miércoles, abril 18, 2007

La otra cara de la relación comercial entre EE.UU. y China

Pese a las críticas vertidas por Washington contra Beijing por su política comercial, los asiáticos son los principales importadores de producciones industriales con alto contenido de `know-how' desde ese país.



La mediatización de las quejas estadounidenses por la falta de lucha contra la piratería, la inundación del mercado norteamericano de productos chinos, la baja valoración del yuan, o el dumping del país asiático entre otros, ha opacado la perspectiva de algunos sectores industriales en Estados Unidos cuyo principal mercado es China.

Un buen ejemplo de ello es la industria de conectores de computadoras. En un laboratorio de Pittsburg, donde se construyen aparatos para medir las cualidades absorbentes del hidrógeno respecto a algunos metales. El objetivo de la investigación es estudiar la capacidad del hidrógeno para automóviles hídricos Cada uno de estos instrumentos cuesta 100.000 dólares y se vende a Italia, Singapur, Taiwán e India. Pero ninguno de estos países compra tantos como China.

El país más conocido y criticado por inundar el mercado estadounidense de juguetes y productos baratos inyecta en la economía norteamericana billones de dólares en concepto de compras de productos de alta ingeniería, desde locomotoras, productos para el desarrollo de plantas nucleares hasta aviones. “No cabe ninguna duda acerca de la cantidad de empleos creados en Estados Unidos gracias a las exportaciones a China”, señala Louis B. Schwartz, Presidente de China Strategies LLC, una consultora de Pittsburg. Pero al igual que sucedió con otras producciones, algunos analistas temen que esta situación dure poco y que China empiece a desarrollar sus propias capacidades de producción en esta área en el corto y el mediano plazo a medida que los trabajadores chinos desarrollen un mayor `expertise' y su industria se acople a las necesidades tecnológicas y científicas.
Pero volvamos a la China que le compra a Estados Unidos. Algunas de las compañías más grandes, como Westinghouse Electric Co., situada en Estados Unidos pero con capitales japoneses, cerró hace poco tiempo un acuerdo con China para desarrollar cuatro reactores nucleares por un valor de US$ 4.000 millones.
La compañía utilizó el 0,25% de ese dinero, es decir, US$ 100 millones, para crear un centro de investigación con 1.000 empleados.

El mismo será concluido en cinco años. La reconocida General Electric, en su división de Transportes, ya construyó 100 locomotoras que entregará a China en poco tiempo, y ya tiene un pedido para construir 300 más. Los ejemplos abundan, entre compañías pequeñas, medianas o grandes multinacionales. Son el lobby `positivo' de la relación comercial con China, que temen que las disputas y sanciones comerciales al país asiático puedan arruinar el enorme negocio que significa ese país.

En total, las exportaciones estadounidenses a China aumentó 32% en 2006 respecto al año anterior, pasando de 41.800 a 55.200 millones de dólares. Las ganancias son más notorias en algunos Estados, como Pennsylvania. Situado en el norte de la costa este del país, el Estado exportó US$ 1.260 millones en maquinaria, equipos de transporte y otros bienes a China, mientras que en 2005 las cifras estaban por debajo de los 950 millones de dólares.

En las comparaciones nacionales, China equivale a una amenaza para los Estados Unidos. A nivel estatal, o incluso en algunas ciudades, los asiáticos equivalen a producción, empleo y futuro. Aunque su alcance en las noticias es menor, es la otra cara de la relación comercial entre las dos potencias.

No hay comentarios.: