lunes, noviembre 26, 2007

Redrado: seguirá la crisis global

Las fuertes turbulencias que sufren los mercados del mundo, impulsadas por la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, son las peores de los últimos 10 años y continuarán por un buen tiempo, según el presidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado.

"Las condiciones financieras en las economías desarrolladas se han deteriorado y el continuo deterioro del mercado inmobiliario norteamericano no hace más que ensombrecer cualquier perspectiva de recuperación al verse afectada la calidad de los activos subyacentes", señaló el funcionario durante una disertación en la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

"En los últimos días, la caída del mercado inmobiliario de Estados Unidos se profundizó, afectando las expectativas de consumo de la mayor economía del mundo -prosiguió Redrado-. Las consecuencias que esto puede tener sobre el crecimiento de la economía mundial no están claras. El mercado todavía espera una nueva baja en las tasas de interés en Estados Unidos, lo cual indicaría un balance de riesgos sesgado a la baja para esta economía, con su consecuente impacto en el crecimiento económico global".

El jefe del BCRA enfatizó que este panorama general no tuvo impacto sobre la economía argentina "gracias a la estrategia monetaria y financiera" de la entidad, basada sobre tres pilares:



Política monetaria prudente y consistente que garantiza el equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado de dinero.



Un régimen de flotación administrada que permite sobrellevar las situaciones de estrés financiero, es decir, un régimen que prevenga la excesiva volatilidad y brinde previsibilidad.



Políticas anticíclicas de reaseguro para que el país esté preparado ante eventuales shocks. Estas incluyen la acumulación y administración de reservas internacionales y un sistema financiero sólido que actúa como amortiguador de las turbulencias.


Durante su exposición, Redrado definió el régimen de flotación del peso administrada como un factor central. "Por un lado, no ofrece un seguro de cambio que favorezca el ingreso de capitales especulativos; por el otro, procura evitar que la volatilidad de corto plazo distorsione las decisiones de consumo, ahorro e inversión", explicó.

El jefe de la entidad agregó que "desde el inicio de la crisis internacional, la paridad nominal peso-dólar ha variado en un rango del 2,5 por ciento. Si hubiéramos estado en un esquema de libre flotación, el tipo de cambio habría llegado a niveles mucho más altos".

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