miércoles, noviembre 21, 2007

Ucrania y su matriz enérgetica en crisis

Como es ya sabido, Ucrania constituye una articulación central para el gas ruso destinado a la Unión Europea. Sin embargo, la propia Ucrania necesita enormes cantidades de gas para suplir sus exigencias internas, siendo el sexto mayor consumidor de gas a nivel mundial, con unas necesidades internas superiores a las necesidades que suman Polonia, la República Checa, Hungría y Eslovaquia juntas. A pesar de poseer reservas de gas natural de hasta 40 trillones de pies cúbicos (Tfc), representa el mayor importador de gas entre las ex-repúblicas soviéticas. Sólo en 2006 produjeron cerca de 0,67 Tcf y consumieron 3,1 Tcf. Pero no sólo es importante el gas natural. Todo el sector energético de la república ex-soviética supone un mercado de gran importancia para el equilibrio energético europeo.


Petróleo

A pesar de que en los últimos años Ucrania haya iniciado exploraciones en el Mar de Azov, dirigidas a localizar nuevos yacimientos petrolíferos, la producción interna de hidrocarburos y, particularmente de petróleo, no ha variado sustancialmente desde el 91, año de la independencia ucraniana. En 2007 las reservas de petróleo ucranianas, según publica Oil & Gas Journal, una de las revistas más prestigiosas del sector, han alcanzado los 395 millones de barriles, situadas por lo general en el área de Donetsk, al este del país. El consumo de petróleo, sin embargo, ha disminuido de forma sustancial desde el 92, pasando de los 813 mil bbl/d (barriles al día) a los 343 mil bbl/d del 2006.A pesar de esto, Ucrania sigue dependiendo fuertemente de la importación de petróleo, generalmente importado de la vecina Rusia y, en parte, de Kazajstán, hasta en un total de 267 mil bbl/d, correspondiente al 78% del consumo interno sólo en el 2006.

Sin embargo, Ucrania desempeña un papel fundamental como centro de intercambio del petróleo ruso y del Mar Caspio hacia los mercados europeos, equivalente a 900 mil bbl/d sólo en 2006. Alrededor del 22% del petróleo ruso exportado anualmente y destinado, ya sea a la UE o a la propia Ucrania, pasa por el país a través de los oleoductos Druzhbay Pridnieper para llegar hasta los oleoductos de Eslovaquia, Hungría, la República Checa y la costa del Mar Negro, donde se concentra una gran parte de las refinerías ucranianas. Ucrania posee seis refinerías con una capacidad total de unos 600 millones de bbl/d, utilizados, sin embargo, sólo parcialmente, dada la escasez del consumo de petróleo sin refinar a nivel nacional. Por este motivo, tales refinerías son generalmente utilizadas, ya sea por Rusia como por Kazajstán, como depósito donde almacenar grandes cantidades de bruto.

Sin embargo, el petróleo proveniente del Caspio, cuya producción, era en 2006 aproximadamente de 2,5 millones de bbl/d y, según las estimaciones, 4,3 millones en 2015, deberá poder alcanzar los mercados europeos a través del oleoducto Odessa-Brody. Este oleoducto en realidad, si bien se había completado en 2001, permanece aún inutilizado en la dirección sur-norte, dada la incapacidad de Ucrania para garantizar la eficacia de su funcionamiento. Por este motivo actualmente Rusia lo utiliza en sentido contrario para transportar el petróleo proveniente de los Urales hasta el mar Negro y después, a través de las petroleras, a los mercados europeos y mundiales.
Electricidad

Ucrania posee la capacidad de generar más del doble de lo que necesita, pero aún debe hacer frente a numerosas dificultades, en primer lugar, la antigüedad de las propias estructuras de tranporte. De hecho, Ucrania posee la duodécima instalación en el mundo en términos de capacidad productiva, alcanzando los 54 gigavatios (GW), producción que garantizan la centrales de gas, petróleo y carbón (50%), las nucleares (45%) y las centrales hidroeléctricas (5%).

El sistema de transporte ucraniano resulta obsoleto, como gran parte de las centrales nucleares, cuatro en total, con una capacidad en conjunto de 12,8 gigavatios, utilizados sólo parcialmente o desactivados a menudo a causa de los numerosos problemas técnicos. El ejemplo más significativo lo constituyó la parada definitiva del reactor nº 3 en la central nuclear de Chernóbil, ya objeto del catastrófico incidente ocurrido en abril del 86, llevada a cabo en diciembre de 2000. El cierre del reactor ha llevado a retomar la construcción de dos reactores, situados en la localidad de Rivine y Khmelnitsky, realizados hasta en un 80% durante el periodo soviético e interrumpidos por falta de fondos. Esto ha sido posible gracias a los financiamientos acordados por el BERD, Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, que, unidos a la financiación concedida ya sea por la UE, ya sea por el Banco Mundial, buscan promover una modernización del sector eléctrico ucraniano, más que garantizar medidas de seguridad de las instalaciones. Por estos motivos, sólo en 2006, la capacidad productiva de energía eléctrica ha crecido en Ucrania, un 25%, o, en cifras, más de 2 billones de kWh respecto al 2005.

Ucrania se encuentra entre los principales proveedores de varios países fronterizos, Bielorrusia, Moldavia. Eslovaquia, Polonia, Hungría y Rumanía. Además, la central termoeléctrica ucraniana de Burshtyn y parte de la producción eléctrica del oeste de Ucrania se conecta al sistema energético europeo (Union for the Co-ordination of Transmission of Electricity - UCTE) desde julio de 2002 y están en marcha las negociaciones para conectar a la UCTE en 2008 toda la red eléctrica ucraniana. A pesar de todo esto, el sector presenta numerosos problemas.

La campaña de privatización del sector promovida por el Presidente ucraniano Viktor Yuschenko entre el 2000 y el 2001, por ejemplo, no obtuvo buenos resultados. De hecho, sólo seis compañías han iniciado el proceso, que avanza con lentitud dada la escasa voluntad por parte del gobierno ucraniano por promoverlo. Las altas deudas contraídas por el sector en los últimos 15 años además, unidas a la antigüedad de las estructuras de transporte, que supone significativas pérdidas de transmisión, aumentadas recientemente del 8% al 17%, respecto al 3% por ejemplo de los Estados Unidos, la proliferación de la corrupción y la ineficiencia, convierten al sector en uno de los más atrasados.
Carbón
Ucrania posee el séptimo mayor yacimiento de carbón a nivel mundial. Estas reservas, situadas generalmente en el área oriental del Donbass y de Donetsk, equivalen a 37,6 billones de toneladas, de las cuales 17,9 billones se forman de antracita y carbón bituminoso y 19,7 billones de toneladas de lignito y otros subproductos de materiales bituminosos, y constituían en la época soviética aproximadamente el 15% de la producción total de la URSS.También en este caso, la escasa inversión en el sector y otros factores, como la ineficacia, la poca productividad y las peligrosas condiciones de trabajo, impiden una explotación eficiente de estas reservas, haciendo que el país dependa de las importaciones de carbón; en 2004, por ejemplo, se extrajeron alrededor de 69,3 millones de toneladas frente a los 77,5 millones de toneladas requeridas.Además, las deudas contraídas por el sector son enormes, al final de 2006 ascendían a 530 millones de dólares, pasando del 3,9% de la producción mundial de 1990, al 1,3% de 2006.De nada sirvieron los intentos de privatización promovidos por el gobierno ucraniano, ni los financiamientos concedidos por numerosos organismos internacionales, 300 millones de dólares desde 1997 por parte del Banco Mundial. Este sector vive por todo esto una fortísima crisis y sobrevive a duras penas aunque reciba anualmente del estado ucrtaniano más de un millón de dólares en subsidios.

El sector del gas ucraniano

La economía ucraniana depende en más del 45% de su propia demanda energética de gas, y en menor medida de carbón (23,6%), energía nuclear (16,2%), petróleo (12,4%) y de energías renovables (0,9%). Gran parte del gas se importa de Rusia y de Asia Central, en particular de Turkmenistán, haciendo depender al país de las importaciones del extranjero. A pesar de esto, no existen estrategias claras a nivel gobernativo capaces de garantizar una reducción de esta dependencia. El gobierno de Kiev emitió el año pasado un plan estratégico dirigido a disminuir los grandes derroches de gas que se producen en el país. En opinión de los analistas, sin embargo, este plan no prevé modalidades serias de actuación, ni posibilidades concretas de cambio, además de requerir inversiones y tiempos bastante mayores a los previstos.
Del periodo soviético al nacimiento de RosUkrEnergo

En el pasado Ucrania representaba uno de los mayores productores de gas natural de la URSS. En los años 50, la región de Ucrania occidental situada al abrigo de los Cárpatos ucranianos, la llamada Prikarpathia, representaba el área más importante de toda la Unión Soviética en cuanto a la extracción de gas natural, cubriendo alrededor del 50% de la producción total de gas natural de toda la URSS. El pico de producción se alcanza durante los 60 y fue declinando gradualmente, en particular a partir de la mitad de los años 70.

A pesar de todo, la industria ucraniana no ha sabido reconvertirse con la misma velocidad y depende fuertemente de las importaciones de gas, provenientes generalmente de Siberia y Turkmenistán. La caída de la Unión Soviética y la independencia trajeron como consecuencia problemas para el país. Por un lado, acumuló deudas frente a los propios proveedores que llegaron a alcanzar, sólo en el periodo que va del 91 al 94, más de 4 millones de dólares, por otra parte, se multiplicaron las presiones rusas para restablecer un control sobre el sistema ucraniano del transporte de gas.El colapso económico de mediados de los años 90 redujo las importaciones de gas del país, y, en consecuencia, impidió un aumento de la deuda. En este periodo, sin embargo, empeoraron las relaciones con Rusia, que en algunas ocasiones, en el 92, 93 y 94, interrumpió el suministro en respuesta a la falta de pago de las deudas por parte del país, y a las continuas sustracciones ilícitas de gas ejecutadas por Ucrania.Durante este periodo, además, el entonces presidente ruso Boris Yeltsin intentó obtener de Kiev, a cambio de cancelar la deuda sobre el gas, el control de la flota ucraniana presente en el mar Negro y otras concesiones de ese tipo, que fueron rechazadas por Ucrania. La rusa Gazprom intentó además extender su control sobre las empresas ucranianas responsables de la gestión del gas, proponiendo la privatización, pero también esta propuesta fue rechazada categóricamente por el gobierno ucraniano.Un primer intento de reforma del sector del gas ucraniano tuvo lugar en mayo del 96, durante el primer gobierno Kuchma, y preveía la asignación de concesiones de derecho exclusivo a la importación y venta del gas y algunas compañías específicas, encargadas de gestionar la venta de gas a nivel regional.El nombramiento como Primer Ministro de Pavlo Lazarenko, dirigente de una de las compañías encargadas de la reventa del gas, la United Energy Systems of Ukraine (UESU), supuso la creación de un verdadero y propio cártel, controlado de forma jerárquica por la propia UESU. Fue en ese periodo en particular, cuando muchos oligarcas ucranianos consiguieron enriquecerse enormemente y sobre todo, explotando indebidamente, ya sea la falta de mecanismos claros de control sobre las cantidades reales de gas ruso que pasaba por el país, o la ausencia de relaciones legales precisas o controles a nivel financiero.La UESU en particular, propiedad de la futura presidenta ucraniana Julia Tymoshenko, nombrada entonces la “princesa del gas”, consiguió realizar ingentes ganancias, teniendo la exclusiva para revender el gas en el área de Donetsk, región más industrializada del país, y así un mayor consumo energético.En el 97 Lazarenko, enfrentado con el entonces presidente ucraniano Leonid Kuchma, fue destituido por este úlltimo por encargo del gobierno y privado de la inmunidad parlamentaria. Temiendo por su propia vida, huyó a Estados Unidos y allí fue arrestado y condenado por fraude fiscal y blanqueo de dinero.En 1998 fue suspendido el sistema de concesiones, sustituido por un sistema de tipo vertical controlado por la compañía estatal ucraniana Naftogaz Ukrainy, que fue encargada de la adquisición, transporte y venta de gas y petróleo.Sin embargo, continuaron también en este periodo las sustracciones indebidas de gas ruso y Ucrania acumuló posteriores deudas; por estos motivos las relaciones entre los dos países empeoraron, tanto que Rusia llegó a proyectar un nuevo gaseoducto, con la intención de excluir a Ucrania.Con el fin de evitar esta decisión, Kiev se declaró en 2001 dispuesta a firmar un nuevo acuerdo que establecía, entre otras cosas, nuevas tarifas de tránsito para el gas ruso y el pago, por parte de Kiev de todas las sustracciones indebidas.La llegada al poder de Putin supuso posteriores cambios. Sustituyó Itera, compañía rusa de la era Yeltsin que tenía buenas relaciones con los dirigentes de Gazprom y se encargaba del transporte del gas turkmeno directo a Ucrania con la compañía Eural Trans Gas (ETG). Itera fue gradualmente expulsada en el mismo periodo también del mercado interno ucraniano por parte de Naftogaz Ukrainy.El nombramiento de Viktor Yushchenko como primer ministro y de Julia Tymoshenko como vice primera ministra con la cartera de la Energía, supuso un intento de reforma del mercado del gas ucraniano y su parcial privatización. En particular se prestó atención a la regularización de este mercado, nunca sometido, hasta 2001, por ningún tipo de control y utilizado a menudo, como se ha subrayado anteriormente, por los oligarcas ucranianos con el fin de acumular grandes cantidades de capital, utilizadas con fines personales o políticos.


El nacimiento de RosUkrErgo

Con la llegada al poder de Putin, los intentos rusos de extender el control sobre el sistema de transporte de gas ucraniano se multiplicaron. Entre julio y agosto de 2004 Gazprom y Naftogaz Ukrainy firmaron un acuerdo dirigido a la creación de una joint venture (sociedad empresarial), la RosUkroEnergo, que vino a sustituir, desde enero de 2005, a la ETG para transportar directamente el gas turcomano a Ucrania.La creación de la RosUkrEnergo constituyó un paso fundamental en este sentido, ya que, por un lado, permitió a Moscú ejercitar un mayor control sobre el paso del gas turcomano hacia Ucrania y, por otro lado, impidió que Naftogaz Ukrainy y Turkmenneftegaz (compañía petrolífera estatal turcomana) estableciesen relaciones directas, obligando a ambas a utilizar a Moscú como mediador en la compraventa de gas.La ya famosa crisis energética que explotó entre Ucrania y Rusia en enero de 2006 provocó la supresión parcial de la afluencia de gas ruso directo a Ucrania y, más adelante, la creación de un nuevo acuerdo y de una nueva joint venture (sociedad empresarial), la Ukrgaz-Energo, creada conjuntamente entre Naftogaz y RoskUkrEnergo y encargada de la venta de gas en Ucrania. Esto trajo consigo el final del monopolio de Naftogaz, como vendedor exclusivo de gas para el mercado interno ucraniano, convirtió a RoskUkrEnergo en el principal comprador de gas de Asia central, supuso la congelación sustancial de las tarifas de tránsito y de almacenamiento del gas para Gazprom (algo que fue considerado como una explícita “concesión a Moscú”). De hecho, como se verá a continuación, Ucrania posee numerosos depósitos de almacenamiento de gas, generalmente situados en la zona occidental del país, y utilizados por Gazprom para almacenar el propio gas destinado a los mercados europeos.El gas que RoskUkrEnergo vuelve a suministrar ahora a Ucrania constituye por ello un tipo de mezcla de gas, compuesto sólo por el 23% del “costoso” gas ruso, y el resto por el algo más económico gas turcomano (56%).

Desde la mitad de 2006 se conoce además el nombre de los adversarios ucranianos titulares del 50% de las acciones restantes de RosUkrEnergo y beneficiarios de unas rentas que ya en 2005 ascendían a más de 740 millones de dólares. Se trata de Dmytro Firtash (45%), dirigente de la ETG, e Ivan Fursin (5%), titular de un pequeño banco ucraniano llamado Misto, los cuales habían permanecido a la sombra durante más de un año, hasta abril de 2006.

La producción interna ucraniana

La producción de gas natural en Ucrania pasó de máximas de 69 bcm (billones de metros cúbicos) en 1975 a 29 bcm en 1990, a causa del agotamiento de gran parte de las reservas, con una modesta recuperación en los últimos cinco años. Naftogaz Ukrainy controla casi por completo la producción, que en 2005 fue equivalente a 20,6 bcm.Hay tres reservas de hidrocarburos principales en Ucrania: la mayor, situada sobre la orilla del río Dniepr en el área de Donetsk, se subdivide en dos áreas, el área noroeste que contiene principalmente petróleo y el área suroeste que contiene gas; la reserva de los Cárpatos, que se extiende hasta Polonia por el norte y hasta Rumanía por el Oeste; y la reserva del mar Negro y el mar de Azov, compuesta en su mayor parte de reservas de gas natural.Hay versiones controvertidas sobre la cantidad real de gas existente en el país. Un reciente estudio promovido por el Gobierno ucraniano estima que equivale a 1.024 bcm; otros, por ejemplo el US Geological Survey calcula que llega a 779,8 bcm (673,3 bcm en el Dniepr-Donetsk, 60,5 en el mar Negro- Azov y 46,0 en los Cárpatos).El mayor problema de este sector sin embargo, tiene que ver con la escasas inversiones, necesarias para garantizar la modernización de las tecnologías de extracción y exploración, que convertirían de nuevo Ucrania en un productor y exportador de gas de cierto nivel.De hecho, numerosos estudios apuntan a que gran parte de los yacimientos todavía no explotados se encuentran a una profundidad inalcanzable con los medios que se utilizan en el país. Se cree que tales yacimientos se hallan entre los 400 y los 6300 metros en el área de Dniepr y más allá de los 300 metros en el área del mar Negro y los actuales instrumentos de extracción que posee la Chernomorneftegaz (compañía ucraniana encargada de la extracción de gas en el mar Negro) operan hasta una profundidad máxima de 100 metros.Por ello, actualmente, el mayor desafío para Naftogaz Ukrauny es el de encontrar financiación extranjera para afrontar esta inversión.

Los intentos por crear una joint venture (sociedad empresarial) efectuados por parte de la BP (British Petroleum) no han llegado aún a buen puerto. El Parlamento ucraniano, por su parte, en 2005 aprobó una ley capaz de imponer restricciones al acceso de compañías extranjeras en este sector. El sistema fiscal y legal del país impone fuertes restricciones a las compañías de este sector, mientras el sistema de licencias vigente representa, al parecer de muchos, un freno para las exploraciones, ya que no garantiza necesariamente, en caso de descubrimiento de un yacimiento, una licencia de extracción o producción. Varias controversias han tenido lugar en los últimos años. Un ejemplo de ello fue lo sucedido a prejuicio de la británica Regal Petroleum, a la cual habían concedido una licencia de exploración en 2004, que fue suspendida en 2006, siguiendo las instrucciones del organismo responsable de la concesión de licencias, bajo el control del Ministerio para el Ambiente.El conflicto se resolvió de manera favorable, pero supuso un reteasoen las exploraciones de más de un año.

El sistema de transporte

El sistema de transporte ucraniano de gas se extiende por 37.800 kilómetros, de los cuales 22.000 son oleoductos a presión y 13.800 son oleoductos de gran diámetro.Esta red se ha extendido en los últimos 16 años: 31.400 kilómetros en 1991; 34.900 km. en 1996, 37.000 km. en 2001; y, finalmente, los 37.800 km. actuales.Esto supone una capacidad de input equivalente a 280 bcm y de output equivalente a los 175 bcm, y está dotado de 72 compresores con una capacidad total de 5.400 MW; existen también 12 estaciones de medida que controlan el gas de entrada y 10 que miden lo que sale.La red pertenece al Estado ucraniano y la gestión corresponde en su mayor parte a la Ukrtransgaz, compañía nacional de transporte del gas, y en una mínima parte a Chernomorneftegaz, que se ocupa de la gestión de la red en el península de Crimea (equivalente sólo al 5% del total) y de la gestión de uno de los 72 compresores.

Con un valor estimado entre los 9 y los 25 millones de dólares (la estimación más creíble parece ser la del Razumkov Centre for Economic and Political Studies de Kiev, que calcula un valor que oscila entre los 12 y los 13 millones de dólares), este oleoducto transporta además 4/5 del gas ruso destinado a los mercados europeos. Tres son los oleoductos que transportan el gas ruso a Europa:
el llamado “pasillo central”, que desde Urengly, en Siberia occidental entra en Ucrania a la altura de la ciudad de Sumy y alcanza Uzhgorod, en la Ucrania occidental.


Desde aquí el gas se bombea a los mercados europeos a través de Eslovquia y, en menor medida, a través de Rumanía y Hungría;
el oleoducto Briansk- Tula (Bratstvo line), que provee a Kiev y después se introduce en el “pasillo central”;
el oleoducto que viene desde Orenburg y, a través de los Urales, entra en Ucrania a la altura de Novopskov y llega hasta Uzhgorod, uniéndose al “pasillo central” (Soyuz line) y otras líneas menores desde Aleksandrov Gai por la frontera ruso-kazaka alcanzan Ucrania.

A esta se suma la línea que alcanza Ucrania pasando por Bielorrusia o la que atraviesa Ucrania y parte de Moldavia llevando el gas de Izmail hasta Rumanía, Turquía y los Balcanes (Trans-Balkan line)Además, están en vía de planificación o parcialmente realizados dos proyectos de expansión de la actual red de transporte del gas. El primero prevé una expansión de la Trans-Balkan line, realizada en parte entre 2001 y 2003 por Gaztransit, joit venture creada por Naftogaz Ukrainy (37%), Gazprom (37%), Turusgaz (de propiedad de Gazprom, Botas y Enka) que posee el 18%, y Transbalkan (consorcio formado por 4 compañías turcas) que posee por su parte el 8%. Los financiamientos para potenciar este trato provienen de la BERD, Banca Europea para la Reconstrucción y el Desarrollo, el Banco para el Comercio y el Desarrollo del mar Negro y otros inversores privados.

Por el momento solo una primera parte del proyecto se ha llevado a cabo; mientras se está llevando a cabo la segunda y la tercera fase, que prevén la construcción de un oleoducto paralelo al que ya existe, con una extensión de 380 km, capaz de incrementar la capacidad de transporte.El segundo proyecto, más pequeño, tiene que ver la distribución interna del país y prevé la construcción de una conexión entre la Soyuz line y el área de Uman y Ulianovka, situada en la región ucraniana de Kirovograd además del complejo industrial de Pobuzhskii.Serían necesarias, sin embargo, nuevas inversiones en el sector, lo que permitiría extender y renovar la red de transporte, ya sea con el fin de garantizar una mayor seguridad de transporte, ya sea con el de prevenir los daños ambientales.
El sistema de almacenamiento

El sistema ucraniano de almacenamiento del gas cuenta con 13 depósitos subterráneos, de los cuales 12 están gestionados por la Ukrtransgaz (10 de ellos, constituidos como depósitos de gas ya agotados y 2 como depósitos de agua) con una capacidad total de 32,5 bcm y uno gestionado por Chernomorneftegaz, con una capacidad de 1,5 bcm. Estos depósitos se encuentran en cuatro áreas:
en Ucrania occidental, en el pasado rica en reservas de gas natural, hoy agotadas y utilizadas ahora para almacenar el gas ruso destinado a Europa.

En este área, que comprende los depósitos de Ugerskoe, Bil’che-Volitsko-Ugerskoe, Dashava, Opary y Bogorodchany, se almacena parte del gas ruso destinado a la UE, utilizable en casos de necesidad;
Ucrania central y Kiev cuenta con dos depósitos;
Ucrania oriental y Donetsk, cuenta con cinco depósitos;
Crimea, que tiene un único depósito;

Estos son principalmente utilizados por Gazprom. Como ha sido subrayado, para almacenar el gas ruso destinado a la Unión Europea. También despertaron polémica, durante la “guerra del gas” en enero de 2006, cuando Gazprom denunció la sustracción indebida de estos depósitos de cerca de 7,8 bcm de gas.
Conclusiones

El sistema ucraniano de transporte y de almacenamiento de gas tiene una importancia enorme, no sólo para el país, sino para toda la Unión Europea. Sin embargo, la UE no presta mucha atención a esta realidad, o por lo menos no lo hizo hasta enero de 2006. Estos sistemas necesitan, además, grandes inversiones, imprescindibles para su modernización y potenciación. Lo mismo se puede decir del sistema extractor del país, potencialmente atractivo para muchas compañías extranjeras, pero todavía sometido a diversos vínculos, incluyendo de tipo fiscal o legal.

El Estado ucraniano teme sin embargo, el excesivo interés por parte de las compañías extranjeras, dados los numerosos intentos de intrusión llevados a cabo por Moscú. De hecho, desde la caída del bloque soviético, el Kremlin ha intentado restablecer el control sobre el sistema de transporte del gas de las ex repúblicas satélite en general y del sistema ucraniano en particular, por los motivos antes citados. La llegada al poder de Putin, incentivó posteriormente estas acciones, y las recientes intervenciones de Moscú no se limitan a Ucrania. Baste pensar que, en septiembre de 2005, Gazprom alcanzó un acuerdo con la compañía petrolífera nacional uzbeka para la utilización completa de su sistema de oleoductos durante el periodo que va desde 2006 a 2010 y ha acordado con la Turkmenneftegaz la adquisición de toda la producción de 2007.

Tampoco podemos olvidar el reciente brazo de hierro formado entre Moscú y Minsk, que supuso la cesión del 50% de la compañía estatal bielorrusa encargada de trasnportar de gas.En resumen Rusia controla el 45% del sistema de transporte de gas de Armenia y el 50% del Moldavo. Así pues, los temores de Kiev sobre una posible intrusión extranjera en el propio sistema de transporte del gas o en el sistema de extracción no son infundados. No podemos olvidar que para reducir su dependencia de Rusia o de Asia Central, resulta fundamental para Kiev, bien aumentar su propia producción, bien reducir su enorme derroche energético. Para concretar estas oportunidades, la única vía es la de atraer sucesivas inversiones extranjeras.

El futuro Gobierno ucraniano tendrá por ello que crear un clima favorable a las inversiones extranjeras, desempeñando un papel, no ya de mero trámite, que serviría de todas formas como compromiso de la entrada en función de la North-Pipeline, sino más bien de protagonista en el ámbito energético, dada la enorme potencialidad que posee en este sector.

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