lunes, noviembre 05, 2007

Argelia: los desafíos del petróleo y el gas

Argelia se encuentra entre los países más ricos del continente africano gracias a la riqueza de su subsuelo. La explotación de los hidrocarburos (petróleo y gas natural) es aún la base de la economía argelina a pesar de las tentativas de su gobierno de acentuar la diferenciación entre las distintas actividades productivas. La nueva ley de los hidrocarburos está destinada a influir en la relación entre el país productor más importante del Mediterráneo y sus compradores.


La posición de Argelia

Argelia es uno de los países más ricos del continente africano, siendo su PIB el segundo más elevado por detrás de la República Sudafricana. El secreto de su riqueza se esconde en su suelo, donde se acumulan grandes cantidades de gas natural (es el quinto país productor del mundo y el cuarto en exportaciones) y de petróleo. Éstas son las dos principales fuentes de ganancias del país: la industria ligada a la extracción y la explotación de estos recursos es la más desarrollada del país. Los hidrocarburos constituyen casi la totalidad de las exportaciones argelinas (98%) y el 50% del PIB. Gracias al aumento del precio del petróleo, Argelia, miembro de la OPEC (Organización de los Países Productores de Petróleo) ha obtenido un aumento de las entradas que le ha permitido anticipar el pago de la mayor parte de su deuda y emprender diversos proyectos para la realización de infraestructuras.

La explotación del petróleo y del gas natural está en manos de una sociedad controlada por el Estado, la Sonatrach. Sus actividades están diversificadas y abarcan toda la cadena de producción de los hidrocarburos: exploración, explotación, transporte y refinación. La empresa estatal participa en otros sectores además de los hidrocarburos, como la desalinización del agua del mar, aunque es en el sector de los hidrocarburos donde opera la empresa, realizando grandes proyectos financiados por su propio capital. La Sonatrach es la primera empresa de Argelia: produce el 30% del PIB del país y su volumen de negocios alcanzó en 2006 los 42 mil millones de dólares.

La legislación relativa a la producción y al comercio de los hidrocarburos en Argelia se ha reformado con la ley número 05-07 del 28 de abril de 2005, cuya aplicación encontró enseguida numerosos problemas. El gobierno argelino intentó buscar un remedio creando otra ley, la ordenanza número 06-10 del 29 de julio de 2006, que completaba la ya existente. Las enmiendas consagraron la soberanía del Estado argelino y la supremacía de la Sonatrach en cuanto a exploración, producción y transporte del producto acabado a través de oleoductos y gaseoductos. El estado argelino recibirá mayores dividendos al aumentar, gracias a la ley, la recaudación fiscal junto con el aumento de su participación estatal en la Sonatrach (51%). Además de los nuevos contratos de producción entre la Sonatrach y sus colegas extranjeros, la nueva legislación obliga a pagar unos impuestos sobre las ganancias siempre que el precio del barril supere los 30 dólares. Al mismo tiempo que esta ley hace más rentable el sector de los hidrocarburos para el Estado, éste mantiene paralelamente un sistema institucional que separa claramente su rol del de las actividades comerciales de la Sonatrach. Otra novedad la representa la institución Alnaft (Agence Nationale de Valorisation de Ressources en Hydrocarbures) y la Autorité de Régulation des Hydrocarbures, a las cuales se ha transferido el poder de conceder contratos y permisos petrolíferos.

Tal y como ha reconocido el propio ministro de la energía argelino, Chakib Khelil, estas enmiendas no favorecerán a las empresas extranjeras, que a pesar de todo sentirán las consecuencias dentro de unos cuatro o cinco años. Además, el pasado mes de mayo, pocos días antes de las elecciones legislativas, el gobierno aprobó un decreto para la delimitación y clasificación de las áreas mineras por zonas y las definiciones de los perímetros de prospección, búsqueda y explotación.
Los compradores

Argelia exporta cada año casi el 80% de la energía que produce. Entre sus principales compradores se encuentran países europeos como Italia, Francia, Portugal y España, pero también Estados Unidos. Argelia esta conectada con Europa a través de dos gaseoductos (el llamado Enrico Mattei con Italia y el Pedro Duran Farell con España) para el transporte del GNL (gas natural líquido) pero existen otros dos proyectos para la construcción de gaseoductos que aumentarían el flujo de gas argelino hacia estos países. Su posición es de gran importancia, no sólo geográficamente, sino también por los compradores que posee al otro lado del Mediterráneo.Los países europeos tienen un gran interés en mantener buenas relaciones con Argelia, el primer país productor de petróleo y gas natural del Mediterráneo. Tal interés ha aumentado probablemente a raíz de las tensiones en Oriente Medio, particularmente por las tensiones que en las últimas semanas se han desarrollado entre Turquía e Irak. Estas tensiones, según el ministro de energía argelino, podrían influenciar en la producción petrolífera iraquí, provocando el aumento del precio del barril, que ya ha sobrepasado la barrera de los 90 dólares. Los intereses europeos en el campo energético se discutieron durante la visita oficial que el presidente del Parlamento Europeo, Hans Pert Poetterig, realizó a Argelia el pasado 28 de octubre. Estos intereses se verificaron tras el anuncio por parte del Ministerio de Energía argelino de un concurso para la exploración y explotación de quince bloques de hidrocarburos en el sur del país. Se dará prioridad a las compañías extranjeras que permitan a la Sonatrach el acceso a sus recursos como conocimientos e intercambio de tecnología. Por tanto, Argelia está buscando nuevos socios que ofrezcan estas condiciones, permitiéndole aumentar su competitividad y acrecentar su volumen de negocio. Según el ministro de energía argelino, los recursos de su país no se están explotando al máximo y la producción para la exportación podría aumentar visto el interés que los nuevos mercados han demostrado en la producción argelina. Entre estos países encontramos a Grecia, Turquía e incluso Japón.
Relaciones con Moscú, competidor y aliado

El problema del abastecimiento del gas para Europa se ha acentuado después de los problemas del pasado invierno entre Rusia y Ucrania, pero también como consecuencia del acercamiento entre Rusia y Argelia. De esta toma de contacto se teme la creación de un cártel del metano, con capacidad para influir en los precios y el abastecimiento, debilitando el poder de negociación de los compradores. Si las relaciones entre Moscú y Minsk se hicieran aún más tensas, Europa podría contar con algunos mecanismos de solidaridad que le permitirían hacer frente a la crisis de abastecimiento, y con una política externa común donde Argelia jugaría un papel fundamental. Europa depende de Rusia, Argelia y Noruega para el suministro de gas, y ve con buenos ojos el incremento de sus importaciones desde Argelia, que no la haría menos vulnerable energéticamente hablando, pero crearía un efecto positivo reduciendo el peso de Moscú y del área de influencia que la dependencia del gas ruso crea en Europa. Un acuerdo entre Bruselas y Argel multiplicaría por dos las exportaciones argelinas de gas natural hacia el mercado europeo, que hoy cubre un 11% de las necesidades del Viejo Continente. Esto supone igualar prácticamente a Rusia como exportadora de gas hacia Europa (24%), convirtiéndose en su salvavidas en caso de una eventual crisis e igualando su capacidad de suministro de energía con la del coloso del este. En realidad, la creación de una “OPEC del gas” no debería ser un interés primario de Rusia y Argelia, ya que provocaría el miedo de Europa en materia de seguridad energética: según algunos expertos, el llamado cártel del gas, sería difícil de gestionar, y su impacto sería minoritario respecto al que podría tener el cártel petrolífero. De hecho existen tres mercados del gas y, a pesar de que la difusión del GNL crece rápidamente, es probable que no se unifiquen hasta dentro de por lo menos treinta años.
Conclusiones

A pesar de los esfuerzos de los dirigentes por diversificar la economía argelina e impulsar los sectores secundarios, ésta depende por completo de la industria de los hidrocarburos. La nueva ley que regula el mercado ha introducido cambios y ha señalado la dirección en la que pretende moverse el gobierno argelino: ésta permitirá al Estado incrementar las entradas con las que financiar las grandes infraestructuras del interior del país, de las que podrá beneficiarse la propia industria de los hidrocarburos, con el objetivo de incrementar también la competitividad de los otros sectores industriales. Dado que el proceso de liberalización y diversificación de la economía no consigue despegar, el gobierno de Argelia ha decidido incentivar la explotación de su propia industria puntera para poder financiar las obras necesarias en otros sectores. A pesar de que existe el riesgo de importunar a los inversores extranjeros, este proceso se ha desarrollado conciente de que la inestabilidad de Oriente Medioconvierte a Argelia en un compañero fiable y un suministrador seguro. De hecho, a pesar de las condiciones poco favorables para las empresas extranjeras y del acercamiento entre la Sonatrach y la empresa rusa Gazprom, Bruselas continúa creyendo que Argelia es la mejor candidata para una alianza energética con Europa.

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