Un nuevo escenario, se suma a las hipótesis de conflicto de las agencias de Inteligencia que enfrentan el fenómeno del Terrorismo, el último episodio en el aeropuerto JFK fue protagonizado por cuatro personas originarias del Caribe.
Por Rubén Weinsteiner
El último intento de ataque terrorista contra los EE.UU, nació de una dirección poco trabajada por las agencias de inteligencia; la zona sud oriental del Caribe.
Hace dos semanas fueron detenidos cuatro sospechosos, de intentar volar tubos del depósito de combustible del aeropuerto Kennedy en la ciudad de New York. Tres de ellos fueron detenidos en Trinidad y uno en Brooklyn, de los cuatro tres son oriundos de Guyana y uno de Trinidad, si bien vive en New York.
El atentado no fue materializado, pero para la comunidad de Inteligencia de los EE.UU, se abre un nuevo escenario de análisis y acción muy cerca de casa. Los cuatro son afrocaribeños, que se convirtieron al Islam, pero lo interesante a primer análisis, es que los cuatro, no cierran con el perfil típico de un joven extremista, uno de ellos es un ex parlamentario y actual alcalde de una ciudad de Guyana, otro es Imam de una mezquita en Trinidad.
Un operador de la comunidad de Inteligencia de los EE.UU, nos señaló que los cuatro constituían una base muy sólida de agitación ultra islámica en le Caribe. Esta afirmación parece descolgada a priori, pero la realidad coloca esta expresión en un contexto que ha mutado.
En las quince Islas del Caribe viven 200.000 musulmanes, la mayoría en Trinidad, Guyana y Surinam, estos individuos descienden de asiáticos que llegaron a trabajar en el azúcar, luego del fin de la esclavitud, y a partir de los sesentas se incorporan a ellos lugareños que se fueron convirtiendo.
La preponderancia de esta comunidad fue creciendo y legitimándose con el tiempo, tanto es así que hoy algunas de las festividades islámicas son feriados nacionales junto con la Navidad y una festividad India.
Los musulmanes caribeños mayormente se dedican al comercio, están ausentes de la política, muchos de ellos son religiosos y los que no los son, no se privan de bebidas alcohólicas y mariguana, pero el terrorismo no era hasta aquí una actividad desarrollada por estos lares, que siquiera apareciera en grado de sospecha, por parte de las agencias de Inteligencia.
Hoy el escenario ha cambiado, la corriente predominante en la comunidad Islámica caribeña está liderada por Yasin Abu Bajar, cuyo nombre antes de convertirse era Lennox Philip, ex policía, hoy dirige la organización Jamaa al Muslemiín, en el año 1990, cien de sus seguidores intentaron un golpe en trinidad tomando como prisionero al primer ministro y a algunos diputado a quienes retuvieron por seis días para luego rendirse.
Fuentes de la inteligencia de los EE.UU, sostienen que los cuatro detenidos por el intento de atentado en el aeropuerto JFK, tienen conexión con Abu Bajar. Este niega todo contacto aunque reconoce que uno de ellos oraba en su mezquita.
Hace un mes expulsó el gobierno de Gran Bretaña a Jamaica a Abdala al Faisal, cuyo nombre anterior a la conversión era Trevor Forrest, luego de cumplir la mitad de una condena de siete años por incitación al terrorismo. Dos de los compañeros de estudios y oración en la mezquita de Trevor eran John Reed, el hombre que intentó subir a un avión con explosivos dentro de sus zapatos y German Lindsay uno de los terroristas del 7-J de Londres.
Este nuevo escenario, complica la situación del millón y medio de residentes caribeños en los EE.UU que mantienen un lazo muy estrecho con sus familias en las Islas, los controles sobre esta población en EE.UU y las dificultades para conseguir visa y regularizar su situación, serán cada vez mayores.
Rubén Weinsteiner
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