Estados Unidos planeó en 1967 atacar a Israel para impedir su expansión hacia el sur y el este, es decir Cisjordania y el Sinaí, informa hoy el diario Haaretz en base a documentos históricos desclasificados recientemente.
Según el diario, el plan había sido elaborado en los años sesenta y el 20 de mayo de 1967, es decir a menos de un mes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, fue rescatado del baúl de los recuerdos para su posible aplicación.
Se trata de un aspecto desconocido de aquella guerra, de la que este año se conmemora el 40 aniversario.
En esa contienda relámpago, lanzada por Israel el 5 de junio, el Ejército israelí conquistó Cisjordania, Gaza, el Sinaí y la meseta del Golán.
Hasta ahora sólo ha devuelto el Sinaí a Egipto, por medio de un acuerdo de paz firmado en 1979, y Gaza a los palestinos.
Según el diario, la información sobre el supuesto ataque estadounidense aparece en un estudio del Instituto de Análisis de Defensa, con sede en Washington, que fue elaborado en febrero de 1968.
No obstante, el documento fue censurado y sólo se imprimieron 30 copias.
El estudio, obra del investigador L. Weinstein, ha sido desclasificado recientemente aunque se mantienen bajo censura distintos aspectos relacionados con las fuentes de información y con la operación militar.
El Comando de Ataque, el órgano que supuestamente debía haberlo lanzado, desapareció en 1971 por causas internas, siendo sustituido por otro también anulado en la década de los ochenta.
El informe Weinstein asevera que un documento oficial del Estado Mayor estadounidense prueba que el 20 de mayo de 1967 se impartió la orden de preparar una intervención militar en caso de una nueva guerra árabe-israelí.
La orden incluía una petición de prepararse para la posibilidad, por un lado, de defender a los árabes, y por el otro de defender a Israel.
El objetivo era garantizar la existencia y fronteras de cada uno de los estados de la región, de forma que ninguna parte se impusiera a la otra, siguiendo el patrón de la diplomacia estadounidense en contiendas anteriores en Oriente Medio.
Eventualmente, el 6 de junio, temiendo arrastrar a la contienda a la Unión Soviética, la diplomacia estadounidense decidió no ejercer el uso de la fuerza, y limitarse a una fuerte presión sobre el gobierno israelí para que su victoria quedara dentro de los "márgenes de lo razonable".
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