miércoles, septiembre 26, 2007

¿Que pasaría si un presidente en la ONU, llamara a la desaparición de Francia?

Un día después de haber provocado un escándalo en Nueva York, al cuestionar una vez más el Holocausto y afirmar que en su país no había homosexuales, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, recibió ayer duras críticas por sus declaraciones, aunque fue defendido por gobiernos aliados y por dirigentes políticos y universitarios en Teherán.

Mientras el gobierno israelí y legisladores norteamericanos condenaron las declaraciones de Ahmadinejad, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su par de Bolivia, Evo Morales, manifestaron su indignación por el duro trato que recibió anteayer el polémico mandatario en la Universidad de Columbia.

En el inicio de una tensa sesión de preguntas y respuestas en ese centro de estudios, su presidente, Lee Bollinger, que había invitado a Ahmadinejad para que explicara la situación en su país, lo presentó como a un "dictador mezquino y cruel", palabras que el mandatario calificó como "un insulto".

Ahmadinejad provocó después una fuerte polémica, al defender su controvertido plan nuclear y afirmar que en Irán no hay homosexuales, como en Estados Unidos. También se preguntó si había habido "suficiente investigación" sobre el Holocausto y cuestionó que los palestinos tuvieran que "ceder sus tierras" y "pagar el precio" por "un hecho con el que no tuvieron nada que ver".

La invitación de Columbia a Ahmadinejad, que se encuentra en Nueva York para participar de la Asamblea General de la ONU, ya había desatado una fuerte polémica en Nueva York, donde miles de personas marcharon para protestar contra su presencia.

Una de las reacciones más fuertes contra las declaraciones de Ahmadinejad fue la del presidente israelí, Shimon Peres, que afirmó que su intervención en Columbia había sido "un espectáculo vergonzoso".

Peres calificó de "grave error" la decisión de esa universidad de invitarlo, y comparó el foro con un diálogo entre el ex primer ministro británico Neville Chamberlain y Adolfo Hitler antes de la Segunda Guerra Mundial. "¿En qué ayudó?", se preguntó.

"Ojalá pudiéramos creer en la palabra de Ahmadinejad, pero no podemos", dijo, por su parte, el legislador demócrata Tom Lantos, presidente de el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. "Este es el mismo hombre que ayer [por el lunes] dijo: «Nuestro pueblo es el más libre del mundo, y no hay homosexuales en Irán»."

También en la Argentina hubo críticas para Ahmadinejad. Mientras el presidente de la AMIA, Luis Grynwald, dijo que su exposición había sido "bastante controvertida", el ex embajador ante la ONU Emilio Cárdenas calificó al mandatario iraní de "antisemita consuetudinario". "Ahmadinejad se animó a decir tremendas barbaridades: dijo que no existió el Holocausto, cuando es uno de los sucesos más documentados de la historia, y aseguró que no hay homosexuales en Irán, pero porque los ahorcan", dijo el diplomático.

Desde la otra orilla, Chávez afirmó que su par iraní había sido "víctima de una emboscada", y contó que lo había llamado para expresarle su solidaridad. "Lo felicité en nombre del pueblo venezolano, ante una nueva agresión del imperio estadounidense."

Evo Morales, otro aliado de Ahmadinejad en la región, condenó las acusaciones contra el presidente iraní y comparó esa situación con la que él mismo vivió como dirigente sindical de los cocaleros, cuando lo acusaban de "terrorista, asesino, narcotraficante y de ser el [Osama] ben Laden latino".

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