jueves, marzo 13, 2008
Jorge Guinzburg
"Pucha, cada vez estamos más solos, Diógenes", dice el Linyera a lo que su compañero agrega: "... y más tristes..." reza la tira de humor de hoy de la contratapa de Clarín. Así se despidió el dibujante Tabaré de su entrañable amigo Jorge Ginzburg, quien murió ayer a los 59 años, por una afección pulmonar. Juntos, durante 31 años, y con la colaboración de Carlos Abrevaya, llevaron diariamente las andanzas de Diógenes y el Linyera.
"Jorge y Carlos, fueron los creadores de esos personaje en la época de Satiricón y me llamaron a mi para que dibujara", recuerda Tabaré. Con sonrisa nostálgica cuenta que por ese entonces: "Había que presentar la tira a la mañana y Jorge me la mandaba en una servilletita de café".
Al referirse a la publicación de hoy, Tabaré dice: "Expresa tristeza... se fue un amigo" y "ahora que el tiene que seguir adelante con estos dos compañeros soy yo", agrega en referencia los personajes.
Jorge Guinzburg
"Pucha, cada vez estamos más solos, Diógenes", dice el Linyera a lo que su compañero agrega: "... y más tristes..." reza la tira de humor de hoy de la contratapa de Clarín. Así se despidió el dibujante Tabaré de su entrañable amigo Jorge Ginzburg, quien murió ayer a los 59 años, por una afección pulmonar. Juntos, durante 31 años, y con la colaboración de Carlos Abrevaya, llevaron diariamente las andanzas de Diógenes y el Linyera.
"Jorge y Carlos, fueron los creadores de esos personaje en la época de Satiricón y me llamaron a mi para que dibujara", recuerda Tabaré. Con sonrisa nostálgica cuenta que por ese entonces: "Había que presentar la tira a la mañana y Jorge me la mandaba en una servilletita de café".
Al referirse a la publicación de hoy, Tabaré dice: "Expresa tristeza... se fue un amigo" y "ahora que el tiene que seguir adelante con estos dos compañeros soy yo", agrega en referencia los personajes.
Los excluidos incurables
Por Daniel Larriqueta
En la matrícula de las escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires con que empieza el año lectivo, un 23 por ciento de los inscriptos corresponde a niños que son hijos de padres que no trabajaron nunca. Como está dicho: no trabajaron nunca. Es una masa impresionante de niños argentinos hijos de padres argentinos que conforman, de este modo, otra cultura, otro sistema de valores, otra sociedad. ¿Otro país?
Niños que, sin duda, llegan a la escuela sin patrones culturales ligados al esfuerzo o a la disciplina. Y detrás de ellos están esos padres que conforman un grupo social amplísimo y claramente excluido, no sólo en lo económico, sino, probablemente, también en lo sociopsicológico.
Hace algunas semanas, el diario Los Andes, de Mendoza, publicó una información ligada a los problemas de seguridad, y dijo que en esa provincia, con una población de alrededor de 1,8 millones de personas, había 40.000 jóvenes que no trabajaban ni estudiaban; y que el paso de algunos de ellos por los centros urbanos resultaba en problemas graves de seguridad.
El dato me sorprendió por el volumen, pero ya unos meses antes, en una rueda con médicos que actúan en los hospitales del Gran Mendoza, había escuchado la aflicción por el desamparo y la anomia con que llegaba la gente a los centros de salud, y los problemas sociales y familiares que se podían advertir.
Si las cifras de Mendoza son buen indicador, se debe calcular que, en el conjunto nacional, la cantidad de jóvenes en tal situación de exclusión absoluta llega al millón, o sea, un poco más del 2 por ciento de la población total.
No necesito subrayarlo, se trata de un verdadero ejército de jóvenes excluidos, autoexcluidos, desesperanzados o definitivamente desenganchados del sistema de valores sobre el que se asienta la identidad de la Argentina y nuestro sistema convivencial.
Porque el aspecto dramático de la cuestión no es tanto la insuficiencia de las políticas de inclusión clásicas –educación, trabajo, asistencia social–, que podría ser superada por una gestión pública eficaz, sino la duda de si esos compatriotas tienen voluntad de reinsertarse en el modo de vida y el sistema de valores del país. Tendemos a pensar que estando todos sumidos en una sociedad de consumo trepidante, ella ha de proveer los estímulos para que este grupo social emprenda el camino de la reinserción. Nada más incierto.
Durante el verano, un amigo abogado laboralista tropezó en Mar del Plata con un grupo de muchachos que se refugiaban de la lluvia sentados en una esquina. Les preguntó por qué no cruzaban al shopping que estaba a un paso y recibió una respuesta cabal: “No hay nada para nosotros allí adentro”. Y articulando esta respuesta con las experiencias que ya lleva hechas Mendoza con sus excluidos, se entienden los resultados: los programas mendocinos de inclusión han tenido hasta ahora un éxito de sólo el 4 por ciento.
Pareciera que estamos ahora ante la manifestación ácida de lo que hemos venido temiendo en los últimos años: la anomia, la ruptura del sistema de valores, la pérdida de sentido para la vida de muchos argentinos, ese millón de jóvenes y sus hijos y acaso también otros mayores que no detectamos con tanta facilidad. Este asunto es un vitriolo para la sociedad argentina, un daño capaz de descalzar no sólo el anhelo de seguridad, sino la pervivencia del modelo de esfuerzo con que se construyó nuestro país y que la mayoría considera, aún, virtuoso. Y es un tema de la sociedad argentina, porque en otras sociedades de la región hay formas de exclusión crónica que llenan las páginas policiales, pero no parecen desestabilizar el conjunto.
Lo dicho no es una afirmación de orgullo, sino de desafío. Habrá quienes piensen que la política del garrote puede permitir encapsular territorial y socialmente a tales personas. Aparte de las consideraciones morales, esa política compromete el desarrollo social y condena a los países a permanecer en una doble legitimidad incompatible con el progreso. Se deteriora la paz interior, se pierden energías creadoras y, antes o después, se puede asistir al estallido de esas cápsulas que parecían tan ingeniosas.
Se me ocurre que el desafío hay que asumirlo con libertad creadora y una fuerte dosis de humildad. No se trata de llegar a esos compatriotas con el conjunto de valores que a nosotros nos parecen “correctos” y proponerlos con una actitud docente y jerárquica. El camino puede ser colocarse en el conjunto de emociones, sentimientos y gustos que ellos tienen para construir desde allí una reaproximación a los valores consagrados. Esta sería la tarea completamente novedosa para lo mejor de la inteligencia argentina, de la dirigencia política y del ánimo solidario.
Algo de esto conversé en Mendoza con el reflexivo periodista Carlos La Rosa, pensando que esos 40.000 jóvenes probablemente se interesen por las prácticas deportivas y algunas formas de actividades artísticas, que pueden ser ofrecidas y sistematizadas desde los numerosos clubes y entidades vecinales con que cuenta la provincia. Es a partir de esos atractivos como después se podrá proponer, de modo pausado y sin presión, el agregado de formación laboral o de educación más completa. Lo esbozado implica, por cierto, que el Estado provincial, en ese caso, rompa sus compartimientos estancos para que los ministerios de seguridad, deportes, cultura, educación y salud inventen con los voluntarios y las entidades intermedias programas múltiples, ricos, atractivos.
Esa conversación la he repetido en Buenos Aires con el dirigente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. D’Onofrio ha llegado a conclusiones parecidas acompañando al equipo a presentaciones en el interior y me relató su experiencia en Jujuy, donde la gente más pobre y de todas las localidades se movilizaba no sólo para los partidos sino para acompañar los desplazamientos de los jugadores. La anomia de los excluidos no es absoluta, hay otros gustos y valores por los que se puede entrar en su interés y proponer llamadores completamente iconoclastas pero que acaso funcionen.
No hay que dar vuelta la cara. Los argentinos tenemos un problema dramático con nuestros excluidos incurables, un problema que nos debe avergonzar y que, querámoslo o no, nos amenaza. Pero, ¿por qué no podemos tener el ingenio y el coraje para encontrar soluciones no convencionales? ¿Por qué no podemos inventar remedios nuevos para esta enfermedad incurable con los métodos clásicos? ¿Y por qué no empezar ya mismo?
La exclusión anómica masiva es una enfermedad nueva en la sociedad argentina, pero si no actuamos bien y con energía, se puede volver crónica.
¿No es eso lo que nos están anunciando los miles de niños que llegan a la escuela sin conocer la cultura del trabajo en su propio hogar?
El autor es economista e historiador
En la matrícula de las escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires con que empieza el año lectivo, un 23 por ciento de los inscriptos corresponde a niños que son hijos de padres que no trabajaron nunca. Como está dicho: no trabajaron nunca. Es una masa impresionante de niños argentinos hijos de padres argentinos que conforman, de este modo, otra cultura, otro sistema de valores, otra sociedad. ¿Otro país?
Niños que, sin duda, llegan a la escuela sin patrones culturales ligados al esfuerzo o a la disciplina. Y detrás de ellos están esos padres que conforman un grupo social amplísimo y claramente excluido, no sólo en lo económico, sino, probablemente, también en lo sociopsicológico.
Hace algunas semanas, el diario Los Andes, de Mendoza, publicó una información ligada a los problemas de seguridad, y dijo que en esa provincia, con una población de alrededor de 1,8 millones de personas, había 40.000 jóvenes que no trabajaban ni estudiaban; y que el paso de algunos de ellos por los centros urbanos resultaba en problemas graves de seguridad.
El dato me sorprendió por el volumen, pero ya unos meses antes, en una rueda con médicos que actúan en los hospitales del Gran Mendoza, había escuchado la aflicción por el desamparo y la anomia con que llegaba la gente a los centros de salud, y los problemas sociales y familiares que se podían advertir.
Si las cifras de Mendoza son buen indicador, se debe calcular que, en el conjunto nacional, la cantidad de jóvenes en tal situación de exclusión absoluta llega al millón, o sea, un poco más del 2 por ciento de la población total.
No necesito subrayarlo, se trata de un verdadero ejército de jóvenes excluidos, autoexcluidos, desesperanzados o definitivamente desenganchados del sistema de valores sobre el que se asienta la identidad de la Argentina y nuestro sistema convivencial.
Porque el aspecto dramático de la cuestión no es tanto la insuficiencia de las políticas de inclusión clásicas –educación, trabajo, asistencia social–, que podría ser superada por una gestión pública eficaz, sino la duda de si esos compatriotas tienen voluntad de reinsertarse en el modo de vida y el sistema de valores del país. Tendemos a pensar que estando todos sumidos en una sociedad de consumo trepidante, ella ha de proveer los estímulos para que este grupo social emprenda el camino de la reinserción. Nada más incierto.
Durante el verano, un amigo abogado laboralista tropezó en Mar del Plata con un grupo de muchachos que se refugiaban de la lluvia sentados en una esquina. Les preguntó por qué no cruzaban al shopping que estaba a un paso y recibió una respuesta cabal: “No hay nada para nosotros allí adentro”. Y articulando esta respuesta con las experiencias que ya lleva hechas Mendoza con sus excluidos, se entienden los resultados: los programas mendocinos de inclusión han tenido hasta ahora un éxito de sólo el 4 por ciento.
Pareciera que estamos ahora ante la manifestación ácida de lo que hemos venido temiendo en los últimos años: la anomia, la ruptura del sistema de valores, la pérdida de sentido para la vida de muchos argentinos, ese millón de jóvenes y sus hijos y acaso también otros mayores que no detectamos con tanta facilidad. Este asunto es un vitriolo para la sociedad argentina, un daño capaz de descalzar no sólo el anhelo de seguridad, sino la pervivencia del modelo de esfuerzo con que se construyó nuestro país y que la mayoría considera, aún, virtuoso. Y es un tema de la sociedad argentina, porque en otras sociedades de la región hay formas de exclusión crónica que llenan las páginas policiales, pero no parecen desestabilizar el conjunto.
Lo dicho no es una afirmación de orgullo, sino de desafío. Habrá quienes piensen que la política del garrote puede permitir encapsular territorial y socialmente a tales personas. Aparte de las consideraciones morales, esa política compromete el desarrollo social y condena a los países a permanecer en una doble legitimidad incompatible con el progreso. Se deteriora la paz interior, se pierden energías creadoras y, antes o después, se puede asistir al estallido de esas cápsulas que parecían tan ingeniosas.
Se me ocurre que el desafío hay que asumirlo con libertad creadora y una fuerte dosis de humildad. No se trata de llegar a esos compatriotas con el conjunto de valores que a nosotros nos parecen “correctos” y proponerlos con una actitud docente y jerárquica. El camino puede ser colocarse en el conjunto de emociones, sentimientos y gustos que ellos tienen para construir desde allí una reaproximación a los valores consagrados. Esta sería la tarea completamente novedosa para lo mejor de la inteligencia argentina, de la dirigencia política y del ánimo solidario.
Algo de esto conversé en Mendoza con el reflexivo periodista Carlos La Rosa, pensando que esos 40.000 jóvenes probablemente se interesen por las prácticas deportivas y algunas formas de actividades artísticas, que pueden ser ofrecidas y sistematizadas desde los numerosos clubes y entidades vecinales con que cuenta la provincia. Es a partir de esos atractivos como después se podrá proponer, de modo pausado y sin presión, el agregado de formación laboral o de educación más completa. Lo esbozado implica, por cierto, que el Estado provincial, en ese caso, rompa sus compartimientos estancos para que los ministerios de seguridad, deportes, cultura, educación y salud inventen con los voluntarios y las entidades intermedias programas múltiples, ricos, atractivos.
Esa conversación la he repetido en Buenos Aires con el dirigente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. D’Onofrio ha llegado a conclusiones parecidas acompañando al equipo a presentaciones en el interior y me relató su experiencia en Jujuy, donde la gente más pobre y de todas las localidades se movilizaba no sólo para los partidos sino para acompañar los desplazamientos de los jugadores. La anomia de los excluidos no es absoluta, hay otros gustos y valores por los que se puede entrar en su interés y proponer llamadores completamente iconoclastas pero que acaso funcionen.
No hay que dar vuelta la cara. Los argentinos tenemos un problema dramático con nuestros excluidos incurables, un problema que nos debe avergonzar y que, querámoslo o no, nos amenaza. Pero, ¿por qué no podemos tener el ingenio y el coraje para encontrar soluciones no convencionales? ¿Por qué no podemos inventar remedios nuevos para esta enfermedad incurable con los métodos clásicos? ¿Y por qué no empezar ya mismo?
La exclusión anómica masiva es una enfermedad nueva en la sociedad argentina, pero si no actuamos bien y con energía, se puede volver crónica.
¿No es eso lo que nos están anunciando los miles de niños que llegan a la escuela sin conocer la cultura del trabajo en su propio hogar?
El autor es economista e historiador
Etiquetas:
Brecha,
Brecha digital,
Economía,
Economía 2.0,
marginalidad,
Trabajo
Los excluidos incurables
Por Daniel Larriqueta
En la matrícula de las escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires con que empieza el año lectivo, un 23 por ciento de los inscriptos corresponde a niños que son hijos de padres que no trabajaron nunca. Como está dicho: no trabajaron nunca. Es una masa impresionante de niños argentinos hijos de padres argentinos que conforman, de este modo, otra cultura, otro sistema de valores, otra sociedad. ¿Otro país?
Niños que, sin duda, llegan a la escuela sin patrones culturales ligados al esfuerzo o a la disciplina. Y detrás de ellos están esos padres que conforman un grupo social amplísimo y claramente excluido, no sólo en lo económico, sino, probablemente, también en lo sociopsicológico.
Hace algunas semanas, el diario Los Andes, de Mendoza, publicó una información ligada a los problemas de seguridad, y dijo que en esa provincia, con una población de alrededor de 1,8 millones de personas, había 40.000 jóvenes que no trabajaban ni estudiaban; y que el paso de algunos de ellos por los centros urbanos resultaba en problemas graves de seguridad.
El dato me sorprendió por el volumen, pero ya unos meses antes, en una rueda con médicos que actúan en los hospitales del Gran Mendoza, había escuchado la aflicción por el desamparo y la anomia con que llegaba la gente a los centros de salud, y los problemas sociales y familiares que se podían advertir.
Si las cifras de Mendoza son buen indicador, se debe calcular que, en el conjunto nacional, la cantidad de jóvenes en tal situación de exclusión absoluta llega al millón, o sea, un poco más del 2 por ciento de la población total.
No necesito subrayarlo, se trata de un verdadero ejército de jóvenes excluidos, autoexcluidos, desesperanzados o definitivamente desenganchados del sistema de valores sobre el que se asienta la identidad de la Argentina y nuestro sistema convivencial.
Porque el aspecto dramático de la cuestión no es tanto la insuficiencia de las políticas de inclusión clásicas –educación, trabajo, asistencia social–, que podría ser superada por una gestión pública eficaz, sino la duda de si esos compatriotas tienen voluntad de reinsertarse en el modo de vida y el sistema de valores del país. Tendemos a pensar que estando todos sumidos en una sociedad de consumo trepidante, ella ha de proveer los estímulos para que este grupo social emprenda el camino de la reinserción. Nada más incierto.
Durante el verano, un amigo abogado laboralista tropezó en Mar del Plata con un grupo de muchachos que se refugiaban de la lluvia sentados en una esquina. Les preguntó por qué no cruzaban al shopping que estaba a un paso y recibió una respuesta cabal: “No hay nada para nosotros allí adentro”. Y articulando esta respuesta con las experiencias que ya lleva hechas Mendoza con sus excluidos, se entienden los resultados: los programas mendocinos de inclusión han tenido hasta ahora un éxito de sólo el 4 por ciento.
Pareciera que estamos ahora ante la manifestación ácida de lo que hemos venido temiendo en los últimos años: la anomia, la ruptura del sistema de valores, la pérdida de sentido para la vida de muchos argentinos, ese millón de jóvenes y sus hijos y acaso también otros mayores que no detectamos con tanta facilidad. Este asunto es un vitriolo para la sociedad argentina, un daño capaz de descalzar no sólo el anhelo de seguridad, sino la pervivencia del modelo de esfuerzo con que se construyó nuestro país y que la mayoría considera, aún, virtuoso. Y es un tema de la sociedad argentina, porque en otras sociedades de la región hay formas de exclusión crónica que llenan las páginas policiales, pero no parecen desestabilizar el conjunto.
Lo dicho no es una afirmación de orgullo, sino de desafío. Habrá quienes piensen que la política del garrote puede permitir encapsular territorial y socialmente a tales personas. Aparte de las consideraciones morales, esa política compromete el desarrollo social y condena a los países a permanecer en una doble legitimidad incompatible con el progreso. Se deteriora la paz interior, se pierden energías creadoras y, antes o después, se puede asistir al estallido de esas cápsulas que parecían tan ingeniosas.
Se me ocurre que el desafío hay que asumirlo con libertad creadora y una fuerte dosis de humildad. No se trata de llegar a esos compatriotas con el conjunto de valores que a nosotros nos parecen “correctos” y proponerlos con una actitud docente y jerárquica. El camino puede ser colocarse en el conjunto de emociones, sentimientos y gustos que ellos tienen para construir desde allí una reaproximación a los valores consagrados. Esta sería la tarea completamente novedosa para lo mejor de la inteligencia argentina, de la dirigencia política y del ánimo solidario.
Algo de esto conversé en Mendoza con el reflexivo periodista Carlos La Rosa, pensando que esos 40.000 jóvenes probablemente se interesen por las prácticas deportivas y algunas formas de actividades artísticas, que pueden ser ofrecidas y sistematizadas desde los numerosos clubes y entidades vecinales con que cuenta la provincia. Es a partir de esos atractivos como después se podrá proponer, de modo pausado y sin presión, el agregado de formación laboral o de educación más completa. Lo esbozado implica, por cierto, que el Estado provincial, en ese caso, rompa sus compartimientos estancos para que los ministerios de seguridad, deportes, cultura, educación y salud inventen con los voluntarios y las entidades intermedias programas múltiples, ricos, atractivos.
Esa conversación la he repetido en Buenos Aires con el dirigente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. D’Onofrio ha llegado a conclusiones parecidas acompañando al equipo a presentaciones en el interior y me relató su experiencia en Jujuy, donde la gente más pobre y de todas las localidades se movilizaba no sólo para los partidos sino para acompañar los desplazamientos de los jugadores. La anomia de los excluidos no es absoluta, hay otros gustos y valores por los que se puede entrar en su interés y proponer llamadores completamente iconoclastas pero que acaso funcionen.
No hay que dar vuelta la cara. Los argentinos tenemos un problema dramático con nuestros excluidos incurables, un problema que nos debe avergonzar y que, querámoslo o no, nos amenaza. Pero, ¿por qué no podemos tener el ingenio y el coraje para encontrar soluciones no convencionales? ¿Por qué no podemos inventar remedios nuevos para esta enfermedad incurable con los métodos clásicos? ¿Y por qué no empezar ya mismo?
La exclusión anómica masiva es una enfermedad nueva en la sociedad argentina, pero si no actuamos bien y con energía, se puede volver crónica.
¿No es eso lo que nos están anunciando los miles de niños que llegan a la escuela sin conocer la cultura del trabajo en su propio hogar?
El autor es economista e historiador
En la matrícula de las escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires con que empieza el año lectivo, un 23 por ciento de los inscriptos corresponde a niños que son hijos de padres que no trabajaron nunca. Como está dicho: no trabajaron nunca. Es una masa impresionante de niños argentinos hijos de padres argentinos que conforman, de este modo, otra cultura, otro sistema de valores, otra sociedad. ¿Otro país?
Niños que, sin duda, llegan a la escuela sin patrones culturales ligados al esfuerzo o a la disciplina. Y detrás de ellos están esos padres que conforman un grupo social amplísimo y claramente excluido, no sólo en lo económico, sino, probablemente, también en lo sociopsicológico.
Hace algunas semanas, el diario Los Andes, de Mendoza, publicó una información ligada a los problemas de seguridad, y dijo que en esa provincia, con una población de alrededor de 1,8 millones de personas, había 40.000 jóvenes que no trabajaban ni estudiaban; y que el paso de algunos de ellos por los centros urbanos resultaba en problemas graves de seguridad.
El dato me sorprendió por el volumen, pero ya unos meses antes, en una rueda con médicos que actúan en los hospitales del Gran Mendoza, había escuchado la aflicción por el desamparo y la anomia con que llegaba la gente a los centros de salud, y los problemas sociales y familiares que se podían advertir.
Si las cifras de Mendoza son buen indicador, se debe calcular que, en el conjunto nacional, la cantidad de jóvenes en tal situación de exclusión absoluta llega al millón, o sea, un poco más del 2 por ciento de la población total.
No necesito subrayarlo, se trata de un verdadero ejército de jóvenes excluidos, autoexcluidos, desesperanzados o definitivamente desenganchados del sistema de valores sobre el que se asienta la identidad de la Argentina y nuestro sistema convivencial.
Porque el aspecto dramático de la cuestión no es tanto la insuficiencia de las políticas de inclusión clásicas –educación, trabajo, asistencia social–, que podría ser superada por una gestión pública eficaz, sino la duda de si esos compatriotas tienen voluntad de reinsertarse en el modo de vida y el sistema de valores del país. Tendemos a pensar que estando todos sumidos en una sociedad de consumo trepidante, ella ha de proveer los estímulos para que este grupo social emprenda el camino de la reinserción. Nada más incierto.
Durante el verano, un amigo abogado laboralista tropezó en Mar del Plata con un grupo de muchachos que se refugiaban de la lluvia sentados en una esquina. Les preguntó por qué no cruzaban al shopping que estaba a un paso y recibió una respuesta cabal: “No hay nada para nosotros allí adentro”. Y articulando esta respuesta con las experiencias que ya lleva hechas Mendoza con sus excluidos, se entienden los resultados: los programas mendocinos de inclusión han tenido hasta ahora un éxito de sólo el 4 por ciento.
Pareciera que estamos ahora ante la manifestación ácida de lo que hemos venido temiendo en los últimos años: la anomia, la ruptura del sistema de valores, la pérdida de sentido para la vida de muchos argentinos, ese millón de jóvenes y sus hijos y acaso también otros mayores que no detectamos con tanta facilidad. Este asunto es un vitriolo para la sociedad argentina, un daño capaz de descalzar no sólo el anhelo de seguridad, sino la pervivencia del modelo de esfuerzo con que se construyó nuestro país y que la mayoría considera, aún, virtuoso. Y es un tema de la sociedad argentina, porque en otras sociedades de la región hay formas de exclusión crónica que llenan las páginas policiales, pero no parecen desestabilizar el conjunto.
Lo dicho no es una afirmación de orgullo, sino de desafío. Habrá quienes piensen que la política del garrote puede permitir encapsular territorial y socialmente a tales personas. Aparte de las consideraciones morales, esa política compromete el desarrollo social y condena a los países a permanecer en una doble legitimidad incompatible con el progreso. Se deteriora la paz interior, se pierden energías creadoras y, antes o después, se puede asistir al estallido de esas cápsulas que parecían tan ingeniosas.
Se me ocurre que el desafío hay que asumirlo con libertad creadora y una fuerte dosis de humildad. No se trata de llegar a esos compatriotas con el conjunto de valores que a nosotros nos parecen “correctos” y proponerlos con una actitud docente y jerárquica. El camino puede ser colocarse en el conjunto de emociones, sentimientos y gustos que ellos tienen para construir desde allí una reaproximación a los valores consagrados. Esta sería la tarea completamente novedosa para lo mejor de la inteligencia argentina, de la dirigencia política y del ánimo solidario.
Algo de esto conversé en Mendoza con el reflexivo periodista Carlos La Rosa, pensando que esos 40.000 jóvenes probablemente se interesen por las prácticas deportivas y algunas formas de actividades artísticas, que pueden ser ofrecidas y sistematizadas desde los numerosos clubes y entidades vecinales con que cuenta la provincia. Es a partir de esos atractivos como después se podrá proponer, de modo pausado y sin presión, el agregado de formación laboral o de educación más completa. Lo esbozado implica, por cierto, que el Estado provincial, en ese caso, rompa sus compartimientos estancos para que los ministerios de seguridad, deportes, cultura, educación y salud inventen con los voluntarios y las entidades intermedias programas múltiples, ricos, atractivos.
Esa conversación la he repetido en Buenos Aires con el dirigente de River Plate Rodolfo D’Onofrio. D’Onofrio ha llegado a conclusiones parecidas acompañando al equipo a presentaciones en el interior y me relató su experiencia en Jujuy, donde la gente más pobre y de todas las localidades se movilizaba no sólo para los partidos sino para acompañar los desplazamientos de los jugadores. La anomia de los excluidos no es absoluta, hay otros gustos y valores por los que se puede entrar en su interés y proponer llamadores completamente iconoclastas pero que acaso funcionen.
No hay que dar vuelta la cara. Los argentinos tenemos un problema dramático con nuestros excluidos incurables, un problema que nos debe avergonzar y que, querámoslo o no, nos amenaza. Pero, ¿por qué no podemos tener el ingenio y el coraje para encontrar soluciones no convencionales? ¿Por qué no podemos inventar remedios nuevos para esta enfermedad incurable con los métodos clásicos? ¿Y por qué no empezar ya mismo?
La exclusión anómica masiva es una enfermedad nueva en la sociedad argentina, pero si no actuamos bien y con energía, se puede volver crónica.
¿No es eso lo que nos están anunciando los miles de niños que llegan a la escuela sin conocer la cultura del trabajo en su propio hogar?
El autor es economista e historiador
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Brecha,
Brecha digital,
Economía,
Economía 2.0,
marginalidad,
Trabajo
Arabia Saudita: Petróleo y desempleo
La industria petrolera en Arabia Saudita, que emplea al 1% de la fuerza de trabajo, contribuye aproximadamente a la mitad del PBI. Esta paradoja pone en peligro la estabilidad social y económica, sobre todo si tenemos en cuenta que el 70% de la población no supera los 30 años.
Arabia Saudita: Petróleo y desempleo
La industria petrolera en Arabia Saudita, que emplea al 1% de la fuerza de trabajo, contribuye aproximadamente a la mitad del PBI. Esta paradoja pone en peligro la estabilidad social y económica, sobre todo si tenemos en cuenta que el 70% de la población no supera los 30 años.
Gracias a los cortes de gas de Argentina a Chile, Bolivia podría tener salida al mar
Desde la cancillería chilena, el titular de la cartera, Alejandro Foxley, aseguró que la posibilidad de dar salida marítima a Bolivia (territorio que sería cedido por Chile) ya está sobre la mesa, aunque no hay "una fórmula específica". La negociación está abierta desde que la Argentina comenzó con los cortes de envío de gas a Chile dada su propia crisis energética.
El canciller chileno, Alejandro Foxley, dijo que el tema de una salida boliviana al mar, está en la mesa de discusión pero todavía no se llega a una solución.
“Todavía no tenemos ninguna fórmula específica, pero está el tema en la mesa”, afirmó Foxley en declaraciones a radio ADN.
En aparente alusión al rechazo de sectores chilenos de resolver la demanda marítima, Foxley llamó a la solidaridad con Bolivia.
"La opinión pública no puede aislarse. Este es un país que tiene que ser generoso, tiene que ser solidario”, dijo el canciller. Agregó que Bolivia tiene problemas de pobreza y que “cualquiera que vaya a ese país se dará cuenta de que la gente es de una amabilidad y afectividad impresionantes hacia los chilenos y yo espero que los chilenos nos acompañen en alcanzar sustantivamente esa agenda de 13 puntos”.
Los dos países acordaron hace dos años discutir una agenda de 13 puntos, entre los cuales figura el de la salida al mar. Las negociaciones se llevan a cabo a nivel de vicecancilleres, quienes se reúnen periódicamente.
Entre una de las opciones que se manejaban está la de canjear territorio por gas, que gracias a los recortes que realiza el gobierno de los K, se reprodujeron durante los últimos años en Chile.
El canciller chileno, Alejandro Foxley, dijo que el tema de una salida boliviana al mar, está en la mesa de discusión pero todavía no se llega a una solución.
“Todavía no tenemos ninguna fórmula específica, pero está el tema en la mesa”, afirmó Foxley en declaraciones a radio ADN.
En aparente alusión al rechazo de sectores chilenos de resolver la demanda marítima, Foxley llamó a la solidaridad con Bolivia.
"La opinión pública no puede aislarse. Este es un país que tiene que ser generoso, tiene que ser solidario”, dijo el canciller. Agregó que Bolivia tiene problemas de pobreza y que “cualquiera que vaya a ese país se dará cuenta de que la gente es de una amabilidad y afectividad impresionantes hacia los chilenos y yo espero que los chilenos nos acompañen en alcanzar sustantivamente esa agenda de 13 puntos”.
Los dos países acordaron hace dos años discutir una agenda de 13 puntos, entre los cuales figura el de la salida al mar. Las negociaciones se llevan a cabo a nivel de vicecancilleres, quienes se reúnen periódicamente.
Entre una de las opciones que se manejaban está la de canjear territorio por gas, que gracias a los recortes que realiza el gobierno de los K, se reprodujeron durante los últimos años en Chile.
Gracias a los cortes de gas de Argentina a Chile, Bolivia podría tener salida al mar
Desde la cancillería chilena, el titular de la cartera, Alejandro Foxley, aseguró que la posibilidad de dar salida marítima a Bolivia (territorio que sería cedido por Chile) ya está sobre la mesa, aunque no hay "una fórmula específica". La negociación está abierta desde que la Argentina comenzó con los cortes de envío de gas a Chile dada su propia crisis energética.
El canciller chileno, Alejandro Foxley, dijo que el tema de una salida boliviana al mar, está en la mesa de discusión pero todavía no se llega a una solución.
“Todavía no tenemos ninguna fórmula específica, pero está el tema en la mesa”, afirmó Foxley en declaraciones a radio ADN.
En aparente alusión al rechazo de sectores chilenos de resolver la demanda marítima, Foxley llamó a la solidaridad con Bolivia.
"La opinión pública no puede aislarse. Este es un país que tiene que ser generoso, tiene que ser solidario”, dijo el canciller. Agregó que Bolivia tiene problemas de pobreza y que “cualquiera que vaya a ese país se dará cuenta de que la gente es de una amabilidad y afectividad impresionantes hacia los chilenos y yo espero que los chilenos nos acompañen en alcanzar sustantivamente esa agenda de 13 puntos”.
Los dos países acordaron hace dos años discutir una agenda de 13 puntos, entre los cuales figura el de la salida al mar. Las negociaciones se llevan a cabo a nivel de vicecancilleres, quienes se reúnen periódicamente.
Entre una de las opciones que se manejaban está la de canjear territorio por gas, que gracias a los recortes que realiza el gobierno de los K, se reprodujeron durante los últimos años en Chile.
El canciller chileno, Alejandro Foxley, dijo que el tema de una salida boliviana al mar, está en la mesa de discusión pero todavía no se llega a una solución.
“Todavía no tenemos ninguna fórmula específica, pero está el tema en la mesa”, afirmó Foxley en declaraciones a radio ADN.
En aparente alusión al rechazo de sectores chilenos de resolver la demanda marítima, Foxley llamó a la solidaridad con Bolivia.
"La opinión pública no puede aislarse. Este es un país que tiene que ser generoso, tiene que ser solidario”, dijo el canciller. Agregó que Bolivia tiene problemas de pobreza y que “cualquiera que vaya a ese país se dará cuenta de que la gente es de una amabilidad y afectividad impresionantes hacia los chilenos y yo espero que los chilenos nos acompañen en alcanzar sustantivamente esa agenda de 13 puntos”.
Los dos países acordaron hace dos años discutir una agenda de 13 puntos, entre los cuales figura el de la salida al mar. Las negociaciones se llevan a cabo a nivel de vicecancilleres, quienes se reúnen periódicamente.
Entre una de las opciones que se manejaban está la de canjear territorio por gas, que gracias a los recortes que realiza el gobierno de los K, se reprodujeron durante los últimos años en Chile.
'Microsoft llegó tarde en publicidad en Internet'
Steve Ballmer reconoce que 'Microsoft llegó tarde en publicidad en Internet'
El consejero delegado de Microsoft, reconoció que el gigante del software llegó tarde al mercado de la publicidad en Internet, un sector que para el directivo "será el gran negocio del futuro".
Ballmer participó en la conferencia MIX08 de Las Vegas, un evento para diseñadores y desarrolladores web durante el que Microsoft, hasta ahora sinónimo de licencias de 'software', ha dejado claro que Internet es, en este momento, el centro de todo su negocio.
Ballmer reconoció que Microsoft no está "donde quiere estar" y que la firma debería "haber empezado un poco antes" en el negocio de la publicidad en línea.
Sin embargo, afirmó que el gigante del software está "muy comprometido" y que la compra de Yahoo!, de llegar a concretarse, "ayudará a acelerar ese proceso". "Nosotros hemos hecho una oferta y ahí está", contestó Ballmer a la pregunta de en qué punto se encuentran las negociaciones con el portal de Internet.
El pasado 1 de febrero Microsoft lanzó una sorpresiva oferta de 29.950 millones de euros (44.600 millones de dólares) para la compra de Yahoo!, que la rechazó por considerar que infravaloraba a la empresa.
Planes para Yahoo!
En una entrevista informal con el inversor Guy Kawasaki, que sustituyó al clásico discurso, Ballmer insistió en las sinergias que generaría una alianza con Yahoo! y afirmó que la suma de ambas empresas "no sería uno más uno igual a dos, sino dos y medio".
La principal ventaja para el directivo es la escala que se conseguiría en el sector de la publicidad relacionada con búsquedas en Internet, donde el líder absoluto es el buscador Google.
No obstante, reconoció que algunas actividades de las dos empresas se solaparían, aunque estos problemas no se tratarán hasta después de un eventual cierre de la compra.
"No tiene sentido tender dos versiones de cada cosa. Si hay una alianza, parte de la tecnología vendría de Yahoo! y parte vendría de Microsoft", afirmó el ejecutivo de Microsoft .
Frente a Google
Sobre su rivalidad con Google, Ballmer bromeó que no llega a tanto como para tirar dardos a las fotos de Larry Page y Sergey Brin, sus fundadores, pero reconoció que quiere hacerse con parte de su pedazo de la tarta.
"Tenemos que tener una posición fuerte en búsquedas en la Red y la publicidad en línea", dijo. "Hay un número determinado de búsquedas cada día y yo quiero un porcentaje más alto de ellas", agregó.
Entre los retos para el futuro, Ballmer destacó "unir lo mejor del ordenador personal con lo mejor de Internet", una idea en la que Microsoft ha insistido en varias ocasiones desde que se inició la conferencia.
La compañía apuesta por una combinación de su 'software' tradicional con servicios basados en la Red y que usuarios y empresas pueden aplicar cuando lo necesiten.
El consejero delegado de Microsoft, reconoció que el gigante del software llegó tarde al mercado de la publicidad en Internet, un sector que para el directivo "será el gran negocio del futuro".
Ballmer participó en la conferencia MIX08 de Las Vegas, un evento para diseñadores y desarrolladores web durante el que Microsoft, hasta ahora sinónimo de licencias de 'software', ha dejado claro que Internet es, en este momento, el centro de todo su negocio.
Ballmer reconoció que Microsoft no está "donde quiere estar" y que la firma debería "haber empezado un poco antes" en el negocio de la publicidad en línea.
Sin embargo, afirmó que el gigante del software está "muy comprometido" y que la compra de Yahoo!, de llegar a concretarse, "ayudará a acelerar ese proceso". "Nosotros hemos hecho una oferta y ahí está", contestó Ballmer a la pregunta de en qué punto se encuentran las negociaciones con el portal de Internet.
El pasado 1 de febrero Microsoft lanzó una sorpresiva oferta de 29.950 millones de euros (44.600 millones de dólares) para la compra de Yahoo!, que la rechazó por considerar que infravaloraba a la empresa.
Planes para Yahoo!
En una entrevista informal con el inversor Guy Kawasaki, que sustituyó al clásico discurso, Ballmer insistió en las sinergias que generaría una alianza con Yahoo! y afirmó que la suma de ambas empresas "no sería uno más uno igual a dos, sino dos y medio".
La principal ventaja para el directivo es la escala que se conseguiría en el sector de la publicidad relacionada con búsquedas en Internet, donde el líder absoluto es el buscador Google.
No obstante, reconoció que algunas actividades de las dos empresas se solaparían, aunque estos problemas no se tratarán hasta después de un eventual cierre de la compra.
"No tiene sentido tender dos versiones de cada cosa. Si hay una alianza, parte de la tecnología vendría de Yahoo! y parte vendría de Microsoft", afirmó el ejecutivo de Microsoft .
Frente a Google
Sobre su rivalidad con Google, Ballmer bromeó que no llega a tanto como para tirar dardos a las fotos de Larry Page y Sergey Brin, sus fundadores, pero reconoció que quiere hacerse con parte de su pedazo de la tarta.
"Tenemos que tener una posición fuerte en búsquedas en la Red y la publicidad en línea", dijo. "Hay un número determinado de búsquedas cada día y yo quiero un porcentaje más alto de ellas", agregó.
Entre los retos para el futuro, Ballmer destacó "unir lo mejor del ordenador personal con lo mejor de Internet", una idea en la que Microsoft ha insistido en varias ocasiones desde que se inició la conferencia.
La compañía apuesta por una combinación de su 'software' tradicional con servicios basados en la Red y que usuarios y empresas pueden aplicar cuando lo necesiten.
'Microsoft llegó tarde en publicidad en Internet'
Steve Ballmer reconoce que 'Microsoft llegó tarde en publicidad en Internet'
El consejero delegado de Microsoft, reconoció que el gigante del software llegó tarde al mercado de la publicidad en Internet, un sector que para el directivo "será el gran negocio del futuro".
Ballmer participó en la conferencia MIX08 de Las Vegas, un evento para diseñadores y desarrolladores web durante el que Microsoft, hasta ahora sinónimo de licencias de 'software', ha dejado claro que Internet es, en este momento, el centro de todo su negocio.
Ballmer reconoció que Microsoft no está "donde quiere estar" y que la firma debería "haber empezado un poco antes" en el negocio de la publicidad en línea.
Sin embargo, afirmó que el gigante del software está "muy comprometido" y que la compra de Yahoo!, de llegar a concretarse, "ayudará a acelerar ese proceso". "Nosotros hemos hecho una oferta y ahí está", contestó Ballmer a la pregunta de en qué punto se encuentran las negociaciones con el portal de Internet.
El pasado 1 de febrero Microsoft lanzó una sorpresiva oferta de 29.950 millones de euros (44.600 millones de dólares) para la compra de Yahoo!, que la rechazó por considerar que infravaloraba a la empresa.
Planes para Yahoo!
En una entrevista informal con el inversor Guy Kawasaki, que sustituyó al clásico discurso, Ballmer insistió en las sinergias que generaría una alianza con Yahoo! y afirmó que la suma de ambas empresas "no sería uno más uno igual a dos, sino dos y medio".
La principal ventaja para el directivo es la escala que se conseguiría en el sector de la publicidad relacionada con búsquedas en Internet, donde el líder absoluto es el buscador Google.
No obstante, reconoció que algunas actividades de las dos empresas se solaparían, aunque estos problemas no se tratarán hasta después de un eventual cierre de la compra.
"No tiene sentido tender dos versiones de cada cosa. Si hay una alianza, parte de la tecnología vendría de Yahoo! y parte vendría de Microsoft", afirmó el ejecutivo de Microsoft .
Frente a Google
Sobre su rivalidad con Google, Ballmer bromeó que no llega a tanto como para tirar dardos a las fotos de Larry Page y Sergey Brin, sus fundadores, pero reconoció que quiere hacerse con parte de su pedazo de la tarta.
"Tenemos que tener una posición fuerte en búsquedas en la Red y la publicidad en línea", dijo. "Hay un número determinado de búsquedas cada día y yo quiero un porcentaje más alto de ellas", agregó.
Entre los retos para el futuro, Ballmer destacó "unir lo mejor del ordenador personal con lo mejor de Internet", una idea en la que Microsoft ha insistido en varias ocasiones desde que se inició la conferencia.
La compañía apuesta por una combinación de su 'software' tradicional con servicios basados en la Red y que usuarios y empresas pueden aplicar cuando lo necesiten.
El consejero delegado de Microsoft, reconoció que el gigante del software llegó tarde al mercado de la publicidad en Internet, un sector que para el directivo "será el gran negocio del futuro".
Ballmer participó en la conferencia MIX08 de Las Vegas, un evento para diseñadores y desarrolladores web durante el que Microsoft, hasta ahora sinónimo de licencias de 'software', ha dejado claro que Internet es, en este momento, el centro de todo su negocio.
Ballmer reconoció que Microsoft no está "donde quiere estar" y que la firma debería "haber empezado un poco antes" en el negocio de la publicidad en línea.
Sin embargo, afirmó que el gigante del software está "muy comprometido" y que la compra de Yahoo!, de llegar a concretarse, "ayudará a acelerar ese proceso". "Nosotros hemos hecho una oferta y ahí está", contestó Ballmer a la pregunta de en qué punto se encuentran las negociaciones con el portal de Internet.
El pasado 1 de febrero Microsoft lanzó una sorpresiva oferta de 29.950 millones de euros (44.600 millones de dólares) para la compra de Yahoo!, que la rechazó por considerar que infravaloraba a la empresa.
Planes para Yahoo!
En una entrevista informal con el inversor Guy Kawasaki, que sustituyó al clásico discurso, Ballmer insistió en las sinergias que generaría una alianza con Yahoo! y afirmó que la suma de ambas empresas "no sería uno más uno igual a dos, sino dos y medio".
La principal ventaja para el directivo es la escala que se conseguiría en el sector de la publicidad relacionada con búsquedas en Internet, donde el líder absoluto es el buscador Google.
No obstante, reconoció que algunas actividades de las dos empresas se solaparían, aunque estos problemas no se tratarán hasta después de un eventual cierre de la compra.
"No tiene sentido tender dos versiones de cada cosa. Si hay una alianza, parte de la tecnología vendría de Yahoo! y parte vendría de Microsoft", afirmó el ejecutivo de Microsoft .
Frente a Google
Sobre su rivalidad con Google, Ballmer bromeó que no llega a tanto como para tirar dardos a las fotos de Larry Page y Sergey Brin, sus fundadores, pero reconoció que quiere hacerse con parte de su pedazo de la tarta.
"Tenemos que tener una posición fuerte en búsquedas en la Red y la publicidad en línea", dijo. "Hay un número determinado de búsquedas cada día y yo quiero un porcentaje más alto de ellas", agregó.
Entre los retos para el futuro, Ballmer destacó "unir lo mejor del ordenador personal con lo mejor de Internet", una idea en la que Microsoft ha insistido en varias ocasiones desde que se inició la conferencia.
La compañía apuesta por una combinación de su 'software' tradicional con servicios basados en la Red y que usuarios y empresas pueden aplicar cuando lo necesiten.
lunes, marzo 10, 2008
Sudáfrica: crisis energética entre desarrollo y sostenibilidad
Durante la última década, Sudáfrica ha experimentado un fuerte crecimiento económico, explicado por un difuso desarrollo industrial y un fuerte aumento de la demanda energética agregada.
A pesar de los intentos de diversificar las fuentes energéticas, la oferta no ha sido capaz de alcanzar los niveles de demanda provocando la crisis que estalló el pasado enero y que todavía no parece haberse resuelto.
A pesar de los intentos de diversificar las fuentes energéticas, la oferta no ha sido capaz de alcanzar los niveles de demanda provocando la crisis que estalló el pasado enero y que todavía no parece haberse resuelto.
Etiquetas:
Energía,
Política internacional
Sudáfrica: crisis energética entre desarrollo y sostenibilidad
Durante la última década, Sudáfrica ha experimentado un fuerte crecimiento económico, explicado por un difuso desarrollo industrial y un fuerte aumento de la demanda energética agregada.
A pesar de los intentos de diversificar las fuentes energéticas, la oferta no ha sido capaz de alcanzar los niveles de demanda provocando la crisis que estalló el pasado enero y que todavía no parece haberse resuelto.
A pesar de los intentos de diversificar las fuentes energéticas, la oferta no ha sido capaz de alcanzar los niveles de demanda provocando la crisis que estalló el pasado enero y que todavía no parece haberse resuelto.
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Energía,
Política internacional
Ronda Doha: cae el optimismo para llegar a un acuerdo en 2008
Los representantes comerciales ante la OMC habían comenzado el año con amplias expectativas. Pero el estancamiento en el diálogo provocado por la reticencia de países pobres y ricos a hacer concesiones parece haber desmoronado esa esperanza.
Los negociadores comerciales de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están ingresando a una etapa crítica en sus esfuerzos para cerrar un acuerdo comercial global a fin de año, un pacto que se enmarca en una economía internacional envuelta en una crisis financiera.
El optimismo que rondaba el ambiente multilateral a principios de 2008 ha dado un giro radical muy prontamente. El diálogo se ha estancado en detalles técnicos y las recriminaciones entre países ricos y pobres sobre quién debería demostrar más ambición en reducir las barreras arancelarias han sido moneda corriente.
Las reuniones de esta semana, que abordarán el tema agrícola y el de bienes industriales, determinarán si los mediadores de la OMC pueden llegar a un acuerdo sobre los textos borradores y dejar un rastro de progreso en el diálogo. Tales textos de negociación, en conjunto con una serie de conversaciones en torno al sector de servicios, están pensados para allanar el camino para una reunión entre los ministros comerciales, que acordarían los lineamientos finales del convenio.
Como resultado de los escasos avances logrados este año, la cumbre ministerial, que se anticipaba se realizaría antes de Pascua, en principio se llevaría a cabo a mediados de abril, como mínimo.
Los países ricos como Estados Unidos alegan que no pueden reducir los subsidios agrícolas si el pacto incluye cláusulas que permiten a los otros países diluir el acceso a su mercado para las exportaciones estadounidenses. Pero los países pobres, haciendo hincapié en que la Ronda Doha debería ayudarlos a ellos en particular, dicen que se les exige más a ellos que a las naciones desarrolladas.
En efecto, un convenio no es sencillo de alcanzar. Muchos estados en desarrollo tienen en la mira el incremento del comercio entre ellos, y los países ricos exportadores de alimentos como Australia y Canadá pretenden una mayor porción del mercado europeo y japonés.
El Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, aseguró el mes pasado que existía un enorme riesgo de que la Ronda fracasara. David Woods, analista comercial y ex-portavoz de la OMC, señaló que las perspectivas eran desalentadoras. "En el fondo, la gente se ha rendido en lo que refiere a esperar una conclusión este año”, dijo Woods.
Susan Schwab, Representante de Comercio de Estados Unidos, declaró el miércoles pasado que el futuro del diálogo dependía de los países emergentes como India y Brasil. A cambio de eso, señaló, Estados Unidos está listo para reducir dramáticamente sus comercialmente distorsivos subsidios agrícolas.
Si bien Schwab afirmó que la voluntad de la Administración Bush es llegar a un acuerdo antes de fin de año, muchas naciones dudan de la habilidad de Bush de venderle un convenio al Congreso estadounidense y consideran que no está poniendo todas las cartas sobre la mesa, según explicó Woods. Además, la retórica proteccionista crece a medida que los senadores Barack Obama y Hillary Clinton luchan por la candidatura demócrata a la presidencia del país norteamericano
Los negociadores comerciales de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están ingresando a una etapa crítica en sus esfuerzos para cerrar un acuerdo comercial global a fin de año, un pacto que se enmarca en una economía internacional envuelta en una crisis financiera.
El optimismo que rondaba el ambiente multilateral a principios de 2008 ha dado un giro radical muy prontamente. El diálogo se ha estancado en detalles técnicos y las recriminaciones entre países ricos y pobres sobre quién debería demostrar más ambición en reducir las barreras arancelarias han sido moneda corriente.
Las reuniones de esta semana, que abordarán el tema agrícola y el de bienes industriales, determinarán si los mediadores de la OMC pueden llegar a un acuerdo sobre los textos borradores y dejar un rastro de progreso en el diálogo. Tales textos de negociación, en conjunto con una serie de conversaciones en torno al sector de servicios, están pensados para allanar el camino para una reunión entre los ministros comerciales, que acordarían los lineamientos finales del convenio.
Como resultado de los escasos avances logrados este año, la cumbre ministerial, que se anticipaba se realizaría antes de Pascua, en principio se llevaría a cabo a mediados de abril, como mínimo.
Los países ricos como Estados Unidos alegan que no pueden reducir los subsidios agrícolas si el pacto incluye cláusulas que permiten a los otros países diluir el acceso a su mercado para las exportaciones estadounidenses. Pero los países pobres, haciendo hincapié en que la Ronda Doha debería ayudarlos a ellos en particular, dicen que se les exige más a ellos que a las naciones desarrolladas.
En efecto, un convenio no es sencillo de alcanzar. Muchos estados en desarrollo tienen en la mira el incremento del comercio entre ellos, y los países ricos exportadores de alimentos como Australia y Canadá pretenden una mayor porción del mercado europeo y japonés.
El Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, aseguró el mes pasado que existía un enorme riesgo de que la Ronda fracasara. David Woods, analista comercial y ex-portavoz de la OMC, señaló que las perspectivas eran desalentadoras. "En el fondo, la gente se ha rendido en lo que refiere a esperar una conclusión este año”, dijo Woods.
Susan Schwab, Representante de Comercio de Estados Unidos, declaró el miércoles pasado que el futuro del diálogo dependía de los países emergentes como India y Brasil. A cambio de eso, señaló, Estados Unidos está listo para reducir dramáticamente sus comercialmente distorsivos subsidios agrícolas.
Si bien Schwab afirmó que la voluntad de la Administración Bush es llegar a un acuerdo antes de fin de año, muchas naciones dudan de la habilidad de Bush de venderle un convenio al Congreso estadounidense y consideran que no está poniendo todas las cartas sobre la mesa, según explicó Woods. Además, la retórica proteccionista crece a medida que los senadores Barack Obama y Hillary Clinton luchan por la candidatura demócrata a la presidencia del país norteamericano
Ronda Doha: cae el optimismo para llegar a un acuerdo en 2008
Los representantes comerciales ante la OMC habían comenzado el año con amplias expectativas. Pero el estancamiento en el diálogo provocado por la reticencia de países pobres y ricos a hacer concesiones parece haber desmoronado esa esperanza.
Los negociadores comerciales de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están ingresando a una etapa crítica en sus esfuerzos para cerrar un acuerdo comercial global a fin de año, un pacto que se enmarca en una economía internacional envuelta en una crisis financiera.
El optimismo que rondaba el ambiente multilateral a principios de 2008 ha dado un giro radical muy prontamente. El diálogo se ha estancado en detalles técnicos y las recriminaciones entre países ricos y pobres sobre quién debería demostrar más ambición en reducir las barreras arancelarias han sido moneda corriente.
Las reuniones de esta semana, que abordarán el tema agrícola y el de bienes industriales, determinarán si los mediadores de la OMC pueden llegar a un acuerdo sobre los textos borradores y dejar un rastro de progreso en el diálogo. Tales textos de negociación, en conjunto con una serie de conversaciones en torno al sector de servicios, están pensados para allanar el camino para una reunión entre los ministros comerciales, que acordarían los lineamientos finales del convenio.
Como resultado de los escasos avances logrados este año, la cumbre ministerial, que se anticipaba se realizaría antes de Pascua, en principio se llevaría a cabo a mediados de abril, como mínimo.
Los países ricos como Estados Unidos alegan que no pueden reducir los subsidios agrícolas si el pacto incluye cláusulas que permiten a los otros países diluir el acceso a su mercado para las exportaciones estadounidenses. Pero los países pobres, haciendo hincapié en que la Ronda Doha debería ayudarlos a ellos en particular, dicen que se les exige más a ellos que a las naciones desarrolladas.
En efecto, un convenio no es sencillo de alcanzar. Muchos estados en desarrollo tienen en la mira el incremento del comercio entre ellos, y los países ricos exportadores de alimentos como Australia y Canadá pretenden una mayor porción del mercado europeo y japonés.
El Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, aseguró el mes pasado que existía un enorme riesgo de que la Ronda fracasara. David Woods, analista comercial y ex-portavoz de la OMC, señaló que las perspectivas eran desalentadoras. "En el fondo, la gente se ha rendido en lo que refiere a esperar una conclusión este año”, dijo Woods.
Susan Schwab, Representante de Comercio de Estados Unidos, declaró el miércoles pasado que el futuro del diálogo dependía de los países emergentes como India y Brasil. A cambio de eso, señaló, Estados Unidos está listo para reducir dramáticamente sus comercialmente distorsivos subsidios agrícolas.
Si bien Schwab afirmó que la voluntad de la Administración Bush es llegar a un acuerdo antes de fin de año, muchas naciones dudan de la habilidad de Bush de venderle un convenio al Congreso estadounidense y consideran que no está poniendo todas las cartas sobre la mesa, según explicó Woods. Además, la retórica proteccionista crece a medida que los senadores Barack Obama y Hillary Clinton luchan por la candidatura demócrata a la presidencia del país norteamericano
Los negociadores comerciales de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) están ingresando a una etapa crítica en sus esfuerzos para cerrar un acuerdo comercial global a fin de año, un pacto que se enmarca en una economía internacional envuelta en una crisis financiera.
El optimismo que rondaba el ambiente multilateral a principios de 2008 ha dado un giro radical muy prontamente. El diálogo se ha estancado en detalles técnicos y las recriminaciones entre países ricos y pobres sobre quién debería demostrar más ambición en reducir las barreras arancelarias han sido moneda corriente.
Las reuniones de esta semana, que abordarán el tema agrícola y el de bienes industriales, determinarán si los mediadores de la OMC pueden llegar a un acuerdo sobre los textos borradores y dejar un rastro de progreso en el diálogo. Tales textos de negociación, en conjunto con una serie de conversaciones en torno al sector de servicios, están pensados para allanar el camino para una reunión entre los ministros comerciales, que acordarían los lineamientos finales del convenio.
Como resultado de los escasos avances logrados este año, la cumbre ministerial, que se anticipaba se realizaría antes de Pascua, en principio se llevaría a cabo a mediados de abril, como mínimo.
Los países ricos como Estados Unidos alegan que no pueden reducir los subsidios agrícolas si el pacto incluye cláusulas que permiten a los otros países diluir el acceso a su mercado para las exportaciones estadounidenses. Pero los países pobres, haciendo hincapié en que la Ronda Doha debería ayudarlos a ellos en particular, dicen que se les exige más a ellos que a las naciones desarrolladas.
En efecto, un convenio no es sencillo de alcanzar. Muchos estados en desarrollo tienen en la mira el incremento del comercio entre ellos, y los países ricos exportadores de alimentos como Australia y Canadá pretenden una mayor porción del mercado europeo y japonés.
El Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, aseguró el mes pasado que existía un enorme riesgo de que la Ronda fracasara. David Woods, analista comercial y ex-portavoz de la OMC, señaló que las perspectivas eran desalentadoras. "En el fondo, la gente se ha rendido en lo que refiere a esperar una conclusión este año”, dijo Woods.
Susan Schwab, Representante de Comercio de Estados Unidos, declaró el miércoles pasado que el futuro del diálogo dependía de los países emergentes como India y Brasil. A cambio de eso, señaló, Estados Unidos está listo para reducir dramáticamente sus comercialmente distorsivos subsidios agrícolas.
Si bien Schwab afirmó que la voluntad de la Administración Bush es llegar a un acuerdo antes de fin de año, muchas naciones dudan de la habilidad de Bush de venderle un convenio al Congreso estadounidense y consideran que no está poniendo todas las cartas sobre la mesa, según explicó Woods. Además, la retórica proteccionista crece a medida que los senadores Barack Obama y Hillary Clinton luchan por la candidatura demócrata a la presidencia del país norteamericano
En Irán lanzan una estampilla con la cara de Mougnieh
El rostro de Imad Moughnieh, el dirigente de la organización armada Hezballah que fue asesinado hace poco menos de un mes en Siria, quedará inmortalizado en una estampilla que emitirá el gobierno iraní como "mensaje cultural de apoyo a Líbano contra los crímenes” de Israel.
Moughnieh estaba acusado de ser uno de los responsables de planificar los atentados terroristas perpetrados contra la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires, del que se cumplen 16 años el próximo lunes.
El gobierno de Teherán, que en su momento acusó a Israel por la muerte del dirigente, anunció este lunes el lanzamiento de la estampilla en una ceremonia de la que participaron los líderes de la Guardia Revolucionaria Iraní y del Ministerio de Comunicaciones, representantes de las organizaciones Hamas y Hezbollah, y familiares de caídos en la Segunda Guerra de Líbano.
Yehiya Raheem Safawi, ex comandante de la Guardia, aseguró que "Israel debe tomar seriamente las declaraciones del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah", quien tras el crimen de Moughnieh amenazó con una "guerra abierta" y ataques contra blancos judíos en cualquier parte del mundo.
Safawi llamó a las naciones árabes a "unirse a la lucha" para boicotear los lazos diplomáticos y financieros con Israel con el fin de provocar una "pronta caída del régimen sionista", informó la agencia de noticias iraní Fars.
Moughnieh fue asesinado el 12 de febrero en Damasco, la capital Siria, en un atentado que ninguna nación o agrupación reivindicó.
El dirigente de Hezbollah era buscado por INTERPOL a pedido de la Justicia argentina, que lo acusó de planificar los ataques terroristas contra la Embajada y la AMIA, en 1992 y en 1994, respectivamente, que causaron más de un centenar de muertos; por los atentados todavía permanecen prófugos cinco iraníes.
Moughnieh estaba acusado de ser uno de los responsables de planificar los atentados terroristas perpetrados contra la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires, del que se cumplen 16 años el próximo lunes.
El gobierno de Teherán, que en su momento acusó a Israel por la muerte del dirigente, anunció este lunes el lanzamiento de la estampilla en una ceremonia de la que participaron los líderes de la Guardia Revolucionaria Iraní y del Ministerio de Comunicaciones, representantes de las organizaciones Hamas y Hezbollah, y familiares de caídos en la Segunda Guerra de Líbano.
Yehiya Raheem Safawi, ex comandante de la Guardia, aseguró que "Israel debe tomar seriamente las declaraciones del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah", quien tras el crimen de Moughnieh amenazó con una "guerra abierta" y ataques contra blancos judíos en cualquier parte del mundo.
Safawi llamó a las naciones árabes a "unirse a la lucha" para boicotear los lazos diplomáticos y financieros con Israel con el fin de provocar una "pronta caída del régimen sionista", informó la agencia de noticias iraní Fars.
Moughnieh fue asesinado el 12 de febrero en Damasco, la capital Siria, en un atentado que ninguna nación o agrupación reivindicó.
El dirigente de Hezbollah era buscado por INTERPOL a pedido de la Justicia argentina, que lo acusó de planificar los ataques terroristas contra la Embajada y la AMIA, en 1992 y en 1994, respectivamente, que causaron más de un centenar de muertos; por los atentados todavía permanecen prófugos cinco iraníes.
En Irán lanzan una estampilla con la cara de Mougnieh
El rostro de Imad Moughnieh, el dirigente de la organización armada Hezballah que fue asesinado hace poco menos de un mes en Siria, quedará inmortalizado en una estampilla que emitirá el gobierno iraní como "mensaje cultural de apoyo a Líbano contra los crímenes” de Israel.
Moughnieh estaba acusado de ser uno de los responsables de planificar los atentados terroristas perpetrados contra la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires, del que se cumplen 16 años el próximo lunes.
El gobierno de Teherán, que en su momento acusó a Israel por la muerte del dirigente, anunció este lunes el lanzamiento de la estampilla en una ceremonia de la que participaron los líderes de la Guardia Revolucionaria Iraní y del Ministerio de Comunicaciones, representantes de las organizaciones Hamas y Hezbollah, y familiares de caídos en la Segunda Guerra de Líbano.
Yehiya Raheem Safawi, ex comandante de la Guardia, aseguró que "Israel debe tomar seriamente las declaraciones del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah", quien tras el crimen de Moughnieh amenazó con una "guerra abierta" y ataques contra blancos judíos en cualquier parte del mundo.
Safawi llamó a las naciones árabes a "unirse a la lucha" para boicotear los lazos diplomáticos y financieros con Israel con el fin de provocar una "pronta caída del régimen sionista", informó la agencia de noticias iraní Fars.
Moughnieh fue asesinado el 12 de febrero en Damasco, la capital Siria, en un atentado que ninguna nación o agrupación reivindicó.
El dirigente de Hezbollah era buscado por INTERPOL a pedido de la Justicia argentina, que lo acusó de planificar los ataques terroristas contra la Embajada y la AMIA, en 1992 y en 1994, respectivamente, que causaron más de un centenar de muertos; por los atentados todavía permanecen prófugos cinco iraníes.
Moughnieh estaba acusado de ser uno de los responsables de planificar los atentados terroristas perpetrados contra la AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires, del que se cumplen 16 años el próximo lunes.
El gobierno de Teherán, que en su momento acusó a Israel por la muerte del dirigente, anunció este lunes el lanzamiento de la estampilla en una ceremonia de la que participaron los líderes de la Guardia Revolucionaria Iraní y del Ministerio de Comunicaciones, representantes de las organizaciones Hamas y Hezbollah, y familiares de caídos en la Segunda Guerra de Líbano.
Yehiya Raheem Safawi, ex comandante de la Guardia, aseguró que "Israel debe tomar seriamente las declaraciones del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah", quien tras el crimen de Moughnieh amenazó con una "guerra abierta" y ataques contra blancos judíos en cualquier parte del mundo.
Safawi llamó a las naciones árabes a "unirse a la lucha" para boicotear los lazos diplomáticos y financieros con Israel con el fin de provocar una "pronta caída del régimen sionista", informó la agencia de noticias iraní Fars.
Moughnieh fue asesinado el 12 de febrero en Damasco, la capital Siria, en un atentado que ninguna nación o agrupación reivindicó.
El dirigente de Hezbollah era buscado por INTERPOL a pedido de la Justicia argentina, que lo acusó de planificar los ataques terroristas contra la Embajada y la AMIA, en 1992 y en 1994, respectivamente, que causaron más de un centenar de muertos; por los atentados todavía permanecen prófugos cinco iraníes.
McCain visita Israel
El senador por Arizona espera ganar el apoyo de la comunidad judía en EEUU. Se entrevistará con el primer ministro Ehud Olmert.
El candidato presidencial por el Partido Republicano estadounidense, John McCain, visitará Israel en los próximos días con motivo de una gira que realizará por países de Medio Oriente y Europa.
Aunque aún no fue nominado oficialmente –se aguarda a la convención del Partido–, McCain surgió de las elecciones primarias como el aspirante republicano que disputará, en noviembre próximo, la presidencia de Estados Unidos con el ganador de la interna demócrata entre Hillary Clinton y Barack Obama.
De acuerdo a lo que publica la Agencia Judía de Noticias, el veterano de la guerra de Vietnam quiere hacer hincapié en su experiencia en materia de seguridad nacional y el viaje será una oportunidad para poner a prueba sus conocimientos, indicaron fuentes cercanas a la gira a diferentes medios norteamericanos.
McCain llegará a Israel el 18 de marzo para entrevistarse con el primer ministro Ehud Olmert, con la canciller Tzipi Livni y con el ministro de Defensa, Ehud Barak, según informó el diario israelí Yedioth Aharonot.
McCain también anunció su intención de asistir al 60 aniversario de la proclamación del Estado de Israel.
La prensa israelí destacó ayer que ésta será la primera vez en varias décadas que un candidato a la presidencia de EEUU abandona su país en plena campaña para realizar un viaje al extranjero.
El candidato presidencial por el Partido Republicano estadounidense, John McCain, visitará Israel en los próximos días con motivo de una gira que realizará por países de Medio Oriente y Europa.
Aunque aún no fue nominado oficialmente –se aguarda a la convención del Partido–, McCain surgió de las elecciones primarias como el aspirante republicano que disputará, en noviembre próximo, la presidencia de Estados Unidos con el ganador de la interna demócrata entre Hillary Clinton y Barack Obama.
De acuerdo a lo que publica la Agencia Judía de Noticias, el veterano de la guerra de Vietnam quiere hacer hincapié en su experiencia en materia de seguridad nacional y el viaje será una oportunidad para poner a prueba sus conocimientos, indicaron fuentes cercanas a la gira a diferentes medios norteamericanos.
McCain llegará a Israel el 18 de marzo para entrevistarse con el primer ministro Ehud Olmert, con la canciller Tzipi Livni y con el ministro de Defensa, Ehud Barak, según informó el diario israelí Yedioth Aharonot.
McCain también anunció su intención de asistir al 60 aniversario de la proclamación del Estado de Israel.
La prensa israelí destacó ayer que ésta será la primera vez en varias décadas que un candidato a la presidencia de EEUU abandona su país en plena campaña para realizar un viaje al extranjero.
Mark Zuckerberg multimillonario jóven y austero
Vive en un apartamento de un dormitorio con un colchón en el suelo y viste camiseta y sandalias, pero el estadounidense Mark Zuckerberg es a los 23 años el magnate más joven del mundo, gracias a los 1.500 millones de dólares -978 millones de euros- que vale su red social, Facebook.
A muchos millonarios les lleva toda una vida construir su fortuna. A este chico le bastaron cuatro años, desde que lanzó en febrero de 2004 junto a otros compañeros de la universidad de Harvard un sitio para hacer amigos en Internet. Zuckerberg ha entrado durante estos últimos días en el exclusivo club de los 1.125 magnates del mundo que tienen más de mil millones de dólares, según la lista establecida por la revista financiera norteamericana Forbes, donde ocupa el lugar número 785.
Mark Zuckerberg rompe con el estereotipo de millonario con su apariencia desaliñada: camiseta y sandalias, lejos del traje y corbata tradicionales de las grandes corporaciones, Zuckerberg fue apodado "el nuevo príncipe de Internet" por el sitio especializado Valleywag. "Es actualmente el magnate más joven del mundo y creemos que también es el más joven en haber construido su propia fortuna", asegura el editor de Forbes Matthew Miller.
Para evaluar la fortuna de Zuckerberg en 1.500 millones de dólares, Forbes se basó en la estimación prudente de 5.000 millones de dólares -3.200 millones de euros- del valor de Facebook y el hecho de que el joven posee un 30% de la empresa. Miller desestimó las especulaciones de que el sitio pueda valer 15.000 millones de dólares-9.780 millones de euros- basada en el hecho de que Microsoft haya pagado 240 millones por una participación del 1,6% de la empresa en 2007.
¿Valdrá lo mismo hoy en día? Algunos analistas -y algunos inversores de Facebook- lo dudan", señala la revista Forbes, al aclarar que su estimación está basada en la facturación anual de Facebook de 150 millones de dólares-97.821 millones de euros.
Zuckerberg abandonó la Universidad por Facebook
Nacido en 1984 en una familia judía de Dobbs Ferry, en el Estado de Nueva York, Zuckerberg comenzó a programar ordenadores a los 12 años, antes de entrar en 2002 en Harvard (Massachusetts). A los 19 años, lanzó Facebook el 4 de febrero de 2004 junto a varios compañeros desde su dormitorio universitario, para socializar con los demás. En dos semanas, dos tercios de los estudiantes de Harvard se habían adherido.
Facebook se extendió luego como un reguero de pólvora a otras instituciones: la Universidad de Boston, el MIT, Stanford, Columbia, Yale, Princeton, hasta conquistar buena parte de la red universitaria de Estados Unidos.
A los pocos meses, Zuckerberg se trasladó a Palo Alto en California, abrió una oficina y no volvió más a las aulas de Harvard. Dos años después, Facebook se convirtió en éxito mundial con 64 millones de usuarios y su fundador en el magnate más joven del planeta.
Tres de sus ex compañeros le iniciaron un juicio ante una corte de Boston afirmando que les robó la idea, pero eso no parece preocuparle demasiado. "Tenemos abogados en la empresa que se ocupan de estas cosas, no nos preocupa demasiado", aseguró Zuckerberg en una entrevista este año con el programa '60 minutos' de CBS.
El tren de vida de Zuckerberg no parece haber cambiado demasiado. "Tengo un apartamento de un dormitorio con un colchón en el suelo, allí vivo".
La sede de Facebook en Palo Alto tiene unos 400 empleados, que tienen la comida pagada y ropa lavada gratis. La empresa parece a veces un campus: se llega tarde, se termina de trabajar tarde y a veces hasta se escucha música.
A muchos millonarios les lleva toda una vida construir su fortuna. A este chico le bastaron cuatro años, desde que lanzó en febrero de 2004 junto a otros compañeros de la universidad de Harvard un sitio para hacer amigos en Internet. Zuckerberg ha entrado durante estos últimos días en el exclusivo club de los 1.125 magnates del mundo que tienen más de mil millones de dólares, según la lista establecida por la revista financiera norteamericana Forbes, donde ocupa el lugar número 785.
Mark Zuckerberg rompe con el estereotipo de millonario con su apariencia desaliñada: camiseta y sandalias, lejos del traje y corbata tradicionales de las grandes corporaciones, Zuckerberg fue apodado "el nuevo príncipe de Internet" por el sitio especializado Valleywag. "Es actualmente el magnate más joven del mundo y creemos que también es el más joven en haber construido su propia fortuna", asegura el editor de Forbes Matthew Miller.
Para evaluar la fortuna de Zuckerberg en 1.500 millones de dólares, Forbes se basó en la estimación prudente de 5.000 millones de dólares -3.200 millones de euros- del valor de Facebook y el hecho de que el joven posee un 30% de la empresa. Miller desestimó las especulaciones de que el sitio pueda valer 15.000 millones de dólares-9.780 millones de euros- basada en el hecho de que Microsoft haya pagado 240 millones por una participación del 1,6% de la empresa en 2007.
¿Valdrá lo mismo hoy en día? Algunos analistas -y algunos inversores de Facebook- lo dudan", señala la revista Forbes, al aclarar que su estimación está basada en la facturación anual de Facebook de 150 millones de dólares-97.821 millones de euros.
Zuckerberg abandonó la Universidad por Facebook
Nacido en 1984 en una familia judía de Dobbs Ferry, en el Estado de Nueva York, Zuckerberg comenzó a programar ordenadores a los 12 años, antes de entrar en 2002 en Harvard (Massachusetts). A los 19 años, lanzó Facebook el 4 de febrero de 2004 junto a varios compañeros desde su dormitorio universitario, para socializar con los demás. En dos semanas, dos tercios de los estudiantes de Harvard se habían adherido.
Facebook se extendió luego como un reguero de pólvora a otras instituciones: la Universidad de Boston, el MIT, Stanford, Columbia, Yale, Princeton, hasta conquistar buena parte de la red universitaria de Estados Unidos.
A los pocos meses, Zuckerberg se trasladó a Palo Alto en California, abrió una oficina y no volvió más a las aulas de Harvard. Dos años después, Facebook se convirtió en éxito mundial con 64 millones de usuarios y su fundador en el magnate más joven del planeta.
Tres de sus ex compañeros le iniciaron un juicio ante una corte de Boston afirmando que les robó la idea, pero eso no parece preocuparle demasiado. "Tenemos abogados en la empresa que se ocupan de estas cosas, no nos preocupa demasiado", aseguró Zuckerberg en una entrevista este año con el programa '60 minutos' de CBS.
El tren de vida de Zuckerberg no parece haber cambiado demasiado. "Tengo un apartamento de un dormitorio con un colchón en el suelo, allí vivo".
La sede de Facebook en Palo Alto tiene unos 400 empleados, que tienen la comida pagada y ropa lavada gratis. La empresa parece a veces un campus: se llega tarde, se termina de trabajar tarde y a veces hasta se escucha música.
Entrevista a Giuliana Sgrena
"El velo es el primer paso para reducir los derechos de la mujer"
La periodista italiana fue rehén en Irak
El velo, un simple pedazo de tela, se ha convertido en la manzana de la discordia en Europa, un continente amenazado por el envejecimiento de la población, que, para sobrevivir, les abre a regañadientes las puertas a millones de inmigrantes, entre ellos miles de mujeres musulmanas que, por tradición o imposición, se cubren.
Giuliana Sgrena, veterana feminista y corresponsal de guerra del diario de izquierda Il Manifesto, que viajó a varios países islámicos, no tiene dudas: "El velo es el primer paso para la reducción de los derechos de la mujer".
Autora de El precio del velo. La guerra del islam contra las mujeres, recientemente editado en Italia, Sgrena saltó trágicamente a la fama tras ser secuestrada en Bagdad en febrero de 2005 por un grupo islámico que nunca la obligó a cubrirse porque no era fundamentalista, según contó a LA NACION en una entrevista.
Cuando fue liberada, en marzo del mismo año, gracias a los servicios secretos italianos, vivió otra pesadilla: el auto en el que se dirigía al aeropuerto de Bagdad junto con dos agentes italianos fue acribillado a tiros por soldados estadounidenses. En el ataque murió el agente Nicola Calipari.
Comprometida a dar a conocer lo que considera una realidad dramática, Sgrena está convencida de que el velo representa, y no sólo simbólicamente, "la opresión de la mujer en el mundo islámico".
Afirma que detrás de su imposición no se esconde solamente el intento de las fuerzas más fundamentalistas de "reislamizar" la sociedad, sino, además, una verdadera guerra contra las mujeres, y en contra de su cuerpo, visto como el terreno de batalla sobre el cual afirmar principios y costumbres que poco tienen que ver con la tradición islámica, sino con un "nuevo" retorno al orden machista y reaccionario.
"Sólo una interpretación fundamentalista del islam dice que hay que llevar el velo. Tanto es así, que en los tiempos de Mahoma no se llevaba el velo", afirma Sgrena, que condena duramente el "relativismo cultural" de la izquierda, e incluso de varias feministas de Occidente.
"Mientras la derecha considera a estos pueblos salvajes, por lo que es mejor mantenerlos alejados de nosotros, la izquierda, que también tiene una actitud distinta en cuanto a la inmigración, cae en la trampa de considerar el velo de las mujeres musulmanas «parte de su cultura, parte de su tradición», y no va al fondo del problema, que es que el velo no es el fruto de una elección libre de la mujer, sino una condena".
En su libro, una investigación a fondo, llena de datos, Sgrena denuncia la violencia, las infamias, las muertes y la tremenda discriminación que sufren las mujeres. Además, se rebela ante lo que pasa en la misma Italia, y en otros países europeos, con las mujeres musulmanas.
Muchas de estas, que creen haber alcanzado finalmente la libertad al llegar al Viejo Continente, chocan con el hecho de que son "doblemente discriminadas", como inmigrantes y como musulmanas. Y pasan a vivir un verdadero infierno, al terminar solas y olvidadas en virtuales guetos, donde la opresión de los hombres, que las encierran en sus casas y las obligan a veces a usar velo, o incluso burka (la tristemente célebre túnica afgana con una rejilla a la altura de los ojos), termina siendo aún mayor que la de sus países de origen.
Hace dos años la opinión pública italiana vivió con gran conmoción el caso de Hina, una joven paquistaní que vivía como una occidental, y que, por este motivo "de honor", fue brutalmente asesinada por su propio padre. Pero Sgrena considera que en Italia "hay muchas Hinas".
"Yo no lo sabía, pero es altísimo el número de mujeres que han sido asesinadas en Italia porque no respetaban las reglas impuestas por la familia o por la comunidad. ¿Cómo podemos aceptar que en nuestro país pasen cosas de este tipo?", se pregunta.
"Reislamización"
Para Sgrena, estamos frente a un claro proceso de "reislamización". "Antes, cuando iba a Argel, a Amman o a El Cairo veía poquísimas mujeres con velo, salvo en los barrios populares, donde usaban el tradicional. Pero si uno viaja ahora, no encuentra mujeres sin velo, porque hay un proceso de «reislamización», impulsado por los Hermanos Musulmanes, que establecieron que las mujeres deben llevar el velo. Si no, corren gravísimos riesgos", afirma la periodista.
Pero en su libro pueden leerse otras cifras que hablan de una situación espantosa: 50.000 mujeres se suicidan al año en todo el mundo forzadas por sus familias para limpiar su honor, según datos de la ONU.
Hace cuatro años, cuando Francia prohibió el velo y otros símbolos religiosos en las escuelas, Sgrena era escéptica. Pero cuando viajó allí para hacer un reportaje y ver cómo se había implementado, quedó muy sorprendida. Según el Ministerio de Educación francés, sólo 47 estudiantes en todo el país habían abandonado las escuelas públicas, entre ellas algunas que decidieron matricularse en escuelas católicas y otras que optaron por seguir cursos por correspondencia.
Para Sgrena, en cambio, la reciente ley aprobada por Turquía, que permitió el uso del velo en las universidades, es un paso atrás. "Es cierto, el velo es un pedazo de tela, pero la verdad es que en todos los países siempre se empieza con el velo", afirma. "Por eso, para mí, es el primer paso de Turquía hacia la «reislamización»", dice.
Por Elisabetta Piqué
La periodista italiana fue rehén en Irak
El velo, un simple pedazo de tela, se ha convertido en la manzana de la discordia en Europa, un continente amenazado por el envejecimiento de la población, que, para sobrevivir, les abre a regañadientes las puertas a millones de inmigrantes, entre ellos miles de mujeres musulmanas que, por tradición o imposición, se cubren.
Giuliana Sgrena, veterana feminista y corresponsal de guerra del diario de izquierda Il Manifesto, que viajó a varios países islámicos, no tiene dudas: "El velo es el primer paso para la reducción de los derechos de la mujer".
Autora de El precio del velo. La guerra del islam contra las mujeres, recientemente editado en Italia, Sgrena saltó trágicamente a la fama tras ser secuestrada en Bagdad en febrero de 2005 por un grupo islámico que nunca la obligó a cubrirse porque no era fundamentalista, según contó a LA NACION en una entrevista.
Cuando fue liberada, en marzo del mismo año, gracias a los servicios secretos italianos, vivió otra pesadilla: el auto en el que se dirigía al aeropuerto de Bagdad junto con dos agentes italianos fue acribillado a tiros por soldados estadounidenses. En el ataque murió el agente Nicola Calipari.
Comprometida a dar a conocer lo que considera una realidad dramática, Sgrena está convencida de que el velo representa, y no sólo simbólicamente, "la opresión de la mujer en el mundo islámico".
Afirma que detrás de su imposición no se esconde solamente el intento de las fuerzas más fundamentalistas de "reislamizar" la sociedad, sino, además, una verdadera guerra contra las mujeres, y en contra de su cuerpo, visto como el terreno de batalla sobre el cual afirmar principios y costumbres que poco tienen que ver con la tradición islámica, sino con un "nuevo" retorno al orden machista y reaccionario.
"Sólo una interpretación fundamentalista del islam dice que hay que llevar el velo. Tanto es así, que en los tiempos de Mahoma no se llevaba el velo", afirma Sgrena, que condena duramente el "relativismo cultural" de la izquierda, e incluso de varias feministas de Occidente.
"Mientras la derecha considera a estos pueblos salvajes, por lo que es mejor mantenerlos alejados de nosotros, la izquierda, que también tiene una actitud distinta en cuanto a la inmigración, cae en la trampa de considerar el velo de las mujeres musulmanas «parte de su cultura, parte de su tradición», y no va al fondo del problema, que es que el velo no es el fruto de una elección libre de la mujer, sino una condena".
En su libro, una investigación a fondo, llena de datos, Sgrena denuncia la violencia, las infamias, las muertes y la tremenda discriminación que sufren las mujeres. Además, se rebela ante lo que pasa en la misma Italia, y en otros países europeos, con las mujeres musulmanas.
Muchas de estas, que creen haber alcanzado finalmente la libertad al llegar al Viejo Continente, chocan con el hecho de que son "doblemente discriminadas", como inmigrantes y como musulmanas. Y pasan a vivir un verdadero infierno, al terminar solas y olvidadas en virtuales guetos, donde la opresión de los hombres, que las encierran en sus casas y las obligan a veces a usar velo, o incluso burka (la tristemente célebre túnica afgana con una rejilla a la altura de los ojos), termina siendo aún mayor que la de sus países de origen.
Hace dos años la opinión pública italiana vivió con gran conmoción el caso de Hina, una joven paquistaní que vivía como una occidental, y que, por este motivo "de honor", fue brutalmente asesinada por su propio padre. Pero Sgrena considera que en Italia "hay muchas Hinas".
"Yo no lo sabía, pero es altísimo el número de mujeres que han sido asesinadas en Italia porque no respetaban las reglas impuestas por la familia o por la comunidad. ¿Cómo podemos aceptar que en nuestro país pasen cosas de este tipo?", se pregunta.
"Reislamización"
Para Sgrena, estamos frente a un claro proceso de "reislamización". "Antes, cuando iba a Argel, a Amman o a El Cairo veía poquísimas mujeres con velo, salvo en los barrios populares, donde usaban el tradicional. Pero si uno viaja ahora, no encuentra mujeres sin velo, porque hay un proceso de «reislamización», impulsado por los Hermanos Musulmanes, que establecieron que las mujeres deben llevar el velo. Si no, corren gravísimos riesgos", afirma la periodista.
Pero en su libro pueden leerse otras cifras que hablan de una situación espantosa: 50.000 mujeres se suicidan al año en todo el mundo forzadas por sus familias para limpiar su honor, según datos de la ONU.
Hace cuatro años, cuando Francia prohibió el velo y otros símbolos religiosos en las escuelas, Sgrena era escéptica. Pero cuando viajó allí para hacer un reportaje y ver cómo se había implementado, quedó muy sorprendida. Según el Ministerio de Educación francés, sólo 47 estudiantes en todo el país habían abandonado las escuelas públicas, entre ellas algunas que decidieron matricularse en escuelas católicas y otras que optaron por seguir cursos por correspondencia.
Para Sgrena, en cambio, la reciente ley aprobada por Turquía, que permitió el uso del velo en las universidades, es un paso atrás. "Es cierto, el velo es un pedazo de tela, pero la verdad es que en todos los países siempre se empieza con el velo", afirma. "Por eso, para mí, es el primer paso de Turquía hacia la «reislamización»", dice.
Por Elisabetta Piqué
Entrevista a Giuliana Sgrena
"El velo es el primer paso para reducir los derechos de la mujer"
La periodista italiana fue rehén en Irak
El velo, un simple pedazo de tela, se ha convertido en la manzana de la discordia en Europa, un continente amenazado por el envejecimiento de la población, que, para sobrevivir, les abre a regañadientes las puertas a millones de inmigrantes, entre ellos miles de mujeres musulmanas que, por tradición o imposición, se cubren.
Giuliana Sgrena, veterana feminista y corresponsal de guerra del diario de izquierda Il Manifesto, que viajó a varios países islámicos, no tiene dudas: "El velo es el primer paso para la reducción de los derechos de la mujer".
Autora de El precio del velo. La guerra del islam contra las mujeres, recientemente editado en Italia, Sgrena saltó trágicamente a la fama tras ser secuestrada en Bagdad en febrero de 2005 por un grupo islámico que nunca la obligó a cubrirse porque no era fundamentalista, según contó a LA NACION en una entrevista.
Cuando fue liberada, en marzo del mismo año, gracias a los servicios secretos italianos, vivió otra pesadilla: el auto en el que se dirigía al aeropuerto de Bagdad junto con dos agentes italianos fue acribillado a tiros por soldados estadounidenses. En el ataque murió el agente Nicola Calipari.
Comprometida a dar a conocer lo que considera una realidad dramática, Sgrena está convencida de que el velo representa, y no sólo simbólicamente, "la opresión de la mujer en el mundo islámico".
Afirma que detrás de su imposición no se esconde solamente el intento de las fuerzas más fundamentalistas de "reislamizar" la sociedad, sino, además, una verdadera guerra contra las mujeres, y en contra de su cuerpo, visto como el terreno de batalla sobre el cual afirmar principios y costumbres que poco tienen que ver con la tradición islámica, sino con un "nuevo" retorno al orden machista y reaccionario.
"Sólo una interpretación fundamentalista del islam dice que hay que llevar el velo. Tanto es así, que en los tiempos de Mahoma no se llevaba el velo", afirma Sgrena, que condena duramente el "relativismo cultural" de la izquierda, e incluso de varias feministas de Occidente.
"Mientras la derecha considera a estos pueblos salvajes, por lo que es mejor mantenerlos alejados de nosotros, la izquierda, que también tiene una actitud distinta en cuanto a la inmigración, cae en la trampa de considerar el velo de las mujeres musulmanas «parte de su cultura, parte de su tradición», y no va al fondo del problema, que es que el velo no es el fruto de una elección libre de la mujer, sino una condena".
En su libro, una investigación a fondo, llena de datos, Sgrena denuncia la violencia, las infamias, las muertes y la tremenda discriminación que sufren las mujeres. Además, se rebela ante lo que pasa en la misma Italia, y en otros países europeos, con las mujeres musulmanas.
Muchas de estas, que creen haber alcanzado finalmente la libertad al llegar al Viejo Continente, chocan con el hecho de que son "doblemente discriminadas", como inmigrantes y como musulmanas. Y pasan a vivir un verdadero infierno, al terminar solas y olvidadas en virtuales guetos, donde la opresión de los hombres, que las encierran en sus casas y las obligan a veces a usar velo, o incluso burka (la tristemente célebre túnica afgana con una rejilla a la altura de los ojos), termina siendo aún mayor que la de sus países de origen.
Hace dos años la opinión pública italiana vivió con gran conmoción el caso de Hina, una joven paquistaní que vivía como una occidental, y que, por este motivo "de honor", fue brutalmente asesinada por su propio padre. Pero Sgrena considera que en Italia "hay muchas Hinas".
"Yo no lo sabía, pero es altísimo el número de mujeres que han sido asesinadas en Italia porque no respetaban las reglas impuestas por la familia o por la comunidad. ¿Cómo podemos aceptar que en nuestro país pasen cosas de este tipo?", se pregunta.
"Reislamización"
Para Sgrena, estamos frente a un claro proceso de "reislamización". "Antes, cuando iba a Argel, a Amman o a El Cairo veía poquísimas mujeres con velo, salvo en los barrios populares, donde usaban el tradicional. Pero si uno viaja ahora, no encuentra mujeres sin velo, porque hay un proceso de «reislamización», impulsado por los Hermanos Musulmanes, que establecieron que las mujeres deben llevar el velo. Si no, corren gravísimos riesgos", afirma la periodista.
Pero en su libro pueden leerse otras cifras que hablan de una situación espantosa: 50.000 mujeres se suicidan al año en todo el mundo forzadas por sus familias para limpiar su honor, según datos de la ONU.
Hace cuatro años, cuando Francia prohibió el velo y otros símbolos religiosos en las escuelas, Sgrena era escéptica. Pero cuando viajó allí para hacer un reportaje y ver cómo se había implementado, quedó muy sorprendida. Según el Ministerio de Educación francés, sólo 47 estudiantes en todo el país habían abandonado las escuelas públicas, entre ellas algunas que decidieron matricularse en escuelas católicas y otras que optaron por seguir cursos por correspondencia.
Para Sgrena, en cambio, la reciente ley aprobada por Turquía, que permitió el uso del velo en las universidades, es un paso atrás. "Es cierto, el velo es un pedazo de tela, pero la verdad es que en todos los países siempre se empieza con el velo", afirma. "Por eso, para mí, es el primer paso de Turquía hacia la «reislamización»", dice.
Por Elisabetta Piqué
La periodista italiana fue rehén en Irak
El velo, un simple pedazo de tela, se ha convertido en la manzana de la discordia en Europa, un continente amenazado por el envejecimiento de la población, que, para sobrevivir, les abre a regañadientes las puertas a millones de inmigrantes, entre ellos miles de mujeres musulmanas que, por tradición o imposición, se cubren.
Giuliana Sgrena, veterana feminista y corresponsal de guerra del diario de izquierda Il Manifesto, que viajó a varios países islámicos, no tiene dudas: "El velo es el primer paso para la reducción de los derechos de la mujer".
Autora de El precio del velo. La guerra del islam contra las mujeres, recientemente editado en Italia, Sgrena saltó trágicamente a la fama tras ser secuestrada en Bagdad en febrero de 2005 por un grupo islámico que nunca la obligó a cubrirse porque no era fundamentalista, según contó a LA NACION en una entrevista.
Cuando fue liberada, en marzo del mismo año, gracias a los servicios secretos italianos, vivió otra pesadilla: el auto en el que se dirigía al aeropuerto de Bagdad junto con dos agentes italianos fue acribillado a tiros por soldados estadounidenses. En el ataque murió el agente Nicola Calipari.
Comprometida a dar a conocer lo que considera una realidad dramática, Sgrena está convencida de que el velo representa, y no sólo simbólicamente, "la opresión de la mujer en el mundo islámico".
Afirma que detrás de su imposición no se esconde solamente el intento de las fuerzas más fundamentalistas de "reislamizar" la sociedad, sino, además, una verdadera guerra contra las mujeres, y en contra de su cuerpo, visto como el terreno de batalla sobre el cual afirmar principios y costumbres que poco tienen que ver con la tradición islámica, sino con un "nuevo" retorno al orden machista y reaccionario.
"Sólo una interpretación fundamentalista del islam dice que hay que llevar el velo. Tanto es así, que en los tiempos de Mahoma no se llevaba el velo", afirma Sgrena, que condena duramente el "relativismo cultural" de la izquierda, e incluso de varias feministas de Occidente.
"Mientras la derecha considera a estos pueblos salvajes, por lo que es mejor mantenerlos alejados de nosotros, la izquierda, que también tiene una actitud distinta en cuanto a la inmigración, cae en la trampa de considerar el velo de las mujeres musulmanas «parte de su cultura, parte de su tradición», y no va al fondo del problema, que es que el velo no es el fruto de una elección libre de la mujer, sino una condena".
En su libro, una investigación a fondo, llena de datos, Sgrena denuncia la violencia, las infamias, las muertes y la tremenda discriminación que sufren las mujeres. Además, se rebela ante lo que pasa en la misma Italia, y en otros países europeos, con las mujeres musulmanas.
Muchas de estas, que creen haber alcanzado finalmente la libertad al llegar al Viejo Continente, chocan con el hecho de que son "doblemente discriminadas", como inmigrantes y como musulmanas. Y pasan a vivir un verdadero infierno, al terminar solas y olvidadas en virtuales guetos, donde la opresión de los hombres, que las encierran en sus casas y las obligan a veces a usar velo, o incluso burka (la tristemente célebre túnica afgana con una rejilla a la altura de los ojos), termina siendo aún mayor que la de sus países de origen.
Hace dos años la opinión pública italiana vivió con gran conmoción el caso de Hina, una joven paquistaní que vivía como una occidental, y que, por este motivo "de honor", fue brutalmente asesinada por su propio padre. Pero Sgrena considera que en Italia "hay muchas Hinas".
"Yo no lo sabía, pero es altísimo el número de mujeres que han sido asesinadas en Italia porque no respetaban las reglas impuestas por la familia o por la comunidad. ¿Cómo podemos aceptar que en nuestro país pasen cosas de este tipo?", se pregunta.
"Reislamización"
Para Sgrena, estamos frente a un claro proceso de "reislamización". "Antes, cuando iba a Argel, a Amman o a El Cairo veía poquísimas mujeres con velo, salvo en los barrios populares, donde usaban el tradicional. Pero si uno viaja ahora, no encuentra mujeres sin velo, porque hay un proceso de «reislamización», impulsado por los Hermanos Musulmanes, que establecieron que las mujeres deben llevar el velo. Si no, corren gravísimos riesgos", afirma la periodista.
Pero en su libro pueden leerse otras cifras que hablan de una situación espantosa: 50.000 mujeres se suicidan al año en todo el mundo forzadas por sus familias para limpiar su honor, según datos de la ONU.
Hace cuatro años, cuando Francia prohibió el velo y otros símbolos religiosos en las escuelas, Sgrena era escéptica. Pero cuando viajó allí para hacer un reportaje y ver cómo se había implementado, quedó muy sorprendida. Según el Ministerio de Educación francés, sólo 47 estudiantes en todo el país habían abandonado las escuelas públicas, entre ellas algunas que decidieron matricularse en escuelas católicas y otras que optaron por seguir cursos por correspondencia.
Para Sgrena, en cambio, la reciente ley aprobada por Turquía, que permitió el uso del velo en las universidades, es un paso atrás. "Es cierto, el velo es un pedazo de tela, pero la verdad es que en todos los países siempre se empieza con el velo", afirma. "Por eso, para mí, es el primer paso de Turquía hacia la «reislamización»", dice.
Por Elisabetta Piqué
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