viernes, abril 20, 2007

Francia va a las urnas con una importante cantidad de indecisos


La carrera al Elíseo vive hasta la medianoche de hoy su último día de campaña. Sarkozy llamó al voto de la derecha para afrontar "la crisis moral" del país y Royal pidió el de la izquierda para "impulsar los valores humanos". Bayrou quiere dar el batacazo.



La campaña se cerrará este viernes a medianoche, hora hasta la que todavía se podrán publicar sondeos de intención de voto, mientras que el sábado será la jornada de reflexión. Con distintos porcentajes, los diferentes sondeos publicados dan a Nicolas Sarkozy el primer lugar en intención de voto, seguido por Ségolène Royal, mientras que el centrista François Bayrou queda a varios puntos y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen algo más distanciado. Según el último sondeo de Ipsos/Dell para SFR y 'Le Point' publicado este viernes, la cantidad de indecisos alcanza el 13%, mientras otros elevan este dato cuantiosamente.


El mismo sondeo arrojó que Sarkozy, candidato de UMP, se impondría en la segunda vuelta con 53,5% de los votos a la socialista Royal, con 46,5% en la segunda vuelta. Entretanto, el próximo domingo el ex ministro del Interior obtendría el 30% de las papeletas frente al 23% de Royal. Por detrás se situarían Bayrou (18%) y Le Pen (13%). La campaña para las presidenciales francesas deparó un llamamiento del conservador Nicolas Sarkozy al voto de la derecha para afrontar "la crisis moral" del país, mientras la socialista Ségolène Royal pidió el de la izquierda para impulsar la solidaridad y los "valores humanos".


Los dos grandes favoritos celebraron sendos mítines masivos y, así, Sarkozy se rodeó de muchos ministros para su intervención en Marsella, mientras que Royal contó en la suya de Toulouse con el presidente del Gobierno español, su correligionario José Luis Rodríguez Zapatero.

El aspirante conservador eludió criticar expresamente a sus rivales y optó por un discurso positivo y optimista en el que se presentó como el hombre que, con una política de derecha no inmovilista, puede hacer frente a la crisis de valores por la que, en su opinión, atraviesa Francia. De su boca salieron términos como fraternidad, no exclusión e igualdad de oportunidades, pero pidió a todos que hagan un esfuerzo personal y que él se encargará de que "nadie se quede al borde del camino".


Partidario de "recuperar el espíritu del Renacimiento", para lograr "que todo sea posible", Sarkozy sólo bajó al terreno de lo concreto cuando afirmó que quiere favorecer fiscalmente a las empresas que crean empleo, al rechazar que los EEUU tenga ventajas comerciales respecto a Europa y al criticar la competencia monetaria del dólar en relación con el euro. Por su parte, Ségolène Royal solicitó el voto de toda la izquierda para defender los valores humanos frente a los "financieros y bursátiles, para reformar Francia sin brutalizarla, para reconciliar la solidaridad fundamental con la eficacia económica". "Creo que ya es hora de reemplazar la ley del más fuerte por la del más justo", manifestó la candidata socialista, quien reclamó la movilización de la izquierda desde la primera vuelta porque en estas elecciones "se decidirá el rostro de Francia para una generación".El mitin más importante de Bayrou, en París, la noche del martes, reunió a unos 15.000 simpatizantes. Una cifra relativamente baja, si se compara con las grandes concentraciones de Sarkozy, el miércoles, en Issy-les-Moulinaux, o Ségolene, anoche en Toulouse.


Bayrou confía en los indecisos de izquierda y derecha que pudieran terminar inclinándose por su candidatura centrista, prometiendo un gobierno donde cohabitasen los centristas de izquierda y los socialistas moderados, apoyados por personalidades como Michel Rocard, ex primer ministro socialista, desautorizado expresamente por los dirigentes del PS.En la recta final de la campaña, Bayrou ha perdido el apoyo expreso de los patriarcas fundadores de su partido, la Unión por la Democracia Francesa (UDF). Valery Giscard d'Estaing, ex presidente, el "padre" del partido centrista, y Simone Veil, la centrista más influyente de Francia, han tomado partido por Sarkozy, denunciando el aventurerismo solitario de Bayrou, que ha protagonizado una campaña con dientes de sierra.


A principios de año, no alcanzaba el 10 por ciento de las intenciones de voto. A mediados de marzo, llegó a superar con claridad el 20 por ciento, amenazando a Ségolene en la primera vuelta y a Sarkozy en la segunda. Ambos lanzaron contra el centrista cargas demoledoras que tuvieron efecto. Aunque los últimos sondeos de ayer confirmaban una recuperación otra vez al filo del 20 por ciento, a apenas cinco puntos de de Royal.


En la recta final de la campaña, Bayrou recibió el apoyo de líderes socialistas como Michel Rocard, proponiendo un acuerdo estratégico entre la UDF y el PS, para frenar y derrotar a Sarkozy en la recta final.Aritmética y psicológicamente, Bayrou tiene motivos para esperar. En el sprint final, los indecisos pueden terminar dándole su esperado voto. Nadie descarta tal hipótesis, que pudiera ser la grandísima sorpresa de última hora.

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