lunes, marzo 22, 2010

Costos y productividad en el mercado de la información 2.0

Por Rubén Weinsteiner

Para Jerusalem Post

Un ciudadano en cualquier país democrático, tiene a su alcance múltiples fuentes de información para formarse una idea política de a quién votar, aprobar o no una gestión, opinar a favor o en contra de un determinado proyecto de ley, además de los medios de comunicación 1.0.
Archivos abiertos, plataformas electorales, Google news, Wikipedia, y fundamentalmente la Web 2.0, para hacer pullcasting antes de exponerse al brodcasting, tirar la data que se busca y no esperarla, blogs, redes sociales, archivos de estadísticas, expedientes judiciales, declaraciones juradas etc. Pero en esta operación de obtención de información, hay un problema netamente económico.
La posibilidad que nuestro voto u opinión defina, cambie las cosas para un lado o para el otro, es muy chica, salvo elecciones muy peleadas como las de Bush contra Gore, donde unos cientos de votos definieron Florida, en la gran mayoría de los casos nuestro voto mide poco en términos de definir. Y en el plano económico la utilidad obtenida por el consumidor de información, es poca, se limita a la percepción del alcance limitado del voto y a la satisfacción de actuar de acuerdo a conciencia.
En la mayoría de los casos, la suma de rentabilidades por estos dos beneficios es muy baja, para que el consumidor invierta recursos importantes.
La solución a este problema aparece aparentemente, en la forma de un intermediario, “un mayorista” que acumula, procesa y mediatiza la información. Un dato no menor: la “fabricación” de información, el proceso de construcción tiene altos rendimientos en términos de escala, y el costo marginal por abastecer a un consumidor mas es bajísimo, mientras que la utilidad marginal para los consumidores es alta.
Esta solución del intermediario “mayorista” de la información , plantea un problema nuevo fundamental, al abastecer a tantos consumidores con información que afecta tantos intereses de factores tan poderosos, le da a estos últimos motivaciones para manipular este flujo de contenido.
Si en un pueblo los medios locales, difunden información aludiendo a actos de corrupción del intendente, las posibilidades de ser reelecto del mismo pueden disminuir, incluso esta situación podría contribuir a una salida anticipada del mandatario comunal.
Supongamos que el Intendente sabe que los medios están por publicar información negativa sobre el, en ese caso, puede intentar darles pauta, negocios, exenciones, solucionarles problemas importantes al o a los medios.
La función a analizar en este caso sería la cantidad ponderada ( de acuerdo a tirada, rating, prestigio, legitimidad) de medios en el eje de las X, y la renta que genera el acto de corrupción en el eje de las Y.
Siguiendo esta matriz, Besley y Prat (Handcuffs for the grabbing hand? Media capture and Government Accountability) señalan que en los paises con mayor concentración de medios, ya sea en manos privadas o públicas, hay menor rotación de gobernantes y mayores índice de corrupción.

En este escenario la Web 2.0 plantea un escenario mucho mas caótico, ya nunca fue tan incontrolable lo que se dice acercar de alguien como en la Web 2.0, y ahí la función anterior no tiene cabida, porque es imposible arreglar a miles de internautas aun suponiendo que estos quieran ser coimeados.

Que pasa si tomamos mercados distintos de la información política, por ejemplo, celulares, autos o turismo. Ahí el incentivo para el consumidor es mayor, porque tiene que ver con el confort y seguridad del auto, beneficios y chiches del celular, atractivos y posibilidades que la pasemos bien en nuestras vacaciones.
Y ahí ese incentivo lleva al consumidor a invertir mas recursos en hacer, la propia investigación, en ir a la Web 2.0, y allí ser prosumidor, consumir información y también producirla, con experiencias con el producto comercial, político etc, o servicio.
La comunicación 2.0 plantea una diferencia fundamental con la Web 1.0 o la comunicación tradicional pre Internet, yo la definiría como la pérdida de control.

Ya no se controla ni cómo ni quién ni cuándo se habla de nuestro producto. La misma creación de los espacios donde se habla del producto la generan los internautas, consumidores, ya sea para plantear sus diferencias o puntos de afinidad. Esta presencia constante de la acción del usuario requiere una respuesta en tiempo real.
La construcción 2.0 no se da por lo que pretendemos decir de nosotros mismos, ni siquiera por aquello que los demás dicen de nosotros. Se construye a través del diálogo y la comunicación permanente.
Ahí la producción de información se desconcentra, se atomiza y los costos de producción de información toman otra escala, con un rango de variabilidad muy grande dependiente de la eficacia en la producción, en definitiva en la nueva productividad 2.0.

Costos y productividad en el mercado de la información 2.0

Por Rubén Weinsteiner

Para Jerusalem Post

Un ciudadano en cualquier país democrático, tiene a su alcance múltiples fuentes de información para formarse una idea política de a quién votar, aprobar o no una gestión, opinar a favor o en contra de un determinado proyecto de ley, además de los medios de comunicación 1.0.
Archivos abiertos, plataformas electorales, Google news, Wikipedia, y fundamentalmente la Web 2.0, para hacer pullcasting antes de exponerse al brodcasting, tirar la data que se busca y no esperarla, blogs, redes sociales, archivos de estadísticas, expedientes judiciales, declaraciones juradas etc. Pero en esta operación de obtención de información, hay un problema netamente económico.
La posibilidad que nuestro voto u opinión defina, cambie las cosas para un lado o para el otro, es muy chica, salvo elecciones muy peleadas como las de Bush contra Gore, donde unos cientos de votos definieron Florida, en la gran mayoría de los casos nuestro voto mide poco en términos de definir. Y en el plano económico la utilidad obtenida por el consumidor de información, es poca, se limita a la percepción del alcance limitado del voto y a la satisfacción de actuar de acuerdo a conciencia.
En la mayoría de los casos, la suma de rentabilidades por estos dos beneficios es muy baja, para que el consumidor invierta recursos importantes.
La solución a este problema aparece aparentemente, en la forma de un intermediario, “un mayorista” que acumula, procesa y mediatiza la información. Un dato no menor: la “fabricación” de información, el proceso de construcción tiene altos rendimientos en términos de escala, y el costo marginal por abastecer a un consumidor mas es bajísimo, mientras que la utilidad marginal para los consumidores es alta.
Esta solución del intermediario “mayorista” de la información , plantea un problema nuevo fundamental, al abastecer a tantos consumidores con información que afecta tantos intereses de factores tan poderosos, le da a estos últimos motivaciones para manipular este flujo de contenido.
Si en un pueblo los medios locales, difunden información aludiendo a actos de corrupción del intendente, las posibilidades de ser reelecto del mismo pueden disminuir, incluso esta situación podría contribuir a una salida anticipada del mandatario comunal.
Supongamos que el Intendente sabe que los medios están por publicar información negativa sobre el, en ese caso, puede intentar darles pauta, negocios, exenciones, solucionarles problemas importantes al o a los medios.
La función a analizar en este caso sería la cantidad ponderada ( de acuerdo a tirada, rating, prestigio, legitimidad) de medios en el eje de las X, y la renta que genera el acto de corrupción en el eje de las Y.
Siguiendo esta matriz, Besley y Prat (Handcuffs for the grabbing hand? Media capture and Government Accountability) señalan que en los paises con mayor concentración de medios, ya sea en manos privadas o públicas, hay menor rotación de gobernantes y mayores índice de corrupción.

En este escenario la Web 2.0 plantea un escenario mucho mas caótico, ya nunca fue tan incontrolable lo que se dice acercar de alguien como en la Web 2.0, y ahí la función anterior no tiene cabida, porque es imposible arreglar a miles de internautas aun suponiendo que estos quieran ser coimeados.

Que pasa si tomamos mercados distintos de la información política, por ejemplo, celulares, autos o turismo. Ahí el incentivo para el consumidor es mayor, porque tiene que ver con el confort y seguridad del auto, beneficios y chiches del celular, atractivos y posibilidades que la pasemos bien en nuestras vacaciones.
Y ahí ese incentivo lleva al consumidor a invertir mas recursos en hacer, la propia investigación, en ir a la Web 2.0, y allí ser prosumidor, consumir información y también producirla, con experiencias con el producto comercial, político etc, o servicio.
La comunicación 2.0 plantea una diferencia fundamental con la Web 1.0 o la comunicación tradicional pre Internet, yo la definiría como la pérdida de control.

Ya no se controla ni cómo ni quién ni cuándo se habla de nuestro producto. La misma creación de los espacios donde se habla del producto la generan los internautas, consumidores, ya sea para plantear sus diferencias o puntos de afinidad. Esta presencia constante de la acción del usuario requiere una respuesta en tiempo real.
La construcción 2.0 no se da por lo que pretendemos decir de nosotros mismos, ni siquiera por aquello que los demás dicen de nosotros. Se construye a través del diálogo y la comunicación permanente.
Ahí la producción de información se desconcentra, se atomiza y los costos de producción de información toman otra escala, con un rango de variabilidad muy grande dependiente de la eficacia en la producción, en definitiva en la nueva productividad 2.0.

Dilma Dunga




Desde el comando de campaña de Dilma Rousseff, la candidata del PT, elegida por Lula, están desarrollando una estrategia de apropiación de la imagen de Dunga el técnico de la selección de Brasil.
A Dunga un caudillo indiscutido como jugador, no solo que no le fue bien al principio, sino que fue muy resistido por jugar con un esquema extremadamente defensivo, pero al final los resultados le permitieron legitimarse.
La idea de la campaña de Rousseff, de apropiarse de la imagen de Dunga, tiene que ver con que Dilma además de no ser atractiva físicamente, no tiene el brillo, la claridad discursiva y el “glamour” de Jose Serra, su oponente.
Dunga es joven para ser técnico, es fuerte emocionalmente, y es práctico. La selección no juega lindo pero gana, prioriza el resultado por sobre los nombres, y como Dilma Roussef que va abajo en las encuestas, empieza perdiendo muchos partidos pero luego los da vuelta.

Esto nos envían desde la campaña de Dilma Rousseff :
“Dilma es parecida a Dunga, el técnico de la selección brasileña. El equipo no juega bonito, no es algo que a las personas les guste mirar. Es serio, fuerte y gana los partidos, pero a los brasileños no les gusta el fútbol que está jugando. Pero está dando buenos resultados. Dilma es un poco del estilo Dunga. No es bonita, pero el hecho es que Brasil está dando resultados, y los seguirá dando con ella al frente del País”.

Dilma Dunga




Desde el comando de campaña de Dilma Rousseff, la candidata del PT, elegida por Lula, están desarrollando una estrategia de apropiación de la imagen de Dunga el técnico de la selección de Brasil.
A Dunga un caudillo indiscutido como jugador, no solo que no le fue bien al principio, sino que fue muy resistido por jugar con un esquema extremadamente defensivo, pero al final los resultados le permitieron legitimarse.
La idea de la campaña de Rousseff, de apropiarse de la imagen de Dunga, tiene que ver con que Dilma además de no ser atractiva físicamente, no tiene el brillo, la claridad discursiva y el “glamour” de Jose Serra, su oponente.
Dunga es joven para ser técnico, es fuerte emocionalmente, y es práctico. La selección no juega lindo pero gana, prioriza el resultado por sobre los nombres, y como Dilma Roussef que va abajo en las encuestas, empieza perdiendo muchos partidos pero luego los da vuelta.

Esto nos envían desde la campaña de Dilma Rousseff :
“Dilma es parecida a Dunga, el técnico de la selección brasileña. El equipo no juega bonito, no es algo que a las personas les guste mirar. Es serio, fuerte y gana los partidos, pero a los brasileños no les gusta el fútbol que está jugando. Pero está dando buenos resultados. Dilma es un poco del estilo Dunga. No es bonita, pero el hecho es que Brasil está dando resultados, y los seguirá dando con ella al frente del País”.

sábado, marzo 20, 2010

Cae la venta de los diarios pero no de todos, la Web 1.0 no es popular

Los diarios Clarín y La Nación volvieron a experimentar una caída en sus ventas en el año 2009. Con esta baja en su circulación, Clarín experimenta su cuarto año consecutivo de descenso y La Nación, su tercero.
La única excepción a las caídas generalizadas en los diarios en papel fue Diario Popular. El matutino logró aumentar sus ventas en 2009 y el mercado que está ganando generó que en los últimos meses varias empresas periodísticas pusieran un ojo en el sector denominado “popular”.
Los sectores medios y altos en materia informativa, cambiaron la pantalla por el papel, los sectores bajos aún no.
No es que no consuman Internet, sí que lo que hacen y cada vez más, pero por trabajos de campo que pude realizar, percibo que no leen el diario, se conectan mas con la Web social, buscan mas el esquema relacional 2.0 con Internet.

Se me ocurre que esto pasa por:

a) Los sectores bajos aún no han incorporado a los mayores de 40 masivamente.
b) La Inserción en la Web de los sectores bajos se canaliza a través de accesos caros, ya sea Cyber o dial up, y cuando no hay tiempo hay que ir a lo que más atrae, que para los jóvenes de bajos recursos no son las noticias.
c) La inmediatez y la repentización escrita, puntos fuertes de la Web, calan más fuerte en los sectores medios y altos, y los sectores bajos siguen el minuto a minuto por TV.
d) Los secotres altos trasladaron el hecho de comprar el diario, a entrar en el portal en la Web. Los sectores bajos habían perdido hace ya mucho tiempo la costumbre de comprar el diario, por eso no la trasladan a la Web, estos sectores hace mas de 30 años que toman a la radio y a la TV como sus proveedores de noticias.

A los números

Tomo los números del excelente portal Diario sobre diarios y veo que Clarín cayó en sus ventas por cuarto año consecutivo. Su media se ubicó en los 348.757 ejemplares promedio diario de lunes a domingo, bien lejos de aquellos 400.000 que hace sólo tres años constituían su piso de circulación.
La Nación experimentó una baja por tercer año seguido (el matutino de los Saguier había logrado crecer en 2006 cuando Clarín experimentó su primer año de caída), también con el peor promedio anual de todos estos años, que se ubicó en los 137.842 ejemplares, también a distancia de aquellos 160.000 que eran su como su piso hace 3 años.
En cuanto a Diario Popular, su promedio anual se ubicó en los 88.484 ejemplares promedio diario de lunes a domingo, superando así las marcas obtenidas desde 2004 a 2008, que siempre mostraron una curva ascendente.

Cae la venta de los diarios pero no de todos, la Web 1.0 no es popular

Los diarios Clarín y La Nación volvieron a experimentar una caída en sus ventas en el año 2009. Con esta baja en su circulación, Clarín experimenta su cuarto año consecutivo de descenso y La Nación, su tercero.
La única excepción a las caídas generalizadas en los diarios en papel fue Diario Popular. El matutino logró aumentar sus ventas en 2009 y el mercado que está ganando generó que en los últimos meses varias empresas periodísticas pusieran un ojo en el sector denominado “popular”.
Los sectores medios y altos en materia informativa, cambiaron la pantalla por el papel, los sectores bajos aún no.
No es que no consuman Internet, sí que lo que hacen y cada vez más, pero por trabajos de campo que pude realizar, percibo que no leen el diario, se conectan mas con la Web social, buscan mas el esquema relacional 2.0 con Internet.

Se me ocurre que esto pasa por:

a) Los sectores bajos aún no han incorporado a los mayores de 40 masivamente.
b) La Inserción en la Web de los sectores bajos se canaliza a través de accesos caros, ya sea Cyber o dial up, y cuando no hay tiempo hay que ir a lo que más atrae, que para los jóvenes de bajos recursos no son las noticias.
c) La inmediatez y la repentización escrita, puntos fuertes de la Web, calan más fuerte en los sectores medios y altos, y los sectores bajos siguen el minuto a minuto por TV.
d) Los secotres altos trasladaron el hecho de comprar el diario, a entrar en el portal en la Web. Los sectores bajos habían perdido hace ya mucho tiempo la costumbre de comprar el diario, por eso no la trasladan a la Web, estos sectores hace mas de 30 años que toman a la radio y a la TV como sus proveedores de noticias.

A los números

Tomo los números del excelente portal Diario sobre diarios y veo que Clarín cayó en sus ventas por cuarto año consecutivo. Su media se ubicó en los 348.757 ejemplares promedio diario de lunes a domingo, bien lejos de aquellos 400.000 que hace sólo tres años constituían su piso de circulación.
La Nación experimentó una baja por tercer año seguido (el matutino de los Saguier había logrado crecer en 2006 cuando Clarín experimentó su primer año de caída), también con el peor promedio anual de todos estos años, que se ubicó en los 137.842 ejemplares, también a distancia de aquellos 160.000 que eran su como su piso hace 3 años.
En cuanto a Diario Popular, su promedio anual se ubicó en los 88.484 ejemplares promedio diario de lunes a domingo, superando así las marcas obtenidas desde 2004 a 2008, que siempre mostraron una curva ascendente.

¿Las marcas saben lo que se dice de ellas en la Web 2.0?

La atención que las empresas dan a los medios digitales, es totalmente incongruente con el nivel de atención que sus clientes le dan a esos mismos medios y el contenido generado por los usuarios en estos medios, alcanza una penetración del 25% en los resultados de búsqueda de las marcas más importantes.

Existe una alta probabilidad de que la decisión de compra de un producto o de preferencia de un servicio se tome en algún lugar del que uno no tiene control, La decisión sucede fuera del sitio propio y fuera de la campaña.

Ya no se controla ni cómo ni quién ni cuándo se habla de una marca. Hoy la mayor parte de lo espacios digitales donde se habla de una marca son propuestos por los usuarios, ya sea para plantear sus diferencias o puntos de afinidad. Esta presencia constante de la acción del usuario requiere una respuesta permanente de parte de la marca.
La construcción de marca en el mundo digital no se da por lo que pretendemos decir de nosotros mismos, ni siquiera por aquello que los demás dicen de nosotros. Se construye a través del diálogo continuo.
El concepto clásico de campaña publicitaria está dejando paso a la idea de comunicación permanente.

¿Las marcas saben lo que se dice de ellas en la Web 2.0?

La atención que las empresas dan a los medios digitales, es totalmente incongruente con el nivel de atención que sus clientes le dan a esos mismos medios y el contenido generado por los usuarios en estos medios, alcanza una penetración del 25% en los resultados de búsqueda de las marcas más importantes.

Existe una alta probabilidad de que la decisión de compra de un producto o de preferencia de un servicio se tome en algún lugar del que uno no tiene control, La decisión sucede fuera del sitio propio y fuera de la campaña.

Ya no se controla ni cómo ni quién ni cuándo se habla de una marca. Hoy la mayor parte de lo espacios digitales donde se habla de una marca son propuestos por los usuarios, ya sea para plantear sus diferencias o puntos de afinidad. Esta presencia constante de la acción del usuario requiere una respuesta permanente de parte de la marca.
La construcción de marca en el mundo digital no se da por lo que pretendemos decir de nosotros mismos, ni siquiera por aquello que los demás dicen de nosotros. Se construye a través del diálogo continuo.
El concepto clásico de campaña publicitaria está dejando paso a la idea de comunicación permanente.

Contenidos de TV: del Brodcasting al Pullcasting


Rubén Weinsteiner para Adnmundo

El desafío de los creadores de contenidos de TV, de los programadores, los medidores de audiencia y fundamentalmente de los anunciantes, pasa por poder acompañar y asumir este cambio de paradigma en las nuevas formas de consumir por parte del público.
Diego Capussotto se quejaba con humor de su jefe el Sr You Tube, lo cierto es que el programa del genial humorista, nunca levantó en el rating de Ibope, pero sus videos tienen uno de los ratings mas altos en You tube en materia de contenidos Argentinos.
Esta nueva forma de ver televisión, deja atrás lo que llamábamos brodcasting, la emisora que emite contenidos y el público que sentado frente al televisor consume en el horario que el programa sale al aire. Esta forma de consumir aceptada por los Baby boomers( explosión demográfica post segunda guerra mundial), aquellos que nacieron entre el 45 y el 64, choca contra los hábitos de la generación Y (80-90) y por supuesto con la generación Google (90 en adelante)que en lugar de esperar el brodcasting, hacen su pull (tirar) casting.
Estos grupos no tienen ni paciencia ni ganas de sentarse frente a la TV a esperar que luego del corte…, ellos quieren ver lo que ellos quieren, y no les que les prometen y luego cumplen a medias animadores de la escuela Gelblungista. Y la segunda variable fundamental del nuevo paradigma es el cuando.
Este control absoluto del tiempo es un cambio que no tiene vuelta atrás, ya no alcanza con grabar, aún con las sofisticadas opciones de grabado múltiple y visualización casi en tiempo real, sin dejar de grabar, de los proveedores de cable, el nuevo paradigma plantea que el diálogo social en la Web 2.0 diga que es lo que “hay que ver” y luego en los tiempos propios de cada uno, verlo, bajarlo, enviarlo, comentarlo y hacerlo disparador de la charla social en las diferentes plataformas.
La atomización del rating a favor del cable de los 90, hoy atraviesa una segunda atomización a favor de Internet, solo que esta vez no hay merma en el rating, esta vez el rating se sostiene, lo que ha cambiado es la forma de consumir, lo que plantea un nuevo escenario para los creadores de contenidos, programadores, empresas de medición y fundamentalmente anunciantes.

Contenidos de TV: del Brodcasting al Pullcasting


Rubén Weinsteiner para Adnmundo

El desafío de los creadores de contenidos de TV, de los programadores, los medidores de audiencia y fundamentalmente de los anunciantes, pasa por poder acompañar y asumir este cambio de paradigma en las nuevas formas de consumir por parte del público.
Diego Capussotto se quejaba con humor de su jefe el Sr You Tube, lo cierto es que el programa del genial humorista, nunca levantó en el rating de Ibope, pero sus videos tienen uno de los ratings mas altos en You tube en materia de contenidos Argentinos.
Esta nueva forma de ver televisión, deja atrás lo que llamábamos brodcasting, la emisora que emite contenidos y el público que sentado frente al televisor consume en el horario que el programa sale al aire. Esta forma de consumir aceptada por los Baby boomers( explosión demográfica post segunda guerra mundial), aquellos que nacieron entre el 45 y el 64, choca contra los hábitos de la generación Y (80-90) y por supuesto con la generación Google (90 en adelante)que en lugar de esperar el brodcasting, hacen su pull (tirar) casting.
Estos grupos no tienen ni paciencia ni ganas de sentarse frente a la TV a esperar que luego del corte…, ellos quieren ver lo que ellos quieren, y no les que les prometen y luego cumplen a medias animadores de la escuela Gelblungista. Y la segunda variable fundamental del nuevo paradigma es el cuando.
Este control absoluto del tiempo es un cambio que no tiene vuelta atrás, ya no alcanza con grabar, aún con las sofisticadas opciones de grabado múltiple y visualización casi en tiempo real, sin dejar de grabar, de los proveedores de cable, el nuevo paradigma plantea que el diálogo social en la Web 2.0 diga que es lo que “hay que ver” y luego en los tiempos propios de cada uno, verlo, bajarlo, enviarlo, comentarlo y hacerlo disparador de la charla social en las diferentes plataformas.
La atomización del rating a favor del cable de los 90, hoy atraviesa una segunda atomización a favor de Internet, solo que esta vez no hay merma en el rating, esta vez el rating se sostiene, lo que ha cambiado es la forma de consumir, lo que plantea un nuevo escenario para los creadores de contenidos, programadores, empresas de medición y fundamentalmente anunciantes.

viernes, marzo 19, 2010

De Arnold a Lost, el salto cognitivo de la generación google




Rubén Weinsteiner para Adnmundo
Replicar o adaptar de forma mas o menos directa modelos de comunicación a la Web 2.0, suele chocar contra la pared del salto cualitativo en términos de cognitividad que dieron la generación Y (1980-1990) y la generación Google (1990 en adelante).
Traducido en el terreno, todos vemos como nuestros hijos aprenden, aprehenden y manejan modelos con una multiplicidad de variables, que los de la generación X, a esa edad no manejábamos.
Mientras nosotros mirábamos de chicos Astroboy o Hijitus, construcciones lineales, con un bueno y un malo, donde el bueno siempre es absolutamente bueno y el malo siempre completamente malo, donde apenas uno veía al malo, se daba cuenta que lo era, sin margen de error, los Google, miran los padrinos mágicos, Olivia o los imaginadores.
Y mientras los X mirábamos El Santo, Ladrón sin destino, Alf o Blanco y negro, los Google miran Lost, Lie to me o los Soprano.
En Lost, y las demás series de los 2000, para los mas grandes y hasta los mas chicos la complejidad en términos de demanda cognitiva es muchísimo mayor, los buenos ya no son siempre buenos, y los malos tienen momentos de bondad también, resulta difícil la clasificación y encasillamiento de los personajes, y la multidimensionalidad de las situaciones, plantea desafíos cognitivos que generan consumidores mucho mas difíciles de abordar, de convencer y como dice mi amigo Jorge Schussheim de vencer emocionalmente.
Es por eso que la Web 2.0 ha perfeccionado los niveles de demanda cognitiva para no aburrir, para llegar y para impactar en las generaciones Y y Google, que conciben la comunicación emitiendo y recibiendo en su formato multitasking, esto es que mientras chatean, miran lo interesante de la TV de ayer en You tube, chequean su Facebook, abren otra ventanas para Twitter y para Flickr, visitan 2 o 3 páginas, y revisan los e-mails. Para ellos sentarse frente al televisor de brazos cruzados como nuestras abuelas resulta imposible.
Es cierto que la curva ha ido pronunciando su verticalidad, mientras las bisabuelas y abuelas se sentaban a mirar la radio mientras la escuchaban en la mesa de la cocina, los baby boomers hacían los deberes frente al televisor, y así hasta los google multitasking, la curva ha tomado una secuencia geométrica frente a la aritmeticidad de la curva hasta la generación X.
El fenómeno esta explicado por la velocidad de los cambios y el salto cognitivo de la generación Google. Este nuevo escenario de consumidores mas inteligentes, abre como decíamos en un post anterior la larga cola del rating, ya nadie tiene 60 puntos, la demanda cognitiva afina la sintonía, construyendo espacios intermedios en el dial de la comunicación en cualquiera de sus canales.

miércoles, marzo 17, 2010

Discutir o no discutir


Por Rubén Weinsteiner para Adnmundo


¿Sirve discutir en comunicación? ¿Debe discutir el líder? ¿Hay que apuntar a convencer o a vencer emocionalmente? Preguntas que nos hacemos los estrategas cada tanto, a favor de no relegar ni el lugar, ni el valor de la duda en el marco investigativo.
Una vez vi en un diario alemán un caricatura que mostraba a una pareja discutiendo, el marido le decía algo asi como : “querida se razonable” y la mujer le respondía : “que sea razonable, lo único que me interesa es ganar esta discusión”.
Es obvio que las discusiones no se ganan en términos de A vence a B, B lo reconoce, le da la mano y dice que cambiará de opinión. Las discusiones en comunicación se ganan o se pierden en el ring side, en la teleplatea, cuando se debate delante de otros, lo que se dice, los argumentos, los giros, gestos, en definitiva la estrategia apunta a influir en los que miran.
Parte de la biblioteca dice “el líder no discute”, otra parte dice “hay que dar la batalla discutir, todo y todo el tiempo”.
El problema de discutir todo el tiempo, y no digo que no haya que discutir a veces, es que exige un desgaste de la imagen al grado de la mutación de la misma, desde la diseñada en la estrategia, a la de la pelea. Y allí se le otorga al otro el diseño de la propia imagen.
Cuando discutimos le estamos otorgando entidad a la otra parte, sin dicha entidad no podríamos establecer la discusión. El contrato discusional consiste en aceptar que el otro está en un lugar de equivalencia, que este lugar esta legitimado desde la posición, desde el equipaje argumental o desde la entidad del otro. Y cuando discutimos estamos aceptando nuestras propias limitaciones, sean estas dudas o límites de poder. Si tuviéramos la seguridad absoluta de tener la razón y el otro no tuviera ningún poder no discutiríamos, nadie discute con la abuela con Alzheimer. Con lo cual discutir, es aceptar nuestras limitaciones y al otro.
En la discusión se condiciona la imagen y el relato a favor de la victoria en el debate, y en ese momento se sale de la estrategia propia de imagen y relato, lo cual no es grave, solo requiere mayor flexibilidad, pero el peligro consiste en que ese replanteo de imagen y relato, puede estar muy condicionado por el otro, es como cuando quieren poner nervioso a alguien y le dicen cosas con ese propósito, para “sacarlo”, ahí, si uno se “engancha” el poder lo asume el otro, la solución lo sabemos todos esta en no responder, porque ahí no hay forma de ganar.
Bajado al terreno de la comunicación la traducción no es exactamente no responder, ante el modelo inquisidor, inquirir o callar pone al otro en el lugar de “mover la ficha”, lo que se impone en ese caso es lo que en comunicación llamamos fogging, lo que nos permite no jugar el juego sin patear el tablero.

Un Gobierno, una empresa, cualquier organización deben tener proyecto, imagen y relato, apuntar a solo uno de estos tres factores condena a cualquier estrategia a no sobrevivir al corto plazo.
Así un partido político, una empresa que son pura imagen, y no tienen proyecto ni relato, podrán impactar mucho pero no sobreviven, porque el mercado de votantes o consumidores, rápidamente percibirá el vacío, si solo tienen proyecto pero no construyen imagen no alcanzarán la visibilidad deseada, y si no construyen relato no podrán sobrellevar los embates de la competencia.

Discutir o no discutir


Por Rubén Weinsteiner para Adnmundo


¿Sirve discutir en comunicación? ¿Debe discutir el líder? ¿Hay que apuntar a convencer o a vencer emocionalmente? Preguntas que nos hacemos los estrategas cada tanto, a favor de no relegar ni el lugar, ni el valor de la duda en el marco investigativo.
Una vez vi en un diario alemán un caricatura que mostraba a una pareja discutiendo, el marido le decía algo asi como : “querida se razonable” y la mujer le respondía : “que sea razonable, lo único que me interesa es ganar esta discusión”.
Es obvio que las discusiones no se ganan en términos de A vence a B, B lo reconoce, le da la mano y dice que cambiará de opinión. Las discusiones en comunicación se ganan o se pierden en el ring side, en la teleplatea, cuando se debate delante de otros, lo que se dice, los argumentos, los giros, gestos, en definitiva la estrategia apunta a influir en los que miran.
Parte de la biblioteca dice “el líder no discute”, otra parte dice “hay que dar la batalla discutir, todo y todo el tiempo”.
El problema de discutir todo el tiempo, y no digo que no haya que discutir a veces, es que exige un desgaste de la imagen al grado de la mutación de la misma, desde la diseñada en la estrategia, a la de la pelea. Y allí se le otorga al otro el diseño de la propia imagen.
Cuando discutimos le estamos otorgando entidad a la otra parte, sin dicha entidad no podríamos establecer la discusión. El contrato discusional consiste en aceptar que el otro está en un lugar de equivalencia, que este lugar esta legitimado desde la posición, desde el equipaje argumental o desde la entidad del otro. Y cuando discutimos estamos aceptando nuestras propias limitaciones, sean estas dudas o límites de poder. Si tuviéramos la seguridad absoluta de tener la razón y el otro no tuviera ningún poder no discutiríamos, nadie discute con la abuela con Alzheimer. Con lo cual discutir, es aceptar nuestras limitaciones y al otro.
En la discusión se condiciona la imagen y el relato a favor de la victoria en el debate, y en ese momento se sale de la estrategia propia de imagen y relato, lo cual no es grave, solo requiere mayor flexibilidad, pero el peligro consiste en que ese replanteo de imagen y relato, puede estar muy condicionado por el otro, es como cuando quieren poner nervioso a alguien y le dicen cosas con ese propósito, para “sacarlo”, ahí, si uno se “engancha” el poder lo asume el otro, la solución lo sabemos todos esta en no responder, porque ahí no hay forma de ganar.
Bajado al terreno de la comunicación la traducción no es exactamente no responder, ante el modelo inquisidor, inquirir o callar pone al otro en el lugar de “mover la ficha”, lo que se impone en ese caso es lo que en comunicación llamamos fogging, lo que nos permite no jugar el juego sin patear el tablero.

Un Gobierno, una empresa, cualquier organización deben tener proyecto, imagen y relato, apuntar a solo uno de estos tres factores condena a cualquier estrategia a no sobrevivir al corto plazo.
Así un partido político, una empresa que son pura imagen, y no tienen proyecto ni relato, podrán impactar mucho pero no sobreviven, porque el mercado de votantes o consumidores, rápidamente percibirá el vacío, si solo tienen proyecto pero no construyen imagen no alcanzarán la visibilidad deseada, y si no construyen relato no podrán sobrellevar los embates de la competencia.

Universidad 2.0, masificar la excelencia

Durante años, la ecuación fue: más alumnos, menos calidad. Esa ecuación en los térninos que se la plantea quedo vieja.
Yale tiene 5.247 alumnos. La UBA, 358.071. Ya se, en Yale hay que pagar 36.500 dólares por año; en la UBA, nada.

La educación masiva y gratuita forma parte de una decisión estratégica de la Argentina, ¿Como salir de la trampa que esta ecuación plantea?

Con la Universidad 2.0 se plantean nuevos paradigmas
Adorno podía tener 30 alumnos; pero no 30.000. Y no existen 1.000 comparables a Adorno. Hoy, Adorno podría dictar clases a millones, con cámaras, podcast, presencia en las redes sociales, videos en You Tube, y actualizaciónes y observaciones en Twitter.
Los estudciantes, pod´ran seguirlo en su celular, netbook, notebook, o pc en un locutorio, o sentarse en u nbar con Wi Fi o en una plaza en los lugares que cuenbtan con Wi Max.

todo sería absolutamente 2.0, top down y down top, de ida y vuelta y co la posibilidaqd de tener toda la bibliografía online.

La Web 2.0 permite masificar la excelencia, y la posibilidad de cursar en cualquier lugar del mundo abre el mercado y genera un escenario de competencia muy interesante.
Las Universidades de todo el mundo van a tener que competir con las mejores, la de Lima tendrá que competir con Harvard o La Sorbona, y podrá hacerlo, ya que al volver algunos paradigmas a cero, se abre el juego con posibilidades para muchas institucuiones, que podrán contratar profesores de cualquier país, sin costos operativos mayores que su vinculación contractual con la Universidad.

Universidad 2.0, masificar la excelencia

Durante años, la ecuación fue: más alumnos, menos calidad. Esa ecuación en los térninos que se la plantea quedo vieja.
Yale tiene 5.247 alumnos. La UBA, 358.071. Ya se, en Yale hay que pagar 36.500 dólares por año; en la UBA, nada.

La educación masiva y gratuita forma parte de una decisión estratégica de la Argentina, ¿Como salir de la trampa que esta ecuación plantea?

Con la Universidad 2.0 se plantean nuevos paradigmas
Adorno podía tener 30 alumnos; pero no 30.000. Y no existen 1.000 comparables a Adorno. Hoy, Adorno podría dictar clases a millones, con cámaras, podcast, presencia en las redes sociales, videos en You Tube, y actualizaciónes y observaciones en Twitter.
Los estudciantes, pod´ran seguirlo en su celular, netbook, notebook, o pc en un locutorio, o sentarse en u nbar con Wi Fi o en una plaza en los lugares que cuenbtan con Wi Max.

todo sería absolutamente 2.0, top down y down top, de ida y vuelta y co la posibilidaqd de tener toda la bibliografía online.

La Web 2.0 permite masificar la excelencia, y la posibilidad de cursar en cualquier lugar del mundo abre el mercado y genera un escenario de competencia muy interesante.
Las Universidades de todo el mundo van a tener que competir con las mejores, la de Lima tendrá que competir con Harvard o La Sorbona, y podrá hacerlo, ya que al volver algunos paradigmas a cero, se abre el juego con posibilidades para muchas institucuiones, que podrán contratar profesores de cualquier país, sin costos operativos mayores que su vinculación contractual con la Universidad.

martes, marzo 16, 2010

La Ideología “de que las cosas funcionen” en el branding político

La UCD fue un partido -dicho en pasado esto, porque la expresión residual que hoy lidera Pereyra de Olazábal solo encarna a mi juicio un vestigio arqueológico- que surgió a medida de Álvaro Alsogaray, quien capitalizó y bien, la experiencia fallida de los setentas con la campaña más cara de la historia argentina, la de la Nueva Fuerza, que postulaba la fórmula Chamizo-Ondarts, para la presidencia de la nación y que lideraba publicitariamente Juan Cosín.

La UCD hizo una campaña digna en el 83, creció hacia el 85 con las figuras de María Julia y Adelina, se contrajo en las elecciones del 87, y finalmente sacó 2 millones de votos en el 89, constituyéndose en el soporte ideológico de Carlos Menem, quien además de convocar al Ing. Alsogaray como consejero y cara visible, integró a la cúpula entera de la UCD a su gobierno, Así María Julia privatizó, Adelina presidió Bancos, y Albamonte y Kamerath fueron pasando de una secretaría a la otra.
El fenómeno de la fusión UCD-Peronismo menemista resulta un interesante objeto de análisis en términos de branding político, mientras el menemismo hizo suya la prédica liberal, la doctrina en materia de relaciones exteriores, y algunas concepciones liberales en materia política, los inmigrantes liberales al espacio pejotista, no solo cantaron la marchita sino que adquirieron un visión corporativista, de alianza de clases, no a favor de un proyecto nacional en los términos de la ortodoxia peronista, pero si a favor de “un país integrado al mundo” “un país donde las cosas funcionen” o simplemente “un país que ya es parte del primer mundo” .
Esta unión se constituyó en el certificado de defunción de la UCD, más allá de algún sello de goma que ande dando vueltas en algún cajón desvencijado, y determinó también un cisma en el peronismo.
¿Cuando murió la UCD? Cuando relego su ideología a favor del pragmatismo, y no solo desapareció su espacio, sino que ningún partido, ni aquellos que se los podría considerar, herederos en términos de marketing político de la UCD, promueven en forma abierta las ideas del viejo partido de Alsogaray.
En ese punto quisiera detenerme y plantear que la UCD, antes de rematar su equipaje ideológico, tuvo una agenda ideológica clara, no planteaba el fin de las ideologías, era liberal, en un contexto de guerra fría es cierto, pero le permitía a su militancia construir cuadros, acercar intelectuales, discutir, ideas con ideología, e instalar una agenda estratégica en el debate político.

El relato de Alsogaray era dogmático pero interesante mas allá de estar en contra o a favor, hablaba de libertad política y económica, de la pasión, impulso y creatividad de los privados, de la ineficiencia del estado, de la preservación del individuo frente al avance de ese estado, de la complementariedad en materia de comercio internacional, de apertura, de derrame. Insisto uno puedo oponerse a las ideas, pero estaban planteadas, estaban ahí y enamoraron a mucha gente.

Los herederos naturales de la UCD, el PRO y De Narváez, construyen un discurso a mi juicio, fatalmente cortoplacista en términos de branding, que puede convencer pero nunca apasionar, emocionar o enamorar.

La Diputada Nacional por el PRO, Soledad Martínez dice en una entrevista concedida al diario La Nación: "Creo que la política no pasa ya por las batallas ideológicas y pasa más por el hacer", y añade: "No creo que haya soluciones de izquierda y de derecha, hay soluciones de sentido común”
Hace pocas semanas en Facebook, leía en la página de una asesora muy cercana a De Narváez algo así como: "No tengo ideología política, me basta con que las cosas funcionen” semejante definición abierta, no permite dilucidar si se refería a las instituciones, a la justicia social, o a los cajeros automáticos de los bancos.

Pero en todo caso, la matriz discursiva a partir de “hacer las cosas bien, que funcionen” sin ideología, no ha tenido éxito más allá de construcciones de corto plazo, en los diferentes escenarios donde se ha planteado como “discurso de poder” en términos de Foucault. Ya que como discurso de poder solo se enfoca en resolver y aliviar algunos recortes del presente, pero no enamora, no emociona, no moviliza, no asegura cambios drásticos y por lo tanto no puede constituir nunca un “discurso de poder”.
Cuando uno construye marca en el mercado político, debe ser abierto, es de manual, en las propuestas, cuanto menos precisión y sintonía fina, mejor, por eso siempre se plantean los “que” y jamás los “como ”. Esto es hacer campaña con el preámbulo de la constitución como lo hizo Alfonsín, “constituir la unión nacional, promover a la defensa común, asegurar el bienestar general” etc.
Nadie puede estar en contra de estas propuestas, por eso son inclusivas y suman. Pero lo que no se puede hacer a mi juicio, es esa apertura trasladarla a la organicidad constitutiva ideológica del espacio, no se puede decir no tengo ideología, solo quiero que los semáforos funcionen, porque de esa manera, será imposible debatir ideas más allá de la coyuntura, y en ese contexto todo plan estratégico resulta inabordable y cuando solo el escalafón táctico opera, indefectiblemente los semáforos en algún momento dejan de funcionar.

Que las cosas funcionen es un medio no un fin, la ideología es el rumbo de un barco, el destino final, si no hay ideología, el barco puede andar derechito y sin sobresaltos, pero ¿adonde va?.
Sin ideología no hay estrategia y sin estrategia es imposible asumir la iniciativa, y cuando un espacio no puede asumir la iniciativa ni desde las políticas ni desde el relato, pasa a la fase de la política del bombero, es decir correr a apagar incendios, a echar funcionarios, a desmentir, a explicar, a aclarar lo que oscurece y luego a desaparecer como la UCD.

La Ideología “de que las cosas funcionen” en el branding político

La UCD fue un partido -dicho en pasado esto, porque la expresión residual que hoy lidera Pereyra de Olazábal solo encarna a mi juicio un vestigio arqueológico- que surgió a medida de Álvaro Alsogaray, quien capitalizó y bien, la experiencia fallida de los setentas con la campaña más cara de la historia argentina, la de la Nueva Fuerza, que postulaba la fórmula Chamizo-Ondarts, para la presidencia de la nación y que lideraba publicitariamente Juan Cosín.

La UCD hizo una campaña digna en el 83, creció hacia el 85 con las figuras de María Julia y Adelina, se contrajo en las elecciones del 87, y finalmente sacó 2 millones de votos en el 89, constituyéndose en el soporte ideológico de Carlos Menem, quien además de convocar al Ing. Alsogaray como consejero y cara visible, integró a la cúpula entera de la UCD a su gobierno, Así María Julia privatizó, Adelina presidió Bancos, y Albamonte y Kamerath fueron pasando de una secretaría a la otra.
El fenómeno de la fusión UCD-Peronismo menemista resulta un interesante objeto de análisis en términos de branding político, mientras el menemismo hizo suya la prédica liberal, la doctrina en materia de relaciones exteriores, y algunas concepciones liberales en materia política, los inmigrantes liberales al espacio pejotista, no solo cantaron la marchita sino que adquirieron un visión corporativista, de alianza de clases, no a favor de un proyecto nacional en los términos de la ortodoxia peronista, pero si a favor de “un país integrado al mundo” “un país donde las cosas funcionen” o simplemente “un país que ya es parte del primer mundo” .
Esta unión se constituyó en el certificado de defunción de la UCD, más allá de algún sello de goma que ande dando vueltas en algún cajón desvencijado, y determinó también un cisma en el peronismo.
¿Cuando murió la UCD? Cuando relego su ideología a favor del pragmatismo, y no solo desapareció su espacio, sino que ningún partido, ni aquellos que se los podría considerar, herederos en términos de marketing político de la UCD, promueven en forma abierta las ideas del viejo partido de Alsogaray.
En ese punto quisiera detenerme y plantear que la UCD, antes de rematar su equipaje ideológico, tuvo una agenda ideológica clara, no planteaba el fin de las ideologías, era liberal, en un contexto de guerra fría es cierto, pero le permitía a su militancia construir cuadros, acercar intelectuales, discutir, ideas con ideología, e instalar una agenda estratégica en el debate político.

El relato de Alsogaray era dogmático pero interesante mas allá de estar en contra o a favor, hablaba de libertad política y económica, de la pasión, impulso y creatividad de los privados, de la ineficiencia del estado, de la preservación del individuo frente al avance de ese estado, de la complementariedad en materia de comercio internacional, de apertura, de derrame. Insisto uno puedo oponerse a las ideas, pero estaban planteadas, estaban ahí y enamoraron a mucha gente.

Los herederos naturales de la UCD, el PRO y De Narváez, construyen un discurso a mi juicio, fatalmente cortoplacista en términos de branding, que puede convencer pero nunca apasionar, emocionar o enamorar.

La Diputada Nacional por el PRO, Soledad Martínez dice en una entrevista concedida al diario La Nación: "Creo que la política no pasa ya por las batallas ideológicas y pasa más por el hacer", y añade: "No creo que haya soluciones de izquierda y de derecha, hay soluciones de sentido común”
Hace pocas semanas en Facebook, leía en la página de una asesora muy cercana a De Narváez algo así como: "No tengo ideología política, me basta con que las cosas funcionen” semejante definición abierta, no permite dilucidar si se refería a las instituciones, a la justicia social, o a los cajeros automáticos de los bancos.

Pero en todo caso, la matriz discursiva a partir de “hacer las cosas bien, que funcionen” sin ideología, no ha tenido éxito más allá de construcciones de corto plazo, en los diferentes escenarios donde se ha planteado como “discurso de poder” en términos de Foucault. Ya que como discurso de poder solo se enfoca en resolver y aliviar algunos recortes del presente, pero no enamora, no emociona, no moviliza, no asegura cambios drásticos y por lo tanto no puede constituir nunca un “discurso de poder”.
Cuando uno construye marca en el mercado político, debe ser abierto, es de manual, en las propuestas, cuanto menos precisión y sintonía fina, mejor, por eso siempre se plantean los “que” y jamás los “como ”. Esto es hacer campaña con el preámbulo de la constitución como lo hizo Alfonsín, “constituir la unión nacional, promover a la defensa común, asegurar el bienestar general” etc.
Nadie puede estar en contra de estas propuestas, por eso son inclusivas y suman. Pero lo que no se puede hacer a mi juicio, es esa apertura trasladarla a la organicidad constitutiva ideológica del espacio, no se puede decir no tengo ideología, solo quiero que los semáforos funcionen, porque de esa manera, será imposible debatir ideas más allá de la coyuntura, y en ese contexto todo plan estratégico resulta inabordable y cuando solo el escalafón táctico opera, indefectiblemente los semáforos en algún momento dejan de funcionar.

Que las cosas funcionen es un medio no un fin, la ideología es el rumbo de un barco, el destino final, si no hay ideología, el barco puede andar derechito y sin sobresaltos, pero ¿adonde va?.
Sin ideología no hay estrategia y sin estrategia es imposible asumir la iniciativa, y cuando un espacio no puede asumir la iniciativa ni desde las políticas ni desde el relato, pasa a la fase de la política del bombero, es decir correr a apagar incendios, a echar funcionarios, a desmentir, a explicar, a aclarar lo que oscurece y luego a desaparecer como la UCD.

La horizontalidad atraviesa la verticalidad

La comunicación vertical es inmanejable desde abajo, solo puede manejarse desde la cúpula, allí donde se estrangula en el vértice que determina como en física, el momento de la fuerza. Siguiendo con las leyes de la estática, si pudiéramos determinar el centro de la base con un dedo, podríamos manejar también la verticalidad, traducido al mundo de la comunicación, en algunos casos una persona pudo quebrar la hegemonía de la verticalidad de los grandes medios entrándole justo allí donde reside el apoyo de su poder. Pero esto es raro, la verticalidad, los grandes medios deciden arriba y desde allí bajan la línea estratégica, te pegan desde el diario, luego en la radio, en la web luego en la otra radio, en la TV y así.

El viernes tuvo lugar una marcha en Plaza de Mayo, de apoyo al gobierno, convocada desde Facebook por los televidentes del programa 6,7,8 un programa oficialista sin complejos, que se siente en la obligación día a día de defender todo lo que hace el gobierno y de repetir hasta el cansancio cada error de la oposición, escondiendo los errores del espacio K, por ejemplo el viaje de D’elía a Irán.
La marcha fue un éxito desde el punto de vista de la concurrencia en términos de números, para los organizadores llegaron a los 15.000 concurrentes, para el único medio no pro gobierno que levanto la crónica, asistieron 8.000 en cualquier caso, el número resulta importante en épocas donde es difícil juntar 3.000 personas en el espacio público.
Este tipo de recortes tan radicalmente oficialistas, no tienen espacio, salvo para la caricatura, en la agenda mediática instalada por los grupos: Clarín, La Nación, Prisa, América etc, que pasaron de la oposición al enojo y del enojo a la furia.
Desde el Facebook de 6 7 8 se convocó a una marcha y ningún medio lo levantó, fue como si no pasara, y sin embargo juntaron, digamos 10.000 personas.
Es un ejemplo claro de cómo la comunicación horizontal atraviesa a la comunicación vertical, la perfora y prescinde de ella.
La horizontalidad no garantiza calidad, la horizontalidad es solo un metamodelo de comunicación, a través del cual puede pasar cualquier mensaje, pero resulta interesante pensar en este debilitamiento de la verticalidad, esta pérdida del monopolio de la fuerza, que tanto intranquiliza a aquellos acostumbrados a hablarles a un público invisible y mudo.

La horizontalidad atraviesa la verticalidad

La comunicación vertical es inmanejable desde abajo, solo puede manejarse desde la cúpula, allí donde se estrangula en el vértice que determina como en física, el momento de la fuerza. Siguiendo con las leyes de la estática, si pudiéramos determinar el centro de la base con un dedo, podríamos manejar también la verticalidad, traducido al mundo de la comunicación, en algunos casos una persona pudo quebrar la hegemonía de la verticalidad de los grandes medios entrándole justo allí donde reside el apoyo de su poder. Pero esto es raro, la verticalidad, los grandes medios deciden arriba y desde allí bajan la línea estratégica, te pegan desde el diario, luego en la radio, en la web luego en la otra radio, en la TV y así.

El viernes tuvo lugar una marcha en Plaza de Mayo, de apoyo al gobierno, convocada desde Facebook por los televidentes del programa 6,7,8 un programa oficialista sin complejos, que se siente en la obligación día a día de defender todo lo que hace el gobierno y de repetir hasta el cansancio cada error de la oposición, escondiendo los errores del espacio K, por ejemplo el viaje de D’elía a Irán.
La marcha fue un éxito desde el punto de vista de la concurrencia en términos de números, para los organizadores llegaron a los 15.000 concurrentes, para el único medio no pro gobierno que levanto la crónica, asistieron 8.000 en cualquier caso, el número resulta importante en épocas donde es difícil juntar 3.000 personas en el espacio público.
Este tipo de recortes tan radicalmente oficialistas, no tienen espacio, salvo para la caricatura, en la agenda mediática instalada por los grupos: Clarín, La Nación, Prisa, América etc, que pasaron de la oposición al enojo y del enojo a la furia.
Desde el Facebook de 6 7 8 se convocó a una marcha y ningún medio lo levantó, fue como si no pasara, y sin embargo juntaron, digamos 10.000 personas.
Es un ejemplo claro de cómo la comunicación horizontal atraviesa a la comunicación vertical, la perfora y prescinde de ella.
La horizontalidad no garantiza calidad, la horizontalidad es solo un metamodelo de comunicación, a través del cual puede pasar cualquier mensaje, pero resulta interesante pensar en este debilitamiento de la verticalidad, esta pérdida del monopolio de la fuerza, que tanto intranquiliza a aquellos acostumbrados a hablarles a un público invisible y mudo.

sábado, marzo 13, 2010

Sartre y el quinto poder


Sartre planteaba que el intelectual no tiene poder alguno, esta falta de poder se origina a partir del ejercicio de la contradicción que lo convierte en intelectual.
El político, según Sartre, no tiene, ni puede vivir esa contradicción, sino no hace nada, no construye poder, no llega y no administra los negocios de la corona.

El intelectual gestiona la contradicción, pero desde Sartre a esta parte, algunas cosas cambiaron, el poder intelectual se ha convertido en el quinto poder luego de los tres tradicionales y la prensa como cuarto.

El poder intelectual hoy, ha ganado espacio y ha perdido independencia. se vende muchas veces utilizando su capital de contradicciones pasadas.

Pero lo que vemos claramente es que aún hoy las corrientes intelectuales, los tabúes, las no fly zones, por más carga que les impongan los medios instaladores de agenda y del main stream, no pueden imponerse sin el si de los intelectuales.