Los autores, economistas de la Unidad de Análisis e Investigación del Empleo de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, evalúan las políticas macroeconómicas, comerciales, de inversión y del mercado laboral en Argentina, Brasil y México en el período 1990-2004.
En el artículo Retos en materia de empleo y respuestas de política en Argentina, Brasil y México, publicado en la Revista de la CEPAL N° 91 (abril 2007), los autores Janine Berg, Christoph Ernst y Peter Auer recomiendan que la creación de empleos sea el enfoque central de las políticas económicas y sociales, y no un derivado secundario de la concentración exclusiva en la estabilización macroeconómica y apertura económica.
Los autores, economistas de la Unidad de Análisis e Investigación del Empleo de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, evalúan las políticas macroeconómicas, comerciales, de inversión y del mercado laboral en Argentina, Brasil y México -las economías más grandes de América Latina- en el período 1990-2004.
Según ellos, la liberalización comercial y financiera no produjo los resultados esperados en materia de crecimiento del empleo. La falta de crecimiento laboral -sobre todo de los trabajos formales con protección social- y el deterioro del mercado laboral han sido los aspectos más decepcionantes de esta estrategia de desarrollo.
En 2004, las tasas de empleo en Argentina y Brasil eran inferiores a las de 1990; la proporción de trabajadores en el sector informal había aumentado en Brasil y México; el salario real medio del sector manufacturero en Brasil y México se elevó sólo marginalmente y disminuyó en Argentina; y la desigualdad de salarios e ingresos seguía alta en los tres países. Además, tanto en Argentina como en Brasil y México, la seguridad social dejaba sin cobertura a una fracción muy significativa de los trabajadores asalariados.
Sin embargo, este mal desempeño no sorprende, según los autores, si se considera que la estrategia de estabilización macroeconómica no tenía un objetivo explícito de empleo; más bien, se suponía que la liberalización del capital, los bienes y los mercados de trabajo bastaría por sí solo para crear puestos de trabajo.
De acuerdo con el artículo, para proporcionar trabajo decente - entendido como trabajo formal con cobertura de seguridad social - se necesita coordinación entre los gobiernos y sus contrapartes sociales a través de un diálogo permanente que incluye a los nuevos actores que representen a los trabajadores informales y a los desempleados, particularmente en lo que se refiere a políticas laborales y a otras orientadas a regularizar la situación de los trabajadores informales.
Este diálogo social debe institucionalizarse a través de consejos económicos y sociales, lo que implica una consulta obligatoria a organizaciones y actores sociales. Estas recomendaciones "no suponen un regreso a la planificación estatal de la actividad económica", según los autores, "sino la creación y el fortalecimiento de instituciones para enmarcar las fuerzas de mercado y corregir las fallas, tratando a la vez de evitar que fracasen las políticas". (www..eclac.org)
El artículo completo se encuentra en:
http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/revista/noticias/articuloCEPAL/1/28261/P28261.xml&xsl=/revista/tpl/p39f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt
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