jueves, diciembre 27, 2007

Según la Justicia, no es delito ocupar tierras por necesidad

Sobreseyeron a una indigente demandada por el Estado


La Cámara Federal confirmó el sobreseimiento a una mujer acusada de usurpar un terreno lindero a la ex línea ferroviaria Mitre al considerar que no cometió delito porque estaba imposibilitada de acceder a una vivienda digna.

"Es claro que la ocupación de una casilla precaria a la vera de las vías por las que transitan permanentemente trenes demuestra el estado de excepción donde el mínimo resguardo del que es acreedor todo habitante de este suelo pareciera estar ausente", sostuvieron los camaristas de la sala I.

Al dejar firme el sobreseimiento de primera instancia en favor de Cristina Capristo por el juez federal Norberto Oyarbide, los camaristas entendieron que "la respuesta penal no debe ser la primera ni la principal respuesta a la que el Estado debería apelar" en estos casos.

Capristo había sido denunciada por el delito de usurpación ya que ocupaba sin título legítimo una casilla en un predio en Santos Dumont 2677, lindero a las vías del tren y "propiedad del Estado y administrado por el Onabe", recordó la Cámara.

El lugar terminó ocupado por entre diez y 12 viviendas con paredes de mampostería y chapa, techos del mismo material, piso de cemento, agua corriente y luz eléctrica.

Según los camaristas Eduardo Freiler, Gabriel Cavallo y Eduardo Farah, el Estado debería garantizar como "responsabilidad política" el acceso a la vivienda digna.

Además, cuestionaron el argumento del fiscal Carlos Cearras, quien había apelado el sobreseimiento dictado por Oyarbide porque no consideró probado el estado de necesidad de la mujer.

"Resulta rayano a lo perverso exigir que se acredite que quien ocupaba la propiedad lo hacía en una situación de estado de necesidad justificante o de inculpabilidad", evaluaron los camaristas. El tribunal de apelaciones criticó el "miope y estricto apego a la letra del Código Penal".

En el caso concreto de Capristo, la mujer ocupó una casilla "en un terreno estatal el cual, por lo demás, no afecta en principio el servicio de transporte público".

Esta conducta "no es una de aquellas que importe al derecho penal que es de interés, en cambio, en lo atinente a la obligación del Estado en los términos del artículo 14 bis de la Constitución y de proveer a la seguridad de quienes viven de ese modo", concluyó la Cámara.

Según la Justicia, no es delito ocupar tierras por necesidad

Sobreseyeron a una indigente demandada por el Estado


La Cámara Federal confirmó el sobreseimiento a una mujer acusada de usurpar un terreno lindero a la ex línea ferroviaria Mitre al considerar que no cometió delito porque estaba imposibilitada de acceder a una vivienda digna.

"Es claro que la ocupación de una casilla precaria a la vera de las vías por las que transitan permanentemente trenes demuestra el estado de excepción donde el mínimo resguardo del que es acreedor todo habitante de este suelo pareciera estar ausente", sostuvieron los camaristas de la sala I.

Al dejar firme el sobreseimiento de primera instancia en favor de Cristina Capristo por el juez federal Norberto Oyarbide, los camaristas entendieron que "la respuesta penal no debe ser la primera ni la principal respuesta a la que el Estado debería apelar" en estos casos.

Capristo había sido denunciada por el delito de usurpación ya que ocupaba sin título legítimo una casilla en un predio en Santos Dumont 2677, lindero a las vías del tren y "propiedad del Estado y administrado por el Onabe", recordó la Cámara.

El lugar terminó ocupado por entre diez y 12 viviendas con paredes de mampostería y chapa, techos del mismo material, piso de cemento, agua corriente y luz eléctrica.

Según los camaristas Eduardo Freiler, Gabriel Cavallo y Eduardo Farah, el Estado debería garantizar como "responsabilidad política" el acceso a la vivienda digna.

Además, cuestionaron el argumento del fiscal Carlos Cearras, quien había apelado el sobreseimiento dictado por Oyarbide porque no consideró probado el estado de necesidad de la mujer.

"Resulta rayano a lo perverso exigir que se acredite que quien ocupaba la propiedad lo hacía en una situación de estado de necesidad justificante o de inculpabilidad", evaluaron los camaristas. El tribunal de apelaciones criticó el "miope y estricto apego a la letra del Código Penal".

En el caso concreto de Capristo, la mujer ocupó una casilla "en un terreno estatal el cual, por lo demás, no afecta en principio el servicio de transporte público".

Esta conducta "no es una de aquellas que importe al derecho penal que es de interés, en cambio, en lo atinente a la obligación del Estado en los términos del artículo 14 bis de la Constitución y de proveer a la seguridad de quienes viven de ese modo", concluyó la Cámara.

Aplican la matemática a la división de poderes del Estado

Según un trabajo, el respeto a la Constitución maximiza el bienestar general


La policía arresta a dos sospechosos de haber robado un banco. No hay pruebas suficientes para condenarlos, pero tras haberlos separado les ofrece a ambos el siguiente trato: si uno confiesa y el otro no, éste será condenado a diez años de prisión y el primero quedará libre; si el primero calla y su cómplice confiesa, el primero será el condenado y el segundo saldrá en libertad; si ambos confiesan, deberán pasar seis años en la cárcel; pero si ninguno habla, sólo podrán acusarlos de un delito menor y serán condenados a seis meses de prisión.

¿Qué harán los prisioneros: cooperarán para minimizar la condena total o uno de ellos elegirá traicionar al otro para quedar libre?

El "dilema del prisionero" es un problema clásico de la teoría de juegos que los matemáticos vienen aplicando a las más diferentes interacciones humanas, porque permite analizar racionalmente el conflicto entre intereses individuales y colectivos.

"Si uno delata, recibe el premio mayor, pero el otro queda «refundido» -explica coloquialmente el licenciado Ricardo Miró-; si los dos se traicionan, reciben un castigo intermedio; pero si ambos cooperan, generan lo que en matemática se llama un «óptimo de Pareto» [matemático italiano], la mejor solución para el bienestar general."

Miró, matemático "residente" del Poder Judicial desde hace quince años, utilizó el mecanismo lógico del dilema del prisionero para analizar los vínculos institucionales que se dan entre los poderes del Estado.

Su conclusión tal vez sea previsible, pero agrega un argumento matemático que respalda la independencia de los poderes planteada por Montesquieu en Del Espíritu de las Leyes. Efectivamente, a la luz de este enfoque objetivo de la ética, cuando dos poderes se subordinan a la ley, se maximiza el bienestar general.

"El óptimo de Pareto es una solución tal que cualquier apartamiento de ella perjudica a alguien", dice Miró, que hace un par de años realizó un modelo matemático que permitía agilizar los tiempos de circulación de los expedientes aplicando la teoría de colas a la congestión judicial.

Poderes en conflicto

La Constitución nacional establece que los tres poderes del Estado son independientes entre sí, pero que ninguno queda fuera del control ejercido por parte de los otros dos.

Para su trabajo, que realizó por sugerencia del presidente de la Academia de Ciencias de Buenos Aires, doctor Julio Olivera, Miró analizó la relación entre sólo dos de ellos: "Estos pueden respetarla o no; es decir que son protagonistas de una negociación institucional mutua binaria -afirma-. La solución óptima la brinda el estricto respeto a la Constitución y sus leyes. Cuando ambos poderes se subordinan a la ley y respetan el vínculo, aparece un óptimo de Pareto. Cuando ambos violan la Constitución, la suma es mínima y esto se asocia con los intereses corporativos."

Miró subraya que, aunque sorprenda, la matemática es capaz de analizar la pasión, la cooperación o el egoísmo.

"Siempre me incliné por la matemática aplicada -dice-. Las aplicaciones me resultan absolutamente imprescindibles, sobre todo en un país como el nuestro, donde hay problemas en la calle que merecen atención científica, como los hidráulicos, los de relevamiento de materias primas, la búsqueda de hidrocarburos o hasta la prospección sísmica."

Y enseguida agrega: "En el ámbito judicial, por ejemplo, se sabe que para que los archivos sean transparentes deben cumplir con las condiciones del teorema de máxima entropía de Shannon: los mecanismos informáticos de sorteo tienen que verificar la máxima incertidumbre a priori con respecto a qué expediente va a qué juzgado".

Según el análisis de Miró, entonces, también la matemática demuestra que tanto la invasión de un poder por otro como la subordinación de uno a otro son malas soluciones.

"Es desastroso -afirma-. Son dos de las peores alternativas."

Por Nora Bär

Aplican la matemática a la división de poderes del Estado

Según un trabajo, el respeto a la Constitución maximiza el bienestar general

Aplican la matemática a la división de poderes del Estado

Según un trabajo, el respeto a la Constitución maximiza el bienestar general

Aplican la matemática a la división de poderes del Estado

Según un trabajo, el respeto a la Constitución maximiza el bienestar general


La policía arresta a dos sospechosos de haber robado un banco. No hay pruebas suficientes para condenarlos, pero tras haberlos separado les ofrece a ambos el siguiente trato: si uno confiesa y el otro no, éste será condenado a diez años de prisión y el primero quedará libre; si el primero calla y su cómplice confiesa, el primero será el condenado y el segundo saldrá en libertad; si ambos confiesan, deberán pasar seis años en la cárcel; pero si ninguno habla, sólo podrán acusarlos de un delito menor y serán condenados a seis meses de prisión.

¿Qué harán los prisioneros: cooperarán para minimizar la condena total o uno de ellos elegirá traicionar al otro para quedar libre?

El "dilema del prisionero" es un problema clásico de la teoría de juegos que los matemáticos vienen aplicando a las más diferentes interacciones humanas, porque permite analizar racionalmente el conflicto entre intereses individuales y colectivos.

"Si uno delata, recibe el premio mayor, pero el otro queda «refundido» -explica coloquialmente el licenciado Ricardo Miró-; si los dos se traicionan, reciben un castigo intermedio; pero si ambos cooperan, generan lo que en matemática se llama un «óptimo de Pareto» [matemático italiano], la mejor solución para el bienestar general."

Miró, matemático "residente" del Poder Judicial desde hace quince años, utilizó el mecanismo lógico del dilema del prisionero para analizar los vínculos institucionales que se dan entre los poderes del Estado.

Su conclusión tal vez sea previsible, pero agrega un argumento matemático que respalda la independencia de los poderes planteada por Montesquieu en Del Espíritu de las Leyes. Efectivamente, a la luz de este enfoque objetivo de la ética, cuando dos poderes se subordinan a la ley, se maximiza el bienestar general.

"El óptimo de Pareto es una solución tal que cualquier apartamiento de ella perjudica a alguien", dice Miró, que hace un par de años realizó un modelo matemático que permitía agilizar los tiempos de circulación de los expedientes aplicando la teoría de colas a la congestión judicial.

Poderes en conflicto

La Constitución nacional establece que los tres poderes del Estado son independientes entre sí, pero que ninguno queda fuera del control ejercido por parte de los otros dos.

Para su trabajo, que realizó por sugerencia del presidente de la Academia de Ciencias de Buenos Aires, doctor Julio Olivera, Miró analizó la relación entre sólo dos de ellos: "Estos pueden respetarla o no; es decir que son protagonistas de una negociación institucional mutua binaria -afirma-. La solución óptima la brinda el estricto respeto a la Constitución y sus leyes. Cuando ambos poderes se subordinan a la ley y respetan el vínculo, aparece un óptimo de Pareto. Cuando ambos violan la Constitución, la suma es mínima y esto se asocia con los intereses corporativos."

Miró subraya que, aunque sorprenda, la matemática es capaz de analizar la pasión, la cooperación o el egoísmo.

"Siempre me incliné por la matemática aplicada -dice-. Las aplicaciones me resultan absolutamente imprescindibles, sobre todo en un país como el nuestro, donde hay problemas en la calle que merecen atención científica, como los hidráulicos, los de relevamiento de materias primas, la búsqueda de hidrocarburos o hasta la prospección sísmica."

Y enseguida agrega: "En el ámbito judicial, por ejemplo, se sabe que para que los archivos sean transparentes deben cumplir con las condiciones del teorema de máxima entropía de Shannon: los mecanismos informáticos de sorteo tienen que verificar la máxima incertidumbre a priori con respecto a qué expediente va a qué juzgado".

Según el análisis de Miró, entonces, también la matemática demuestra que tanto la invasión de un poder por otro como la subordinación de uno a otro son malas soluciones.

"Es desastroso -afirma-. Son dos de las peores alternativas."

Por Nora Bär

Nicholas Negroponte: igualdad en el acceso a la información


Si no hay igualdad en el acceso a la riqueza, que por lo menos haya igualdad en el acceso a la información que -tal vez- un día genere esa riqueza. Animado por el mismo entusiasmo con el que soñó el Media Lab del MIT, Nicholas Negroponte presentó en el Davos de 2005 la solución al problema: la OX-1, una laptop con conexión a Internet lo suficientemente barata como para llegar a los niños más pobres del mundo.

Era fácil predecir que distribuir 150 millones de laptops en cuatro años era un poco mucho y que pedir US$ 100 por ellas era un poco poco (hoy cuestan US$ 180 en origen). Lo que pocos habrían adivinado es que, a pesar de ello, gigantes como Intel y Microsoft, con los que Negroponte no llegó a un acuerdo en su día, le iban a seguir los pasos con la Classmate, una laptop para chicos (por el diseño y la dureza de sus componentes) que ya se vende en la Argentina por US$ 480.

Negroponte le dijo a iEco que la llegada de estas empresas, a las que no ve como "competidoras", le producía sentimientos encontrados. Le alegraba alentar a "los otros a bajar sus precios, porque eso beneficia a todo el mundo" pero consideraba un fracaso el número de computadoras que en su opinión dejarían de llegar a los chicos. La tesis es que él tiene trato directo con los jefes de Estado y organiza pedidos de un millón de máquinas. En su opinión, Intel tiene que conformarse con ministros y directores generales, "porque la suya es una operación comercial", y estos siempre son más difíciles de embarcar en proyectos ambiciosos.

La Argentina fue de los primeros países en interesarse por la OX-1 si bien todavía no concretó ningún pedido. La Classmate compite con ella por los favores del Gobierno y en Intel esperan vender 50 mil unidades en 2008, con un enfoque radicalmente diferente al de Negroponte.

Como dijo el CEO de Intel, Paul Otellini, no forma parte de su labor filantrópica. Así lo confirmó Esteban Galluzzi, gerente general para el Cono Sur: "No hay filantropía que alcance para regalarle laptops a todos los niños del mundo".

Según Galluzzi, "lo que hace Negroponte es impulsar el nacimiento de esta categoría" que a Intel le interesa "socialmente y como negocio": "Después, todo el mundo va a querer entrar en un mercado que, de consolidarse, cuadruplicará el actual: en Argentina hay 11 millones de niños y el mercado de PCs hoy es de 2 millones".

La tercera en concurso por los colegios argentinos es la ITP-C de pantalla táctil, fabricada en Israel y comercializada por NEC Argentina "no para hacer grandes negocios sino para contribuir al desarrollo", según el responsable de producto, Sergio Romano.

Se moverá en un precio similar al de la Classmate y para 2008 esperan vender 30.000 equipos. La robustez es también una de sus variables clave: "Siempre que vamos a un lugar arrojamos una máquina al piso y demostramos que después sigue funcionando".

Otras empresas vieron el filón sin sentir la necesidad de comprometer en él su responsabilidad social. En MercadoLibre ya se vende la Eee PC de la fabricante taiwanesa Asustek por unos US$ 580, una PC que pueden usar niños (mientras no la arrojen al piso) y adultos. En la Argentina es la primera a ese precio pero en el mundo hay más ejemplos.

Hace tiempo que Wal-Mart vende la Everex en EE.UU. por un precio similar y Quanta -la fabricante de laptops asociada a la OX-1 de Negroponte- anunció en mayo que fabricaría sus propias máquinas por US$ 200. También preconizó la creación de un nuevo nicho de mercado: laptops de entre 200 y 600 dólares.

Sin llegar a esos niveles, en el país el precio también bajó. Según Intel, la notebook promedio pasó de 1.530 dólares a fines de 2005 a 1.012. Un movimiento paralelo al aumento de su consumo. Este año se espera llegar a las 300.000 notebooks vendidas, que según IDC ya representan el 15% de todas las PCs.

Como dice Pablo Tedesco, de Prince & Cooke, "pasar de 3 marcas a más de 10 hace que caigan los precios". Aunque sea por otro camino, parece que el sueño de Negroponte no era tan imposible.



Si una virtud tiene el proyecto One Laptop Per Child (Una Laptop Por Niño) es la de mantener a su impulsor, Nicholas Negroponte, en el candelero. "El padre de una de las causas con más sentido de la computación contemporánea, según el Economist" o una persona "bien intencionada" que desconoce las reglas de los negocios según el Financial Times, lo cierto es que todo el mundo habla de él. El mítico fundador del Media Lab en el Massachusetts Institute of Technology y autor del inspirador Being Digital es uno de los académicos con más presencia en los medios de todo el mundo. Con un precio que ha terminado oscilando entre los 180 y 190 dólares ya no es la laptop de 100 dólares que presumía ser. La meta del millón de laptops para Argentina ha quedado, cuando menos, pospuesta, y su competidor Intel está lanzando la ClassMate, un producto similar aunque más caro. Hijo del próspero armador griego Dimitri John y hermano del diplomático John Negroponte, Nicholas Negroponte no es una persona que se quede sin respuestas.
-¿Ven como un éxito o como un fracaso la entrada de la ClassMate de Intel al mercado de las laptop baratas para niños?
-Antes que nada, no los vemos como competidores porque no hay forma de que una compañía comercial pueda hacer laptops más baratas. El cincuenta por ciento del costo de cualquier laptop comercial se reparte entre ventas, marketing, distribución y beneficios. Nosotros no tenemos ninguno de esos costes así que por definición siempre vamos a ser más baratos porque somos una organización humanitaria. Cuando la gente dice que competimos con Intel para nosotros es un gran cumplido y bueno, porque si ellos bajan sus precios, termina beneficiando a todo el mundo. Donde está el problema no es tanto en la competición como en la distracción. Le doy un ejemplo: el jefe de Estado en Libia me dice, 'de acuerdo, compro un 1,2 millones de tus laptops' y después llega Intel a Libia y, como no se puede entrevistar con el jefe de Estado porque es una operación comercial, acude al ministro de Educación y le dicen: '¿Por qué un millón? ¿Cómo estás seguro de que va a funcionar? Mejor compra diez mil...'. Ahí es donde veo el problema. A los burócratas no les interesa tomar riesgos porque cuando los toman y tienen éxito, la gloria es para el jefe. Ahora bien, si se equivocan... Para nosotros esa ha sido la mayor desventaja. En el caso de Intel se complicó porque ahora además son socios. Te diría entonces que su entrada implica las dos cosas: un éxito y un fracaso.- La falta de costos de marketing y de distribución, ¿no será un inconveniente en vez de una ventaja?
-Bueno, eso depende de lo que creas que somos. Si crees que somos una empresa de laptops, sí, sería un error. Pero no lo somos. Somos como el World Food Program, que es muy activo y maravilloso. No tienen departamento de marketing y alimentan a 30 millones de personas todos los días. Nuestro modelo es ser como el World Food Program y no como una Dell a la que no le interesan los beneficios, pero eso es algo que la prensa no termina de entender.- A diferencia del World Food Program, ustedes están vendiendo un producto.- Estamos vendiendo un producto...- Sí, alguien tiene que pagar por las laptops.- Sí, es verdad, alguien tiene que pagar por ellas pero con el programa Give One Get One no las vendemos, las donamos. Eso cambia la ecuación y lo convierte en algo similar al World Food Program. Es verdad que estas donaciones no son para todos los países sino para aquellos con menor gasto por niño en educación. En el resto de casos, sí, podríamos decir que estamos vendiendo una laptop. Estoy completamente de acuerdo en que si una compañía comercial hace algo verdaderamente competitivo sea considerado por los gobiernos. Yo no necesito vender laptops, lo que necesito es que lleguen las laptops a los chicos. No me importa si Libia compra nuestras laptops o las de algún otro pero sí me importa que 1,2 millones de laptops se conviertan en 50 mil, por el millón de niños que se está quedando sin computadora.- ¿En qué medida la llegada de las laptops independiza la formación de los niños del presupuesto en educación de sus países?- En la mayoría de los países en desarrollo, se usa el doble turno en las escuelas, por la mañana para un grupo de estudiantes y la tarde para otros, entre otras razones porque normalmente estos chicos trabajan también con las familias. En este tipo de escuelas, la jornada comienza a las siete, en teoría, y a las siete y media en la práctica. Se termina entre las once y media y las doce. Al final, son solo entre doce horas y media y catorce horas por semana en la escuela, y eso es muy poco tiempo, de modo que una de las cosas que queremos es que los chicos se lleven la laptop a casa y la usen para otras cosas, juegos, música, escribir cosas.. De ese modo ampliamos el tiempo disponible para la educación de los chicos. Cuando se conectan a Internet reciben toda esta educación informal que, en función de la curiosidad y motivación del chico, puede darle mucha educación de forma independiente y con otros chicos que no necesariamente tienen que ser vecinos de la aldea sino del país, de forma que estás ampliando notablemente lo que el chico puede hacer.- Después de la educación, ¿qué viene? ¿El desarrollo económico o el de las libertades políticas?- La educación es siempre lo primero. Por ejemplo el caso de Irlanda, que en los años 50 y 60 le dio mucha importancia a la educación. Es un ejemplo de desarrollo económico. El desarrollo polBloque entrecomilladoítico es un tema más complicado porque en algunos países significa moverse hacia la democracia y no hay nada peor que una democracia prematura, porque la democracia es un sistema muy ineficiente. Si miras a los casos de India y China puedes observar cómo se están separando. China sigue subiendo a toda velocidad mientras que India va a un ritmo menor, en algunos casos incluso negativo. Una de las razones es que la de India es una democracia prematura. Esta es una afirmación muy controvertida pero por el desarrollo político hay que pagar un precio.

Nicholas Negroponte: igualdad en el acceso a la información


Si no hay igualdad en el acceso a la riqueza, que por lo menos haya igualdad en el acceso a la información que -tal vez- un día genere esa riqueza. Animado por el mismo entusiasmo con el que soñó el Media Lab del MIT, Nicholas Negroponte presentó en el Davos de 2005 la solución al problema: la OX-1, una laptop con conexión a Internet lo suficientemente barata como para llegar a los niños más pobres del mundo.

Era fácil predecir que distribuir 150 millones de laptops en cuatro años era un poco mucho y que pedir US$ 100 por ellas era un poco poco (hoy cuestan US$ 180 en origen). Lo que pocos habrían adivinado es que, a pesar de ello, gigantes como Intel y Microsoft, con los que Negroponte no llegó a un acuerdo en su día, le iban a seguir los pasos con la Classmate, una laptop para chicos (por el diseño y la dureza de sus componentes) que ya se vende en la Argentina por US$ 480.

Negroponte le dijo a iEco que la llegada de estas empresas, a las que no ve como "competidoras", le producía sentimientos encontrados. Le alegraba alentar a "los otros a bajar sus precios, porque eso beneficia a todo el mundo" pero consideraba un fracaso el número de computadoras que en su opinión dejarían de llegar a los chicos. La tesis es que él tiene trato directo con los jefes de Estado y organiza pedidos de un millón de máquinas. En su opinión, Intel tiene que conformarse con ministros y directores generales, "porque la suya es una operación comercial", y estos siempre son más difíciles de embarcar en proyectos ambiciosos.

La Argentina fue de los primeros países en interesarse por la OX-1 si bien todavía no concretó ningún pedido. La Classmate compite con ella por los favores del Gobierno y en Intel esperan vender 50 mil unidades en 2008, con un enfoque radicalmente diferente al de Negroponte.

Como dijo el CEO de Intel, Paul Otellini, no forma parte de su labor filantrópica. Así lo confirmó Esteban Galluzzi, gerente general para el Cono Sur: "No hay filantropía que alcance para regalarle laptops a todos los niños del mundo".

Según Galluzzi, "lo que hace Negroponte es impulsar el nacimiento de esta categoría" que a Intel le interesa "socialmente y como negocio": "Después, todo el mundo va a querer entrar en un mercado que, de consolidarse, cuadruplicará el actual: en Argentina hay 11 millones de niños y el mercado de PCs hoy es de 2 millones".

La tercera en concurso por los colegios argentinos es la ITP-C de pantalla táctil, fabricada en Israel y comercializada por NEC Argentina "no para hacer grandes negocios sino para contribuir al desarrollo", según el responsable de producto, Sergio Romano.

Se moverá en un precio similar al de la Classmate y para 2008 esperan vender 30.000 equipos. La robustez es también una de sus variables clave: "Siempre que vamos a un lugar arrojamos una máquina al piso y demostramos que después sigue funcionando".

Otras empresas vieron el filón sin sentir la necesidad de comprometer en él su responsabilidad social. En MercadoLibre ya se vende la Eee PC de la fabricante taiwanesa Asustek por unos US$ 580, una PC que pueden usar niños (mientras no la arrojen al piso) y adultos. En la Argentina es la primera a ese precio pero en el mundo hay más ejemplos.

Hace tiempo que Wal-Mart vende la Everex en EE.UU. por un precio similar y Quanta -la fabricante de laptops asociada a la OX-1 de Negroponte- anunció en mayo que fabricaría sus propias máquinas por US$ 200. También preconizó la creación de un nuevo nicho de mercado: laptops de entre 200 y 600 dólares.

Sin llegar a esos niveles, en el país el precio también bajó. Según Intel, la notebook promedio pasó de 1.530 dólares a fines de 2005 a 1.012. Un movimiento paralelo al aumento de su consumo. Este año se espera llegar a las 300.000 notebooks vendidas, que según IDC ya representan el 15% de todas las PCs.

Como dice Pablo Tedesco, de Prince & Cooke, "pasar de 3 marcas a más de 10 hace que caigan los precios". Aunque sea por otro camino, parece que el sueño de Negroponte no era tan imposible.



Si una virtud tiene el proyecto One Laptop Per Child (Una Laptop Por Niño) es la de mantener a su impulsor, Nicholas Negroponte, en el candelero. "El padre de una de las causas con más sentido de la computación contemporánea, según el Economist" o una persona "bien intencionada" que desconoce las reglas de los negocios según el Financial Times, lo cierto es que todo el mundo habla de él. El mítico fundador del Media Lab en el Massachusetts Institute of Technology y autor del inspirador Being Digital es uno de los académicos con más presencia en los medios de todo el mundo. Con un precio que ha terminado oscilando entre los 180 y 190 dólares ya no es la laptop de 100 dólares que presumía ser. La meta del millón de laptops para Argentina ha quedado, cuando menos, pospuesta, y su competidor Intel está lanzando la ClassMate, un producto similar aunque más caro. Hijo del próspero armador griego Dimitri John y hermano del diplomático John Negroponte, Nicholas Negroponte no es una persona que se quede sin respuestas.
-¿Ven como un éxito o como un fracaso la entrada de la ClassMate de Intel al mercado de las laptop baratas para niños?
-Antes que nada, no los vemos como competidores porque no hay forma de que una compañía comercial pueda hacer laptops más baratas. El cincuenta por ciento del costo de cualquier laptop comercial se reparte entre ventas, marketing, distribución y beneficios. Nosotros no tenemos ninguno de esos costes así que por definición siempre vamos a ser más baratos porque somos una organización humanitaria. Cuando la gente dice que competimos con Intel para nosotros es un gran cumplido y bueno, porque si ellos bajan sus precios, termina beneficiando a todo el mundo. Donde está el problema no es tanto en la competición como en la distracción. Le doy un ejemplo: el jefe de Estado en Libia me dice, 'de acuerdo, compro un 1,2 millones de tus laptops' y después llega Intel a Libia y, como no se puede entrevistar con el jefe de Estado porque es una operación comercial, acude al ministro de Educación y le dicen: '¿Por qué un millón? ¿Cómo estás seguro de que va a funcionar? Mejor compra diez mil...'. Ahí es donde veo el problema. A los burócratas no les interesa tomar riesgos porque cuando los toman y tienen éxito, la gloria es para el jefe. Ahora bien, si se equivocan... Para nosotros esa ha sido la mayor desventaja. En el caso de Intel se complicó porque ahora además son socios. Te diría entonces que su entrada implica las dos cosas: un éxito y un fracaso.- La falta de costos de marketing y de distribución, ¿no será un inconveniente en vez de una ventaja?
-Bueno, eso depende de lo que creas que somos. Si crees que somos una empresa de laptops, sí, sería un error. Pero no lo somos. Somos como el World Food Program, que es muy activo y maravilloso. No tienen departamento de marketing y alimentan a 30 millones de personas todos los días. Nuestro modelo es ser como el World Food Program y no como una Dell a la que no le interesan los beneficios, pero eso es algo que la prensa no termina de entender.- A diferencia del World Food Program, ustedes están vendiendo un producto.- Estamos vendiendo un producto...- Sí, alguien tiene que pagar por las laptops.- Sí, es verdad, alguien tiene que pagar por ellas pero con el programa Give One Get One no las vendemos, las donamos. Eso cambia la ecuación y lo convierte en algo similar al World Food Program. Es verdad que estas donaciones no son para todos los países sino para aquellos con menor gasto por niño en educación. En el resto de casos, sí, podríamos decir que estamos vendiendo una laptop. Estoy completamente de acuerdo en que si una compañía comercial hace algo verdaderamente competitivo sea considerado por los gobiernos. Yo no necesito vender laptops, lo que necesito es que lleguen las laptops a los chicos. No me importa si Libia compra nuestras laptops o las de algún otro pero sí me importa que 1,2 millones de laptops se conviertan en 50 mil, por el millón de niños que se está quedando sin computadora.- ¿En qué medida la llegada de las laptops independiza la formación de los niños del presupuesto en educación de sus países?- En la mayoría de los países en desarrollo, se usa el doble turno en las escuelas, por la mañana para un grupo de estudiantes y la tarde para otros, entre otras razones porque normalmente estos chicos trabajan también con las familias. En este tipo de escuelas, la jornada comienza a las siete, en teoría, y a las siete y media en la práctica. Se termina entre las once y media y las doce. Al final, son solo entre doce horas y media y catorce horas por semana en la escuela, y eso es muy poco tiempo, de modo que una de las cosas que queremos es que los chicos se lleven la laptop a casa y la usen para otras cosas, juegos, música, escribir cosas.. De ese modo ampliamos el tiempo disponible para la educación de los chicos. Cuando se conectan a Internet reciben toda esta educación informal que, en función de la curiosidad y motivación del chico, puede darle mucha educación de forma independiente y con otros chicos que no necesariamente tienen que ser vecinos de la aldea sino del país, de forma que estás ampliando notablemente lo que el chico puede hacer.- Después de la educación, ¿qué viene? ¿El desarrollo económico o el de las libertades políticas?- La educación es siempre lo primero. Por ejemplo el caso de Irlanda, que en los años 50 y 60 le dio mucha importancia a la educación. Es un ejemplo de desarrollo económico. El desarrollo polBloque entrecomilladoítico es un tema más complicado porque en algunos países significa moverse hacia la democracia y no hay nada peor que una democracia prematura, porque la democracia es un sistema muy ineficiente. Si miras a los casos de India y China puedes observar cómo se están separando. China sigue subiendo a toda velocidad mientras que India va a un ritmo menor, en algunos casos incluso negativo. Una de las razones es que la de India es una democracia prematura. Esta es una afirmación muy controvertida pero por el desarrollo político hay que pagar un precio.

Polacos judíos descubren su pasado tras décadas de persecución

Numerosos polacos están descubriendo ahora su pasado judío, después de que sus antepasados borraran cualquier huella de identidad por miedo a ser perseguidos, primero por los nazis y después por los comunistas, en un país tradicionalmente católico.

“Jamás hablamos de nuestros antepasados”, recordó Agnieszka Kwasniewska, una reciente reconvertida de 37 años, en el Centro Cultural Judío de Varsovia, durante la celebración de Jánuca, la llamada “Fiesta de las Luminarias”.

Kwasniewska explicó que, cuando tenía 12 años, su abuela le contó que durante la Segunda Guerra Mundial tuvo que esconderse “por parecerse a una judía”.

“Sabía que había algo de falso en esa historia. Ella lloraba mucho. No volvimos a hablar. Más tarde, pregunte a mi padre y me dijo: es una vieja historia y no debemos volver a ella. Somos católicos”, explicó.

Sus preguntas causaron tensiones en la familia, pero ella no se reprocha nada. “Cuando vine a la sinagoga fue como volver a mi casa”, añadió.

Según los cálculos, en Polonia quedan entre 3.500 y 15.000 judíos, sobre una población de 38 millones de personas. Sin embargo, es casi imposible cifrar el número de polacos que descienden de judíos.

Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en el país había 3,5 millones de judíos y Varsovia era la ciudad europea con más judíos y la segunda en el mundo, por detrás de Nueva York, con casi 400.000 judíos.

Los nazis, que ocuparon Polonia en 1939, mataron al 90% de los judíos polacos, es decir, unos tres millones. Tras la guerra, en 1945, sólo quedaban 280.000 judíos en Polonia.

Muchos de ellos emigraron a Israel o a Estados Unidos apenas acabó el conflicto o durante las campañas antisemitas del régimen comunista en los años 50 o en 1968.

Los que se quedaron, prefirieron esconder su identidad para proteger a sus hijos.

“Tenía 13 años cuando me interesé por el origen de mi apellido”, relató el joven Maciej Krasniewski, de 20 años. “Los apellidos polacos que acaban en ’ski’ pueden tener un origen aristocrático.

Pregunté a mi padre y me dijo: ‘Nuestro verdadero apellido es Kirschenbaum’”.

Su abuelo paterno era un superviviente del Holocausto que cambió el nombre de la familia en 1954.

Este joven tardó cinco años en decidir reconvertirse al judaísmo. Lo mismo hizo su hermano gemelo. Todavía duda en salir a la calle con la kipá, pero está dispuesto a “salir del armario”.

“Estamos aquí, no nos iremos y deberán habituarse” es el mensaje que quiere lanzar con ello. “Si no lo hacemos, nadie sabrá que existen judíos en Polonia”, justificó.

A los nuevos judíos polacos les gustaría que los otros judíos, en particular los que viven en Israel y Estados Unidos y que visitan a menudo los antiguos campos de concentración polacos, dejaran de ver Polonia como un gran cementerio.

“Deben ver que existe una realizad judía en Polonia”, reclamó Anna Janot-Szymanska, cuya hermana, Malgorzata, dirige el Centro Cultural Judío.

Polacos judíos descubren su pasado tras décadas de persecución

Numerosos polacos están descubriendo ahora su pasado judío, después de que sus antepasados borraran cualquier huella de identidad por miedo a ser perseguidos, primero por los nazis y después por los comunistas, en un país tradicionalmente católico.

“Jamás hablamos de nuestros antepasados”, recordó Agnieszka Kwasniewska, una reciente reconvertida de 37 años, en el Centro Cultural Judío de Varsovia, durante la celebración de Jánuca, la llamada “Fiesta de las Luminarias”.

Kwasniewska explicó que, cuando tenía 12 años, su abuela le contó que durante la Segunda Guerra Mundial tuvo que esconderse “por parecerse a una judía”.

“Sabía que había algo de falso en esa historia. Ella lloraba mucho. No volvimos a hablar. Más tarde, pregunte a mi padre y me dijo: es una vieja historia y no debemos volver a ella. Somos católicos”, explicó.

Sus preguntas causaron tensiones en la familia, pero ella no se reprocha nada. “Cuando vine a la sinagoga fue como volver a mi casa”, añadió.

Según los cálculos, en Polonia quedan entre 3.500 y 15.000 judíos, sobre una población de 38 millones de personas. Sin embargo, es casi imposible cifrar el número de polacos que descienden de judíos.

Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en el país había 3,5 millones de judíos y Varsovia era la ciudad europea con más judíos y la segunda en el mundo, por detrás de Nueva York, con casi 400.000 judíos.

Los nazis, que ocuparon Polonia en 1939, mataron al 90% de los judíos polacos, es decir, unos tres millones. Tras la guerra, en 1945, sólo quedaban 280.000 judíos en Polonia.

Muchos de ellos emigraron a Israel o a Estados Unidos apenas acabó el conflicto o durante las campañas antisemitas del régimen comunista en los años 50 o en 1968.

Los que se quedaron, prefirieron esconder su identidad para proteger a sus hijos.

“Tenía 13 años cuando me interesé por el origen de mi apellido”, relató el joven Maciej Krasniewski, de 20 años. “Los apellidos polacos que acaban en ’ski’ pueden tener un origen aristocrático.

Pregunté a mi padre y me dijo: ‘Nuestro verdadero apellido es Kirschenbaum’”.

Su abuelo paterno era un superviviente del Holocausto que cambió el nombre de la familia en 1954.

Este joven tardó cinco años en decidir reconvertirse al judaísmo. Lo mismo hizo su hermano gemelo. Todavía duda en salir a la calle con la kipá, pero está dispuesto a “salir del armario”.

“Estamos aquí, no nos iremos y deberán habituarse” es el mensaje que quiere lanzar con ello. “Si no lo hacemos, nadie sabrá que existen judíos en Polonia”, justificó.

A los nuevos judíos polacos les gustaría que los otros judíos, en particular los que viven en Israel y Estados Unidos y que visitan a menudo los antiguos campos de concentración polacos, dejaran de ver Polonia como un gran cementerio.

“Deben ver que existe una realizad judía en Polonia”, reclamó Anna Janot-Szymanska, cuya hermana, Malgorzata, dirige el Centro Cultural Judío.

miércoles, diciembre 26, 2007

Sin solución para el cambio climático

Después de prolongadas e infructuosas negociaciones, la conferencia convocada en Bali, Indonesia, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para lograr un consenso de cara a un nuevo tratado sobre que limite especialmente las emisiones de gases que provocan el calentamiento global no deparó el resultado deseado. El problema sigue sin solución.

El tratado anterior, conocido como Protocolo de Kyoto, aprobado en 1997, tuvo el mismo propósito, pero fue resistido especialmente por los Estados Unidos. Esa posición frustró el éxito de ese primer paso, que tendía a mitigar una cuestión que compromete en forma severa el equilibrio del medio ambiente.

Al culminar las jornadas de Bali, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, formuló una dramática alocución en la cual puso el mayor énfasis en destacar las consecuencias irreversibles de cualquier demora en la aprobación de las medidas que se esperaban de la asamblea, de más de 180 países.

"Estamos en una encrucijada -dijo Ban-. Un camino conduce a un acuerdo amplio sobre el cambio climático y el otro, a la extinción. La elección es clara."

Las expectativas sobre la reunión de Bali eran moderadas, pues se concentraban en llegar a establecer puntos básicos de coincidencias que permitieran elaborar un documento que iba ser formalizado en 2009 para entrar en vigor en 2012. Ese año caducará el Protocolo de Kyoto. Sin embargo, las diferencias sobre la forma y la metodología de reducción del empleo de combustibles fósiles generó vivas confrontaciones.

No sólo obró la posición conocida del mayor país industrial, los Estados Unidos, duramente criticados por las asociaciones ambientalistas y por el ex vicepresidente Al Gore, quien acusó a su propio país de obstruir los posibles acuerdos. También China y la India, como grandes economías emergentes, se rehusaron admitir límites para sus emisiones.

Con elocuencia, Gore calificó el calentamiento global de "urgencia planetaria" y afirmó que corresponde a esta generación, y no a la venidera, entablar una lucha contra el problema. Esta generación, de hecho, tiene el imperativo moral de hacerlo.

No pocas voces han advertido que los científicos dijeron qué iba a suceder, pero los responsables políticos hicieron caso omiso de ello. Es la actitud que adoptó Europa con el ascenso al poder de Adolf Hitler y el III Reich en Alemania, agregó Gore, recientemente distinguido con el Nobel de la Paz junto con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU.

Más allá de las advertencias, que no fueron pocas, el propósito de dejar fijados límites cuantitativos para la emisión de gases -entre el 25 y el 40 por ciento menos de lo que eran en 1990- no pudo acordarse.

Finalmente, los representantes de la comunidad internacional arribaron a conclusiones de carácter general que no implican compromisos en sentido estricto para ningún país. Se reconoció la necesidad "de efectuar severas reducciones de las emisiones mundiales", enunciado abstracto que permitió salvar el estancamiento de los debates y dejar un camino apenas insinuado para 2009, en Copenhague, donde se tendrá que decidir sin más postergaciones el tratado que ha de reemplazar al Protocolo de Kyoto.

En Bali quedó asentada la demanda de poner límites a la emisión de gases por el uso de los combustibles fósiles, generadores del llamado efecto invernadero y, asimismo, quedó asentada la necesidad de reducirlas, lo cual deberá ser cuantificable y demostrable.

Puede observarse que los problemas previos a la conferencia subsistieron sin solución, pese a las expectativas, los discursos y los debates invertidos en ella. Es evidente que la lógica de los planteos económicos y políticos, y la conciencia ambientalista residen en órbitas distintas.

El riesgo está a la vista. La opinión pública debe gravitar para que la comunidad internacional, más allá de los intereses particulares, tome conciencia del peligro al que está expuesto el planeta si los líderes no logran un acuerdo sobre esta materia.

Sin solución para el cambio climático

Después de prolongadas e infructuosas negociaciones, la conferencia convocada en Bali, Indonesia, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para lograr un consenso de cara a un nuevo tratado sobre que limite especialmente las emisiones de gases que provocan el calentamiento global no deparó el resultado deseado. El problema sigue sin solución.

El tratado anterior, conocido como Protocolo de Kyoto, aprobado en 1997, tuvo el mismo propósito, pero fue resistido especialmente por los Estados Unidos. Esa posición frustró el éxito de ese primer paso, que tendía a mitigar una cuestión que compromete en forma severa el equilibrio del medio ambiente.

Al culminar las jornadas de Bali, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, formuló una dramática alocución en la cual puso el mayor énfasis en destacar las consecuencias irreversibles de cualquier demora en la aprobación de las medidas que se esperaban de la asamblea, de más de 180 países.

"Estamos en una encrucijada -dijo Ban-. Un camino conduce a un acuerdo amplio sobre el cambio climático y el otro, a la extinción. La elección es clara."

Las expectativas sobre la reunión de Bali eran moderadas, pues se concentraban en llegar a establecer puntos básicos de coincidencias que permitieran elaborar un documento que iba ser formalizado en 2009 para entrar en vigor en 2012. Ese año caducará el Protocolo de Kyoto. Sin embargo, las diferencias sobre la forma y la metodología de reducción del empleo de combustibles fósiles generó vivas confrontaciones.

No sólo obró la posición conocida del mayor país industrial, los Estados Unidos, duramente criticados por las asociaciones ambientalistas y por el ex vicepresidente Al Gore, quien acusó a su propio país de obstruir los posibles acuerdos. También China y la India, como grandes economías emergentes, se rehusaron admitir límites para sus emisiones.

Con elocuencia, Gore calificó el calentamiento global de "urgencia planetaria" y afirmó que corresponde a esta generación, y no a la venidera, entablar una lucha contra el problema. Esta generación, de hecho, tiene el imperativo moral de hacerlo.

No pocas voces han advertido que los científicos dijeron qué iba a suceder, pero los responsables políticos hicieron caso omiso de ello. Es la actitud que adoptó Europa con el ascenso al poder de Adolf Hitler y el III Reich en Alemania, agregó Gore, recientemente distinguido con el Nobel de la Paz junto con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU.

Más allá de las advertencias, que no fueron pocas, el propósito de dejar fijados límites cuantitativos para la emisión de gases -entre el 25 y el 40 por ciento menos de lo que eran en 1990- no pudo acordarse.

Finalmente, los representantes de la comunidad internacional arribaron a conclusiones de carácter general que no implican compromisos en sentido estricto para ningún país. Se reconoció la necesidad "de efectuar severas reducciones de las emisiones mundiales", enunciado abstracto que permitió salvar el estancamiento de los debates y dejar un camino apenas insinuado para 2009, en Copenhague, donde se tendrá que decidir sin más postergaciones el tratado que ha de reemplazar al Protocolo de Kyoto.

En Bali quedó asentada la demanda de poner límites a la emisión de gases por el uso de los combustibles fósiles, generadores del llamado efecto invernadero y, asimismo, quedó asentada la necesidad de reducirlas, lo cual deberá ser cuantificable y demostrable.

Puede observarse que los problemas previos a la conferencia subsistieron sin solución, pese a las expectativas, los discursos y los debates invertidos en ella. Es evidente que la lógica de los planteos económicos y políticos, y la conciencia ambientalista residen en órbitas distintas.

El riesgo está a la vista. La opinión pública debe gravitar para que la comunidad internacional, más allá de los intereses particulares, tome conciencia del peligro al que está expuesto el planeta si los líderes no logran un acuerdo sobre esta materia.

El mal ambiente del Riachuelo

Por Alejandro González Escudero

La preocupación por el medio ambiente es claramente un tema contemporáneo y propio de comunidades con mayor nivel de ingresos. Pero es una preocupación que no tiene demasiadas décadas de vida. Desde el inicio de la humanidad hasta el siglo XIX, el progreso de las actividades del hombre se basó en recursos naturales considerados ilimitados. La propia naturaleza sería la que finalmente se ocupara de tratar los desechos originados por la actividad humana. Se comprende esa concepción: la cantidad de recursos utilizados y la escasa población resultaban exiguos frente a la abundancia de la naturaleza y su capacidad para procesar los residuos generados por el hombre.

Así, los ríos aguas abajo resultaban descargas baratas para líquidos de todo tipo. Los sólidos bien podían depositarse en campos apartados, y el viento se ocupaba de las sustancias lanzadas a la atmósfera.

Hoy, esas prácticas no son tolerables. Y menos lo son en las comunidades más ricas. Pero ¿por qué no es igual entre las menos avanzadas? Porque, evidentemente, el cuidado del medio ambiente es una preocupación secundaria frente a la necesidad de progresar de quienes están más atrás. Y sabemos que, en general, la producción que cuida el medio ambiente, que minimiza la contaminación y que trata los residuos es más costosa que la que no lo hace.

Por otra parte, los problemas ambientales tienen una escala mundial que es difícil de abordar con los esquemas de divisiones políticas locales o nacionales. ¿Por qué debemos preocuparnos por la contaminación que pueden sufrir las comunidades vecinas? El viento y los ríos no saben de fronteras. Las soluciones ambientales implican muchas veces costos que no traen un beneficio directo para quienes las pagan. En consecuencia, no existen incentivos claros para frenar la contaminación. Los estudios económicos los llaman “bienes públicos”. No existen derechos de propiedad particulares sobre el medio ambiente, ya que lo pueden “usar” todos. Obtendrán ventajas individuales quienes logren aprovecharse de él sin soportar los costos de su mantenimiento. Sin embargo, al final, la utilización desmedida puede terminar dañando el recurso.

También los temas ambientales tienen una dimensión temporal “larga” para el horizonte de planeamiento de las personas, las empresas y los políticos. El daño ambiental suele manifestar su rigor después de soportar muchos años de descuido.

En nuestro país tenemos un ejemplo demostrativo de estos problemas en la llamada cuenca del río Matanza-Riachuelo.

Desde la época colonial, fue canal de descarga para los residuos de las industrias localizadas en sus alrededores. Saladeros, después frigoríficos y curtiembres, estuvieron y están aún entre las fuentes industriales de contaminación. Las otras industrias que se instalaron en la zona también hicieron su “aporte”: químicas, petroquímicas, alimenticias, metalúrgicas, entre las principales.

En los últimos 60 años se agregó el fuerte impacto de la contaminación urbana de la cuenca. La población creció en su área de influencia, en muchos casos en forma precaria, sin servicios cloacales, sin recolección de residuos, sin agua corriente potable domiciliaria.

El crecimiento de la población en esa zona, sin planes y sin servicios, aunque habitual en áreas marginales de los centros urbanos del Tercer Mundo, hace dudar de la capacidad para llevar a la práctica la preocupación por lo social que, indefectiblemente, manifestaron los gobernantes de la región a lo largo de las últimas décadas.

Es notable observar cómo la inquietud por el problema se instala en la opinión pública en momentos de mayor crecimiento económico. A mediados de la década pasada, así como en el presente, el tema estuvo en la agenda. Durante la crisis de 2001/2002 pasó a un segundo plano, porque la actividad económica disminuyó (y, por lo tanto, bajó la contaminación) y en mayor medida porque, como se dijo, el problema de la pobreza tapa al del medio ambiente. Un ejemplo es el destino que tuvo un préstamo del BID para mejorar la cuenca: en plena crisis, y luego de sufrir varias peripecias se lo derivó a planes de ayuda social.

El Riachuelo, además, sufrió las consecuencias de ser una frontera entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires. A ello se suma la participación de la Nación y de los municipios sobre la cuenca. Esto, lejos de ser un catalizador de las transformaciones, derivó en un laberinto de organismos, normas y regulaciones que no consiguieron ninguna mejora significativa sobre los problemas concretos. Al día de hoy, termina siendo un problema más que se agrega a la contaminación industrial y urbana. Llegar a comprender el entramado de disposiciones de la cuenca es una tarea más ardua que distinguir la capacidad de contaminación entre las decenas de sustancias que se vuelcan allí. Si bien hay unanimidad en cuanto a lo negativa que resulta la contaminación, a la hora de explorar las soluciones y establecer quiénes asumirán los costos de no contaminar, las opiniones se dividen.

¿Empezar a limpiar sin esperar la eliminación de las fuentes de contaminación? ¿Poner la mira en los residuos industriales o en los urbanos? ¿Cómo financiar la construcción de cloacas y el tendido de redes de agua potable? ¿Trasladar las industrias o tratar sus residuos? Hay que dragar el fondo, pero ¿dónde volcar los sedimentos contaminados? Algunas acciones son tan baratas que sorprende la demora en implantarlas. ¿Por qué no se brindan servicios de recolección de residuos a los asentamientos de la ribera? ¿Por qué no se limpia la superficie?

La complejidad y los costos no resultaron obstáculos insalvables para que varios países avanzados resolvieran la contaminación de algunos de sus ríos. Japón, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Estados Unidos tienen ejemplos. Hasta en San Pablo, Brasil, comenzaron las obras en el río Tieté. ¿Lograrán las industrias, poblaciones y funcionarios argentinos relacionados con el problema estar a la altura de lo que se espera de ellos?

El autor es presidente de la Fundación Economía y Sociedad, y ex vicepresidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Buenos Aires.

El mal ambiente del Riachuelo

Por Alejandro González Escudero

La preocupación por el medio ambiente es claramente un tema contemporáneo y propio de comunidades con mayor nivel de ingresos. Pero es una preocupación que no tiene demasiadas décadas de vida. Desde el inicio de la humanidad hasta el siglo XIX, el progreso de las actividades del hombre se basó en recursos naturales considerados ilimitados. La propia naturaleza sería la que finalmente se ocupara de tratar los desechos originados por la actividad humana. Se comprende esa concepción: la cantidad de recursos utilizados y la escasa población resultaban exiguos frente a la abundancia de la naturaleza y su capacidad para procesar los residuos generados por el hombre.

Así, los ríos aguas abajo resultaban descargas baratas para líquidos de todo tipo. Los sólidos bien podían depositarse en campos apartados, y el viento se ocupaba de las sustancias lanzadas a la atmósfera.

Hoy, esas prácticas no son tolerables. Y menos lo son en las comunidades más ricas. Pero ¿por qué no es igual entre las menos avanzadas? Porque, evidentemente, el cuidado del medio ambiente es una preocupación secundaria frente a la necesidad de progresar de quienes están más atrás. Y sabemos que, en general, la producción que cuida el medio ambiente, que minimiza la contaminación y que trata los residuos es más costosa que la que no lo hace.

Por otra parte, los problemas ambientales tienen una escala mundial que es difícil de abordar con los esquemas de divisiones políticas locales o nacionales. ¿Por qué debemos preocuparnos por la contaminación que pueden sufrir las comunidades vecinas? El viento y los ríos no saben de fronteras. Las soluciones ambientales implican muchas veces costos que no traen un beneficio directo para quienes las pagan. En consecuencia, no existen incentivos claros para frenar la contaminación. Los estudios económicos los llaman “bienes públicos”. No existen derechos de propiedad particulares sobre el medio ambiente, ya que lo pueden “usar” todos. Obtendrán ventajas individuales quienes logren aprovecharse de él sin soportar los costos de su mantenimiento. Sin embargo, al final, la utilización desmedida puede terminar dañando el recurso.

También los temas ambientales tienen una dimensión temporal “larga” para el horizonte de planeamiento de las personas, las empresas y los políticos. El daño ambiental suele manifestar su rigor después de soportar muchos años de descuido.

En nuestro país tenemos un ejemplo demostrativo de estos problemas en la llamada cuenca del río Matanza-Riachuelo.

Desde la época colonial, fue canal de descarga para los residuos de las industrias localizadas en sus alrededores. Saladeros, después frigoríficos y curtiembres, estuvieron y están aún entre las fuentes industriales de contaminación. Las otras industrias que se instalaron en la zona también hicieron su “aporte”: químicas, petroquímicas, alimenticias, metalúrgicas, entre las principales.

En los últimos 60 años se agregó el fuerte impacto de la contaminación urbana de la cuenca. La población creció en su área de influencia, en muchos casos en forma precaria, sin servicios cloacales, sin recolección de residuos, sin agua corriente potable domiciliaria.

El crecimiento de la población en esa zona, sin planes y sin servicios, aunque habitual en áreas marginales de los centros urbanos del Tercer Mundo, hace dudar de la capacidad para llevar a la práctica la preocupación por lo social que, indefectiblemente, manifestaron los gobernantes de la región a lo largo de las últimas décadas.

Es notable observar cómo la inquietud por el problema se instala en la opinión pública en momentos de mayor crecimiento económico. A mediados de la década pasada, así como en el presente, el tema estuvo en la agenda. Durante la crisis de 2001/2002 pasó a un segundo plano, porque la actividad económica disminuyó (y, por lo tanto, bajó la contaminación) y en mayor medida porque, como se dijo, el problema de la pobreza tapa al del medio ambiente. Un ejemplo es el destino que tuvo un préstamo del BID para mejorar la cuenca: en plena crisis, y luego de sufrir varias peripecias se lo derivó a planes de ayuda social.

El Riachuelo, además, sufrió las consecuencias de ser una frontera entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires. A ello se suma la participación de la Nación y de los municipios sobre la cuenca. Esto, lejos de ser un catalizador de las transformaciones, derivó en un laberinto de organismos, normas y regulaciones que no consiguieron ninguna mejora significativa sobre los problemas concretos. Al día de hoy, termina siendo un problema más que se agrega a la contaminación industrial y urbana. Llegar a comprender el entramado de disposiciones de la cuenca es una tarea más ardua que distinguir la capacidad de contaminación entre las decenas de sustancias que se vuelcan allí. Si bien hay unanimidad en cuanto a lo negativa que resulta la contaminación, a la hora de explorar las soluciones y establecer quiénes asumirán los costos de no contaminar, las opiniones se dividen.

¿Empezar a limpiar sin esperar la eliminación de las fuentes de contaminación? ¿Poner la mira en los residuos industriales o en los urbanos? ¿Cómo financiar la construcción de cloacas y el tendido de redes de agua potable? ¿Trasladar las industrias o tratar sus residuos? Hay que dragar el fondo, pero ¿dónde volcar los sedimentos contaminados? Algunas acciones son tan baratas que sorprende la demora en implantarlas. ¿Por qué no se brindan servicios de recolección de residuos a los asentamientos de la ribera? ¿Por qué no se limpia la superficie?

La complejidad y los costos no resultaron obstáculos insalvables para que varios países avanzados resolvieran la contaminación de algunos de sus ríos. Japón, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Estados Unidos tienen ejemplos. Hasta en San Pablo, Brasil, comenzaron las obras en el río Tieté. ¿Lograrán las industrias, poblaciones y funcionarios argentinos relacionados con el problema estar a la altura de lo que se espera de ellos?

El autor es presidente de la Fundación Economía y Sociedad, y ex vicepresidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Buenos Aires.

Un apartheid climático

Por Bernardo Kliksberg

Rajendra Pachauri, presidente del panel de la ONU sobre cambio climático, enfatizó, al recibir el Premio Nobel de la Paz 2007, que debía prestarse especial atención a “los impactos del cambio climático sobre las comunidades más pobres del mundo, porque pueden ser extremadamente desestabilizantes”. Otro Nobel de la Paz, el arzobispo Desmond Tutu, denunció que se está produciendo un nuevo apartheid, el climático. Los países y poblaciones pobres son mucho más vulnerables a las sequías, catástrofes, inundaciones, epidemias que está generando el calentamiento de la tierra, y tienen mucha menor capacidad de adaptarse a estas realidades.

Plantea: “¿Cómo puede una campesina pobre de Malawi adaptarse al cambio climático cuando las frecuentes sequías y la falta de lluvia merman la producción? ¿Quizá tendrá que reducir la calidad de la nutrición de su familia o sacar a sus hijos de la escuela? ¿Cómo puede una persona que vive en un barrio marginal de Manila o Puerto Príncipe protegido sólo con planchas plásticas y metálicas adaptarse a ciclones cada vez más intensos? ¿Cómo pueden las personas que viven en los grandes deltas del Ganges o el Mekong adaptarse al anegamiento de sus viviendas y de sus tierras?”.

El riguroso y agudo Informe de Desarrollo Humano 2007, del PNUD, dedicado a la lucha contra el cambio climático subraya: “A medida que aumenta el nivel del mar, ciudades como Londres y Los Angeles pueden enfrentar el riesgo de inundaciones, porque sus habitantes están protegidos por modernos sistemas de defensa. Por el contrario, cuando el calentamiento global altera los patrones climáticos en el Cuerno de Africa, significa la pérdida de cosechas, y hambrunas”.

Según los datos del Informe, entre 2000 y 2004, 264 millones de personas fueron afectadas por desastres climáticos anuales. El 98% vivía en países en desarrollo. En los países ricos que integran la OCDE sólo uno de cada 1500 habitantes recibió el impacto, en los países en desarrollo, uno de cada diecinueve. El índice de vulnerabilidad de los pobres es 79 veces peor.

El proceso de calentamiento global avanza con fuerza. Las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor e impiden sea expulsado a la atmósfera han alcanzado 380 partes por millón de dióxido de carbono, cifra mayor al rango de los últimos 650.000 años. En 2006 fue puesto en la atmósfera un volumen de dióxido de carbono igual al estimado por el Panel ONU en el peor de sus escenarios. El calentamiento ha acelerado el deshielo de los glaciares árticos, que puede llevar a un rápido crecimiento en el nivel de los mares.

Ya se ven cambios como la extinción de especies y la pérdida de biodiversidad. Las reservas de peces retroceden, tierras arables se vuelven infértiles y hay más personas sin agua potable. Algunos de los impactos, como las sequías, las tormentas más intensas y las inundaciones están borrando los progresos que poblaciones pobres habían hecho en relación con las metas del milenio.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advierte que existe la amenaza de una “doble catástrofe, con tempranos reveses para el desarrollo humano de los pobres del mundo seguidos luego de peligros a largo plazo para toda la humanidad”.

Hay serios riesgos para América latina, una región con el 38% de su población en la pobreza. La mayor vulnerabilidad de los pobres se ha visto con claridad en los recientes desastres de Pisco, Tabasco y Santo Domingo. Ellos fueron masivamente los más golpeados.

Ciento veintiocho millones de latinoamericanos viven en tugurios, en áreas fácilmente inundables, no protegidas y en viviendas precarias.

Uno de los campos de mayores riesgos es el de la salud pública. Se estima que, a nivel mundial, las víctimas del paludismo, que actualmente mata un millón de personas por año, pueden crecer de 220 a 400 millones, y enfermedades como el dengue, típicas de América latina, pueden ampliarse.

Una paradoja inaceptable de toda la situación es que, mientras los principales países emisores de gases invernadero tienen avanzados sistemas de protección, los daños más importantes los están experimentando los países que menos contaminan. Los países ricos están generando el 46% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, América latina sólo el 5%, los países más pobres, el uno por ciento.

El director de Medio Ambiente de la ONU, Achim Steiner, dice que la estabilización de las emisiones es posible mediante la aplicación de tecnologías ya existentes o en desarrollo. Verificándolo, en la Cumbre Mundial de Bali se han presentado, junto con la necesidad de recortes drásticos de las emisiones, innúmeras propuestas, entre ellas la de Greenpeace, que planteó la creación de un fondo especial para preservar un pulmón del planeta, como el Amazonas, en riesgo por la deforestación. La Organización Meteorológica Mundial pidió medidas que ayuden ya a la población a enfrentar la escasez de agua, los climas extremos y otros peligros.

No hay demasiado tiempo para superar los intereses creados, denunciados con frecuencia, y actuar. Según el informe del PNUD, el mundo tiene sólo diez años para cambiar el rumbo, porque se está cerca de los puntos de inflexión en los que se puede pasar a deterioros muy graves.

El panel de la ONU, constituido por 2000 científicos de 140 países, que ha trabajado metódicamente durante 19 años, no ha dejado lugar a dudas. El mundo está en riesgo, y millones de personas pobres están sufriendo ya severos daños. De Boer, secretario de la Convención sobre cambio climático de la ONU, subraya: “El cambio climático ya ha comenzado y golpeará más duramente a los países más pobres”. Se estima que existen hoy 25 millones de “refugiados climáticos” en el mundo que no son reconocidos por el Derecho Internacional, que sólo protege a los que escapan de guerras o persecuciones.

Al Gore, también premiado con el Nobel 2007, resumió la situación con precisión al aceptarlo. “La próxima generación nos hará una de estas dos preguntas: “¿En qué estaban ustedes pensando, por qué no actuaron?, o ¿cómo encontraron el coraje moral para levantarse y resolver exitosamente una crisis que muchos decían que era imposible de solucionar?”.

El autor es asesor de la dirección del PNUD/ONU para América latina y el Caribe.

Un apartheid climático

Por Bernardo Kliksberg

Rajendra Pachauri, presidente del panel de la ONU sobre cambio climático, enfatizó, al recibir el Premio Nobel de la Paz 2007, que debía prestarse especial atención a “los impactos del cambio climático sobre las comunidades más pobres del mundo, porque pueden ser extremadamente desestabilizantes”. Otro Nobel de la Paz, el arzobispo Desmond Tutu, denunció que se está produciendo un nuevo apartheid, el climático. Los países y poblaciones pobres son mucho más vulnerables a las sequías, catástrofes, inundaciones, epidemias que está generando el calentamiento de la tierra, y tienen mucha menor capacidad de adaptarse a estas realidades.

Plantea: “¿Cómo puede una campesina pobre de Malawi adaptarse al cambio climático cuando las frecuentes sequías y la falta de lluvia merman la producción? ¿Quizá tendrá que reducir la calidad de la nutrición de su familia o sacar a sus hijos de la escuela? ¿Cómo puede una persona que vive en un barrio marginal de Manila o Puerto Príncipe protegido sólo con planchas plásticas y metálicas adaptarse a ciclones cada vez más intensos? ¿Cómo pueden las personas que viven en los grandes deltas del Ganges o el Mekong adaptarse al anegamiento de sus viviendas y de sus tierras?”.

El riguroso y agudo Informe de Desarrollo Humano 2007, del PNUD, dedicado a la lucha contra el cambio climático subraya: “A medida que aumenta el nivel del mar, ciudades como Londres y Los Angeles pueden enfrentar el riesgo de inundaciones, porque sus habitantes están protegidos por modernos sistemas de defensa. Por el contrario, cuando el calentamiento global altera los patrones climáticos en el Cuerno de Africa, significa la pérdida de cosechas, y hambrunas”.

Según los datos del Informe, entre 2000 y 2004, 264 millones de personas fueron afectadas por desastres climáticos anuales. El 98% vivía en países en desarrollo. En los países ricos que integran la OCDE sólo uno de cada 1500 habitantes recibió el impacto, en los países en desarrollo, uno de cada diecinueve. El índice de vulnerabilidad de los pobres es 79 veces peor.

El proceso de calentamiento global avanza con fuerza. Las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor e impiden sea expulsado a la atmósfera han alcanzado 380 partes por millón de dióxido de carbono, cifra mayor al rango de los últimos 650.000 años. En 2006 fue puesto en la atmósfera un volumen de dióxido de carbono igual al estimado por el Panel ONU en el peor de sus escenarios. El calentamiento ha acelerado el deshielo de los glaciares árticos, que puede llevar a un rápido crecimiento en el nivel de los mares.

Ya se ven cambios como la extinción de especies y la pérdida de biodiversidad. Las reservas de peces retroceden, tierras arables se vuelven infértiles y hay más personas sin agua potable. Algunos de los impactos, como las sequías, las tormentas más intensas y las inundaciones están borrando los progresos que poblaciones pobres habían hecho en relación con las metas del milenio.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advierte que existe la amenaza de una “doble catástrofe, con tempranos reveses para el desarrollo humano de los pobres del mundo seguidos luego de peligros a largo plazo para toda la humanidad”.

Hay serios riesgos para América latina, una región con el 38% de su población en la pobreza. La mayor vulnerabilidad de los pobres se ha visto con claridad en los recientes desastres de Pisco, Tabasco y Santo Domingo. Ellos fueron masivamente los más golpeados.

Ciento veintiocho millones de latinoamericanos viven en tugurios, en áreas fácilmente inundables, no protegidas y en viviendas precarias.

Uno de los campos de mayores riesgos es el de la salud pública. Se estima que, a nivel mundial, las víctimas del paludismo, que actualmente mata un millón de personas por año, pueden crecer de 220 a 400 millones, y enfermedades como el dengue, típicas de América latina, pueden ampliarse.

Una paradoja inaceptable de toda la situación es que, mientras los principales países emisores de gases invernadero tienen avanzados sistemas de protección, los daños más importantes los están experimentando los países que menos contaminan. Los países ricos están generando el 46% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, América latina sólo el 5%, los países más pobres, el uno por ciento.

El director de Medio Ambiente de la ONU, Achim Steiner, dice que la estabilización de las emisiones es posible mediante la aplicación de tecnologías ya existentes o en desarrollo. Verificándolo, en la Cumbre Mundial de Bali se han presentado, junto con la necesidad de recortes drásticos de las emisiones, innúmeras propuestas, entre ellas la de Greenpeace, que planteó la creación de un fondo especial para preservar un pulmón del planeta, como el Amazonas, en riesgo por la deforestación. La Organización Meteorológica Mundial pidió medidas que ayuden ya a la población a enfrentar la escasez de agua, los climas extremos y otros peligros.

No hay demasiado tiempo para superar los intereses creados, denunciados con frecuencia, y actuar. Según el informe del PNUD, el mundo tiene sólo diez años para cambiar el rumbo, porque se está cerca de los puntos de inflexión en los que se puede pasar a deterioros muy graves.

El panel de la ONU, constituido por 2000 científicos de 140 países, que ha trabajado metódicamente durante 19 años, no ha dejado lugar a dudas. El mundo está en riesgo, y millones de personas pobres están sufriendo ya severos daños. De Boer, secretario de la Convención sobre cambio climático de la ONU, subraya: “El cambio climático ya ha comenzado y golpeará más duramente a los países más pobres”. Se estima que existen hoy 25 millones de “refugiados climáticos” en el mundo que no son reconocidos por el Derecho Internacional, que sólo protege a los que escapan de guerras o persecuciones.

Al Gore, también premiado con el Nobel 2007, resumió la situación con precisión al aceptarlo. “La próxima generación nos hará una de estas dos preguntas: “¿En qué estaban ustedes pensando, por qué no actuaron?, o ¿cómo encontraron el coraje moral para levantarse y resolver exitosamente una crisis que muchos decían que era imposible de solucionar?”.

El autor es asesor de la dirección del PNUD/ONU para América latina y el Caribe.

“Las hinchadas son xenófobas, racistas y discriminadoras”

El sociólogo Pablo Alabarces analiza la violencia en el fútbol argentino.



En el país ya murieron más de 200 personas por incidentes vinculados con la violencia en el fútbol, “el opio moderno de los pueblos”, según el sociólogo argentino Pablo Alabarces.

“La violencia es previsible y, por lo tanto, es explicable y evitable”, sostiene Alabarces, que se ha dedicado a analizar en profundidad este complejo fenómeno.

Doctorado en filosofía en Inglaterra, secretario de posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y profesor titular del seminario “Cultura popular y cultura masiva”, de esa universidad, Alabarces (de 46 años) encara el diálogo con una táctica defensiva: “Dicen que me dedico al fútbol, pero yo simplemente hago sociología”.

En su opinión, “la violencia no es un problema de barras: responde a la cultura del aguante, que tiene su propia ética”. Autor de títulos como Crónicas del aguante y Fútbol, violencia y política, y compilador de Hinchadas, pone la lupa sobre las conductas de hinchas, jugadores, políticos, empresarios y periodistas.

Después de haberse desempeñado como asesor del ex árbitro Javier Castrilli en la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, está convencido de que nadie quiere hacer nada para cambiar “este universo homofóbico, xenófobo y violento” en el que anida “el último bastión de resistencia masculino".

-¿Por qué eligió el fútbol como objeto de investigación?

-Porque es un hecho sociológico fantástico. Incluye a un porcentaje elevadísimo de la población masculina y a uno cada vez mayor de la femenina. El fútbol es hoy por hoy el campo que más participantes atrae en la cultura argentina.

-¿Una cultura violenta?

-Ahí está el asunto: la violencia no es sólo una cuestión de barras bravas. El día que mataron a un hincha de Tigre, meses atrás, un periodista escribió una crónica que incorporaba testimonios de la gente del barrio. Un vecino decía: "Che, qué desastre, esto no puede pasar...". E inmediatamente añadía: "Pero ¿viste como corrían los de Tigre?". No se trataba de un barra brava ni de un hincha militante. Sin embargo, participaba del concepto del aguante.En ese contexto, la violencia es motivo de orgullo.

-¿Qué encierra la idea de "tener aguante"?

-No significa ser un hincha militante, fanático, pasional que acompaña a su equipo, que lleva banderas o que canta hasta el agotamiento. La cultura del aguante es una metáfora. Es, fundamentalmente, una ética, una concepción moral del mundo según la cual tener aguante significa ser más macho que otro. Pero los opuestos no son hombre versus mujer, sino hombre versus no hombre. El aguante tiene que ser demostrado continuamente, con la lógica de los hinchas, en el combate. Si no hay combate no hay aguante.

-¿Qué es la "hinchada"?

-La cultura del fútbol es uno de los núcleos más machistas y homofóbicos de la cultura argentina. Las hinchadas son xenófobas, racistas, discriminadoras. Esto ocurre en un contexto en el cual la sociedad se moderniza y la mujer es cada vez más autónoma. El mundo del aguante es el último bastión de resistencia masculino. La hinchada tiene tres componentes: un núcleo muy duro, que es la barra; uno más amplio, al que llamamos la militancia, y un núcleo más periférico: los hinchas comunes. Estos últimos están lejos de ser santos, porque cantan orgullosos que su hinchada tiene más aguante. Las relaciones entre estos tres sectores son complejas. Los hinchas militantes son capaces de participar en hechos de violencia, pero no de volver eso una mercancía. La diferencia con los barrabravas es que ese aguante ellos lo venden y obtienen dinero. La barra participa de un sistema corrupto. Como todos los dirigentes deportivos, e incluso los jugadores, hacen pingües negocios con la televisión, los pases, los contratos; la barra lo que dice es: nosotros ponemos pasión, ponemos color y cuando hace falta también ponemos aguante, a cambio queremos una parte del negocio.

-¿Cuándo comienza la violencia como cultura en el fútbol?

-Mi hipótesis -que es indemostrable, pero no ha sido refutada- es que esto se produjo durante la dictadura. Porque cambió la relación de la sociedad con la violencia. Una barra funciona como una especie de grupo de tareas que ejerce una violencia ilegítima con ciertos mandantes y esos mandantes son la dirigencia deportiva y la política.

-¿Qué significado social cobró el fútbol?

-Cuando desaparecen los mecanismos tradicionales de identificación (la política, el trabajo, la educación, el sindicalismo), el fútbol es generoso y da identidad sin pedir carnet. Pertenecer a un club es ser parte de ese territorio.

-¿Son muy poderosos los intereses sobre los que se construye la cultura del fútbol?

-Eso es lo que ha explotado con la barra de River, donde hay una unidad de negocios ligada a la posesión de aguante. Otro ejemplo: en agosto de 2006, la barra de Godoy Cruz impidió que se jugara el primer partido del campeonato. ¿Por qué? Porque como habían ascendido a primera reclamaban un porcentaje mayor: tenían que ascender también de categoría económica.

-Y son muchas las manos que quieren manejar...

-Ahí aparecen dos complicidades: una, la dirigencia deportiva corrupta y la barra. La otra es la dirigencia política, que en esa transacción recibe poder.

-Usted asesoró a Javier Castrilli. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Frustrante. Nos tenían como una especie de justificación científica. Cuando Castrilli asumió, en 2003, lo primero que me dijo fue: "Ahora vamos a hacer lo que siempre dijiste". Pero inmediatamente ratificó la prohibición de llevar banderas a los estadios. Le dije: "Javier, esto es contradictorio. Hay que producir un shock de reconocimiento de los derechos de los hinchas". La respuesta fue: "Primero, que me demuestren que se pueden portar bien". Castrilli me estaba diciendo que se iba a privar a los hinchas de sus derechos hasta que demostraran que eran inocentes.

-¿Qué haría usted?

-Hay que hacer todo de golpe, en 24 horas, y después mantenerlo durante diez años. Intervenir la AFA y la mayor parte de los clubes de fútbol. Y tomar medidas para la seguridad de los estadios. Hoy en el fútbol hay más riesgos por cuestiones estructurales, porque se puede caer un estadio, que por cuestiones de las barras. Además, hay que cambiar de manera radical la percepción del hincha. Mientras se los vea como culpables y violentos no hay política posible. Un cambio de percepción debe decir: los hinchas son organismos de la sociedad civil y hay que darles poder.

-¿No es contradictorio?

-No, porque una cosa es el poder clandestino y otra el poder civil de decir, por ejemplo, que las entradas son muy caras, que los lugares son incómodos o que la policía les pega.

Por Silvia Bacher

“Las hinchadas son xenófobas, racistas y discriminadoras”

El sociólogo Pablo Alabarces analiza la violencia en el fútbol argentino.



En el país ya murieron más de 200 personas por incidentes vinculados con la violencia en el fútbol, “el opio moderno de los pueblos”, según el sociólogo argentino Pablo Alabarces.

“La violencia es previsible y, por lo tanto, es explicable y evitable”, sostiene Alabarces, que se ha dedicado a analizar en profundidad este complejo fenómeno.

Doctorado en filosofía en Inglaterra, secretario de posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y profesor titular del seminario “Cultura popular y cultura masiva”, de esa universidad, Alabarces (de 46 años) encara el diálogo con una táctica defensiva: “Dicen que me dedico al fútbol, pero yo simplemente hago sociología”.

En su opinión, “la violencia no es un problema de barras: responde a la cultura del aguante, que tiene su propia ética”. Autor de títulos como Crónicas del aguante y Fútbol, violencia y política, y compilador de Hinchadas, pone la lupa sobre las conductas de hinchas, jugadores, políticos, empresarios y periodistas.

Después de haberse desempeñado como asesor del ex árbitro Javier Castrilli en la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, está convencido de que nadie quiere hacer nada para cambiar “este universo homofóbico, xenófobo y violento” en el que anida “el último bastión de resistencia masculino".

-¿Por qué eligió el fútbol como objeto de investigación?

-Porque es un hecho sociológico fantástico. Incluye a un porcentaje elevadísimo de la población masculina y a uno cada vez mayor de la femenina. El fútbol es hoy por hoy el campo que más participantes atrae en la cultura argentina.

-¿Una cultura violenta?

-Ahí está el asunto: la violencia no es sólo una cuestión de barras bravas. El día que mataron a un hincha de Tigre, meses atrás, un periodista escribió una crónica que incorporaba testimonios de la gente del barrio. Un vecino decía: "Che, qué desastre, esto no puede pasar...". E inmediatamente añadía: "Pero ¿viste como corrían los de Tigre?". No se trataba de un barra brava ni de un hincha militante. Sin embargo, participaba del concepto del aguante.En ese contexto, la violencia es motivo de orgullo.

-¿Qué encierra la idea de "tener aguante"?

-No significa ser un hincha militante, fanático, pasional que acompaña a su equipo, que lleva banderas o que canta hasta el agotamiento. La cultura del aguante es una metáfora. Es, fundamentalmente, una ética, una concepción moral del mundo según la cual tener aguante significa ser más macho que otro. Pero los opuestos no son hombre versus mujer, sino hombre versus no hombre. El aguante tiene que ser demostrado continuamente, con la lógica de los hinchas, en el combate. Si no hay combate no hay aguante.

-¿Qué es la "hinchada"?

-La cultura del fútbol es uno de los núcleos más machistas y homofóbicos de la cultura argentina. Las hinchadas son xenófobas, racistas, discriminadoras. Esto ocurre en un contexto en el cual la sociedad se moderniza y la mujer es cada vez más autónoma. El mundo del aguante es el último bastión de resistencia masculino. La hinchada tiene tres componentes: un núcleo muy duro, que es la barra; uno más amplio, al que llamamos la militancia, y un núcleo más periférico: los hinchas comunes. Estos últimos están lejos de ser santos, porque cantan orgullosos que su hinchada tiene más aguante. Las relaciones entre estos tres sectores son complejas. Los hinchas militantes son capaces de participar en hechos de violencia, pero no de volver eso una mercancía. La diferencia con los barrabravas es que ese aguante ellos lo venden y obtienen dinero. La barra participa de un sistema corrupto. Como todos los dirigentes deportivos, e incluso los jugadores, hacen pingües negocios con la televisión, los pases, los contratos; la barra lo que dice es: nosotros ponemos pasión, ponemos color y cuando hace falta también ponemos aguante, a cambio queremos una parte del negocio.

-¿Cuándo comienza la violencia como cultura en el fútbol?

-Mi hipótesis -que es indemostrable, pero no ha sido refutada- es que esto se produjo durante la dictadura. Porque cambió la relación de la sociedad con la violencia. Una barra funciona como una especie de grupo de tareas que ejerce una violencia ilegítima con ciertos mandantes y esos mandantes son la dirigencia deportiva y la política.

-¿Qué significado social cobró el fútbol?

-Cuando desaparecen los mecanismos tradicionales de identificación (la política, el trabajo, la educación, el sindicalismo), el fútbol es generoso y da identidad sin pedir carnet. Pertenecer a un club es ser parte de ese territorio.

-¿Son muy poderosos los intereses sobre los que se construye la cultura del fútbol?

-Eso es lo que ha explotado con la barra de River, donde hay una unidad de negocios ligada a la posesión de aguante. Otro ejemplo: en agosto de 2006, la barra de Godoy Cruz impidió que se jugara el primer partido del campeonato. ¿Por qué? Porque como habían ascendido a primera reclamaban un porcentaje mayor: tenían que ascender también de categoría económica.

-Y son muchas las manos que quieren manejar...

-Ahí aparecen dos complicidades: una, la dirigencia deportiva corrupta y la barra. La otra es la dirigencia política, que en esa transacción recibe poder.

-Usted asesoró a Javier Castrilli. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Frustrante. Nos tenían como una especie de justificación científica. Cuando Castrilli asumió, en 2003, lo primero que me dijo fue: "Ahora vamos a hacer lo que siempre dijiste". Pero inmediatamente ratificó la prohibición de llevar banderas a los estadios. Le dije: "Javier, esto es contradictorio. Hay que producir un shock de reconocimiento de los derechos de los hinchas". La respuesta fue: "Primero, que me demuestren que se pueden portar bien". Castrilli me estaba diciendo que se iba a privar a los hinchas de sus derechos hasta que demostraran que eran inocentes.

-¿Qué haría usted?

-Hay que hacer todo de golpe, en 24 horas, y después mantenerlo durante diez años. Intervenir la AFA y la mayor parte de los clubes de fútbol. Y tomar medidas para la seguridad de los estadios. Hoy en el fútbol hay más riesgos por cuestiones estructurales, porque se puede caer un estadio, que por cuestiones de las barras. Además, hay que cambiar de manera radical la percepción del hincha. Mientras se los vea como culpables y violentos no hay política posible. Un cambio de percepción debe decir: los hinchas son organismos de la sociedad civil y hay que darles poder.

-¿No es contradictorio?

-No, porque una cosa es el poder clandestino y otra el poder civil de decir, por ejemplo, que las entradas son muy caras, que los lugares son incómodos o que la policía les pega.

Por Silvia Bacher

Mercados latinoamericanos

En líneas generales, se espera una moderada reducción del crecimiento en el 2008 para la región. Aún así, bajo el escenario base de crecimiento mundial proyectado en las ‘Perspectivas de la economía mundial’ del Fondo Monetario Internacional (FMI), la expansión se mantendrá sólida, a una tasa de alrededor de 4,25%, con lo que se trataría del quinto año consecutivo de crecimiento por encima del 4%.

De forma más concreta, el organismo internacional señala que la actividad económica ha repuntado durante 2007 en países en los que el crecimiento fue relativamente modesto el año pasado, particularmente en Brasil, donde el incremento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) ascendió a 5,5% en el segundo trimestre de este año. En la mayoría de las demás naciones, la expansión conservó su vigor y en algunos casos siguió marcando máximos históricos. Aún después de la turbulencia que sufrieron los mercados financieros a mediados de año, los precios de los productos básicos permanecieron sólidos y estimularon la actividad económica de los países exportadores de esos productos, como Perú y Bolivia. En Colombia y Uruguay, el crecimiento ha estado alimentado sobre todo por la demanda interna, aunque también se ha beneficiado de la pujanza de las exportaciones. Las buenas cosechas en el 2007 han contribuido a estimular la producción de este año en Argentina y Paraguay.

Menos crecimiento

De cara al futuro, los nuevos estudios señalan que la contracción del crédito que ya están viviendo los mercados financieros y una fuerte desaceleración económica en Estados Unidos, combinada con una cierta repercusión en el crecimiento mundial y el consiguiente deterioro de los precios de los productos básicos, podrían hacer descender el crecimiento de América Latina en el 2008 hasta 2 puntos porcentuales por debajo del actual nivel de referencia. El crecimiento esperado en el próximo ejercicio 2008 por el FMI oscilará entre 3% y 4% en México, Ecuador y Uruguay, entre 4% y 5% en Brasil, Chile, Colombia y Paraguay, y entre 5,5% y 6% en Argentina, Bolivia, Perú y Venezuela.

A pesar de esta previsible desaceleración, el reciente panorama económico mundial no ha deteriorado la confianza en la evolución económica de los países de la región. “Latinoamérica continúa gozando de un ciclo económico muy favorable que creemos continuará el próximo año”, comenta David Tuesta Cárdenas, profesor de laPontificia Universidad Católica de Perú.Básicamente, dice, “existen dos soportes que lo periten. En primer lugar, están jugando muy a favor las reformas estructurales iniciadas en los noventa y que, en general, han seguido perfeccionándose a pesar de algunas dudas y temores a comienzos de este siglo. Se han dado sobre todo avances importantes para brindar a los países de una mayor competitividad (reducciones arancelarias, acuerdos comerciales…) y los inversores internacionales están comenzando a llegar ante las mejoras observadas, las cuales se perciben como más permanentes”. En segundo lugar, explica, “está el hecho de que países emergentes como China e India, continúan liderando el crecimiento mundial, y por tanto han sido demandantes centrales de materias primas, hecho que parece mantenerse a pesar de la situación financiera observada a nivel mundial”.

Las economías de Latinoamérica se encontrarán el año que viene con una importante prueba de fuego: el eventual deterioro del entorno externo. El FMI en su último informe sobre las perspectivas económicas de la región indica que “la reciente turbulencia financiera mundial y la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos y en otros países industriales constituyen la primera prueba real de la capacidad de recuperación de América Latina frente a los shocks desde el 2002”. La pregunta que se hacen los expertos es cómo la expansión que se registra en los países de la zona reaccionará ante estos problemas.

“Financieramente el impacto será escaso”, prevé Mauro Guillén, director del Lauder Institute de la Wharton School. Pero si la economía de EEUU entra en recesión, añade, “México y Centroamérica sufrirán mucho. La otra incógnita serán las presidenciales de noviembre en la primera potencia mundial. Los candidatos estadounidenses están haciendo concesiones a los intereses proteccionistas y esto puede hacer descarrilar las negociaciones de acuerdos de libre comercio con algunos países suramericanos”.

Según el FMI, en principio, la agitación reciente en los mercados financieros globales y sus repercusiones en la economía mundial podrían afectar a América Latina por medio de cuatro canales: la demanda externa real, en la medida en que se deteriore el crecimiento de los socios comerciales, en especial Estados Unidos; los descensos de los precios de los productos básicos y deterioro de los términos de intercambio a causa de la desaceleración de la actividad económica mundial; los canales financieros, como el encarecimiento del costo del capital y una reducción de los flujos de capital que recibe la región, o una salida de capitales; y por último un menor ingreso de remesas privadas a la región, conforme vayan reduciéndose los ingresos y el crédito de los trabajadores latinoamericanos en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos.


La importancia relativa de EEUU

El impacto del posible descenso de las exportaciones y remesas dependerá del grado de desaceleración de la actividad económica en los socios comerciales y esto a su vez probablemente dependa de la situación de la economía de EEUU. Aunque los organismos económicos internacionales coinciden en destacar que una fuerte desaceleración en la actividad estadounidense no incidirá significativamente en el crecimiento mundial, sobre todo si se tiene en cuenta el vigoroso desarrollo en los mercados emergentes. Es por ello que David Tuesta cree que todo “dependerá de la magnitud de la crisis estadounidense”, pero especifica que “mientras ésta no afecte ostensiblemente a China, en principio, se debería esperar una desaceleración en la región no tan dramática”. Por otro lado, América Latina en conjunto depende ahora menos de la demanda de EEUU. Las exportaciones a ese país disminuyeron de 57% del total de las exportaciones en el 2000 a 47% en el 2006, aunque aún se sitúan en un nivel elevadísimo en el caso de México (85%) y algunos países de América Central.



Más preocupante sería un fuerte descenso de los precios de los productos básicos, que han experimentado en los últimos meses un importante encarecimiento. Las estimaciones presentadas en la edición de abril de ‘Perspectivas económicas: Las Américas’ del FMI hacían pensar a los expertos que una caída trimestral de 5% en los precios de los productos que exporta la región reduciría, al cabo de dos trimestres, el crecimiento agregado de seis grandes economías latinoamericanas (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú) en aproximadamente un tercio de un punto porcentual. Sin embargo, los precios de los productos de exportación de Latinoamérica permanecen en niveles altos, y a mediano plazo por el momento solo se proyectan bajas leves. Un descenso más pronunciado de dichos precios sólo sería probable en el contexto de una desaceleración mundial más brusca.

Los altos precios de las materias primas (petróleo, gas, cobre, hierro, soja…) tienen a su vez un lado negativo ya que pueden generar inflación, advierten los expertos. La subida de los precios se mantiene contenida en comparación con los niveles del pasado, sin embargo, tras el mínimo histórico que la región como un todo registró en el 2006, las tasas han repuntado recientemente en muchos países. En Colombia y Uruguay, la inflación ha aumentado en un contexto de crecimiento sólido, y está aproximándose o superando el tope de las metas fijadas por el banco central. En Chile, México y Perú, si bien la inflación global se mantiene contenida, ha sido impulsada por encima de la meta por la inflación de los precios de los alimentos. La inflación también ha repuntado en algunos países de América Central y el Caribe; sigue siendo alta en Argentina; ha aumentado recientemente a dos dígitos en Bolivia (en términos interanuales), y se ha mantenido en los dos dígitos en Venezuela, pese a que las importaciones han ayudado a aliviar ciertas restricciones de la oferta. En Brasil, la inflación permanece por debajo del punto medio del rango fijado como meta, pero también ha empezado a aumentar recientemente.

Problemas inflacionistas

El alza de los precios de los alimentos desde mediados del 2006 contribuyó a la agudización de las presiones inflacionarias en muchos países; la media de la diferencia entre las tasas interanuales de inflación de los alimentos y de inflación global alcanzó 3,75% en agosto del 2007, según cálculos del FMI. Esto ha afectado tanto a países grandes (en especial Brasil, Chile, Colombia y México), como a los pequeños de América Central y el Caribe. Como respuesta, algunos gobiernos han tomado medidas para aplacar directamente las presiones de los precios de los alimentos.


“La subida de los precios de las materias primas favorece el crecimiento de la región, pero al mismo tiempo genera exceso de liquidez, lo que incrementa las expectativas de inflación”, explica Rafael Pampillón, profesor de Entorno Económico y Análisis de Países de la escuela de negocios española Instituto de Empresa. “El IPC puede dar disgustos en las economías de la zona y provocar que los bancos centrales opten por subidas de los tipos de interés, lo que frenará el crecimiento económico”, advierte.



Los expertos señalan que las medidas políticas internas pueden desempeñar un papel determinante en todas estas economías, sea mitigando o agravando los problemas o dificultades que el panorama internacional les presentará en 2008. Es por ello que el creciente populismo político que se está desarrollando en la región es observado con mucha atención por los inversores internacionales. “El factor político es siempre un riesgo en la región”, reconoce David Tuesta. Este profesor de la Pontificia Universidad Católica de Perú cree que “el efecto futuro de las políticas populistas dependerán de la efectividad de los gobiernos en administrar los mayores recursos fiscales para programas sociales que hayan sido correctamente focalizados y de si van avanzando en temas más de largo plazo como educación, a fin de mejorar la productividad de la población y así asegurar un mayor compromiso con las reformas económicas”. Rafael Pampillón ve un “importante peligro” si los gobiernos como los de Hugo Chávez en Venezuela, o Rafael Correa en Ecuador, “se encaminan hacia un desbordamiento del gasto público y un intento de controlar los precios y los mercados”.

Retos y objetivos

En cuanto a los retos de Latinoamérica para el próximo ejercicio, el primer estudio anual sobre ‘Perspectivas Económicas de América Latina 2008’ elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que el crecimiento económico de la región aún es "demasiado bajo" y los dos motores "más importantes de su economía", Brasil y México, están perdiendo terreno frente a sus competidores asiáticos. Este organismo considera que Suramérica "no ha alcanzado todo su potencial" y que existen "múltiples oportunidades" que la región no debe desaprovechar.

En materia de inversión y desarrollo comercial el organismo cree que América Latina se ha consolidado como una de las zonas más atractivas del mundo en desarrollo, con más de 72.000 millones de dólares captados en 2006. Pero el auge de China e India en la economía global ha tenido un importante impacto en la región, debido a la competencia que se produce en los envíos a terceros mercados, especialmente EEUU, la Unión Europea y Japón.

Unos cuantos países de Latinoamérica se enfrentan a un nivel elevado de competencia por parte de China e India, especialmente de materias primas. Bolivia, Paraguay, Venezuela y Chile son los países latinoamericanos que menos sufren la competencia de estos dos gigantes asiáticos. Pero la OCDE ha advertido de que datos recientes sobre patrones comerciales de América Latina sugieren una llamada de atención sobre la necesidad de no concentrarse en determinadas exportaciones en detrimento de otros sectores. "América Latina debe de ver su relación con China e India más como una oportunidad de asociación que como una amenaza de competencia", ha recomendado el organismo, que reúne a 30 de las principales economías del mundo.

De la misma opinión es Rafael Pampillón. “El desarrollo económico de China e India es una oportunidad para los países latinoamericanos ya que podrán incrementar sus exportaciones a esos dos países. Según este profesor del Instituto de Empresa, estos dos gigantes asiáticos se han convertido en la “fábrica del mundo” y están demandando materias primas y “América Latina está jugando un papel muy importante en la venta de esas materias primas a ambos”. Pero, al mismo tiempo, Pampillón advierte de que “especializarse en exportaciones de materias primas es una amenaza ya que históricamente los países que hacen esto tienen una menor inversión en investigación y desarrollo lo que detiene su crecimiento y los hace mas dependientes de otros países”. Es por ello que, para este experto, los países latinoamericanos tienen que pasar de exportar materias primas a ser países desarrolladores de tecnología, servicios y bienes industriales.

Para 2008, los expertos vuelven a señalar como objetivo primordial de Latinoamérica el eterno y urgente reto de que la política fiscal y la política social reduzcan las disparidades socio económicas que sufren los países del área. También mantener el esfuerzo reformador en el sistema de pensiones y fomentar la competencia y mejorar la capacidad reguladora para conseguir que la inversión extranjera crezca y contribuya al desarrollo de la región.