pasado en estado de alerta. "Acá no se consigue ni un litro de agua mineral", se quejaron vecinos, según reprodujo el diario Río Negro.

¿Quiénes han sido los ganadores de la política energética de Kirchner? Dice Tissot: "En la Argentina, las empresas no han podido capturar las ganancias extraordinarias por el alza de precios debido a los controles. Las empresas ganan dinero, pero no tanto como si lo exportaran. El que más se beneficia es el consumidor de Buenos Aires, y obvio, el Gobierno. Pero el costo es alto, ya que las reservas se acaban".

En efecto, los automovilistas de la Capital Federal casi no han percibido aumentos, con precios de naftas y de gasoil que son hasta un 50% inferiores a los de Brasil, Uruguay, Chile o Paraguay. La contracara es la escasez de gasoil y la caída en las reservas.

En ese contexto, las grandes compañías optan por extraer lo existente de los pozos, sin hacer exploración de riesgo, y destinan los recursos que obtienen de la Argentina a lugares como Africa, Oriente Medio o el Golfo de México. Eso no las priva de ganancias, pero sí de riesgos. Un informe de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), elaborado por el economista argentino Sebastián Scheimberg es terminante: la renta petrolera, que era de 1732 millones de dólares en 1999, fue de 12.341 millones en 2006.

El trabajo agrega que otro punto flojo argentino son las estadísticas. No ya las del cuestionado Indec, sino las de otras áreas, públicas o privadas. "Otra de las deficiencias que debe atacar un Estado dinámico está en la elaboración y actualización de la información estadística -dice-. Actualmente, la información que publica la Secretaría de Energía es poco confiable, rezagada y carece de consistencia."

El texto extiende la responsabilidad al sector privado. "No toda la culpa es de los entes oficiales -advierte-. El problema de asimetría en la información es que no todas las empresas brindan la información en tiempo y forma, con lo que el grado de confiabilidad de los datos agregados se va deteriorando."

Por Francisco Olivera

Petróleo apogeo y caída

Algunos países desperdiciaron otras épocas de auge y fueron a crisis profundas apenas la tendencia pasó



Por Francisco Olivera

El razonamiento podrá resultar retorcido o paradójico, pero tiene ya varios adeptos en los países desarrollados: hay quienes piensan que, cual herencia millonaria en manos de un despilfarrador inexperto, el petróleo a buen precio puede resultar una verdadera maldición para algunas naciones de América latina.

El ejemplo preferido es la Venezuela de Hugo Chávez. A pesar de tener la tercera petrolera más importante del mundo (la estatal Pdvsa) y de atravesar el período de precios altos más extenso de la historia, el país caribeño produce exactamente la misma cantidad de petróleo que en 1997. Unos 3,2 millones de barriles diarios, según el gobierno local. Y algo menos, alrededor de 2,2 millones, de acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El contraejemplo es Brasil, con Petrobras, que quintuplicó sus reservas en dos décadas y ha logrado autoabastecerse. O Perú, con su desarrollo del yacimiento Camisea, y Colombia, un país sin tradición petrolera que sorprendió al mercado regional con incentivos que atrajeron a varias compañías que se asocian hoy con la estatal Ecopetrol.

El universo parece sometido, una vez más, a una conjura de los astros petroleros. Explotan de consumo China e India, no afloja la tensión política en medio Oriente, se deprecia el dólar –por lo que muchos inversores buscan refugio en el crudo– y falta refinación en Estados Unidos: todo empuja a los precios del barril, que han superado en las últimas semanas varios récords nominales, hasta los 96 dólares, y se acercan, sin aparentes escollos, a la mejor marca real, que tuvieron en 1980, tras la revolución iraní, por sobre los 100 dólares.

¿Habrá líder político en el mundo, civilizado o no, capaz de resistirse a la caja fácil y trabajar para el futuro, es decir, no para sí mismo sino para los demás? Hay quienes creen que la tentación es demasiado grande. “El precio benefició a los países exportadores, pero facilitó el renacimiento de políticas populistas y nacionalistas”, dice a LA NACION el analista Roger Tissot, que vive en Canadá y es director para América latina de PFC Energy. Tissot podría escandalizar a Chávez, a Evo Morales y hasta al presidente Néstor Kirchner –uno de los gobernadores que más pugnó por la privatización de YPF a principios de la década pasada- con el siguiente argumento: "El petróleo a precios elevados redujo la necesidad de continuar con el proceso de reformas económicas que se habían iniciado en 1990, en el Consenso de Washington. En ciertos países, incluso, se revirtió, como en Venezuela, Bolivia y Ecuador", suelta Tissot.

Algunos analistas advierten también un segundo peligro para quienes lleguen a embriagarse con petróleo, y es aquel conocido como la enfermedad holandesa : que economías exportadoras se vuelvan excesivamente dependientes de un solo producto en detrimento de los demás. Algo similar a lo que podría ocurrirle a la Argentina con la soja.

Pero aquí se ha soñado alguna vez, desde que se descubrió el primer pozo significativo de hidrocarburos, hace exactamente 100 años, con que el país llegara a ser un gran productor de petróleo. Aunque la extracción general caiga de manera ininterrumpida desde 1998. Algo tendrán que ver retenciones que aplica el Gobierno: un 45% del precio de cada barril que se exporta queda para el Estado.

¿Habrá política oficial o empresaria capaz de revertir la tendencia, mientras las principales cuencas de la Argentina muestran un grado de agotamiento con escaso margen para ejercitar el optimismo? Tal vez todo no esté perdido. Como el hombre maduro que, tras algunos años de bonanza laboral, descubre que sería mejor estudiar una carrera y asegurarse el futuro, el país buscará en las próximas semanas recuperar terreno con la exploración. Enarsa, la estatal creada por Kirchner, licitará en estos días 15 bloques en la plataforma marítima, la única zona del territorio que ha escapado, hasta ahora, al escepticismo de los geólogos. "El futuro está en el mar -dijo hace diez días a LA NACION Oscar Vicente, presidente del Club del Petróleo-. Si renuevan los contratos, con este precio vamos todos."

Hay que decir que el mar ha tenido, hasta el momento, más amagos que inversiones reales. En noviembre de 2004, la Argentina se ilusionaba con una promesa tras la visita del presidente chino, Hu Jintao: inversores asiáticos desembolsarían, según se encargó de difundir la Casa Rosada, 20.000 millones de dólares en el país, de los cuales 5000 millones de destinarían a la exploración en la plataforma off shore .

Apenas conocida la noticia, LA NACION se comunicó entonces con el máximo ejecutivo de operaciones de una de las petroleras líderes de la Argentina. "Yo espero que usted no crea semejante cosa -se sinceró el directivo-. Nadie entierra 5000 millones en el mar. Se invierten 100 millones, 150, 200..., hasta descubrir si hay algo. Si se encuentra, se empieza entonces a desembolsar. Quizás, al cabo de muchos años, la cifra sea alta. Pero nadie mete 5000 millones de golpe ni en la Argentina ni en ningún lugar del mundo." Tres años después, el mar argentino no ha recibido más de 100 millones.

El Gobierno se muestra ahora dispuesto a modificar la tendencia. Y algo parecen intuir algunos operadores del mercado. Petroleras rusas se contactaron, hace dos semanas, en Moscú, con representantes de un estudio de abogados de primera línea local. Querían saber todo sobre el país. Preguntaron por las retenciones, por las tarifas, por Cristina, por las concesiones y hasta por los precios de la nafta y del gasoil.

Menos pozos, altos precios

El actual jolgorio energético nacional, con precios significativamente alejados de lo que ocurre en la región y en el mundo, tuvo un costo. Según datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), aun a valores atractivos, durante el lapso comprendido entre 2000 y 2006, la relación entre pozos exploratorios y el total de pozos petroleros de la Argentina fue del 2,8%. Y entre 1994 y 1999, durante un período de precios significativamente menores -en el que incluso se llegó a los más bajos de los últimos 30 años-, el indicador fue de casi del doble: 4,5 por ciento.

La situación argentina es, pues, exactamente la opuesta a la de Venezuela. Mientras la tierra de Chávez ha decidido producir para el mercado externo y vender sus excedentes para el consumo local, la Argentina extrae principalmente para su mercado interno y destina el sobrante al exterior.

"Si la Argentina tuviera política de largo plazo, tendría que estar maximizando su política exploratoria -dice Daniel Montamat, ex presidente de YPF-. Porque, de lo contrario, vamos a tener que importar petróleo y eso nos perjudica, porque es mucho más caro."

¿Podrá la Argentina pensar en el largo plazo? Si hablamos de energía, un antecedente cercano puede servir de lección: durante el último invierno, la pelea entre el secretario de Energía, Daniel Cameron, y el de Comercio Interior, Guillermo Moreno, terminó con un abrumador triunfo del custodio del Indec. Así lo decidió Kirchner. Se hizo, entonces, lo que Moreno pretendía, y se utilizó todo el agua de la región del Comahue, el área hidroeléctrica por excelencia, para evitar cortes de luz domiciliarios durante el año electoral. De esta manera, contra lo que quería Cameron, se consumieron las reservas y algunos efectos empezaron a sentirse la semana pasada, con síntomas de escasez de agua potable en Picún Leufú, un pueblo neuquino de 6000 habitantes ubicado cerca del embalse de la central de El Chocón, sobre el río Limay. Dos escuelas primarias y un hospital estaban el martes pasado en estado de alerta. "Acá no se consigue ni un litro de agua mineral", se quejaron vecinos, según reprodujo el diario Río Negro.

¿Quiénes han sido los ganadores de la política energética de Kirchner? Dice Tissot: "En la Argentina, las empresas no han podido capturar las ganancias extraordinarias por el alza de precios debido a los controles. Las empresas ganan dinero, pero no tanto como si lo exportaran. El que más se beneficia es el consumidor de Buenos Aires, y obvio, el Gobierno. Pero el costo es alto, ya que las reservas se acaban".

En efecto, los automovilistas de la Capital Federal casi no han percibido aumentos, con precios de naftas y de gasoil que son hasta un 50% inferiores a los de Brasil, Uruguay, Chile o Paraguay. La contracara es la escasez de gasoil y la caída en las reservas.

En ese contexto, las grandes compañías optan por extraer lo existente de los pozos, sin hacer exploración de riesgo, y destinan los recursos que obtienen de la Argentina a lugares como Africa, Oriente Medio o el Golfo de México. Eso no las priva de ganancias, pero sí de riesgos. Un informe de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal), elaborado por el economista argentino Sebastián Scheimberg es terminante: la renta petrolera, que era de 1732 millones de dólares en 1999, fue de 12.341 millones en 2006.

El trabajo agrega que otro punto flojo argentino son las estadísticas. No ya las del cuestionado Indec, sino las de otras áreas, públicas o privadas. "Otra de las deficiencias que debe atacar un Estado dinámico está en la elaboración y actualización de la información estadística -dice-. Actualmente, la información que publica la Secretaría de Energía es poco confiable, rezagada y carece de consistencia."

El texto extiende la responsabilidad al sector privado. "No toda la culpa es de los entes oficiales -advierte-. El problema de asimetría en la información es que no todas las empresas brindan la información en tiempo y forma, con lo que el grado de confiabilidad de los datos agregados se va deteriorando."

Por Francisco Olivera

The Onion: el otro periodismo







Este semanario satírico de EE.UU. no refleja la realidad sino una visión irreverente y desprejuiciada del mundo mediante parodias y noticias falsas, una receta que si bien lo sitúa en las fronteras del periodismo le ha valido un éxito extraordinario entre el público más informado


Por Greg Beato

En agosto de 1988 Tim Keck, que en ese entonces cursaba los primeros años en la universidad, le pidió prestados a su madre US$7000, alquiló una Mac Plus y publicó un diario de 12 páginas. Su ambición difícilmente calificaba como tema de futuros simposios periodísticos: quería crear una manera atractiva de hacer llegar avisos publicitarios a sus compañeros de estudio. Parte de la primera página fue dedicada a la historia de un monstruo que enloquecía en un lago del lugar; el resto se reservó a cupones de cerveza y pizza.

Casi 20 años después, The Onion es una de las pocas historias de éxito de la industria periodística escrita en la era post diario. Actualmente imprime 710.000 copias por edición semanal, casi 6000 más que The Denver Post , que ocupa el noveno lugar en el ámbito norteamericano. Las emisiones de su radio alcanzan una audiencia semanal de un millón y recientemente también comenzó a producir videoclips. Unos 3000 anunciantes locales mantienen a flote a The Onion , que planea agregar este año 170 empleados a sus actuales 130.

En su edición online atrae a más de dos millones de lectores por semana. Escriba "onion" en Google y The Onion aparece en primer lugar. Si tipea "the", también aparece The Onion en primer lugar.

Pero si escribe "mejores prácticas periodísticas" en Google, The Onion no aparece en ningún lugar. Quizás debería. En un momento en que los diarios tradicionales buscan de manera frenética dejar el papel y despojarse de su legado noticioso, The Onion asume una postura sorprendentemente conservadora frente a la innovación. Así como se ha beneficiado con la Web, le debe gran parte de su éxito a atributos de "baja" tecnología disponibles para cualquier diario pero que escasean: candor, irreverencia y voluntad de molestar.

Mientras que otros diarios agregan desesperadamente secciones de jardinería, piden a sus lectores que compartan sus recetas de salchichas o lanzan a sus empleados a voraces pelotones de bloggers para sesiones de preguntas y respuestas online , The Onion se limita a informar las noticias. Noticias falsas, seguramente, pero aun así noticias. No le pide a los lectores que envíen comentarios ni que califiquen a las notas en una escala del uno al cinco. No hace ningún esfuerzo para convencer a los lectores de que realmente comprende sus necesidades y de que existe sólo para servirlos. Los periodistas de The Onion sólo escriben historias y las brindan en una variedad de formatos, y esta postura relativamente anticuada de hacer un diario ha sido tremendamente exitosa.

¿Hay otros diarios que puedan jactarse de haber aumentado su circulación en un 60 por ciento durante los últimos tres años? Sin embargo, si bien los diarios tradicionales no logran atraer a los lectores, sólo periodistas arriesgados como Jayson Blair, de The New York Times , y Jack Kelly, de Usa Today , han buscado inspiración en The Onion .

Una de las razones por la que The Onion no es tomado más en serio es que su lectura es realmente divertida. En 1985, el crítico cultural Neil Postman publicó el prestigioso Amusing ourselves to death ("Divirtiéndonos hasta morir"), que advertía sobre el destino que nos esperaba si se permitía que el discurso público se convirtiera en algo sustancialmente más entretenido que, digamos, un libro de Neil Postman. Hoy, los diarios están ansiosos por entretener, al menos en sus secciones de viajes, cocina y moda.

Demasiados popes del periodismo ven todavía al humor como el enemigo de la seriedad: si las noticias se leen demasiado fácilmente, eso no puede ser muy bueno. ¿Pero acaso The Onion y sus acólitos más ajustados a la realidad, como The Daily Show y The Colbert Report , monitorean los hechos de actualidad de manera menos rigurosa que, por ejemplo, The Columbia Journalism Review o USA Today ?

Durante los últimos años, muchos estudios realizados por el Centro de Investigación Pew y el Centro de Política Pública Annenberg, encontraron que los seguidores de programas satíricos de TV -como The Daily Show y The Colbert Report - son también los ciudadanos mejor informados de Estados Unidos. Ahora bien, es posible que estos programas no logren que alguien sea más inteligente, y quizás los ciudadanos más informados simplemente prefieran la comedia en lugar de las estentóreas tonterías presentadas por modelos presentadoras. Pero estos estudios sugieren que las noticias agudizadas con la sátira no causan el infarto intelectual que predijo Postman.

Provocador por naturaleza

Es fácil ver por qué los lectores se conectan con The Onion , y no es sólo por las bromas: a pesar de sus "noticias falsas" es una publicación extremadamente honesta. Muchos diarios, especialmente aquellos de mercados monopólicos o casi, operan como si estuvieran más interesados en no ofender a los lectores (o anunciantes) que en expresar una visión de cualquier tipo.

The Onion tiene una posición contraria. Se deleita en burlarse de las beaterías y habitualmente publica historias que garantizan que molestarán a alguien: "Cristo mata a dos, hiere a siete en ataque contra clínica de abortos". "Heroicos comandos PETA matan a 49 y salvan conejo". "El desfile del orgullo Gay establece corriente de aceptación de los gays hace 50 años". No hay ninguna ideología en estos titulares, sólo el deseo de expresar alguna verdad brutal y directa sobre el mundo.

Una queja habitual contra los diarios es que son demasiado negativos, demasiado centrados en las malas noticias, demasiado obsesionados con los aspectos más desagradables de la vida. The Onion muestra cuán equivocada es esta caracterización, con qué cautela la mayoría de los medios bailan alrededor de lo inexorablemente horrible de la vida y se niegan a reconocer los límites de nuestra tolerancia y compasión. La cobertura superficial que los diarios tradicionales dan a los desastres en países castigados con esos temas es reducida a su esencia tenebrosa y desnuda: "15.000 personas negras murieron en algún lugar". Los mendigos no son utilizados para ganar Pulitzers sino para títulos llamativos: "Un hombre no puede decidir si dar un sándwich a un pobre o a los patos". Los triunfos del espíritu humano son raros como un vegetariano en un asado de la Asociación Nacional del Rifle: "Sus seres queridos recuerdan la cobarde batalla de un hombre contra el cáncer".

Tales titulares tienen un costo, por supuesto. Los lectores que se sienten ultrajados han convencido a los anunciantes de que retiren sus avisos. Ginger Rogers y Denzel Washington, entre otras celebridades, han objetado historias en que aparecían sus nombres, y el ex editor de The Onion, Robert Siegel, contó una vez en una conferencia que el diario "casi termina su existencia por una demanda" luego de publicar una historia con el título "Niño moribundo cumple su deseo: tener una relación con Janet Jackson".

Pero si esta irreverencia a veces es económicamente inconveniente, también es la mayor razón del éxito de la publicación. Es un refrescante antídoto al "él dijo, ella dijo", que equilibra los hechos y hace que tantos diarios suenen excesivamente circunspectos. Y si bien The Onion puede no adherir a los hechos de la realidad demasiado estrictamente, no hay dudas de que podría estar más alto si el Centro de Investigación Pew alguna vez lo incluyera en una encuesta sobre las fuentes de noticias más confiables de Estados Unidos.

Durante los últimos años, los diarios de las grandes ciudades han comenzado a ofrecer publicaciones dirigidas a quienes deben viajar desde la periferia, que funcionan como versiones livianas de los originales. Estas publicaciones comparten algunos de los atributos de The Onion : son libres, tabloides y muchas de sus historias son breves. Pero si bien son menos llenadoras, todavía saben a poco. Uno tiene que preguntarse: ¿Por qué detenerse en el precio y el tamaño del papel? ¿Por qué no adoptar la brutal franqueza, la voluntad de perforar las ortodoxias de todas las franjas políticas y culturales y aplicar esos atributos a un diario cotidiano y genuinamente informado?

Los editores de hoy dan a las tiras cómicas cada vez menos espacio. Los dibujantes de editoriales y los humoristas han sido casi erradicados. Esos cambios han ayudado a hacer que los diarios sean más entretenidos, o al menos menos aburridos, pero es sólo un comienzo. Mientras las tapas de los diarios no puedan hacer reír a nuestros más leales defensores de la integridad periodística hasta la dispepsia severa, si no de la muerte, eso significa que no lo están intentando lo suficiente.

The Onion: el otro periodismo







Este semanario satírico de EE.UU. no refleja la realidad sino una visión irreverente y desprejuiciada del mundo mediante parodias y noticias falsas, una receta que si bien lo sitúa en las fronteras del periodismo le ha valido un éxito extraordinario entre el público más informado


Por Greg Beato

En agosto de 1988 Tim Keck, que en ese entonces cursaba los primeros años en la universidad, le pidió prestados a su madre US$7000, alquiló una Mac Plus y publicó un diario de 12 páginas. Su ambición difícilmente calificaba como tema de futuros simposios periodísticos: quería crear una manera atractiva de hacer llegar avisos publicitarios a sus compañeros de estudio. Parte de la primera página fue dedicada a la historia de un monstruo que enloquecía en un lago del lugar; el resto se reservó a cupones de cerveza y pizza.

Casi 20 años después, The Onion es una de las pocas historias de éxito de la industria periodística escrita en la era post diario. Actualmente imprime 710.000 copias por edición semanal, casi 6000 más que The Denver Post , que ocupa el noveno lugar en el ámbito norteamericano. Las emisiones de su radio alcanzan una audiencia semanal de un millón y recientemente también comenzó a producir videoclips. Unos 3000 anunciantes locales mantienen a flote a The Onion , que planea agregar este año 170 empleados a sus actuales 130.

En su edición online atrae a más de dos millones de lectores por semana. Escriba "onion" en Google y The Onion aparece en primer lugar. Si tipea "the", también aparece The Onion en primer lugar.

Pero si escribe "mejores prácticas periodísticas" en Google, The Onion no aparece en ningún lugar. Quizás debería. En un momento en que los diarios tradicionales buscan de manera frenética dejar el papel y despojarse de su legado noticioso, The Onion asume una postura sorprendentemente conservadora frente a la innovación. Así como se ha beneficiado con la Web, le debe gran parte de su éxito a atributos de "baja" tecnología disponibles para cualquier diario pero que escasean: candor, irreverencia y voluntad de molestar.

Mientras que otros diarios agregan desesperadamente secciones de jardinería, piden a sus lectores que compartan sus recetas de salchichas o lanzan a sus empleados a voraces pelotones de bloggers para sesiones de preguntas y respuestas online , The Onion se limita a informar las noticias. Noticias falsas, seguramente, pero aun así noticias. No le pide a los lectores que envíen comentarios ni que califiquen a las notas en una escala del uno al cinco. No hace ningún esfuerzo para convencer a los lectores de que realmente comprende sus necesidades y de que existe sólo para servirlos. Los periodistas de The Onion sólo escriben historias y las brindan en una variedad de formatos, y esta postura relativamente anticuada de hacer un diario ha sido tremendamente exitosa.

¿Hay otros diarios que puedan jactarse de haber aumentado su circulación en un 60 por ciento durante los últimos tres años? Sin embargo, si bien los diarios tradicionales no logran atraer a los lectores, sólo periodistas arriesgados como Jayson Blair, de The New York Times , y Jack Kelly, de Usa Today , han buscado inspiración en The Onion .

Una de las razones por la que The Onion no es tomado más en serio es que su lectura es realmente divertida. En 1985, el crítico cultural Neil Postman publicó el prestigioso Amusing ourselves to death ("Divirtiéndonos hasta morir"), que advertía sobre el destino que nos esperaba si se permitía que el discurso público se convirtiera en algo sustancialmente más entretenido que, digamos, un libro de Neil Postman. Hoy, los diarios están ansiosos por entretener, al menos en sus secciones de viajes, cocina y moda.

Demasiados popes del periodismo ven todavía al humor como el enemigo de la seriedad: si las noticias se leen demasiado fácilmente, eso no puede ser muy bueno. ¿Pero acaso The Onion y sus acólitos más ajustados a la realidad, como The Daily Show y The Colbert Report , monitorean los hechos de actualidad de manera menos rigurosa que, por ejemplo, The Columbia Journalism Review o USA Today ?

Durante los últimos años, muchos estudios realizados por el Centro de Investigación Pew y el Centro de Política Pública Annenberg, encontraron que los seguidores de programas satíricos de TV -como The Daily Show y The Colbert Report - son también los ciudadanos mejor informados de Estados Unidos. Ahora bien, es posible que estos programas no logren que alguien sea más inteligente, y quizás los ciudadanos más informados simplemente prefieran la comedia en lugar de las estentóreas tonterías presentadas por modelos presentadoras. Pero estos estudios sugieren que las noticias agudizadas con la sátira no causan el infarto intelectual que predijo Postman.

Provocador por naturaleza

Es fácil ver por qué los lectores se conectan con The Onion , y no es sólo por las bromas: a pesar de sus "noticias falsas" es una publicación extremadamente honesta. Muchos diarios, especialmente aquellos de mercados monopólicos o casi, operan como si estuvieran más interesados en no ofender a los lectores (o anunciantes) que en expresar una visión de cualquier tipo.

The Onion tiene una posición contraria. Se deleita en burlarse de las beaterías y habitualmente publica historias que garantizan que molestarán a alguien: "Cristo mata a dos, hiere a siete en ataque contra clínica de abortos". "Heroicos comandos PETA matan a 49 y salvan conejo". "El desfile del orgullo Gay establece corriente de aceptación de los gays hace 50 años". No hay ninguna ideología en estos titulares, sólo el deseo de expresar alguna verdad brutal y directa sobre el mundo.

Una queja habitual contra los diarios es que son demasiado negativos, demasiado centrados en las malas noticias, demasiado obsesionados con los aspectos más desagradables de la vida. The Onion muestra cuán equivocada es esta caracterización, con qué cautela la mayoría de los medios bailan alrededor de lo inexorablemente horrible de la vida y se niegan a reconocer los límites de nuestra tolerancia y compasión. La cobertura superficial que los diarios tradicionales dan a los desastres en países castigados con esos temas es reducida a su esencia tenebrosa y desnuda: "15.000 personas negras murieron en algún lugar". Los mendigos no son utilizados para ganar Pulitzers sino para títulos llamativos: "Un hombre no puede decidir si dar un sándwich a un pobre o a los patos". Los triunfos del espíritu humano son raros como un vegetariano en un asado de la Asociación Nacional del Rifle: "Sus seres queridos recuerdan la cobarde batalla de un hombre contra el cáncer".

Tales titulares tienen un costo, por supuesto. Los lectores que se sienten ultrajados han convencido a los anunciantes de que retiren sus avisos. Ginger Rogers y Denzel Washington, entre otras celebridades, han objetado historias en que aparecían sus nombres, y el ex editor de The Onion, Robert Siegel, contó una vez en una conferencia que el diario "casi termina su existencia por una demanda" luego de publicar una historia con el título "Niño moribundo cumple su deseo: tener una relación con Janet Jackson".

Pero si esta irreverencia a veces es económicamente inconveniente, también es la mayor razón del éxito de la publicación. Es un refrescante antídoto al "él dijo, ella dijo", que equilibra los hechos y hace que tantos diarios suenen excesivamente circunspectos. Y si bien The Onion puede no adherir a los hechos de la realidad demasiado estrictamente, no hay dudas de que podría estar más alto si el Centro de Investigación Pew alguna vez lo incluyera en una encuesta sobre las fuentes de noticias más confiables de Estados Unidos.

Durante los últimos años, los diarios de las grandes ciudades han comenzado a ofrecer publicaciones dirigidas a quienes deben viajar desde la periferia, que funcionan como versiones livianas de los originales. Estas publicaciones comparten algunos de los atributos de The Onion : son libres, tabloides y muchas de sus historias son breves. Pero si bien son menos llenadoras, todavía saben a poco. Uno tiene que preguntarse: ¿Por qué detenerse en el precio y el tamaño del papel? ¿Por qué no adoptar la brutal franqueza, la voluntad de perforar las ortodoxias de todas las franjas políticas y culturales y aplicar esos atributos a un diario cotidiano y genuinamente informado?

Los editores de hoy dan a las tiras cómicas cada vez menos espacio. Los dibujantes de editoriales y los humoristas han sido casi erradicados. Esos cambios han ayudado a hacer que los diarios sean más entretenidos, o al menos menos aburridos, pero es sólo un comienzo. Mientras las tapas de los diarios no puedan hacer reír a nuestros más leales defensores de la integridad periodística hasta la dispepsia severa, si no de la muerte, eso significa que no lo están intentando lo suficiente.

Alberto Pérez: "Y decían que Scioli no tenía personalidad..."


El politicólogo Alberto Pérez no es un hombre muy conocido; sin embargo, es el cerebro político del hoy gobernador electo de Buenos Aires y el artífice de su exitosa estrategia de no confrontación. Poco antes de asumir como jefe de Gabinete del próximo gobierno bonaerense, habla de la relación del sciolismo con Kirchner y con Macri, asegura que su jefe es un hombre de acción y que centroizquierda y centroderecha son paradigmas decimonónicos.


Es el Alberto Fernández de Daniel Scioli, el cerebro político del vicepresidente y hoy gobernador electo de la provincia de Buenos Aires. Es, también, desde hace diez años, cuando empezaron a trabajar juntos, el artífice intelectual de la estrategia de no confrontación que tantos réditos le dio a Scioli en las últimas elecciones, en las que, incluso, sacó más votos que Cristina Kirchner.


-El triunfo aplastante en la provincia de Buenos Aires convirtió a Scioli en una pieza clave del futuro gobierno de Cristina Kirchner. ¿Cómo cree que lee esto el kirchnerismo? ¿Como un apoyo o como amenaza?

-Somos un equipo de trabajo, siempre lo encaramos así. Y casi no hubo diferencias entre Daniel y Cristina, en cantidad de votos. Y si hubo alguna, es vista como una complementariedad; pero realmente fue una elección pareja, y además, creo que hay que destacar algo: en los últimos cincuenta años, no hubo una sola fórmula presidencial que llegara al fin del mandato, política y humanamente, como llegaron Kirchner y Daniel. Y fue Kirchner, además, quien impulsó la candidatura de Daniel para la gobernación.

-Y si Scioli hace una buena gobernación y se perfila como candidato presidencial para el 2011, ¿cree que el amor político continuará así de intacto?

-Va a terminar mejor todavía.

-Quienes se dedican al marketing político suelen decir que el gran activo de Scioli es que la gente lo ve como un buen yerno, antes que de centroderecha o de centroizquierda, en el sentido de que es alguien a quien invitarían a la mesa del domingo. Como él mismo dice: hablo con todos y no me peleo con nadie. Pero, ¿cómo va a manejar ese estilo neutro cuando tenga que tomar decisiones en una provincia tan compleja?

-Se puede ser buen político y buena persona al mismo tiempo; Daniel ha logrado fundir las dos cosas y lo va a seguir haciendo. No se va a desperfilar, ni va a dejar de proyectar esa imagen de cariño que tiene entre la gente. Nuestro objetivo es acumular las buenas cosas que se hicieron antes, conservarlas y mejorar las que faltan: así avanzan las sociedades. Vamos a hacer la mejor gobernación que haya tenido la provincia de Buenos Aires.

-¿Usted es su coach ?

-No..., coach , no... Las decisiones las toma siempre él, pero charlamos, sí, en equipo, le damos forma a lo que él piensa y decide; de las ideas, después, se bajan políticas públicas. Yo era militante del PJ cuando él decidió involucrarse en política, en el 97. Ahí nos conocimos y nos hicimos amigos trabajando. Y eso es lo mejor: hacerte amigos en el trabajo y no al revés: elegir a alguien para trabajar porque es tu amigo. A mí me sedujo su modo de hacer política; además maduró muchísimo en estos años. El es naturalmente así, un tipo no confrontativo. Pero decían que no tenía personalidad, y ahí lo tienen, miren lo que ha logrado.

-Ha logrado hablar con Macri y comentarlo abiertamente. ¿Tanto margen de autonomía les da la victoria en la provincia, como para hablar fluidamente con Macri, a quien Kirchner últimamente se negó a recibir?

-Nuestra responsabilidad de gobierno va mucho más allá del color político. Hay temas que no pueden resolverse si no se encaran con una visión metropolitana; este trabajo va a mejorar la calidad de vida de 13 millones de personas. Hay muchos temas, como el transporte, el medioambiente, la seguridad, los residuos y varios otros, pero básicamente ésos, que deben tratarse entre la ciudad y la provincia. Otros, entre la Nación, la ciudad y la provincia. Si no se encaran con una agenda metropolitana, es imposible, y eso es lo que vamos a hacer.

-Los politicólogos y analistas, incluso algunos cercanos al Gobierno, observan que Scioli tiene un perfil parecido al de Macri. Incluso Jaime Durán Barba, el asesor ecuatoriano del jefe porteño electo, los asocia a ambos como políticos modernos. ¿Usted cómo lo ve?

-Me parece muy bien que los periodistas y analistas analicen. Pero nosotros no nos dedicamos a analizar; nosotros hacemos, gestionamos. La ideología, en política de hombres de acción, como Scioli y Kirchner, se materializa en los hechos. Y si me preguntas qué vamos a hacer, lo resumo: vamos a hacerle más fácil la vida a la gente, ahí nos paramos. Daniel es un político moderno, es cierto, pero eso, ¿qué significa? Que va a usar el avance tecnológico para hacer más transparente la gestión y que el Estado brinde servicio porque, para eso, está. Queremos mejorar la atención al público; desburocratizar. Ser moderno es saber que son importantes las inversiones y salir a buscarlas; es tener una agenda positiva. Estamos a pocos días de la temporada turística y queremos, por ejemplo, transformar el Hotel Provincial, que es el monumento a la ineficiencia, en un centro cultural.

-Usted no cree, entonces, en paradigmas tales como centroizquierda o centroderecha. ¿Es vieja esa forma de ver la política?

-Si; quienes ven las cosas así se quedaron en paradigmas decimonónicos, que no significan nada. Si no, decime dónde se paran hoy Tony Blair, Ricardo Lagos o Lula.

-Pero, concretamente, ¿en qué se diferencian Scioli y Macri, ideológicamente hablando?

-La diferencia es total, empezando porque Macri es opositor y no cree en este proyecto, y Daniel fue el vicepresidente de Kirchner. Scioli es un político moderno, pero que se referencia en el justicialismo. Macri no es peronista.

-¿Cómo evalúa el voto de las clases medias, que le dieron la espalda al Gobierno? Alberto Fernández dijo que los porteños son soberbios; usted y Scioli son hombres de la Capital....

-No evalúo lo que dicen los demás políticos.

-Se lo pregunto de otra manera, entonces: ¿cómo evalúa el voto de la clase media, que apoyó a Scioli pero no a Cristina?

-No, yo no evalúo el voto de la gente; es al revés. Nosotros buscamos el voto popular y los ciudadanos son quienes nos evalúan a nosotros. En un sistema representativo, armás tu alternativa y buscás que te evalúen y la voten. Si lo hacemos al revés, nos convertiríamos en charlatanes, como son parte de la oposición. Uno debe buscar su impronta.

El perfil

Militancia universitaria

Alberto Pérez nació en la ciudad de Buenos Aires en 1966. Está casado y tiene tres hijas. Es licenciado en Ciencia Política, título que obtuvo en la Universidad del Salvador, donde alternó sus estudios con la militancia universitaria dentro del PJ.

Trayectoria política

En 2003 comenzó a trabajar con Alberto Fernández, como nexo entre el Congreso y el Ejecutivo. Es legislador porteño desde 2005, pero renunciará a su banca el mes próximo, cuando asuma como Jefe de Gabinete bonaerense.

Alberto Pérez: "Y decían que Scioli no tenía personalidad..."


El politicólogo Alberto Pérez no es un hombre muy conocido; sin embargo, es el cerebro político del hoy gobernador electo de Buenos Aires y el artífice de su exitosa estrategia de no confrontación. Poco antes de asumir como jefe de Gabinete del próximo gobierno bonaerense, habla de la relación del sciolismo con Kirchner y con Macri, asegura que su jefe es un hombre de acción y que centroizquierda y centroderecha son paradigmas decimonónicos.


Es el Alberto Fernández de Daniel Scioli, el cerebro político del vicepresidente y hoy gobernador electo de la provincia de Buenos Aires. Es, también, desde hace diez años, cuando empezaron a trabajar juntos, el artífice intelectual de la estrategia de no confrontación que tantos réditos le dio a Scioli en las últimas elecciones, en las que, incluso, sacó más votos que Cristina Kirchner.


-El triunfo aplastante en la provincia de Buenos Aires convirtió a Scioli en una pieza clave del futuro gobierno de Cristina Kirchner. ¿Cómo cree que lee esto el kirchnerismo? ¿Como un apoyo o como amenaza?

-Somos un equipo de trabajo, siempre lo encaramos así. Y casi no hubo diferencias entre Daniel y Cristina, en cantidad de votos. Y si hubo alguna, es vista como una complementariedad; pero realmente fue una elección pareja, y además, creo que hay que destacar algo: en los últimos cincuenta años, no hubo una sola fórmula presidencial que llegara al fin del mandato, política y humanamente, como llegaron Kirchner y Daniel. Y fue Kirchner, además, quien impulsó la candidatura de Daniel para la gobernación.

-Y si Scioli hace una buena gobernación y se perfila como candidato presidencial para el 2011, ¿cree que el amor político continuará así de intacto?

-Va a terminar mejor todavía.

-Quienes se dedican al marketing político suelen decir que el gran activo de Scioli es que la gente lo ve como un buen yerno, antes que de centroderecha o de centroizquierda, en el sentido de que es alguien a quien invitarían a la mesa del domingo. Como él mismo dice: hablo con todos y no me peleo con nadie. Pero, ¿cómo va a manejar ese estilo neutro cuando tenga que tomar decisiones en una provincia tan compleja?

-Se puede ser buen político y buena persona al mismo tiempo; Daniel ha logrado fundir las dos cosas y lo va a seguir haciendo. No se va a desperfilar, ni va a dejar de proyectar esa imagen de cariño que tiene entre la gente. Nuestro objetivo es acumular las buenas cosas que se hicieron antes, conservarlas y mejorar las que faltan: así avanzan las sociedades. Vamos a hacer la mejor gobernación que haya tenido la provincia de Buenos Aires.

-¿Usted es su coach ?

-No..., coach , no... Las decisiones las toma siempre él, pero charlamos, sí, en equipo, le damos forma a lo que él piensa y decide; de las ideas, después, se bajan políticas públicas. Yo era militante del PJ cuando él decidió involucrarse en política, en el 97. Ahí nos conocimos y nos hicimos amigos trabajando. Y eso es lo mejor: hacerte amigos en el trabajo y no al revés: elegir a alguien para trabajar porque es tu amigo. A mí me sedujo su modo de hacer política; además maduró muchísimo en estos años. El es naturalmente así, un tipo no confrontativo. Pero decían que no tenía personalidad, y ahí lo tienen, miren lo que ha logrado.

-Ha logrado hablar con Macri y comentarlo abiertamente. ¿Tanto margen de autonomía les da la victoria en la provincia, como para hablar fluidamente con Macri, a quien Kirchner últimamente se negó a recibir?

-Nuestra responsabilidad de gobierno va mucho más allá del color político. Hay temas que no pueden resolverse si no se encaran con una visión metropolitana; este trabajo va a mejorar la calidad de vida de 13 millones de personas. Hay muchos temas, como el transporte, el medioambiente, la seguridad, los residuos y varios otros, pero básicamente ésos, que deben tratarse entre la ciudad y la provincia. Otros, entre la Nación, la ciudad y la provincia. Si no se encaran con una agenda metropolitana, es imposible, y eso es lo que vamos a hacer.

-Los politicólogos y analistas, incluso algunos cercanos al Gobierno, observan que Scioli tiene un perfil parecido al de Macri. Incluso Jaime Durán Barba, el asesor ecuatoriano del jefe porteño electo, los asocia a ambos como políticos modernos. ¿Usted cómo lo ve?

-Me parece muy bien que los periodistas y analistas analicen. Pero nosotros no nos dedicamos a analizar; nosotros hacemos, gestionamos. La ideología, en política de hombres de acción, como Scioli y Kirchner, se materializa en los hechos. Y si me preguntas qué vamos a hacer, lo resumo: vamos a hacerle más fácil la vida a la gente, ahí nos paramos. Daniel es un político moderno, es cierto, pero eso, ¿qué significa? Que va a usar el avance tecnológico para hacer más transparente la gestión y que el Estado brinde servicio porque, para eso, está. Queremos mejorar la atención al público; desburocratizar. Ser moderno es saber que son importantes las inversiones y salir a buscarlas; es tener una agenda positiva. Estamos a pocos días de la temporada turística y queremos, por ejemplo, transformar el Hotel Provincial, que es el monumento a la ineficiencia, en un centro cultural.

-Usted no cree, entonces, en paradigmas tales como centroizquierda o centroderecha. ¿Es vieja esa forma de ver la política?

-Si; quienes ven las cosas así se quedaron en paradigmas decimonónicos, que no significan nada. Si no, decime dónde se paran hoy Tony Blair, Ricardo Lagos o Lula.

-Pero, concretamente, ¿en qué se diferencian Scioli y Macri, ideológicamente hablando?

-La diferencia es total, empezando porque Macri es opositor y no cree en este proyecto, y Daniel fue el vicepresidente de Kirchner. Scioli es un político moderno, pero que se referencia en el justicialismo. Macri no es peronista.

-¿Cómo evalúa el voto de las clases medias, que le dieron la espalda al Gobierno? Alberto Fernández dijo que los porteños son soberbios; usted y Scioli son hombres de la Capital....

-No evalúo lo que dicen los demás políticos.

-Se lo pregunto de otra manera, entonces: ¿cómo evalúa el voto de la clase media, que apoyó a Scioli pero no a Cristina?

-No, yo no evalúo el voto de la gente; es al revés. Nosotros buscamos el voto popular y los ciudadanos son quienes nos evalúan a nosotros. En un sistema representativo, armás tu alternativa y buscás que te evalúen y la voten. Si lo hacemos al revés, nos convertiríamos en charlatanes, como son parte de la oposición. Uno debe buscar su impronta.

El perfil

Militancia universitaria

Alberto Pérez nació en la ciudad de Buenos Aires en 1966. Está casado y tiene tres hijas. Es licenciado en Ciencia Política, título que obtuvo en la Universidad del Salvador, donde alternó sus estudios con la militancia universitaria dentro del PJ.

Trayectoria política

En 2003 comenzó a trabajar con Alberto Fernández, como nexo entre el Congreso y el Ejecutivo. Es legislador porteño desde 2005, pero renunciará a su banca el mes próximo, cuando asuma como Jefe de Gabinete bonaerense.

domingo, noviembre 04, 2007

Etica y mercado: la hora del comercio justo

Solidaridad, equidad y cuidado del medio ambiente son algunos de los ideales que alientan la búsqueda de canales alternativos de comercialización, un fenómeno global cuya lógica no consiste en minimizar costos para obtener mayores ganancias sino en garantizar a los artesanos y pequeños productores de países en desarrollo un precio razonable por sus productos. Ya son unos 60 millones los adeptos en todo el mundo y el volumen de ventas alcanza los 1800 millones de dólares.


Por Jorge Liotti


Los países desarrollados se resisten a reducir los subsidios agrícolas que perjudican las exportaciones de los países en vías de desarrollo. Algunas naciones asiáticas invaden el planeta con sus productos de bajo costo elaborados por mano de obra esclava. Una multitud de argentinos se agolpa los fines de semana para comprar prendas de dudoso origen en la feria La Salada.

Mientras se producen estos abusos típicos del sistema económico global, una práctica comercial solidaria, equitativa y ecológica ha ganado terreno hasta transformarse en un verdadero fenómeno alternativo de alcance mundial. Es la modalidad internacionalmente conocida como comercio justo, que ya tiene unos 60 millones de adeptos y que moviliza en la actualidad unos 1800 millones de dólares. Aunque todavía de manera algo tímida, su desarrollo también se advierte en la Argentina.

Según las estadísticas suministradas por Fairtrade Labelling Organizations (FLO), una de las entidades encargadas de certificar los bienes que se comercializan en estas cadenas, ya hay 598 organizaciones que nuclear a productores de 59 países que operan con el sello de comercio justo. "En la última década el número de organizaciones de productores se ha triplicado, y las ventas han aumentado a un promedio de 40 por ciento por año", señala Barbara Fiorito, directora de la Mesa de Directores de FLO.

Hay lugares en los que esta modalidad es un verdadero fenómeno, como en Alemania, en Holanda y en algunas regiones de España. Pero el caso más emblemático es el de Gran Bretaña, en donde a través de comercios como los de Oxfam y Traidcraft se concentra el 25 por ciento de los productos justos, y en donde el volumen de ventas crece un tercio cada año. Sainsbury´s, una de las mayores cadenas de supermercados británicas, comenzó el año pasado a vender bananas sólo si contaban con un certificado de comercio justo, como un modo de responder a una demanda de consumo ético que habían planteado algunos compradores. Marks & Spencer hizo lo mismo con los tés. En tanto Dunkin Donuts y las cadenas de hoteles Scandic y Hilton anunciaron que servirían café de comercio justo a sus clientes.

Tal como ocurre con el cuidado del medio ambiente, la movida a favor del comercio justo sumó a la causa a artistas populares como el infaltable Bono o el cantante de la banda Coldplay, Chris Martin, quien apareció en varios recitales haciendo promoción del sitio www.maketradefair.com . Oxfam también editó un libro en el que 70 celebridades británicas ofrecen sus recetas culinarias elaboradas con productos justos.

La principal particularidad de este esquema comercial es que en vez de seguir la lógica capitalista de minimizar los costos para obtener mayores ganancias, busca garantizarles a los artesanos y productores de países en vías de desarrollo un volumen y un precio de compra razonables para que puedan trabajar en situación digna y mejorar sus métodos de producción. La lógica a la que responde es similar a la que rige para los productos ecológicamente responsables, en la cual los consumidores, en general de países ricos, se toman el trabajo de seleccionar las mercancías identificadas como justas para promover un circuito comercial más equitativo e inclusive, en algunos casos, de pagar un valor ligeramente superior por ellas.

Un bien elaborado bajo la impronta del comercio justo supone haber seguido una serie de consignas básicas, como no recurrir a mano de obra esclava, respetar los derechos de las mujeres y los niños, ser sustentable para el medio ambiente, no incluir costos sobredimensionados de intermediación, y por supuesto, haber sido adquirido por un valor justo y acorde con el trabajo realizado. "Si en el comercio tradicional los compradores tratan de hacer máxima la relación precio-calidad, los consumidores responsables están dispuestos a pagar un precio superior, entre un 10 y un 20 por ciento, por el mismo nivel de calidad si tienen garantías de las repercusiones sociales de su acto de compra", indica en un informe la Asociación Europea de Comercio Justo (EFTA). Para algunos se trata de conciencia global, para otros, de licuar culpas por las injusticias en el sistema comercial mundial.

Los académicos españoles Inmaculada Buendía, Jorge Coque Martínez y José Vidal sostienen que "la incorporación de los aspectos éticos como criterios de decisión de compra ha puesto de manifiesto que estos consumidores no sólo toman en consideración la calidad de los bienes, sino también dónde y cómo han sido fabricados, además de quién se beneficia con su compra". Y aportan como dato adicional que el perfil más representativo del consumidor justo son las mujeres de clase media y media-alta, por debajo de los treinta y cinco años.

Claro que a medida que se expande el fenómeno del comercio justo, también comienzan a emerger los cuestionamientos. Uno de los más severos se produjo cuando algunas multinacionales, como por ejemplo Starbucks, Nestlé, McDonald´s y Donkin Donuts, lanzaron sus propias líneas de productos Fairtrade. Muchas de las organizaciones que pugnan por difundir una modalidad comercial alternativa se sintieron burladas por esta decisión y algunas de ellas iniciaron campañas en contra de los procesos de certificación.

El término comercio justo empezó a utilizarse a partir de 1964, durante la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU (UNCTAD) realizada en Ginebra. Como parte del auge de las ideas sobre el Tercer Mundo y del Movimiento No Alineados, se planteó allí un fuerte debate sobre la necesidad de generar un flujo comercial más equilibrado entre el desarrollado hemisferio norte y el sur subdesarrollado. "Trade, No Aid", fue el lema con el que se buscó reflejar los esfuerzos por reemplazar la ayuda a los países más pobres por facilidades para comerciar.

En las góndolas

Desde entonces, el crecimiento a nivel mundial de esta práctica ha sido constante, tanto en Africa, Asia y América latina, que conforman las áreas productoras, como en Europa, Estados Unidos, Japón, Canadá y Australia, donde está la mayoría de los consumidores. Además, el sistema ganó en sofisticación, ya que surgieron redes de ONG dedicadas al tema y organizaciones internacionales encargadas de realizar la certificación. Hoy los productos justos se comercializan a través de unas 3000 tiendas especiales, pero también se los puede encontrar en 60.000 comercios europeos y 20.000 norteamericanos de ramos generales que han decidido incluir este tipo de mercancías en sus góndolas con etiquetas que identifican su pertenencia al movimiento "Fair Trade".

Según la Asociación Europea de Comercio Justo (EFTA), el 69 por ciento de la mercancía vendida por esta vía corresponde a alimentos, el 26 por ciento a artesanías, y el cinco por ciento restante a rubros como libros, videos y música. América latina se incorporó tempranamente a este movimiento a través del café, que ha sido siempre el producto emblemático del comercio justo porque los europeos lo identifican con el trabajo esclavo. De hecho, el primer café producido bajo la noción de comercio justo era elaborado en 1973 por cooperativas guatemaltecas bajo la marca "Indio Solidarity Coffee". Posteriormente Ecuador ingresó con fuerza al movimiento con la venta de café y de bananas, y más tarde lo hicieron países como Perú y Bolivia a través de artesanías y productos indígenas.

Mercedes Marzal, directora de Arte y Esperanza, apunta que "a nivel latinoamericano hay una trayectoria más vasta que en la Argentina, en donde el comercio justo llegó un poco tarde. Por eso, mientras en países de la región hay grandes cooperativas, acá la mayoría de las organizaciones integran pequeños grupos dedicados a los alimentos o las artesanías que están tratando de armarse".Pese a ello, el comercio justo se ha expandido fuertemente en la Argentina a partir de la crisis de 2001-2002, cuando confluyeron movimientos relacionados con el trueque, la recuperación de fábricas y la renovada actividad cooperativista. Por un lado, la debacle promovió la expansión de canales comerciales informales y, por el otro, la devaluación les otorgó mayor atractivo a las exportaciones.

Estos procesos tuvieron su corolario en 2004 con la creación de la Red Argentina de Comercio Justo (Racj), una entidad que aglutina a veinticinco organizaciones nacionales y que se transformó en el primer intento para darle organicidad a un movimiento hasta entonces disperso.

Según los datos que aporta Rubén Ravera, presidente de la cooperativa Autosuficiencia y uno de los fundadores de la Racj, en la Argentina actualmente hay cerca de un centenar de grupos que forman parte de estas cadenas alternativas. "La crisis de 2001 tuvo mucha importancia porque la gente se hizo más consciente del valor de la solidaridad. Hasta entonces, la Argentina no se pensaba a sí misma como un país de pobres. El consumo responsable y la justicia comercial se volvieron valores más conocidos", coincide Dolores Bulit, vocera de la Racj y referente de la organización Silataj. Pero también admite que los progresos realizados en los últimos tiempos pueden verse frustrados porque "la inflación está transformando el factor precio en un elemento determinante para definir una compra".

Sin embargo, hay sectores productivos nacionales a los que en los últimos años se les han abierto oportunidades excepcionales para incorporarse a los flujos mundiales de mercancías justas, al punto de que algunos de ellos inclusive se encuentran en proceso de certificación internacional.

Uno de ellos es la producción apícola, muy desarrollada tecnológicamente y floreciente económicamente. En 2006 la Argentina vendió al mercado externo 104.000 toneladas de miel, lo que la transformó en la segunda exportadora mundial. Parte de este crecimiento responde al trabajo de apicultores y cooperativas del noroeste del país que integran un conglomerado productivo y adhieren a los principios del comercio justo. "Para los pequeños productores, formar parte del cluster constituye la única posibilidad de insertarse en una cadena competitiva sostenible en el tiempo. Además, tienen la posibilidad de hacer compras conjuntas de insumos, y en vez de vender la miel a un acopiador sin saber qué pasa después, pueden insertarse en un flujo transparente, donde saben cómo va a ser el negocio, los costos, y los márgenes, evitando así las posiciones dominantes", señala Enrique Bedascarrasbure, uno de los principales impulsores del conglomerado que está próximo a obtener una certificación internacional.

Otro núcleo productivo que visualizó el comercio justo como una alternativa es el té. En Misiones este sector se nutre del aporte de cientos de pequeños productores, pero está regido por las condiciones que fijan cuatro o cinco grandes empresas. "¿Cómo nos íbamos a mantener si el brote de té a nosotros nos sale 0,50 centavos de peso, y los exportadores nos pagan 0,15 centavos? Nos dimos cuenta de que si no instrumentábamos cambios profundos íbamos a quedar fuera del mercado en pocos años", admite Hugo Sand, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones, una de las entidades que se sumó al cluster para tratar de elaborar un té de mayor calidad a mejor costo.

El potencial de sectores como el de la miel o el té en las cadenas de comercio justo abre importantes posibilidades de exportación y de financiación para cooperativas y microemprendedores que fueron desplazados de los circuitos centrales, y que han encontrado en este movimiento una alternativa para desarrollar un trabajo digno con remuneración equitativa. Algo así como una reedición de las viejas utopías pero con sentido práctico.

Etica y mercado: la hora del comercio justo

Solidaridad, equidad y cuidado del medio ambiente son algunos de los ideales que alientan la búsqueda de canales alternativos de comercialización, un fenómeno global cuya lógica no consiste en minimizar costos para obtener mayores ganancias sino en garantizar a los artesanos y pequeños productores de países en desarrollo un precio razonable por sus productos. Ya son unos 60 millones los adeptos en todo el mundo y el volumen de ventas alcanza los 1800 millones de dólares.


Por Jorge Liotti


Los países desarrollados se resisten a reducir los subsidios agrícolas que perjudican las exportaciones de los países en vías de desarrollo. Algunas naciones asiáticas invaden el planeta con sus productos de bajo costo elaborados por mano de obra esclava. Una multitud de argentinos se agolpa los fines de semana para comprar prendas de dudoso origen en la feria La Salada.

Mientras se producen estos abusos típicos del sistema económico global, una práctica comercial solidaria, equitativa y ecológica ha ganado terreno hasta transformarse en un verdadero fenómeno alternativo de alcance mundial. Es la modalidad internacionalmente conocida como comercio justo, que ya tiene unos 60 millones de adeptos y que moviliza en la actualidad unos 1800 millones de dólares. Aunque todavía de manera algo tímida, su desarrollo también se advierte en la Argentina.

Según las estadísticas suministradas por Fairtrade Labelling Organizations (FLO), una de las entidades encargadas de certificar los bienes que se comercializan en estas cadenas, ya hay 598 organizaciones que nuclear a productores de 59 países que operan con el sello de comercio justo. "En la última década el número de organizaciones de productores se ha triplicado, y las ventas han aumentado a un promedio de 40 por ciento por año", señala Barbara Fiorito, directora de la Mesa de Directores de FLO.

Hay lugares en los que esta modalidad es un verdadero fenómeno, como en Alemania, en Holanda y en algunas regiones de España. Pero el caso más emblemático es el de Gran Bretaña, en donde a través de comercios como los de Oxfam y Traidcraft se concentra el 25 por ciento de los productos justos, y en donde el volumen de ventas crece un tercio cada año. Sainsbury´s, una de las mayores cadenas de supermercados británicas, comenzó el año pasado a vender bananas sólo si contaban con un certificado de comercio justo, como un modo de responder a una demanda de consumo ético que habían planteado algunos compradores. Marks & Spencer hizo lo mismo con los tés. En tanto Dunkin Donuts y las cadenas de hoteles Scandic y Hilton anunciaron que servirían café de comercio justo a sus clientes.

Tal como ocurre con el cuidado del medio ambiente, la movida a favor del comercio justo sumó a la causa a artistas populares como el infaltable Bono o el cantante de la banda Coldplay, Chris Martin, quien apareció en varios recitales haciendo promoción del sitio www.maketradefair.com . Oxfam también editó un libro en el que 70 celebridades británicas ofrecen sus recetas culinarias elaboradas con productos justos.

La principal particularidad de este esquema comercial es que en vez de seguir la lógica capitalista de minimizar los costos para obtener mayores ganancias, busca garantizarles a los artesanos y productores de países en vías de desarrollo un volumen y un precio de compra razonables para que puedan trabajar en situación digna y mejorar sus métodos de producción. La lógica a la que responde es similar a la que rige para los productos ecológicamente responsables, en la cual los consumidores, en general de países ricos, se toman el trabajo de seleccionar las mercancías identificadas como justas para promover un circuito comercial más equitativo e inclusive, en algunos casos, de pagar un valor ligeramente superior por ellas.

Un bien elaborado bajo la impronta del comercio justo supone haber seguido una serie de consignas básicas, como no recurrir a mano de obra esclava, respetar los derechos de las mujeres y los niños, ser sustentable para el medio ambiente, no incluir costos sobredimensionados de intermediación, y por supuesto, haber sido adquirido por un valor justo y acorde con el trabajo realizado. "Si en el comercio tradicional los compradores tratan de hacer máxima la relación precio-calidad, los consumidores responsables están dispuestos a pagar un precio superior, entre un 10 y un 20 por ciento, por el mismo nivel de calidad si tienen garantías de las repercusiones sociales de su acto de compra", indica en un informe la Asociación Europea de Comercio Justo (EFTA). Para algunos se trata de conciencia global, para otros, de licuar culpas por las injusticias en el sistema comercial mundial.

Los académicos españoles Inmaculada Buendía, Jorge Coque Martínez y José Vidal sostienen que "la incorporación de los aspectos éticos como criterios de decisión de compra ha puesto de manifiesto que estos consumidores no sólo toman en consideración la calidad de los bienes, sino también dónde y cómo han sido fabricados, además de quién se beneficia con su compra". Y aportan como dato adicional que el perfil más representativo del consumidor justo son las mujeres de clase media y media-alta, por debajo de los treinta y cinco años.

Claro que a medida que se expande el fenómeno del comercio justo, también comienzan a emerger los cuestionamientos. Uno de los más severos se produjo cuando algunas multinacionales, como por ejemplo Starbucks, Nestlé, McDonald´s y Donkin Donuts, lanzaron sus propias líneas de productos Fairtrade. Muchas de las organizaciones que pugnan por difundir una modalidad comercial alternativa se sintieron burladas por esta decisión y algunas de ellas iniciaron campañas en contra de los procesos de certificación.

El término comercio justo empezó a utilizarse a partir de 1964, durante la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU (UNCTAD) realizada en Ginebra. Como parte del auge de las ideas sobre el Tercer Mundo y del Movimiento No Alineados, se planteó allí un fuerte debate sobre la necesidad de generar un flujo comercial más equilibrado entre el desarrollado hemisferio norte y el sur subdesarrollado. "Trade, No Aid", fue el lema con el que se buscó reflejar los esfuerzos por reemplazar la ayuda a los países más pobres por facilidades para comerciar.

En las góndolas

Desde entonces, el crecimiento a nivel mundial de esta práctica ha sido constante, tanto en Africa, Asia y América latina, que conforman las áreas productoras, como en Europa, Estados Unidos, Japón, Canadá y Australia, donde está la mayoría de los consumidores. Además, el sistema ganó en sofisticación, ya que surgieron redes de ONG dedicadas al tema y organizaciones internacionales encargadas de realizar la certificación. Hoy los productos justos se comercializan a través de unas 3000 tiendas especiales, pero también se los puede encontrar en 60.000 comercios europeos y 20.000 norteamericanos de ramos generales que han decidido incluir este tipo de mercancías en sus góndolas con etiquetas que identifican su pertenencia al movimiento "Fair Trade".

Según la Asociación Europea de Comercio Justo (EFTA), el 69 por ciento de la mercancía vendida por esta vía corresponde a alimentos, el 26 por ciento a artesanías, y el cinco por ciento restante a rubros como libros, videos y música. América latina se incorporó tempranamente a este movimiento a través del café, que ha sido siempre el producto emblemático del comercio justo porque los europeos lo identifican con el trabajo esclavo. De hecho, el primer café producido bajo la noción de comercio justo era elaborado en 1973 por cooperativas guatemaltecas bajo la marca "Indio Solidarity Coffee". Posteriormente Ecuador ingresó con fuerza al movimiento con la venta de café y de bananas, y más tarde lo hicieron países como Perú y Bolivia a través de artesanías y productos indígenas.

Mercedes Marzal, directora de Arte y Esperanza, apunta que "a nivel latinoamericano hay una trayectoria más vasta que en la Argentina, en donde el comercio justo llegó un poco tarde. Por eso, mientras en países de la región hay grandes cooperativas, acá la mayoría de las organizaciones integran pequeños grupos dedicados a los alimentos o las artesanías que están tratando de armarse".Pese a ello, el comercio justo se ha expandido fuertemente en la Argentina a partir de la crisis de 2001-2002, cuando confluyeron movimientos relacionados con el trueque, la recuperación de fábricas y la renovada actividad cooperativista. Por un lado, la debacle promovió la expansión de canales comerciales informales y, por el otro, la devaluación les otorgó mayor atractivo a las exportaciones.

Estos procesos tuvieron su corolario en 2004 con la creación de la Red Argentina de Comercio Justo (Racj), una entidad que aglutina a veinticinco organizaciones nacionales y que se transformó en el primer intento para darle organicidad a un movimiento hasta entonces disperso.

Según los datos que aporta Rubén Ravera, presidente de la cooperativa Autosuficiencia y uno de los fundadores de la Racj, en la Argentina actualmente hay cerca de un centenar de grupos que forman parte de estas cadenas alternativas. "La crisis de 2001 tuvo mucha importancia porque la gente se hizo más consciente del valor de la solidaridad. Hasta entonces, la Argentina no se pensaba a sí misma como un país de pobres. El consumo responsable y la justicia comercial se volvieron valores más conocidos", coincide Dolores Bulit, vocera de la Racj y referente de la organización Silataj. Pero también admite que los progresos realizados en los últimos tiempos pueden verse frustrados porque "la inflación está transformando el factor precio en un elemento determinante para definir una compra".

Sin embargo, hay sectores productivos nacionales a los que en los últimos años se les han abierto oportunidades excepcionales para incorporarse a los flujos mundiales de mercancías justas, al punto de que algunos de ellos inclusive se encuentran en proceso de certificación internacional.

Uno de ellos es la producción apícola, muy desarrollada tecnológicamente y floreciente económicamente. En 2006 la Argentina vendió al mercado externo 104.000 toneladas de miel, lo que la transformó en la segunda exportadora mundial. Parte de este crecimiento responde al trabajo de apicultores y cooperativas del noroeste del país que integran un conglomerado productivo y adhieren a los principios del comercio justo. "Para los pequeños productores, formar parte del cluster constituye la única posibilidad de insertarse en una cadena competitiva sostenible en el tiempo. Además, tienen la posibilidad de hacer compras conjuntas de insumos, y en vez de vender la miel a un acopiador sin saber qué pasa después, pueden insertarse en un flujo transparente, donde saben cómo va a ser el negocio, los costos, y los márgenes, evitando así las posiciones dominantes", señala Enrique Bedascarrasbure, uno de los principales impulsores del conglomerado que está próximo a obtener una certificación internacional.

Otro núcleo productivo que visualizó el comercio justo como una alternativa es el té. En Misiones este sector se nutre del aporte de cientos de pequeños productores, pero está regido por las condiciones que fijan cuatro o cinco grandes empresas. "¿Cómo nos íbamos a mantener si el brote de té a nosotros nos sale 0,50 centavos de peso, y los exportadores nos pagan 0,15 centavos? Nos dimos cuenta de que si no instrumentábamos cambios profundos íbamos a quedar fuera del mercado en pocos años", admite Hugo Sand, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones, una de las entidades que se sumó al cluster para tratar de elaborar un té de mayor calidad a mejor costo.

El potencial de sectores como el de la miel o el té en las cadenas de comercio justo abre importantes posibilidades de exportación y de financiación para cooperativas y microemprendedores que fueron desplazados de los circuitos centrales, y que han encontrado en este movimiento una alternativa para desarrollar un trabajo digno con remuneración equitativa. Algo así como una reedición de las viejas utopías pero con sentido práctico.