sábado, noviembre 24, 2007

Lahoud deja el Líbano en manos del Ejército


El saliente mandatario pidió este viernes al Ejército que se hiciera cargo de la seguridad del país, después que líderes rivales no lograran acordar un sucesor, dejando al país en medio de un vacío polìtico.

Lahoud dijo en un comunicado leído en su nombre que existían "los peligros de un estado de emergencia" y confiaba "al Ejército la autoridad de mantener la seguridad."

El gobierno rechazó la medida, incrementando las tensiones. El anuncio generó de inmediato más dudas en medio de la crisis política que atraviesa el Líbano. Muchos temen que las tensiones puedan desencadenar hechos de violencia entre los partidarios del gobierno y de la oposición.

El presidente no puede declarar el estado de emergencia sin la aprobación del gobierno, pero el portavoz de Lahoud manifestó que la administración del primer ministro Fuad Saniora era inconstitucional.

"El presidente de la república declara que como existe un estado de emergencia en todo el país al 24 de noviembre del 2007, el ejército ha recibido órdenes de preservar la seguridad en todo el territorio libanés y de colocar a todas las fuerzas armadas a su disposición'', expresó el portavoz presidencial Rafik Shalala. El comunicado ordena al ejército ``presentar las medidas que tome al gabinete cuando sean constitucionales'', dijo.

El gobierno de Saniora, que se encontraba reunido en la casa de gobierno en Beirut cuando el anuncio fue efectuado en el palacio presidencial de Babda, en las afueras de la capital, rechazó el anuncio.

"No tiene valor y es inconstitucional, y en consecuencia es considerado como si no se hubiese ordenado'', manifestó un portavoz del gobierno refiriéndose a la medida. El informante pidió mantener su nombre en el anonimato porque el primer ministro aún no había efectuado ningún anuncio oficial.

El portavoz dijo que la constitución estipula que el gabinete, no el Presidente, tiene la autoridad para declarar el estado de emergencia y darle al ejército la autoridad de asumir las tareas de seguridad. "Cualquier decisión que no sea tomada por el gabinete, no tiene valor constitucional'', expresó el portavoz a la AP. El comando del ejército se negó a efectuar declaraciones.

El Ejército ya había permanecido en estado de alerta durante varios días, emplazando cientos de soldados en tanques y vehículos blindados en las principales calles del centro de la capital libanesa, donde está el edificio del parlamento.

La actividad en la ciudad fue normal a lo largo del día, pero había menos tránsito vehicular que de costumbre y muchas escuelas permanecieron cerradas.

Se esperaba que Lahoud dejara su puesto al expirar su mandato en la medianoche del viernes. Ambas partes han contado con el ejército para garantizar la calma en medio del caos político, y no quedaba claro si el anuncio de Lahoud le daba a los militares otros poderes que no fueran los de implementar medidas de seguridad.

En la tarde, el parlamente efectuó un último intento para sesionar y votar un presidente antes de que Lahoud deje su cargo. Pero la oposición, liderada por el grupo de milicianos chiítas Hezbalá, boicoteó la sesión e impidió que se alcanzara el quórum de las dos terceras partes necesarias.

El presidente de la legislatura Nabi Berri expresó en un comunicado que la sesión fue suspendida hasta el 30 de noviembre para tener más tiempo ``con el fin de realizar más consultas que permitan llegar a un consenso sobre la elección del presidente''.

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