Creo que para gobernar hay que entender el país.
Entender el país, es según mi visión, antes que nada entender a los actores, sin por eso pensar en un esquema corporativo.
Creo que a los sindicatos hay muchos sectores y partidos que no los entienden, y ya me dirán que los sindicatos en Argentina son mafiosos, corruptos etc.
Los sindicatos en Argentina son muy parecidos a los sindicatos en EE.UU. en Francia o Alemania. Los invito a una reunión de la OIT, y verán que los secretarios generales de las centrales de los países mencionados, o de España, Sudáfrica o Gran Bretaña, se parecen muchísimo mas a Moyano que a la Madre Teresa.
Es que en ningún lugar resulta fácil, lidiar con patronales formadas en las concepciones del equilibrio entre capital y trabajo.
Hay sectores que tampoco entienden al actor social, eso que llamamos desempleados crónicos, piqueteros, etc, personas que fueron expulsadas del esquema productivo, básicamente en los noventa y que tienen hijos y hasta nietos que nunca vieron a sus padres y abuelos trabajar, que han perdido, la gimnasia y la cultura del trabajo.
Estos sectores no fueron entendidos ni por Menem ni por De la Rua, quienes no comprendían quienes eran, como habían surgido, y que había que hacer con ellos, trataron de reprimirlos, y no funcionó, trataron de estigmatizarlos, como vagos que no quieren trabajar y que solo cortan calles, pero finalmente el actor social encontró un lugar.
Por lo general los sectores que no entienden a los dos grupos antes mencionados, tampoco entienden a los empresarios, no entienden el mercado. Estos sectores no se dan cuenta que a los empresarios hay que apoyarlos en función de un plan estratégico, un plan inclusivo, que les de aire y margen de lucro, con instrumentos adecuados, reglas y límites precisos, que redundarán en beneficio de los mismos empresarios, ya que potenciarán el mercado interno. Que no hace falta mimarlos, tenerlos entre algodones y darles todas las ventajas, con algunas, las esenciales, alcanza.
A mi, en la Universidad me enseñaron que los capitales buscan ante todo seguridad, recuerdo el profesor de tercer año de Políticas públicas, que me decía: “Si a Uds. le garantizan una rentabilidad del 200% anual, Uds. quiere invertir, pero si les dicen que es en Beirut... ?”
Hoy dos de los principales de destinos de inversión de capital de riesgo son China e Irak.
Pregunta: ¿Las inversiones van a China o a Irak, por la seguridad jurídica o la institucionalidad?
Por otra parte Los Bancos Bear Stearns y Fannie Mae en EE.UU., invirtieron en instrumentos muy seguros, en el país mas seguro del mundo y fueron a la bancarrota. Un inversor que tenía acciones de esos bancos por 170 dólares, paso a tener papeles que valen menos de 0,20 de dólar.
Lo que busca el capital no es que lo mimen, lo único que busca el capital es tasa de retorno. A algún lugar tiene que ir, y va allí donde hay una rentabilidad importante.
En la Constitución china, marxista por supuesto, se señala que todos los medios de producción pertenecen al pueblo, con lo cual, el estado puede en cualquier momento, decirle a una empresa: gracias por todo, esto es mío Uds. se van; y no se quien le va a decir que no lo hagan, hoy nadie puede hacerlo. Y sin embargo es el destino mas importante de las inversiones globales.
En Irak explotan bombas a diario, mueren personas a cada hora, y sin embargo contratistas inversores y capitales de riesgo se “matan” por entrar a Bagdad.
Al capital lo podés maltratar, ahogar, le podés imponer impuestos, retenciones, trabas de todo tipo y leyes ridículas, mientras lo dejes ganar se queda y sigue viniendo.
Estos sectores que ya han gobernado el país y no han gestionado bien, no entienden la importancia de las PYMES, como motor de la economía. Pregunté en clases de alumnos de postgrado de economía, y de ciencias políticas, cual era el país exportador número uno del mundo, por lo general recibo como respuesta, EE.UU o China, y la respuesta es Alemania, a pesar de tener una moneda fuerte como el Euro, pero claro Alemania es el país de las PYMES.
Creo que los valores, como la honestidad o la transparencia son muy importantes, pero tampoco alcanzan para gobernar. Mi tío es una de las personas mas honestas y derechas que conocí en mi vida, pero yo no lo pondría a dirigir una empresa.
Para gobernar no alcanza con entender a la clase media o a cierto sector de la clase media alta, no es que no sea importante, pero para gestionar exitosamente, no alcanza. Hace falta entender el país.
Rubén Weinsteiner
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