En líneas generales, se espera una moderada reducción del crecimiento en el 2008 para la región. Aún así, bajo el escenario base de crecimiento mundial proyectado en las ‘Perspectivas de la economía mundial’ del Fondo Monetario Internacional (FMI), la expansión se mantendrá sólida, a una tasa de alrededor de 4,25%, con lo que se trataría del quinto año consecutivo de crecimiento por encima del 4%.
De forma más concreta, el organismo internacional señala que la actividad económica ha repuntado durante 2007 en países en los que el crecimiento fue relativamente modesto el año pasado, particularmente en Brasil, donde el incremento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) ascendió a 5,5% en el segundo trimestre de este año. En la mayoría de las demás naciones, la expansión conservó su vigor y en algunos casos siguió marcando máximos históricos. Aún después de la turbulencia que sufrieron los mercados financieros a mediados de año, los precios de los productos básicos permanecieron sólidos y estimularon la actividad económica de los países exportadores de esos productos, como Perú y Bolivia. En Colombia y Uruguay, el crecimiento ha estado alimentado sobre todo por la demanda interna, aunque también se ha beneficiado de la pujanza de las exportaciones. Las buenas cosechas en el 2007 han contribuido a estimular la producción de este año en Argentina y Paraguay.
Menos crecimiento
De cara al futuro, los nuevos estudios señalan que la contracción del crédito que ya están viviendo los mercados financieros y una fuerte desaceleración económica en Estados Unidos, combinada con una cierta repercusión en el crecimiento mundial y el consiguiente deterioro de los precios de los productos básicos, podrían hacer descender el crecimiento de América Latina en el 2008 hasta 2 puntos porcentuales por debajo del actual nivel de referencia. El crecimiento esperado en el próximo ejercicio 2008 por el FMI oscilará entre 3% y 4% en México, Ecuador y Uruguay, entre 4% y 5% en Brasil, Chile, Colombia y Paraguay, y entre 5,5% y 6% en Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela.
A pesar de esta previsible desaceleración, el reciente panorama económico mundial no ha deteriorado la confianza en la evolución económica de los países de la región. “Latinoamérica continúa gozando de un ciclo económico muy favorable que creemos continuará el próximo año”, comenta David Tuesta Cárdenas, profesor de laPontificia Universidad Católica de Perú.Básicamente, dice, “existen dos soportes que lo periten. En primer lugar, están jugando muy a favor las reformas estructurales iniciadas en los noventa y que, en general, han seguido perfeccionándose a pesar de algunas dudas y temores a comienzos de este siglo. Se han dado sobre todo avances importantes para brindar a los países de una mayor competitividad (reducciones arancelarias, acuerdos comerciales…) y los inversores internacionales están comenzando a llegar ante las mejoras observadas, las cuales se perciben como más permanentes”. En segundo lugar, explica, “está el hecho de que países emergentes como China e India, continúan liderando el crecimiento mundial, y por tanto han sido demandantes centrales de materias primas, hecho que parece mantenerse a pesar de la situación financiera observada a nivel mundial”.
Las economías de Latinoamérica se encontrarán el año que viene con una importante prueba de fuego: el eventual deterioro del entorno externo. El FMI en su último informe sobre las perspectivas económicas de la región indica que “la reciente turbulencia financiera mundial y la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos y en otros países industriales constituyen la primera prueba real de la capacidad de recuperación de América Latina frente a los shocks desde el 2002”. La pregunta que se hacen los expertos es cómo la expansión que se registra en los países de la zona reaccionará ante estos problemas.
“Financieramente el impacto será escaso”, prevé Mauro Guillén, director del Lauder Institute de la Wharton School. Pero si la economía de EEUU entra en recesión, añade, “México y Centroamérica sufrirán mucho. La otra incógnita serán las presidenciales de noviembre en la primera potencia mundial. Los candidatos estadounidenses están haciendo concesiones a los intereses proteccionistas y esto puede hacer descarrilar las negociaciones de acuerdos de libre comercio con algunos países suramericanos”.
Según el FMI, en principio, la agitación reciente en los mercados financieros globales y sus repercusiones en la economía mundial podrían afectar a América Latina por medio de cuatro canales: la demanda externa real, en la medida en que se deteriore el crecimiento de los socios comerciales, en especial Estados Unidos; los descensos de los precios de los productos básicos y deterioro de los términos de intercambio a causa de la desaceleración de la actividad económica mundial; los canales financieros, como el encarecimiento del costo del capital y una reducción de los flujos de capital que recibe la región, o una salida de capitales; y por último un menor ingreso de remesas privadas a la región, conforme vayan reduciéndose los ingresos y el crédito de los trabajadores latinoamericanos en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos.
La importancia relativa de EEUU
El impacto del posible descenso de las exportaciones y remesas dependerá del grado de desaceleración de la actividad económica en los socios comerciales y esto a su vez probablemente dependa de la situación de la economía de EEUU. Aunque los organismos económicos internacionales coinciden en destacar que una fuerte desaceleración en la actividad estadounidense no incidirá significativamente en el crecimiento mundial, sobre todo si se tiene en cuenta el vigoroso desarrollo en los mercados emergentes. Es por ello que David Tuesta cree que todo “dependerá de la magnitud de la crisis estadounidense”, pero especifica que “mientras ésta no afecte ostensiblemente a China, en principio, se debería esperar una desaceleración en la región no tan dramática”. Por otro lado, América Latina en conjunto depende ahora menos de la demanda de EEUU. Las exportaciones a ese país disminuyeron de 57% del total de las exportaciones en el 2000 a 47% en el 2006, aunque aún se sitúan en un nivel elevadísimo en el caso de México (85%) y algunos países de América Central.
Más preocupante sería un fuerte descenso de los precios de los productos básicos, que han experimentado en los últimos meses un importante encarecimiento. Las estimaciones presentadas en la edición de abril de ‘Perspectivas económicas: Las Américas’ del FMI hacían pensar a los expertos que una caída trimestral de 5% en los precios de los productos que exporta la región reduciría, al cabo de dos trimestres, el crecimiento agregado de seis grandes economías latinoamericanas (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú) en aproximadamente un tercio de un punto porcentual. Sin embargo, los precios de los productos de exportación de Latinoamérica permanecen en niveles altos, y a mediano plazo por el momento solo se proyectan bajas leves. Un descenso más pronunciado de dichos precios sólo sería probable en el contexto de una desaceleración mundial más brusca.
Los altos precios de las materias primas (petróleo, gas, cobre, hierro, soja…) tienen a su vez un lado negativo ya que pueden generar inflación, advierten los expertos. La subida de los precios se mantiene contenida en comparación con los niveles del pasado, sin embargo, tras el mínimo histórico que la región como un todo registró en el 2006, las tasas han repuntado recientemente en muchos países. En Colombia y Uruguay, la inflación ha aumentado en un contexto de crecimiento sólido, y está aproximándose o superando el tope de las metas fijadas por el banco central. En Chile, México y Perú, si bien la inflación global se mantiene contenida, ha sido impulsada por encima de la meta por la inflación de los precios de los alimentos. La inflación también ha repuntado en algunos países de América Central y el Caribe; sigue siendo alta en Argentina; ha aumentado recientemente a dos dígitos en Bolivia (en términos interanuales), y se ha mantenido en los dos dígitos en Venezuela, pese a que las importaciones han ayudado a aliviar ciertas restricciones de la oferta. En Brasil, la inflación permanece por debajo del punto medio del rango fijado como meta, pero también ha empezado a aumentar recientemente.
Problemas inflacionistas
El alza de los precios de los alimentos desde mediados del 2006 contribuyó a la agudización de las presiones inflacionarias en muchos países; la media de la diferencia entre las tasas interanuales de inflación de los alimentos y de inflación global alcanzó 3,75% en agosto del 2007, según cálculos del FMI. Esto ha afectado tanto a países grandes (en especial Brasil, Chile, Colombia y México), como a los pequeños de América Central y el Caribe. Como respuesta, algunos gobiernos han tomado medidas para aplacar directamente las presiones de los precios de los alimentos.
“La subida de los precios de las materias primas favorece el crecimiento de la región, pero al mismo tiempo genera exceso de liquidez, lo que incrementa las expectativas de inflación”, explica Rafael Pampillón, profesor de Entorno Económico y Análisis de Países de la escuela de negocios española Instituto de Empresa. “El IPC puede dar disgustos en las economías de la zona y provocar que los bancos centrales opten por subidas de los tipos de interés, lo que frenará el crecimiento económico”, advierte.
Los expertos señalan que las medidas políticas internas pueden desempeñar un papel determinante en todas estas economías, sea mitigando o agravando los problemas o dificultades que el panorama internacional les presentará en 2008. Es por ello que el creciente populismo político que se está desarrollando en la región es observado con mucha atención por los inversores internacionales. “El factor político es siempre un riesgo en la región”, reconoce David Tuesta. Este profesor de la Pontificia Universidad Católica de Perú cree que “el efecto futuro de las políticas populistas dependerán de la efectividad de los gobiernos en administrar los mayores recursos fiscales para programas sociales que hayan sido correctamente focalizados y de si van avanzando en temas más de largo plazo como educación, a fin de mejorar la productividad de la población y así asegurar un mayor compromiso con las reformas económicas”. Rafael Pampillón ve un “importante peligro” si los gobiernos como los de Hugo Chávez en Venezuela, o Rafael Correa en Ecuador, “se encaminan hacia un desbordamiento del gasto público y un intento de controlar los precios y los mercados”.
Retos y objetivos
En cuanto a los retos de Latinoamérica para el próximo ejercicio, el primer estudio anual sobre ‘Perspectivas Económicas de América Latina 2008’ elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que el crecimiento económico de la región aún es "demasiado bajo" y los dos motores "más importantes de su economía", Brasil y México, están perdiendo terreno frente a sus competidores asiáticos. Este organismo considera que Suramérica "no ha alcanzado todo su potencial" y que existen "múltiples oportunidades" que la región no debe desaprovechar.
En materia de inversión y desarrollo comercial el organismo cree que América Latina se ha consolidado como una de las zonas más atractivas del mundo en desarrollo, con más de 72.000 millones de dólares captados en 2006. Pero el auge de China e India en la economía global ha tenido un importante impacto en la región, debido a la competencia que se produce en los envíos a terceros mercados, especialmente EEUU, la Unión Europea y Japón.
Unos cuantos países de Latinoamérica se enfrentan a un nivel elevado de competencia por parte de China e India, especialmente de materias primas. Bolivia, Paraguay, Venezuela y Chile son los países latinoamericanos que menos sufren la competencia de estos dos gigantes asiáticos. Pero la OCDE ha advertido de que datos recientes sobre patrones comerciales de América Latina sugieren una llamada de atención sobre la necesidad de no concentrarse en determinadas exportaciones en detrimento de otros sectores. "América Latina debe de ver su relación con China e India más como una oportunidad de asociación que como una amenaza de competencia", ha recomendado el organismo, que reúne a 30 de las principales economías del mundo.
De la misma opinión es Rafael Pampillón. “El desarrollo económico de China e India es una oportunidad para los países latinoamericanos ya que podrán incrementar sus exportaciones a esos dos países. Según este profesor del Instituto de Empresa, estos dos gigantes asiáticos se han convertido en la “fábrica del mundo” y están demandando materias primas y “América Latina está jugando un papel muy importante en la venta de esas materias primas a ambos”. Pero, al mismo tiempo, Pampillón advierte de que “especializarse en exportaciones de materias primas es una amenaza ya que históricamente los países que hacen esto tienen una menor inversión en investigación y desarrollo lo que detiene su crecimiento y los hace mas dependientes de otros países”. Es por ello que, para este experto, los países latinoamericanos tienen que pasar de exportar materias primas a ser países desarrolladores de tecnología, servicios y bienes industriales.
Para 2008, los expertos vuelven a señalar como objetivo primordial de Latinoamérica el eterno y urgente reto de que la política fiscal y la política social reduzcan las disparidades socio económicas que sufren los países del área. También mantener el esfuerzo reformador en el sistema de pensiones y fomentar la competencia y mejorar la capacidad reguladora para conseguir que la inversión extranjera crezca y contribuya al desarrollo de la región.