Es el Alberto Fernández de Daniel Scioli, el cerebro político del vicepresidente y hoy gobernador electo de la provincia de Buenos Aires. Es, también, desde hace diez años, cuando empezaron a trabajar juntos, el artífice intelectual de la estrategia de no confrontación que tantos réditos le dio a Scioli en las últimas elecciones, en las que, incluso, sacó más votos que Cristina Kirchner.
-El triunfo aplastante en la provincia de Buenos Aires convirtió a Scioli en una pieza clave del futuro gobierno de Cristina Kirchner. ¿Cómo cree que lee esto el kirchnerismo? ¿Como un apoyo o como amenaza?
-Somos un equipo de trabajo, siempre lo encaramos así. Y casi no hubo diferencias entre Daniel y Cristina, en cantidad de votos. Y si hubo alguna, es vista como una complementariedad; pero realmente fue una elección pareja, y además, creo que hay que destacar algo: en los últimos cincuenta años, no hubo una sola fórmula presidencial que llegara al fin del mandato, política y humanamente, como llegaron Kirchner y Daniel. Y fue Kirchner, además, quien impulsó la candidatura de Daniel para la gobernación.
-Y si Scioli hace una buena gobernación y se perfila como candidato presidencial para el 2011, ¿cree que el amor político continuará así de intacto?
-Va a terminar mejor todavía.
-Quienes se dedican al marketing político suelen decir que el gran activo de Scioli es que la gente lo ve como un buen yerno, antes que de centroderecha o de centroizquierda, en el sentido de que es alguien a quien invitarían a la mesa del domingo. Como él mismo dice: hablo con todos y no me peleo con nadie. Pero, ¿cómo va a manejar ese estilo neutro cuando tenga que tomar decisiones en una provincia tan compleja?
-Se puede ser buen político y buena persona al mismo tiempo; Daniel ha logrado fundir las dos cosas y lo va a seguir haciendo. No se va a desperfilar, ni va a dejar de proyectar esa imagen de cariño que tiene entre la gente. Nuestro objetivo es acumular las buenas cosas que se hicieron antes, conservarlas y mejorar las que faltan: así avanzan las sociedades. Vamos a hacer la mejor gobernación que haya tenido la provincia de Buenos Aires.
-¿Usted es su coach ?
-No..., coach , no... Las decisiones las toma siempre él, pero charlamos, sí, en equipo, le damos forma a lo que él piensa y decide; de las ideas, después, se bajan políticas públicas. Yo era militante del PJ cuando él decidió involucrarse en política, en el 97. Ahí nos conocimos y nos hicimos amigos trabajando. Y eso es lo mejor: hacerte amigos en el trabajo y no al revés: elegir a alguien para trabajar porque es tu amigo. A mí me sedujo su modo de hacer política; además maduró muchísimo en estos años. El es naturalmente así, un tipo no confrontativo. Pero decían que no tenía personalidad, y ahí lo tienen, miren lo que ha logrado.
-Ha logrado hablar con Macri y comentarlo abiertamente. ¿Tanto margen de autonomía les da la victoria en la provincia, como para hablar fluidamente con Macri, a quien Kirchner últimamente se negó a recibir?
-Nuestra responsabilidad de gobierno va mucho más allá del color político. Hay temas que no pueden resolverse si no se encaran con una visión metropolitana; este trabajo va a mejorar la calidad de vida de 13 millones de personas. Hay muchos temas, como el transporte, el medioambiente, la seguridad, los residuos y varios otros, pero básicamente ésos, que deben tratarse entre la ciudad y la provincia. Otros, entre la Nación, la ciudad y la provincia. Si no se encaran con una agenda metropolitana, es imposible, y eso es lo que vamos a hacer.
-Los politicólogos y analistas, incluso algunos cercanos al Gobierno, observan que Scioli tiene un perfil parecido al de Macri. Incluso Jaime Durán Barba, el asesor ecuatoriano del jefe porteño electo, los asocia a ambos como políticos modernos. ¿Usted cómo lo ve?
-Me parece muy bien que los periodistas y analistas analicen. Pero nosotros no nos dedicamos a analizar; nosotros hacemos, gestionamos. La ideología, en política de hombres de acción, como Scioli y Kirchner, se materializa en los hechos. Y si me preguntas qué vamos a hacer, lo resumo: vamos a hacerle más fácil la vida a la gente, ahí nos paramos. Daniel es un político moderno, es cierto, pero eso, ¿qué significa? Que va a usar el avance tecnológico para hacer más transparente la gestión y que el Estado brinde servicio porque, para eso, está. Queremos mejorar la atención al público; desburocratizar. Ser moderno es saber que son importantes las inversiones y salir a buscarlas; es tener una agenda positiva. Estamos a pocos días de la temporada turística y queremos, por ejemplo, transformar el Hotel Provincial, que es el monumento a la ineficiencia, en un centro cultural.
-Usted no cree, entonces, en paradigmas tales como centroizquierda o centroderecha. ¿Es vieja esa forma de ver la política?
-Si; quienes ven las cosas así se quedaron en paradigmas decimonónicos, que no significan nada. Si no, decime dónde se paran hoy Tony Blair, Ricardo Lagos o Lula.
-Pero, concretamente, ¿en qué se diferencian Scioli y Macri, ideológicamente hablando?
-La diferencia es total, empezando porque Macri es opositor y no cree en este proyecto, y Daniel fue el vicepresidente de Kirchner. Scioli es un político moderno, pero que se referencia en el justicialismo. Macri no es peronista.
-¿Cómo evalúa el voto de las clases medias, que le dieron la espalda al Gobierno? Alberto Fernández dijo que los porteños son soberbios; usted y Scioli son hombres de la Capital....
-No evalúo lo que dicen los demás políticos.
-Se lo pregunto de otra manera, entonces: ¿cómo evalúa el voto de la clase media, que apoyó a Scioli pero no a Cristina?
-No, yo no evalúo el voto de la gente; es al revés. Nosotros buscamos el voto popular y los ciudadanos son quienes nos evalúan a nosotros. En un sistema representativo, armás tu alternativa y buscás que te evalúen y la voten. Si lo hacemos al revés, nos convertiríamos en charlatanes, como son parte de la oposición. Uno debe buscar su impronta.
El perfil
Militancia universitaria
Alberto Pérez nació en la ciudad de Buenos Aires en 1966. Está casado y tiene tres hijas. Es licenciado en Ciencia Política, título que obtuvo en la Universidad del Salvador, donde alternó sus estudios con la militancia universitaria dentro del PJ.
Trayectoria política
En 2003 comenzó a trabajar con Alberto Fernández, como nexo entre el Congreso y el Ejecutivo. Es legislador porteño desde 2005, pero renunciará a su banca el mes próximo, cuando asuma como Jefe de Gabinete bonaerense.