Cuando se genera un consenso social, las voces extremas, que existen en todos lados, quedan aisladas y con poca capacidad de influencia. Entonces a los que tenemos que poner de acuerdo es a la gente sensata que defiende su interés sectorial pero que sabe que forma parte de un país y lo entiende.
Con el tema del campo ocurrió algo grave que es el protagonismo elevado de estas voces extremas que no contribuyen a la solución del problema.
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