miércoles, diciembre 19, 2007

Para apagar un escándalo, el rey saudita indulta a una joven


Posteriormente, fue secuestrada por siete desconocidos que la violaron. Fue condenada a 200 latigazos por estar sola con un hombre que no es familiar.
La sentencia había provocado una lluvia de críticas internacionales. El caso en cuestión involucra a una joven de 19 años que había recibido una condena a 200 latigazos y seis meses de prisión tras ser violada por siete individuos que la secuestraron luego de hallarla sola junto a un hombre que no era ni familiar cercano ni su marido. El hecho es punible y moralmente reprobable, según las costumbres y leyes islámicas. Pero el rey Abdalá de Arabia Saudita decidió indultarla para salvar a su reino de la indignación occidental.

La información fue publicada por el diario saudita Al Jazeera sin confirmación oficial, aunque fuentes del palacio admitieron que el indulto se habría producido coincidiendo con una gran fiesta para los musulmanes, la peregrinación anual a La Meca. Además, sin confirmar el perdón, el ministro de Justicia, Abdalá Al-Cheij declaró al mismo diario que el monarca tenía "derecho a anular las decisiones judiciales que considere oportunas si es por el bien general".

En un primer momento, la mujer -cuya identidad no ha sido revelada- fue condenada en octubre de 2006 a 90 latigazos. Pero la pena se convirtió en 200 latigazos y seis meses de cárcel el 14 de noviembre, durante una revisión del fallo en primera instancia. El tribunal también aumentó las penas de los violadores a dos y nueve años de cárcel. La víctima había apelado al rey para una anulación de condena.

La "chica de Qatif", como es conocida la joven en Arabia Saudita, explicó que el hombre con el que estaba cuando los secuestradores se la llevaron para violarla era su ex novio. Este último la había amenazado con mostrar a sus padres una foto de ambos, lo que haría público la relación que hasta entonces se había mantenido en secreto y que igualmente ya había acabado. Ella accedió a encontrarse con el chantajista para que le devolviera la foto. Fue en ese momento cuando sus raptores la violentaron.

El reino saudita, que acoge en su suelo los principales lugares santos según el Islam, está regido por los principios de wahhabismo, una interpretación muy rígida de la religión y de la ley islámica -la sharia- que impone, entre otras exigencias, una separación total de los sexos. Así, una mujer no tiene derecho a estar acompañada por un hombre que no sea un familiar cercano, como su abuelo, padre, tío, marido, hijo o hermano. Tampoco tienen derecho a conducir y, en público, deben cubrirse de la cabeza a los pies.

Sumándose a las críticas de numerosas organizaciones, la Casa Blanca dijo que el caso era "escandaloso". El presidente George Bush declaró que estaba "encolerizado" por ver cómo un país no se ponía de parte de la víctima de una violación. También dijo que él reaccionaría con toda seguridad de forma "emocional" si su hija se hubiese encontrado de una situación similar. Ayer, tras conocerse el indulto, la Casa Blanca celebró el hecho. "Estamos contentos", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey. "Todos se habían asombrado ante la sentencia inicial y esperan que esto cierre el caso", añadió.

La polémica por este asunto ha perjudicado claramente a la reputación del país. Un responsable del gobierno que prefirió no revelar su identidad consideró que el veredicto del tribunal había provocado grandes divisiones en la sociedad saudita e incluso expertos de la sharia estaban en desacuerdo.

Al ser consultado ayer, el portavoz de la Sociedad de Derechos Humanos de Arabia Saudita, Mufleh al Kahtani, dijo que el monarca había tomado su decisión de forma totalmente independiente y que "no hubo influencia externa".

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