sábado, septiembre 15, 2007

Intenciones capacidad y conspiraciones

El sexto aniversario de los ataques a las Twin Towers y al Pentágono sirvió para estimular una vez más el caudal de teorías conspirativas que pueblan internet, la tv, la radio y las librerías, y que intentan cuestionar la versión oficial de lo que ocurrió en la mañana del 11 de septiembre de 2001.

Algunas, obviamente apuntan a los judíos, como la que habla de un complot sionista y argumenta falsamente que 4000 empleados judíos no concurrieron ese día a trabajar. De hecho, 400 judíos murieron en el atentado.

Otra de la teorías se expone en el documental titulado Loose Change ("Cambio chico") escrito y dirigido por Dylan Avery, cuya primera edición fue completada en abril del 2005.

La película plantea que el ataque fue planeado y conducido por elementos dentro del gobierno norteamericano con el fin de crear las condiciones para lanzar una guerra contra Afganistán e Irak, y enumera una cantidad de presuntas anomalías en la investigación oficial. Algunas de sus conclusiones son:



Que fueron explosivos, y no el impacto de los aviones, los que provocaron el derrumbe de las Torres Gemelas porque la caída vertical sólo podría haberse producido por una explosión en la base.



Que el incendio dentro de las torres no fue suficiente para derretir los soportes de acero.



Que el vuelo 93 no fue abatido sino que aterrizó en el aeropuerto Hopkins de Cleveland donde pasajeros y tripulantes fueron llevados por personal de gobierno a un centro desocupado de la NASA.



Que fue un misil y no el Boeing 757 el que impactó al Pentágono, en virtud de que los boquetes que dejó el impacto serían demasiado pequeños para un avión cuyas alas tienen una extensión de 38 metros.



Que varios de los secuestradores identificados por el gobierno no se encontraban en los aviones sino que estaban vivos el 11 de septiembre y, probablemente, lo estén aún hoy.


Me resulta difícil pensar difícil pensar que los responsables de la torpe aventura iraquí sean los mismos que planificaron una operación tan brillante, compleja y enmarañada como la que imaginan los teóricos conspirativos.

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