El seminario “Libertad de expresión: Desafíos y oportunidades en un escenario interconectado de comunicaciones” propició la reflexión de participantes de todas partes del mundo sobre censura, propiedad intelectual e Internet, televisión digital y concentración de medios, entre otros temas.
Días atrás se realizó en Buenos Aires el seminario internacional “Libertad de expresión: Desafíos y oportunidades en un escenario interconectado de comunicaciones”. El seminario fue organizado por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y por la consultora internacional en derechos humanos Global Partners, en el marco del proyecto Libertad de Expresión y con contó con el auspicio de la Fundación Ford.
Del encuentro participaron cerca de medio centenar de activistas, abogados, periodistas, académicos y artistas de los Estados Unidos, Europa, África y América Latina, quienes intercambiaron puntos de vista sobre los beneficios y obstáculos que el ejercicio de la libertad de expresión enfrenta en un mundo globalizado e interconectado gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación.
Entre los participantes estuvieron Eduardo Bertoni, ex Relator Especial de Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y actual director de la Fundación para el Debido Proceso Legal (Washington); Ricardo Uceda, director del Instituto de Prensa y Sociedad (Perú), Damián Loreti, vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y los académicos Guillermo Mastrini (UBA) y Martín Becerra (Universidad Nacional de Quilmes). Igualmente, concurrieron Gustavo Gómez y Aleida Calleja, de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC); Manuela Gumucio, del Observatorio de Medios de Chile; Gustavo Gindre, del Instituto de Estudios y Proyectos en Comunicación y Cultura, de Brasil, Caroline Frerickson, de la American Civil Liberties Union (ACLU); Gene Kimmelman, de Consumers Union y Jenny Toomey, de Future of Music Coalition, entre otros.
A lo largo de dos jornadas, los participantes debatieron sobre diversos temas como las presiones directas e indirectas sobre la prensa, la autocensura periodística, la concentración de la propiedad de los medios, los retos de la propiedad intelectual en la era digital, la importancia de las radios y los medios comunitarios, los desafíos regulatorios de la radio y la televisión digital y algunos de los nuevos modelos que utilizan los artistas para divulgar sus obras, entre otros asuntos.
Al inaugurar el seminario, Andrew Puddephat, director de Global Partners, sostuvo que quienes trabajan en temas de libertad de expresión deben empezar a ver más allá de la visión clásica que se tiene sobre el tema. “Tradicionalmente, los activistas en temas de libertad de expresión se limitaban a las cuestiones del ‘contenido’, pero nunca avanzaban sobre temas relacionados con la ‘imprenta’. En este mundo tenemos que pensar en todas las capas del proceso (desde la infraestructura hasta los contenidos, pasando por las aplicaciones y la conectividad) si queremos promover la libertad de expresión”, aseguró.
En ese sentido, Roberto Saba, director ejecutivo de la ADC, sostuvo que es necesario discutir el rol que le cabe jugar al Estado en este nuevo esquema. “Hay consenso en que el Estado tiene que tener un lugar: la desaparición total del poder regulatorio deja el terreno librado a la ley de la selva, pero la experiencia en América Latina despierta ciertas precauciones, por la experiencia con Estados que no han respetado los principios democráticos y el interés público”, aseguró.
Precisamente, una de las conclusiones del seminario enfatizó la necesidad de que el Estado cumpla un rol relevante en la regulación del sistema de medios de comunicación. Se resaltó la necesidad de abandonar la idea clásica del Estado como enemigo de la libertad de expresión, y de adoptar la postura de que su intervención puede ser necesaria para incrementar el acceso de todos los ciudadanos a los medios de comunicación, principalmente en casos que requieren una fuerte inversión tecnológica; para asegurar un mercado de medios balanceado, con pluralidad de voces, diversidad de contenidos y representación de todas las comunidades y, también, para educar y entrenar a la ciudadanía en las nuevas tecnologías.
También hubo consenso en la necesidad de generar alianzas globales entre distintos sectores involucrados y estándares internacionales para proteger el derecho fundamental de libre expresión frente a los nuevos desafíos.
Algunos desafíos
El primero de los paneles estuvo dedicado a trazar un panorama sobre los nuevos y clásicos obstáculos que enfrenta el ejercicio de la libertad de expresión en América Latina. Entre otros, se mencionó a las amenazas que reciben los periodistas y la autocensura que genera; la distribución discriminatoria de publicidad oficial; la utilización de las leyes de difamación criminal, así como la presión que los propios medios ejercen sobre los periodistas. El ex Relator de la OEA, Eduardo Bertoni, también se refirió a la represión de la protesta pública y las dificultades para acceder a información pública.
La concentración de la propiedad de los medios y los posibles abordajes a este problema fue otro de los puntos salientes de la reunión. En general, los participantes estuvieron de acuerdo en el impacto negativo que la excesiva concentración produce sobre la pluralidad de voces y la robustez del discurso público. La necesidad de pensar estrategias regionales e internacionales para un mercado que ya es global fue una de las reflexiones que dejó la reunión.
El tema de la regulación de la radio y la televisión digital también estuvo presente, y muchos de los participantes consideraron que esta nueva tecnología ofrece un gran desafío: la posibilidad de construir un sistema de medios más plural y democrático o una mayor consolidación de la concentración de los medios y la homogeneización y centralización de los contenidos.
En este sentido, Gustavo Gómez, de AMARC, llamó a seguir de cerca la elección del estándar digital que vayan haciendo los países de la región y el marco regulatorio que se establezca, y aclaró: “No se trata de una decisión exclusivamente técnica porque las mismas tecnologías se pueden usar de distintas maneras. Hay una decisión política que debe partir de una pregunta fundamental: ¿para qué nuestros países requieren la digitalización? Creo que necesitamos utilizar la digitalización para tener una mayor variedad de voces antes que para tener alta definición”.
En tanto, varios de los participantes destacaron la importancia de los derechos de propiedad intelectual en el nuevo escenario digital, ya que una visión restrictiva sobre estos derechos puede afectar la libertad de expresión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario