Simplificando de manera brutal, en este tema complejísimo de la seguridad bonaerense hay como dos grandes líneas: Una que sostiene que todos los males se originan en la policía corrupta y hay que combatirla hasta el final y otra que dice que es necesario pactar con ellos para evitar un caos aún mayor ¿Usted que piensa?
Yo no creo en ninguna de las dos. Creo que hay corrupción en la policía y hay que combatirla, pero también creo que no es toda la policía así ni esa sea la única función de un ministro, en todo caso será la del director de asuntos internos.
Ahora, mientras me ocupo de ese tema, no le puedo decir al vecino asolado por el delito que estoy en una tarea muy importante de depuración de la policía, que por favor vuelva en un año cuando termine asi vemos que hacemos con usted. Yo tengo que dar una respuesta en ese momento. Esta es la diferencia fundamental entre los planteos de reformas policiales y las reformas en otras áreas del gobierno. Cuando volvió la democracia se le dijo a los militares ustedes metanse en los cuarteles, quedense ahí mientras pensamos que vamos a hacer con ustedes. En su vida cotidiana la sociedad no percibió un cambio. Yo en cambio no le puedo decir a los 46 mil policías bonaerenses metanse en las comisarías, no hagan nada mientras veo que hago con ustedes. Por eso lo difícil, en la práctica hay que ir a un fuerte mejoramiento de la policía, pero paralelamente dar respuesta a los crecientes problemas de inseguridad.
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