lunes, julio 30, 2007

Los autos, los nuevos enemigos de los Franceses

Ahora que Michael Moore ha roto un tabú al usar a Francia como modelo de un sistema nacional de salud, tal vez convenga señalar otras cosas que Francia hace bien sin correr el riesgo de sufrir una andanada de chistes sobre este país. Por ejemplo, la manera en que París intenta controlar el tráfico y la polución causada por los automóviles.

Lo que París ha logrado es convertir en una pesadilla andar en auto y muy sencillo usar el transporte público o la bicicleta. Cualquier turista que intente circunnavegar en un auto el Arco de Triunfo seguramente nunca más volverá a conducir en París.

Sin embargo, hay muchos parisienses locos que lo hacen todo el tiempo... demasiados, en realidad. Entonces, el alcalde Bertrand Delanöe, un socialista, prometió en el momento de asumir su cargo, en 2001, reducir el tráfico de autos en un 40% para el año 2020.

Y lo dijo en serio. Vivo cerca del bulevar Saint Michel y hace dos años el municipio puso una franja divisoria de cemento entre el carril exclusivo para ómnibus y los de los autos, reduciendo la circulación de los autos privados de dos carriles a uno solo. Los taxis y las bicis circulan por los carriles de ómnibus.

Al mismo tiempo, cada parada de ómnibus fue equipada con una pantalla que anuncia a los usuarios cuánto tiempo tendrán que esperar el próximo. Durante la hora pico, cuando los autos inmovilizan las calles, no hay nada que iguale la satisfacción de pasar rápidamente junto a ellos montado en un micro.

Las rutas de los ómnibus llegan a los rincones más recónditos de París. También está el subte, y especialmente la gran Línea 1, que corre sobre neumáticos bajo los Campos Elíseos y más allá.

Además, hay un ingenioso tranvía nuevo, que corre a lo largo del límite sur de la ciudad, y varias líneas de trenes suburbanos que pueden usarse como transporte rápido dentro de la ciudad.

En suma, el transporte público lo llevará adonde usted quiera, y puede usarlo todo lo que necesite por medio de una tarjeta electrónica que se paga por semana o por mes (53,50 euros para París y los alrededores). Para todo lo demás, hay taxis que pueden llamarse por teléfono.

Lección para los alcaldes e intendentes de las grandes ciudades: si va a reducir los autos, primero dedíquese a acicalar y mejorar el transporte público.

El último frente que el alcalde Delanöe ha usado para la campaña antiautos son las bicicletas. Hace dos semanas, más de 10.000 sólidas bicicletas, pintadas de gris, se ofrecieron en alquiler en 750 locaciones de autoservicio distribuidas en todo París. El precio es modesto y las bicis pueden dejarse en cualquier estacionamiento público. Se supone que el número de bicicletas disponibles se duplicará para fin de año.

Lección para las grandes ciudades: ha llegado el momento de llevar a la práctica esta idea.

Cuestión de costos

Finalmente, una palabra acerca de los autos. En las ciudades estadounidenses, la palabra es "grande", y la justificación que se da usualmente es que los robustos estadounidenses necesitan autos robustos.

Los parisienses, en cambio, compran mayoritariamente autos pequeños. Y no porque la gente sea pequeña, sino porque el combustible es carísimo. La nafta cuesta el doble que en Nueva York.

Pero el precio del combustible diésel es mucho más bajo. De manera que en París la gente compra autos diésel pequeños no porque los franceses sean virtuosos (ése es otro tema), sino por sentido común en el plano económico.

Muchos de esos autos pequeños tienen lugar de sobra para gente de talle especial, y sin problema alcanzan (¡o exceden!) el límite de velocidad de 130 km por hora que rige en las autopistas nacionales.

Lección para el próximo presidente de Estados Unidos: subir los impuestos sobre la nafta. Mucho. Mientras tanto, hay una lección que París puede aprender de Nueva York: saquen todos esos excrementos de perro de las veredas.

Por Serge Schmemann
Del International Herald Tribune

1 comentario:

Anonymous dijo...

Bueno, creo que la industria del automovil en los estados unidos debe hacer algo mas que esos enormes automoviles que conducen solo a una persona, es tan dificil entender para un ciudadano no norteamericano el porque en los estados todos estan compitiendo por autos enormes con cilindradas en sus motores descomunales, para un planeta donde estamos ya viendo el daño climatico y por sobre todo el exeso de consumo de gasolinas elevan los valores a cotas nunca antes vista, es tan costoso para el resto del mundo usar el auto, por impuestos adicionales en cada pais ademas de los costos standar de la refinacion, que los estados deben como el mayor consumidor del planeta apostar a algo diferente. Autos compactos no significa menos seguridad, o menos calidad de conduccion, esta demostrado que el exeso de peso juega encontra de la seguridad dinamica y estos enormes autos desgastan sus neumaticos rapidamente y usualmente estan acompañado de vicios conductivos que un compacto deportivo no tiene, ademas la facilidad de estacionamiento y la agilidad de manobras es significativamente superior. En fin vehiculos de 5 o 6 o 7 metros con pesos de 2.500 kg a 3.500 kilos solo para transportar a una persona parece irreal. Saludos. Julio.